¿Qué papel juegan las iglesias internacionales en la Gran Comisión?

¿Qué tienen que ver las iglesias internacionales con la Gran Comisión? Podrías hacerte esa pregunta porque nunca has oído hablar de ellas. Las iglesias internacionales son congregaciones que se reúnen en idiomas comerciales, como inglés o chino, incluso si ese no es el idioma mayoritario en su país.

Podrías hacerte esa pregunta porque las iglesias internacionales a menudo tienen la reputación de estar desconectadas de la sociedad que las rodea, donde los extranjeros pueden reunirse con otros extranjeros, por lo que no tienen que desarrollar amistades significativas con sus vecinos y compañeros de trabajo. En muchos casos, la reputación está bien merecida.

Pero las iglesias internacionales son, de hecho, iglesias. Dios tenía la intención de que la iglesia mostrara su sabiduría multiforme al unir a judíos y gentiles (Efesios 3:10). Jesús prometió que las puertas del infierno no prevalecerían contra su iglesia (Mateo 16:18). Las iglesias internacionales tienen el mismo papel que cualquier otra iglesia en el mundo. Al mismo tiempo, hay maneras específicas en las que las iglesias internacionales pueden ser un complemento estratégico para otros esfuerzos del reino.

Las iglesias internacionales pueden equipar a cristianos expatriados.

Pienso que cuántos más cristianos haya en un lugar, mejor. No solo quiero ver convertirse a los nativos de un lugar en particular; quiero ver a todos, incluidos los expatriados, venir a Cristo.

Y los expatriados (ya sea que se conviertan en dicha iglesia o ya vengan conociendo a Cristo) que trabajan como “empleos normales” tienen oportunidades evangelísticas que yo, como ministro del evangelio a tiempo completo, desearía tener. Muchos creyentes pueden no tener el tiempo ni el don para plantar una iglesia en el extranjero, pero su fe tiene un nivel de credibilidad con los no creyentes que un “cristiano profesional” a menudo no tiene.

Esto es especialmente cierto en el mundo musulmán, donde hay mucha desinformación sobre el cristianismo. Muchas personas asumen que te conviertes en cristiano porque la gracia gratuita significa que puedes entregarte a cualquier pasión pecaminosa que desees. Mucho más efectivo que un predicador diciendo “eso no es cierto” son los cristianos que viven como si eso no fuera cierto.

Las iglesias internacionales pueden cuidar a los misioneros tradicionales.

Una de las principales razones por las que los misioneros dejan el campo es la falta de cuidado pastoral.¹ Los misioneros no están exentos de la instrucción de nuestro Señor de ser parte de una iglesia. Por mucho que una iglesia que envía ame y cuide a sus misioneros, están limitados en lo que pueden hacer, ya que casi siempre están en un país diferente al que vive el misionero.

Si bien en algunos contextos unirse a una iglesia indígena es una buena opción, en otros momentos puede ser imprudente porque los miembros misioneros pueden atraer una atención externa indebida, desalentar involuntariamente el liderazgo emergente, o simplemente agotar a sus familias. Los misioneros a menudo están en situaciones eclesiásticas difíciles, tratando de contribuir al desarrollo saludable de iglesias jóvenes. A muchos se les dificulta separar su vida espiritual de su ministerio a los locales, con el efecto de que muchas esposas e hijos de misioneros, en particular, pagan un alto precio de soledad espiritual.

Algunos misioneros eligen mitigar esos desafíos haciendo que su equipo pacte como una iglesia. Esta opción es ciertamente bíblicamente viable, pero trae sus propias dificultades, por ejemplo, su trabajo y la comunidad de la iglesia se superponen completamente.

Si bien unirse a una iglesia internacional también tiene sus desafíos, una iglesia internacional fiel puede proporcionar cuidado pastoral y una comunidad cristiana a los misioneros ayudándoles no solo a soportar, sino a crecer en fidelidad mientras sirven.

Las iglesias internacionales pueden servir como una iglesia modelo.

En países hostiles al cristianismo indígena, las iglesias internacionales a menudo son toleradas. Los países que quieren que los extranjeros traigan oportunidades comerciales a largo plazo regularmente proporcionarán vías legales para que los extranjeros adoren según su religión. Esto significa que las iglesias internacionales pueden existir con mayor visibilidad que las iglesias indígenas en muchos de los países menos alcanzados del mundo.

Al mismo tiempo, las iglesias internacionales, y sus miembros, son automáticamente más visibles en una sociedad, precisamente porque son extranjeros. Se destacan por defecto, y por lo tanto pueden ser observados con mayor facilidad.

En la Londres del siglo XVI, muchos londinenses eligieron hacer negocios con comerciantes holandeses en lugar de ingleses, porque confiaban más rápidamente en los comerciantes holandeses. No es porque los holandeses sean inherentemente más honestos que los ingleses; es porque los comerciantes holandeses en Londres eran miembros de la “iglesia de extranjeros” en Londres, que estaba comprometida con la disciplina eclesiástica. Se sabía que eran parte de una comunidad comprometida con la santidad de sus miembros y que estaba dispuesta a disciplinarlos por el pecado de engañar a sus clientes. Ser extranjeros significaba que eran más notados, lo que significaba que su piedad era más evidente.²

Las iglesias internacionales, por ser inherentemente diferentes de la sociedad que las rodea, son más visibles. Eso es una gran oportunidad, pero también es una responsabilidad importante, ya que sus fallos morales también serán mucho más visibles.

Esas mismas “iglesias de extranjeros” en Londres también se convirtieron en un recurso para la Reforma inglesa. Su condición de extranjeros significaba que tenían mayor libertad para reformar sus prácticas según las Escrituras más rápidamente que la Iglesia de Inglaterra.³

Las iglesias internacionales no son una solución mágica para la Gran Comisión. Pero si son iglesias del Señor Jesucristo, él las usará en su victoria segura sobre las puertas del infierno mientras estas buscan honrar a su Señor y Salvador.

1. Scott Logsdon provee una variedad de estadísticas sobre esto en su artículo: “Why Is It Essential for Missionaries to Join a Church Where They Live?” (¿Por qué es esencial que los misioneros se unan a una iglesia donde viven?) ↵
2. Andrew Pettegree, Foreign Protestant Communities in Sixteenth-Century London, (Comunidades Protestantes Extranjeras en la Londres del Siglo XVI), Oxford University: Oxford, 1986, pgs 300-301. ↵
3. Jonathan Gibson & Mark Earngey describen esto en el material introductorio del volumen editado de Reformation Worship (Adoración de la Reforma), New Growth Press: Greensboro, NC, 2018, pgs 454-57. ↵