El centro de gravedad en el envío de misioneros está cambiando de manera lenta, pero sin detenerse del Norte hacia el Sur. Cada día las iglesias en África, Latinoamérica y Asia se sitúan a la vanguardia en el envío de misioneros a lugares no alcanzados. Como director de una organización misionera y pastor de una iglesia en Panamá, este es un tiempo importante para que los latinos participen en las misiones transculturales. Un misionero que sirve en Perú describe acertadamente este cambio: “Lo que antes solía ser un campo misionero es ahora una fuerza misionera, y candidatos e iglesias en toda Latinoamérica están asumiendo su responsabilidad en las misiones”.
A través de Latinoamérica, los hombres y las mujeres jóvenes están captando la visión del corazón de Dios para las misiones y están dando sus vidas al Señor a través del servicio en las misiones transculturales. Están cada vez mejor informados sobre las oportunidades para conectarse con lo que Dios está haciendo en el mundo y con entusiasmo están aceptando su llamado.
La importancia de los viajes cortos en el envío de misioneros
El primer paso para el envío de misioneros es a menudo los viajes de corto plazo. Nashma Ferrara, una recién graduada de la Universidad de Panamá y una colaboradora de Radical, hace poco sirvió en Francia por 6 semanas. En sus propias palabras: “Esta experiencia me animó a reflexionar sobre el significado de mi vida. La experiencia y la gente que conocí me llevaron a considerar porqué no podía atreverme a compartir el evangelio donde me encontrara”.
Esto resalta cómo las experiencias cortas pueden llevar a una persona a salir de su zona de confort y estar abierta a una vida de servicio en el campo misionero, así como a animarla a compartir el evangelio ahora, estando en casa.
Esto puede parecer evidente para muchos de nosotros en la iglesia en los Estados Unidos y en otros lugares. Sin embargo, muchas congregaciones locales en Latinoamérica no tienen el contexto cultural ni la experiencia en la creación de una base de apoyo dentro de la iglesia para enviar misioneros, ni siquiera a viajes de corto plazo.
La iglesia latinoamericana debe asumir su responsabilidad de participar en la nueva ola de envío de misioneros.
Esta es la razón por la cual la iglesia latinoamericana debe asumir su responsabilidad de participar en la nueva ola de envío de misioneros. Chris Conti, misionero en Perú que ayuda a movilizar la iglesia en Suramérica, lo explica así: “Las iglesias necesitan tener una comprensión clara sobre las misiones mundiales y su plan en ellas. La movilización es discipulado avanzado, ayudando a cada cristiano a asumir su responsabilidad en la misión de Dios.”
Movilizando estudiantes para las misiones
Isaac Ensenatt, un estudiante de nuestra organización, aceptó a Cristo como su Salvador siendo un estudiante universitario en nuestro ministerio estudiantil. Luego se convirtió en un líder en el campus universitario, y después entró al servicio a tiempo completo para Cru en Panamá como el líder en nuestro ministerio evangelístico a los atletas. Ahora, Isaac se está preparando para servir como un misionero transcultural en el Sureste de Asia por dos años. Su trayectoria es un gran ejemplo de cómo podemos trabajar, desde el inicio, para promover el deseo en los estudiantes latinoamericanos de participar en la gran tarea a la cual el Señor nos ha llamado.
En una entrevista reciente, Isaac compartió cómo las relaciones han sido vitales para recibir y cumplir este llamado a las misiones. Sus experiencias en viajes de corto plazo le proveyeron la exposición necesaria para iniciar el proceso que lo llevaría al campo misionero transcultural.
Colaborando con las iglesias y los ministerios para-eclesiásticos
Estas relaciones pueden y deberían ocurrir a través de los viajes de corto plazo, así como en la participación a largo plazo con una iglesia local y ministerios para-eclesiásticos. Aunque Dios puede usar los ministerios en los recintos universitarios de una manera poderosa, debemos recordar que debemos comunicar la importancia de la iglesia local a los estudiantes. La iglesia en Latinoamérica y las organizaciones para-eclesiásticas pueden colaborar para crear oportunidades en las que los estudiantes sean expuestos a las realidades globales y participar en las misiones y las actividades orientadas a alcanzar a otros.
Este es un tiempo importante para servir en las misiones en Latinoamérica. Oremos que el Señor de la mies levante estudiantes jóvenes latinoamericanos que acepten el llamado de servir a nuestro gran Salvador en el campo de las misiones.