Recursos en español de Radical

Haciendo discípulos: Comparte la Palabra

Los cristianos no están llamados a guardar el Evangelio para sí mismos, sino a llevar el mensaje de esperanza de Cristo hasta los confines de la tierra. En este mensaje sobre el libro de Hechos, David Platt explica por qué es esencial que los creyentes compartan la Palabra. Cuando compartimos la Palabra, debemos saber por qué compartimos, qué compartimos y cómo compartimos.

1. Compartimos la Palabra.
2. Mostramos la Palabra.
3. Enseñamos la Palabra.
4. Servimos al mundo.

Haciendo Discípulos: Comparte la Palabra

Sí tienes la Palabra de Dios, y espero que así sea, déjame invitarte a abrirla en Mateo 4. Llegaremos a Hechos en sólo un momento, pero quiero que empecemos en Mateo 4, y en lo que llegan ahí, sólo quiero decirles que agradecido estoy de Dios por ustedes. Mi corazón se regocijaba en el norte de India, y en un sentido está más lleno ahora que estoy de vuelta con ustedes. Simplemente se desborda, simplemente orgulloso, en Cristo, del efecto de su fe en el esparcimiento del evangelio en el norte de la India.

Hemos atravesado por una seria de cambios aquí en los últimos cuatro o cinco años, y ustedes han hecho una serie de variados sacrificios, y por esta razón desearía que cada uno de ustedes hubiesen podido ver las caras de personas que hace un año no habían escuchado de Jesús; ellos no habían oído de Él y ahora han confiado en Jesús para su salvación. Desearía que cada uno de ustedes hubiese podido caminar hacia lo interno de esas villas rurales y esos barrios de clase baja urbanos que hace un año no tenían iglesias, y ahora tienen múltiples iglesias reuniéndose en diferentes casas de esas villas y barrios.

Desearía que oyeran al pastor hablar, que lo vieran con lagrimas en sus ojos, hablando sobre como su villa que ha pastoreado por 20 años tiene agua limpia por primera vez en la historia. Quisiera que vieran a las mujeres abrazando a sus hijos sanos en áreas donde los niños han estado muriendo. Más de mil mujeres y niños que están viviendo y superándose en áreas donde los niños estaban muriendo. Cien villas diferentes que ahora tienen agua limpia por primera vez. Eso es 30,000 personas que reciben agua limpia, cuyos hijos no están muriendo de cosas como diarrea.

Quisiera que vieran los dos millones de personas que tienen acceso al Nuevo Testamento en formato de audio por primera vez; siete millones de personas que tienen acceso a historias bíblicas en su idioma por primera vez; literalmente cientos de villas en la India que han sido abordadas con el evangelio por primera vez; miles de hermanos y hermanas indias que han sido entrenados en discipulado y multiplicar iglesias. Alabado sea Dios por su gracia en ustedes. Gracias por su generosidad y su paciencia y su perseverancia y sólo por el privilegio de ser su pastor.

Así que, como su pastor, quiero dejarles dicho por que hemos estado estudiando el libro de Hechos a lo largo de los últimos tres meses. No es una coincidencia. Yo no llegué al final del año pasado pensando “¿Oh, que haremos? A ver. Hechos, vamos a estudiar Hechos”. Hay una razón por la que las últimas tres semanas hemos estado estudiando Hechos, y esa razón es por la que lo hemos estado estudiando en la forma que lo hemos hecho.

Esta es la razón: Dios es glorioso, y Él merece la alabanza de cada grupo de personas en este planeta. Todas las personas en todas partes pecan; las personas en los Estados Unidos de América, personas en La India y en todas partes entre esos países las personas pecan. Se ve diferente en diferentes lugares. En India son dioses de oro, plata y piedra. Aquí, son los dioses del dinero, placer y orgullo, pero son todos dioses falsos a los que le hemos dado nuestro afecto, nuestra devoción, nuestras personas, y la paga del pecado es la muerte eterna. El pago del pecado ante un Dios infinitamente santo es un castigo infinitamente eterno en el infierno.

Sin embargo, Dios, en su misericordia, ha creado un modo para la salvación. Él ha enviado a Su Hijo a pagar el precio por nuestro pecado, para que tome nuestro lugar, para que todo el que crea en Cristo pueda ser reconciliado con Dios para siempre, llevado de los horrores del infierno a la esperanza del cielo basado solamente en lo que Él ha hecho por Su misericordia. Esas son buenas noticias, por eso es llamado evangelio, por que son buenas noticias para todas las personas en todas partes.

Así que este es el asunto, nosotros que conocemos el evangelio, tenemos billones y trillones de años por delante para disfrutar este gran Dios. Por su salvación, sabemos que en billones y trillones de años estaremos apenas comenzando a disfrutar de este gran Dios, y por siempre lo haremos. Estamos aquí por un poco de tiempo, meramente 70 u 80 años. Eso no es tanto comparado con billones o trillones de años. Mientras estamos aquí por un corto tiempo, tenemos un encargo de Dios y este es decirles a todas las personas en todas partes sobre esta salvación. Por eso aún estamos aquí.

¿Por qué no nos lleva simplemente a estar con Él? ¿Por qué estamos aún aquí, en un mundo de sufrimiento y tsunamis, terremotos y pecado? Estamos aún aquí por que tenemos un trabajo que Él nos ha confiado, de dar a conocer Su evangelio en todo el mundo, y eso significa que es un trabajo para todos nosotros, no para algunos de nosotros. Sí este evangelio será conocido en todo el mundo, eso nos requiere a todos nosotros. Esa es la esencia de lo que significa ser un seguidor de Cristo.

Quiero enseñarles esto, Mateo 4:18. Desde el mismo principio, cuando Jesús comenzó a llamar personas a seguirlo, quiero que veas el énfasis en este encargo, esta tarea, este trabajo pendiente. Vean Mateo 4:18. Este es el comienzo mismo del evangelio de Mateo, la llamada inicial de Jesús a sus discípulos, a sus seguidores. Mateo 4:18 dice “Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo…” Este fue el llamado inicial, verso 19 (no está subrayado en tu Biblia, quizás debieras subrayarlo) Jesús le dice inicialmente “Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.” Capten esto, cuando tu le sigues a Él, te conviertes en pescador de hombres. Es así de simple.

Cuando sigues a Cristo, te vuelves un pescador para Cristo. Ahora, esto es, obviamente una imagen en palabras para estos Pescadores. Jesús les dice “Ustedes tienen una nueva vocación cuando me siguen. En vez de tratar de atraer peces a sus redes, atraerán hombres y mujeres al reino, y todo el que me siga yo lo haré pescador de hombre. Tú enfocarás tu vida a traer hombres y mujeres al reino. Esa será la prioridad en tu vida; vivirás para hacer eso”.

Ese era el llamado inicial. Ahora vamos al final de Mateo: Mateo 28, y vean el versículo 19, quiero que vean el principio y el final del libro. En el principio mismo Jesús dice “síganme, pesquen hombres. Cada seguidor es un pescador”. Cuando llegamos a Mateo 28:19, esas son sus últimas palabras a sus discípulos. Esas fueron sus palabras iniciales y ahora son sus palabras finales. En Mateo 28:19 Jesús reúne a esos mismos discípulos que han respondido a su llamado inicial los congrega alrededor suyo y les dice “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

La misma cosa: “Vayan a pescar hombres. Vayan a hacer discípulos entre los hombres y las mujeres en todas las naciones; traigan hombres y mujeres al reino, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñándoles a obedecerme. Esto será lo que harán ahora.” Él le dice a cada seguidor suyo “Ve y haz discípulos”. Así que vemos esto desde el mismo principio hasta el final, el enfoque de Jesús en que sus discípulos pesquen hombres, haciendo discípulos entre los hombres y las mujeres.

Una Convicción Central

Cada discípulo es un hacedor de discípulos. Esta es una de las convicciones catalizadoras que tenemos como una familia de fe; esta es una convicción central para nosotros: cada seguidor de Cristo es un pescador de hombres y mujeres. Cada discípulo es un hacedor de discípulos. Creemos que el propósito fundamental para cada seguidor de Cristo en esta iglesia, sin excepción, es hacer discípulos. Hemos sido llamados a Cristo para hacer discípulos de Cristo; no algunos de nosotros, sino todos nosotros. Cada uno de los seguidores es un pescador y cada uno de los discípulos es un hacedor de discípulos.

La gran comisión no es un llamado para algunos de nosotros, sino una orden para todos nosotros. Creemos que la gran comisión, la cual es la forma en que nos referimos a Mateo 28:18-20, no es un llamado para algunos de nosotros, sino una orden para todos nosotros. Ningún cristiano en este mundo tiene un llamado para hacer discípulos en todas las naciones; cada cristiano tiene la orden de hacer discípulos en todas las naciones. La gran comisión no es una opción para que consideremos o sopesemos entre otras. La gran comisión es una orden para que obedezcamos, lo cual cambia todo sobre como manejamos nuestra iglesia. Eso cambia todo sobre como actuamos como iglesia. Esto aún cambia todo sobre como entendemos lo que está pasando en esta habitación en este momento.

No somos una audiencia de espectadores; somos una comunidad de hacedores de discípulos. No somos una audiencia de espectadores; somos una comunidad de hacedores de discípulos. Eso es quienes somos. No venimos a la iglesia pensando “espero que tengan planeado un buen servicio para nosotros” Nunca estamos aquí para juzgar el sermón. El objetivo no es que nos vayamos “Ah, el sermón estuvo bien. El ya había hablado sobre discipulado antes; es mas de los mismo” No, no te vayas diciendo “La música estuvo bien. Disfruté la mayoría de las canciones, pero hubo una que no me gustó” Eso no es lo que hacemos.

Ahora. Eso es lo que nuestra cultura de consumismo nos hace pensar que estamos haciendo aquí, y eso es lo que se cuela en cada una de las iglesias en nuestra cultura. Es lo que ustedes se sentirán tentados a hacer cuando se retiran de una reunión. Querrán decir “¿Qué tal me pareció esto? ¿Qué tal quedó aquello? ¿Cómo aquello se adapto a mi?” Ese es el punto del asunto.

Bill Hull, un pastor que ha escrito mucho sobre el discipulado, dice que las Iglesias americanas están llenas de “Llena bancos: degustadores de sermones, esquizofrénicos espirituales, cuyas creencias y comportamientos no son congruentes” Eso es, eso es con lo que hemos estado luchando en los últimos años. Eso es con lo que yo como pastor he estado luchando en los últimos años. Eso es con lo que hemos luchado como familia de fe en los últimos años. ¿Realmente creemos lo que leemos cada semana? ¿Realmente creemos lo que estamos diciendo? ¿Realmente creemos lo que cantamos? Si Dios es quien dice ser, y su salvación es tan grande como decimos que es, y hay billones de personas que nunca han oído de ella o que no la han recibido y quienes se dirigen a un infierno eterno, entonces nuestra conducta se vería muy diferente en este mundo.

No tenemos tiempo de jugar juegos con nuestras vidas, no sí este libro es verdad. No tenemos tiempo de entretenernos, organizar cosas que giren a nuestro rededor, que nos pongan cómodos. No, no tiene sentido sí creemos en la Biblia; simplemente no da la suma. Es incongruente. No, sí esto es verdad, entonces no somos espectadores aquí, somos hacedores de discípulos. Todos nosotros tenemos este trabajo que hacer. Esto no es sólo para algunos de nosotros, esto nos conduce a todos nosotros.

Robert Coleman escribió un clásico sobre el discipulado, probablemente uno de los libros que más ha influenciado ni vida fuera de la Biblia, llamado “El plan maestro del evangelismo”. Lo recomiendo muchísimo. Él lo escribió hace ya más de 30 años, pero es un libro increíble. En “El plan maestro del evangelismo” Coleman escribió esto: “Discipular hombres y mujeres es la prioridad alrededor la cual nuestras vidas deben estar orientadas. La gran comisión no es un llamado especial o don del Espíritu; es una orden- una obligación que incumbe a toda la comunidad de fe. No hay excepciones. Presidentes de bancos y mecánicos automotrices, médicos y maestros de escuela, teólogos y amas de casa – todo el que cree en Cristo tiene una parte en Su trabajo (Juan 14:12).

La gran comisión es un estilo de vida que dirige la totalidad de los recursos de cada hijo de Dios. Aquí el ministerio en Cristo cobra vida en la actividad del día a día del discipulado. Ya sea que tengamos un empleo “secular” o una posición eclesiástica [lo que significa una posición en la iglesia] un compromiso al estilo de Cristo de llevar las naciones al reino eterno deber ser parte de ello. Sí hacer discípulos de todas las naciones no es el latido del corazón de nuestra vida, algo está mal, ya sea tu entendimiento de la iglesia de Cristo o tu disposición de caminar en Su camino”.

El discipulado debe ser el latido del corazón de cada una de nuestras vidas. Esa convicción central debe ser esparcida por todo el mundo, que cada discípulo de Cristo aquí es un hacedor de discípulos. Ahora, esa convicción conlleva la pregunta ¿sí hacer discípulos es el latido de nuestras vidas, y la prioridad alrededor de la cual nuestras vidas deben estar orientadas, entonces como se hace? ¿Cómo se hacen discípulos?

Porque si esa es la prioridad alrededor de la cual nuestras vidas giran, debemos saber cómo llevarlo a cabo, y aquí es donde hace cuatro años, en el primer año después de que llegué aquí, llegué al punto en que dije “estamos hablando de discipulado todo el tiempo” pero sí hiciéramos una encuesta entre las personas sentadas en los asientos en un domingo, ya sea aquí o en otra iglesia, y preguntáramos “¿Cómo se hacen discípulos de todas las naciones? ¿Cómo se hace eso? ¿Cómo se ve eso de forma práctica?” Sé que ustedes, probablemente, reciban toda clase de respuestas diferentes. Probablemente reciban mucha ambigüedad y aún más probablemente algunas mirada en blanco. Sí fuéramos a hacer una encuesta preguntando “OK, ¿Cómo se hacen discípulos?” las respuestas estarían en todas partes del mapa, probablemente, y eso no es bueno.

Si, vamos a ser buenos en algo como seguidores de Cristo, debemos ser buenos en lo que es de Él. Necesitamos saber cómo hacer eso. Así que, hace cuatro años, apartamos unas simples seis semanas y vimos una serie llamada “Sígueme”, donde pasamos tiempo estudiando Mateo 4 y Mateo 28 y Juan 17, y miramos a lo que Jesús hizo con sus discípulos que nos ayudaría a informarnos en lo que respecta a su orden de hacer discípulos, y lo atravesamos y nos preguntamos “¿Cómo se ve eso de hacer discípulos?” Fue una base.

Así que, cuando se estaba acabando el año pasado, y mientras pasaba un tiempo concentrado en oración. Orando por la senda en la que el Señor deseaba que nosotros camináramos en Su Palabra en este año, hay muchas cosas en las que, espero, Dios mediante, nos adentraremos este año a medida que este avance, pero esto es lo primero y lo más importante. Como mencioné, hemos atravesado por muchos cambios en los últimos cuatro o cinco años. Hay muchas personas que están aquí que no estaban cuando estudiamos esa serie en el 2007. Aún los que estaban aquí, la realidad es que esta es la prioridad alrededor de la cual nuestras vidas giran, el latido de nuestras vidas, continuamente necesitamos volver a lo que significa hacer discípulos.

Así que, me doy cuenta de que esto es algo en lo que necesitamos adentrarnos, y hablamos de discipulado mucho aquí y queremos estar seguros que sabemos lo que la escritura quiere decir con esto. Ahora, en vez de volver y hacer el mismo estudio que hicimos en el 2007, lo que decidí hacer es adentrarnos en el libro de Hechos. Jesús dice “vayan y hagan discípulos por todas las naciones”, y lo que sucede después de eso en el libro de Hechos es la pregunta a esa respuesta. El libro de Hechos es una imagen de cómo el discipulado se desarrolló en la iglesia primitiva. Lo que hemos leído en los últimos tres meses y estudiado es una imagen del discipulado en acción. Es una imagen del evangelio.

La primera iglesia en el libro de Hechos empezó con un grupo de 120 personas. Eso es el 3 por ciento del tamaño de esta iglesia. 120 es un grupo pequeño de personas, y para el final de Hechos 28, el evangelio se había multiplicado y algunos estiman que la iglesia era 400 veces el tamaño que tenía cuando comenzó. Eso es bueno. Sí experimentas un crecimiento de una 400 por ciento, ha sido un buen día. La iglesia se está multiplicando y el evangelio está yendo a las partes más lejanas de la Tierra. ¿Cómo sucede eso? ¿Cómo avanza el evangelio de esa manera? Queremos ser parte del avance del evangelio de esa manera. Queremos que el Reino experimente un crecimiento de un 400%. Eso sería bueno. Ese sería un buen sitio para empezar. Queremos ver eso, pero ¿Cómo se logra eso?

Algunos dirían “bueno, son los líderes como Pedro y Pablo”, y sin dudas el libro de Hechos se enfoca en líderes claves como Pedro y Pablo, pero lo que quiero que veas es que este esparcimiento del evangelio y esta multiplicación y crecimiento de la iglesia no estuvo, en última instancia, basada en un par de líderes, sino en un pueblo entero dándose cuenta de que todos ellos eran hacedores de discípulos. Esto era todo el pueblo de Dios, no algunas personas. Así es como se multiplicó la iglesia.

Déjenme enseñárselo. Vamos a Hechos 4 conmigo. Déjenme darle un tour rápido y quiero enseñarles que este libro que hemos estado leyendo en los últimos 3 meses no es sólo sobre unas pocas personas haciendo discípulos, sino sobre todas las personas haciendo discípulos. Quiero que vean al principio de Hechos 4:13. Sólo quiero mostrarles ese versículo. Esto es de hecho sobre dos apóstoles, Pedro y Juan, pero quiero enseñarles que este libro que hemos estado leyendo no es sobre “súper cristianos” llevando el evangelio a los confines del mundo

Recuerden que Pedro y Juan habían estado predicando el evangelio, y la multitud les veía. Hechos 4:13 dice que la multitud “viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús” Esta es la traducción literal aquí. Cuando dice “eran hombres sin letras y del vulgo” Esto literalmente dice que ellos se dieron cuenta de que eran “ignorantes iletrados”. Esto es grandioso.

Amo que Lucas escribió eso sobre Pedro y Juan. Así eran, “ustedes eran percibidos como ignorantes iletrados” Así que están animados, nosotros somos por lo menos lo mismo que ellos. Yo diría que somos por lo menos lo mismo, creo que estamos por lo menos al mismo nivel. Puedo darles ánimo diciéndoles que somos por lo menos ignorantes iletrados. No estamos comenzando por debajo de ellos. En todo caso, estamos delante de ellos por que acabas de leer esto. Así que estamos adelantados en el juego. Así que ellos han sacado a los súper héroes de nuestra liga. No, estamos por delante de ellos, estamos fuera de su liga.

Entonces, podrías decir, “bueno, igual se trata de Pedro y Juan”. Ve conmigo a Hechos 8. Algo de esto es una evaluación, pero es una buena evaluación y una evaluación clave. Miren a Hechos 8:1. Recuerden, esto es justo después de que Esteban fue apedreado, y Saulo estaba ahí aprobando esa ejecución. Hechos 8:1 dice: “Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles” entonces dice “Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban… Y Saulo asolaba la iglesia” el verso 4 dice “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio”.

¿Se dieron cuenta de eso? ¿Fueron los apóstoles lo que estaban avanzando el evangelio en Judea y Samaria? No, ellos se estaban quedando en Jerusalén. Las personas que estaban yendo a Judea y Samaria con el evangelio eran todas menos los apóstoles. Ellos eran simplemente personas normales, no apóstoles, sino seguidores normales de Cristo, Ellos se esparcieron y ellos predicaban la Palabra. La Palabra ahí literalmente dice “ellos evangelizaban; ellos daban a las personas la buenas noticias”.

Miren lo que ellos hicieron. Sigamos en Hechos 11:19. Estas personas anónimas que estaban esparcidas no eran apóstoles, sino seguidores normales de Cristo. Miren a Hechos 11:19 “Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos. Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene…” estamos ya en el verso 20 “los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús. Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor”.

El evangelio avanza, y las personas vienen a Cristo, no por causa de los apóstoles, sino por que las personas se están esparciendo, y están predicando. Todos ellos están predicando. Esta es la base de la iglesia en Antioquia. ¿Quién fundó la iglesia en Antioquia? ¿Pedro? ¿Pablo? ¿Santiago? No, simplemente seguidores normales de Cristo, todos predicando la palabra y compartiendo el evangelio dondequiera que iban, y la iglesia de Antioquia fue fundada. Esta fue la base para el ministerio a las naciones, fundada por un montón de cristianos anónimos. Ellos eran cristianos ordinarios y promedio.

Quiero mostrarles algo más, Hechos 19. Recuerden esto, Hechos 19:10, Pablo estaba en Éfeso y Pablo se queda en Éfeso por un par de años predicando. El se queda en Éfeso. Él no está viajando. Pero escuchen el verso 10, dice que Pablo “continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús”.

¿Fue Pablo a Asia? No. Pablo se quedó en Éfeso todo el tiempo que predico la palabra allí, y lo que pasó es que las personas oyeron la palabra y después ellos fueron por toda Asia. La razón por la que todo el mundo en Asia oyó la Palabra de Dios no fue Pablo, sino por las personas. Ellos salían todos, así es como todas las personas en Asia oyeron la Palabra, oyeron del evangelio, porque las personas estaban yendo a todas partes en Asia.

Esto no es solo el libro de Hechos. Sí ves en la historia cristiana, y ves los momentos en que el evangelio avanzó, se ve que las misiones de las iglesias se habían esparcido como un fuego incontrolable. Yo leía la semana pasada, mientras estaba en la India, sobre los Moravos del siglo 18, un pequeño grupo de creyentes. Su lema era “Cada cristiano es un misionero”. Eso es lo que ellos creían y eso era el centro de lo que ellos eran. Era su convicción central. Eso no significaba que cada creyente viajaba a otras tierras llevando el evangelio, sino que significaba que ellos creían que “donde sea que trabajemos, donde sea que vivamos, estamos ahí para compartir el evangelio y para esparcir el evangelio. Esa es la razón por la que tenemos trabajos; esa es la razón por la que tenemos posiciones en la sociedad; esa es la razón por la que somos negociantes o banqueros o esto o aquello. Es para el esparcimiento del evangelio”.

Entonces, lo que pasó fue que a medida que se empezaron a dar cuenta de que el evangelio necesitaba ser oído en otras partes, ellos no tenían los recursos y el dinero para mandar misioneros como pensaríamos el día de hoy, así que lo que hicieron fue mandar personas de negocios y personas que estaban trabajando en empleos allí, compartiendo el evangelio allí y eso decía “podemos hacer el mismo trabajo en este país o en ese otro allá” Así que van, y hacen su trabajo allí y evangelizan; ellos comparten el evangelio mientras están allá. Ellos comparten las buenas noticias.

Un historiador dijo “La contribución más importante de los moravos era su énfasis en que cada cristiano es un misionero y debe ser testigo a través de su vocación diaria. En ese sentido, ellos se convirtieron en una de las iglesias misioneras más extraordinaria en la historia cristiana” Eso es; todo lo que ellos hicieron fue creer que cada discípulo era un hacedor de discípulos. Ese es el secreto. Esa era la clave. Es el esparcimiento del evangelio en Hechos, el esparcimiento del evangelio entre los moravos, y estoy convencido que es lo que sucede cuando las personas en nuestra ciudad se niegan a verse a sí mismas en las iglesias como espectadores. Todos somos hacedores de discípulos. Todos estamos viviendo, trabajando y respirando para traer hombres y mujeres al reino.

Ese es todo el punto para el cual estamos en el planeta, y cuando nos damos cuenta de eso, no hay tope para que podamos ser parte del esparcimiento del evangelio a los fines de la tierra.

Cuatro Componentes

Así que, esta es la razón por la que quiero que vayamos a Hechos. En las próximas pocas semanas, lo que quiero que hagamos es ver en retrospectiva lo que leímos en los 28 capítulos de Hechos, y quiero que pensemos en el discipulado que hemos visto en acción. Quiero que estudiemos los componentes del discipulado. Eso fue lo que hicimos en esa serie en el 2007. Identificamos, directo de la gran comisión, cuatro componentes del discipulado que vemos en la vida de Jesús, que Él nos ordena hacer, y quiero que pensemos, en las próximas 4 semanas, como se desarrolló esto en el libro de Hechos.

Ir: Compartimos la Palabra

El primer componente es ir. Así que esto es ir y hacer discípulos. Jesús ordena que compartamos la Palabra. El discipulado conlleva introducir a las personas a Jesús. Esta es la parte fundamental de hacer discípulos y guiar a las personas a una fe en Cristo. Sí no estamos guiando a las personas a una fe en Cristo, entonces no estamos haciendo discípulos. Aquí es donde comienza, no donde se acaba. Compartimos la Palabra.

Bautizamos: Enseñamos la Palabra

Entonces, mediante el bautizo enseñamos la Palabra. “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” Mateo 28:19. Estamos mostrando la vida de Cristo y la identificación con Cristo y con Su cuerpo en la iglesia.

Enseñar: Enseñamos la Palabra

Tercero, enseñamos la palabra. “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado;”1 El discipulado claramente envuelve enseñarle a las personas a obedecer a Cristo y seguir sus pasos. Ahora quiero que vean cerrar el círculo: guiamos las personas a Cristo, los vemos identificarse con Cristo y su iglesia, y después le enseñamos a obedecer a Cristo. ¿Qué nos ordena Cristo hacer? Él nos ordena hacer discípulos. Así que les enseñas a hacer discípulos y se convierten en discípulos que hacen discípulos hasta que todo el mundo en el planeta conozca que este Dios es glorioso.

En todas las Naciones: Servimos la Palabra

Finalmente, en todas las Naciones: servimos la Palabra. No nos detenemos hasta que cada grupo de personas en el mundo haya sido alcanzado con el evangelio. Así que, eso es. Eso es directo de Mateo 28: ir, bautizar, enseñar en las naciones compartiendo la Palabra, mostrando la Palabra, enseñando la Palabra y sirviendo al mundo. Esto es lo que hacemos, todos: todos compartimos la Palabra, todos enseñamos la Palabra, todos mostramos la Palabra y todos servimos al mundo. Así que, mi esperanza es que después de estas cuatro semanas, sí hiciéramos una encuesta entre los miembros de esta familia de fe y dijeras “¿Qué significa hacer discípulos?” Que no solo digamos “Si, significa esto” Claramente, sabemos lo que significa, sino que podamos decir “así se ve en nuestras vidas. Así es como lo estamos aplicando en nuestras vidas”. Cuando eso suceda, entonces por la gracia de Dios y el Espíritu de Dios en nosotros, no se podrá detener el esparcimiento del evangelio a través de la iglesia.

Así que, lo que vamos a hacer es un poco diferente a lo que normalmente hacemos. En vez de tomar un pasaje de la Escritura cada semana, en las próxima cuatro semanas, veremos el libro entero, y veremos como ellos compartieron la Palabra allí, y como mostraron la Palabra allí. Y como ellos enseñaron la Palabra allí y que significa eso para nuestras vidas. ¿Cómo estaban ellos sirviendo al mundo allí? Todo eso llevará a la última semana, donde pensaremos sobre como ellos avanzarían el evangelio hasta los confines de la tierra. Entonces, vamos a considerar algunas formas en que eso se vería para nosotros como familia de fe.

Compartimos la Palabra

Así que, veremos como compartir la Palabra. Debemos ver que aquí es donde el discipulado comienza, con compartir el evangelio con otros. Bart hablo de eso la semana pasada: predicamos el evangelio para nosotros mismos y eso sobreabunda en predicar el evangelio a otros. Así que no predicamos el evangelio simplemente para nosotros, sino que predicamos el evangelio para los demás. ¿Cómo se ve eso?

Compartir la Palabra es un área donde mi corazón está más afligido en lo que respecta a nuestra familia de fe. Creo que hay muchas cosas que, por la gracia de Dios, estamos 1 Mateo 28:20 haciendo bien, y hay cosas que ciertamente requieren trabajo. Una de esas áreas donde pienso que somos más débiles es cuando se trata de compartir el evangelio con personas justo a nuestro lado. Mientras hacemos cosas alrededor del mundo, y mientras llevamos a cabo otras facetas del discipulado, de las cuales hablaremos, pienso que una de las áreas en las que luchamos y en las que lucho en mi propia vida es compartir el evangelio intencionalmente con las personas que no conocen a Cristo.

Si no estamos haciendo esto, entonces podemos hablar todo el día sobre hacer discípulos y esto y aquello, pero si no estamos haciendo esto, estamos perdiendo el sentido del asunto. Así que, quiero que pensemos juntos sobre lo que significa compartir la Palabra. Estas no son cosas trascendentales de las que hablaremos, pero son cosas muy importantes.

¿Saben? Esto es clave. Hay personas que piensan que para compartir el evangelio necesitas pasar por un intenso entrenamiento sobre el tema. ¡Sí tan sólo yo pudiera terminar con ese mito totalmente! Eso no es verdad. Tú no necesitas tomar un entrenamiento intensivo para poder compartir a Cristo con otros.

Toma a los abuelos por ejemplo. ¿Quién conoce algún abuelo o abuela que haya tomado un entrenamiento intensivo sobre cómo hablar sobre sus nietos? Ellos disfrutan hablando de sus nietos. Esto es porque lo que está en tu mente sale por tu boca; lo que sobreabunda en tu corazón, tu boca habla. Sus nietos están en sus corazones y en sus mentes y está constantemente saliendo por sus bocas.

Oro por que Cristo esté tan cercano y tan querido y tan central en nuestros corazones que no podamos tener una conversación sin que palabras sobre Cristo fluyan de nosotros. Ese es el objetivo aquí. El evangelismo no es un programa, leyes o reglas; el evangelismo es una conversación diaria en la que Cristo sobreabunda de nuestros corazones a través de nuestras bocas.

Esta es la belleza de Punja. Punja es una dama que conocí en la India recientemente. Punja y su esposo habían sido invitados a una reunión de adoración en navidad, en una casa iglesia, y ellos fueron y no regresaron por un par de semanas, entonces volvieron. Una mañana, en una reunión de adoración, Punja y su esposo fueron. Se sentaron durante la reunión y al final, los miembros de la iglesia iban a tener un bloque de 4 horas donde iban a estar hablando sobre como ellos podían esparcir mejor el evangelio en su comunidad y trazando estrategias para eso. Ellos preguntaban “¿Qué podemos hacer para esparcir el evangelio?”

El pastor se le acerca a Punja y le dice “sabes, tenemos esta reunión después y nos vamos a quedar, pero tu probablemente no estarás interesada en eso” O sea, Punja ni siquiera era creyente en Cristo. Ella dice “Bueno, me gustaría quedar y escuchar”, así que Punja se sienta ahí y escucha. Mientras ellos hablan de compartir el evangelio en su comunidad, obviamente, ellos dicen “bueno, necesitamos conocer el evangelio” y mientras hablaban del evangelio Punja está escuchando y decide confiar en Cristo para su salvación. Ella es salvada en una reunión estratégica. Ella viene a Cristo.

Bueno, ahora Punja, tras ser salva, ella de hecho cree que ella está supuesta a hacer lo que ellos han estado hablando en esas cuatro horas, así que ella vuelve a su casa y reúne alrededor de 24 amigos y familia en su casa y comparte el evangelio con ellos. Siete de sus familias y amigos vienen a Cristo. Mantengan en cuenta que esto es una semana después. Siete de su familia y amigos vienen a Cristo, y después la próxima semana, ella aún es una nueva creyente, un nuevo grupo de creyentes empieza a reunirse en su casa. ¡Eso es asombroso! De venir a Cristo a plantar una iglesia en dos semanas. ¿Podrías tú ser parte de algo como eso? ¿por qué no? Es el mismo Espíritu en Punja y es el mismo evangelio. Ella no está más adelantada que nosotros. Todo lo que ella sabía era el evangelio. Eso es todo lo que se necesitó para llevar a las personas a Cristo y para ver una iglesia formarse en un par de semanas.

¿Que pasa cuando eso está pasando en toda la iglesia? Eso es lo que vemos en el libro de Hechos. Se desenvuelve en un contexto como ese. Dios, que se desarrolle en este contexto. Así que compartimos la Palabra. Todo lo que necesitamos es el evangelio.

Recibimos el Evangelio de Cristo

Recibimos el evangelio de Cristo. Para compartir el evangelio, debemos tener el evangelio. Creemos y aceptamos el evangelio, lo cual es clave. Cuando ves en el libro de Hechos, un cuarto de este libro está lleno de mensajes y discursos de apóstoles y otras personas explicando el evangelio y si analizas esos mensajes y discursos y, una y otra vez, ves un evangelio esencial que predomina, 5 componentes o elementos no negociables de ese evangelio. Hemos hablado de esto antes, pero lo vemos en Hechos. El primer componente es el carácter de Dios. Miren el sermón de Pedro en pentecostés, en Hechos 2. Miren al sermón de Pablo en Antioquia de Pisidia, en Hechos 13. Estos son mensajes centrados en la naturaleza de Dios, centrados en Dios. El evangelio comienza con Dios, con el carácter de Dios y la iniciativa de Dios. Obviamente, para poder compartir la Palabra, para compartir el evangelio, tenemos que comunicar quien Dios es. Sí nos equivocamos ahí, perdemos el punto del evangelio. Así que, primero es el carácter de Dios.

Entonces, el próximo componente es la naturaleza pecaminosa del hombre. De nuevo, sí miras a Pedro en Hechos 2, el dice “Ustedes crucificaron a Jesús. Ustedes mataron al hijo del Dios”. En Hechos 7, Esteban mira a las personas y les dice “Duros de cerviz,”. Miren a Pablo en Hechos 17, el dice “ustedes son personas idolatras, adorando a todos esos diferentes dioses” Él está abordando la naturaleza pecaminosa del hombre, lo cual es obviamente clave. ¿Cómo te escuchará alguien hablar sobre cómo pueden ser salvados hasta que no sepan que necesitan ser salvados?

Francis Schaeffer fue preguntado una vez “¿Qué harías si conoces un hombre en el tren, y tuvieras una hora para hablarle del evangelio?” Esto es lo que Schaeffer respondió. Sí yo tuviera una hora para compartir el evangelio, dijo Pasaría 45 a 50 minutos en lo negativo, para realmente mostrarle su dilema, que está moralmente muerto, entonces tomaría 10 a 15 minutos para predicar las buenas noticias. Creo que mucho de nuestro trabajo evangelístico hoy no está claro simplemente por obtener una respuesta sin que el hombre se dé cuenta primero de la causa real de su enfermedad, la cual es verdadera culpa moral, no sólo sentimientos psicológicos de culpa en la presencia de Dios”.

Vemos la Naturaleza Pecaminosa del Hombre en Hechos

Luego, por supuesto, está la suficiencia de Cristo. La raíz del evangelio que está siendo predicado en Hechos es Hechos 2:36, cuando Pedro dice “a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.” Hechos 4:12 dice “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” Es el nombre de Cristo. Él es el Mesías crucificado. Cuando Hechos dice que Él es el Cristo, es una referencia al hecho de que Él es el Mesías prometido que vendría, el que murió y fue crucificado por los pecados del hombre. Sin embargo, Él no fue simplemente crucificado, sino que es el Salvador resucitado.

Llegamos a 1era de Corintios 15, y Pablo narra el evangelio. Él dice, “este es el evangelio que yo recibí, que Cristo murió por los pecados, fue enterrado y fue levantado en el tercer día” Hechos 3:15 dice “y matasteis al autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos”. El evangelio que predicamos y que compartimos, es que Jesús murió en la cruz por nuestros pecados, Él se ha levantado de su tumba y es el Señor reinante. El es el Señor, punto. A todo lo largo de Hechos, Jesús es llamado Señor soberano que reina en las alturas. Él es el juez de todo hombre. Hechos 10:42 y Hechos 17:24 dice que “siendo Señor del cielo y de la tierra”. Este es el Jesús que predicamos.

Cuando compartimos el evangelio, compartimos sobre el carácter de Dios, lo pecaminoso del hombre, quien es Cristo, lo que Cristo ha hecho y la necesidad de la fe. Eso nos hace preguntarnos ¿Qué preguntaron en pentecostés? “¿Qué haremos, Pedro?” Pedro les dice “ustedes han crucificado al Hijo de Dios” Ellos dicen “¿Qué hacemos?” Pedro responde y no dice “invita a Cristo a tu vida o acepta a Jesús en tu corazón. Él no dice “bajen sus cabezas, cierren los ojos y levanten sus manos” Él dice “arrepiéntanse”.

Si vemos a lo largo del resto del libro de los Hechos, veremos dos palabras que son siempre mencionadas cuando se trata de responder al evangelio: arrepiéntanse y crean. El arrepentimiento significa dar la espalda al pecado. Cinco veces en el libro de Hechos vemos “arrepentirse” y es así como responden al evangelio. Entonces vemos “creer”, esto significa confiar en Cristo. En Hechos 16:31, el carcelero filipense pregunta “¿Qué debo hacer para ser salvo?” Pablo responde “cree en el señor Jesucristo y será salvo”.

Entonces, hay dos veces, Hechos 20:21 y Hechos 26:20, cuando arrepentimiento y creer son mencionados juntos. Esta es la respuesta bíblica apropiada para el evangelio: arrepiéntete y cree, aléjate del pecado y confía en Cristo. Así que, cuando tú y yo compartimos el evangelio, no estamos simplemente compartiendo información, sino extendiendo una invitación. Estamos invitando a las personas y estamos urgiendo a las personas y animando a las personas “¿Quieres dar la espalda al pecado?” “¿confiarás en Cristo como Señor y Salvador?” La eternidad de cada cual depende de cómo respondan.

Lo que lleva al último componente: la urgencia de la eternidad. Los predicadores en el libro de Hechos están llamando a las personas a ser salvadas de la destrucción, de una generación malvada y rebelde. Hermanos y Hermanas, compartimos el evangelio por que la eternidad de las personas depende de oírlo y de responder a ello. No hay nada más importante que podríamos hacer. Así que, pausen por un momento. Miren al evangelio, este mensaje que está siendo proclamado en el primer siglo, y piensen en este mensaje. Los discípulos van por todas partes en el primer siglo diciendo “Este criminal convicto que fue crucificado en la cruz, Él es el Dios eterno y Salvador y Juez de tu vida”.

Un historiador, un escolar, dijo “Cómo podrían personas estudiadas y sofisticadas mostrar algo más que desdén por ese mensaje” y es cierto; muchas personas respondieron en esa manera. Anoten esto: cuando compartimos este evangelio, muchas personas responderán en esa manera, con desdeño por ese mensaje. Decimos que 2000 años atrás había un hombre, Dios encarnado, que murió en la cruz por tus pecados, que se levanto de la tumba, que ascendió al cielo y que un día estarás parado ante el como juez, así que arrepiéntete de todos tus pecados y vuélvete y confía en Él y entrega tu vida a Él.

Mucha gente ridiculizará esto, y es ahí donde las muchos cristianos dicen “OK, bien, ¿cómo puedo cambiar este mensaje para hacerlo más potable para las personas? ¿Cómo lo ajusto para que más personas respondan?” Hermanos y hermanas, no tenemos necesidad de ajustar este mensaje. Por 2000 años, este evangelio ah sido el poder de Dios para la salvación. Este evangelio era el poder de Dios para tu salvación. Alabado sea el señor que nadie lo hizo más potable para ti. Ellos confiaron en el real evangelio de un Salvador real con real ira y real salvación. Así que, comparte este evangelio y proclama este evangelio y ve que sucede. Esta historia de Punja, ella tenía el evangelio, ella compartió el evangelio y siete personas respondieron y confiaron en Cristo.

Poseemos el Espíritu de Cristo

Esto nos lleva a la segunda parte: poseemos el espíritu de Cristo. Esto es de lo que se trata el libre de Hechos. Algunas lo han llamado Hechos del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es mencionado 50 veces en este libro. Más que en ningún otro libro de la Biblia, lo que está pasando ahí es que la gente está llena de Espíritu Santo, están siendo empoderadas por el Espíritu Santo y están recibiendo dones del Espíritu Santo. El Espíritu Santo los está equipando para el ministerio. El Espíritu Santo está avanzando el evangelio. Ahora, eso no significa que nos sentemos pasivos y hagamos nada.

Nuestra responsabilidad en el evangelismo: hablar con nuestras bocas. A lo largo de todo este libro, las personas están hablando a las multitudes y a los individuos. El evangelio no avanza sin alguien diciendo algo. Para compartir la Palabra, tenemos que hablar de la Palabra. El discipulado, en principio, es una actividad hablada. Hablamos del evangelio con nuestras palabras y la belleza es la soberanía de Dios y su evangelismo: él abre sus corazones. Hablamos del evangelio y hay un poder sobrenatural. No hay nada en el libro de Hechos que sea natural, todo es sobrenatural.

Declara este evangelio. Hechos 16:14, Pablo está hablando a la orilla del rio, y a medida que habla, el Señor abre el corazón de Lidia para responder. Esto es Hechos 13:48 “creyeron todos los que estaban ordenados para vida eternal”, Hechos “el Señor añadía cada día a la iglesia” Él añadía. La soberanía de Dios está por toda esta imagen. Eso no significa que nos sentamos a hacer nada. No, estamos hablando, pero a medida que lo hacemos, el Espíritu Santo está trabajando.

Okey, otro pastor, Rajesh, un pastor desanimado en el norte de India, está listo para tirar la toalla, rendirse, listo para renunciar, y él va a este entrenamiento para pastores que nosotros hemos ayudado para hacer posible, y en este entrenamiento están hablando de hacer discípulos y multiplicar iglesias. El reto para cada uno de estos pastores es encontrar una villa donde no haya iglesia y, al estilo de Lucas 10, entrar, buscando a una persona de paz. Así que, el reto es que vayan a una villa y a la primera persona que vean decirle “vengo en el nombre de Jesucristo y quiero orar por los hogares en esta comunidad. Quiero orar al único Dios verdadero por estos hogares” Eso es a lo que reto a Rajesh y a los otros pastores y a Rajesh no le gusta. Él dice “esto no funcionará, uno no entra simplemente a una villa y hace eso” Sin embargo, él está al final de su cuerda y listo para renunciar, pero él dice “¿porqué no intentarlo?”

Así que, él va a una villa que no tiene iglesia. Él entra. A la primera persona que se le acerca le dice “estoy aquí en el nombre de Jesús” y antes de que pudiera seguir, el tipo le detiene y le dice “¿Jesús? He estado pensando en Él” Rajesh le dice “¿si?” y el dice “Si, ¿vendrías a mi casa?” así que Rajesh dice si. Rajesh va a la casa de esta persona y comparte el evangelio con él. El hombre responde y confía en Cristo para su salvación y llama a sus amigos y familia y dice “necesitan oír esto” y una iglesia nace en la casa de este hombre. Todo lo que él hizo fue compartir el nombre de Jesús y el Espíritu de Dios abrió los corazones y una iglesia fue fundada. ¿Qué hizo Rajesh? Él solo dijo Jesús y el Espíritu hizo el trabajo.

¿Podrá ser que el mismo Espíritu que estaba trabajando en esa villa antes de Rajesh es el mismo Espíritu trabajando en las vidas de las personas con las que trabajas y alrededor de las cuales vives? Vamos a tener que empezar algo aquí. El espíritu de Dios está trabajando en toda nuestra ciudad. Simplemente vamos a predicar el evangelio y sólo vamos a hablar de Jesús y veremos qué pasa. ¿Por qué no puede pasar lo mismo? Pasó en Hechos y en India, ¿Por qué no puede pasar aquí?

Reflejamos el Carácter de Cristo

Poseemos el Espíritu de Cristo, y reflejamos el carácter de Cristo. Bien, reflejamos el carácter de Cristo. Estoy viendo en Hechos, y veo como ellos comparten la Palabra, No puedo evitar pararme en Hechos 5, cuando Ananías y Safira son eliminados por Dios por su engaño. Hechos 5:11 dice que la iglesia entera estaba asustada, y dos versos más adelante, dicen que las personas fuera de la iglesia estaban asustadas. Entonces, escuchen a Hechos 5:14, dice: “Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres” una multitud tanto de hombres como de mujeres venían Cristo, y creo que vemos aquí una directa relación entre la pureza de la iglesia y el crecimiento; la santidad de las personas y el esparcimiento del evangelio.

Recuerdo esto cada vez que viajo a otros países, especialmente a los contextos orientales. Recordé esto esta última vez. Hay muchas personas en los contextos orientales que ven la cristiandad como una religión del occidente, y ellos asocian el occidente con la vida desenfrenada, con la inmoralidad, y como resultado, hay muchas personas que ven la cristiandad a través de ese lente, especialmente en lugares de apariencia muy moral y conservadora, lugares hindúes y musulmanes que ven desenfreno en el occidente y dicen “no queremos parte en eso; eso es la cristiandad”.

No puedo evitar pensar en Romanos 2, cuando Pablo dice “el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros” y el nombre de Cristo está siendo blasfemado entre muchas naciones por causa de los cristianos profesantes. Esto no es sólo a lo externo de nosotros, sino que hay resistencia dentro de nosotros. Huyan de la inmoralidad y busquen la santidad, pureza en sus vidas, en sus matrimonios, si, por ustedes mismos. Es bueno ser santos. Dios nos ha dado estos mandamientos de pureza y santidad y huir de la inmoralidad por el bien de otros, para que nos vean y noten que hemos estado con Jesús. Quiero que sintamos, en un sentido, esta responsabilidad. Nuestra santidad y nuestro crecimiento en Cristo tendrán un efecto directo en nuestros testigos para Cristo y en nuestra habilidad de llevar a otros a Cristo.

Hay un sentido en el que, si cedemos como portadores del nombre de Cristo, si cedemos y nos rendimos a la inmoralidad, si somos una iglesia que consume pornografía, si somos una iglesia de chismosos, y la inmoralidad llena nuestras vidas, entonces estamos boicoteando nuestra habilidad de compartir el evangelio con personas cuya eternidad depende de oír el evangelio y de ver el evangelio claramente en nosotros.

Apaga la computadora por tu propio bien y por el bien de las personas que necesitan ver el evangelio en ti; para que cuando lo vean en ti, lo escuchen de ti. En nuestros matrimonios, busquemos a Cristo y honremos a Cristo. Si Cristo es evidente en sus matrimonios, entonces ¿Qué evangelio estamos predicando? Ese es el diseño mismo del matrimonio, para mostrar a Cristo en la iglesia. Así que, reflejemos el carácter de Cristo, para que noten que hemos estado con Cristo. Ellos oirán y ellos escucharán.

Avanzamos el Reino de Cristo

Cuando recibimos el evangelio, poseemos el Espíritu y reflejamos el carácter de Cristo, entonces estamos avanzando el reino de Cristo. De eso se trata todo el libro. Miren los extremos del libro de Hechos. Hechos 1:3 empieza con Jesús hablando de cosas concernientes al reino, y entonces Hechos 28 habla sobre Pablo en medio de Roma predicando el Reino y toda la imagen se trata de un reino que está avanzando.

Quiero volver rápidamente a reflejar el carácter de Cristo. Quiero tener cuidado de no poner ninguna clase de carga insostenible en ustedes, aún animándoles a la pureza y a la santidad, y la realidad es que, en un sentido, las vidas de las personas en la eternidad están basadas en ver el evangelio, pero sepan esto: Cristo ha tomado responsabilidad por nuestra santidad, y Él nos hará puros, y Él no permitirá huir de la inmoralidad. Él hará esto una realidad en nosotros. Así que, obedézcanle, descansen en Él, dejen que Él haga eso en nosotros, y en el proceso, muestren el evangelio a través de nosotros. Sólo quería decirles eso.

Bien, avanzando el reino de Cristo. El evangelismo es un ministerio espiritual. Hemos hablado sobre esto. Compartiendo la Palabra dirigida por el Espíritu y empoderados por el Espíritu, es un ministerio espiritual con resultados físicos. Esto es lo que quiero decir con esto, en Hechos 1:15 hay 120 personas en la iglesia. Al final de Hechos 2, hay más de 3,000. “el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” En Hechos 4 llegamos a 5,000. En Hechos 5 “aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres”. Hechos 6 “En aquellos días, como creciera el número de los discípulos…”

Escuchen los superlativos que Lucas usa: “El número de discípulos se incrementaba grandemente”2 Hechos 9:31 “Entonces las iglesias (…) se acrecentaban” Hechos 11:21 “y gran número creyó y se convirtió al Señor.” Hechos 11:24 “Y una gran multitud fue agregada al Señor.” Hechos 14:1 “creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos” Hechos 14:21 “Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos…” Hechos 16:5 dice “Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día.”, “un gran número de griegos vino a Cristo” en Hechos 17. Hechos 19:26 “ha apartado a muchas gentes con persuasión”

Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.

Esta es la cuestión: Lucas nos está mostrando en todo el camino masas y números de personas. No sólo números por dar números; números no sólo para reporte, sino que estas son almas que se están salvando por toda la eternidad a medida que el evangelio avanza. Esto es un ministerio espiritual con resultados físicos. Oh, hablar con pastores en India, una iglesia se ha multiplicado ahora en 60 diferentes iglesias. Otra iglesia se ha multiplicado a 115 diferentes iglesias.
No es sólo en el libro de Hechos. Pasó aquí en Hechos. Grandes números, y la iglesia se multiplica. Está pasando también en India y tengo deseos de ver que pase aquí. Debemos desear ver que pase aquí. Trabajen y oren. Por el poder del Espíritu de Dios, a medida que la iglesia se mueve: el evangelio se multiplica, se esparce.

Coleman dijo “Las buenas noticias de las Salvación deben ser llevadas a los confines de la Tierra. Jesús es Señor, Él reina en las alturas volverá en majestad y poder. Sólo pensarlo hace que el corazón se brinque un latido, maravillado. No equiparamos, pero tenemos un gran Salvador y su reino es para siempre”. Así que, aquí está el desafío final. Una de las cosas que casi todas las iglesias que se reúnen en casas en la India hacen, tan pronto como alguien viene a Cristo, ellos hacen una lista de todas las personas que conocen y saben que no conocen a Cristo, e identifican a las personas en esa lista, unas pocas personas con las que pueden fácil y accesiblemente, compartir el evangelio. En algunos contextos, donde hay persecución, ellos identifican las tres o cinco personas que son menos propensas a matarlos sí comparten el evangelio con ellos.

Un Desafío Final

Lo que quiero que hagan es que, quiero invitarles, a pensar y escribir el nombre de 3, 4 ó 5 persona que sepas que no conocen a Cristo. Sabiendo que un Dios Soberano ha dispuesto tu relación con estas personas y Él te ha puesto en una relación con esas personas por una
2 Hechos 6:7 razón. Quiero invitarte a escribir sus nombres y entonces, ahora mismo, comenzar a orar que Dios te dé la oportunidad esta semana de compartir el evangelio, de predicarle el evangelio a por lo menos a una de estas personas.

Ahora, como seguidores de Cristo, ustedes están pensando en eso. Sé que algunos no son seguidores de Cristo y quizás son como Punja y están aquí oyéndonos hablar de compartir la Palabra, y te estás diciendo “yo necesito el evangelio. Yo necesito confiar en Cristo para la salvación de mis pecados” Te animo a que lo hagas y te urjo a que lo hagas, justo como lo hizo Punja. Algunos de ustedes, digo, quizás no están listos para eso; no son seguidores de Cristo, y no están listos para esto, y pudieran aún estar un poquito desanimados por el prospecto de “OK, escriban algunos nombres”.

Bien, quiero que lo vean de esta manera, y yo se que pudieran no ser creyentes en Cristo en este momento, pero asuman por un momento que esto es cierto; asuman por un momento que todos necesitan a Cristo para salvarlos de sus pecados, y si no creen en Cristo irán a una eternidad en el infierno. Puede que no lo creas en este punto, pero asume que es cierto. Sí fuera cierto, ¿no querrías que las personas fueran proactivas en compartir las buenas noticias contigo, las buenas de lo que Cristo ha hecho?

David Platt

David Platt sirve como pastor en el área metropolitana de Washington, D.C. Es el fundador de Radical.

David recibió su doctorado del Seminario Teológico Bautista de New Orleans y es el autor de Don’t Hold Back [No te quedes donde estás], Radical, Sígueme, Contracultura, Algo tiene que cambiar, Before You Vote [Antes de votar], así como los varios volúmenes de la serie Christ-Centered Exposition Commentary [Comentario Expositivo centrado en Cristo]. 

Vive junto con su esposa e hijos en el área metropolitana de Washington, D.C.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TOWARDS REACHING THE UNREACHED.

That means that the people with the most urgent spiritual and physical needs are receiving the least support. You can help change that!