Nuestro destino eterno depende de nuestra respuesta a Jesús. ¿Nos alejaremos de Jesús o iremos a Jesús? En este mensaje sobre Romanos 6:23, el pastor David Platt exhorta a los cristianos a responder a la urgencia de la eternidad tejiendo hilos del Evangelio. Comparte tres formas en que nuestras conversaciones pueden reflejar la urgencia de la eternidad.
- Minimiza tus conversaciones acerca de cosas temporales.
- Maximiza tus conversaciones acerca de cosas eternas.
- Hablando acerca de responder al Evangelio.
Si tienes una Biblia y espero que sea así, te invito a abrirla conmigo en Romanos 6. Nosotros venimos de nuestro pasado sermón en esta corta serie sobre Hilos El Evangelio y el Evangelismo Personal. El evangelismo personal es simple. Es realmente simple. No es fácil. El adversario le gustaría que nos mantengamos alejados de proclamar el evangelio. El adversario está contento con que nosotros vengamos a este salón, como nosotros le llamamos, ir a la iglesia. Él no tiene problemas con eso. Pero nosotros podemos dejar este salón y podemos hablar como lo que somos, la Iglesia, él tiene problemas con eso y está completamente en contra de eso. Por lo tanto, no es fácil pero es simple. Es lo que estamos buscando. Cómo estos hilos del evangelio permean nuestras conversaciones del día a día.
Y lo que nosotros vamos a hacer es profundizar en este quinto hilo y luego tener una visión amplia de todos en la medida en que se complementan y quiero que veamos en este quinto hilo la razón de la importancia del evangelio.
Nosotros hemos tratado cuatro hilos hasta este punto. En lo relativo al carácter de Dios, nosotros hemos dicho que Dios es justo y clemente Creador de todas las cosas. En lo relativo a la pecaminosidad del hombre nosotros hemos visto en Romanos 1-8 que nosotros somos cada uno creados por Dios, pero todos estamos corrompidos por el pecado. Esos dos nos guían a la suficiencia de Cristo, que Jesús solo es capaz de remover nuestro pecado y reconciliarnos con Dios, traernos a Dios. Ahora ¿cómo eso se hace una realidad en nuestros corazones? ¿Cómo es el trabajo de Cristo, Su vida, Su muerte Su resurrección, cómo es eso apropiado para nuestra salvación? Eso lleva a la necesidad de Fe. Nosotros estamos reconciliados con Dios solo a través de, ¿Qué? A través de la fe en Jesús, solo a través de la fe.
Hilo #5: La urgenzia de la eternidad
Nuestro destino eterno depende de nuestra respuesta a Jesús.
Todo esto nos dirige a este ultimo hilo, el hilo número 5, la urgencia de eternidad. Esta es la razón por la cual estas nuevas, este evangelio es importante y por qué es importante tejerlo en nuestras vidas porque nuestro destino eterno depende de nuestra respuesta a Jesús.
El evangelio es importante porque la eternidad es para siempre, y nuestra respuesta a Cristo y al evangelio determina donde pasaremos la eternidad, donde estaremos por siempre, sube la apuesta de todos estos hilos.
Esto está por todo Romanos 1-8. En el principio, Romanos 1:18-20, él está hablando del poder eterno de Dios. En Romanos 2 nosotros vemos la imagen del juicio de Dios. Nosotros ya lo vimos. Es el juicio eterno de Dios.
Ahora, lo que yo quiero mostrarles, basado en lo que ya hemos visto, quiero mostrarles cuales son las opciones en lo referente a esta respuesta. Cuales son las dos opciones que están en frente de nosotros basadas en lo que ya hemos visto y luego quiero mostrarles cómo Romanos 1-8 toma esas opciones y aumenta la apuesta en lo relativo a la eternidad.
La vida y la muerte cuelgan de una balanza
Las opciones son estas: ¿Te alejarás de Jesús o te acercarás a Jesús? Esto es retomando donde nos quedamos en el pasado sermón. Nosotros hablamos de convertirse y creer, y en realidad la pregunta más importante con la cual el evangelio confronta es si te acercarás a Jesús o te alejarás de Jesús. La eternidad de cada uno de nosotros depende en cómo respondemos a esas opciones. La vida y la muerte cuelgan de una balanza, no hay un punto medio como opción.
Nosotros tenemos a Romanos 1-4 que habla sobre esto pero quiero que vayan conmigo a Romanos 5. Vayan a Romanos 5. Miren el verso 9 conmigo. Esto es lo que quiero que ustedes hagan. Quiero invitarlos a tomar un bolígrafo o un lápiz y hagan un círculo a las siguientes palabras, “vida “o “vivir” o “vive” y “muerte “o “morir” o “murió”. Entonces comencemos en Romanos 5:9.
“Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron. Antes de promulgarse la ley, ya existía el pecado en el mundo. Es cierto que el pecado no se toma en cuenta cuando no hay ley; verso 14, sin embargo, desde Adán hasta Moisés la muerte reinó, incluso sobre los que no pecaron quebrantando un mandato, como lo hizo Adán, quien es figura de aquel que había de venir.” (Rom. 5:12-14).
Llegamos al verso 16, saltando el verso 15. Verso 16, “Tampoco se puede comparar la dádiva de Dios con las consecuencias del pecado de Adán. El juicio que lleva a la condenación fue resultado de un solo pecado, pero la dádiva que lleva a la justificación tiene que ver con una multitud de transgresiones.” hablando de Adán aquí, “Muerte”, ahí está, “por la transgresión de un solo hombre reinó la muerte,” la muerte reinó a través de Adán, “con mayor razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia reinarán en vida por medio de un solo hombre, Jesucristo” (Rom. 5:17). Él está contrastando a Adán y a Jesús. “Por tanto, así como una sola transgresión causó la condenación de todos, también un solo acto de justicia produjo la justificación que da vida a todos. Porque así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron constituidos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos.” (Rom. 5:18-19).
Él cierra este capítulo y dice, “En lo que atañe a la ley, ésta intervino para que aumentara la transgresión. Pero allí donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia, a fin de que, así como reinó el pecado en la muerte, reine también la gracia que nos Trae justificación y vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor.” (Rom. 5:20- 21). Entonces ahí lo tenemos todo sobre el capítulo 5.
Luego llegamos al capitulo 6. Miren conmigo en el verso 3 del capítulo 6. “¿Acaso no saben ustedes que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús, en realidad fuimos bautizados para participar en su muerte? Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva.” Verso 5, “En efecto, si hemos estado unidos con él en su muerte, sin duda también estaremos unidos con él en su resurrección.” Bajemos al verso 8,
Murió al pecado una vez y para siempre
Ahora bien, si hemos muerto con Cristo, confiamos que también viviremos con él. Pues sabemos que Cristo, por haber sido levantado de entre los muertos, ya no puede volver a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre él. En cuanto a su muerte, murió al pecado una vez y para siempre; en cuanto a su vida, vive para Dios. De la misma manera, también ustedes considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. Por lo tanto, no permitan ustedes que el pecado reine en su cuerpo mortal, ni obedezcan a sus malos deseos. No ofrezcan los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de injusticia; al contrario, ofrézcanse más bien a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida, presentando los miembros de su cuerpo como instrumentos de justicia. (Rom. 6:8-13).
Vayan al final de este capítulo, verso 19. Nosotros prepararemos el escenario aquí y veremos al final de este párrafo. Pablo dice, “Hablo en términos humanos, por las limitaciones de su naturaleza humana. Antes ofrecían ustedes los miembros de su cuerpo para servir a la impureza, que lleva más y más a la maldad; ofrézcanlos ahora para servir a la justicia que lleva a la santidad. Cuando ustedes eran esclavos del pecado, estaban libres del dominio de la justicia. ¿Qué fruto cosechaban entonces? ¡Cosas que ahora los avergüenzan y que conducen a la muerte!” (Rom. 6:19-21).
Aquí está lo que él dice. Tú eres un esclavo al pecado, eso significa, “! Esas cosas tienen como resultado la muerte!” El resultado del pecado es la muerte. “Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han puesto al servicio de Dios, cosechan la santidad que conduce a la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor. (Rom. 6:21-23).
Vayamos al capítulo 7, solo para mantenerlos yendo, Yo solo quiero que ustedes vean cómo hay un constante entretejido entre estos dos términos. Vayamos al capítulo 7, verso 8 conmigo. Pablo dice:
Pero el pecado, aprovechando la oportunidad que le proporcionó el mandamiento, despertó en mí toda clase de codicia. Porque aparte de la ley el pecado está muerto. En otro tiempo yo tenía vida aparte de la ley; pero cuando vino el mandamiento, cobró vida el pecado y yo morí. Se me hizo evidente que el mismo mandamiento que debía haberme dado vida me llevó a la muerte; porque el pecado se aprovechó del mandamiento, me engañó, y por medio de él me mató. Concluimos, pues, que la ley es santa, y que el mandamiento es santo, justo y bueno. (Rom. 7:8-12).
Vayan a la parte final de este capítulo en el verso 24, él da su grito de frustración. Él dice, “¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal? ¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor!
No hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús
Ahora eso nos lleva al capítulo 8, verso 2. De hecho, nosotros vamos a comenzar en el capítulo 1 ahí. “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.” (Rom. 8:1-2). Entonces él continúa, vayan al verso 6. Él está contrastando la mente de un hombre pecador y la mente del Espíritu. Él dice, “La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz.” Él amplia eso. Vayan al verso 11, “Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.” (Rom. 8:11-14).
Vayan todo el camino hasta el final de este capítulo, al verso 34, donde él lo resume. Él dice, “¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: «! Por tu causa siempre nos llevan a la muerte; nos tratan como a ovejas para el matadero!» Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.” (Rom. 8:35-39).
Entonces este es el escenario a través de Romanos 5, 6,7 y 8. Tenemos la vida y la muerte, vida y muerte. Ahora que ya hemos visto esos textos, vamos a mirarlos individualmente y luego en conjunto, todos juntos para tratar de resumir lo que Pablo nos está mostrando aquí sobre la vida y la muerte en lo relativo a Cristo porque todo depende de Cristo. Tenemos dos opciones aquí. Te alejas de Jesús o te acercas a Jesús.
¿Te alejarás de Jesús?
Vamos a iniciar por esta primera. Te alejas de Jesús, y estoy tratando de utilizar las palabras de Pablo para resumir lo que él está diciendo. La primera opción. Nosotros podemos elegir vivir sin Cristo. Te alejas de Cristo y dices, “Yo voy a vivir sin Cristo”. Vive una esclavitud al pecado en el lenguaje de Pablo, esclavos a nosotros mismos. Nosotros hacemos las cosas a nuestra manera. Quizás verbalmente, deliberadamente, quizás hasta públicamente renunciemos a Jesús. No quiero tener nada que ver con Jesús. Decidimos eso.
O quizás algo más sutil. Quizás vamos a la iglesia. Quizás nosotros estamos envueltos. Quizás nosotros creemos que Jesús murió en una cruz y se levantó de los muertos pero nunca llegamos al punto donde tenemos un encuentro personal con Él, como el Señor de nuestras vidas. Vivimos nuestras vidas a nuestra manera, vivimos esclavos al pecado, esclavos a nosotros mismos, aunque estamos nominalmente apegados a Jesús. Religión superficial.
Esta es la situación. Nosotros escogemos vivir sin Cristo ahora, ya sea deliberadamente o siendo miembro de una iglesia. Es una opción. Ahora vivimos sin Cristo y el resultado es que nosotros moriremos sin Cristo para siempre. Esto es lo que Pablo está diciendo. El pago del pecado es muerte. El pago del pecado es muerte. Eso es lo que exactamente él indica en Romanos 2.
De hecho, volvamos allá conmigo. Romanos 2, yo quiero que leamos este pasaje nuevamente. Quiero que ustedes y yo escuchemos estas palabras. Quiero que se imagine este escenario conmigo. Romanos 2:5, miren lo que dicen las Escrituras aquí. Pablo escribe estas palabras,
Pero por tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio. Porque Dios «pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras». Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad. Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad, recibirán el gran castigo de Dios. Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen el mal, los judíos primeramente, y también los gentiles; pero gloria, honor y paz para todos los que hacen el bien, los judíos primeramente, y también los gentiles. Porque con Dios no hay favoritismos. (Rom. 2:5-11).
Vida or ira eternal
A parte de cualquier cosa que este pasaje enseña, claramente indica que después de la muerte hay dos opciones. Después de la muerte hay vida eternal, gloria, honor y paz o hay ira eternal, problemas, enojo y amargura.
En realidad Romanos nos está poniendo en frente esto: cada persona que está leyendo este sermón, podría suceder antes de que termine, podrías ser impulsado hacia una de estas dos opciones, irreversiblemente, vida eternal, gloria, honor y paz o hay ira eternal, problemas, enojo y amargura, estrés, eternamente y para siempre.
¿Qué dice? Verso 6, lo que dice es que nosotros seremos juzgados de acuerdo a ¿Nosotros seremos juzgados de acuerdo a lo que hemos? “Hecho”. Nosotros decimos, “Bueno, entonces necesitamos comenzar a tomar medidas. Yo necesito hacer lo más que pueda para estar listo en ese día”. Eso obvia todo el mensaje principal de Romanos.
Todo el punto de Romanos es que no puedes hacerlo. Qué hombre o mujer sería tan audaz de pensar que un día se puedan parar delante del Dios todopoderoso, al que han ofendido infinitamente con sus pecados y mirarle y decirle, “Pero fíjate en todas las cosas buenas que yo hice. Tú me debes la vida por siempre”. ¿Quien va a decir eso? Yo les invito a no pensar en decir eso. Pablo dice, vives sin Cristo ahora; morirás sin Cristo por siempre porque la realidad es que solo hay uno quien ha hecho suficiente delante de Dios. Él es Jesús. Es por eso que en el pasado sermón Él solo es capaz de remover nuestro pecado y reconciliarnos con Dios porque su vida demostró la justicia de Dios.
Entonces si solo hay uno quien es capaz de quitar la de Dios y desviarla hacia él mismo, hay solo uno que puede hacer eso y en esta vida dices, “Yo no lo quiero a Él, entonces te pondrás de pie delante Dios en ese día y serás expulsado a un lago de fuego por siempre y siempre.
Dirías, “¿Qué? ¿Realmente crees en eso?”. Mira en la Palabra. Mira a Jesús. Mira a Jesús, Mateo 10:28, “No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma.,” Estas son las palabras de Jesús, “Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo,” quien puede destruir tu alma y cuerpo “en el infierno.” Marcos 9:43, miren lo que Jesús dice, “Si tu mano te hace pecar, córtatela. Más te vale entrar en la vida manco, que ir con las dos manos al infierno, donde el fuego nunca se apaga. Y si tu pie te hace pecar, córtatelo. Más te vale entrar en la vida cojo, que ser arrojado con los dos pies al infierno. Y si tu ojo te hace pecar, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser arrojado con los dos ojos al infierno, donde su gusano no muere, y el fuego no se apaga’” Es Jesús. 2 de Tesalonicenses 1:7 dice, Jesús será “Y a ustedes que sufren, les dará descanso, lo mismo que a nosotros.
La magnitud de la ira eternal
Esto sucederá cuando el Señor Jesús se manifieste desde el cielo entre llamas de fuego, con sus poderosos ángeles, para castigar a los que no conocen a Dios ni obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús. Ellos sufrirán el castigo de la destrucción eterna, lejos de la presencia del Señor y de la majestad de su poder” (2 Tes. 1:7-9). Apocalipsis 14:11, este es el autor que nos da Juan 3:16—“…De tal manera amó Dios al mundo.” En Apocalipsis 14:11, él describe a aquellos en el infierno y dice, “…El humo de ese tormento sube por los siglos de los siglos. No habrá descanso ni de día ni de noche”. Apocalipsis 20:15, “Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego…” El verso 10 dice, “El humo de ese tormento sube por los siglos de los siglos” (Api. 14:11). Es la palabra más fuerte en el lenguaje Griego que tiene la posibilidad de describir el tiempo que nunca termina.
La gente dice, “¿Realmente crees que eso es literal? ¿No es ese un lenguaje simbólico?” Aun si fuera simbólico, ¿de qué es simbólico? La realidad con la cual las Escrituras nos están confrontando aquí es que al final de la vida, en la muerte, hay un camino que nos guía a un gozo eterno y hay un camino que nos guía a un eterno sufrimiento. ¿En cual camino estás?
Hay muchas personas quienes dicen que nosotros no deberíamos hablar de estas cosas, muchas personas en mi lugar. Muchos predicadores quienes dicen, “No hables de eso”. Aún algunos hombre a quienes respeto, quienes hablarían de estos temas con un tono apologético, quienes hablarían de estas cosas y casi con el sentido de “Lamento que tenga que decir esto pero como está en la Biblia creo que debo predicar sobre ese tema”. Eso no tiene sentido. O sea, piénsenlo. Si hay un Dios y realmente hay un cielo y si hay un infierno, si hay un lugar de gozo eterno y otro de eterno sufrimiento, entonces tendría sentido para mí decir, “Bueno, ¿yo preferiría no hablarles de la ira eterna que viene pero como tengo que hacerlo los voy a calentar y a continuar? No, no, yo te imploraría con todo lo que tenga en mí que no te alejes de Jesús, sino que te acerques a Jesús.
Yo invitaría a cada niño a acercarse a Jesús
Yo rogaría por cada niño. Esto parecería que no está relacionado contigo porque eres joven. La realidad es que podrías morir a los 8 años o a los 18 años o a los 88 años. No sabes y entrarás en la vida eterna o en la muerte eterna y eterno sufrimiento y no tendrías que temer porque Dios envió a Su Hijo Jesús para morir en tu lugar. Entonces yo invitaría a cada niño a acercarse a Jesús. No te alejes de Jesús más. Acércate a Jesús.
Cada estudiante, cada adolescente, el adversario no le gustaría nada más que llenar sus mentes con todas las cosas que tienen y todo lo divertido que ha sido este fin de semana y todos los programas de televisión, video juegos, películas y páginas de Facebook que te entretiene porque a él le gusta tenerte concentrado en esas cosas sin saber que viene una eternidad, una ira eterna o vida eterna que viene y ninguna de esas cosas, ninguna de esas cosas importará en la eternidad. Y yo quiero invitarlos a que no se alejen de Jesús, acérquense a Jesús. Crean en Él como su Señor y Salvador.
Yo alentaría a cada hombre y mujer, casados y casadas, en medio del negocio de sus carreras, economía y luchas, en medio de la bolsa de valores, deportes, en medio de el uso de sus computadoras, yo los invitaría a que salgan, vean la realidad, la realidad eterna está esperando. Es vida eterna o ira eterna. ¿Están listos para eso?
Yo invitaría a los ancianos a no esperar ni un segundo más, no perder otro minuto. Giren sus cabezas hacia Jesús. Cada persona, gire su cabeza hacia Jesús en este momento en sus corazones. Acérquense a Jesús. Crean en Él como Señor y Salvador, como el que ha quitado la ira de Dios en nuestro nombre, quien ha mostrado el poder de Dios sobre el pecado en la resurrección y Él lo hizo por tu salvación. Acércate a él y si no lo haces, si no te acercas a Él, si vives sin Cristo ahora, morirás sin Cristo para siempre.
¿O te acercarás a Jesús?
Te acercarás a Jesús? ¿Que sucede cuando te acercas a Jesús, Cuando naces nuevamente y este evangelio se hace una realidad en tu corazón? En el lenguaje de Pablo, nosotros morimos con Cristo ahora. Ustedes dirían, “¿Qué quieres decir con eso de que nosotros morimos con Cristo?” Significa que nosotros estamos unidos con Cristo en su muerte. Nosotros estamos “Crucificados con Cristo,” Pablo dice en Gálatas 2:20. Nosotros morimos a nuestros pecados. Nosotros morimos a nosotros mismos. Nosotros dejamos de tratar de hacerlo por nuestra propia cuenta. Dejamos de tratar de llegar allá. Dejamos de tratar de manufacturar una religión, una relación con Dios. Nosotros morimos a cada esfuerzo que hacemos, cada onza de orgullo que tengamos. Morimos al pecado. Ahora morimos con Cristo, nos alejamos del pecado, del yo, y le creemos a Él como Señor y Salvador.
Nosotros morimos con Cristo ahora y Pablo dice nosotros viviremos con Cristo para siempre, nosotros viviremos con Cristo para siempre. Si están unidos, si están unidos con Cristo en su muerte, Pablo dice, que seguro estaremos unidos con Él en su resurrección. Alabado sea Dios, alabado sea Dios que cuando morimos con Cristo ahora viviremos con Cristo para siempre. Eso es buenas nuevas. Eso es evangelio.
Cociendo los Hilos del Evangelio…
Dios es el justo y clemente creador de todas las cosas Cada uno de nosotros es creado por Dios, pero estamos corrompidos por el pecado. Nosotros estamos reconciliados con Dios solo a través de la fe en Jesús. Nuestro destino eterno depende de nuestra respuesta a Jesús.
Bueno, lo que yo quiero que hagamos es movernos directamente a la aplicación práctica aquí, cociendo estos hilos. Urgencia de eternidad, nuestra eternidad es dependiente de nuestra respuesta a Jesús, nuestro destino eterno depende de esto. Nosotros hemos visto estos hilos. Dios es el creador justo y misericordioso de todas las cosas. Nosotros fuimos creados por Dios pero corrompidos por el pecado. Jesús limpia nuestros pecados. Solo Él es capaz de remover nuestro pecado y reconciliarnos con Dios. Nosotros nos reconciliamos con Él a través de la fe en Jesús y nuestro destino eterno depende de esto. Entonces lo que quiero hacer es tomar estos tres hilos y pensar prácticamente cómo compartimos esto y cómo dejamos que afecte la forma en que nosotros compartimos esto de manera práctica.
Reduce tus conversaciones sobre asuntos temporales.
Número uno, reduce tus conversaciones sobre asuntos temporales. Nosotros estamos inundados con lo temporal. Si te fijas en muchas de nuestras conversaciones, son consumidas por lo temporal, cosas que podrían importar, podrían importar por un momento, por un día, por un año. Pero no importan en la eternidad. Has pensado en cuanto tiempo de nuestra conversación dedicamos al clima, comida, deportes. Dios nos libre de pensar que eso importa. Eso no importa. Consigue una vida. ¡Consigue una vida eterna! ¿Qué importa en la eternidad si tu equipo hizo un gol antes que el otro equipo? ¿A quien le importa? La vida de la gente está en juego para la eternidad. Esto es 2da de Corintios 4:4-6. El dios de este mundo está cegando las mentes de los impíos a través de asuntos temporales, asuntos temporales, por lo que nosotros estamos animando al adversario. Nosotros estamos ayudando la estrategia de nuestro adversario diciendo, “Si, este asunto es importante, si, vamos a hablar sobre ese tema. Ignoremos el hecho de que un día tú o yo nos veremos cara a cara con Dios e iremos al cielo o al infierno”. Si eso es cierto, eso cambia radicalmente la forma en que nosotros hablamos y sobre qué hablamos.
Aumenta tus conversaciones sobre asuntos eternos.
Disminuye las conversaciones sobre asuntos temporales y aumenta las conversaciones sobre asuntos eternos. Habla de lo que es importante. No seamos superficiales. No estoy diciendo que siempre debes ser un pensador teológico profundo. No estoy diciendo que tienen que aburrir a las personas, que no se pueden divertir. Pero este es el punto de esta serie. ¿Cómo podemos tomar las conversaciones diarias, asuntos cotidianos y convertirlo en realidades eternas? Yo les reto a que esta semana cuando conduzcan sus vehículos o cuando estén acostados sobre sus camas en la noche piensen sobre las conversaciones que tuvieron durante ese día, piensen en esas conversaciones y reflexionen, “¿Qué tema hablé que no es importante y qué tema hable sobre lo que es eterno? ¿En qué tema temporal o eterno gasté mi aliento? Busquen oportunidades para expresar las perspectivas eternas de los eventos, situaciones y circunstancias.
Hablando sobre responder al evangelio…
Ahora, hablando sobre responder al evangelio, esto es lo que quiero hacer. Vuelvan conmigo a Hechos 26. Solo un libro a la izquierda. Quiero mostrarles algo, Hechos 26. Todo el punto de esta seria ha sido hablar sobre coser los hilos del evangelio, este hilo aquí y este hilo allá y la esperanza es, recuerden cual es el objetivo, no solo decir palabras aquí allá, el objetivo es orar y encontrar oportunidades de traer todos esos hilos y ver a alguien, a un compañero, un colega, un amigo, un vecino, un miembro de la familia, ver los ojos de alguien abrirse por primera vez a la hermosura del evangelio y decir, “Si lo veo, veo a Dios y a Cristo. Veo mi necesidad por Cristo, mi fe y veo la eternidad”. Esta imagen se abre ante sus ojos. Yo uso esa frase. Quiero que vean conmigo en Hechos 26. Vean el verso 15. Quiero que vean esta frase, se hace viva aquí.
Este es Pablo hablando a Agripa y él está contando lo que Cristo hizo en su vida. Básicamente está compartiendo su testimonio y quiero que ustedes escuchen cómo él lo describe. Él dice, “Entonces pregunté: “¿Quién eres, Señor?” “Yo soy Jesús, a quien tú persigues —me contestó el Señor—. Ahora, ponte en pie y escúchame. Me he aparecido a ti con el fin de designarte siervo y testigo de lo que has visto de mí y de lo que te voy a revelar. Te libraré de tu propio pueblo y de los gentiles.” (Hechos 26:15-17). Miren esta frase. “Te envió a estos,” Este es Jesús hablando con Pablo, “Te envío a éstos para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios, a fin de que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los “santificados.” (Hch 26:17-18). ¿No es esto increíble? ¡Qué situación! Dios dice, “Pablo tú irás, abrirás sus ojos y ellos van a salir de la oscuridad porque ellos van a abrir sus ojos. Ellos van a ir desde el poder de Satanás hasta el poder de Dios. Tú abrirás sus ojos.
Solo Jesús es capaz
Ahora nosotros sabemos, nosotros sabemos por todo lo que hemos visto en esta serie completa viendo el evangelio, que solo Dios puede hacer esto. Nosotros no podemos fabricar esto. Nosotros no podemos llegar donde alguien y decirle, “ábrete! Y sucede. No es la forma en que funciona. Pero ¿cómo Dios abre los ojos? A través de tu boca; tú hablas sobre el evangelio, Él abre los ojos. Esta es la forma en la cual el Espíritu trabaja, a través de la proclamación del evangelio. Es tan simple como esto. Tú hablas del evangelio. Dios es el justo y clemente creador de todas las cosas. Solo Jesús es capaz de remover nuestros pecados y reconciliarnos con Dios. Nosotros compartimos el evangelio y hay poder en eso. Así es que Dios abre los ojos. ¿Qué otras cosas puedes hablar que cuando estas palabras salen fuera de ti hay un poder sobre natural en estas palabras que lo que dices cambia la vida de personas por la eternidad? ¿Hay algo más que puedas hablar durante el almuerzo? Qué pensamiento maravilloso. Tú hablas y el poder abriendo vidas. La vida de la gente siendo cambiada. ¡Qué situación tan maravillosa!
Entonces aquí está la belleza. Cada uno de nosotros quien conoce a Cristo, tenemos a Cristo en nosotros, al Espíritu de Cristo en nosotros. Tenemos el privilegio de ser parte de la introducción de alguien a Cristo en esta manera. Entonces lo que quiero hacer es motivarlos en cuatro formas, mientras ustedes comparten el evangelio, les ayude a ponerlo todo junto.
Numero uno, sean claros, sean claros. Es por eso que he tratado de retarlos y motivarlos a memorizar estos hilos. NO es diciendo que las personas no les harán preguntas. Habrá cosas que ustedes necesiten explicar un poco aquí y allá dependiendo con quien ustedes estén conversando. Pero sean claros. Es por esto que quiero que sean claros en el evangelio en nuestras mentes y claros con el evangelio en nuestras bocas. Si no somos claros en estos, hemos perdido la oportunidad. Nosotros necesitamos ser claros con el evangelio en nuestra mente y con el evangelio en nuestras bocas y luego basados en eso, quiero invitarlos a que crean en el poder del evangelio.
Por favor escúchenme en esto. Ustedes no necesitan cambiarlo. No necesitan hacerlo más potable para esa o aquella persona o esta o aquella situación. No tenemos que justificar esto o aquello. Hay muchas personas que podrían decir que necesitas hacer aquello. Hay muchos predicadores quienes dirían que necesitas hacerlo. Tienes que tomar el evangelio y hacerlo más potable para nuestra cultura de hoy en día.
El Espíritu de Dios y la eternidad
Y yo solo quiero complementar algo. El Espíritu de Dios ha estado en esto por más de 2,000 años y sabe muy bien lo que tiene que hacer. No hay nada que esté pasando en nuestra cultura que causaría que Dios dijera, “Oye, si sabría que esto pasaría en la cultura de hoy en día, habría cambiado el evangelio para que fuera más conocido en el siglo 21. “Lamento haberles fallado”. Él no nos ha fallado. Él nos ha dado el evangelio, Romanos 1:16, Ese “es poder de Dios para la salvación de todos los que creen.”
La forma en que está redactado, a menudo la gente argumentaría el evangelio, cambiando el evangelio para hacerlo más potable en nuestra cultura, para hacerlo más efectivo. Esa es la palabra que la gente usa, “efectivo” en nuestra cultura. No es como si pensáramos que estamos haciendo algo bueno cambiando el evangelio, no le estamos haciendo un favor a Dios sacando el evangelio del evangelismo y poniendo, en vez de eso, nuestras propias palabras. Eso es arrogancia. Pierde todo el punto.
El punto no es eso sobre nuestras palabras, es sobre sus palabras, es sobre el evangelio y nosotros podemos confiar en el poder de este evangelio. Por lo tanto estén claros en eso, y sepan que hay poder en eso. No estoy diciendo que sea fácil. El adversario está detrás de esto pero es así de simple. Es así de simple. Sean claros. Crean en el poder del evangelio.
Segundo, estén centrados en Cristo. Esto es lo que quiero decir. Cristo es el centro del evangelio. No estamos llamando a la gente a adherirse a la verdad. Es el peligro de estos hilos. No estamos llamando a la gente a adherirse a la verdad. Estamos llamando a la gente para adherirse a esa persona. ¿Tiene sentido? No estamos llamando a la gente a adoptar una religión. Estamos llamando a la gente a que adopte una relación, gran diferencia. No estamos llamando a la gente para que asuma tu estilo de vida y tus creencias. Estamos llamando a la gente para que sometan su vida a Jesús. Entonces mantén el énfasis en Jesús. Guíen a la gente a un encuentro con Jesús. Hagan todo lo que puedan para llevar a la gente a tener un encuentro con Jesús.
Tengan confianza y por eso quiero decir que crean en el trabajo del Espíritu. El Espíritu es bueno. El Espíritu de Dios es capaz de traer gente hacia a Él. Nosotros no nos sentamos y no hacemos nada. Nosotros hemos sido llamados por el Espíritu para proclamar el evangelio pero cuando nosotros lo hacemos, una vez proclamamos el evangelio, entonces el Espíritu radicalmente cambia sus corazones. Aún para nosotros, no traten de fabricar eso.
El ganador de almas
Miren esto. Este libro, Ganando Almas Fácilmente. ¡No lo compren! Miren a este autor quien habla de un plan para ganar almas. Él se refiere a los cristianos como vendedores con el evangelio y esto es lo que él dice, y no estoy mintiendo, “El ganador de almas entrenado puede traer a su prospecto a una decisión por Cristo. No hay un territorio medio mientras camina entre la seguridad y habilidad hasta llegar al punto de la salvación. Es su control sobre la conversación que lo hace posible. La técnica de la conversación controlada es algo nuevo en el evangelio y representa un progreso en la “salvación de las almas.” Él continúa e invita, “Identifiquen a su prospecto. Entonces coloquen su mano firmemente en el hombro o brazo con un tono medio autoritario y díganle, Inclina tu cabeza conmigo”, ojo, no lo miren digan estas palabras, antes bien inclinen ustedes sus cabezas primero y con una esquina del ojo mirarán al sujeto dudando en principio. Luego su resistencia se va a derrumbar y bajará la cabeza. La mano en su hombro notará la relajación y de esa forma te darás cuenta que su corazón ha cedido. Bajar la cabeza primero causa una fuerte presión psicológica”.
Yo quiero correr tan lejos como se pueda de eso. Yo quiero exaltar el evangelio y el Espíritu de Cristo en esta situación y quiero motivarles cuando estén en un escenario similar.
Ustedes no tienen que fabricar esto para que puedan orar con alguien y luego pronunciarlos como salvados. No es su trabajo. No es mi trabajo. Nosotros no damos seguridad de salvación. Si mi garantía de salvación dependiera de ti, estoy en un gran problema, igualmente si tu salvación dependiera de mí. Por lo tanto, dependan en el Espíritu. El Espíritu es bueno para eso. Es su trabajo. El da garantía de salvación. El Espíritu es bueno. Por lo tanto quiero motivarles con confianza en esto, tu habilidad para compartir el evangelio no depende de tus destrezas de ventas. Depende del Espíritu, el Espíritu de Dios. Entonces confíen en el trabajo del Espíritu. Él es bueno. Confíen en eso.
Entonces cuando estén hablando con alguien, si, motívenle a “acercarse a Jesús ahora, puede orar a Jesús ahora” Si. O decir, “Yo te invito a que vayas a tu casa y reflexiones en estas cosas”. La belleza de la situación es que el Espíritu irá con ellos a su casa, el Espíritu cuando se levanten en medio de la noche, podría abrir sus ojos al evangelio. Él es bueno en eso. Pero eso sucede mediante nuestra proclamación del evangelio, motivando, pero dejando al Espíritu hacer su trabajo.
Finalmente, sean cuidadosos. Lo último que queremos hacer es abusar del tiempo de la vida de otra persona. Recuerden el objetivo no es la decisión; el objetivo es discípulos. El objetivo no es la decisión. Nosotros hemos creado esta “Decisión estática”. De acuerdo, tú decides salir de la línea yendo al infierno y entrar en la fila que va al cielo y es todo. ¿Cómo hago eso, solo selecciono la opción y listo, soy salvado? Eso no es cristianismo. Eso no es cristianismo bíblico y no es el evangelio. El evangelio trata de hacer discípulos. Hacer que alguien camine a través de ese proceso, algunos dirían que eso parece un poco pasivo. Parecería que no estas invirtiendo en su vida. No, esto es dejar al Espíritu de Cristo trabajar en su vida y estar al lado de ellos todo el tiempo. De eso se trata hacer discípulos y marcando el inicio de los discípulos con la proclamación del evangelio.
Hablando del Infierno…
Hablando del infierno, quiero motivarles a hablar del juicio de Dios con temor humillado. Si hablamos del juicio de Dios con arrogancia y superioridad, entonces estamos coartando el evangelio. Espero no haber hecho eso en este mensaje.
Nosotros hablamos del juicio de Dios como si estuviéramos parados en las cataratas del Niagara y casi caemos en el hoyo y alguien nos alcanza y nos agarra y la única razón por la cual no caemos completamente es porque alguien nos está agarrando. Esa es la forma en la que hablamos del juicio de Dios, con temor. Hablen de la ira de Dios con compasión honesta, compasión honesta. Eso no puede ser fabricado.
Hablando del Cielo…
Hablando del cielo, permítanme animarles a tomar ventaja de cada oportunidad para hablar sobre la esperanza de estar con Dios. Yo quiero enfatizar eso, estando con Dios, cuando hablamos sobre el cielo, no hablen de mansiones. No hablen de objetos, no hable de que cuando lleguen al cielo tendrán la oportunidad de jugar todo el golf que quieran
Esta es la morada de Dios. ¿Queremos al golf más de lo que queremos a Dios? No hablemos del cielo de esa forma. No hablemos del cielo como método de obtener todas las grandes cosas del mundo. Nosotros nos imaginamos el cielo, hablamos del cielo como si tuviera todas las comodidades que este mundo puede ofrecer. Damas y caballeros el cielo es un lugar en donde las mejores cosas de este mundo no se pueden comparar con el hecho de que moraremos con Dios y que veremos su rostro y que Él limpiará cada lágrima de nuestros ojos. Hablen sobre eso cuando traten el tema del cielo, de estar con Dios.
Saquen provecho a esas oportunidades y tomen el tiempo para hablar que morir es ganancia. Esto se relaciona con lo que hablamos en el pasado sermón. Vivir es Cristo, morir es ganancia. Ese es un postulado maravilloso.
Tu iglesia y la urgencia de eternidad…
Yo quiero invitarles a abrir nuevamente conmigo Romanos 9. Nosotros hemos pasado un buen tiempo leyendo a Romanos 1 al 8. No lo vamos a entender hasta que miremos Romanos 9:1-5. Quiero que leamos este breve pasaje y luego les haré tres simples preguntas para la Iglesia y la urgencia o eternidad. Romanos 9:1, Pablo escribe,
“Digo la verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me lo confirma en el Espíritu Santo. Me invade una gran tristeza y me embarga un continuo dolor. Desearía yo mismo ser maldecido y separado de Cristo por el bien de mis hermanos, los de mi propia raza, el pueblo de Israel. De ellos son la adopción como hijos, la gloria divina, los pactos, la ley, y el privilegio de adorar a Dios y contar con sus promesas. De ellos son los patriarcas, y de ellos, según la naturaleza humana, nació Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas. ¡Alabado sea por siempre! Amén.” (Rom. 9:1-5).
¿Nos damos cuenta de la condición de las personas?
Tres preguntas para tu familia de la fe. Número uno, ¿nos damos cuenta de la condición de la gente? El trasfondo de las palabras de Pablo en Romanos 9 se hace aún más claro en el siguiente capítulo en Romanos 10. En Romanos 9,10 y 11 él está hablando sobre el pueblo de Israel, el pueblo judío. Él dice en Romanos 10:1, “Hermanos, el deseo de mi corazón, y mi oración a Dios por los israelitas, es que lleguen a ser salvos. Puedo declarar en favor de ellos que muestran celo por Dios, pero su celo no se basa en el conocimiento. No conociendo la justicia que proviene de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios. De hecho, Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia.” (Rom. 10:1-4). Lo que Pablo está diciendo es que ellos no han creído. La mayoría del pueblo judío ha rechazado a Cristo y Pablo va desde Romanos 8:38-39, la parte más triunfal del evangelio en los primeros 8 capítulos de Romanos, nada, ni los ángeles, ni los demonios nos podrán separar de ese gran amor. Él va desde el triunfo al llanto en un verso.
¿Por qué?
Él va al llanto porque se da cuenta que si Romanos 1-8 es verdad entonces eso significa que el pueblo judío, su pueblo, su familia están separados de Cristo y a menos que ellos se acerquen a Jesús, ellos estarán separados de Cristo para siempre y él se da cuenta de esto y utiliza palabras como “gran dolor” y “angustia incesante”.
Se plantea la pregunta a nosotros “¿Crees en Romanos 1-8?” O sea, ¿de verdad, crees este evangelio? Nosotros hablamos sobre el y cantamos sobre el. ¿Crees que es verdadero? Porque si creemos te invito a considerar las ramificaciones conmigo.
6 ½ – 7 billones de personas en el mundo al día de hoy, no pueden ni comenzar a sondear la realidad de este número. Y aún la estadística más liberal dice que el Cristianismo no envuelve a mas de 1/3 de ese número y eso es incluyendo a los cristianos culturales, cristianos políticos, cristianos nominales, pero asumamos por un segundo que ese 1/3 incluye a todos los seguidores de Cristo, que cada uno de ellos, y tengo razones para dudarlo. Asumamos por un minuto que cada uno de ellos es seguidor de Cristo. Eso deja fuera a 4.5 billones de personas quienes hoy están bajo el juicio de Dios e irán al infierno cuando mueran para siempre. Por siempre, y un millón de ellos no ha escuchado sobre el evangelio.
Damas y caballeros, nosotros necesitamos hacer cambios drásticos en los días que se avecinan. Yo se, yo sé que eso los hace sentir incómodos. Me hace sentir incomodo. Eso significa que nosotros vamos a cambiar la percepción que tenemos sobre la iglesia.
Algunos dirán, ¿Qué hay de malo con la forma en que son las cosas? ¿Qué hay de malo?” Hay 4.5 billones de personas que irán al infierno. Eso es lo malo. Mientras nosotros individualmente o en grupo pasamos nuestras vidas y nuestro tiempo y nuestros recursos en nosotros mismos. ¿Cómo puede ser eso si creemos esto? Si 4.5 billones de personas irán al infierno, entonces cómo puede la pregunta ¿Qué hay de mí y mi familia, cómo puede aún entrar en mi corazón y mi mente? No es posible. No tiene sentido.
Especialmente cuando miles de esas personas están en comunidades justo alrededor de mí. Realmente creemos que las personas con quienes trabajamos, las personas quienes viven a nuestro alrededor, en nuestra ciudad, si no conocen a Cristo pasarán una eternidad donde el humo se levanta por siempre y siempre. ¿Creemos esto?
Algunos de nosotros no. Algunas personas, yo sé que algunas personas no pueden creer que esto sea verdad, no pueden creer lo que estoy diciendo. ¿Quienes lo creen? ¿Creemos nosotros esto? Porque si creemos, si nosotros creemos que la condición de esas personas los va a dirigir hacia el tormento eterno, entonces jugando con los recursos de las iglesias no hace sentido.
Yo no se cómo esto se ve. Ustedes no saben cómo esto se ve pero nosotros debemos ayunar, orar y buscar el Espíritu de Dios y pedirle, rogarle que nos aparte, apártame, apártanos de toda prioridad religiosas hacia un evangelio saturado de pasión global divina. Yo no se cómo eso se ve. Tenemos que inclinar nuestros rostros y pedirle a Él que lo haga. ¿Nos damos cuenta de la condición de las personas? Si lo hacemos entonces debemos enfrentar ese punto.
¿Poseemos en Corazón de Cristo?
Número dos, una pregunta, ¿Poseemos nosotros el corazón de Cristo? ¿Escuchaste lo que Pablo dijo en Romanos 9? Es uno de los postulados más increíbles en toda la Escritura. Yo no sé ni cómo predicar sobre ese tema, cómo expresarlo, decir que desearía estar maldito y cortado de Cristo por el amor a aquellos quienes están perdidos. Que postulado. Maldito, anatema, bajo la ira de Dios; Es como si Pablo estuviera diciendo, pidiendo a Cristo y al Espíritu de Dios y dice, “Ellos testifican esta verdad sobre mí. No estoy inventando esto. No estoy fabricando emociones para forzarte a hacer algo. Esto es verdadero en mí”. Si es verdadero es hipotético, el acaba de decir. Pablo acaba de decir que no hay forma que esto pueda suceder pero él dice, “Yo desearía que mi persona sea maldita”. Es como si Pablo se está parando sobre el borde de la condenación eterna y él dice, “Yo me voy a lanzar ahora mismo para que ustedes puedan tener vida eterna. Yo me entrego para calmar la ira de Dios,”.
Y nosotros pensamos quizás, quizás podríamos decir eso por nuestros niños. ¿Qué hay sobre nuestros compañeros de trabajo? ¿Qué sobre las personas que caminan junto a nosotros en nuestras ciudades? ¿Qué sobre?, no olviden, esto es Pablo hablando sobre un pueblo que lo estaba persiguiendo, que lo que estaba poniendo en prisión y golpeándolo. ¿Podrías decir en el momento de condenación yo tomaré tu lugar, por todos los militantes musulmanes en el Medio Oriente, ahora mismo, tomaré tu lugar por el bien de tu salvación? ¿Podríamos decir eso?
¿Cómo puedes decir eso? Nosotros hablamos sobre llevar la carga de los perdidos. Esta es la carga de los perdidos. No digan que sienten carga por los perdidos. No tomen eso tan a la ligera. ¿Cómo tienes este tipo de carga? La misma idea, Gálatas 3:13. Jesús se convirtió ¿en qué para nosotros? Él se hizo maldito por nosotros. Jesús soportó ¿la qué de Dios? La ira de Dios hacia el pecado, la única forma que puedes decir esto en Romanos 9 es si él está en tu corazón y entonces la pregunta a nuestra familia de la fe es ¿poseemos el corazón de Cristo? Quizás aún más profundo, ¿queremos el corazón de Cristo?
Antes que contestes esas preguntas, antes que alquilen de nosotros conteste esas preguntas, dense cuenta del camino a las que guían. Pides el corazón de Cristo y el sufrimiento por el evangelio es natural. Joven rico, vende todo lo que tienes. Dalo a los pobres. Entonces heredarás en los cielos. Es difícil para el hombre rico, es difícil para una iglesia rica entrar en el reino de los cielos. Pides el corazón de Cristo, eso cambia todo. ¿Queremos el corazón de Cristo? ¿Nos damos cuenta de lo que eso significa?
¿Queremos que nuestras vidas cuenten?
Finalmente nos lleva a la tercera pregunta, simplemente, nos damos cuenta de la condición de la gente, ¿queremos poseer el corazón de Cristo y queremos que nuestra vidas cuenten? ¿Queremos que nuestras vidas cuenten? Este es Pablo, no pierdan esto, él está escribiendo esto en Corinto, escribiendo el libro de Romanos. Él se dirige, a que no adivinan donde, a Jerusalén, a él le han dicho, le dirán cuando termine con el libro de Romanos, “No vayas a Jerusalén porque allá serás metido en la prisión, serás encarcelado allá, serás perseguido, no vayas”. Pablo dice, “no me importa.” Hechos 20-21 “No me importa. Yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, sino a morir por el nombre del Señor Jesús. “.” Pablo dice, “Mi vida no cuenta aquí.” Sus amigos le dicen que no vaya a Jerusalén. Él dice, “Mi vida no cuenta aquí.” Él dice en Hechos 20:22-24, “Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios..”
Ahora piensen sobre esto conmigo. Esta es la urgencia de la eternidad. El niño más joven le queda en la tierra como 80-90 años de vida, seguido por miles de miles de millones de billones de trillones de años que siguen. Quien realmente piensa, quien de nosotros realmente piensa que en 10 trillones de años en el futuro nosotros miraremos al pasado y pensaremos, “Desearía haber hecho más dinero. Desearía haber tenido más cosas. Desearía haber tenido una casa más linda. Desearía haber tenido ropa mas linda. Desearía haber tenido más comodidades. Habría deseado ser más cuidadoso y cuidarme de los peligros.”
La urgencia de la eternidad
No, miraremos al pasado y veremos que nuestra vida no valía nada para nosotros porque una cosa contaba, solo una cosa contaba, y era el avance del evangelio en las naciones porque estaremos rodeados de una multitud que nadie puede contar 10 trillones de años a partir de ahora, de cada tribu y cada pueblo y cada lengua y cada nación y lo grande que nuestra casa fuera, lo linda que nuestra ropa haya sido o lo agradable que haya sido nuestra vida no importará porque estaremos sentados al lado de personas quienes están experimentando el gozo eterno en vez del sufrimiento eterno. Esto vale la pena. Vale la pena dar nuestras vidas por eso. ¿Cómo se ve? Dios nos muestra cómo se ve esto. Dios nos ayude a no desperdiciar nuestras vidas y nos ayude a no desperdiciar esta iglesia en lo relativo a la eternidad.
Quiero cerrar toda esta serie yendo a Cristo, de rodillas ante Cristo y voy a invitarles ahora a orar individualmente, orar como familias, orar juntos, a orar cuando estemos sentados. Quiero que vayamos a Cristo porque no podemos fabricar lo que dice en Romanos 9 en nuestros corazones. No podemos fabricar esto en nuestras vidas. No sabemos cómo es. Necesitamos que Cristo lo haga en nosotros y quiero llamarte a ti y a tu iglesia a correr hacia Cristo y pedirle, “Danos tu corazón, ayúdanos a darnos cuenta de la realidad de las cosas que estamos diciendo, ayúdanos a darnos cuenta de la condición de las personas y Dios ayúdanos a que nuestras vidas cuenten.