Sesión 2: ¿Qué enseña el Antiguo Testamento sobre la riqueza? - Radical

Iglesia Secreta 8: El Evangelio, las Posesiones y la Prosperidad

Sesión 2: ¿Qué enseña el Antiguo Testamento sobre la riqueza?

A lo largo del Antiguo Testamento, Dios nos presenta instrucciones e ilustraciones sobre el papel de la riqueza en la vida de su pueblo. Los cristianos deben tener cuidado de no pasar por alto las enseñanzas del Antiguo Testamento sobre posesiones y prosperidad a medida que desarrollamos nuestra comprensión de la riqueza. En esta sesión de Iglesia Secreta 8, el pastor David Platt recorre las diferentes formas en que el Antiguo Testamento presenta sabiduría sobre el propósito y la función de la riqueza. A lo largo de este mensaje, se discute la prosperidad y las posesiones en el contexto de la creación, la caída, los patriarcas, el éxodo, la ley, los reyes, los salmos, la literatura sapiencial y los profetas. Desde el principio hasta el final, el Antiguo Testamento nos muestra que Dios provee bendiciones a su pueblo por el bien de su gloria entre todas las naciones.

  1. Noticias para los ricos
  2. Enseñanza sobre los diezmos
  3. Riqueza y justicia social
  4. El propósito de la riqueza
  5. La responsabilidad de la riqueza
  6. La naturaleza de la riqueza
  7. Precauciones sobre la riqueza
  8. Israel y la riqueza

El Pueblo de Dios del Antiguo Testamento y las Posesiones

Comenzaremos en el Antiguo Testamento, luego Jesús, y luego vamos a ir al Nuevo Testamento, y este es nuestro proceso. Vamos a observar las Escrituras por individual… solo las explicaciones e implicaciones desde los diferentes versos y pasajes… y entonces vienen esas conclusiones y esas aplicaciones. Así que, esta va a ser la corpulencia del resto de nuestro tiempo juntos.

La realidad es que vamos a zambullirnos dentro del evangelio de la prosperidad muy tarde, y no vamos a gastar extravagantes y exorbitantes cantidades de tiempo hablando sobre eso, porque la realidad es que después de que veas a través de las Escrituras, está muy claro lo que esto significa para el evangelio de la prosperidad. Así que, La Biblia hará la obra por nosotros en esa parte. Entonces, vamos a observar a estas Escrituras comenzando con el pueblo de Dios del Antiguo Testamento.

Recordatorios al interpretar el Antiguo Testamento

Ahora bien, tenemos que ser cuidadosos cuando vamos al Antiguo Testamento para recordar algunas cosas sobre interpretaciones que son importantes. Así que, quiero andar a través de estos recordatorios verdaderamente rápido. Actualmente, estas son algunas cosas de las que hemos hablado sobre si has estado en diferentes Iglesias Secretas o si las has escuchado, en el Antiguo Testamento de la Iglesia Secreta como también en, Cómo estudiar la Biblia que son en verdad importantes para nosotros para guardarlos en el pasado de nuestras mentes.

Interpretando las narrativas del Antiguo Testamento. En su totalidad, las narrativas del Antiguo Testamento no son alegorías llenadas con significados especiales. Por ejemplo, Abraham, al obtener una esposa para Isaac no es sobre Cristo al obtener una novia a través del Espíritu Santo. Ellos no están destinados ante todo a enseñar lecciones morales. No podemos enseñar cosas de eso, pero esta persona no está establecida a ser un ejemplo moral para nosotros. A menos que las Escrituras explícitamente digan eso, necesitamos ser muy cuidadosos. Ellos no están destinados ante todo para enseñar doctrina. Ellos ilustran doctrina, pero ellos sistemáticamente no enseñan sobre doctrina.

En su totalidad, las narrativas del Antiguo Testamento son historias con un propósito específico. Son reales, las verdaderas historias de la gente de Dios dichas por alguna razón. Ellas son relatos de lo que sucedió, no de lo que debió haber sucedido o de lo que debería suceder todo el tiempo. Entonces, esto incluye muchas cosas donde miramos imperfecciones en caracteres bíblicos, que son selectivos e incompletos. No incluyen cada detalle. Están ahí escritos por una razón.

Entonces, cuando estamos leyendo las narrativas del Antiguo Testamento, identificamos los principios teológicos que están subrayando eso, y entonces filtremos esos principios teológicos a través del Nuevo Testamento. Pensemos en la historia que leímos en el Antiguo Testamento a través del objetivo de Cristo y lo que pasa en el Nuevo Testamento. ¿Se añade el Nuevo testamento a ese principio? ¿Modifica el Nuevo Testamento ese principio? Así que, queremos pensar en observar el Antiguo Testamento a través del objetivo del Nuevo Testamento. No se sostiene del todo por sí mismo en verdad. Lo estamos observando desde atrás a través de la cruz desde el Nuevo Testamento.

Interpretar la Ley del Antiguo Testamento… ustedes saben que vamos a ver algunas de las leyes. Nos maravillamos en algunas de las leyes. Por ejemplo, “Y el hombre, cuando se le cayere el cabello, es calvo, pero limpio”, Levítico 13:40. O este ejemplo: “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace”, Deuteronomio 22:5. Entonces, el travestismo era necesario ser abordado en la ley. Nos asombramos de algunas leyes.

Nosotros violentamos algunas leyes. Un ejemplo de esto podría ser Deuteronomio 14:8, el cual dice, “Ni cerdo, porque tiene pezuña hendida, mas no rumia; os será inmundo. De la carne de éstos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos”. Y lo siguiente, si tienes un tatuaje, entonces has violado esa ley. Levítico 19:28 dice, “Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová”.

Nosotros obedecemos algunas leyes. Levítico 19:18 dice: “No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová”. Éxodo 20:13, “No matarás”.

Así que, ¿Cómo sabemos cuándo asombrarnos, cuando violentamos, y cuando obedecemos la Ley del Antiguo Testamento? Recuerda, la ley Antiguo Testamento no es la ley de nuestro testamento. Testamento es otra palabra para pacto, y el Antiguo Testamento representa los pactos de Dios con el pueblo de Israel, los cuales tú y yo ya no estamos bajo la obligación de mantenerlos. Entonces, aquí está la regla general: si una ley del Antiguo Testamento es de alguna manera reafirmada o reforzada en el Nuevo Testamento, ya no es directamente obligatorio sobre el pueblo de Dios.

Aquí hay algunas leyes que no son reforzadas en el Nuevo Testamento: Las leyes civiles Israelitas. Estas incluyen algunas de las penalidades específicas para varios crímenes… crímenes mayoritarios, crímenes minoritarios. Las leyes rituales Israelitas: Muchas de las leyes de cómo adorar y qué tipo de animales para ser sacrificados. Esas no son reforzadas en el Nuevo Testamento. Leyes que son reforzadas: las leyes que son renovadas y reafirmadas en el contexto del nuevo pacto… cuando las vemos repetidas.

Mateo 22:37-40, el cual dice, “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”. Esto está repitiendo lo que ya ha sido expresado en el esquema, el cual es encontrado en Deuteronomio 6:5. Dice, “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”.

Entonces, cuando las vemos repetidas, sabemos, “Muy bien, esto debe ser obedecido”. Pensemos en esto: toda la ley del Antiguo Testamento sigue siendo la Palabra de Dios para nosotros a pesar de que no es todavía el mandamiento de Dios para nosotros. Solo porque no es para nosotros, y que no estamos bajo ello, no significa que no es valioso. Es increíblemente valioso. Está revelando el carácter de Dios y la pecaminosidad del hombre, y todas las cosas por las cuales entendemos el Evangelio.

Interpretar los profetas del Antiguo Testamento… los profetas del Antiguo Testamento están imponiendo y midiendo el antiguo Pacto. Así que, ellos están hablando sobre el antiguo pacto y la obediencia o desobediencia de Israel al antiguo pacto. El mensaje del profeta es poco original. En otras palabras, no es un nuevo concepto. Ellos están hablando sobre eso por lo cual ya ha sido dicho anteriormente en la ley.

El mensaje es una confrontación. Está identificando el pecado de Israel. El mensaje del profeta es completado. Solo un pequeño porcentaje de la profecía del Antiguo Testamento trata con eventos que son futuros para nosotros. Menos del uno por ciento de las profecías del Antiguo Testamento donde lo que ellos dicen se aplica para algo que ya viene. Menos del dos por ciento, es Mesiánica, aplicando a Jesús. Incluso menos del cinco por ciento se aplica a la era del Nuevo Pacto, así que necesitamos verla en el contexto del Pacto.

Los profetas del Antiguo Testamento fueron los representantes directos de Dios, y ellos hablaban en oráculos. Ellos decían los tres principales puntos en un oráculo: tú has roto el pacto, y tienes que arrepentirte. Cosas como la idolatría y la justicia social. Hablando de idolatría, Jeremías 10:5 dice, “Derechos están como palmera, y no hablan; son llevados porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder”.

Concerniente a la justicia social, Miqueas 6:7-8 declara “¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? OH hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”.

Este rompimiento del pacto es también visto en un ritualismo religioso. Tú has roto el pacto; tienes que arrepentirte. Isaías 1:11-13 dice,

“¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes”

Si no te arrepientes, serás experimentado a justicia, pero tienes esperanza más allá de la justicia para la restauración futura. Eso es lo que vemos en los profetas.

Interpretando la sabiduría de la literatura del Antiguo Testamento, a menudo, es difícil seguir la línea del pensamiento. Por ejemplo: los amigos de Job, ¿Qué es lo que ellos están diciendo en el mundo? Es difícil entender el estilo de la literatura, y eso puede llevar a abusar del texto. Tenemos que entender el género en el cual la sabiduría de la literatura del Antiguo Testamento fue escrita. Es difícil determinar el significado. Recuerden que el objetivo de la sabiduría de la literatura es aplicar la Palabra a un vivir práctico. La sabiduría está aplicada a la Palabra de Dios para hacer elecciones sabias en la vida, y concientizar que los libros de sabiduría contienen revelaciones y pautas para desarrollar un carácter piadoso. Escucha esto: ellos no son una colección de promesas universales.

Ahora da una mirada a Proverbios 22:11: “El que ama la limpieza de corazón, por la gracia de sus labios tendrá la amistad del rey”. ¿Es eso una promesa? ¿Qué hay de Proverbios 29:12? “Si un gobernante atiende la palabra mentirosa, todos sus servidores serán impíos”. Esas son unas pautas y revelaciones, pero no son para ser tomadas como una promesa literal universal. Esta es la forma en que el género está escrito.

Qué Enseña el Antiguo Testamento sobre la Riqueza

Interpretando la poesía del Antiguo Testamento: la poesía del Antiguo Testamento es emocional. No leemos la poesía como leemos las cartas de Pablo. La poesía es diferente. Es metafórica y usa todos los tipos de imágenes, y la poesía del Antiguo Testamento es variable. Vemos diferentes tipos. Los Salmos, el Cantar de los Cantares, las Lamentaciones, y hasta algunos de los libro proféticos.

Interpretando el Antiguo Testamento: esta es la llave. Mira a los contextos específicos, especialmente el contexto del antiguo pacto, luego mira al contexto histórico, y quizás incluso el contexto geográfico. Tenemos que ver todo en el Antiguo Testamento cuyo contexto en el cual fue escrito y estar conscientes de que no estamos en el mismo contexto. Así que, tenemos que mirar al contexto específico, y en ese contexto, identificar el contenido eternal.

Entonces, estamos buscando lo que aquí es la eterna verdad que se aplica a todo el pueblo de todos los tiempos, y cómo eso viene dentro del Nuevo Testamento. Cuando los autores y altavoces del Nuevo Testamento citan o afirman las enseñanzas del Antiguo Testamento, necesitamos prestar atención más de cerca. Cuando ellos no mencionan las enseñanzas del Antiguo Testamento, demos una consideración cuidadosa, porque si fuera importante para el nuevo pacto, entonces está siendo comunicado en el nuevo pacto. Lo que eso significa es que nuestro entender de posesiones no está basado en la oración de Jabes. Eso es peligroso. La oración de Jabes es encontrada en 1 Crónicas 4:10, la cual dice: “E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, sí me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió”.

Nuestro entender de posesiones está basado en la oración de Jesús. En Lucas 11:2- 4, dice, “Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal”. Ahora esa es una buena base para entender las posesiones, pero Lucas 22: 41-42 no sólo vender libros. Dice, “Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.

La Creación

Pensemos sobre la creación en Génesis 1:26-31. Este pasaje dice,

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto”.

La creación es la reflexión de las bondades de Dios. Dios no es llamado bueno en Génesis 1,

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día. Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo. Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.

Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día tercero. Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así.

E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día cuarto. Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. Y fue la tarde y la mañana el día quinto.

Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno. Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo:

Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto”.

Todas las cosas que Él creó son llamadas buenas, y son una reflexión de Su bondad. Las cosas materiales son creadas buenas. El hombre es creado bueno. Génesis 1:31 dice, “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto”. La creación es una reflexión de las bondades de Dios, y la creación es sumisa a la autoridad de Dios. El Dios dueño de todo, sin excepción. Todo le pertenece a Dios. El hombre es dueño de nada, incluso no es perteneciente de su propia vida. Ahora bien, Dios encomienda al hombre. El hombre está bajo el reinado de Dios sobre el mundo material. Eso es lo que Salmos 8:5-8 dice,

“Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies: ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los senderos del mar”.

De todos Modos, Pertenece a Dios; el Hombre es Dueño de Nada

Él está bajo el reinado de Dios sobre el mundo material, y tiene responsabilidades delante de Dios para el mundo material. Génesis 2:15, “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase”. Esto es grande. Dios es dueño de todo; Él encomienda cosas a nosotros. Nada te pertenece, aun tu propia vida. Eso es lo que Génesis 1 nos está enseñando, que todo en la creación le pertenece a Dios. La creación, una reflexión de la bondad de Dios, sumiso a la autoridad de Dios, la creación es un beneficio de la generosidad de Dios.

Desde cada comienzo, vemos la dadiva de Dios. Dios da Su imagen para que Su pueblo soporte. Él da cosas buenas para que Su pueblo disfrute. Esta es la belleza de Génesis 1, y el 2,

“Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación. Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra.

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos.

El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates. Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán:

Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban”.

Es todo en armonía, Dios, el hombre, la mujer y la creación.

La Caída

El hombre y la mujer están disfrutando la creación, y todo es bueno hasta Génesis 3, donde el hombre se cuestiona las bondades de Dios. Génesis 3:1-7 nos da la cuenta de la caída del hombre.

“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer:

No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales”.

Al caer el hombre, él rechaza la autoridad de Dios, y desestima la generosidad de Dios, y como el pecado entra dentro del mundo, la imagen de Dios es empañada en el hombre. Las cosas buenas son malas en el hombre. Ésta es la llave. No es esa manzana o la fruta que fue mala en sí misma. Se trata de que ahí hubo un deseo pecaminoso en quien estuvo acercándose a la fruta, cuestionando la bondad de Dios, rechazando la autoridad de Dios, y lo que pasa es que las cosas buenas que Dios ha creado son mal empleadas por la pecaminosidad del hombre, y ahora el hombre necesita la redención de Dios. El hombre necesita la gracia para ser reconciliado con Dios, y también la necesita para relacionar las cosas debidamente. Estamos viendo cómo Génesis 3,

“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.

Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer:

La serpiente me engañó, y comí. Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.

Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes. Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida”.

Afecta nuestro entendimiento de las cosas, las posesiones, y lo demás. Es lo pecaminoso el uso de las cosas que vemos en Génesis 3, y necesitamos la gracia para saber cómo debidamente relacionar las cosas. Tuvimos esta promesa de la redención en Génesis 3:15, un redimido quien vendrá a poner abajo a Satán. Dios dice a la serpiente, “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”. Eso es la creación y la caída.

Los Patriarcas

Eso fija la etapa para los patriarcas. Entonces, ahora tenemos un mundo donde el pueblo no conoce cómo relacionar las cosas. Génesis 12:1-3:

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz”.

Los patriarcas… Dios bendice a Su pueblo en Génesis 12 para cumplir Su propósito. “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él.

Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron. Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra. Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido. Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová. Y Abram partió de allí, caminando y yendo hacia el Neguev.

Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra. Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida. Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti. Y aconteció que cuando entró Abram en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era hermosa en gran manera.

También la vieron los príncipes de Faraón, y la alabaron delante de él; y fue llevada la mujer a casa de Faraón. E hizo bien a Abram por causa de ella; y él tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas, asnas y camellos. Más Jehová hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram. Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer? ¿Por qué dijiste: Es mi hermana, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala, y vete. Entonces Faraón dio orden a su gente acerca de Abram; y le acompañaron, y a su mujer, con todo lo que tenía”.

Ahora bien, miremos el contexto aquí: Dios en Génesis 12 está formando un pueblo. Esta es una de las primeras promesas básicamente de prosperidad. Dios está diciendo, “Voy a bendecirte Abraham”. Dios está formando un pueblo. Génesis 15:5-6 dice, “Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia”. Un pueblo en una tierra… Dios va a llevarles a una tierra que poseen. Así que, Dios está bendiciendo de prosperidad a Abraham en Génesis 15:7: “Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra”. Él está formando un pueblo en una tierra con posesiones.

Génesis 20:14-15, “Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara su mujer. Y dijo Abimelec: He aquí mi tierra está delante de ti; habita donde bien te parezca”. Vemos a Abraham comenzando a adquirir posesiones. Ovejas y bueyes, varones sirvientes, y hembras también son dados a Abraham. Un pueblo en una tierra con posesiones para un propósito, pero ¿Cuál es el propósito? Génesis 18:17- 19:

“Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él”.

Desde cada comienzo en Génesis 12, “Voy a bendecirte y todos los pueblos de la tierra seran banditos a través de ti. Así que, te daré todas estas cosas para un propósito, que podrás ser bendecido hasta el final de la tierra”. Eso es lo que Dios está haciendo. Esta promesa completa de prosperidad en Génesis 12… Dios está formando un pueblo en una tierra con posesiones para un propósito. Dios usa la riqueza y la prosperidad para cumplir

Qué Enseña el Antiguo Testamento sobre la Riqueza

Su propósito. Veamos todos estos versos que hablan sobre las riquezas que Dios da para los patriarcas. En Génesis 26: 12-13, Dios dio a Isaac todo lo que a Isaac le pertenece. “Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová. El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso”. Luego, Génesis 30:43 dice de Jacob, uno de los hijos de Isaac, “Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos”. Más adelante en Génesis 47:27, para el final del libro, dice, “Así habitó Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén; y tomaron posesión de ella, y se aumentaron, y se multiplicaron en gran manera”.

Sin embargo, al notar que las bendiciones materiales no fueron destinadas para ser un final de ellos mismos. Dios está haciendo algo aquí. Él está formando un pueblo con posesiones en una tierra para un propósito: para llevar bendiciones espirituales y materiales a todo el mundo. Eso es lo que Génesis 12 establece. Esto aquí lleva a la verdad que vemos en la última parte de Génesis, y es verdaderamente interesante. Sí, Dios usa la riqueza y prosperidad para lograr ese propósito, pero Dios también usa el hambre y el dolor para lograr Su propósito. José es vendido dentro de una posesión de esclavos y sentenciado injustamente a prisión. Él sufre por años, y luego él es comprado por la casa de Potifar, luego comprado delante de Faraón. Esta es la imagen. Génesis 50:19-20 se resume por sí solo:

“Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo”.

Incluso en medio de la pena y la maldad, Dios estuvo cumpliendo Su propósito. Entonces, Dios está cumpliendo Su propósito a través de la riqueza y prosperidad y a través de la hambruna y la pena. Todo está comenzando a ser usado para cumplir Su propósito.

El Éxodo

Eso nos lleva al Éxodo, como Dios entrega a Su pueblo fuera de la esclavitud en Egipto. “Partieron los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños. También subió con ellos grande multitud de toda clase de gentes, y ovejas, y muchísimo ganado”, Éxodo 12:37-38. Dios es fiel para salvar. Él escucha a Su pueblo en su sufrimiento. Dijo luego Jehová: “Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo”.

Cuando ellos están sufriendo, cuando ellos están sufriendo materialmente, cuando ellos están sufriendo físicamente, Él los escucha, y Él entrega a Su pueblo desde su esclavitud. Él los lleva fuera de Egipto. Éxodo 12:50-51, “Así lo hicieron todos los hijos de Israel; como mandó Jehová a Moisés y a Aarón, así lo hicieron. Y en aquel mismo día sacó Jehová a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos”.

Dios es fiel para salvar Su pueblo. Él es fiel para salvar, y Él es fiel para bendecir. Ahora bien, esto es donde queremos pensar sobre el propósito de las posesiones… el rol de las posesiones en Éxodo. Lo que vemos es la riqueza destinada por Dios para ser usada para adoración. Dios hace claras las cosas una y otra vez, “Ve, dile a Faraón que te envíe fuera de ahí para que me puedas adorar”, y escucha lo que dice, Éxodo 10:24-26:

“Entonces Faraón hizo llamar a Moisés, y dijo: Id, servid a Jehová; solamente queden vuestras ovejas y vuestras vacas; vayan también vuestros niños con vosotros. Y Moisés respondió: Tú también nos darás sacrificios y holocaustos que sacrifiquemos para Jehová nuestro Dios. Nuestros ganados irán también con nosotros; no quedará ni una pezuña; porque de ellos hemos de tomar para servir a Jehová nuestro Dios, y no sabemos con qué hemos de servir a Jehová hasta que lleguemos allá”.

En otras palabras, ellos necesitaban posesiones para adorar. La riqueza fue destinada para la adoración. Así que, cuando Dios los trae fuera de Egipto, los Israelitas tomaron posesiones con ellos. Ellos saquearon a los egipcianos como Éxodo 12:35-36 dice. “E hicieron los hijos de Israel conforme al mandamiento de Moisés, pidiendo de los egipcios alhajas de plata, y de oro, y vestidos. Y Jehová dio gracia al pueblo delante de los egipcios, y les dieron cuanto pedían; así despojaron a los egipcios”. Ellos tomaron todas sus cosas, así que tenemos posesiones destinadas para adorar.

Lo próximo, la riqueza es retorcida por el hombre para ser usada para idolatría. Lo que encontramos es que Dios les da esas posesiones tan pronto dejan Egipto, de manera que ellos puedan construir un Tabernáculo, y ellos los usan para construir un Tabernáculo, pero no antes de que usen esas posesiones en Éxodo 32:1-4.

“Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón; y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto”.

Mientras Moisés está encontrándose en la montaña con Dios para averiguar lo del Tabernáculo… lo que debe parecer… el pueblo está usando sus posesiones para construir un becerro de oro. La riqueza destinada para ser usada en la adoración es retorcida para ser usada en la idolatría. Dios es fiel para salvar y fiel para bendecir. Él da bendiciones para el propósito de la adoración.

La fidelidad de Dios para proveer. Dios da a Su pueblo exactamente lo que ellos necesitan. Como ellos vagan hacia la Tierra Prometida, Dios provee comida desde el cielo, maná del cielo. Si tratamos de mantenerlo hasta el día próximo, se pudre. Éxodo 16:16-18 dice, “Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de él cada uno según lo que pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al número de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda. Y los hijos de Israel lo hicieron así; y recogieron unos más, otros menos; y lo medían por gomer, y no sobró al que había recogido mucho, ni faltó al que había recogido poco; cada uno recogió conforme a lo que había de comer”.

El da a Su pueblo exactamente lo que ellos necesitan, y Él prohíbe a Su pueblo excederse de almacenar más allá de sus necesidades. No almacenarlo. Éxodo 16:19-20, “Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana. Mas ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y hedió; y se enojó contra ellos Moisés”. “Créeme, cada día proveerte la comida, las cosas materiales que necesitas”. Él le prohíbe a Su pueblo excederse de almacenar más allá de sus necesidades. Él los quiere para depender de Él cada día… recordemos eso. Él los quiere para depender de Él por sus posesiones, no para llevarlo dentro de sus propias manos.

La Ley

Eso fija la etapa para la ley. Deuteronomio 6:1-5 resume la esencia de la ley, y comenzamos a ver algunos detalles muy específicos en la ley sobre cómo las posesiones son para ser usadas. Moisés dice:

“Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla; para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados. Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres. Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”.

En primer lugar, Dios encomienda la propiedad y las posesiones para todo Su pueblo. Cuando leemos a Números 26:52-56, lo que vemos es que a cada tribu debe ser dada su herencia. La tierra debe ser dividida por mucho. Todos están supuestos a dar propiedades y posesiones en esa propiedad. Todas las familias, todas las tribus, reciben una asignación de propiedad.

“Y habló Jehová a Moisés, diciendo: A éstos se repartirá la tierra en heredad, por la cuenta de los nombres. A los más darás mayor heredad, y a los menos menor; y a cada uno se le dará su heredad conforme a sus contados. Pero la tierra será repartida por suerte; y por los nombres de las tribus de sus padres heredarán. Conforme a la suerte será repartida su heredad entre el grande y el pequeño”.

Ese fue el plan de Dios para Su pueblo; Él estaba dándoles propiedad. Es como verlo desde el principio, aquí está la noción de propiedad privada… aunque no sea propiedad privada del todo, sí pertenece a Dios… sin embargo Él quiere a todo el mundo unido a Su pueblo para tener esta tierra y las posesiones.

Más adelante, Dios les da leyes para que gobiernen el uso de esa propiedad y de esas posesiones de Su pueblo. Las leyes como Éxodo 20:15 “No hurtarás”. Otro ejemplo podría ser Éxodo 20:17, “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”. Y también Deuteronomio 16:19, “No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos”. Nuevamente Deuteronomio 19:14, “No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos”. Estas son todas las cosas que Él está dando en la ley.

Básicamente, Él les da cuatro tipos de leyes diferentes: primero, las leyes en contra de los intereses. Hubo algunos pasajes específicos donde los Israelitas fueron prohibidos a prestar dinero el uno al otro sobre interés. Eso fue porque fue la cosa común en culturas alrededor de ellos para prestar dinero y tomar ventaja de la gente, y Él quería que Su pueblo sea distinto. Uno de esos pasajes es Levítico 25:35-37, el cual dice, “Y cuando tu hermano empobreciere y se acogiere a ti, tú lo ampararás; como forastero y extranjero vivirá contigo. No tomarás de él usura ni ganancia, sino tendrás temor de tu Dios, y tu hermano vivirá contigo. No le darás tu dinero a usura, ni tus víveres a ganancia”. Otro ejemplo podría ser Deuteronomio 23:19: “No exigirás de tu hermano interés de dinero, ni interés de comestibles, ni de cosa alguna de que se suele exigir interés”.

Las leyes en contra de los intereses, y luego lo segundo, las leyes regulan el descanso. El Señor prioriza el descanso junto a Su pueblo. Sábado, descansar cada séptimo día. Estamos familiarizados con el descanso cada séptimo día. Éxodo 20:8-11 dice,

“Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”.

El año Sabático fue la segunda ley en regular el descanso, y eso era a lo que estábamos supuestos, a descansar cada séptimo año. Cada siete días, Éxodo 23:10-11 dice, se supone que debemos dejar la tierra cosechar. Esto ayuda lo bueno de la tierra, y presta atención a esto, “”. Así que, esto es por lo bueno de a tierra y por lo bueno de lo pobre. Ya ves el año sabático mencionarse una vez más en Levítico 25:1-7:

“Jehová habló a Moisés en el monte de Sinaí, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, la tierra guardará reposo para Jehová. Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña. Lo que de suyo naciere en tu tierra segada, no lo segarás, y las uvas de tu viñedo no vendimiarás; año de reposo será para la tierra. Mas el descanso de la tierra te dará para comer a ti, a tu siervo, a tu sierva, a tu criado, y a tu extranjero que morare contigo; y a tu animal, y a la bestia que hubiere en tu tierra, será todo el fruto de ella para comer”.

Qué Enseña el Antiguo Testamento sobre la Riqueza

Ahora, durante el año sabático, un par de cosas importantes sucedieron: número uno, las deudas fueron canceladas. “Cada siete años harás remisión. Y esta es la manera de la remisión: perdonará a su deudor todo aquel que hizo empréstito de su mano, con el cual obligó a su prójimo; no lo demandará más a su prójimo, o a su hermano, porque es pregonada la remisión de Jehová. Del extranjero demandarás el reintegro; pero lo que tu hermano tuviere tuyo, lo perdonará tu mano”, Deuteronomio 15:1-3. Todo hombre de deuda debe soltar lo que él ha prestado para su vecino. No solo las deudas fueron canceladas, sino que los sirvientes fueron liberados. Deuteronomio 15:12-15:

“Si se vendiere a ti tu hermano hebreo o hebrea, y te hubiere servido seis años, al séptimo le despedirás libre. Y cuando lo despidieres libre, no le enviarás con las manos vacías. Le abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era y de tu lagar; le darás de aquello en que Jehová te hubiere bendecido. Y te acordarás de que fuiste siervo en la tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te rescató; por tanto yo te mando esto hoy”.

Él no solo es libre, sino que no debemos dejarle ir con las manos vacías. Lo enviamos lejos con sus cosas. Así que, el año número siete fue bueno si nosotros estuvimos en profunda deuda o si fuimos esclavos. Esperamos por el año sabático.

Todos los puntos para esta tercera regulación de la ley con respecto al descanso, el Año de la Jubilación. El Año de la Jubilación donde podríamos regocijarnos después de los 49 años. Ahora, hablemos sobre radicalidad. Levítico 25 es uno de los textos más radicales en toda la Escritura. Escuchen esto:

“Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años. Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra. Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia. El año cincuenta os será jubileo; no sembraréis, ni segaréis lo que naciere de suyo en la tierra, ni vendimiaréis sus viñedos, porque es jubileo; santo será a vosotros; el producto de la tierra comeréis”.

Entonces, básicamente, cada 50 años Dios dice, “Todo la tierra es retornada a sus dueños originales. Ustedes vuelvan a sus tribus”. Ahora, durante un lapso de 50 años, ¿Quién conoce qué podría haber pasado en esos 49 años? Heridas, enfermedades en nuestras familias, muertes en nuestras familias, luchas financieras, y quizás perdida de tierra. Tal vez nos volvamos unos esclavos, y estamos en todas estas deudas. Y luego, imaginemos esta cosa: quizás por 30 años más, habremos estado viviendo en una esclavitud sin tierra, obrando para el campo de otra persona.

Más adelante, en este día, Esta trompeta es sonada, y es la libertad para nosotros, y nos volvemos, y la tierra es nuestra. La tierra que perteneció a nosotros es dada a nosotros. Esas son buenas noticias para el pobre, y… no lo olvides… son noticias soberanas para los ricos. Si vas alrededor, y eres este comerciante y tomas toda esta tierra, la realidad es que sabes que cuando tomes esta tierra, vendrá un día donde todo va a ser dado de vuelta de todas maneras. Así que, vemos extrema pobreza y extrema riqueza evitada en el Día de la Jubilación.

El propósito fue diseñado para el conocimiento de la santidad de Dios. “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo. Por tanto, en toda la tierra de vuestra posesión otorgaréis rescate a la tierra”, Levítico 25:23-24 dice. Este es un recordatorio para cada persona rica y persona empobrecida, que la tierra, al final le pertenece a Dios. Segundo, fue diseñado para apoyar a familias saludables, fortalecer las familias, y llevar a las familias devuelta juntas. Levítico 25:39-43,

“Y cuando tu hermano empobreciere, estando contigo, y se vendiere a ti, no le harás servir como esclavo. Como criado, como extranjero estará contigo; hasta el año del jubileo te servirá. Entonces saldrá libre de tu casa; él y sus hijos consigo, y volverá a su familia, y a la posesión de sus padres se restituirá. Porque son mis siervos, los cuales saqué yo de la tierra de Egipto; no serán vendidos a manera de esclavos. No te enseñorearás de él con dureza, sino tendrás temor de tu Dios”.

Tercero, fue diseñado para evitar la pobreza sin esperanza. En el mismo capítulo, Levítico 25:47-55 dice, “Si el forastero o el extranjero que está contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a él empobreciere, y se vendiere al forastero o extranjero que está contigo, o a alguno de la familia del extranjero; después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus hermanos lo rescatará. O su tío o el hijo de su tío lo rescatará, o un pariente cercano de su familia lo rescatará; o si sus medios alcanzaren, él mismo se rescatará. Hará la cuenta con el que lo compró, desde el año que se vendió a él hasta el año del jubileo; y ha de apreciarse el precio de su venta conforme al número de los años, y se contará el tiempo que estuvo con él conforme al tiempo de un criado asalariado.

Si aún fueren muchos años, conforme a ellos devolverá para su rescate, del dinero por el cual se vendió. Y si quedare poco tiempo hasta el año del jubileo, entonces hará un cálculo con él, y devolverá su rescate conforme a sus años. Como con el tomado a salario anualmente hará con él; no se enseñoreará en él con rigor delante de tus ojos. Y si no se rescatare en esos años, en el año del jubileo saldrá, él y sus hijos con él. Porque mis siervos son los hijos de Israel; son siervos míos, a los cuales saqué de la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios”.

Sin importar lo malo que tenga, cada persona que vivió solo en la vida, tuvo por lo menos una vez, una oportunidad en toda su vida para empezar de nuevo, sin importar cuán irresponsable había sido. Sin importar cuán difíciles habían sido las circunstancias que había enfrentado, vuelve a empezar de nuevo, a hacerlo de nuevo una vez, y evita esta pobreza sin esperanza que circula y se pone peor y peor. El Año de la Jubilación: un nuevo comienzo para el pobre, y de la misma manera para el rico.

Luego, fue diseñado para promover la adoración relativa en sí misma. “Porque mis siervos son los hijos de Israel; son siervos míos, a los cuales saqué de la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios”, Levítico 25:55. Fue un recordatorio de que Dios les había comprado fuera de Egipto, y el por qué Dios les había comprado fuera de Egipto. Tal vez lo más importante: fue diseñado para prefigurar la esperanza en Cristo.

“Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra”, Levíticos 25:9. No es una coincidencia que el toque de la trompeta fuera anunciado para el Día de la Jubilación de la Expiación. El día cuando el hombre es reconciliado a Dios por sus pecados, también el hombre es reconciliado el uno con el otro… al mundo material alrededor de él. La reconciliación con Dios trae restauración con los demás, los cuales fijan la etapa… recuerdas en Lucas 4:17-21, donde Jesús está iniciando Su ministerio, y Él está en la sinagoga, y el rollo de papel es dado a Él.

“Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.

Eso es una Referencia para el Año de la Jubilación.

“Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.

Eso está bien. La libertad ha venido. Sin importar cuán difícil ha sido, sin importar cuán oprimido has estado en el pecado y la lucha, la libertad ha venido. Esas son las leyes regulando el descanso.

Tercero, las leyes regulan los diezmos y las ofrendas. Levítico 27:30, “Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová”. Hay todo un subconjunto aquí debajo, también. Hablando sobre el diezmo, el cual literalmente significa una décima parte, pero la realidad es que ahí habían tres diferentes tipos de ofrendas que son mencionadas aquí, y los israelitas pararon dando más que solo el diez por ciento. La imagen fue diezmos e impuestos. Ahora bien, con Israel, algo del dinero que ellos estaban dando podría ser más equivalente a lo que tú y yo damos cuando hoy de impuestos se trata. Ellos son por uso civil y gubernamental. Los diezmos e impuestos son dados, primero que todo, para apoyar a los sacerdotes y los Levitas. Da un décimo para apoyar los sacerdotes y los Levitas.

Eso es en Números 18:21-24. Dice, “Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión. Y no se acercarán más los hijos de Israel al tabernáculo de reunión, para que no lleven pecado por el cual mueran.

Mas los levitas harán el servicio del tabernáculo de reunión, y ellos llevarán su iniquidad; estatuto perpetuo para vuestros descendientes; y no poseerán heredad entre los hijos de Israel. Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel, que ofrecerán a Jehová en ofrenda; por lo cual les he dicho: Entre los hijos de Israel no poseerán heredad”.

Así que, lo primero y la más importante ofrenda es dar tus primeros y tus mejores propósitos religiosos. Segundo, los diezmos e impuestos fueron dados para proveer para la celebración de la comunidad. Vemos eso en Deuteronomio 14:22-23, donde dice, “Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año. Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días”. Y luego, lo tercero, ellos habían dado para ayudar al pobre y al necesitado. Más tarde en Deuteronomio 14,

“Hijos sois de Jehová vuestro Dios; no os sajaréis, ni os raparéis a causa de muerto. Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra. Nada abominable comerás. Estos son los animales que podréis comer: el buey, la oveja, la cabra, el ciervo, la gacela, el corzo, la cabra montés, el íbice, el antílope y el carnero montés. Y todo animal de pezuñas, que tiene hendidura de dos uñas, y que rumiare entre los animales, ese podréis comer. Pero estos no comeréis, entre los que rumian o entre los que tienen pezuña hendida: camello, liebre y conejo; porque rumian, mas no tienen pezuña hendida, serán inmundos; ni cerdo, porque tiene pezuña hendida, mas no rumia; os será inmundo.

De la carne de éstos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos. De todo lo que está en el agua, de estos podréis comer: todo lo que tiene aleta y escama. Mas todo lo que no tiene aleta y escama, no comeréis; inmundo será. Toda ave limpia podréis comer. Y estas son de las que no podréis comer: el águila, el quebrantahuesos, el azor, el gallinazo, el milano según su especie, todo cuervo según su especie, el avestruz, la lechuza, la gaviota y el gavilán según sus especies, el búho, el ibis, el calamón, el pelícano, el buitre, el somormujo, la cigüeña, la garza según su especie, la abubilla y el murciélago. Todo insecto alado será inmundo; no se comerá. Toda ave limpia podréis comer.

Ninguna cosa mortecina comeréis; al extranjero que está en tus poblaciones la darás, y él podrá comerla; o véndela a un extranjero, porque tú eres pueblo santo a Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre. Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año. Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová tú Dios todos los días.

Y si el camino fuere tan largo que no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando Jehová tu Dios te bendijere, entonces lo venderás y guardarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; y darás el dinero por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia. Y no desampararás al levita que habitare en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo.

Al fin de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hicieren”.

Deuteronomio 14:28-29, que dice, “Al fin de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hicieren”. Así que, cada tercer año este diezmo podría ser dado a un almacén local para ser distribuido a los Levitas, y luego esos quienes son pobre y marginados. Así que, cuando lo añades, tienes dos diezmos cada año, y luego un diezmo que es hecho cada tres años. Entonces, el total de diezmos fue alrededor de 23 por ciento por año, cuando haces el total.

Luego, el diezmo fue solo el principio de sus dadivas. Eso no es todo. Esa no es la historia completa en las dadivas del Antiguo Testamento. Con relación a los diezmos, los Israelitas también podrían dar ofrendas primicias para ofrecer lo mejor al Señor. Esto es algo que fue quitado de la parte superior. Por ejemplo, la primera producción de la viña en Levítico 19:23-25: “Y cuando entréis en la tierra, y plantéis toda clase de árboles frutales, consideraréis como incircunciso lo primero de su fruto; tres años os será incircunciso; su fruto no se comerá. Y el cuarto año todo su fruto será consagrado en alabanzas a Jehová.

Mas al quinto año comeréis el fruto de él, para que os haga crecer su fruto. Yo Jehová vuestro Dios”. Concerniente a las primicias, dice en Éxodo 34:22, “También celebrarás la fiesta de las semanas, la de las primicias de la siega del trigo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año”. Y nuevamente en Números 15:20-21, dice, “De lo primero que amaséis, ofreceréis una torta en ofrenda; como la ofrenda de la era, así la ofreceréis. De las primicias de vuestra masa daréis a Jehová ofrenda por vuestras generaciones”. Las primicias de la cosecha las podrías dar como ofrenda.

Más adelante, en añadidura a las primicias, ahí hubo ofrendas de libre albedrío que fueron dadas para ofrecer exceso al Señor. Estas son contribuciones voluntarias que fueron más allá de los diezmos y fueron más allá de las primicias. Dice, “De los hijos de Israel, así hombres como mujeres, todos los que tuvieron corazón voluntario para traer para toda la obra, que Jehová había mandado por medio de Moisés que hiciesen, trajeron ofrenda voluntaria a Jehová”, Éxodo 35:29. Deuteronomio 12:5-7 también dice,

“Sino que el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése buscaréis, y allá iréis. Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas; y comeréis allí delante de Jehová vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en la cual Jehová tu Dios te hubiere bendecido”.

Así que, entonces todos estos regalos, diezmos y ofrendas… sigue esto… fueron recordados de la absoluta posesión de Dios de todas las cosas. Dios estuvo entrenando Su pueblo para recordarle que Él es poseyente de todo. No es que Dios no poseyó el otro 90 por ciento o el otro 77 por ciento… Dios lo posee todo. Esto fue un recordatorio para ellos que Dios lo posee todo. Fue una reflexión de la fiel provisión de Dios para todos los de Su pueblo. Esto es como Dios provee para los sacerdotes y como Dios provee para los pobres en algunas circunstancias, y los diezmos y ofrendas fueron las razones para celebrar la graciosa bendición hacia todos los de Su pueblo.

A menudo escucho personas hablar sobre las dádivas del Antiguo Testamento, y ellos dicen, “Bueno, eso fue una obligación; esa fue la ley”. Esto fue disfrute. Ahora bien, podría tornarse dentro del otro, pero escucha esto que dice Éxodo 36:3-7:

“Y tomaron de delante de Moisés toda la ofrenda que los hijos de Israel habían traído para la obra del servicio del santuario, a fin de hacerla. Y ellos seguían trayéndole ofrenda voluntaria cada mañana. Tanto, que vinieron todos los maestros que hacían toda la obra del santuario, cada uno de la obra que hacía, y hablaron a Moisés, diciendo: El pueblo trae mucho más de lo que se necesita para la obra que Jehová ha mandado que se haga. Entonces Moisés mandó pregonar por el campamento, diciendo: Ningún hombre ni mujer haga más para la ofrenda del santuario. Así se le impidió al pueblo ofrecer más; pues tenían material abundante para hacer toda la obra, y sobraba”.

Eso no es una ley obligatoria. Eso es el disfrute de la obediencia de la ley y la dádiva del libre albedrío de dar. Las leyes regulan la justicia social, el próximo tipo de ley. Tenemos diezmos y ofrendas. Ahora bien, tenemos justicia social. Estas fuera leyes generales que fueron concernidas proveer para el necesitado. Ahí hubo leyes que fueron fijadas para la cosecha para ayudar al pobre. Es como Ruth y Noemí estuvieron disponibles para establecer un romance con Booz. Levítico 19:9-10 dice,

“Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra segada. Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios”.

Luego, tuviste las leyes regulando los sacrificios para la adoración, eso es si fuiste más rico, estuvieras esperando a dar estos tipos de sacrificios. Si fueras pobre, Levítico 14:21-22 dice,

“Mas si fuere pobre, y no tuviere para tanto, entonces tomará un cordero para ser ofrecido como ofrenda mecida por la culpa, para reconciliarse, y una décima de efa de flor de harina amasada con aceite para ofrenda, y un log de aceite, y dos tórtolas o dos palominos, según pueda; uno será para expiación por el pecado, y el otro para holocausto”.

Qué Enseña el Antiguo Testamento sobre la Riqueza

Ahí hubo menos sacrificios costosos que podrías dar. Así que, en Su ley, Dios estuvo proveyendo para el necesitado. Él estuvo protegiendo al necesitado. Dios establece leyes de modo que los extranjeros, huérfanos o ciegos, podrían ser maltratados. Éxodo 22:21-22 dice, “Y al extranjero no engañarás ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. A ninguna viuda ni huérfano afligiréis”. Y nuevamente en Levítico 19:33-34, dice, “Cuando el extranjero morare con vosotros en vuestra tierra, no le oprimiréis. Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios”.

Dios establece leyes para evadir la parcialidad. “Mas al quinto año comeréis el fruto de él, para que os haga crecer su fruto. Yo Jehová vuestro Dios”, Levítico 19:25. Éxodo 23:1-3, “No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso. No seguirás a los muchos para hacer mal, ni responderás en litigio inclinándote a los más para hacer agravios; ni al pobre distinguirás en su causa”. No difundas una noticia falsa.

Más adelante, Dios establece leyes dirigidas para eliminar la pobreza. Escuchen a lo que Él dice en Deuteronomio 15:4-5, “para que así no haya en medio de ti mendigo; porque Jehová te bendecirá con abundancia en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad para que la tomes en posesión, si escuchares fielmente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y cumplir todos estos mandamientos que yo te ordeno hoy”. Luego, en Deuteronomio 15:11, en unos pocos versos después, Él dice, “Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra”. El objetivo fue no tener ningún pobre junto a ellos, y ellos estaban apoyando a trabajar hacia eso en todos los tiempos con las manos abiertas.

Ahora bien, en la ley, Dios también le dijo a Su pueblo que trabaje. Él les dijo que hagan trabajos espirituales. Leemos en Deuteronomio 6:5-9 más arriba, y dice,

“Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”.

Él también les dijo que hagan trabajos físicos. Deuteronomio 15:1, “Cada siete años harás remisión”.

Tienes que trabajar. Dios le dice a Su pueblo que trabaje, y Dios le da a Su pueblo riqueza. Ahora bien, esta es la llave. Esto es donde a veces vamos cuando se trata de las posesiones del Antiguo Testamento. Dios prometió bendiciones materiales para Su pueblo como ellos le obedecen. La llave es, sin embargo, y leemos Deuteronomio 8:11-20, el cual dice,

“Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal; que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien; y digas en tu corazón:

Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tú Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día. Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis. Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios”.

Vemos que no es que ellos no estuvieran ganándolo. Estuvo permaneciendo la generosidad de Dios, pero Dios estuvo bendiciendo Su pueblo como ellos le obedecieron. Entonces, Dios está dando posesiones materiales según ellos le obedecen conforme a Su gracia. “Por tanto, sabe que no es por tu justicia que Jehová tu Dios te da esta buena tierra para tomarla; porque pueblo duro de cerviz eres tú”, Deuteronomio 9:6. De acuerdo con Su gracia, y Él la está dando para avanzar en Su gloria. Vemos a Deuteronomio 11:13-17 que dice,

“Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite. Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciarás. Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos; y se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis pronto de la buena tierra que os da Jehová”.

Deuteronomio 4:5-8 dice algo similar. Y dice,

“Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta. Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?”.

Ves que Dios está dando a Su pueblo posesiones, de modo que ellos podrían ser una demostración para otras naciones alrededor de ellos de las bondades de Dios. No está destinado a ser un final en sí mismo.

Los Reyes en la Historia de Israel

Bien, ahora los reyes en la historia de Israel. 1 Samuel 2:6-8, “Jehová mata, y él da vida; El hace descender al Seol, y hace subir. Jehová empobrece, y él enriquece; Abate, y enaltece. El levanta del polvo al pobre, y del muladar exalta al menesteroso, Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor. Porque de Jehová son las columnas de la tierra, y él afirmó sobre ellas el mundo”. El propósito de la riqueza. Observamos a los reyes. Vemos que Dios está dando riqueza en parte… e incluso podría decir en larga parte… pero en parte construir un lugar, y ese lugar es el Templo.

Vemos en 1 Reyes 8:12-21 que dice,

“Entonces dijo Salomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad. Yo he edificado casa por morada para ti, sitio en que tú habites para siempre. Y volviendo el rey su rostro, bendijo a toda la congregación de Israel; y toda la congregación de Israel estaba de pie. Y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de Israel, que habló a David mi padre lo que con su mano ha cumplido, diciendo: Desde el día que saqué de Egipto a mi pueblo Israel, no he escogido ciudad de todas las tribus de Israel para edificar casa en la cual estuviese mi nombre, aunque escogí a David para que presidiese en mi pueblo Israel. Y David mi padre tuvo en su corazón edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel. Pero Jehová dijo a David mi padre: Cuanto a haber tenido en tu corazón edificar casa a mi nombre, bien has hecho en tener tal deseo. Pero tú no edificarás la casa, sino tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará casa a mi nombre. Y Jehová ha cumplido su palabra que había dicho; porque yo me he levantado en lugar de David mi padre, y me he sentado en el trono de Israel, como Jehová había dicho, y he edificado la casa al nombre de Jehová Dios de Israel. Y he puesto en ella lugar para el arca, en la cual está el pacto de Jehová que él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto”.

A lo largo de 1 Reyes 8,

“Entonces Salomón reunió ante sí en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus, y a los principales de las familias de los hijos de Israel, para traer el arca del pacto de Jehová de la ciudad de David, la cual es Sion. Y se reunieron con el rey Salomón todos los varones de Israel en el mes de Etanim, que es el mes séptimo, en el día de la fiesta solemne.

Y vinieron todos los ancianos de Israel, y los sacerdotes tomaron el arca. Y llevaron el arca de Jehová, y el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo, los cuales llevaban los sacerdotes y levitas.

Y el rey Salomón, y toda la congregación de Israel que se había reunido con él, estaban con él delante del arca, sacrificando ovejas y bueyes, que por la multitud no se podían contar ni numerar. Y los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehová en su lugar, en el santuario de la casa, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines. Porque los querubines tenían extendidas las alas sobre el lugar del arca, y así cubrían los querubines el arca y sus varas por encima. Y sacaron las varas, de manera que sus extremos se dejaban ver desde el lugar santo, que está delante del lugar santísimo, pero no se dejaban ver desde más afuera; y así quedaron hasta hoy.

En el arca ninguna cosa había sino las dos tablas de piedra que allí había puesto Moisés en Horeb, donde Jehová hizo pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto. Y cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa de Jehová. Y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová. Entonces dijo Salomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad. Yo he edificado casa por morada para ti, sitio en que tú habites para siempre. Y volviendo el rey su rostro, bendijo a toda la congregación de Israel; y toda la congregación de Israel estaba de pie. Y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de Israel, que habló a David mi padre lo que con su mano ha cumplido, diciendo:

Desde el día que saqué de Egipto a mi pueblo Israel, no he escogido ciudad de todas las tribus de Israel para edificar casa en la cual estuviese mi nombre, aunque escogí a David para que presidiese en mi pueblo Israel. Y David mi padre tuvo en su corazón edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel. Pero Jehová dijo a David mi padre: Cuanto a haber tenido en tu corazón edificar casa a mi nombre, bien has hecho en tener tal deseo. Pero tú no edificarás la casa, sino tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará casa a mi nombre. Y Jehová ha cumplido su palabra que había dicho; porque yo me he levantado en lugar de David mi padre, y me he sentado en el trono de Israel, como Jehová había dicho, y he edificado la casa al nombre de Jehová Dios de Israel.

Y he puesto en ella lugar para el arca, en la cual está el pacto de Jehová que él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto. Luego se puso Salomón delante del altar de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo, dijo:

Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón; que has cumplido a tu siervo David mi padre lo que le prometiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día. Ahora, pues, Jehová Dios de Israel, cumple a tu siervo David mi padre lo que le prometiste, diciendo: No te faltará varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden mi camino y anden delante de mí como tú has andado delante de mí.

Ahora, pues, oh Jehová Dios de Israel, cúmplase la palabra que dijiste a tu siervo David mi padre. Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado? Con todo, tú atenderás a la oración de tu siervo, y a su plegaria, oh Jehová Dios mío, oyendo el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti; que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí; y que oigas la oración que tu siervo haga en este lugar.

Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona. Si alguno pecare contra su prójimo, y le tomaren juramento haciéndole jurar, y viniere el juramento delante de tu altar en esta casa; tú oirás desde el cielo y actuarás, y juzgarás a tus siervos, condenando al impío y haciendo recaer su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo para darle conforme a su justicia. Si tu pueblo Israel fuere derrotado delante de sus enemigos por haber pecado contra ti, y se volvieren a ti y confesaren tu nombre, y oraren y te rogaren y suplicaren en esta casa, tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tu pueblo Israel, y los volverás a la tierra que diste a sus padres.

Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos pecado contra ti, y te rogaren en este lugar y confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado, cuando los afligieres, tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad. Si en la tierra hubiere hambre, pestilencia, tizoncillo, añublo, langosta o pulgón; si sus enemigos los sitiaren en la tierra en donde habiten; cualquier plaga o enfermedad que sea; toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga en su corazón, y extendiere sus manos a esta casa, tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres); para que te teman todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros padres.

Asimismo el extranjero, que no es de tu pueblo Israel, que viniere de lejanas tierras a causa de tu nombre (pues oirán de tu gran nombre, de tu mano fuerte y de tu brazo extendido), y viniere a orar a esta casa, tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y harás conforme a todo aquello por lo cual el extranjero hubiere clamado a ti, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y te teman, como tu pueblo Israel, y entiendan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo edifiqué.

Si tu pueblo saliere en batalla contra sus enemigos por el camino que tú les mandes, y oraren a Jehová con el rostro hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la casa que yo edifiqué a tu nombre, tú oirás en los cielos su oración y su súplica, y les harás justicia. Si pecaren contra ti (porque no hay hombre que no peque), y estuvieres airado contra ellos, y los entregares delante del enemigo, para que los cautive y lleve a tierra enemiga, sea lejos o cerca, y ellos volvieren en sí en la tierra donde fueren cautivos; si se convirtieren, y oraren a ti en la tierra de los que los cautivaron, y dijeren:

Pecamos, hemos hecho lo malo, hemos cometido impiedad; y si se convirtieren a ti de todo su corazón y de toda su alma, en la tierra de sus enemigos que los hubieren llevado cautivos, y oraren a ti con el rostro hacia su tierra que tú diste a sus padres, y hacia la ciudad que tú elegiste y la casa que yo he edificado a tu nombre, tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, su oración y su súplica, y les harás justicia. Y perdonarás a tu pueblo que había pecado contra ti, y todas sus infracciones con que se hayan rebelado contra ti, y harás que tengan de ellos misericordia los que los hubieren llevado cautivos; porque ellos son tu pueblo y tu heredad, el cual tú sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro.

Estén, pues, atentos tus ojos a la oración de tu siervo y a la plegaria de tu pueblo Israel, para oírlos en todo aquello por lo cual te invocaren; porque tú los apartaste para ti como heredad tuya de entre todos los pueblos de la tierra, como lo dijiste por medio de Moisés tu siervo, cuando sacaste a nuestros padres de Egipto, oh Señor Jehová. Cuando acabó Salomón de hacer a Jehová toda esta oración y súplica, se levantó de estar de rodillas delante del altar de Jehová con sus manos extendidas al cielo; y puesto en pie, bendijo a toda la congregación de Israel, diciendo en voz alta:

Bendito sea Jehová, que ha dado paz a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había dicho; ninguna palabra de todas sus promesas que expresó por Moisés su siervo, ha faltado. Esté con nosotros Jehová nuestro Dios, como estuvo con nuestros padres, y no nos desampare ni nos deje. Incline nuestro corazón hacia él, para que andemos en todos sus caminos, y guardemos sus mandamientos y sus estatutos y sus decretos, los cuales mandó a nuestros padres. Y estas mis palabras con que he orado delante de Jehová, estén cerca de Jehová nuestro Dios de día y de noche, para que él proteja la causa de su siervo y de su pueblo Israel, cada cosa en su tiempo; a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Jehová es Dios, y que no hay otro.

Sea, pues, perfecto vuestro corazón para con Jehová nuestro Dios, andando en sus estatutos y guardando sus mandamientos, como en el día de hoy. Entonces el rey, y todo Israel con él, sacrificaron víctimas delante de Jehová. Y ofreció Salomón sacrificios de paz, los cuales ofreció a Jehová: veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la casa de Jehová. Aquel mismo día santificó el rey el medio del atrio, el cual estaba delante de la casa de Jehová; porque ofreció allí los holocaustos, las ofrendas y la grosura de los sacrificios de paz, por cuanto el altar de bronce que estaba delante de Jehová era pequeño, y no cabían en él los holocaustos, las ofrendas y la grosura de los sacrificios de paz.

En aquel tiempo Salomón hizo fiesta, y con él todo Israel, una gran congregación, desde donde entran en Hamat hasta el río de Egipto, delante de Jehová nuestro Dios, por siete días y aun por otros siete días, esto es, por catorce días. Y al octavo día despidió al pueblo; y ellos, bendiciendo al rey, se fueron a sus moradas alegres y gozosos de corazón, por todos los beneficios que Jehová había hecho a David su siervo y a su pueblo Israel.”.

Vemos que eso es una descripción vistosa del Templo, y todo eso lo vemos en el principio de 1 Reyes 8:62-64:

“Entonces el rey, y todo Israel con él, sacrificaron víctimas delante de Jehová. Y ofreció Salomón sacrificios de paz, los cuales ofreció a Jehová: veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la casa de Jehová. Aquel mismo día santificó el rey el medio del atrio, el cual estaba delante de la casa de Jehová; porque ofreció allí los holocaustos, las ofrendas y la grosura de los sacrificios de paz, por cuanto el altar de bronce que estaba delante de Jehová era pequeño, y no cabían en él los holocaustos, las ofrendas y la grosura de los sacrificios de paz.”.

Esos son Demasiados Animales en un Día

El propósito de la riqueza fue para construir un lugar y prosperar un pueblo. Leemos en 1 Reyes 10:1-13, y esto es un pasaje muy importante. La reina Saba, una reina pagana, viene a visitar a Salomón. El pasaje dice,

“Oyendo la reina de Sabá la fama que Salomón había alcanzado por el nombre de Jehová, vino a probarle con preguntas difíciles. Y vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y oro en gran abundancia, y piedras preciosas; y cuando vino a Salomón, le expuso todo lo que en su corazón tenía. Y Salomón le contestó todas sus preguntas, y nada hubo que el rey no le contestase.

Y cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón, y la casa que había edificado, asimismo la comida de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado y los vestidos de los que le servían, sus maestresalas, y sus holocaustos que ofrecía en la casa de Jehová, se quedó asombrada. Y dijo al rey: Verdad es lo que oí en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría; pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad; es mayor tu sabiduría y bien, que la fama que yo había oído. Bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría. Jehová tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, te ha puesto por rey, para que hagas derecho y justicia.

Y dio ella al rey ciento veinte talentos de oro, y mucha especiería, y piedras preciosas; nunca vino tan gran cantidad de especias, como la reina de Sabá dio al rey Salomón. La flota de Hiram que había traído el oro de Ofir, traía también de Ofir mucha madera de sándalo, y piedras preciosas. Y de la madera de sándalo hizo el rey balaustres para la casa de Jehová y para las casas reales, arpas también y salterios para los cantores; nunca vino semejante madera de sándalo, ni se ha visto hasta hoy. Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso, y todo lo que pidió, además de lo que Salomón le dio. Y ella se volvió, y se fue a su tierra con sus criados”.

Básicamente, su conclusión es… ella dice justo en el medio del pasaje… “Jehová tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, te ha puesto por rey, para que hagas derecho y justicia”. La imagen es una reina pagana dando gloria a Dios como ella ve las bondades y la grandeza de Dios en exhibición. Una reina pagana dando gloria a Dios.

Al mismo tiempo, vemos el peligro de la riqueza en los reyes. La riqueza lleva a la idolatría. Esto es más evidente en la vida de Salomón. El siguiente capítulo después de 1 Reyes 10,

“Oyendo la reina de Sabá la fama que Salomón había alcanzado por el nombre de Jehová, vino a probarle con preguntas difíciles. Y vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y oro en gran abundancia, y piedras preciosas; y cuando vino a Salomón, le expuso todo lo que en su corazón tenía.

Y Salomón le contestó todas sus preguntas, y nada hubo que el rey no le contestase. Y cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón, y la casa que había edificado, asimismo la comida de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado y los vestidos de los que le servían, sus maestresalas, y sus holocaustos que ofrecía en la casa de Jehová, se quedó asombrada. Y dijo al rey: Verdad es lo que oí en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría; pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad; es mayor tu sabiduría y bien, que la fama que yo había oído.

Bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría. Jehová tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, te ha puesto por rey, para que hagas derecho y justicia. Y dio ella al rey ciento veinte talentos de oro, y mucha especiería, y piedras preciosas; nunca vino tan gran cantidad de especias, como la reina de Sabá dio al rey Salomón. La flota de Hiram que había traído el oro de Ofir, traía también de Ofir mucha madera de sándalo, y piedras preciosas. Y de la madera de sándalo hizo el rey balaustres para la casa de Jehová y para las casas reales, arpas también y salterios para los cantores; nunca vino semejante madera de sándalo, ni se ha visto hasta hoy.

Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso, y todo lo que pidió, además de lo que Salomón le dio. Y ella se volvió, y se fue a su tierra con sus criados. El peso del oro que Salomón tenía de renta cada año, era seiscientos sesenta y seis talentos de oro; sin lo de los mercaderes, y lo de la contratación de especias, y lo de todos los reyes de Arabia, y de los principales de la tierra. Hizo también el rey Salomón doscientos escudos grandes de oro batido; seiscientos siclos de oro gastaron en cada escudo. Asimismo hizo trescientos escudos de oro batido, en cada uno de los cuales gastó tres libras de oro; y el rey los puso en la casa del bosque del Líbano. Hizo también el rey un gran trono de marfil, el cual cubrió de oro purísimo.

Seis gradas tenía el trono, y la parte alta era redonda por el respaldo; y a uno y otro lado tenía brazos cerca del asiento, junto a los cuales estaban colocados dos leones. Estaban también doce leones puestos allí sobre las seis gradas, de un lado y de otro; en ningún otro reino se había hecho trono semejante. Y todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, y asimismo toda la vajilla de la casa del bosque del Líbano era de oro fino; nada de plata, porque en tiempo de Salomón no era apreciada. Porque el rey tenía en el mar una flota de naves de Tarsis, con la flota de Hiram. Una vez cada tres años venía la flota de Tarsis, y traía oro, plata, marfil, monos y pavos reales. Así excedía el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría.

Toda la tierra procuraba ver la cara de Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón. Y todos le llevaban cada año sus presentes: alhajas de oro y de plata, vestidos, armas, especias aromáticas, caballos y mulos. Y juntó Salomón carros y gente de a caballo; y tenía mil cuatrocientos carros, y doce mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusalén. E hizo el rey que en Jerusalén la plata llegara a ser como piedras, y los cedros como cabrahigos de la Sefela en abundancia. Y traían de Egipto caballos y lienzos a Salomón; porque la compañía de los mercaderes del rey compraba caballos y lienzos. Y venía y salía de Egipto, el carro por seiscientas piezas de plata, y el caballo por ciento cincuenta; y así los adquirían por mano de ellos todos los reyes de los heteos, y de Siria”.

Entonces 1 Reyes 11:1-8, nos dice de la caída del rey Salomón. “Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor. Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón.

Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre. Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón. Así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses”.

Qué Enseña el Antiguo Testamento sobre la Riqueza

Sus esposas se alejaron de su corazón… 700 esposas, princesas, y 300 concubinas… y esta imagen entera de idolatría que esa riqueza compró. Esto es justo después de esta imagen que vimos en 1 Reyes 10. 1 Reyes 11:7-8 dice, “Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón. Así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses”. Hablamos de Salomón y las bendiciones de Dios sobre Salomón y su riqueza, pero la riqueza tiene un lado muy oscuro aquí en la vida de Salomón. Le lleva a la idolatría.

Resulta en inmoralidad. Esto lo vemos en reyes como Acab ahí en 1 Reyes 21:14-19. Dice,

“Después enviaron a decir a Jezabel: Nabot ha sido apedreado y ha muerto. Cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y muerto, dijo a Acab: Levántate y toma la viña de Nabot de Jezreel, que no te la quiso dar por dinero; porque Nabot no vive, sino que ha muerto. Y oyendo Acab que Nabot era muerto, se levantó para descender a la viña de Nabot de Jezreel, para tomar posesión de ella. Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: Levántate, desciende a encontrarte con Acab rey de Israel, que está en Samaria; he aquí él está en la viña de Nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella. Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová:

¿No mataste, y también has despojado? Y volverás a hablarle, diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tú misma sangre”.

También vemos cuando Nehemías está reconstruyendo los muros alrededor del Templo, él está muy concernido a estar seguro de evadir la inmoralidad y usar el dinero para eso por lo cual Dios lo ha destinado para ser usado. Nehemías 5:6-10,

“Y me enojé en gran manera cuando oí su clamor y estas palabras. Entonces lo medité, y reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije: ¿Exigís interés cada uno a vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una gran asamblea, y les dije: Nosotros según nuestras posibilidades rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos, y serán vendidos a nosotros? Y callaron, pues no tuvieron qué responder. Y dije: No es bueno lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras? También yo y mis hermanos y mis criados les hemos prestado dinero y grano; quitémosles ahora este gravamen”.

Entonces, hay un peligro en la riqueza.

La responsabilidad de la riqueza la vemos en los reyes. La riqueza debe vivirse sabiamente, y en uno de los momentos brillantes en la vida de Salomón, en lugar de pedirle a Dios por riqueza, él pidió a Dios por sabiduría. La historia está grabada en 2 crónicas 1:7-12. Dice,

“Y aquella noche apareció Dios a Salomón y le dijo: Pídeme lo que quieras que yo te dé. Y Salomón dijo a Dios:

Tú has tenido con David mi padre gran misericordia, y a mí me has puesto por rey en lugar suyo. Confírmese pues, ahora, oh Jehová Dios, tu palabra dada a David mi padre, porque tú me has puesto por rey sobre un pueblo numeroso como el polvo de la tierra. Dame ahora sabiduría y ciencia, para presentarme delante de este pueblo; porque, ¿Quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande? Y dijo Dios a Salomón: por cuanto hubo esto en tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que te quieren mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey, sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que vengan después de ti”.

Vemos la primacía de la sabiduría sobre la riqueza. La sabiduría debe vivirse sabiamente. La riqueza debe dar generosamente. Hay un momento poderoso debajo del liderazgo de David… escucha a estas ofrendas de libre albedrío en 1 Crónicas 29:6-9,

“También de Semaías su hijo nacieron hijos que fueron señores sobre la casa de sus padres; porque eran varones valerosos y esforzados. Los hijos de Semaías: Otni, Rafael, Obed, Elzabad, y sus hermanos, hombres esforzados; asimismo Eliú y Samaquías. Todos éstos de los hijos de Obed-edom; ellos con sus hijos y sus hermanos, hombres robustos y fuertes para el servicio; sesenta y dos, de Obed-edom. Y los hijos de Meselemías y sus hermanos, dieciocho hombres valientes”.

Ellos estuvieron dando, y esa es la imagen completa que también vemos en Nehemías 5:14- 19.

“También desde el día que me mandó el rey que fuese gobernador de ellos en la tierra de Judá, desde el año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos, doce años, ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador. Pero los primeros gobernadores que fueron antes de mí abrumaron al pueblo, y tomaron de ellos por el pan y por el vino más de cuarenta siclos de plata, y aun sus criados se enseñoreaban del pueblo; pero yo no hice así, a causa del temor de Dios.

También en la obra de este muro restauré mi parte, y no compramos heredad; y todos mis criados juntos estaban allí en la obra. Además, ciento cincuenta judíos y oficiales, y los que venían de las naciones que había alrededor de nosotros, estaban a mi mesa. Y lo que se preparaba para cada día era un buey y seis ovejas escogidas; también eran preparadas para mí aves, y cada diez días vino en toda abundancia; y con todo esto nunca requerí el pan del gobernador, porque la servidumbre de este pueblo era grave. Acuérdate de mí para bien, Dios mío, y de todo lo que hice por este pueblo”.

Nehemías está Modelando la Generosidad

Y luego, finalmente, la naturaleza de la riqueza. En los Reyes, vemos la naturaleza de la riqueza. Para este tipo de suma, hasta la imagen completa: la riqueza no siempre es una recompensa por la obediencia. Esto es importante. Hay momentos donde los reyes de Israel son ricos, pero no es porque sus corazones estén cerrados para Dios. Sus corazones están lejos de Dios, y algunas veces ellos son ricos. Entonces, no podemos igualar la riqueza con la obediencia en el Antiguo Testamento, particularmente en los reyes o ningún otro lugar más. No podemos hacer esto con los patriarcas también.

La riqueza no siempre es una recompensa de obediencia, y segundo, la pobreza no siempre es un castigo por la desobediencia. Hay momentos donde vemos al pueblo de Dios sufriendo, y no es un resultado de desobediencia. Vemos eso en los profetas, durante el tiempo de los reyes, estos fueron momentos muy difíciles, pero no es por su desobediencia que ellos sufren y están empobrecidos. Al final, esta es una lección de los reyes: la riqueza puede ser usada para ambas, para bien o para mal. David y Salomón, ambos usaron la riqueza sabiamente en momentos y no sabiamente en otros. Ellos han llevado gloria a Dios, a veces, con la riqueza, y llevan deshonor para Dios en otros momentos. La riqueza es usada para bien o para mal, ambas.

La Sabiduría y los Salmos en la Historia de Israel

La sabiduría y los Salmos de la literatura en la historia de Israel. Proverbios 30:7-9, “Dos cosas te he demandado; No me las niegues antes que muera: Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Mantenme del pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios”.

La verdad de Job Sabemos que la visión de conjunto en Job… el cual, recordemos, sucedió en el tiempo de los patriarcas. Job sufre como un resultado de obediencia a Dios, así que no podemos mirar al tiempo de los patriarcas y decir, “Bueno, durante ese período Dios estuvo bendiciendo la obediencia con posesiones”. Job 1:20-21 dice, “Porque yo libraba al pobre que clamaba, y al huérfano que carecía de ayudador. La bendición del que se iba a perder venía sobre mí, y al corazón de la viuda yo daba alegría. Me vestía de justicia, y ella me cubría; como manto y diadema era mi rectitud. Yo era ojos al ciego, y pies al cojo. A los menesterosos era padre, y de la causa que no entendía, me informaba con diligencia”.

La vida de Job nos muestra que la fidelidad a Dios no le garantiza la prosperidad en este mundo. Job fue justo. Él incluso estaba dando a los pobres, y experimentó el sufrimiento. La fidelidad a Dios no nos garantiza la prosperidad en este mundo. Job 29:12-16 dice,

“Porque es fuego que devoraría hasta el Abadón, y consumiría toda mi hacienda. Si hubiera tenido en poco el derecho de mi siervo y de mi sierva, cuando ellos contendían conmigo, ¿Qué haría yo cuando Dios se levantase? Y cuando él preguntara, ¿qué le respondería yo? El que en el vientre me hizo a mí, ¿no lo hizo a él? ¿Y no nos dispuso uno mismo en la matriz? Si estorbé el contento de los pobres, e hice desfallecer los ojos de la viuda”.

Nuevamente, Job reafirma su fidelidad a Dios en Job 31:16-23:

“Si estorbé el contento de los pobres, e hice desfallecer los ojos de la viuda; si comí mi bocado solo, y no comió de él el huérfano (Porque desde mi juventud creció conmigo como con un padre, y desde el vientre de mi madre fui guía de la viuda); si he visto que pereciera alguno sin vestido, y al menesteroso sin abrigo; si no me bendijeron sus lomos, y del vellón de mis ovejas se calentaron; si alcé contra el huérfano mi mano, aunque viese que me ayudaran en la puerta; mi espalda se caiga de mi hombro, y el hueso de mi brazo sea quebrado. Porque temí el castigo de Dios, contra cuya majestad yo no tendría poder”.

Próximamente, la verdad desde los Cantares de Salomón, “Pues no sabe lo que ha de ser; y el cuándo haya de ser, ¿quién se lo enseñará?”, Cantar de los Cantares 8:7. Esto es lo bueno, lo que se refiere a las posesiones: la belleza del amor matrimonial refleja las bondades del mundo material. El libro completo del Cantar de los Cantares está mostrándonos la belleza del amor matrimonial, pero las imágenes son la reflexión de las bondades del mundo material. “A yegua de los carros de Faraón te he comparado, amiga mía. Hermosas son tus mejillas entre los pendientes, tu cuello entre los collares”, Cantar de los Cantares 1:9-10. Eso aparentemente es algo bueno, y esas cosas que son usadas para representar eso. Cantar de los Cantares 4:1-4:

“He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa; tus ojos entre tus guedejas como de paloma; tus cabellos como manada de cabras que se recuestan en las laderas de Galaad. Tus dientes como manadas de ovejas trasquiladas, que suben del lavadero, todas con crías gemelas, y ninguna entre ellas estéril. Tus labios como hilo de grana, y tu habla hermosa; tus mejillas, como cachos de granada detrás de tu velo. Tu cuello, como la torre de David, edificada para armería; mil escudos están colgados en ella, todos escudos de valientes”.

Seguimos adelante. La verdad desde los salmos… otra literatura de sabiduría, los Salmos. Salmos 113:4-9 dice,

“Excelso sobre todas las naciones es Jehová, sobre los cielos su gloria. ¿Quién como Jehová nuestro Dios, que se sienta en las alturas, Que se humilla a mirar en el cielo y en la tierra? El levanta del polvo al pobre, y al menesteroso alza del muladar, para hacerlos sentar con los príncipes, con los príncipes de su pueblo. El hace habitar en familia a la estéril, que se goza en ser madre de hijos. Aleluya”.

En los Salmos, obviamente, los Salmos son la adoración a Dios, entonces sí tenemos la revelación de Dios en los Salmos, y vemos el carácter de Dios. En medio de la injusticia económica, Dios es justo. Él es alabado por Su justicia, por la defensa de la justificación. Salmos 37:16-17, “Mejor es lo poco del justo, que las riquezas de muchos pecadores. Porque los brazos de los impíos serán quebrados Mas el que sostiene a los justos es Jehová”. En medio de la desesperante necesidad, Dios es misericordioso. En treinta y tres Salmos diferentes, los pobres son destacados… los pobres, los débiles, los oprimidos, y aquellos en bajas posiciones. Dios es misericordioso hacia ellos. “Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente”,

Salmos 9:18. También, Salmos 68:4-6 dice, “Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él. Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios en su santa morada. Dios hace habitar en familia a los desamparados; saca a los cautivos a prosperidad”.

Recordatorios para el hombre en los Salmos: la riqueza es pasajera. Salmos 39:4-7:

“Hazme saber, Jehová, mi fin, y cuánta sea la medida de mis días; sepa yo cuán frágil soy. He aquí, diste a mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti; ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Ciertamente como una sombra es el hombre; ciertamente en vano se afana; Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá. Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti”.

Esta es la imagen. “El hombre amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá”. Esta es una imagen, la riqueza es pasajera y la deuda es peligrosa. Esa es la imagen en Salmos 37:21-22: “El impío toma prestado, y no paga; mas el justo tiene misericordia, y da. Porque los benditos de él heredarán la tierra; y los malditos de él serán destruidos”.

Así que, solo hay un modo de dar una hojeada a los Salmos ahí, y eso nos lleva a la verdad desde Proverbios. Proverbios 22:2, “El rico y el pobre se encuentran; a ambos los hizo Jehová”. Ahora Proverbios, probablemente no hace ninguna sección del Antiguo Testamento que contiene material explícito sobre la riqueza, y probablemente no hace ninguna sección del Antiguo Testamento que es mas usado en la discusión de las posesiones en nuestros días. Recordemos, Proverbios son siempre específicas situaciones. Estas no son las verdades universales o estos encantos suerteros que si lo haces, siempre pasa. Verdades diversas… la sabiduría es más importante que las riquezas. Hemos vista eso antes. Se trata de cómo Proverbios se abre para recordarnos sobre eso. Proverbios 2:1-6 dice,

“Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia”.

También, Proverbios 8:10-11 nos recuerda la importancia de la sabiduría del Señor. “Recibid mi enseñanza, y no plata; y ciencia antes que el oro escogido. Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella”.

Los Proverbios nos enseñan que la justicia es más importante que las riquezas. “No aprovecharán las riquezas en el día de la ira; mas la justicia librará de muerte”, Proverbios 11:4. “El que confía en sus riquezas caerá; mas los justos reverdecerán como ramas”, Proverbios 11:28. “Amontonar tesoros con lengua mentirosa es aliento fugaz de aquellos que buscan la muerte. La rapiña de los impíos los destruirá, por cuanto no quisieron hacer juicio. El camino del hombre perverso es torcido y extraño; mas los hechos del limpio son rectos”, Proverbios 21:6-8.

La humildad es más importante que la riqueza. “Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová”, Proverbios 22:4. Ahora nuevamente, ese es uno de esos ejemplos; solo porque nos humillamos en sí mismos no significa que vamos a ser ricos. Eso no es una promesa universal ahí. El punto de la penetración es que la humildad es más importante que cualquier rico o riqueza. Proverbios 15:16, “Mejor es lo poco con el temor de Jehová, que el gran tesoro donde hay turbación”.

Ahora bien, algunas acciones concernientes a la riqueza en Proverbios. La riqueza es pasajera. “No te afanes por hacerte rico; sé prudente, y desiste. ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? porque se harán alas como alas de águila, y volarán al cielo”, Proverbios 23:4-5. Esa es una palabra fuerte. “Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños; porque las riquezas no duran para siempre; ¿Y será la corona para perpetuas generaciones?”, Proverbios 27:23-24. La riqueza es pasajera y la deuda es peligrosa. Varios Proverbios suenan la alarma en contra de la deuda.

Proverbios 6:1-5 habla sobre esto:

“Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo, si has empeñado tu palabra a un extraño, te has enlazado con las palabras de tu boca, y has quedado preso en los dichos de tus labios. Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, ya que has caído en la mano de tu prójimo; ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo. No des sueño a tus ojos, ni a tus párpados adormecimiento; escápate como gacela de la mano del cazador, y como ave de la mano del que arma lazos”.

Proverbios 22:26-27 es incluso probablemente un poco más fuerte. “No seas de aquellos que se comprometen, ni de los que salen por fiadores de deudas. Si no tuvieres para pagar, ¿Por qué han de quitar tu cama de debajo de ti? ”. La deuda es peligrosa.

Proverbios enseña que la riqueza es pasajera, que la deuda es peligrosa, y que el trabajo duro es valioso. “Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco de sueño, un poco de dormitar y cruzar por un poco las manos para reposo; Así vendrá tu necesidad como caminante, y tu pobreza como hombre armado”, Proverbios 6:9-11. “El que labra su tierra se saciará de pan; mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento”, Proverbios 12:11. “En toda labor hay fruto; mas las vanas palabras de los labios empobrecen”, Proverbios 14:23. Así que, para de hablar y hacer algo. “Trabaja”, dice Proverbios.

El trabajo duro es valioso y el ayudar al necesitado es vital. Estas son oraciones fuertes. “El que escarnece al pobre afrenta a su Hacedor; y el que se alegra de la calamidad no quedará sin castigo”, Proverbios 17:5. Si se burlan del pobre, insultan a Dios. “El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará, y no será oído”, Proverbios 21:13. “No robes al pobre, porque es pobre, ni quebrantes en la puerta al afligido; porque Jehová juzgará la causa de ellos, y despojará el alma de aquellos que los despojaren”, Proverbios 22:22-23. “Conoce el justo la causa de los pobres; mas el impío no entiende sabiduría”, Proverbios 29:7. Estas son oraciones fuertes.

Todos estos están llevando a esos pensamientos conclusos en Proverbios… no olvidemos esto: La riqueza es atribuida para la justicia y la maldad, ambas. Veamos en Proverbios 3:9-10, “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto”. “El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; mas el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa”, Proverbios 28:20.

Entonces, tenemos riqueza aquí, asociada con la justicia y la maldad. Luego, en Proverbios 28:6,

“Mejor es el pobre que camina en su integridad, que el de perversos caminos y rico”. Así que, tenemos riqueza en esos primeros dos asociada con la justicia y con la justicia, y en el próximo, la riqueza es asociada con la maldad.

Del mismo modo, la pobreza es atribuida a la justicia y a la maldad, ambas. A veces vemos la justicia descrita como un título obtenido. “Mejor es lo poco con justicia que la muchedumbre de frutos sin derecho”, Proverbios 16:8. Así que, es bueno tener un poco con justificación. Luego, después de eso vemos, al hombre necio siendo empobrecido: “El que labra su tierra se saciará de pan; mas el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza”, Proverbios 28:19. Así que, por completo. La riqueza y la pobreza no son buenas, la medición exacta de justicia e injusticia. La única cosa que realmente vemos está muy clara, y ya hemos visto esto en otros puntos, es la riqueza extrema y la pobreza extrema, ambas aparecen indeseables en Proverbios. “Dos cosas te he demandado; no me las niegues antes que muera: vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; no me des pobreza ni riquezas; mantenme del pan necesario; no sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios”, Proverbios 30:7-9.

La riqueza extrema y la pobreza extrema, ambas apareces indeseables.

Más adelante, tenemos a Eclesiastés, probablemente la exposición más poderosa del materialismo jamás escrita. El mensaje completo de Eclesiastés es sumado en estos dos versos,

Eclesiastés 2:10-11: “No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena. Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol”.

Eclesiastés es bastante depresivo, la verdad desde Eclesiastés. Aprendemos que los regalos de Dios son buenos. Vemos en Eclesiastés 3:12-13 que las posesiones son buenas en el contexto de la cercanía e intimidad con Dios. Dice, “Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida; y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor”. Esto es reafirmado en Eclesiastés 5:19-20: “Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios. Porque no se acordará mucho de los días de su vida; pues Dios le llenará de alegría el corazón”.

Los regalos de Dios son buenos, y segundo, el mundo es temporal. El mundo es temporal, falleciendo como una sombra. Eclesiastés 6:3-6 dice,

“Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del bien, y también careció de sepultura, yo digo que un abortivo es mejor que él. Porque éste en vano viene, y a las tinieblas va, y con tinieblas su nombre es cubierto. Además, no ha visto el sol, ni lo ha conocido; más reposo tiene éste que aquél. Porque si aquél viviere mil años dos veces, sin gustar del bien, ¿no van todos al mismo lugar? ”.

También, Eclesiastés 6:12 dice, “Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol?”

Al final, particularmente en una perspectiva eterna, Eclesiastés enseña que ser rico no satisface. Eclesiastés 5:10-15, escucha a esto:

“El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad. Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos? Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia. Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal; las cuales se pierden en malas ocupaciones, y a los hijos que engendraron, nada les queda en la mano. Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, yéndose tal como vino; y nada tiene de su trabajo para llevar en su mano”.

Estas son algunas verdades que se sacan de Eclesiastés 5. Pienso que son conmovedoras. Cuanto más tienes, mas quieres. Si amas el dinero, nunca estarás satisfecho con el dinero. Cuanto más tienes, menos satisfecho eres. Él dice cualquiera que ama la riqueza nunca está satisfecho con sus ingresos. Cuanto más tienes, más gente, incluyendo el gobierno, vienen después de eso. Cuanto más tienes, mas te das cuenta de que no se ajusta a tus necesidades. Ves gente que tienen de ti. Cuanto más tienes, mas te preocupas. No puedes dormir porque la riqueza trae preocupación. Cuanto más tienes, mas puedes hacerte daño aferrándote a lo que tienes. Ahí hay grave maldad que he visto; las riquezas se mantienen por sus propietarios para su daño, y esas riquezas se pierden. Cuanto más tienes, mas pierdes. Y por último, cuanto más tienes, mas dejarás atrás.

Eclesiastés 12:13 se suma a esto y dice, “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre”. Vamos a dejar este mundo con nada, así que no dejemos al hombre rico ser necio. El fin de la materia… todo ha sido escuchado. “Teme a Dios y guarda Sus mandamientos, porque este es el completo deber del hombre”. Ese es el punto de Eclesiastés: teme a Dios, sigue Sus mandamientos, y mira las posesiones materiales en una luz apropiada.

Los Profetas en la Historia de Israel

Finalmente, los profetas en la historia de Israel. Jeremías 2:11-13, “¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son dioses? Sin embargo, mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha. Espantaos, cielos, sobre esto, y horrorizaos; desolaos en gran manera, dijo Jehová. Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua”. Vamos a ver a lo que Israel ha hecho con sus posesiones. Primero, los sacerdotes fueron inmorales. Jeremías 6:13 dice,

“Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores”. Vemos a Malaquías 1:6-10 ahí, y los sacerdotes estaban ofreciendo ofrendas baratas. Ellos no tomaron medidas de las leyes que Dios había expuesto, pero fue un camino fácil para ellos para ganar un macho cabrío.

Dice, “El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable. Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo?

Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos. Ahora, pues, orad por el favor de Dios, para que tenga piedad de nosotros. Pero ¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas? dice Jehová de los ejércitos. ¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas o alumbre mi altar de balde? Yo no tengo complacencia en vosotros, dice Jehová de los ejércitos, ni de vuestra mano aceptaré ofrenda”.

Entonces, los sacerdotes fueron inmorales, y el pueblo fue idólatra. Sus posesiones se convirtieron en sus piedades, literalmente. “Su tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no tienen fin. También está su tierra llena de caballos, y sus carros son innumerables. Además su tierra está llena de ídolos, y se han arrodillado ante la obra de sus manos y ante lo que fabricaron sus dedos”, Isaías 2:7-8. “Porque en aquel día arrojará el hombre sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que para vosotros han hecho vuestras manos pecadoras”, Isaías 31:7. El pueblo fue idólatra.

Ellos eran opresivos de los pobres. Esto es a lo largo de los profetas. Ezequiel 22:29, “El pueblo de la tierra usaba de opresión y cometía robo, al afligido y menesteroso hacía violencia, y al extranjero oprimía sin derecho”. Cuando vamos a Ezequiel 16:49-52, el profeta habla sobre como mirar hacia atrás al pecado de Sodoma… y sí, ahí hubo homosexualidad y perversión… pero también había opresión de los pobres y provocó el juicio de Dios.

Dice, “He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité. Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado a tus hermanas con todas las abominaciones que tú hiciste. Tú también, que juzgaste a tus hermanas, lleva tu vergüenza en los pecados que tú hiciste, más abominables que los de ellas; más justas son que tú; avergüénzate, pues, tú también, y lleva tu confusión, por cuanto has justificado a tus hermanas”.

Miqueas y Amós también hablan de estos quienes oprimen a los pobres. Miqueas 2:1-3 dice,

“¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder! Codician las heredades, y las roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad. Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí, yo pienso contra esta familia un mal del cual no sacaréis vuestros cuellos, ni andaréis erguidos; porque el tiempo será malo”.

Amós 5:11-12 dice, “Por tanto, puesto que vejáis al pobre y recibís de él carga de trigo, edificasteis casas de piedra labrada, mas no las habitaréis; plantasteis hermosas viñas, mas no beberéis el vino de ellas. Porque yo sé de vuestras muchas rebeliones, y de vuestros grandes pecados; sé que afligís al justo, y recibís cohecho, y en los tribunales hacéis perder su causa a los pobres”.

Ellos fueron opresivos de los pobres. Ellos se jactaron en sus riquezas. Saben, hay mucha maldad y pecaminosidad asociadas con la riqueza en los profetas. No es imposible ser justo con la riqueza en los profetas, pero es raro. Muchas de las imágenes que vemos con la riqueza son asociadas con la pecaminosidad. Ezequiel 28:4-7 dice,

“Con tu sabiduría y con tu prudencia has acumulado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros. Con la grandeza de tu sabiduría en tus contrataciones has multiplicado tus riquezas; y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón. Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de Dios, por tanto, he aquí yo traigo sobre ti extranjeros, los fuertes de las naciones, que desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría, y mancharán tu esplendor”.

Amós 4:1-3 dice, “Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís a los pobres y quebrantáis a los menesterosos, que decís a vuestros señores: Traed, y beberemos. Jehová el Señor juró por su santidad: He aquí, vienen sobre vosotras días en que os llevarán con ganchos, y a vuestros descendientes con anzuelos de pescador; y saldréis por las brechas una tras otra, y seréis echadas del palacio, dice Jehová”.

Amós sigue además de decir, en Amós 6:4-6, “Duermen en camas de marfil, y reposan sobre sus lechos; y comen los corderos del rebaño, y los novillos de en medio del engordadero; gorjean al son de la flauta, e inventan instrumentos musicales, como David; beben vino en tazones, y se ungen con los ungüentos más preciosos; y no se afligen por el quebrantamiento de José”.

Ellos se jactaron en lo que ellos tenían, y olvidaron el punto de la adoración. Algunas de las más feroces palabras de Dios hacia Su pueblo, viene en el contexto al hablar sobre la adoración. En Jeremías 7:1-7, ellos olvidaron el punto completo.

El pasaje dice, “Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Ponte a la puerta de la casa de Jehová, y proclama allí esta palabra, y di: Oíd palabra de Jehová, todo Judá, los que entráis por estas puertas para adorar a Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar. No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este. Pero si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras; si con verdad hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro, os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre”.

Otra reprensión crítica de parte del Señor viene dentro de Isaías 1:11-17. “¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas.

Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda”.

Dios dice, “Dejen de traer sus ofrendas sin sentido. Su incienso es abominable para mí”.

Así que, ¿Qué es lo que necesitarás hacer? Necesitarás lamentarte de tus pecados. Ellos tienen un libro completo llamado Lamentaciones, y luego tenemos a Jeremías 7:28-29, el cual dice, “Les dirás, por tanto: Esta es la nación que no escuchó la voz de Jehová su Dios, ni admitió corrección; pereció la verdad, y de la boca de ellos fue cortada. Corta tu cabello, y arrójalo, y levanta llanto sobre las alturas; porque Jehová ha aborrecido y dejado la generación objeto de su ira”. También Joel 1:13 dice, “Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación”. Nuevamente, Amós 5:1 dice, “Oíd esta palabra que yo levanto para lamentación sobre vosotros, casa de Israel”. Laméntate de tu pecado delante de Dios.

Procurar justicia por los necesitados. Me encanta este pasaje en Isaías 58:6-11:

“¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad; y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan”.

Escuchen este Verso

“Si echas fuera tu ser por el hambre, y satisfaces el deseo del afligido, entonces debes levantar tu luz en las tinieblas y tu oscuridad debe ser como el mediodía. Y el Señor te guiará continuamente y satisfacer tu deseo en lugares áridos y hacer tus huesos fuertes; y debes ser como un huerto de riego, como un estanque de agua, cuya agua no desfallecerá”.

¡Oh, eso es hermoso! Cuidar de los pobres, dar a los pobres, y seremos como un huerto de riego, y tu satisfacción, tus estanques nunca desfallecerán. Miqueas 6:6-8 contiene palabras conmovedoras con las que estamos familiarizados. “¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”.

Lamentarse del pecado, procurar la justicia de los necesitados y tercero, practicar humilde generosidad. Humillemos nuestro ser delante de Dios, y luego otorguémosle a Dios. Jeremías 9:23-24, “Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”. Malaquías 3:10-12,

“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.

Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos”.

Ellos literalmente estuvieron robándole a Dios, y Dios dice, “Te concedo. Sólo mira; te concedo más que tu… solo abrir las ventanas de los cielos”. Lamentarse, procurar la justicia para el necesitado, practicar humilde generosidad, y creer la restauradora promesa de Dios. Él nos restaurará; solo creamos en Él. Eso dice en Ezequiel 34:25-31:

“Y estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques. Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán. Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán sobre su tierra con seguridad; y sabrán que yo soy Jehová, cuando rompa las coyundas de su yugo, y los libre de mano de los que se sirven de ellos. No serán más por despojo de las naciones, ni las fieras de la tierra las devorarán; sino que habitarán con seguridad, y no habrá quien las espante. Y levantaré para ellos una planta de renombre, y no serán ya más consumidos de hambre en la tierra, ni ya más serán avergonzados por las naciones. Y sabrán que yo Jehová su Dios estoy con ellos, y ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dice Jehová el Señor. Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jehová el Señor”.

Creer en las promesas restauradoras de Dios, y luego… esto nos va a traer un círculo lleno por donde comenzaremos en el Antiguo Testamento… cumplir con el propósito redentor de Dios. Miremos a Isaías 66:18-23. Recordemos cuando Dios bendijo a Abraham. Él dijo “Voy a bendecirte, y todas las naciones de la tierra serán benditas a través de ti”. Entonces, miremos a donde esto nos lleva en Isaías 66.

“Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria. Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones. Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová.

Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas, dice Jehová. Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre. Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová”.

Dios concede bendiciones para el propósito de Su gloria en todas las naciones. Ese es el por qué tenemos que ver las bendiciones materiales en ese contexto. Dios nos da bendiciones para Su pueblo para Su gloria junto a todas las naciones. Es ahí donde el Antiguo Testamento nos lleva con los profetas.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TO UNREACHED PEOPLE AND PLACES.

That means that the people with the most urgent spiritual and physical needs on the planet are receiving the least amount of support. Together we can change that!