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Paternidad a la luz de la Gran Comisión

Cuando tuve a mi primera hija pensaba que lo más difícil de la maternidad sería la labor de parto. Luego pensé que sería la lactancia. Después pensé que eran las rabietas interminables de “los terribles dos años”. Pero el trabajo más difícil durante estos 4 años de maternidad ha sido la lucha intensa por recordar el evangelio todos los días y enseñárselo en hechos y palabras a mis dos hijas.

La meta de todo padre cristiano

Como cristianos muchas veces estamos muy deseosos de predicar al mundo fuera de nuestra casa. Después de todo, Jesús dijo que vayamos por todo el mundo a predicar el evangelio ¿no? Pero si somos padres, nuestro primer ministerio es nuestro hogar. Dios lo dejó dicho en Deuteronomio, al compartir con el pueblo de Israel por primera vez Sus mandamientos:

Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias entre tus ojos. Las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas. – Deuteronomio 6:6–9

Qué hermoso suena vivir una vida rodeada de recordatorios de la Palabra de Dios en todo momento y en todo lugar de nuestra vida familiar. Pero cuando veo mi vida, cuántas veces en medio de la monotonía del día a día, la falta de sueño y las montañas de ropa por doblar, mi mente olvida mi más importante misión como madre.

El trabajo más difícil durante estos años de maternidad ha sido la lucha intensa por recordar el evangelio.

Los padres cristianos estamos criando la próxima generación de discípulos. Los que irán por todo el mundo a predicar el evangelio por todas las naciones. Nuestra misión es criar con un estilo de vida centrado en la Palabra.

Aunque no necesariamente tenemos la promesa de que todos nuestros hijos serán cristianos genuinos, sí es nuestro deber plantar y regar la semilla para que Dios la haga germinar. Nuestra misión como padres no se trata de solo suplir sus necesidades y cuidar a nuestros hijos mientras crecen, sino ser instrumentos en las manos de Dios para guiarles a ser la próxima generación que ame y le sirva a Él.

La crianza exitosa no se trata de alcanzar metas (que no tienes el poder para producir) pero ser una herramienta fiel y útil en las manos de Aquel que es el único que puede producir buen fruto en nuestros hijos”. – Paul David Tripp

Empezando por mi corazón

Deuteronomio 6:6–9 no solo me recuerda la importancia de enseñarle la Palabra de Dios a mis hijas. También me recuerda mi profunda necesidad de Cristo para ejercer mi rol de mamá. Debo estar saturada de Él en todo todo lugar: “…cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino”. En todo tiempo: “…cuando te acuestes y cuando te levantes”. Y también llevar sus marcas en mí y mi hogar: “Las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias entre tus ojos. Las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas”. Así, mi corazón no olvidará Sus bondades en medio de la ardua tarea de la maternidad.

El ejemplo habla mucho más que las palabras. Por lo tanto, vivir siempre en la presencia de Dios, recordando Su Palabra en todo momento, tendrá como consecuencia una crianza de mis hijos también saturada con la Palabra, impactándolos a largo plazo para el reino del cielo. 

Aplicaciones prácticas

Ahora, ¿cómo puedo enseñarle a mis hijos sobre Cristo si aún son muy pequeños? Aquí te dejo algunas cosas que practico con mis niñas pequeñas:

La crianza es una plataforma para mostrar la gloria de Dios a través de la fidelidad diaria.

  • Usa el tiempo en el carro para escuchar juntos música saturada de letras bíblicas. Me sorprende la cantidad de canciones que mi hija de 4 años se sabe por escucharlas en el carro.
  • Aprovecha cada momento de disciplina para apuntarles hacia el evangelio.
  • Utiliza cada momento de disciplina para orar junto a ellos por su almas.
  • Pasa tiempo en la creación de Dios y usa ese momento para contarles sobre Él (¿Sabes quién creó las estrellas? ¡Dios! ¿Y para qué las creó? ¡Para Su gloria!).
  • Usa el tiempo antes de dormir para memorizar un versículo, pueden memorizar y recitar uno o dos por cada año de edad y así al pasar los años irán aprendiendo muchos versículos.

Establecer rutinas diarias, desde orar juntos como familia hasta los devocionales familiares, son solo pequeñas maneras de compartir el evangelio con tus hijos que pueden tener un impacto eterno para el reino. Recuerda que la crianza de los hijos es una plataforma para mostrar la gloria de Dios a través de la fidelidad diaria.

Nicole Tejera

Nicole Tejera de García es diseñadora gráfica para Aviva Nuestros Corazones y Revive Our Hearts. Sirve como vocalista en el equipo de adoración de la Iglesia Piedra Angular. Está felizmente casada con Manuel García y es madre de una hermosa niña llamada Evaluna.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TOWARDS REACHING THE UNREACHED.

That means that the people with the most urgent spiritual and physical needs are receiving the least support. You can help change that!