¿Creemos en la paciencia y el poder de Dios cuando se trata de salvar a aquellos que aún no lo conocen? ¿Qué nos dice la conversión de Pablo acerca de nuestro Dios? En este mensaje sobre Hechos 9:1–31, Deric Thomas nos anima a crecer en paciencia, confiar en el poder de Dios y en un amor apasionado.
- Observa la paciencia de Dios hacia las personas pecadoras y, en particular, hacia ti.
- Observa el poder de Dios en su misericordia, conversión, iglesia y esperanza.
- Observa la pasión de Pablo por la evangelización y su amor por Jesucristo.
Transformación
¿Le gusta la canción “Divina Gracia”? Casi se puede escuchar cómo se rompen las cadenas del hombre que la escribió. John Newton fue quien escribió esa canción. Este hombre nació en Londres en la década del 1700. Fue un hombre que eventualmente se convirtió en pastor y amaba a la gente, pero antes de eso, él mismo confesó que era un hombre malvado. Su corazón y su vida se caracterizaban por la ira, la crueldad, el enojo y el pecado. De hecho, en un momento, llegó a ser el poseedor de un barco de esclavos y capitán del mismo. De lo que había en su corazón que estaba lleno de ira, él abusaba y trataba a aquellos que le servían como animales.
Sin embargo, Dios le mostró misericordia y gracia. Dios transformó a John Newton, y lo convirtió en una persona que amaba a los demás. De hecho, él no sólo era pastor y escritor de himnos, sino que también formó parte de la abolición de la trata de esclavos africanos en Europa, junto a hombres como William Wilberforce. Dios ha estado siempre transformando las vidas de las personas. Hoy vamos a ver a un hombre llamado Saulo.
Vaya a Hechos 9. Ahí leeremos sobre este hombre llamado Saulo, cuyo nombre en griego era Pablo. De hecho, a lo largo de este sermón estaré utilizando esos nombres como sinónimos. Es la misma persona. Saulo es como los hebreos le llamaban generalmente, y Pablo es su nombre en griego. Es como los griegos lo llamarían generalmente.
Quiero que leamos los versículos del 1 al 31 juntos, de Hechos 9. Mientras leemos, quiero que vea tres cosas: la paciencia de Dios, el poder de Dios, y la pasión de Pablo. Es un privilegio el nosotros vivir en una cultura que no es analfabeta, y podemos leer.
No solo eso, también tenemos las palabras de Dios en nuestro lenguaje, escrito por el mismo Dr. Lucas, este doctor del primer siglo, el cuál escribió inspirado por el Espíritu Santo, y él dijo esto en el versículo 1, Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, 2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. 3 Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; 4 y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? 5 Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
6 El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. 7 Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, más sin ver a nadie. 8 Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, 9 donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.
Versículo 10, Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. 11 Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, 12 y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista. 13 Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; 14 y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. 15 El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; 16 porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.
Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. 18 Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado. 19 Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco. 20 En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. 21 Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes? 22 Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.
Pasados muchos días, los judíos resolvieron en consejo matarle; 24 pero sus asechanzas llegaron a conocimiento de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para matarle. 25 Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro, descolgándole en una canasta. 26 Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo. 27 Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús.
28 Y estaba con ellos en Jerusalén; y entraba y salía, 29 y hablaba denodadamente en el nombre del Señor, y disputaba con los griegos; pero éstos procuraban matarle. 30 Cuando supieron esto los hermanos, le llevaron hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso.
Versículo 31, “Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.”
A mí me encantan las personas musulmanas de nuestra ciudad, y oro por ellos, igual que muchos de nosotros, lo sé. Hace unos pocos meses atrás visité una de las mezquitas de nuestra propia ciudad. Visitando esta mezquita, vi y conocí alrededor de 300 hombres que estaban ahí un viernes en la tarde a las 1:00, probablemente en su hora de almuerzo del trabajo. Había la misma cantidad de mujeres allí, si no más. Los pude ver porque había divisores en la habitación, separando a los hombres de las mujeres.
Era un grupo muy diverso de hombres los que estaban ahí. Los hombres que se habían mudado aquí del Medio Oriente: Hombres caucásicos, afro-americanos, y hombres de muchos otros grupos étnicos probablemente. Usted podía notar, por la forma en que muchos de ellos estaban vestidos que algunos eran profesionales de negocios y médicos profesionales e incluso hombres que aparentemente vinieron de la calle, todos juntos para orar y escuchar un mensaje. El mensaje de ese día fue algo como esto. Lo que fue hablado a estos hombres que estaban escuchando atentamente.
Deben poner a Alá primero en sus vidas. Alá merece todo lo que tienen y todo lo que son. Y muchos de ustedes están tan envueltos en el materialismo y en sus familias. Los musulmanes fueron a España en el siglo siete y ocho, y se apoderaron de ella. Los musulmanes fueron a Indonesia en los siglos 16 y 17, y se apoderaron de ella, y es ahora el país con más musulmanes en el mundo. La razón por la cual eso no ha pasado aquí es porque ustedes están poniendo las posesiones materiales antes que Alá, y están poniendo a sus hijos antes que Alá, y Alá merece su entera devoción. Si usted posee un negocio, sólo debe contratar musulmanes. Cuando compre una casa, cómprela en el vecindario al lado de los musulmanes. Dele todo a Alá.
Es un mensaje muy interesante. Aquí en nuestra ciudad. Hay mucho que pudiéramos decir sobre eso, pero quiero dirigir su atención a esta pregunta hoy. ¿Cree usted que Dios puede salvar, convertir, y transformar un apasionado extremista, maestro religioso, como este hombre en particular? ¿Cree usted que Dios pueda salvarle y levantarle como misionero, o un fundador de iglesias en medio de grupos de personas que no han sido alcanzadas? ¿Cree usted Dios puede hacer eso? Espero que aprenda y vea la respuesta mucho más clara mientras estudiamos a Hechos 9.
Veamos el versículo 1, y mientras leemos este versículo, quiero que vea este versículo a través de las lentes de 1 Timoteo (1:15-16). Es un pasaje que Pablo luego le escribió a Timoteo, luego de venir a la fe en Cristo, donde dice lo siguiente, “Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. 16 Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.”
La Paciencia de Dios
“El amor es paciente,” (1 Corintios 13:4) y “Dios es amor,” (1 Juan 4:8) pero incluso en este versículo, quiero que vea la paciencia de Dios. Vea el versículo 1. Dice esto, “Saulo,” paremos ahí. Saulo fue un hombre que, a diferencia de la mayoría de los judíos del primer siglo, no nació en Jerusalén. Saulo nació en Tarso. Tarso era una ciudad que se encontraba encima de Israel, en lo que sería hoy Turquía. El nació en la casa de unos amorosos padres judíos. Su padre era un fariseo. No solo era su padre judío y fariseo, sino que era también un ciudadano romano, lo que significaba que cuando Pablo nació, nació como ciudadano romano.
Como un joven, creció y sus padres lo enviaron a Jerusalén a estudiar ahí bajo uno de los maestros fariseos cuyo nombre era Gamaliel. Pablo había obtenido la mejor educación que un joven podía obtener en el primer siglo. De hecho, él fue muy bien educado. Pablo conocía el Antiguo Testamento de principio a fin. De hecho, se había memorizado una buena parte de este. Él hablaba con fluidez el Hebreo, Griego, Arameo, y probablemente el Latín. Él era, por su propia admisión, apasionado, lleno de celo. Él superó a sus compañeros en conocimiento y en poder, y él se estaba moviéndose en el ranking. Las tradiciones de sus mayores y la fe judía estaban arraigadas en su corazón.
“Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor.” Respirando aún amenazas. Respirándolas desde la primera vez que lo conocimos en Hechos 7 y Hechos 8. ¿Se acuerda? Él era uno de los hombres que estaban parados, sosteniendo las ropas, los vestidos, de aquellos que recogieron piedras y estaban apedreando a este hombre con el nombre de Esteban hasta que murió. ¿Qué tipo de hombre haría falta para mantenerse al margen y sostener las ropas y dar plena aprobación a un grupo de hombres hostiles, enojados, abusivos y crueles que mataron a este hombre, Esteban, del cual dice la Biblia: “vieron su rostro como el rostro de un ángel”? Él estaba lleno de gracia y del Espíritu Santo y de sabiduría, y aun así, le mataron.
Ciertamente, un grupo de hombres, utilizando las propias palabras de Esteban, duros de cerviz, que eran orgullosos, que estaban siempre resistiendo al Espíritu Santo. Pablo era ese tipo de hombre. Nos lo encontramos aquí en Hechos 9 otra vez, y dice que él está “respirando aún.” Eso es lo que hacen los hombres iracundos, amenazas. Eso es asesinato.
“Vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén.” Pablo había perseguido, incluso a muerte, a cristianos en Jerusalén, pero eso no era suficiente para él. Él era tan celoso, y él era tan apasionado, y estaba tan convencido de que estos cristianos estaban equivocados, “¿Cómo puede ser que un hombre que fue colgado en una cruz, maldito por Dios, ser el Mesías y el Cristo?” Vamos a matarlos, y vamos a erradicarlos de una vez por todas, y no lo haremos en Jerusalén; voy para Damasco.”
Él fue donde el sumo sacerdote, el cual pudo haber sido Caifás al momento, y Caifás pudo haber visto al sanedrín. Los sanedrines eran los 71 hombres que proveían liderazgo a los judíos. Él habría obtenido los papeles para ir a Damasco. Damasco era una ciudad que estaba a unas 135 millas al noreste de Jerusalén. Este viaje de 135 millas habría de ser tomado a pie, o en camello, o a caballo.
Este es un hombre serio. Seis días respirando, esperando para llegar ahí. Esperando para aprisionar a los cristianos. Esperando para traerlos a Jerusalén e incluso matarlos. Él no tendría misericordia de esos hombres y mujeres. Vamos a retomar el versículo 3 y ver qué ocurre. “Más yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo.” ¿Lo puede ver? Pablo, de camino a Damasco, un hombre pecaminoso, enojado, que no sólo iba a Damasco, sino que iba de camino al infierno, pero Dios lo rescató.
La Paciencia de Dios para con los Pecadores
Oh, ¿Ve la paciencia de Dios hacia Pablo? ¿Ve la paciencia de Dios hacia los pecadores? ¿Lo ve rescatar a este hombre que va de camino al infierno y hacerle parte del Camino, mientras resplandece la luz de Su gloria en la faz de Jesucristo en este hombre llamado Pablo, utilizando las mismas palabras de Pablo en 2 Corintios 4:6? Pablo estaba lo suficientemente humillado ahí.
Esto probablemente tomó lugar alrededor del mediodía. Aprendimos eso de Hechos 22. También aprendemos de Hechos 26 que la luz que resplandeció en él era más brillante que el sol, porque era el Hijo. Era el Hijo de Dios. Ahora, Lucas menciona la conversión de Pablo tres veces en su evangelio: Hechos 9, Hechos 22, y Hechos 26. Eso significa que este tema es muy importante para este autor en lo que nos entrega la historia de la iglesia primitiva.
Recientemente escuché la historia de un padre cristiano. Este padre cristiano tiene dos hijas. Él no forma parte de esta familia de la fe; no lo conocería, pero él me contó esta historia sobre su hija de 18 años que recientemente se había ido de la casa. Ella dejó la casa llena de pecado y con sueños de vivir en grande ese pecado. Ella miró a su padre cristiano en la cara y le dijo, “No te quiero ver nunca más.” Ella luego entra al vehículo de su novio que tenía desde hace unos meses atrás, y se fueron.
Su papa luego se enteró de que ellos fueron a Miami, Florida, donde él y ella vivieron una vida de pecado y de rebelión. Habían momentos, me decía, donde ella llamaba, y se quedaba al otro lado de la línea, llorando. Él me decía que ella bebía y que probablemente consumía drogas. Antes de ella poder externarle algunas palabras, se desconectaba la línea, y él no escuchaba su voz nuevamente durante semanas en ese tiempo. Oh, cuán herido estaba su corazón por su hija a la cual amaba tanto. Recuerdo que me decía, “Si sólo regresara a casa. Le amaría, y estoy dispuesto a ser paciente, y esperaré y oraré.”
Me recordó lo paciente que tienen que ser los padres algunas veces. ¿Se da cuenta de la paciencia de los buenos padres? Sin embargo, la paciencia de un buen padre no se compara con la paciencia del Todopoderoso. ¿Se da cuenta de la paciencia del Todopoderoso hacia este rebelde y enojado, líder de pecadores, que se llama a sí mismo el Principal? ¿Quiere ver Su misericordia hacia este hombre cuando le rescata y lo trae a Su familia?
La Paciencia de Dios para con Usted
Jesús dijo, “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos y lo reconocen.” Él dijo, “El Hijo del Hombre no vino por aquellos que están bien, sino por aquellos que están enfermos.” Él vino a buscar y a salvar a los que se habían perdido. Así que le voy a preguntar lo siguiente, ¿Puede ver la paciencia que Dios para con usted? Quiero decir, ¿Cuándo fue la última vez que usted reflexionó y meditó en todas las veces que ha fallado y pecado y desobedecido a Dios?
Pienso en mi propia vida. Durante los primeros 19 años, viví en completo pecado y egoísmo. Muchas veces al día el Padre pudo haberme dado la espalda, y en Su justicia Él pudo haberme dado la espalda mientras yo presumía de Su paciencia. Escuche las palabras en Romanos 2:4, “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” Escuche, la paciencia de Dios hacia usted, la razón por la cual usted aún vive, aunque haya pecado, es para que Él pueda mostrar Su paciencia y conducirle hacia el arrepentimiento. No es para que usted siga pecando; es dada para que usted se aparte de su pecado. Si no le conoce, ¿Se apartaría de su pecado al ver la paciencia de Dios hacia Pablo, pero más personalmente hacia usted?
“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” (2 Pedro 3:9) ¿Se arrepiente y pone su confianza en aquel que le amado y se ha entregado por usted? ¿Pone su confianza en aquel que conoció a Pablo y que le conocerá a usted? ¿Aquel que vivió la vida perfecta que usted nunca podrá vivir? ¿Aquel que murió en sustitución de usted en una cruz, y cuando fue maldito, fue maldito por Pablo y también por usted? ¿Pone su confianza en aquel que ha vencido al pecado y a la muerte y al infierno? ¿Ve la paciencia de Dios?
El Poder de Dios
No sólo vea la paciencia en este pasaje, ¿Puede ver Su poder? Busquemos a Hechos 9:4, “y cayendo en tierra…” Este hombre orgulloso, pecador, se ha humillado ante Dios, de rodillas, tal vez incluso de cara, reconociendo que estaba absolutamente equivocado sobre todo lo que pensaba acerca de Jesús. Fue humillado. Vea los versículos 4 y 5, “…oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues.” El Dios personal del universo empieza a hablarle a Pablo.
Cuando usted peca, su pecado finalmente no es en contra de las personas. Cuando usted peca, su pecado es contra Dios. El pecado de Pablo de perseguir la iglesia era en contra de Dios. Era en contra de Jesucristo mismo, ya que Cristo se identifica con Su pueblo, en que si usted se mete con ellos, se mete con Él. Es serio y peligroso caer en las manos de un Dios Santo y Justo y Recto que odia el pecado, y Pablo merecía caer en las manos de aquel Dios enojado, justo y airado. Sin embargo, Dios le dio lo que no merecía; Dios le dio Su gracia, y el poder de Dios lo transformó.
El Poder de la Misericordia Soberana de Dios
¿Ve el poder de la misericordia soberana de Dios? ¿La puede ver en este texto? La misericordia soberana de Dios. Escuche las palabras que Pablo escribió más tarde en la vida en Gálatas 1:15. Mejor anótelo. Gálatas 1:15-16, Pablo dijo, “Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí.” ¿Escuchó la frase en el versículo 16? Pablo no estaba buscando a Cristo; Cristo lo estaba viendo. Pablo no estaba orando al Todopoderoso. Él resistía al Espíritu Santo, pero Dios le habló.
Pablo estaba persiguiendo a los cristianos para matarle. Dios estaba cazando a Pablo para amarle, y para revelarle a Su Hijo. Vea los versículos 6-9 de Hechos 9, la respuesta de Pablo a esta revelación y lo que Jesús le dijo que hiciera, “Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, más sin ver a nadie. Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.”
Pablo estaba ciego espiritualmente, y Dios le revela que, aunque él estaba ciego espiritualmente, Dios le revela que, aunque él estaba ciego espiritualmente, Dios le iba a dar la vista. Vista para ver que el Antiguo Testamento que se había memorizado y conocía desde Génesis hasta Malaquías se había referido siempre a Él. Todo lo que en ellos estaba escrito señala hacia el Mesías, el Cristo, el Siervo Sufriente, y Pablo lo pasó por alto porque estaba ciego espiritualmente.
El Poder de Dios en la Conversión
Entonces Pablo fue guiado hacia Damasco por los hombres que andaban con él. ¿Ve el poder de Dios en la conversión de la vida de Pablo? ¿Lo ve? Escuche las palabras de 1 Pedro 1:3, “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos.”
Vea Hechos 9:10. “Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: ‘Heme aquí, Señor.’” Bien, este hombre está listo para servir. Versículo 11, “Y el Señor le dijo: ‘Levántate’” Y así lo hace. “’y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista.’”
“’ ¿Cuál fue el nombre que me dijiste, Señor?’” Versículo 13, “Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre.” Esto es interesante. Ananías dice, “Señor, Maestro, Soberano Dios del universo, sé que conoces para quienes trabaja Saulo. El Sumo Sacerdote y el Sanedrín están cuidando a Saulo. Este es un hombre malo, Señor.” Él tiene tanto miedo, que duda en obedecer a Dios. Así que probablemente lo piensa un poco.
Entonces, versículo 15, véalo, “El Señor le dijo: ‘Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel.’” Se da cuenta del plan que Dios tenía para Pablo desde el momento de su conversión. De hecho, Dios lo comisionó para cumplir su misión, versículo 16, “‘porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.’” Todos sabemos lo mucho que Pablo sufrió. Lo vemos en el pasaje de aquí de Hechos 9. Lo vemos en pasajes como 2 Corintios 11.
Déjeme leérselo, 2 Corintios 11:23-28. Pablo dice que Su vida fue caracterizada por trabajos, cárceles, azotes sin número y peligros de muerte muchas veces. “De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos.”
Incluso dentro del contexto de la iglesia, él se encuentra en peligro. Versículo 27, “En trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias.”
Sin embargo, lo hizo con alegría porque conocía a Aquel que venció al pecado, y conocía a Aquel que había vencido las consecuencias del pecado. Cristiano o no, usted experimentará los efectos de la caída. Puede que usted experimente los efectos de la caída mientras confía en Cristo quien ha vencido la caída, y en obediencia a Él.
¿Le obedecería aunque significara sufrimiento, por Su gran paciencia y amor hacia usted? Pablo dijo que podía, Ananías dijo, “Iré.” Busque el versículo 17 de Hechos 9 conmigo, “Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: ‘Hermano Saulo.’” Ahora pensemos. Esto vino de los labios de un discípulo en Damasco llamado Ananías, quién tal vez conocía viudas que estaban viudas como resultado de la persecución de Pablo. Damasco y Ananías probablemente conocían huérfanos en Jerusalén, quienes eran huérfanos porque Pablo era parte de la ejecución de sus madres, pero él dice, “Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.’”
Versículo 18, luego de que Pablo experimenta la experiencia completa del Espíritu en la era del Nuevo Pacto, Versículo 18, “Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.” Inmediatamente, se unió con la iglesia, “Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas.” Por algunos días, él estaba con los discípulos en Damasco porque, desde el momento de su conversión, él amaba a la iglesia, y la iglesia le amaba.
El Poder de Dios a Través de Su Iglesia
¿Ve el poder de Dios a través de Su iglesia, a través de Ananías, a través del que lo bautizó? ¿A través de los que lo acogieron? ¿A través de la persona que le cocinó un almuerzo y lo alimentó?
Esas personas que le amaron a pesar de su pecado, del cual ellos habían sentido los efectos personalmente. Me recuerda lo que Jesús le dijo a Sus discípulos. ¿Se acuerda, en Juan 13? Él dijo, “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”
“Dios, hemos sido perdonados; ¿Cómo podríamos no perdonar a Saulo?” Ellos le amaron. Ahora, había muchas personas que le amaban. Mencioné a los que le cocinaban el almuerzo. Probablemente alguien le cocinaba el almuerzo y utilizaba sus dones que Dios le había dado, de acuerdo con 1 Corintios 12, tal vez no eran los dones reconocibles como los que Pablo el Apóstol de los gentiles y Fundador de iglesias tendría. Tal vez dones tales como misericordia, servicio y hospitalidad, pero ellos le servían tanto más.
Cuando estaba viendo este pasaje esta semana, pensé en una de las obras de Martin Lutero llamada Vocación Cristiana, un verdadero libro teológico grueso que él escribió acerca de la doctrina de la vocación. Martin Luther hubiera estado escribiendo durante un tiempo en la historia de la iglesia en la que las oficinas como los monjes y las monjas y el sacerdote eran vistos como verdadero trabajo espiritual. La percepción era que todas las otras personas no eran tan espirituales como estas personas. Así que él escribe esto, y me encanta.
Escuche. Él dice, “Cuando hacemos la oración del Señor, le pedimos que nos de nuestro pan de cada día. Y Él nos da nuestro pan de cada día. Él lo hace por medio del agricultor, que plantó y cosechó el grano; el panadero que hizo de la harina el pan; y la persona que preparó nuestra comida.”
Luego, un autor del siglo 21 añade lo siguiente, Hoy podríamos añadir a los conductores de camiones que transportan el producto, los trabajadores de las fábricas en la planta de procesamiento de comida, los hombres del almacén, los distribuidores al por mayor, los surtidores, la señora de la caja, también haciendo su papel, o los banqueros, los inversionistas, los publicistas, los abogados, los científicos agrícolas, los ingenieros mecánicos, y todo aquel que forma parte del sistema económico de la nación. Todos estos son instrumentos que le permiten a usted comerse su tostada por la mañana.
“Pablo, ten algo de comida. Te amamos. Te perdonamos. Eres parte de nuestra iglesia.” Así que tal vez, no serás un apóstol de los gentiles, pero tal vez, cuando Dios salve al Pablo de su ciudad, usted abrirá las puertas de su casa, y usted le dirá, “Ten esta comida.”
El Poder de Dios le da Esperanza
También, vea como el poder de Dios le da esperanza. ¿Ha visto algo así? Santos, ¿Han visto como el poder de Dios les da esperanza? Ya sea la persona por la cual usted está orando la cual se encuentra dominada por inmoralidad sexual, o si es usted mismo quien se encuentra dominado por inmoralidad sexual, Dios puede salvar. Él salvó a un hombre llamado Agustín en el siglo cuarto. Él abrió sus ojos a la gloria de Cristo, y levantó a ese hombre para convertirse en uno de los teólogos cristianos más grandes en la historia de la iglesia, y Él le liberó de esa atadura.
Tal vez usted esté orando por un niño que fue criado en un hogar cristiano, al cual le enseño el evangelio desde su nacimiento, y ahora él o ella es ateo. ¿Puede Dios salvar a un ateo? Él lo hizo en el 1900s cuando salvó a C.S. Lewis, quien era ateo, y cuando se convirtió, dijo que lo sorprendió el gozo. Tal vez es la persona por la cual usted está orando la que busca ganarse el favor de Dios por sus propios medios. Tal vez esa persona reconoce su pecado, pero piensa que si hace las buenas obras suficientes, puede ganar el favor de Dios. Dios salvó a un hombre así.
Su nombre era Martin Lutero, y Martin estaba leyendo el libro de Romanos, y sus ojos fueron abiertos, y se convirtió en uno de los líderes de la Reforma Protestante. Tal vez es un borracho y una persona adicta a las drogas, y Dios puede salvarles también. Pienso en Jimmie Hale, sobre el cuál aprendí cuando estaba como capellán en la Misión Jimmie Hale de hace años, quien era conocido como el borracho de la ciudad en esta ciudad. Aun así, Dios lo rescató. Hay esperanza para cualquier persona por la cual usted esté orando. Hay esperanza para usted en Cristo.
La Pasión de Pablo
La paciencia de Dios, el poder de Dios, y por último, vemos la pasión de Pablo. Pablo era un hombre apasionado. Usted puede ver que incluso en su pecado él era apasionado, pero Dios redimió su pasión, y tomó a este hombre apasionado, pero apasionadamente equivocado, y Él re-desarrolla y transforma el modo de ver el mundo de este hombre, y su mente, y su pensamiento, y las ideas presuposicionales que trajo y a través de las cuales veía la realidad, y Él le dio una pasión por Su Hijo, y le dio una pasión por el evangelio.
La pasión de Pablo por el evangelio desde el momento de su conversión. Vea la pasión de Pablo por el evangelio desde el momento de su conversión. Vea el versículo 20, “En seguida,” esto es inmediatamente, “predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios.” Pablo no pudo resistir hablar sobre aquel que amaba, de aquél que le amo primero. “Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ‘¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes?’”
Lo recuerdo como si fuera ayer. Este verano fuimos a uno de los proyectos de viviendas aquí en nuestra ciudad, y estábamos sentados alrededor de una mesa con otros pastores y líderes, y otras personas que tenían organizaciones sin fines de lucro. Había algunos residentes de ese proyecto de viviendas, y, por supuesto, el director del proyecto estaba allí también. Estuvimos buscando estrategias y pensando en formas de amar a las personas de ese proyecto en el nombre de Jesús. Estuvimos planeando, y pensando, y estuvimos incluso orando.
Recuerdo al director, él nos paró, y dijo, “¿Saben qué? He estado haciendo esto,” Creo que dijo 15 años. Dijo, “Sé a lo que nos estamos enfrentando. Al mismo tiempo que estamos en esta mesa buscando estrategias y pensando sobre la mejor manera de servir a las personas de esta comunidad, hay proxenetas que están haciendo lo mismo. Hay traficantes de drogas que están pensando estratégicamente sobre como explotar a estas personas.”
Me fui de esa reunión pensando lo siguiente, “Existen hombres allá afuera que tienen su MBA’s que utilizan lo que Dios les ha dado para matar a las personas. Buscan matar mayormente a las mujeres y niños en proyectos de viviendas. Estas personas rebeldes, pecadoras, enfermas, entenebrecidas, crueles, enfadadas, asesinas, de dura cerviz que están siempre resistiendo al Espíritu Santo.”
Pensé, “¿No sería grandioso si Dios transformara uno de ellos? ¿Qué tal si Dios transformara a uno de esos hombres de dura cerviz, rebeldes y lo levanta como fundador de iglesias, misionero para un grupo de personas que no hayan sido alcanzadas al Norte de África? Tal vez como un dueño de empresas en el Norte de África y él podría utilizar todas estas habilidades que desarrolló en rebelión, y Dios podría redimirlas, y utilizarlas para el desarrollo económico de allá, y mientras hace eso, podría evangelizar y discipular. O Dios tal vez solo le salve y le levante como pastor aquí.” Porque Dios es poderoso.
El Dr. Lucas dice, “Dios puede salvar a alguien así.” ¿Puede ver eso? “Pero Saulo mucho más se esforzaba,” dice en el versículo 22, “y confundía a los judíos.” El creció en celo evangelístico, y pasión y fervor. Desde el versículo 24 hasta el 30, lo leímos anteriormente, los judíos se confabularon para matarlo dondequiera que él iba. Ya fuere Damasco o Jerusalén, ellos querían matarle. Entonces, en Damasco, Dios levanto a hermanos y hermanas en Cristo para decirle, “Pablo, no es tu tiempo, ve a Jerusalén.”
Incluso los más apasionados seguidores de Cristo no pueden vivir su vida solos. Así que Pablo fue a Jerusalén, y predicó valientemente. Dios levanto a judíos para que quisieran matarle, y los discípulos allí le dijeron, “No, Pablo, ahora no es tu tiempo de morir.” Hombres como Bernabé lo conectaron con el pueblo de Dios, incluso cuando ellos tenían miedo, y en eso ¿Ve cómo incluso los más apasionados seguidores de Cristo no pueden vivir su vida solos? Sí, hay tiempos en donde los cristianos son martirizados. Esteban fue martirizado.
Pero hay tiempos en donde Dios dice, “No, quiero que dejes el lugar donde las personas tratan de matarte porque tengo 13 cartas para que las escribas, Pablo. Hay personas que nunca han escuchado del evangelio en Roma, y voy a enviarte allí. De hecho, voy a enviarte a tres viajes. Un día iras a Antioquia, y la iglesia de Antioquia te enviara a las naciones, pero antes de eso, Pablo, vas a proclamar el evangelio a los gentiles y a los reyes y judíos en Damasco. Te enviare a Arabia por tres días, y vas a predicar allí el evangelio. Luego, iras a Jerusalén, y predicaras allí. Luego ellos te enviaran a Cesarea, y predicaras allí. Luego, regresaras a tu casa y ciudad y proclamarás el evangelio allí Pablo. Luego proclamarás Mi nombre y Mi evangelio por todo el mundo. A través de las cartas que escribirás, Pablo, voy a sacudir al mundo, y voy a formar mi iglesia.”
Dios Forma y Multiplica Su Iglesia
En la perfecta y sabia providencia de Dios, la iglesia le dijo a Pablo, “Pablo, no es tiempo de que mueras. Es tu tiempo de vivir.” ¿Ve cómo Dios forma y multiplica a Su iglesia? La iglesia continúa creciendo, y estaba en paz. Dios da momentos de persecución o paz, Dios hace crecer a Su iglesia en santidad y en número.
La pasión de Pablo por Cristo en respuesta al amor de Cristo hacia él. ¿Ve la pasión de Pablo por Cristo en respuesta al amor de Cristo hacia él? Nosotros amamos porque Él nos amó primero. Pablo no era apasionado por Jesucristo solo porque era apasionado. Él era un hombre apasionado por Cristo porque Cristo le amo personalmente y profundamente.
La Pasión de Dios por Usted en Jesucristo
Vea la pasión de Dios por usted en Jesucristo. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16)
“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” (1 Juan 4:10) Eso es, que Jesús habría de satisfacer la ira de Dios para que usted no tuviera que hacerlo. ¿Puede ver su gracia y misericordia? Tal vez, en lo que lee la Palabra de Dios, Él le ha mostrado la cara de Jesucristo, y ha visto la gloria de Dios, y quiere eso. Confíe en Cristo.
Entonces, iglesia, ¿Puede Dios salvar a un profesor religioso, no cristiano y líder en nuestra propia ciudad, quien enseña mentiras y cosas erróneas y está guiando a otros por mal camino? ¿Podría El salvar a alguien así y luego levantarle como misionero y fundador de iglesias para alcanzar a los grupos de personas que no han sido alcanzados? Espero que haya visto que la respuesta a esa pregunta es, “Si.”