A principios del siglo XX, se dice que el aventurero Earnest Shackleton pudo reunir un equipo para su expedición a la Antártica gracias al siguiente anuncio: «Un viaje peligroso en extremo, bajos salarios, frío insoportable, largos meses de oscuridad, riesgo constante, dudoso retorno, honor y reconocimiento si se tiene éxito». Más de 5000 personas respondieron. Lo que los llevó a la acción fue que Shackleton apeló a su sentido de aventura y deseo de reconocimiento.
Aunque estos llamados son eficaces para reclutar a quienes buscan aventuras son poco aconsejables para reclutar a misioneros para ir a lugares difíciles. La tarea misionera implica mucho más que la aventura y el reconocimiento. Al llamar la atención sobre estas dificultades, quiero provocar tus oraciones más que tu sentido de la aventura. Quiero desafiarte a que te pongas de rodillas antes de que compres un boleto de avión.
Quiero desafiarte a que te pongas de rodillas antes de que compres un boleto de avión.
La ventana 10/40
Desde 1990, los misioneros han utilizado la frase «ventana 10/40» para referirse al área del hemisferio oriental entre los 10 y 40 grados de latitud al norte del ecuador. Esta es la tierra de Marruecos a China y de Somalia a Turquía. Investigaciones muestran que los grupos de pueblos que viven entre estas fronteras geográficas son los grupos menos alcanzados del mundo. ¿Por qué es que estas áreas permanecen sin una población cristiana importante a dos mil años de la ascensión de Cristo? Propongo que hay por lo menos tres razones: hostilidad, accesibilidad, e idolatría.
Hostilidad
La ventana 10/40 es el hogar de las comunidades más hostiles al evangelio. Con frecuencia esta hostilidad se expresa en las comunidades locales y en las estructuras de gobierno. En lugares como Yemen, a los cristianos que se les identifica compartiendo el evangelio son asesinados por sus vecinos. En Malasia, si un cristiano es atrapado evangelizando a un malayo puede ser llevado a la estación de policía y puesto en la cárcel, golpeado o incluso asesinado con la aprobación del gobierno.
Las dos fuentes de persecución, tanto la comunidad local como el gobierno, hacen difícil ver crecer la iglesia en muchos de los países dentro de la ventana 10/40. No solo es difícil ver crecer a la iglesia, sino que también es difícil para un misionero extranjero obtener entrada a estos países.
Accesibilidad
En muchos lugares dentro de la ventana 10/40, a los misioneros no se les permite entrar.
Mientras que en México o en la República Dominicana el gobierno le puede emitir a alguien una visa como religioso; en países como Libia, Pakistán y China tal cosa no sucede. Esto implica que los misioneros en la ventana 10/40 necesitan otros medios legales para poder entrar, con frecuencia deben encontrar un empleo en el país o abrir un negocio.
Aunque los negocios pueden proveer la residencia legal en el país y una plataforma para el ministerio, operar un negocio que sea viable requiere recursos como tiempo, energía y atención. Administrar un negocio sustentable puede consumir los recursos del dueño antes de que lleve a cabo el ministerio. Para que un ministerio significativo tenga lugar en la ventana 10/40, un misionero necesita más que una visa. Ellos necesitan tiempo y energía para construir relaciones. Tales relaciones son el ambiente en que tiene lugar el ministerio y son el medio por el cual el misionero aprenderá a entender y confrontar la idolatría alrededor de ellas.
Idolatría
La tercera barrera que impide el trabajo misionero fructífero en la ventana 10/40 es que las personas en estas regiones están profundamente moldeadas por religiones falsas. El islam, el induísmo y el budismo y muchas otras religiones en la región afectan la ética, la sociedad y las culturas en maneras que hacen difícil distinguir las ideas religiosas de las que solo son aspectos culturales. Incluso, considerar el llamado a seguir a Jesús, implica muchas veces abandonar toda su manera de vivir y arriesgarse a recibir el rechazo de sus familias y otras relaciones sociales.
Las religiones en la región afectan la ética, la sociedad y las culturas.
Además, los seguidores de estas religiones a menudo dan una aprobación superficial a las enseñanzas bíblicas, cuando ellos utilizan palabras como pecado, perdón, dios y salvación. A menudo este vocabulario en común oscurece las diferencias esenciales y cruciales para su correcta comprensión. El trabajo misionero fiel requiere que nosotros identifiquemos los elementos en estas religiones que están más allá de una simple comparación y que niegan el evangelio. Podemos perder de vista que estas religiones mundiales están llevando a las personas hacia una eternidad sin Cristo, aunque formen gente amable, generosa e incluso devota.
Un llamado a la oración
La ventana 10/40 es un ambiente de alto riesgo con poca probabilidad de éxito desde una perspectiva humana. En contraste con la experiencia de Shackleton y su equipo, los misioneros que hacen la tarea misionera en la ventana 10/40 tienen la confianza de que sus esfuerzos no son en vano y que el Señor será honrado entre las naciones sin importar los resultados de su trabajo.
¿Quisieras tomar un momento para orar que el Señor envíe «hacedores de discípulos» y plantadores de iglesias a estos lugares difíciles? Ora que nuestros hermanos y hermanas allá confíen en el Señor, incluso en medio de la persecución. Ora por ministerios que permitan el acceso a estos pueblos. Ora que el evangelio derrumbe la idolatría a lo largo y ancho de la ventana 10/40 al exaltar la persuasiva belleza de Cristo.
Matthew Bennett es profesor asistente de misiones y teología en la Universidad de Cedarville.
