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¿Por qué el bautismo es parte de la Gran Comisión?

Cuando analizamos la Gran Comisión, nuestra atención se dirige hacia los mandamientos de ir, hacer discípulos y enseñar. En nuestro celo por alcanzar a las naciones, podríamos pasar por alto el mandato de bautizar. ¿Por qué Jesús incluiría el bautismo en la Gran comisión?

Es importante reconocer que los cristianos sostienen diferentes posiciones sobre el bautismo. Muchos de mis amados amigos en otras denominaciones o movimientos cristianos abogan por el bautismo de infantes. Como un bautista, creo en el bautismo de los creyentes. Al tener en cuenta este asunto, deberíamos ser tolerantes con aquellos que ven el bautismo de manera diferente, pero que aún sostienen que el bautismo es importante. En su libro, Escoge tus batallas, Gavin Ortlund describe acertadamente al bautismo como una doctrina secundaria, en el sentido de que el bautismo es importante, aunque los cristianos pueden discrepar sobre el tema.

¿Qué es el bautismo?

El bautismo es la manifestación pública de la nueva vida en Cristo y la identificación con la fe cristiana. Cuando somos sumergidos en el agua, participamos de la muerte y la resurrección de Cristo y expresamos nuestro compromiso con el Señor y su iglesia (Romanos 6:3-4).

Cuando somos sumergidos en el agua, participamos de la muerte y la resurrección de Cristo y expresamos nuestro compromiso con el Señor y su iglesia.

Al igual que la cena del Señor, el bautismo fue dado a la iglesia como un medio de gracia para fortalecer, unir y recordar a los creyentes sobre la obra de Cristo mediante su muerte, sepultura y resurrección. Cuando Jesús comisionó a sus discípulos en Mateo 28:16-20, Él les mandó a ir, hacer discípulos y bautizarlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

El bautismo responde a la fe

En Hechos 2:37-41, Pedro predicó la palabra y sus oyentes se sintieron «conmovidos profundamente». Ellos le preguntaron qué debían hacer y Pedro les respondió: «Arrepiéntanse y sean bautizados cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo» (Hechos 2:38). Aquellos «que habían recibido su palabra fueron bautizados» (Hechos 2:40). Estos nuevos convertidos no recibieron primero el bautismo. Más bien, fueron bautizados después de que se arrepintieron de sus pecados y recibieron el evangelio en fe. Por lo tanto, los que son bautizados deben haber creído primero.

El bautismo nos identifica públicamente con Cristo

Cuando los creyentes son sumergidos en el agua, ellos se identifican públicamente con Cristo (Romanos 6:3-4). En el bautismo, los nuevos cristianos manifiestan públicamente su fe a los que están a su alrededor (Hechos 2:37-41). Cuando los cristianos son bautizados, ellos declaran al mundo que han experimentado la gracia salvífica de Dios en sus vidas (Colosenses 2:11-13).

En el bautismo, los nuevos cristianos manifiestan públicamente su fe a los que están a su alrededor.

Si tú lees esto en un lugar donde el evangelio es accesible y hay una gran presencia cristiana, entonces profesar públicamente tu fe en Cristo probablemente no vaya contra la corriente de la cultura. Pero, si tú lees esto en un lugar como Irán donde el gobierno es hostil al evangelio, entonces identificarse públicamente con Cristo conlleva un costo. Sin embargo, Jesús afirmó: «Bienaventurados serán cuando los insulten y persigan, y digan todo género de mal contra ustedes falsamente, por causa de Mí» (Mateo 5:11).

El bautismo nos invita a pertenecer a una iglesia local

Cuando un cristiano es bautizado, la congregación como cuerpo ratifica su fe en Cristo. Los creyentes no son bautizados como individuos que profesan solamente su fe, sino son bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Ser bautizado en la Trinidad nos impone que seamos bautizados en una iglesia local y visible, si es posible.

Cuando los individuos oyen el evangelio, responden en fe, y son bautizados, los nuevos convertidos son acogidos en una comunidad cristiana que los instruirá y los cuidará. A los creyentes bautizados no se les deja caminar  la vida cristiana solos, sino que son pastoreados por los ancianos y son animados por los hermanos y las hermanas en su congregación.

El bautismo nos fortalece

El bautismo no es simplemente una declaración. Al igual que la circuncisión, el bautismo es un símbolo y una señal (Romanos 4:11). Dios usa el bautismo como un medio de gracia, que es una manera ordinaria en que el Espíritu Santo comunica gracia al cristiano. Cuando los cristianos son bautizados, ellos declaran su fe, pero el Espíritu Santo usa este evento para fortalecerlos para la vida cristiana.

Cuando los nuevos convertidos en lugares de difícil acceso profesan su fe públicamente y se unen a iglesias locales, enfrentarán persecusión. Al igual que la cena del Señor, el bautismo recuerda, fortalece y une a los creyentes. Cuando estos nuevos creyentes se sientan desanimados, pueden reflexionar sobre su bautismo, no solamente como un momento cuando profesaron fe, sino como un tiempo cuando Dios los fortaleció a través de su gracia, así como a través de su congregación. Recordar el bautismo es recordar que somos una nueva creación por la gracia de Dios.

Cole Shiflet

Cole Shiflet es el coordinador de contenido en Radical. Es miembro de la iglesia Redeemer Community Church y actualmente esta cursando una maestría en divinidades en la Escuela de Divinidad Beeson en Birmingham, Alabama.

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