Recursos en español de Radical

3.2 billion people will live and die without hearing the good news of Jesus. Let’s change that together.

Muestra la Palabra

¿Cómo mostramos la Palabra a las personas que Dios nos ha dado? En este mensaje sobre Juan 17:1–8, el pastor David Platt nos recuerda que mostramos el carácter de Dios al mundo que nos rodea. Somos Sus representantes y todos tenemos los recursos de Dios. El mundo anhela ver una demostración de Cristo que acompañe nuestra explicación de Cristo.

1. Mostramos el carácter de Dios ante ellos.
2. Vivimos para la gloria de Dios a través de ellos.
3. Fomentamos la santidad de Dios en ellos.

Buenos días. Si usted tiene una Biblia y espero que así sea, le invito a abrirla conmigo en Juan Capítulo 17. Las notas nos guiarán en este tiempo juntos mientras continuamos avanzando en la serie titulada Sigueme. ¿Cómo hacer discípulos de todas las naciones? ¿Cómo luce esto en nuestras vidas aquí en Birmingham? He recibido correos electrónicos esta semana y he tenido conversaciones con muchos de ustedes diciendo cosas como “Tengo entre 40 a 50 años siendo cristiano, ¿Por qué no había oído esto antes? ¿Cómo es que pasamos esto por alto, siendo tan central en la iglesia y en nuestras vidas?”

No conozco las respuestas a todas esas preguntas, pero puedo darle un pequeño vistazo de mi propia vida si solo retrocedemos como 5 años atrás, cuando estaba en un viaje misionero a Honduras. Había estado en numerosos viajes misioneros antes de ese, pero este viaje en particular fue distinto, pues estaba ligado al proceso de hacer discípulos y por primera vez comencé a ver, en ese contexto, en qué consiste realmente hacer discípulos.

Vi las realidades de un mundo perdido y moribundo de una forma que nunca había visto antes y entonces estuve cara a cara con el hecho de que fui creado para causar un impacto en este mundo. Recuerdo que estando sentado en un aeropuerto en Honduras, de regreso a casa, después de haber visto aquello con mi mentor de aquel entonces. Su nombre era Jim Shaddix, y mientras estábamos sentados ahí, ese fue uno de esos momentos donde ambos estuvimos cabizbajos, mirando el piso y pensando ¿Cómo hemos pasado esto por alto? Y por primera vez realmente luchando, al menos en mi propia vida, con la pregunta: ¿Cómo es esto? No solo en Honduras, u otras naciones, pero ¿cómo luce esto mientras regresamos a Nueva Orleans?

El plan de Cristo

Comencé a luchar con esto y empecé a ver mientras estudiaba las Escrituras, en todos los pasajes de la Biblia, el hecho de que fuimos creados para impactar las naciones para la gloria de Cristo. Está ahí de tapa a tapa. Comencé a ver que el plan central de Cristo es hacer discípulos y cómo es ese plan en nuestras vidas. Comencé a mirar mi propia vida, y empecé a darme cuenta que quizás en alguna parte del camino, pienso que habré hecho algo de discipulado, pero ha sido hecho más accidentalmente que de forma intencional. Pensé ¿Por qué necesito ser accidental con el plan de Dios en oposición a ser intencional con el plan de Dios? Eso me condujo a la iglesia donde comencé a observar que quizás hacer discípulos es más accidental que intencional algunas veces. Comencé a darme cuenta que tenemos la tendencia de subcontratar el hacer discípulos a Seminarios o subcontratar organizaciones paraeclesiásticas para el discipulado, y estas son organizaciones que ayudan a trazar el camino cuando esto debe ser el corazón mismo de la iglesia local.

Así que adelantemos rápido cinco años, y por alguna razón Dios me ha dado el privilegio de ser el pastor de una iglesia local. Hace casi un año profundizamos en la escritura, hace casi exactamente un año, en este Domingo en la mañana, que profundizamos en la Escritura y vimos cómo se conquista la gloria de Cristo. Vemos que Dios desea darse a conocer a través de nosotros a todas las naciones. Hablamos sobre cómo algunas personas podrían pensar que esto es idealista, pero lo que estamos diciendo es “esos que dicen que no se puede hacer deben salir del camino de aquellos que lo están haciendo.” ¿Cómo luce cuando ponemos el hacer discípulos en el centro de nuestras vidas? ¿Qué se hace tangible en el día a día? Es más profundo que irse a un viaje o que el ministerio en el que usted está involucrado. Esto es lo que nuestras vidas parecen regularmente.

Así que estamos caminando a través de distintos componentes del discipulado. La semana pasada, transitamos por el primero, el cual repasaremos. Hagamos un pequeño examen aquí, para saber si estuvieron aquí no solo físicamente la semana pasada, sino también espiritualmente. El primer componente del discipulado ¿es? ¡Compartir la Palabra! De modo que estamos aquí para compartir la Palabra. Ese es un componente del discipulado. Solo por curiosidad, ¿alguno aquí tuvo a alguien que lo haya guiado a la fe en Cristo?, bien, somos muchos, si la mayoría de nosotros que somos creyentes. La pregunta que necesitamos hacernos es ¿Cómo las personas fuera de este edificio van a llegar a conocer la fe en Cristo si no es a través de nosotros, a través de que compartamos la Palabra con ellos? Ya hablamos de cómo eso es una faceta no negociable del discipulado.

Muestra la Palabra

Quisiera que esta mañana profundicemos en un segundo componente del hacer discípulos, el cual no es solo Compartir la Palabra, sino Mostrar la palabra.

Ahora, sobre una tangente aquí, déjeme decir que estos no son necesariamente pasos que usted da en un orden cronológico, que usted hace un paso uno y luego un paso dos, tres, cuatro, para hacer discípulos—No, ese no es el caso aquí. El cuadro es que todos esos componentes son facetas que vemos en la vida de Jesús mientras derramaba su vida en la de sus discípulos. El nos dio el ejemplo para que hagamos lo mismo en la vida de otras personas. Así que, compartiendo la Palabra y mostrando la Palabra, y los otros que vamos a ver en el transcurso de las siguientes dos semanas todas deben darse juntas.

Quiero que veamos Juan capítulo 17 y vea lo que significaba para Jesús mostrar la Palabra. Recuerde, la Palabra es el centro del discipulado, Cristo dando a conocer su vida a través de nosotros, mientras mostramos la Palabra. Mire Juan Capítulo 17, verso 6. Este es Jesús orando por sus discípulos y dice:

“A los que me diste del mundo les he revelado quién eres. Eran tuyos; tú me los diste y ellos han obedecido tu palabra. Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, porque les he entregado las palabras que me diste, y ellos las aceptaron; saben con certeza que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que me has dado, porque son tuyos. Todo lo que yo tengo es tuyo, y todo lo que tú tienes es mío; y por medio de ellos he sido glorificado. Ya no voy a estar por más tiempo en el mundo, pero ellos están todavía en el mundo, y yo vuelvo a ti.

Padre santo, protégelos con el poder de tu nombre, el nombre que me diste, para que sean uno, lo mismo que nosotros. Mientras estaba con ellos, los protegía y los preservaba mediante el nombre que me diste, y ninguno se perdió sino aquel que nació para perderse, a fin de que se cumpliera la Escritura.

Hacer discipulos

Ahora, hacer discípulos. Hablamos la semana pasada sobre cómo Jesús nos ha dado las personas. Él ha invertido personas en nuestras vidas. Estamos rodeados de personas en nuestras áreas de influencia. Tenemos la oportunidad de impactar para la gloria de Cristo. El nos ha dado las palabras. Nos ha dado la autoridad para compartir la Palabra con ellos. Quiero que pensemos acerca de las personas que Dios nos ha confiado para mostrarles la Palabra, y lo que eso significa, primero que todo, pienso que significa que nosotros mostramos Su carácter a ellos, y quiero que note cómo esto se revela en esta oración que Jesús está haciendo. Desde el mismo principio en el verso 6, releamos lo que dice: “A los que me diste del mundo les he revelado quién eres”

Ahora, algunos de ustedes tienen otra versión que dice:

“He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste”.

Aun en la Nueva Versión internacional, de la cual es de donde estoy leyendo, usted verifica abajo y verá una nota al pie que dice que en el original, (es decir e idioma en que fue escrito el Nuevo Testamento) literalmente es “Tu nombre” lo que dice. Pero ¿Por qué la Nueva Versión Internacional lo traduce “Quien eres”? Bueno, básicamente ambos términos van juntos. A todo lo largo de la escritura y especialmente en el libro de Juan, lo que estamos viendo es que el nombre Dios se refiere al carácter de Dios, Su persona, quién es Él. Así que, al Jesús decir “He manifestado tu nombre” a estos discípulos, lo que está diciendo es “les he revelado tu carácter, les he revelado quien eres”.

En la antigüedad Dios se reveló a sí mismo a su pueblo habitando entre ellos en el templo y en el tabernáculo. Luego entonces, tenemos a Jesús, y Dios se revela a sí mismo de una forma cercana y personal, cara a cara, en la persona de Cristo. El dice: “les he revelado tu carácter de una forma cercana y personal” recuerdo que en el Antiguo Testamento, respecto al nombre de Dios. Moisés dice ¿Quién les digo a ellos que me ha enviado? Dios dice “diles, “Yo soy” te ha enviado”. Ese era Su nombre. Pienso sobre cómo esto es ahora cercano y personal en el libro de Juan.

Juan Capítulo 6: 35, dice “Yo soy el pan de vida. El que a mí viene, nunca tendrá hambre”. Al ciego en Juan capítulo 8, verso 12 “Yo soy la luz del mundo”. A aquellos que estaban robando, en Juan capítulo 10, Él dijo: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas”. En el capítulo 11, verso 25, el dice “Yo soy la resurrección y la vida”. En Juan 14, el dice a sus discípulos: “¡Yo soy el camino, la Verdad y la vida!”.

Jesús era Dios de cerca y personalmente con esos hombres. Si usted quiere ver un cuadro de la bondad, la misericordia y la gracia de Dios, vea el rostro de Jesús. Él no lo reveló en un momento resplandeciente, como diciendo “Aquí está mi esplendor” lo que él hizo fue un proceso de tres años con esos hombres. Él continuamente, día a día, revelaba a Dios y su carácter de cerca y personalmente a ellos.

Ahora, aquí está el problema. Usted desciende hasta el verso 11 de Juan capítulo 17, y Jesús dice: “Ya no voy a estar por más tiempo en el mundo, pero ellos están todavía en el mundo, y yo vuelvo a ti.”

Somos todos sus representantes en el mundo

Entonces, si Dios, de cerca y personal, está a punto de retirarse de este mundo, ¿cómo el mundo va a poder ver a Dios de cerca y personalmente alguna vez? Primero que todo, como discípulos de Jesucristo, somos todos sus representantes en el mundo. Somos todos sus representantes. Esto no es solo para súper cristianos. Cada uno de nosotros, tenemos (capte esto) tenemos la responsabilidad de parte de Dios, de mostrar Su carácter al mundo. Esta no es una responsabilidad que tiene la iglesia como institución, esta es una responsabilidad tiene que cada individuo de la iglesia dentro de este salón. Somos representantes de Dios, de cerca y personal, por así decir, Su bondad, su misericordia, su gracia, vista en nosotros por el mundo. Esa es la responsabilidad que Dios nos ha confiado a nosotros y es enorme. ¿Cómo van las personas en su hogar, en su lugar de trabajo, o en su escuela, cómo van las personas en su vecindario, en esta comunidad, como van ellos a ver el carácter de Dios? ¿Cómo van a ver su infinito amor y su paciencia perfecta en el medio del sufrimiento y la prueba? ¿Cómo van a ver su abrumadora compasión por aquellos por los que nadie más se preocupa? ¿Cómo van a ver su paciencia, gentileza y Su bondad al enfrentar lo adverso? ¿Cómo van a ver Su fuerza para encarar la prueba? ¿Cómo van a ver estas cosas si no es en usted y en mí?

Dios nos ha dado las personas en nuestras vidas, tal como él les dio esos discípulos a Jesús y dijo: “Ustedes revelen mi carácter a ellos.” Estoy convencido de que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros, personas en nuestras vidas, que Él ha dicho: “Revélales mi carácter a las personas que hay en tu vida, demuéstrales quien soy”. Si esas personas no ven el carácter de Dios en nosotros, ¿dónde lo van a ver? ¿En sus DVDs? ¿En la televisión? ¿En el Internet? ¿En política? Si ellos no ven el carácter de Dios en nosotros como sus representantes ¿Dónde lo van a ver?

Esto es enorme. Aquí es donde comenzamos a levantarnos y darnos cuenta que no podemos continuar evadiendo nuestra responsabilidad de mostrar el carácter de Dios al mundo a nuestro alrededor y las personas que Dios nos ha dado. Ahora, algunos de ustedes están pensando, “Bueno, ese un alto mandato ¿Estoy supuesto a mostrar el carácter de Dios? ¿El amor, la misericordia y la gracia de Dios? ¿La paciencia de Dios y su benevolencia? ¿Estoy supuesto a hacer eso? No puedo hacerlo, no estoy tan avanzado en mi vida cristiana todavía. Al contrario, todos somos sus representantes.

Tenemos todos sus recursos

Segunda verdad: Tenemos todos sus recursos. No se pierda esto: todo lo que Jesús reveló a sus discípulos, El Padre se lo había dado a él. Veamos el verso 10: Jesús dijo: Todo lo que yo tengo es tuyo, y todo lo que tú tienes es mío.

De modo que el Padre le había dado todo a él. Miremos entonces el verso 11, mientras él ora en medio de ese verso:

»Padre santo, protégelos con el poder de tu nombre (la misma frase que vimos en el verso 6) el nombre que me diste”

Tú me diste tu carácter, me diste tu persona, verso 12.

12 Mientras estaba con ellos, los protegía y los preservaba mediante el nombre que me diste,

Todo lo que Jesús tenía, el Padre se lo había dado. Ahora, en este punto estamos pensando: Bien, eso fue a Jesús. Él es diferente a nosotros. Usted sabe, él era Dios, y nosotros no. De modo que ¿Cómo aplica esto a nosotros? ¿Cómo podemos decir que tenemos todos esos recursos? Aquí están las buenas noticias: todo lo que obtuvo del Padre, él prometió dárnoslo a usted y a mí. Mire esto: continúa a lo largo del resto del capítulo. Mire lo que Jesús dice en el verso 14; está hablando de sus discípulos y dice:

“Yo les he entregado tu palabra”

La misma Palabra que me diste, se las he dado a ellos. Mire ahora en el verso 22, Jesús dice: “Yo les he dado la gloria que me diste”

Tenemos la gloria de Cristo dada a nosotros. Verso 23: “yo en ellos y tú en mí”

No se pierda éste aquí: El Padre está en Jesús, y Jesús está en nosotros. Es decir que todo lo que el Padre tiene está en nosotros. Mire más abajo el verso 26, el mismo final, dice:

“Yo les he dado a conocer quién eres, y seguiré haciéndolo, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo mismo esté en ellos.”

El ministerio completo de Jesús, este proceso completo de hacer discípulos, era él impartiendo Su vida, él dando a su vez lo que el padre le había dado a él, hacia las vidas de estos hombres. Esta oración viene después de una larga conversación que Jesús tuvo con sus discípulos mientras se preparaba para ir a la cruz. Si usted retrocede un par de capítulos, regresemos al capítulo 15, déjeme mostrarle un par de lugares en los que puede subrayar algunas cosas que Jesús dijo: “le estoy dando estas cosas a ustedes”. Mire los recursos que él da a sus discípulos, mire en Juan capítulo 15, verso 11. El está a punto de comenzar a hablar sobre las dificultades que ellos van tener que pasar, y Él dice esto:

“Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa.”

Tenemos el gozo que Cristo nos ha dado. Mire el capítulo 16, verso 33. El acaba de concluir hablando sobre el problema que ellos van a atravesar y dice:

“Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.”

“Les doy mi paz” tenemos la paz de Cristo dada a nosotros, la cual viene del Padre. “En el mundo tendrán aflicción, pero confíen, yo he vencido al mundo.” Tenemos su paz, tenemos su Palabra, tenemos su gloria, y tenemos su gozo. Mire otra en Juan 14: 16. Escuche lo que él nos está dando ahí. Capítulo 14, verso 16: “Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará[c] en ustedes.18 No los voy a dejar huérfanos; volveré a ustedes.19Dentro de poco el mundo ya no me verá más, pero ustedes sí me verán. Y porque yo vivo, también ustedes vivirán”.

Jesús está dándonos todo lo que él tiene

Este es el cuadro. Jesús está dándonos todo lo que él tiene: todo lo que había derramado en sus discípulos. Todo lo que él había derramado sobre nosotros, aun su propio Espíritu, Su presencia viviente dentro de nosotros. Esto es enorme. Este es exactamente el porqué Jesús dijo a Sus discípulos, mire de nuevo en el mismo capítulo, verso 12:

“Ciertamente les aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre.13 Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo.14 Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré.”

Si algo he aprendido en los últimos 5 años durante este viaje en el que Dios me ha tomado, es que Dios ha prometido bendecir su Palabra. Él ha prometido por su mismo carácter bendecir Su plan, y darnos cada recurso que necesitamos para ver su plan realizado. No hay otra manera en que se pueda describir lo que sucedió en la vida de los discípulos, lo que sucede en mi vida, lo que sucede en nuestras vidas cuando nos damos a nosotros mismos al plan. Él lo ha diseñado de tal modo que él provee los recursos para que pueda cumplirse.

Por eso es que podemos decir con completa confianza y denuedo que cuando nos damos a nosotros mismos al Plan de Dios, veremos el resultado de parte de Dios. Cuando nos damos a nosotros mismos para hacer discípulos, garantizado, impactaremos las naciones para su gloria. Impactaremos Birmingham para su gloria.

Cuando nos entregamos a sus planes, él ha prometido, nos da dado su completo patrocinio detrás de ello. Mateo capítulo 28, verso 18, antes de la Gran Comisión él dice: “Toda autoridad me ha sido dada en los cielos y en la tierra”.

La autoridad vive en usted

La buena noticia es que la autoridad ahora vive en usted. Así que no podemos sentarnos aquí esta mañana y decir: “no puedo ser Su representante porque no soy capaz de hacerlo” usted es más que capaz de hacerlo; esa es una mentira del adversario. Usted tiene cada una de las cosas que necesita para representar el carácter de Dios al mundo a su alrededor. La pregunta es ¿Vamos nosotros a levantarnos y asumir la responsabilidad de mostrar ese carácter a los demás? Ahí es donde nos damos cuenta, tiene sentido ahora. Conocemos nuestra cultura, sabemos que hay miles de iglesias solo en Birmingham, y sabemos que este mundo desea ver una demostración de Cristo que acompañe nuestra explicación de Cristo. Especialmente aquí, en el que hemos llamado el “cinturón bíblico” y el sureste de los Estados Unidos. Estoy convencido que nuestra cultura desespera por ver un reflejo del carácter de Dios. Ellos cuentan con sus templos llenos de asistentes que sustentan todas sus ideas conservadoras en este o aquel asunto. No importa cuán cierto estos puedan ser o no importan cuan alineados con la Escritura estos pueden estar, ellos han escuchado suficientes explicaciones de esos asuntos. Lo que ellos anhelan ver es una demostración de la libre, generosa gracia y misericordia del Dios todopoderoso. Sus corazones anhelan ver eso.

Este era el método completo de Jesús. Lo que vemos en los evangelios no es a Jesús sentado con sus discípulos y diciendo “algunos de ustedes se ha preguntado cómo es Dios. Tomen lápiz y papel y voy a darles una lista de Sus atributos. Primero que todo, Él es Jehová Jireh, lo que significa que él es proveedor…” en lugar de eso, él les mostró a ellos la provisión de Dios en forma cercana y personal. “Ahora apuntemos que Dios es amor” no, él les mostró el amor de Dios de cerca y personalmente. Lo que hallaremos es que cuando comenzamos a demostrar la Palabra a la gente a nuestro alrededor, esto aumentará nuestra credibilidad cuando compartamos la Palabra. ¿Qué sucede cuando nuestras vidas se convierten en el tratado del evangelio? ¿Qué sucede cuando lo que damos no es un panfleto, sino que lo que mostramos es nuestra vida? Aquí está un cuadro de carácter de Cristo.

Una Carta

Quiero leerles una carta que recibimos después de evacuar Nueva Orleans por el huracán. Me han escuchado hablar sobre el ministerio del barrio francés ahí. Escuche esta carta. Los muchachos escriben:

“Dudo si usted me recuerda, pero hace cerca de un mes que fui al desayuno del barrio francés, solo una vez y entonces fui a su iglesia para el culto del domingo en la mañana. Fui al desayuno como un ciego en la fe. Uno de sus feligreses, Dwayne, a quien conocí en la calle la noche anterior, me convenció de que viniera con la esperanza de que hallara hogar para mi familia. Yo estaba muy renuente de ir al barrio porque pensaba que solo iba a encontrar más miseria en las formas de alcohol y drogas. No pensaba que alguien podría ayudar a un alcohólico desconocido o adicto en la misma calle. El mensaje en su iglesia esa mañana era de miembros compartiendo sus experiencias en misiones. Quedé tan impresionado con la forma en que su iglesia me dio la bienvenida y acogieron a un completo extraño procedente de la calle.

Estuve aun más impresionado que miembros de su iglesia estaban más preocupados por ayudar aquellos que no se podían ayudar a sí mismos que lo que estaban por ser propietarios del templo más grande o de vestir las ropas más finas. Usted y los miembros de su iglesia me ofrecieron muchos bienes valiosos, comida, ropa, refugio temporal, y hasta dinero para que llegara a casa. Me permitieron estar en su iglesia, en la compañía de sus familias. Lo que realmente me impresionó es que ustedes compartieron conmigo la parte más grandiosa de sus vidas, el bien más valioso que poseen, su fe. La obra de los miembros de su iglesia requiere tomar riesgos, y actuar en fe para hacer lo correcto. Estoy agradecido de que ustedes están dispuestos a tomar ese riesgo para darle esperanza a gente como yo. Solo quería que su equipo sepa que esa semilla que plantaron en mi ha germinado. Hace tres semanas que estoy libre del alcohol y las drogas, sé que eso no suena como mucho, pero es un logro para alguien adicto por 30 años. Estoy saliendo en la mañana para ir un programa de tratamiento basado en la Biblia en el oeste de Texas, por un año. Gracias por traerme a este punto decisivo. Espero llegar a ser un ciudadano productivo nuevamente.”

¿Qué sucede cuando ellos ven a Cristo en nosotros? Cuando ellos ven que Cristo hace una diferencia radical en la forma en que usted da lo que el Padre, el Dios del universo le ha confiado. ¡Que nuestras vidas sean una demostración que acompañe nuestra explicación! Nuestro evangelismo, nuestro compartir la Palabra, tendrá una nueva forma, porque acercará a las personas a Cristo mientras lo vean en nosotros. ¿Usted no lo cree así? El es irresistible, él es bueno, él tiene gracia. Si dejamos que el hacedor de discípulos original que vive en cada uno de nosotros, salga, entonces El acercará a las personas a sí mismo. El asunto es ¿Asumiremos la responsabilidad de mostrar la Palabra? Mostrar su carácter a ellos.

Vivimos para su gloria

Segundo, no solo exhibimos Su carácter a ellos, pero en segundo lugar, vivimos para su gloria a través de ellos. Aquí es donde quiero que veamos el capítulo 17, regrese conmigo a Juan, Capítulo 17, versos 9 y 10. Esos dos versos aquí, casi parecen como “¿qué está realmente diciendo aquí?” casi puede saltarlos, pero están cargados de significado. Mire el verso 9: Jesús dice:

“Ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que me has dado, porque son tuyos.10 Todo lo que yo tengo es tuyo, y todo lo que tú tienes es mío; y por medio de ellos he sido glorificado”.

Así que, ahí están los puntos notables de estos versos: “ruego por ellos” “Por medio de ellos he sido glorificado.” ¿Qué estaba él intentando mostrarnos aquí acerca del hacer discípulos? Pienso en varias cosas distintas. Mientras pensamos acerca de Jesús y la forma en que se dio a sí mismo a estos hombres, pienso que está mostrándonos primero que todo, cuando se trata de la gente que Dios nos ha dado por su gracia, en nuestras vidas, en nuestras esferas de influencia, primero que todo, centramos nuestro enfoque en ellos. “ruego por ellos, por esos doce hombres es que estoy orando”. Y fue tan lejos que incluso dijo que no estaba orando por el mundo, y vamos a ver eso en tan solo unos segundos, pero Él centra su enfoque en ellos. “ruego por ellos”.

Estamos en el final del ministerio de Jesús. Es casi un poquito sorprendente que si usted mira Su vida y su ministerio, que el invirtió en esos hombres, de hecho pasó más tiempo con ellos en el progreso del tiempo, que menos tiempo con ellos. Usted pensaría que ellos comenzarían a captar y que esto implicaría que él pudiera tomarse algo de tiempo libre, pero ese no es el caso. El tuvo que pasar más tiempo con ellos. Si a él solo le quedaba una semana, él estaba invirtiendo todo el tiempo en esos muchachos. El pasó más tiempo con ellos que lo que pasó con todas las demás personas en el mundo puestas juntas. Su enfoque estaba centrado en ellos. Ahora, ¿Por qué sería así? Quizá porque hacer discípulos y multiplicar el evangelio requiere constante atención personal y enfoque en nuestras vidas. Necesitamos realmente escuchar esto. Quizá este es un proceso que no sucede de la noche a la mañana. Quizás no puedes hacer discípulos con el más reciente y rápido programa. Quizás este es un proceso lento y tedioso que tiene altas y bajas en todo el camino. Este es el cuadro que tenemos en los evangelios. Con este hombre del barrio francés, indudablemente iba a ser de esta forma. Hacer esto requiere tiempo y atención personal de cada una de nuestras vidas, concentrándonos en mostrar a Cristo y edificando el carácter de Cristo en otros.

Adelante rápido dos mil años hasta hoy, lo que usted ve como discipulado es más frecuentemente un programa en la iglesia que envuelve una hora de clases a la semana. Sea que lo llame estudio bíblico, o escuela dominical, como sea, limitamos el discipulado a lo que sucede en una hora en esta aula en particular. El mundo era el aula de Jesús y él estaba modelando esto a ellos de día en día, de semana en semana, en todas las cosas que él experimentaba en su vida. Si usted piensa que podemos “enlatar” eso y ponerlo en una hora entonces estamos profundamente equivocados.

Línea de ensamblaje

Pensemos en eso, aun si alguien viene a Cristo, un nuevo creyente, lo que hacemos a menudo es ponerlos en una clase y pensar “bueno, ahora ellos van a crecer por que están en la clase” pero repentinamente los nuevos creyentes se encuentran a sí mismos aprendiendo en la clase un montón de prioridades legalistas que están supuestos a seguir. Pero de lo que se están perdiendo es de la relación viva donde ellos puedan ver esas verdades modeladas de día en día. De pronto ellos son dejados a su suerte para deambular entre las luchas y pruebas que un nuevo creyente tiene porque no tienen una relación viva, no tienen a alguien derramando su vida en ellos en ese punto. ¿Cómo van a lograrlo? No es sorpresa y la evidencia es que la mitad de la gente que viene a la fe en Cristo y se une a la iglesia termina alejándose. Aun muchos de nosotros hemos estado en la iglesia quizá toda nuestra vida, y aun carecemos de un profundo conocimiento de cómo estudiar la Palabra, cómo orar, o cómo compartir nuestra fe. ¿Por qué? Porque hemos intentando hacer en una base de “línea de ensamblaje” lo que a Jesús le tomó tres años con esos 12 hombres y aun así uno de ellos se perdió.

No podemos simplemente “batir” esto. No podemos llegar con una nueva moda para que esto suceda. Se trata de vida siendo formada, y enfocada para derramarla sobre otros. Toma tiempo. No sucede de la noche a la mañana. Lo que tenemos que decidir es si vamos a vivir para el aplauso del momento y el reconocimiento popular con una nueva moda, o si vamos a vivir para la reproducción de nuestras vidas para la generación después de nosotros y las subsiguientes generaciones. Ahí es donde la multiplicación del discipulado comienza a brotar. Cuando establecemos nuestro enfoque en ellos, dejándoles ver nuestras vidas.

Recuerdo, prácticamente en mi propia vida, cuando me mudé a Nueva Orleans. Fui hasta allá para estudiar bajo la tutoría de un hombre llamado Dr. Jim Shaddix. Él era profesor en predicación y yo iría a tomar cada clase que pudiera con el Dr. Shaddix. Iría a sentarme y tomar copiosas notas todo el tiempo. Eso era bueno, era valioso, pero lo que aprendí realmente rápido fue, que era bueno estar en el aula, pero lo que podría aprender de ese hombre fuera del aula era aun más valioso. El comenzó a invitarnos a Heather y a mí a venir a comer a su casa, verlo interactuar con su familia, verlo mientras viajaba y predicaba en el camino, Yo lo acompañaría y lo escucharía. El era un gran corredor. Era uno de esos individuos, algunos de ustedes son así, que piensan que correr es divertido, solo por hacerlo, sin razón, solo correr; yo voy a hacer eso algún día, solo que no soy esa clase de individuo, debo tener algún sentido de competitividad para decidirme a hacerlo, pero simplemente no hallo diversión en correr. Pero Jim Shaddix era un corredor, así que un día vine a casa de mis clases y ahí estábamos en nuestro pequeño apartamento del seminario cambiándonos de ropa para usar pantalones cortos y camiseta. Heather dice: “¿Qué estás haciendo? Yo respondí “voy a correr” Ella dijo “¿estás corriendo?” Yo dije “¡si!” ella dijo “el Dr. Shaddix está corriendo ¿verdad?” yo respondí “Así es, yo…” Y ella dijo: “El Dr. Shaddix lo hace, David lo hace” lo que sea que haga el Dr. Shaddix David lo hace”. De modo que empecé a correr, y solo duré cerca de tres semanas, pero el punto es, este hombre empezó a derramar su vida en la mía. El empezó a invertir en mí.

Estaba predicando en esta conferencia este fin de semana aquí en la iglesia. Hay un hombre en el grupo de jóvenes que viene aquí. Viene a mí después del servicio. Lo había visto una vez antes pero apenas lo conozco. El me dice: “¿Usted estudió con Jim Shaddix, verdad?” –“Si, hasta corrí con él”. El dice: “pude oír a Jim Shaddix en toda su exposición”. Ese fue uno de los descubrimientos mientras yo pensaba acerca de estas verdades, que mi vida es un producto de alguien más invirtiendo su vida en mí. Ahora ¿Qué sucede cuando toda una familia de la fe se apodera de esto, y comenzamos a hacer esto con otras vidas? ¿Ve usted el evangelio multiplicarse? Jesús sabía de lo que estaba hablando, así que centre su enfoque en ellos, no solo el enfoque, pero entonces, en segundo lugar, vea el mundo a través de ellos.

Ruego por ellos

Vea el mundo a través de ellos. El los mira, él dice: “Ruego por ellos. No estoy orando por el mundo” ¿Cómo usted reconcilia eso? Juan 3:16 “De tal manera amó Dios ¿al? Al mundo.” Jesús, Dios en carne, “yo no estoy rogando por el mundo” ¿Por qué no? Tú amas al mundo, ¿por qué diría Jesús “no estoy orando por el mundo”? ¿Por qué tomar ese tiempo para dejarnos dicho que no ruega por el mundo?, El lo dice de esta manera, no porque no le preocupara el mundo, no que es que no quisiera que el mundo llegara a conocer el amor del Padre, pero lo que hace es orar por estos hombres porque ellos llegarían a ser el medio por el cual el mundo sería alcanzado. El está viendo al mundo a través de ellos. El sabía que estaba a punto de ir al Padre y eran esas vidas las que tendrían impacto sobre el mundo de ese punto en adelante. Así que él ora por ellos porque todo depende de que ellos tomen el evangelio, tomen la Palabra, la muestren y la compartan. Por eso es que él ora por ellos. Eso es muy bueno, es alentador y confortante para nosotros.

Barrio francés

Usé esa ilustración del barrio francés. Recuerdo cuando nos mudamos a Nueva Orleans, comencé a bajar al barrio Francés y al regresar diría “Heather, yo solo soy de un trasfondo tan distinto al de todos esos hombres y mujeres sin hogar y esos lectores de cartas y tarot en el barrio francés. Soy de un trasfondo tan diferente al de ellos y no sé como los voy alcanzar con el evangelio”. Comencé a luchar con eso, llegaba a casa y decía “Quizá necesito hacerme unos tatuajes, eso me haría ser más efectivo.” En uno de esos momentos, en que tenía mucho celo por el evangelio, y mi esposa como que me regresaba de nuevo a poner los pies en la tierra y me decía: “vamos a orar respecto a eso Dave” ¿Cómo puedo alcanzar con el evangelio a esas personas sin hogar en el barrio francés? Pero comencé a darme cuenta de que no se trataba de hacerme tatuajes (¡gracias Señor!) y hacer el evangelio conocido entre esos cientos de personas en el barrio francés. Se trata de mí mismo, se trata de entregarme a mí mismo derramando mi vida en un par de esos muchachos del barrio y viéndolos a ellos tomar el evangelio y hacerlo real y significativo en su contexto. De modo que, repentinamente comencé a ver la comunidad de aquellos sin hogar a través de los ojos de esos hombres, un par de ellos en los cuales estoy derramando mi vida. Esas son buenas noticias. Comenzamos a ver el evangelio multiplicarse mientras derramamos nuestras vidas en las vidas de esas personas que tenemos en nuestra área de influencia. Eso es lo que Jesús está haciendo aquí, y no solo aquí pero alrededor del mundo.

Les he dicho algunas de mis luchas al intentar aprender el idioma mandarín. Pero entonces esto me tocó. Mientras estoy tratando de aprender el idioma mandarín, me doy cuenta que puedo hablar mandarín fluidamente, no solo soy pensando en mis deseos aquí, puedo hablar mandarín fluido, aquí está como: porque hay casas culto en el este de Asia esta semana que están descargando estos sermones, y quienes están predicándolos en sus redes en toda esa área—

Se está hablando mandarín allá. Eso fue fácil. Lo mismo con el idioma urdu, en India, he intercambiado correos con Zemir, este creyente con trasfondo islámico, quien me ha escrito durante las últimas dos semanas, mientras el Señor trae esto a su mente, le animo a orar por él. Uno de sus amigos fue asesinado recientemente a manos de militares musulmanes por proclamar el evangelio ahí. Pero yo tuve la oportunidad de proclamar el evangelio en Urdu a través de Zemir. Ver el mundo a través de ellos.

Impactar el mundo

Ahora usted ve, ¿lo está captando? ¿Lo Local y lo global, uniéndose? Ahora, lo que hacemos aquí regularmente tiene la oportunidad de impactar al mundo para la gloria de Cristo. Este es un buen plan. Enfocarse en ellos, ver el mundo a través de ellos, y tercero, ponga su vida en la de ellos. Ahí es donde esto se pone bueno realmente bueno. Ponga su vida en ellos. Jesús ha dicho “por medio de ellos he sido glorificado” He vivido para ellos. El ha puesto su todo sobre estos hombres. Algunos dirían que esa no fue una decisión sabia, pero él lo hizo. El puso todo en ellos así que ¿Cómo luce todo eso en nuestras vidas?

Bueno, hagamos un puente aquí de Jesús, y lleguemos hasta un individuo llamado Pablo. Pienso que Pablo nos muestra esto. Torne hacia la derecha conmigo hasta 1ra de Corintios capítulo 10, tenemos que ver esto. Aquí hay algunos versos que supongo son bien familiares para ustedes. Pero tienen que subrayarlos o poner una pequeña nota al lado de ellos, porque va a ver, quizás un verso familiar, pero va a notar el discipulado en el centro de esto quizás por primera vez. Mire 1ra Corintios 10: 31. Es un verso muy común. Pablo, el individuo que está escribiendo esto, dice: “En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios”

Así que hacemos todo, bebemos jugo de naranja para la gloria de Dios; hacemos todo para la gloria de Dios. Ahora ¿Cómo luce esto? Bien, eso es lo que dice el texto. “No hagan *tropezar a nadie, ni a judíos, ni a *gentiles ni a la iglesia de Dios.33 Hagan como yo, que procuro agradar a todos en todo.”

El corazon del hacedor de discipulos

Escuchen lo que él dice. Este es el corazón del hacedor de discípulos. “No busco mis propios intereses sino los de los demás, para que sean salvos”. Él está viviendo a favor de la gloria de Cristo en la vida de otros. Escuche lo que él dice en 1ra corintios 11: 1 “Imítenme a mí, como yo imito a Cristo.”

Qué declaración tan audaz. Para Pablo llegar a la escena y decir: “ustedes muchachos, síganme, y estarán siguiendo a Cristo. “Imítenme y estarán imitando a Cristo”. Es una declaración atrevida. Decirle a las personas en su esfera de influencia “síganme y estarán siguiendo a Cristo” ¿Estamos supuestos a decir eso? ¿No es algo un poco atrevido? No, eso es exactamente lo que estamos supuestos a decir. Esa es la esencia de lo que se trata todo este asunto. No es solo un momento donde Pablo se sentía bastante confiado. Vayamos a Filipenses, capítulo 3 verso 17. Subraye estos versos, haga una nota. Este es un cuadro de lo que significa poner su vida para mostrar a Cristo a otros. El dice: Hermanos, sigan todos mi ejemplo, y fíjense en los que se comportan conforme al modelo que les hemos dado.

Sigan mi ejemplo. El llega a la conclusión de este capítulo, y dice desde el verso 20: En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo.21 Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso, mediante el poder con que somete a sí mismo todas las cosas. Por lo tanto, queridos hermanos míos, a quienes amo y extraño mucho, ustedes que son mi alegría y mi corona, manténganse así firmes en el Señor.

Pablo miraba a los creyentes que tenía frente a él en esta carta y dijo: “los amo, los anhelo, ustedes son mi corona, ustedes son mi gozo, ustedes son mi vida.” Y cuando avanzamos al verso 9 del capítulo 4, él dice:

Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes.

Una declaración atrevida

Él dice “Síganme y estarán siguiendo a Cristo” esa es una declaración atrevida. Algunos pensarán “bueno, yo supongo que no puedo decir algo así, eso es muy arrogante”. No es arrogante., arrogante es sentarse a la orilla y evadir nuestra responsabilidad de mostrar el camino a Cristo, y dejar al mundo a su propia suerte para ver Su carácter. Eso es arrogancia. Eso es centrarse en uno mismo. En cambio aquello es humildad. Es profunda humildad decir “voy a rendir mi vida de tal forma que puedan ver a Cristo en mí y puedan seguir a Cristo.” Ese es un nivel totalmente nuevo de cristianismo que Dios nos llama a tener.

Vayamos a 1 Tesalonicenses. Tienen que ver este texto. Miremos en 1 tesalonicenses capítulo 2, verso 19 y 20. Escuche esto, me referí a este pasaje la semana pasada, quiero que lo lea, tal vez subrayarlo. Pablo está hablando de nuevo, él dice:

“19 En resumidas cuentas, ¿cuál es nuestra esperanza, alegría o motivo de orgullo delante de nuestro Señor Jesús para cuando él venga? ¿Quién más sino ustedes?20 Sí, ustedes son nuestro orgullo y alegría”

¿Captaron eso? Pablo dice: “Cuando el Señor regrese, quiero rendir cuentas de lo que he hecho con el Evangelio y la misión que él me ha confiado. Mi gozo serán ustedes, sus vidas, viviendo para la gloria de Cristo”. El dice luego en el capítulo 3, verso 8, y éste el resumen de todo el asunto, dice: ¡Ahora sí que vivimos al saber que están firmes en el Señor! Poniendo el énfasis en “están” ¿Captaron eso? “vivimos” dice Pablo, “porque sabemos que ustedes están firmes en el Señor. Mi vida está puesta en que ustedes estén firmes en el Señor. Si no lo están entonces fracasé”- Así que vivimos para la causa de que otros vean la gloria de Cristo, para mostrar la gloria de Cristo.

Centramos nuestro enfoque en las personas y vemos el mundo a través de ellos y depositamos nuestras vidas en ellos. Sé que aquellos de ustedes que son padres aquí tienen una idea de esto, con un hijo por el cual vivir. Se eso por mi propia vida, con mi madre y mi padre. La sonrisa más grande en el rostro de mi padre fue cuando yo estaba haciendo lo que Cristo me había llamado a hacer. ¿Qué sucede cuando amamos de esa manera en este mundo? ¿Qué sucede cuando vivimos los unos para los otros? Ahora estamos llegando al corazón del cristianismo del Nuevo Testamento. No se trata de una rutina de ir los domingos a un determinado lugar, se trata de personas por las cuales estamos viviendo. Vivimos para Su gloria a través de ellos.

Mostramos su carácter a ellos, vivimos para Su gloria a través de ellos, y tercero, nutrimos Su santidad en ellos. Regresemos a Juan 17, cuando llegamos al verso 11, y vemos a Jesús presentar una petición, una petición individual, una oración por estos hombres. El inicia en el verso 11, y dijo:

Ya no voy a estar por más tiempo en el mundo, pero ellos están todavía en el mundo, y yo vuelvo a ti.

Esta es la única vez en los evangelios que vemos a Jesús referirse al Padre con ese término. No que él no haya sido siempre santo, pero Él enfatiza su santidad, ¿porqué? Él continúa en oración.

“Padre santo, protégelos con el poder de tu nombre, el nombre que me diste, para que sean uno, lo mismo que nosotros.12 Mientras estaba con ellos, los protegía y los preservaba mediante el nombre que me diste.”

“Mantenlos mostrando tu caracter”

Él ora porque sean protegidos y guardados. Ahora, esas palabras, si tuviéramos tiempo, profundizaríamos en Juan y veríamos más, pero a menudo esta idea de “proteger y guardar” no pretendía tanto referirse a protección física como a la protección espiritual que encierra todo lo que estamos viendo aquí. Protégelos en Tu Nombre es lo que Él está diciendo. Mantenlos mostrando tu carácter. El dijo “yo me he mantenido mostrándoles continuamente tu carácter. He mantenido constantemente tu carácter frente a ellos”. De modo que mientras oraba por ellos, él oraba que estos hombres mostrarían constantemente Su carácter. El había vivido y nutrido su santidad en ellos y ahora él ora que Dios los mantenga firmes en ello.

Lo que estamos viendo es un contraste entre los discípulos y el mundo. En un contraste que vemos a todo lo largo de Juan 17. Estudiaremos más esto dentro de dos semanas, pero el contraste está ahí. Lo que estamos viendo a todo lo largo del capítulo es que cuando se trata de la idea de santidad (y yo oro que en las próximas dos semanas Dios transforme nuestra visión de la santidad y lo que esa palabra significa) veremos más en las próximas semanas. Cuando se trata de santidad, tenemos los discípulos en el mundo, y lo que Jesús está diciendo aquí es que tenemos que evitar dos extremos.

Extremo número uno: es la separación total del mundo. Por separación quiero decir principalmente física justo aquí, porque sí, la santidad en el sentido espiritual es separación. Hemos salido y nos hemos separado, pero Jesús no está diciendo aquí que su plan implica planes de rescate llegando hasta sus discípulos y sacándolos del mundo. “Gabriel, ten listos los aviones, vamos a sacar a estos hombres fuera del mundo, porque ese es un lugar duro para vivir.” No es por eso por lo que Él está orando. No está pidiendo al Padre que nos proteja guardándonos en una cabina de seguridad de modo que seamos completamente preservados del mal y de cualquier daño en el mundo. Estamos en el mundo y debemos mantener los oídos en sintonía con lo que sucede y decir: “El mundo realmente está luchando con un montón de problemas justo ahora, estamos en este asunto y Dios nos ha puesto en esto por una razón.”

De modo que, no nos separamos del mundo. No estamos fuera de aquí. Al mismo tiempo evitamos el otro extremo. El otro extremo es la total saturación en el mundo hasta el punto en tenemos al mundo y a la iglesia y no podemos decir cuál es la diferencia. Esos hombres iban a estar en el mundo, pero no iban a ser del mundo, dicen los versos 13 y 14. Así que ellos estaban aparte del mundo, pero la forma más efectiva de hacer discípulos en nuestra cultura es no hacernos indistinguibles de la cultura, lo cual es lo que algunos piensan. Si vamos a ser efectivos llegamos a estar con el mundo, pero no a ser como el mundo. No somos diferentes solo por el hecho de ser diferentes, solo para ser esas gentes “raras”, pero estamos en el mundo mostrando el carácter de Dios, incluyendo su santidad.

Tenemos que ser cuidadosos aquí. Si ustedes saben mucho acerca de la iglesia en Inglaterra, saben que fue hace exactamente un siglo que un hombre llamado Charles Spurgeon estaba predicando a casa llena. La gente estaba viniendo a Cristo y a conocer el Evangelio en gran número. Ahora, un siglo después, en Inglaterra, la iglesia está luchando. Esas iglesias que estuvieron llenas hace un siglo, muchas de ellas están vacías. ¿Cómo sucedió eso en un siglo? ¿Es un pensamiento humillante o qué? Mientras nos sentamos aquí en esta sala repleta, saber que un siglo más adelante, este edificio pudiera ser un almacén o alguna otra cosa. ¿Cómo sucede eso? No quiero simplificarlo, pero hay una historia que estuve leyendo al respecto en una biografía. El dijo esto:

“En Inglaterra, la iglesia se acomodó al dinero, el estatus, el poder y el nuevo orden. El secularismo se había infiltrado a gran escala en la iglesia, primero, como una vía sincera de atraer gente mundana. Pero gradualmente el secularismo llegó a ser dominante y transformó a la iglesia. La iglesia empezó a lucir semejante al mundo”

La santidad

Si el mundo no puede decir que hay diferencia cuando miran nuestras vidas con Cristo y a la vez miran las vidas sin Cristo en ellos, entonces hemos devaluado la misión del evangelio desde el principio. Por eso es que la santidad es una prioridad. Por eso es que vivimos en santidad. Los dos extremos son: Total separación y Total saturación. El ejemplo que Jesús nos está dando aquí es total sacrificio por el mundo. Lo que Jesús está diciendo aquí es “Estos hombres van a estar en medio de un mundo de maldad y sufrimiento y estoy orando, Padre, que tú guardes firmemente su carácter en ti, que ellos sacrifiquen la comodidad de este mundo y los deseos pecaminosos de este mundo, para mostrar Tu carácter.”

Yo creo que realmente esto se reduce a dos aspectos principales cuando se trata del mundo. Tenemos pecado y sufrimiento. Piénselo en dos vertientes. Cuando se trata de pecado, queremos vivir vidas santas, queremos ser puros, queremos reflejar el carácter de Dios, de modo que mostraremos al mundo a un Dios superior que está por encima del pecado, que hay un salvador que ha vencido al pecado. La tragedia es si vivimos vidas donde estemos haciendo las mismas cosas cuando se trata de nuestro lenguaje, o la forma en que hacemos negocios, la pornografía, en nuestros matrimonios… Si estamos viviendo tal como el resto del mundo, entonces el mundo nos ve y la gloria de Cristo está comprometida porque ellos no ven una persona que esté mostrando que Jesús es superior sobre el pecado, que él ha vencido al pecado.

La gente está viviendo la misma vida esclavizado al pecado, tal como todos los demás. Así que, estudiantes, sea que ustedes sean de aquí de esta iglesia o estén visitando, cuando se trata de pureza y las tentaciones a ser impuros que ustedes enfrentan en sus vidas como adolescentes, quiero urgirles que se basen en la Palabra de Dios para ser puros. No solo por su bien, sino por el bien de otros estudiantes que necesitan ver la pureza de Cristo, que están anhelando ver un cuadro de pureza y santidad. Ver que hay alguien que hace una diferencia en mi vida. Vivimos nuestras vidas, esposos y esposas, nos sacrificamos. Esposos, hombres, sacrificamos nuestras vidas por nuestras esposas, estamos a su servicio ¿Por qué? De forma que el mundo vea una imagen de lo que es Cristo y su Iglesia. Que vean el amor que Cristo tiene por su novia. Por eso hacemos esto, nuestras luchas con el pecado toman un sentido totalmente nuevo cuando nos damos cuenta que somos una parte del hacer discípulos y estamos viviendo para el bien de otros. No solo en el pecado, sino en el sufrimiento.

Juan capitulo 16

Juan Capítulo 15, usted retorna y lee la segunda mitad de éste, hasta el comienzo de Juan 16. Jesús les dice a sus discípulos “ustedes van a pasar por tiempos difíciles, el mundo me aborrece y los va a aborrecer a ustedes. Ellos van a perseguirme y los perseguirán a ustedes también”. Él llega a Juan 16, versos 2 y 3, en algún punto ahí él dice: “viene el día en que cualquiera que los mate pensará que le está prestando un servicio a Dios”. Él sabía que ellos iban a experimentar dificultad, y es cierto. De esos 11 hombres, 10 de ellos sufrieron martirio. Lo que él pidió en oración fue que medio de eso, ellos se mantuvieran firmes al carácter de Dios y que ellos confiaran en él. Porque cuando ellos lo hicieran, mostrarían más claramente la Palabra al mundo. Tiene sentido. ¿Cómo nos mostró Jesús a nosotros el carácter del Padre con mayor claridad? Sobre la cruz, en medio del sufrimiento.

Ese es un pensamiento aleccionador, y seré honesto con ustedes como su pastor: no me doy cuenta de todas las ramificaciones que esto tiene, pero creo que es lo que la Escritura enseña. Si vamos a entregarnos a nosotros mismos para hacer discípulos de todas las naciones como una iglesia, si vamos a mostrar el carácter de Cristo, entonces esto va implicar sufrimiento. ¿Cómo podríamos siquiera mostrar este cuadro de Cristo al mundo si todo siempre anda bien para nosotros? Eso es difícil para nosotros en una cultura de abundancia, donde tenemos lo que queremos. Pero si vamos a mostrar a Cristo al mundo, esto va a implicar mostrar su carácter en medio del sufrimiento, y no pase esto por alto, Jesús ha orado por nosotros. El ora por nosotros, intercede por nosotros. “Padre, protégelos con la misma protección que le diste a tu pueblo cuando abriste el Mar Rojo a la mitad, con la misma protección que le darás a tu pueblo cuando camine hacia la cruz.” La misma protección que él quiere darnos. Pero lo que significa es que nosotros, en este proceso de hacer discípulos, nos sacrifiquemos por el mundo.

Preguntas para mostrar la Palabra

Eso nos lleva a algunas preguntas que quiero hacerles. La primera pregunta que quiero hacerle a cada uno de ustedes, ¿A Quién le ha dado Dios a usted para mostrarle la Palabra? Quiero que piense en el hecho de que las personas en su vida, en su esfera de influencia, no son accidentales, que tal vez, solo tal vez, Dios tiene esta estrategia y le ha puesto en el lugar que usted está por una razón. ¿A Quien le puede usted mostrar la palabra? En su hogar, no solo en su hogar, pero en su vecindario y en su comunidad y en su lugar de trabajo. ¿A quién le puede usted mostrar la Palabra?

La segunda pregunta es ésta: ¿Cómo puede usted mostrar la Palabra? No accidentalmente, “Espero que ellos vean a Cristo en mí” ¿Cómo puede usted intencionalmente mostrarles el carácter de Dios y planear intencionalmente cómo será esto?

La tercera pregunta es ¿Qué necesita usted sacrificar para mostrarles la Palabra? Usted dice “¿Qué quiere usted decir? ¿Qué yo necesito hacer un sacrificio?” Bueno, si hay algunos pecados que lo han mantenido cautivo por algún tiempo, algunas cosas a las que ha estado atado, los deseos de este mundo, entonces, le urjo en esta mañana a sacrificarlos de forma que la gloria de Cristo, su carácter y su santidad pueda darse a conocer a través de usted. Para otros de nosotros, ¿Qué significa sacrificio? Para muchos de nosotros es nuestro orgullo. Es nuestro orgullo al decir “tengo un plan para mi vida”, necesitamos rendirlo y comenzar a darnos a nosotros mismos al plan que Jesús tiene. Para muchos de nosotros, son nuestras posesiones. ¿Qué necesita usted dar para mostrar el carácter de Dios en esta comunidad y en el mundo?

Que necesitamos sacrificar

Para muchos de nosotros se trata de nuestra comodidad. Nos aferramos tanto a nuestra comodidad, a nuestra zona de confort. ¿Qué necesitamos sacrificar para exhibir el carácter de Dios? Estoy suponiendo que casi todos nosotros, una de las cosas que tenemos que sacrificar es nuestro temor. Hay un montón de temor que viene con levantarnos y decirle a la gente alrededor de usted “si usted me mira, va a ver a Cristo, si usted me sigue va a seguir a Cristo” quiero recordarle que Dios no nos ha dado un espíritu de temor. El nos ha dado un espíritu de poder, de amor y de autodominio. El ha puesto su Espíritu dentro de nosotros. Así que entreguémonos a lo que él nos llamó a hacer.

Yo estaba orando respecto a cómo podemos responder mejor a su Palabra hoy. Lo que quiero hacer es darles algo de tiempo. Hemos tocado algunas cosas que son pesadas de alguna manera. Algunas veces tenemos la tendencia de recoger y salir de aquí y no tenemos tiempo de digerir algunas de las cosas que el Señor nos está enseñando. Quiero darles la oportunidad de pasar algún tiempo entre usted y el Padre, entre usted y Cristo y esas tres preguntas. Sea que usted quiera escribirlas, ¿Con quién puedo compartir la Palabra? ¿Cómo puedo mostrar la Palabra? Y ¿Qué necesito sacrificar? Comencemos a reflexionar sobre esto. Quizás le baste con orar, pero quiero darle la oportunidad de pensar realmente acerca lo que significaría para usted intencionalmente mostrar la Palabra a otras vidas, las personas que Dios le ha dado.

Querido Dios, te alabamos por tu gracia y tu misericordia. Te alabamos Señor Jesús por mostrarnos a Dios, de cerca y personal. Dios, por esta familia de fe, por aquellos que nos visitan hoy. Dios, ya que nos has dado este plan de hacer discípulos de todas las naciones, oramos que nos proveas gracia en este día para mostrar tu Palabra a las personas que nos has confiado. Oramos que en los próximos minutos. Señor, nos muestres lo que esto significa. Calma nuestras ansiedades sobre esto, y recuérdanos los recursos que nos ha confiado. Oramos que en los próximos minutos, mientras reflexionamos, mientras oramos, mientras venimos delante de ti, Señor Jesús, que tú sencillamente vengas como el discipulador original en nosotros, y nos ayudes dándonos una mano sobre cómo será esto en nuestras vidas. Te damos este tiempo a ti, en el nombre de Jesús, amen.

David Platt

David Platt sirve como pastor en el área metropolitana de Washington, D.C. Es el fundador de Radical.

David recibió su doctorado del Seminario Teológico Bautista de New Orleans y es el autor de Don’t Hold Back [No te quedes donde estás], Radical, Sígueme, Contracultura, Algo tiene que cambiar, Before You Vote [Antes de votar], así como los varios volúmenes de la serie Christ-Centered Exposition Commentary [Comentario Expositivo centrado en Cristo]. 

Vive junto con su esposa e hijos en el área metropolitana de Washington, D.C.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TOWARDS REACHING THE UNREACHED.

That means that the people with the most urgent spiritual and physical needs are receiving the least support. You can help change that!