La fe se somete

Sometidos a la Fe

Si usted tiene una Biblia, y espero que la tenga, ábrala conmigo en Santiago 3:13 al 4:12. El texto que veremos presenta conflictos en la comunidad de la fe, divisiones en la comunidad de la fe. Mientras estudiaba el texto, me llenaba de gozo porque las cosas que vamos a ver no prevalecen en esta familia de la fe en particular, y me siento agradecido. Al mismo tiempo el texto me condujo a postrarme, porque mientras avanzamos la realidad es, que a medida que los días pasan y nos acercamos al próximo año al cual el Señor nos está conduciendo, yo sé que el adversario no permanecerá tranquilamente sentado. Al adversario lo que más le gustaría es desalentar, menoscabar, amedrentar y dividir el pueblo de Dios.

Hermanos y hermanas, estamos en batalla, una batalla para ocuparnos de la niñez despreciada por este mundo, una batalla para alimentar a aquellos que no tienen nada en este mundo, una batalla para llevar el Evangelio donde nunca antes ha sido escuchado. Estoy convencido de que al adversario le gustaría encaminarnos hacia otras batallas dentro de nosotros mismos, para hacernos perder de vista la verdadera batalla que tenemos que librar.

¿No ha sido esta la historia de las iglesias en todo nuestro territorio? Batallas en cuanto al color de las alfombras, cual es el tipo de música -que debemos cantar- lo que sea que es distinto al contexto, el adversario lo utiliza para desviarnos y mantener nuestros ojos, nuestros corazones y nuestras fuerzas lejos de la verdadera batalla que tenemos que librar. Por eso es que por medio de este texto quiero alentarnos como una familia en la fe, y a medida que entremos en batalla juntos, mantener nuestra guardia en alto, para mantenernos alertas y luchar en contra de las cosas que se presentan en el texto.

Santiago 3:13-4:12: Reina-Valera 1960 (RVR1960).La sabiduría de lo alto. 13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. 17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. 18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz. La amistad con el mundo ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?

2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites 4¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. 5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? 6 Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. 7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. 8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. 9 Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. 10 Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.

Juzgando al hermano 11 Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. 12 Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?

Padre, oramos para que tu nos guardes, tu nos librarás de cualquier cosa que el enemigo traiga para distraernos de lo que más te glorifica a ti. Oramos para que cuides a nuestras vidas, que cuides nuestros matrimonios, tú cuidaras de nuestras familias y también cuidaras de esta familia de la fe. Señor, te suplicamos que nos libres de amistad con las cosas de este mundo que nos sustraen de profundizar cada día mas en intimidad contigo. En el nombre de Jesús oramos, Amen.

Bien, dos imágenes de la sabiduría, dos imágenes de la amistad, y dos tipos de lenguaje, que guían a la oración.

Dos Imágenes de Sabiduría

Sabiduría del Mundo

Dos imágenes de sabiduría: numero uno la sabiduría del mundo. Versos 14,15 y 16: “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.” ¿Entendiste esto? Hay una sabiduría que viene del infierno. Existe una sabiduría que es común en este mundo y vienes directamente del infierno. El peligro es, y atienda bien esto, el peligro es que podemos pensar que somos sabios, el mundo nos puede decir que somos sabios, cuando la realidad es que nuestro pensamiento y nuestra sabiduría vienen de las semillas del infierno.

La sabiduría del mundo viene del infierno, está motivada por el egocentrismo, “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad” Santiago 3:14. La sabiduría del mundo mide las cosas de acuerdo a como te afecte a ti, “¿qué es mejor para mí?” “¿cómo puedo avanzar más, darme a conocer más, reconocerme a mí mismo? ¿No es esta la esencia de los conflictos en las relaciones?, ¿En el matrimonio, pensar, que es mejor para mí?, En las relaciones con los familiares y amigos, ¿Que es mejor para mí? Y en el contexto de la iglesia, ¿Que es mejor para mí? Centrarse en los deseos personales. ¿No es ese el eje del Sueño Americano? Promocionarse, avanzar, ponerte adelante, mientras que el Evangelio dice: “niégate a ti mismo”.

Envidia: mirarte a ti mismo constantemente y compararte con los demás a tu alrededor. Lo que C. S. Lewis en Mero Cristianismo nos dice acerca del orgullo, la competencia, siempre estar pensando, “¿soy mejor o peor que la persona al lado de mi? Motivados por el egocentrismo. Esto es todo lo que Santiago está diciendo. Cuando hablamos del favoritismo en la iglesia, ignorando al pobre, eso es egocentrismo, el pensar, “¿Qué me pueden ofrecer los pobres? Póstrense a mis pies, despreciándolos. Los ricos, muy bien, estos me pueden beneficiar, siéntense a mi mesa.”

La sabiduría del mundo, pensar así, desde el infierno, motiva nuestro deseos egoístas y resultan en desorden y maldad. El egocentrismo produce hogares y matrimonios marcados por el desorden y la maldad. El egocentrismo produce iglesias marcadas por el desorden y la maldad. Este tipo de sabiduría trae como consecuencia enojo, amargura, resentimientos, pleitos, divorcios, conflictos, y viene de la sabiduría del mundo. Santiago nos dice que hay otra manera.

Sabiduría De Dios

La otra manera es la sabiduría de Dios que viene del cielo, la sabiduría que viene del cielo.

Esto nos lleva atrás en Santiago 1, donde dice, “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría,” ¿que debe hacer? “pídala a Dios” Santiago 1:5. Existe una sabiduría que no puede ser hallada en el conocimiento intelectual ni en la experiencia. Es una manera de pensar totalmente diferente, y no puede ser fabricada por el hombre.

Proverbios menciona la sabiduría unas 100 veces. Escucha justo en el inicio de Proverbios, hijo mío, esto es Proverbios 2:1, “Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan rectamente. Es el que guarda las veredas del juicio, y preserva el camino de sus santos. Proverbios 2:1-8.

Clama en voz alta a Dios por sabiduría, clama por visión, busca el oro y la plata y El te la dará. Vendrá de su boca a ti. Por eso quiero enfatizar que no sé lo que estoy haciendo, y estoy consciente que este no es uno de los principios básicos del liderazgo. “Cuando estas dirigiendo personas tienes que asegurarte de que ellos entiendan que no tienes ninguna duda de lo que estás haciendo” Yo sé que esto no está en los libros de liderazgo más vendidos hoy día. Pero realmente me siento como Salomón en 1 Reyes 3 “yo soy joven” le dijo, “y no sé cómo entrar ni salir… Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo.”

En esta imagen cuando un esposo y una esposa, cuando los amigos, cuando una iglesia viene delante del Señor, y le dice “Necesitamos lo que solo tú nos puedes dar” ya no motivados por el egocentrismo, ahora motivados por la humildad centrada en Dios, las acciones y la humildad que viene de la sabiduría. No pierda esto, la sabiduría de Dios produce humildad en el hombre: la sabiduría del mundo produce orgullo y envanecimiento en el hombre. Por lo tanto humíllense a sí mismos delante de Dios, esposos, esposas, madres, padres, solteros, estudiantes, todos los que pertenecen a esta familia de la fe, admitamos delante de Dios, confesémosle a El que no podemos hacerlo, cualquier cosa que este en tu vida, en ti mismo, donde necesitas lo que solo El te puede dar; la humildad centrada en Dios.

Esta clase de sabiduría que se describe aquí, si tuviéramos más tiempo, tendríamos que ir atrás y adelante ahora, desde aquí y Mateo 5:3-12, las Bienaventuranzas.

La sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, (Santiago 3:17), bienaventuranza: Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.(Mateo 5:8) después pacífica (Santiago 3:17), bienaventuranza: Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios (Mateo 5:9), amable, (Santiago 3:17), Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad (Mateo 5:5) benigna (Santiago 3:17), Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos (Mateo 5:3). Llena de misericordia (Santiago 3:17), Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia (Mateo 5:7). De buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. (Santiago 3:17), Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados (Mateo 5:6).

La imagen aquí es la sabiduría que viene de la bendición de Dios, que no traerá desorden ni maldad. Si estás rodeado de personas así, que tienen ese tipo de sabiduría el resultado será paz y justicia. Esto es lo que Dios desea en nuestras relaciones con El y con otras personas, paz y justicia. No la paz a expensas de la verdad, si es primeramente pura, es verdad. No la paz exponiendo nuestra convicción, “Oh, todos nos llevaremos bien y echaremos a un lado nuestra verdad.” Así no, es pura, porque la pureza de Dios, la sabiduría de Dios, produce paz en lo que está bien y bienestar entre su pueblo. Solo Dios puede darnos eso, cuando todos en unidad confesamos humildemente la necesidad que tenemos de la sabiduría que solo viene del cielo.

Por lo que les exhorto, para sus vidas, que supliquen a Dios que les aparte de la sabiduría de este mundo, la subversiva y demoniaca sabiduría de este mundo. Suplíquenle a Dios esposos, padres, esposas, madres, hombres, mujeres, estudiantes, niños, todos los que pertenecen a la familia de la fe, rueguen a Dios para recibir la sabiduría que solo viene de Él. Dos imágenes de la sabiduría que afectan nuestras maneras de vivir.

Dos Imágenes de la Amistad

Hay una ruptura entre el capitulo 3 y el 4, pero en la carta original esto no existía. Creo que lo que Santiago pensaba cuando comenzó a hablar, cuando él dice, “pleitos y contiendas entre ustedes” el pueblo de Dios (Santiago 4:1), es una ilustración de lo que sucede cuando vivimos de acuerdo con la sabiduría de este mundo. Esto es desorden, conflictos y maldad, esto es lo que significa el verso 4 cuando Santiago dice “Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” La imagen aquí es la amistad, la intimidad. Aquí vemos amistad con el mundo, intimidad con el mundo y también intimidad con Dios. Santiago nos dice que “debemos elegir con quien tendremos intimidad, pero no podemos tener amistad con Dios y con el mundo”

Amistad con el Mundo

¿Amistad con el mundo, que es lo que significa esto? Bueno, esto viene con los deseos pecaminosos de la carne. “¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?”.(Santiago 4:1) Todos en la familia de la fe, en la carne, codiciamos y deseamos disfrutar de los placeres de este mundo. El problema está cuando todos a la vez queremos beneficiarnos a nosotros mismos y deseamos disfrutar de los placeres del mundo, el resultado es problemático porque:” matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis” (Santiago 4:2).

Obviamente aquí tenemos una hipérbole, porque en realidad no nos andamos matando unos a otros, pero nos traslada atrás al Sermón del Monte. La ira, el enojo entre hermanos es lo mismo que asesinar. Es un asunto muy serio. La batalla que estamos librando se está dando en nuestras relaciones con los demás. ¿No es esta una imagen del matrimonio? Ponemos dos pecadores a convivir de por vida y el resultado no será 100% paz y armonía durante todos los momentos de cada día. Puede que alguno si lo logre, no lo sé.

Yo recuerdo cuando Heather y yo vivíamos en New Orleans, y allí había un predicador que vino a predicar al seminario, y me pidieron que lo invitara a comer fuera a él y a su esposa. Por lo que Heather y yo los llevamos a comer y tuvimos una maravillosa tarde. Este era un hombre que había pastoreado por muchos, muchos años, una pareja de ancianos muy dulces. Estaba conduciendo de regreso al seminario para llevarlos a donde se estaban quedando. El estaba sentado al lado de mí en el asiento delantero y nuestras esposas estaban sentadas en el asiento de atrás y él me pregunto: “¿David alguna vez has visto a Heather de mal humor?”

Me pareció una pregunta extraña, y solo empecé a reír. Era como diciendo “quizás una o dos veces”, tu sabes, solo para aligerar la pregunta. Pero no había risas en el carro, sino un silencio incómodo. Entonces el dijo, su nombre era Charles, él le dijo a su esposa, Edna Sue, “Edna Sue, no creo haberte visto nunca de mal humor”. Edna Sue le dijo “Bueno gracias Charles”. Un silencio total en el carro. Cuando los dejamos, Heather se pasó al asiento delantero. Entonces no hubo más silencio, era como “Nunca más te atrevas a decir que he estado de mal humor”.

Bueno lo que quiero decir, mi esposa es la persona más dulce que jamás he conocido en este mundo, pero todos nosotros tenemos carne en nosotros ¿no es así? Y discutimos a pesar de nosotros mismos, y esto afecta nuestro matrimonio, y afecta nuestras relaciones. Afecta las relaciones entre nosotros, con cada uno dentro de la comunidad de fe y por último afecta nuestras relaciones con Dios.

La amistad con el mundo viene por el deseo pecaminoso de la carne, motivado por el deseo de placer terrenal. Santiago dice ustedes “no tenéis lo que deseáis, porque no pedís” (Santiago 4:2), o si van a Dios, piden por más cosas de este mundo. Esta es una declaración acusadora que viene de la enseñanza verdadera, saludable y buena. “Vamos a Dios para adquirir cosas y placeres de este mundo”. Esta no es sabiduría que viene de Dios, esto es sabiduría del mundo que va detrás de los placeres y amistad con el mundo y que entra en intimidad con el mundo.

La acusación viene contenida en el versículo 4. Cada vez que él se dirige a los lectores de esta carta, les dice “Hermanos mis queridos hermanos” hermanos, hermanos, hermanos. En el verso 4, “Oh almas adulteras”, y trae las acusaciones del Antiguo Testamento, cuando la búsqueda del placer o las cosas de este mundo y muchas cosas mejores, casas más grandes, carros, ropas y la inmoralidad sexual o la falta de pureza o cualquier otra cosa, corremos alrededor del Dios del universo, engañándole, haciendo trampas. Somos personas adulteras contra Dios cuando renegamos de Él y preferimos los placeres de este mundo.

No quiero engañar a Dios mucho menos de lo que nunca hubiera engañado en mi matrimonio. Esta es la imagen: somos una novia y le pertenecemos al novio. Tenemos intimidad con Él, no necesitamos al mundo ni las cosas que el mundo ofrece. Dios, nos ayude a ver las cosas con este tipo de vista.

Esto es lo que amo del verso 5. Este verso, para dar un avance, ha desconcertado a los estudiosos. Existen tres maneras distintas en las que se pudiera traducir este texto. Una es la que está contenida en la NVI, ¿O creen que la Escritura dice en vano que Dios ama celosamente al espíritu que hizo morar en nosotros? (Santiago 4:5) Debería hacer una pequeña anotación en su Biblia, como la tiene la mía, que le lleve al fondo y dice, “aquí hay un par de alternativas, solo que no lo sabemos”, y básicamente ofrece estas alternativas: “que Dios ama celosamente el espíritu que mora en nosotros” o que “que el espíritu que mora en nosotros nos ama celosamente”. Sin entrar en todos los matices del lenguaje, es esto o aquello, mientras estudiaba el contexto mi conclusión estaría más alineada con los Nuevos Estándares Americanos que con la Versión Inglesa Estándar, de lo que dice la NVI. Pienso que esta mejor traducida como que”Dios ama celosamente el espíritu que mora en nosotros”.

Piense acerca del contexto aquí, almas adulteras, gente adultera que está corriendo alrededor del mundo, buscando placer. Santiago dice, “¿O creen que la Escritura dice en vano que Dios ama celosamente al espíritu que hizo morar en nosotros?” en esta imagen que Él uso en su afecto por su pueblo a través de todo el AT, Éxodo 34:14, “Dios es un Dios celoso.” ¿Qué significa esto?

Lo que significa, como esposo, soy celoso del afecto de mi esposa. Tengo celo por su amor. Y cualquiera o cualquier cosa que atente con robar su amor y su afecto por mí se enfrentará a la más grande oposición, ¿queda claro esto? En una mayor manera, el Dios del universo es tan celoso porque anhela nuestro afecto y amor, que cualquier cosa que intente robar ese amor y ese afecto de nuestras vidas en este mundo se enfrentará con la fuerza divina.

No se pierda en este punto, no es el tipo de celo producto de la inseguridad, del temor de que encontremos algo mejor en este mundo. Este es un celo mejor, porque Dios sabe que todo lo que hay en Él es mucho más satisfactorio que cualquier otra cosa de este mundo. El anhela tanto tu bienestar, pueblo de Dios. El anhela satisfacer tus deseos, que te llamara, te dará mandamientos difíciles como abandonar tu carrera, y las cosas que has buscado en este mundo porque El sabe, y quiere que sepas que hay placer infinito al encontrarse en El. Abandona la amistad con el mundo.

Amistad con Dios

Buscar la amistad con Dios. No viene del pecaminoso deseo de la carne, viene de la voluntad de la gracia de Dios.

Verso 6, “Pero él da mayor gracia.” Amo esa frase. Como si la gracia provista aún no fuera suficiente, El nos da más. Cuando te despiertes mañana, ¿sabes lo que El va a hacer? El te dará más. Toda la semana, cada momento de esta semana, El te dará más. Y la próxima semana, más; el próximo mes, más; y más y más. El no se detiene, él derrama más de su gracia. El da gracia al humilde.

Oh, ayúdanos a ver esto. El Dios del universo que llama a las estrellas por nombre, para quien las montañas se postran y los océanos obedecen, ese Dios es celoso de tu afecto. No de la persona al lado tuyo, ni en frente de ti, detrás de ti, piensa en esto, tu afecto, allí mismo donde estas sentado, El es celoso de tu afecto, El está comprometido a derramar su gracia sobre ti, en la medida que te humillas delante de Él. ¿Cómo no vamos a desear abrazar intimidad con Él?

Oh, pueblo de Dios, mira más arriba de este mundo. Hay un plano superior para vivir, otra manera de vivir, y no es por los placeres del mundo, está motivado por el anhelo de satisfacción eterna, satisfacción eterna, la clase de satisfacción que solamente Dios nos puede dar. Y el resultado será la sumisión a la autoridad, la soberanía de Dios, sumisión a la autoridad de Dios.

Yo sé, que a medida que avanzamos por textos fuertes como familia de fe, textos que nos retan, por la manera en que vivimos, pensamos y la manera en que consumimos, reconozco que hay tentaciones de las que tenemos que huir, que casi nos desalientan, “No sé ni siquiera que hacer. Ni siquiera sé por dónde empezar, es demasiado.” Quiero animarte, cuando te empieces a sentir de esa manera, cuando escuches las ordenanzas de Dios, sométete, a la sumisión, a su autoridad y di “Está bien, confío en ti. Necesito que tu gracia prometida sea una realidad en mi.” Y lo que Agustín dijo “Lo que Dios demanda, Dios provee” Que gran verdad. Por lo tanto sométete a Él.

¿Cómo te sometes a Dios? Si quieres crecer en intimidad con Dios, hay nueve mandatos que debes seguir. ¿Quieres crecer en intimidad con Dios, Hermano, Hermana? ¿Quieres crecer en intimidad con Dios? Has esto, número uno, resiste al enemigo con fuerza. Deja de resistir a Dios y comienza a resistir al diablo. ¿Entiendes como hacer el cambio? Especialmente cuando escuchamos ordenanzas difíciles, ordenanzas que van en contra de nuestras vidas y culturas, resistimos a Dios en esas en las que abrazamos al diablo. ¡No lo hagas! Resiste al diablo, y él huirá. Cuando sientas la tentación de mirar, cuando seas tentado a hablar, a actuar, a gastar, lo que sea, tentación hacia el enojo, a las preocupaciones, lo que sea que este en tu vida, resiste al Diablo, criatura de Dios, él huirá de ti. El huirá de ti.

Resiste al diablo con fuerza y luego busca a Dios apasionadamente. Oh, Dios, ayúdanos a sentir la maravilla de Santiago 4:8 “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros” intimidad con Dios. A medida que resistas al diablo, buscarás a Dios, acércalo a ti.

Buscando la pureza integral, “Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.” (Santiago 4:8) Esto es externo e interno, lávense las manos, vuestras vidas, vuestros corazones, pensamientos, mente, deseos, motivaciones. De adentro hacia afuera, sean puros. Busquen la pureza de manera integral, sean limpios.

Entonces traten al pecado de manera seria. Santiago 4:9, “Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.” ¿Es deprimente o qué? Hemos perdido la bendita capacidad de dolernos del pecado, de sentirnos apenados y llorar por el pecado, de sentirnos sobrecogidos por el pecado, por lo indulgentes que hemos sido nosotros mismos con las cosas de este mundo y correr alrededor del adulterio espiritual a nuestro Dios. ¿Cuándo fue la última vez, hermano, hermana, cuando fue la última vez que sentiste pena por el pecado? Tu vida no está sometida a Dios, la amistad con el mundo, pensamos que no es nada, mas Santiago nos dice que es un gran asunto, que debe ser tratado seriamente.

Ahora algunos dirán, “¿Tu vives así?, que manera tan deprimente de vivir. ¿Como puede ser eso bueno para ti, el estar llorando, gimiendo y lamentándonos? ¿Dónde está la autoestima?” Y hay belleza en lo que Santiago dice ahora en el versículo 10, “Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.” Cuando te humillas a ti mismo delante de Dios, lamentándote, llorando y apenándote por el pecado, no tienes por qué exaltarte a ti mismo, Dios mismo, lo hará por ti. Dios te levantara. Dios te transformará en la persona para la cual fuiste creado. No tienes que afirmarte a ti mismo. Humíllate y El te exaltará. Resiste al Diablo con fuerza, busca apasionadamente a Dios, procura la pureza de manera integral, trata al pecado seriamente y confía plenamente en Dios. El te dará gracia y te levantará.

Dos Tipos de Lenguaje

El Lenguaje del Mundo

Esta es la imagen que prevalece, finalmente dos maneras de hablar que ofrecen soluciones como lo que empezó Santiago en el capítulo 3:1-12 y que Deric nos mostró en su último sermón, por lo que no tomaremos mucho tiempo aquí. Dos maneras de hablar: el lenguaje mundo que desalienta a unos y otros. Calumniar es hablar en contra de un hermano, o acerca de un hermano o hermana o alguien más, de una manera que no edifica, de una manera crítica hacia ellos. Santiago dice que “Calumniarnos los unos a los otros destruye la comunidad.” La calumnia destruye el matrimonio. La Calumnia destruye la familia. La calumnia destruye la iglesia. Esta es la palabra que el usa, es detestable, ustedes matan y codician- no hable así.

Proverbios 6, nos dice que hay seis cosa que al Señor le desagradan y una séptima que el aborrece: 1) ojos altivos; 2) la lengua mentirosa; 3) las manos que derraman sangre inocente; 4) El corazón que maquina pensamientos inicuos; 5) Los pies presurosos para correr al mal, 6) El testigo falso que habla mentiras, 7) el que siembra discordia entre hermanos, el hombre que provoca la contienda entre hermanos. Dios aborrece esto.

No provoquemos la contienda entre hermanos y hermanas, con tu esposa o hijo.

Esto obviamente no significa que no hay un lugar en la palabra que hable acerca de tener conversaciones difíciles y disciplina. Aunque en amor, no por egocentrismo o maldad, sino en una humildad centrada en Dios que anhela edificar al hermano o la hermana. Hay un lugar para esto que edifica al hermano o hermana, pero de otra manera, huya, resista al enemigo; lo que desalienta a unos y a otros deshonra a Dios. No solo ofendemos al mandamiento, “Ama a tu prójimo como a tí mismo”, sino que ofendemos al dador del mandamiento, quien dio el mandamiento. La calumnia hiere al hermano y deshonra a Dios.

El Lenguaje de Dios

Por lo tanto, decídete por el lenguaje de Dios que nos alienta los unos a los otros y exalta a Dios.

Dando un paso atrás, nosotros como familia de la fe, tenemos un gran reto frente a nosotros, porque la Biblia nos llama a abandonar el mundo para amar al mundo. ¿No les suena un poco extraño esto? Hay un pensamiento que prevalece en nuestros días, que dice que la mejor manera de amar al mundo y conocer sus necesidades es viviendo en el mundo, como vive el mundo. Santiago nos dice exactamente lo opuesto. Vivan, hermanos y hermanas, piensen diferente. Tengan anhelos y afectos distintos. Vivan de manera diferente. Está claro, nuestra amistad no es con el mundo. Tenemos otra amistad, y está en Dios, y esto es lo que se debe decir de nosotros, oh Dios, esto es lo que se debe decir de nosotros en esta comunidad de fe, lo que se dice de los héroes de la fe en Hebreos 11 “ellos son peregrinos y extranjeros en este mundo.”

Mi oración es que se diga eso de esta comunidad de fe, de esta iglesia, es que “Esas personas no son de aquí. Ellos están fuera de sitio. Es como si vivieran en otro lado.” Si vamos al extranjero, a naciones en Asia- si yo me voy a una nación asiática estoy fuera de lugar. Hablaré diferente, luciré diferente, pensaré de manera diferente y no me gustará la comida, como podrá entender- seré un extranjero, un extraño.

Dios ha levantado una iglesia en nuestra cultura que está pensando, viviendo, trabajando, y consumiendo y sacrificándose de manera tan diferente, que el mundo puede decir “Ellos no son de aquí.” Pero al mismo tiempo ellos pueden entender, pueden notar una vida de satisfacción verdadera. Ellos pudieran pensar “En el proceso de abandonar el mundo, ellos realmente nos aman y nos muestran que hay otro camino, que hay otro camino.” Y eso debe conducirnos a la oración.

Una Oración de Fe

Oh, Dios, por la gloria de Jesucristo, y las necesidades materiales y espirituales urgentes de este mundo, sometemos nuestro pensamiento a ti. Ayúdanos a pensar diferente. Sometemos nuestros corazones a ti. Danos deseos diferentes, deseos celestiales. Sometemos nuestras voces a ti. En los días por venir, ayúdanos a decir las cosas de manera que te honren a ti en todo tiempo. Sometemos nuestras vidas a ti. Queremos tener intimidad contigo, amistad contigo, sabiduría de la que viene de ti, y palabras que te exalten a ti.

Y esto es lo quiero que hagamos, quiero que nos sometamos a nosotros mismos a Dios en respuesta a su palabra y en el contexto de que oremos y cantemos como una comunidad de fe. Quiero que nosotros comencemos reparando nuestra mente y nuestros corazones en toda la comunidad de la familia de la fe, en la grandeza y la gloria de Dios. Si vamos a ver este mundo correctamente, tenemos primero que ver a Dios correctamente, para ver las cosas desde su grandiosa y gloriosa perspectiva. Y a la luz de las palabras que exaltan a Dios, quiero invitarles a exaltar a Dios con sus voces.

Quiero invitarles, como una comunidad de fe a declarar la grandeza de nuestro Dios, a proclamarlo a El “¡Dios, tu eres Dios!, ¡Te alabamos porque tú eres Dios! ¡Te damos gracias porque eres Dios!” y vamos a exaltarle. Quiero invitarles, en voz alta, uno por uno, todos a la vez, que clamen en oración como una comunidad de fe, “¡Dios, tu eres Dios! ¡Te alabamos, porque eres Dios! ¡Te adoramos, te damos gracias, porque tú eres Dios!” Vamos a exaltarle con nuestras palabras y reparemos nuestras mentes y nuestros corazones en una manera de vivir donde Dios sea el centro. Les invito ahora que empiecen exaltándolo a Él donde quiera que estén.