¿Estamos discipulando o desinfectando? Desinfectar aísla a un cristiano en una caja de seguridad espiritual llamada el edificio de la iglesia y le enseña a ser bueno. Discipular impulsa a un cristiano hacia el mundo para arriesgar su vida por el bien de los demás. En este episodio sobre Juan 17:17–26, el pastor David Platt nos recuerda que somos salvados por el bien del nombre de Cristo entre las naciones.
1. Los primeros tres componentes del hacer discípulos
2. El componente final del hacer discípulos
3. Entendiendo el objetivo del hacer discípulos
Buenos días. Si tienen sus Biblias, y espero que si, los invito a abrir conmigo a Juan, capítulo 17. Al estudiar este capítulo por última vez en esta serie sobre lo que significa hacer discípulos a todas las naciones, quiero empezar por revisar y luego hacer algo un poco diferente, antes del estudio de la palabra. Hasta el momento hemos visto, tres componentes diferentes en la tarea de hacer discípulos. En sus notas ustedes tienen los tres primeros componentes . No hay que olvidar que no necesariamente significa que están en un orden cronológico. El primero es el de Compartir la Palabra. El segundo es Mostrar la Palabra y el tercero, que vimos la semana pasada, es Enseñar la Palabra. El componente final, en el que vamos a sumergirnos, en la tarea de hacer discípulos, es Servir al mundo. Lo que quiero que hagamos, antes de leer en Juan 17, es que logremos hacer una imagen en nuestra mente acerca de cómo todos estos se conectan entre sí. Hemos estado buscando en cada una de estas facetas, en la tarea de hacer discípulos y espero que podamos darnos cuenta que esto es algo que ha sido diseñado para tomarlo y hacerlo parte de nuestra vida diaria, en nuestra vida cotidiana. Hemos estado hablando cada semana sobre las personas que Dios ha confiado a nosotros para compartir su Palabra, para mostrarle su Palabra y para enseñarles su Palabra- Es que Dios nos ha dado a la gente aquí, para hacer esto con ellos. Hacer discípulos es una tarea que debe hacerse, aquí mismo en nuestra vida cotidiana. Usted no tiene que cruzar el océano para hacer discípulos. Sin embargo, quiero que vea cómo lo que hacemos aquí en la tarea de hacer discípulos, tiene una estrecha relación con lo que hacemos del otro lado del océano.
Servir al mundo
¡Alabado sea el Señor! Aquí es donde funciona. Lo que hacemos aquí, lo que hacemos del otro lado del océano, se juntan y están impactando el mundo para la gloria de Cristo. Tal vez esta sea la misión a la que se supone debemos entregarnos. Así que, vamos a sumergirnos en ella. Quiero que veamos cómo estos tres componentes de los que hemos hablado – compartir la Palabra, mostrar la Palabra, y enseñar la palabra – se refieren a este último componente, Servir al mundo, se unen en un proceso llamado Hacer discípulos. Quiero que vean conmigo Juan, capítulo 17. Vamos a leer a partir del versículo 17 y vamos a ir hasta el final del capítulo y veremos básicamente, la conclusión de la oración de Jesús específicamente orando por sus discípulos en los versículos 17, 18 y 19. Entonces, a continuación, vamos a ver que papel juega esta oración en la vida de los que han de creer en las siguientes generaciones de discípulos, incluyéndole a usted y a mí.
Veamos el versículo 17. Jesús ora: “Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mi mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
“Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos para que todos sean uno, como tu oh padre en mi, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno, yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos como también a mi me has amado. Padre, aquellos que los que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y estos han conocido que tu me enviaste. Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aun, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.”
El mundo
“Este es el punto crucial . Jesús en sus discípulos y lo que ha hecho en sus vidas ahora se reproduce en la vida de otros. Lo que quiero que se de cuenta es que en esos versiculos que leemos una y otra vez, es un par de frases diferentes que se repiten, pero hay una palabra que quiere enfocar. Esa es la palabra mundo. Cuando observamos este capítulo en su conjunto, cerca de veinte veces Jesús utiliza las palabras mundo, incluso en esta última parte, Él las utiliza una y otra y otra vez. Mire el versículo trece y si le es posible ponga un círculo o un triángulo o algo que resalte estas palabras, porque hemos estado resaltando muchas otras palabras diferentes. Me gustaría que si les fuere posible lo resalten en una manera que la diferencie de las demás. Me gustaría que hicieran lo mismo cada vez que vea la palabra “mundo”.
Veamos el versículo 13: “Pero ahora yo voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en si mismos. ”
Veamos el versículo 14, tres momentos diferentes: “Yo les he dado tu palabra y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.”
Luego, en el versículo 15:” No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” Vayamos hasta el versículo 16:”. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo”
Al final del versículo 16, la palabra mundo en el idioma original del Nuevo Testamento, el griego, se repite allí. Así que lo tengo dos veces en el versículo 16. Al llegar al verso 18, que acabamos de leer es: “Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.”
Ahora sigan mas adelante al versículo 21. Dice: ” que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”
” Versículo 23: ” yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste”
Luego, en el versículo 25:” Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he con, y estos han conocido que tu me enviaste”
Una y otra vez vemos la palabra mundo enfatizada en esta oración. Jesús había dicho antes en la oración: “Yo ruego por ellos, no ruego por el mundo” , pero sabemos que él estaba orando por los discípulos a través de los cuales el mundo podría llegar a saber quién era El, a través de los cuales el mundo llegaría a conocer el amor del padre. Así que, obviamente, hay un énfasis en el objetivo final de la tarea de hacer discípulos: ¡es que el mundo conozca que Dios es bueno, clemente y misericordioso! Lo que quiero que descubramos en este último componente en la tarea de hacer discípulos, el objetivo final, el propósito final en la tarea de hacer discípulos, donde todo esto es solo el inicio y me gustaría que observemos en diferentes niveles.
Comprendiendo el objetivo de hacer discípulos:
Número uno, somos santificados. Somos santificados para el bien de los demás. Quiero que escuchen que las palabras de Jesús justo al final de esta oración, especialmente por sus discípulos. Obviamente, el contexto de la misión es bastante fuerte. Jesús dice: “Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.”
Esto es obviamente una imagen misionera’…, pero no te pierdas! El versículo 18 es una especie de sandwich entre dos versos que hablan de la santificación. Dice en el versículo 17, “Santifícalos en la verdad”. Entonces Él da esta increíble declaración misionera en el versículo 18 y luego en el versículo 19 dice ” por ellos yo me santifico a mí mismo para que también ellos sean santificados en la verdad”. Así que esta idea de la santificación es colocada justo en medio.
Ahora, la semana pasada hablamos de cómo la palabra es el medio por el cual somos santificados, pero dijimos que íbamos a esperar esta semana para realmente profundizar en el significado de la santificación y que es la santificación. Es en este punto tendremos que darnos cuenta que la Sagrada Escritura, básicamente nos muestra que santificar algo significa apartado para un propósito especial, para cumplir un llamado especial, algún tipo de servicio. Así que si algo es apartado para ese propósito, eso es lo que es la santificación. Si vamos al Antiguo Testamento, incluso el sistema de sacrificios, vemos en el Éxodo, capítulo 28 y 29 hablando de cómo Aarón y sus hijos necesitaban ser santificados. La palabra que es utilizada algunas veces en el Antiguo Testamento es consagrado, apartado para el servicio exclusivo a Dios como sacerdotes. Usted ve que una y otra vez que las personas son santificadas, apartadas para el servicio exclusivo de esa forma.
La santificación
Luego de vemos que se mencionan objetos que son santificados, que son apartados al servicio exclusivo y al cumplimiento de algún propósito.
Ese es el significado de la santificación que vemos una y otra y otra vez en el Antiguo Testamento, y esto es realmente grande y tenemos que abrazarlo. La santificación o santidad es a menudo descrita en las Escrituras como ser apartado para un propósito específico, apartado para hacer ciertas cosas. Sin embargo, la forma en que muchas veces vemos la santidad y la santificación, es que estamos apartados para evitar ciertas cosas. Si eres santo, eso significa que usted no hace esto y esto y esto y esto y se define la santidad y la santificación como no hacer cosas malas. En la medida que evitamos estas cosas que son consideradas como pecados mayores en nuestra cultura actual, entonces somos santos.
En este punto, debería maravillarme si somos la única organización en el mundo, en la iglesia, cuya definición de éxito esta basada en lo que no hacemos, en lugar de lo que hacemos. ¿Somos realmente un pueblo que quiere ser conocido por lo que se abstiene de hacer? No creo que esa sea la idea bíblica de la santificación aquí. La idea no es que vivimos nuestras vidas para evitar todas estas cosas. Eso no es lo que Jesús pide en su oración. Sí, dijo, no son del mundo, pero él dijo que están justamente en medio del mundo y somos santificados, no para evitar ciertas cosas. Somos santificados con el propósito de hacer ciertas cosas – para darnos en servicio exclusivo a Dios, el servicio exclusivo de su misión. Eso es lo que Jesús está diciendo aquí, cuando Jesús dice: “Yo me santifico.” No es que Jesús está haciéndose más puro o más santo. Eso no es lo que está diciendo. Él era completamente santo – el Hijo de Dios – no hay pecado en él en absoluto. Entonces, ¿cómo puede él mismo santificarse? Lo que está diciendo es El Continuamente dedicado a la misión que el Padre le había encomendado. Él se dedicó exclusivamente a esa misión. Lo que quiero que enfoquemos es que cuando pensamos en la santificación, no es evitar las cosas malas, es entregarnos nosotros mismos a algo, la pregunta es, ¿A qué nos entregamos?
Sean transformados
Cuando somos santificados, estamos dedicados, consagrados, dedicados al propósito de hacer discípulos – para que otros sean transformados. Ahora que esa es una hermosísima frase y quisiera que pensemos en ella: “Estamos dedicados”. Eso es lo que significa santificar; apartado para un propósito especial, dedicado a este fin. ¿Cuál es nuestro propósito? Lo que estamos viendo en el contexto de este capítulo completo es que nuestro propósito es hacer discípulos a todas las naciones. Eso lo vemos en todo el Evangelio. Y podemos observalo en las Escrituras de principio a fin. Se supone que debemos hacer que su gloria sea conocida porque reproduzcamos la imagen de Cristo que nos ha sido encomendada. Ese es el propósito. Esa es la voluntad de Dios para nuestras vidas como creyentes. Estamos dedicados, apartado para tal fin. Pero escucha lo que dice Jesús. Él dice en el versículo 19. Para quien se santifica a si mismo? Yo me santifico a mi mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad”.
Por eso Jesús dice: “Yo me ofrezco, me dedico a mi mismo y sirvo a la misión del Padre para que puedan ser santificados.” Él se dedica con la finalidad de hacer que estos discípulos sean santificados. El término correcto allí en el comienzo del versículo 19, para ellos, es un término de la traducción Griega que se utiliza en diferentes partes del Antiguo Testamento y habla de sacrificios, como la expiación, el día de la expiación cuando un animal es ofrecido en sacrificio por el pueblo en representación del pueblo. Eso es lo que Jesús está diciendo. Él está diciendo, ‘nos entregamos a la misión del Padre por el bien de los demás. “Aquí es donde se nos recuerda claramente la razón de hacer discípulos, la razón, esta misión debe ser lo primero en nuestras vidas y en la iglesia por el bien de los demás.
Estoy convencido de que esta es una de las razones por la que tenemos esa peligrosa tendencia a ignorar la tarea de hacer discípulos, porque en algún lugar remoto tenemos la idea de que el propósito de la iglesia es para ayudarnos a crecer en Cristo y no creo que ese sea el propósito de la iglesia. No creo que el propósito de la iglesia sea ayudarnos a crecer en Cristo. Si el propósito de la iglesia es equiparnos para ayudar a otros a crecer en Cristo, entonces lo que hacemos aquí es por el bien de nosotros mismos en esta sala. No vivimos para nosotros mismos. Estamos viviendo en beneficio de un mundo perdido que esta muriendo, allá fuera de estas paredes. Vivimos por ellos. Debemos asirnos de este fundamento, del hecho de que esta imagen cristiana no se trata de ti y de mi, Se trata de personas cuyos destinos eternos están basados en lo que hacemos con el Evangelio que nos ha sido confiado. Nosotros nos dedicamos al propósito de hacer discípulos para que otros puedan ser transformados.
Quiero que en la medida de lo posible vea esto desde otro punto de vista. No sólo nos dedicamos a este propósito para que otros puedan ser transformados – aquí es donde se pone realmente bueno _ y este es el quid de hacer discípulos – que tenemos que asirnos de este fundamento:
En segundo lugar, que dependemos de este proceso llamado de hacer discípulos para nuestra propia transformación. Al llegar al versículo 19, captamos la idea, la imagen de que Jesús se santifica a sí mismo como los discípulos están siendo santificados. El ‘discipulador y el discípulo que se santifican al mismo tiempo. Esta es la imagen en este proceso de hacer discípulos. Jesús es santificado. Él se santifica a si mismo y los discípulos son santificados en la verdad. Ambas cosas a la vez. Ahora empezamos a darnos cuenta que todo este proceso de hacer discípulos – vivir para bendecir a los demás, compartir la palabra, mostrar la palabra, enseñar la palabra a los demás – en realidad es parte del proceso de nuestra santificación , cada vez más santo y cada vez más apartado para el servicio de Dios. ¿Podría ser que el hacer discípulos es el proceso que Dios quiere usar en cada una de nuestras vidas para producir la santidad en nuestra vida cristiana?
La vida insipiente
Cada vez estoy más convencido, especialmente en el estudio que hemos estado realizando en estas últimas semanas, que estamos destinados a vivir una vida insipiente, un cristianismo complaciente en la medida que vivimos nuestras vidas al margen de este mandato de hacer discípulos, esa es la razón por la cual no avanzamos. Estoy convencido de que cada uno de nosotros vamos a crecer en nuestra vida cristiana cuando nos levantemos y comencemos a asumir la responsabilidad de compartir la Palabra, mostrar la Palabra y enseñar la Palabra a los demás. Creo que la evidencia es cuando miramos los asientos de las iglesias. Debido a que pasamos por alto esta misión, esta responsabilidad, no tenemos que conocer el Evangelio, no tenemos para mostrar el Evangelio, que no tenemos que enseñar el Evangelio, pero cuando nos entregamos a esta misión, hay un cambio radical en nuestro caminar con Cristo.
Yo he tenido comunicación con muchos de ustedes a través de emails en la medida que los he estado recibiendo, y uno de esos emails era de una persona de la familia de la fe que ha estado compartiendo el evangelio con un amigo, en estas últimas dos semanas. El email hablaba acerca de cómo veía su propia fe crecer rápidamente, como la gente alrededor de él estaban haciendo comentarios acerca de su caminar con Cristo, porque él estaba asumiendo la responsabilidad de compartir a Cristo con su amigo. Él se dio cuenta, “hey, yo debo sumergirme en la palabra. He llegado a este conocimiento y debo hacerlo”. El se eleva a nuevas alturas en su caminar con Cristo, ¿por qué? Debido a que ahora está viviendo para bendecir a los demás. Dependemos del proceso de hacer discípulos. Es por eso que lo peor que podríamos decir cuando salga de aquí después de esta serie, es decir: “Bueno, una vez que llegue a cierto punto en mi vida cristiana, entonces estaré listo para hacer lo que David nos está diciendo que debemos hacer con la palabra. “Si decimos eso, perdemos todo el proceso de hacer discípulos. Si esperamos hasta que lleguemos a ese punto donde estamos listos para hacer discípulos, nunca vamos a llegar. Vamos a estar estancados por el resto de nuestra vida cristiana, y es posible – escucha- es posible que podamos tener éxito evitando cosas para alcanzar una vida cristiana santa y nunca nos entreguemos a esta misión. Sin embargo, cuando nos levantamos y empezamos a hacer esto, no cuando esperamos hasta que hayamos llegado a ese punto en el que dice “Quiero llegar a ese punto”,- Podría ser que Dios quiera usar el proceso de hacer discípulos para llevarte a ese punto que has imaginado.
Compartir y mostrar la Palabra en la escuela
No hace mucho tiempo que leí un artículo de una revista juvenil prominente y hablaba acerca de cómo no debíamos decirles a los estudiantes que hagan discípulos porque los estudiantes no estaban listos para hacer discípulos. No están en ese punto de madurez espiritual que les permita hacerlo. Lo que quiero que ustedes sepan es que tenemos un grupo de estudiantes que invalidan por completo este artículo con la forma en que están viviendo sus vidas en este momento. Me gustaría que escucharan algunas de las historias que salen de la vida de estos chicos!. ¡Aquí está la belleza de ello! Lo que el escritor de este artículo, y cualquiera que piense en esa forma, ignoran, es el hecho de que cuando los estudiantes comienzan a levantarse y tomar la responsabilidad de compartir y mostrar la Palabra en sus escuelas, – ahí es cuando se muestra la persona de Cristo- cuando enseñan la Palabra a sus amigos como lo están haciendo, en sus equipos deportivos y con sus compañeros de clase. Cuando empiezas a hacer eso, el cristianismo va a nuevas alturas que nunca podría alcanzar si no fuera por esta misión. Ahora bien, si les está sucediendo a ellos, que sucede con nosotros? Nosotros necesitamos entrar en ese proceso de hacer discípulos, porque nuestra transformación depende dicho proceso. La belleza de esto es, que cuando entregamos nuestras vidas, nosotros encontramos la vida. Ahora eso suena como el nuevo testamento, no es así? Tiene sentido.
Filemón 1:6 oro ” para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que esta en vosotros por Cristo Jesús”
“Usted no tendrá que una plena comprensión del evangelio hasta que empiece a compartir el Evangelio, Filemón 1:6 dice. Mostrar la Palabra. Asumir la responsabilidad de mostrar el carácter de Cristo. Enseñando la Palabra. Hablamos de eso la semana pasada, que cuando enseñamos la Palabra, es cuando más la aprendemos. Esto va de la mano. Somos santificados por causa de otros.
“Y por ellos, yo me santifico a mi mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad” . ! Dios nos ayude a vivir nuestras vidas cristianas por el bien de quienes nos rodean! Nosotros somos santificados en la medida que compartimos con los demás.
Por el amor del mundo
En segundo lugar, nosotros somos siervos para el bien del mundo, por el amor del mundo. Quiero que vea el despliegue de este tema que observamos a través de todo este capítulo acerca de cómo Jesús había sido enviado por el Padre. Obviamente, es la idea central del versículo 18. “Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.” Luego mira un poquito adelante en el versículo 21. Jesús reitera, repite otra vez, “para que todos sean uno; como tu oh Padre, en mí y yo en ti. Que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”. Ahora continúe con el versículo 23, y lo dice de nuevo. “Para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste.” Y en el versículo 25 dice: “Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y estos han conocido que tu me enviaste.”
Esta es la imagen que vemos en todo el evangelio de Juan, que Jesús había sido enviado con una misión. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito.” Él nos envió a su único Hijo. El siguiente versículo, el versículo 17 – “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino que el mundo sea salvo por él” Esa es la razón por la cual Jesús fue enviado. Jesús fue comisionado para ser el Salvador del mundo. Él lo resume en Marcos 10:45 – “Porque el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. Jesús fue enviado_ Esta fue toda su encomienda _ fue enviado por el Padre para servir. Los discípulos habían lo experimentado un par de capítulos antes cuando Jesús se arrodilló y lavó sus pies.
Aquí, el Salvador del mundo, su rabí, su maestro, estaba a punto de morir en la Cruz. Dios mismo en carne, se arrodilla y empieza a limpiar sus pies sucios. Habían visto una y otra vez la manera en que servía a la multitud, la manera en que Él dio su vida, la manera en que asumió las cosas que ellos pensaban que eran importantes en este mundo y la manera en que aceptó la pobreza, Él se dedico a las cosas espirituales de una forma que ellos no habían visto antes. Ese era su propósito. Fue enviado a ser un siervo. Pero aquí es donde realmente se pone bueno! Al llegar al versículo 18 Jesús dice: “Como tú me enviaste al mundo, así yo les envió al mundo.” Lo que Jesús está diciendo acerca de la misión para la cual fue enviado por el Padre, se refiere a ti y a mí. Quiero que ver cómo se desarrolla.
Jesús nos identifica aquí con su misión
En primer lugar, Jesús nos identifica aquí con su misión. Jesús nos está identificando con su misión. “Como tú me enviaste al mundo, así yo les envió al mundo.” Una y otra vez en este capítulo, Jesús identifica a los discípulos con él. Observa un poquito hacia atrás en el versículo 14. Él dice: “Yo les he dado tu palabra y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Somos iguales. Mira el verso 16 y dice:” no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. “Estamos en la misma latitud. Veamos el versículo 21 hasta el 23 y se trata de un cuadro comparativo de la semejanza que tenemos con Cristo – Él en nosotros y nosotros en él. Todo lo que Cristo recibió o y la forma en que fue tratado en este mundo, podemos esperar lo mismo, estamos identificados con su misión.
Un poco mas claro al llegar al versículo 18 “Como tú me enviaste al mundo, así yo les envió al mundo.” Esa palabra es la palabra apostolos de donde procede la palabra apóstol. Significa literalmente enviado. Ahora en el Nuevo Testamento vemos que refiere la palabra apóstoles de manera diferente. Obviamente, cuando vemos el termino apóstol, se refiere a aquellos que fueron testigos oculares de Jesús, los doce apóstoles. Estas son personas que son testigos de Cristo. Sin embargo, también se utiliza en el Nuevo Testamento para referirse a otros creyentes que han sido enviados. Nosotros hemos sido enviados como representantes para identificarnos con la misión de Cristo y esta es la verdad de estos hombres en el proceso completo del discipulado.
Quiero que se mantengan en su lugar y vayan conmigo de nuevo a Marcos, capítulo 3. Quiero darles la oportunidad de resaltar con un círculo diferentes lugares donde Jesús utiliza este mismo término para identificarse con los discípulos. Este es el capítulo Marcos, 3 cuando Jesús inicia su relación con los estos hombres. Es cuando el los llama. Quiero escuchar lo que Él les dice en el versículo 14. Vamos a empezar en el versículo 13 sólo para asegurarnos de que estamos en el contexto. Miremos a Marcos, capítulo 3, versículo 13. “Después subió al monte y llamo así a los que el quiso; y vinieron a El” Este es el inicio. “Y estableció a doce para que estuviesen con el, _ ¿Para qué? _ y para enviarlos a predicar. Y que tuvieran autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios” Estos son los doce, los llamados a los que el les da su nombre. Ellos fueron llamados con el propósito de ser enviados.
Ahora vamos a un libro a la derecha. Vamos a Lucas, capítulo 9. Y quiero que vean lo que Jesús hace. Él está caminando con ellos. Él les muestra cómo cumplir esta misión en su estilo de vida. Veamos Lucas, capítulo 9, versículos uno y dos. Escuche lo que Jesús hace. Él los reúne y dice: “Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y les envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos”
Aquí les está enviando y justamente le dice lo que Él había de hacer. Ahora volvamos a Juan capítulo 17. . Vamos a Juan capítulo 20. Quiero que vean el versículo 21. Esto es después de la muerte de Jesús en la cruz. Jesús se levantó de la tumba y les está hablando a sus discípulos y que les dijo? Lo dice en Juan capítulo 20 verso 21. Les mostró las manos y el costado y dice en el versículo 21, Jesús dijo: “Paz a vosotros. Como eme envió el padre, así también yo os envío”.
El propósito y Juan 3:16
Así que el panorama es que estos discípulos fueron identificados exactamente con la misma misión con la que Jesús se identificó. Eso es algo increíble! Juan 3:16 realmente cobra vida en este momento. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que envió a su Hijo unigénito.” Podría ser que de tal manera amó Dios al mundo, que nos envía a ti ya mí? Estamos identificados con la misión de Cristo? Tenemos su mismo propósito. Este es un propósito mucho mayor que vivir para el siguiente dólar o vivir para la casa más grande o el auto más lujoso. Se trata de un objetivo mucho mayor. Esta es la misión: que Cristo se entregó a si mismo y nosotros estamos identificados con El.
No sólo nos identifica con esta misión, se pone aún mejor. En segundo lugar, Él nos da poder para su misión. Usted lo vio en todos estos versículos. Lucas, capítulo 9, cuando Él los envía, les dice: “Les doy poder y autoridad sobre todos los demonios”, y ellos lo hacen en Lucas capitulo 10. Cuando estudien este pasaje en los pequeños grupos podrán verlo, en Lucas capítulo 10 ellos salen a la calle, y ven los demonios salir fuera de las personas, las personas son sanadas, y cuando regresan dicen: “Jesús, tu tienes razón, es verdad, esto es maravilloso!, tu nos has dado poder . No era que Jesús ya no lo haría, era que ellos estaban experimentando una muestra de lo que sucedería cuando Jesús ascendiera a los cielos y el Espíritu Santo descendiera sobre ellos, y les daría poder para esta misión. Él les dijo: “Tienen mi autoridad, mi patrocinio completo.” La semana que viene veremos esto en la gran comisión en una forma mas profunda. “Todo lo mío es de ustedes, para que lleven a cabo esta misión”! Esto no fue solo el mejor entrenamiento. El les dio poder!
Jesús nos une en esta misión
En tercer lugar, Jesús nos une en esta misión. La petición que domina la última parte de esta oración, “para que sean uno así como nosotros somos uno” – es en este punto en el que fácilmente podría salir un sermón sobre cómo la iglesia necesita estar unificada y esto es lo que necesitamos, estar unidos. Pero lo que debemos darnos cuenta en Juan capítulo 17, es que Jesús no está orando por una unidad artificial, fabricada, que nosotros podemos crear. Lo que está diciendo es que cuando mi pueblo se entregue a la misión, yo me identifico con ellos, entonces ellos estarán unidos. . Esto es bueno! ¿Podría ser que pensáramos que en una iglesia como esta podríamos hacer todas cosas para promover la unidad, y tratar de fabricar la unidad? Podría ser que cuando todos en la familia de la fe rendimos nuestras vidas a esta misión de hacer discípulos, no tendríamos tiempo para pelear entre nosotros? Porque estamos luchando por las necesidades de un mundo perdido y que esta muriendo, con el evangelio de Jesucristo?
¿Podría ser que la unidad de la iglesia esta comprometida sólo cuando la misión de la iglesia está comprometida? Y si nos entregamos a la misión, el subproducto es la unidad? Él nos une en su misión. Esto es lo que hacemos – Él en cada uno de nosotros cumple su propósito. Ahora, eso es lo que hace Jesús con sus discípulos, los identifica con su misión, les da poder y los une.
Quiero que pensemos en la forma en que se ve, la manera de llevar a cabo este mandato de hacer discípulos. Esta idea de la que hemos estado hablando – dedicados al propósito de hacer discípulos, de lo cual depende nuestra propia transformación – ¿podría ser que Dios nos quiere con las personas que Dios nos ha confiado para servir al mundo con ellos? ¿Podría ser que lo que estamos viendo en las Escrituras, no es justamente que se supone debemos servir al mundo. Es que se supone que debemos equipar a otros para servir al mundo con nosotros? Porque, si esto se detiene con nosotros, lo que hemos hecho es sumar en lugar de multiplicarnos en el lugar donde hemos sido esparcidos. Nos identificamos con la gente – las personas que Dios ha puesto en nuestras vidas. ¿Cómo podemos servir con ellos? En lugar de simplemente enseñar la palabra en un salón de clases, aprovechamos las oportunidades para servir con ellos y darles poder para servir. Les capacitamos para servir, les ayudamos a servir. En el proceso, nos encontramos en una comunidad que nada en este mundo la puede tocar.
Compartiendo el evangelismo y el Barrio Francés de Nueva Orleans
Sé que en mi propia vida, la imagen que venia a mi mente mientras estaba leyendo esto y preparando este estudio, era – y se que me han oído hablar del ministerio en el Barrio Francés – Quiero que imaginen esto. Yendo al Barrio Francés de Nueva Orleans y compartiendo el evangelio y tratando de ser parte de la tarea de hacer discípulos, yo recuerdo que cuando esto comenzó a nacer en mí e invite a dos jóvenes a ir junto conmigo. Cuando me alejo del Barrio Francés, estos jóvenes habían hecho esto parte si y estaban muy entusiasmados. “Hombre, necesitamos venir aquí todos los días, quiero hacerlo”.” Yo no puedo hacerlo todos los días”. Ellos respondieron: “Bueno, nosotros lo haremos todos los días.” Y así comenzaron a involucrarse, a ver la necesidad, así que comencé a ir con ellos al Barrio Francés y a aprender , luego de pasado un poco de tiempo, me voy dando cuenta que tengo que continuar adelante con la finalidad de mantener a estos jóvenes yendo a ese lugar.
Ahora este proceso actualmente esta afectando mi propia transformación hasta el punto que estos jóvenes van a superarme. Estoy haciendo lo mejor que puedo, pero me van a superar y la belleza de todo esto es que empiezan a asumir el liderazgo en ese ministerio. Ellos comienzan a invertir sus vidas en estos muchachos y ahora yo estoy enseñando un seminario sobre hacer discípulos a muchas millas de distancia y uno de los jóvenes de los que me acompañaban al barrio francés, ahora esta viniendo, con algunos de los jóvenes sin hogar en los que está invirtiendo su vida, a este seminario sobre como hacer discípulos, para aprender a hacer discípulos. Ahora este panorama está empezando a multiplicarse, y uno de esos jóvenes que iban conmigo – y escuchen esto: metí la pata un montón de veces a lo largo del camino Esto es lo hermoso de este proceso de hacer discípulos. Este joven esta organizando una casa completa para hombres y mujeres que no tienen un hogar y que van a Nueva Orleans a recibir la ayuda que necesitan para superar sus adicciones y todas sus luchas y a recibir la enseñanza del Evangelio.
Esto funciona! Dios ha preparado todo esto para que nosotros dependamos de otros para nuestra propia transformación y que veamos su gloria revelada en formas que nunca pudimos haber visto. Esa es lo hermoso de cómo funciona esto. Motivamos a los demás en la misión. Ahora, en ese momento nos estamos dando cuenta – esto no puede llevarse a cabo en las paredes de un edificio en un lugar un par de horas a la semana. Ese no es la imagen completa de hacer discípulos. Lo estamos viendo, si?
Es en este punto que quiero que tomemos una pequeña pausa y quiero poner ante nosotros una cuestión que creo necesitamos pedir en la iglesia. Bueno, la pregunta es si estamos discipulado o estamos desinfectando? Seguramente te estas preguntando, que significa esto? bueno estoy contento que lo hagas. Desinfección – lo que quiero decir con esto es que la desinfección aísla a los cristianos en una caja de seguridad espiritual llamado el edificio de la iglesia y le enseña a ser buenos. Cuando hacemos que el éxito dependa de cuán grande es un edificio que podamos tener, para alojar a tantas personas como podamos entrar.
Vamos a ser santos, apartados
La semana pasada leí un artículo de un líder eclesiástico muy conocido, y este hablaba acerca de cómo un pastor necesitaba soñar en grande. Imágenes de miles de personas que entran a ese lugar y los planes para lograrlo. Así que ponemos todos nuestros recursos y energías en esa clase de imagen. Nosotros traemos nuestras metas y esto nos ayuda a ser buenos. Vamos a evitar las cosas que el mundo evita o necesitan ser abolidas. Vamos a ser santos, apartados, correcto?. Si ese es el caso, si de eso se trata la iglesia, entonces necesitamos darnos cuenta de lo que estamos reproduciendo. Los resultados están sumamente claros:
Numero uno. Una iglesia con miembros decentes con un pequeño impacto en el mundo. Algunos de ustedes estarán pensando que eso es un poquito fuerte, pero créanme que la prueba de este punto esta en que la mayoría de nuestros cristianos en nuestras culturas, hoy en día no tienen un impacto mayor que el que tuvieron antes del día en que fueron salvos. Ellos están aislados en un edificio en cuarentena donde el mundo es tan grande como nuestros ojos alcanzan a ver y todas nuestras energías están enfocadas en lo que esta sucediendo allí y como resultados, estamos aislados de los que están perdidos espiritualmente alrededor nuestro y no tenemos ni siquiera un pequeño impacto en nuestras comunidades y el mundo con el evangelio.
Segundo, algo mas profundo. No solo resulta en una comunidad decente con pobre impacto en el mundo, pero segundo, desobediencia al mandato de Dios para alcanzar el mundo entero con su evangelio. Nos sentamos dentro de nuestras paredes y hablamos de la gran comisión, pero la ignoramos completamente con la forma en que vivimos, como resultado somos desobedientes a su mandato de impactar el mundo con su evangelio.
Nosotros somos gente decente, con familias decentes, hogares decentes, trabajos decentes, comunidades decentes, pero en ningún lugar dice la escritura que esto es lo que se supone debe producirse. Lo que se supone que debemos producir es discípulos de Jesucristo, que son radicalmente, de todo corazón, apartados para el propósito de Dios de hacer discípulos a todas las naciones. Tal vez el resultado más trágico no es el ciudadano decente, pero si un el impacto en el mundo muy limitado y la desobediencia al mandato de Dios. Creo que el resultado más trágico sólo puede ser una vida desperdiciada. Una imagen donde el cristianismo se auto absorbe, donde nuestra atención se centra en el pastor, en grandes sueños, en traer a miles de personas a un edificio, mientras que hay millones de personas que ni siquiera han oído su nombre. Creo que esto nos hace perder el alcance.
Está muy lejos del proceso de discipulado de Jesús
Creo que está muy lejos del proceso de discipulado de Jesús. ¿Qué es el discipulado, entonces? Bueno, en lugar de aislar a un cristiano en una caja de seguridad espiritual llamado el edificio dela iglesia, enseñándole a ser bueno, podría ser que impulsara el discipulado cristiano en el mundo y arriesgar su propia vida por el bien de los demás? Ahora eso es la santidad. Esa es una imagen, apartado para un propósito y esa es una manera radicalmente diferente de ver la iglesia, porque ahora la iglesia no se basa en la cantidad de miles de personas entrando en un edificio. La iglesia se basa en cuántos miles van a salir al mundo con sus discípulos a impactar a las naciones para la gloria de Cristo.
Es decir que el éxito comienza a adquirir una forma totalmente nueva. Los resultados son: numero uno: los discípulos de Cristo con un impacto en todo el mundo, donde nos damos cuenta que esto no va a suceder en un solo lugar, un tiempo durante la semana, con un maestro que nos dice como hacerlo. Esto va a ocurrir en varios lugares durante toda la semana con la semilla del Evangelio, sembradores que van al mundo, en esta comunidad para compartir la palabra, mostrar la palabra, enseñar la Palabra y a servir al mundo juntos en unidad. En segundo lugar, en obediencia al mandamiento de Dios para llegar a todo el mundo cuando nos entregamos a este plan, cuando nos entregamos a esta encomienda, Él va a bendecir esto para su gloria en todas las naciones. Él ha prometido, sobre la base de su carácter, bendecir este plan para su gloria.
Dios es honrado en ese tipo de devoción
¿Qué sucede cuando vivimos nuestras vidas y esta palabra no se hace real, caemos sobre nuestros rostros? Yo debo creer que Dios es honrado en ese tipo de devoción. Él ha prometido bendecir a eso. La obediencia al mandamiento de Dios de llegar a todo el mundo trae como resultado, en lugar de una vida desperdiciada, una vida abundante.
¿Qué sucede cuando la iglesia local es una comunidad de creyentes unidos con los discípulos de Cristo en todo el mundo, aunando esfuerzos, como ustedes han visto en la imagen en Indonesia, donde estos seminarios y la convención de que hablaba ahora utilizando el plan de estudios que estamos utilizando, que estamos enseñando semana tras semana, que estamos caminando a través de nuestros grupos pequeños, ellos están ahora fusionadas en sus 600 iglesias que se extienden por toda Indonesia y ahora estamos trabajando junto a otras iglesias alrededor del mundo para impactar a las naciones para la gloria de Cristo? Todo se junta aquí. ¿Puede haber algo menor que se llama una iglesia del Nuevo Testamento? De eso es lo que se trata. ¿Estamos discipulado o estamos desinfectando?
La ultima faceta que quiero que veamos: Somos santificados por causa de los demás y somos siervos por amor del mundo. En tercer lugar, somos salvos por amor de Cristo. Al llegar a la conclusión de esta oración, el punto crucial de esto, esta imagen, Jesús comienza a hablar de cómo Él desea que sus discípulos estén con Él, para ver su gloria y conocer su gloria. El versículo 22 dice una increíble declaración. “la gloria que me diste, yo les he dado.”
Ahora, ¿qué quiere decir que somos salvos por el amor de Cristo? Quiero que piensen en ello. En primer lugar, disfrutamos de su gloria. Él nos ha dado su gloria. ¿Cuál es su gloria? Es su carácter. Se trata de su persona, su poder, su amor. Él habla más adelante en este capítulo acerca de cómo el amor que el Padre tiene por el Hijo es el mismo amor que está en nosotros. ¿No es una imagen increíble? El amor que se experimenta en la trinidad en la relación entre el Padre y el Hijo es el mismo amor que tú y yo conocemos, experimentamos, y esta dentro de nosotros y de esa forma disfrutamos de su gloria.
Segundo, mostrar su gloria. El propósito de la unidad del Padre y del Hijo en nosotros es para que el mundo sepa que él es bueno, versículo 20. El propósito es la evangelización de todo el mundo de manera que el mundo pueda conocer el Evangelio, la verdad. Magnificamos a Cristo, Nosotros mostramos la gloria de Cristo, haciendo discípulos. Por lo tanto, disfrutamos de su gloria, mostramos su gloria. Y luego- el tercero- veremos su gloria. Él lo dice. “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado, porque me has amado desde antes de la fundación del mundo”
Estemos inclinados alrededor del trono de Jesucristo con las multitudes
Déjenme darles un pequeño cuadro donde la santificación va delante. La santificación, no va caminado sólo un momento en el que se esté libre de pecado y libre de todas las cosas malas lo cual seria algo muy bueno- La santificación va dirigida a ese día en que habrá una multitud que nadie puede contar, de cada tribu, de cada nación, de cada pueblo, y de toda lengua, todos, de pie delante del trono con túnicas blancas y con palmas en las manos y gritando a gran voz , “La salvación pertenece a nuestro Dios, al que está sentado en el trono y al Cordero” El objetivo de la santificación no es nuestra perfección y santidad. El objetivo es que ahora estemos inclinados alrededor del trono de Jesucristo con las multitudes que nadie puede contar de Indonesia y Timor Oriental y a la derecha a través del camino que están adorando a Cristo por la salvación que Él nos ha dado. Vamos a ver su gloria. Vamos a disfrutar de ella por siempre. Vamos a mostrarla en nuestros rostros por toda la eternidad.
El fin de hacer discípulos es que toda la tierra sea esparcida con el conocimiento de la gloria del Señor, como las aguas cubren el mar. Impactar el mundo es el objetivo de todo este panorama y en la Iglesia en Brook Hills, que no se conforman con cualquier meta menos que eso.
¿Y ahora qué? Todo se reduce a dos pensamientos que van de la mano. En primer lugar, mi motivación y mi reto para ustedes es que Jesús les de el poder para servir a los demás. Deje que Él les de el poder para servir a los demás, para ser santificados por el amor de los demás. Pero entonces, no te detengas allí. Deja que tu vida de poder a otros para servir al mundo. Juntos, somos parte de eso que se llama hacer discípulos.
Juan 17 es bueno, un texto increíble, una imagen increíble. Así que aquí esta lo que quiero que hagamos mientras llegamos a la conclusión de nuestro estudio en este capítulo. Quiero que tengamos un momento de comunión porque la comunión es una imagen de Jesús sirviéndonos. Se está reflexionando sobre la Cruz de Cristo y como Él murió en la cruz por cada uno de nosotros, cómo se levantó de la tumba por nosotros, para que podamos tener vida. Así que a medida que avanzamos en este momento de comunión, quiero invitarles a permitirle a Jesús servirte y que imagines a Jesús servir en tu nombre y en el mío. Luego, considera como ese servicio no se va a detener contigo, pero la propagación a través de ti en tu vida en la medida que te rindes voluntariamente a esta misión de – Hacer discípulos a todas las naciones.
Hacer discípulos a todas las naciones
Sé que hay gente aquí esta mañana y nosotros estamos hablando de hacer discípulos y tu no sabes lo que esta aconteciendo en el mundo. Usted está pensando, “¿Qué está sucediendo? Yo soy nuevo en este asunto”. Usted acaba de llegar a la iglesia, tal vez por primera vez. Pero, quiero que usted sepa – la belleza de lo que estamos celebrando en comunión es el hecho de que Jesucristo, el Hijo de Dios murió en la cruz, para que puedan ser perdonados tus pecados, para que puedas tener vida eterna y conocer su gloria.
Si usted nunca ha llegado a un punto en su vida en la que ha confiado en Jesús, o que ha depositado su fe en Él, que le perdone sus pecados, entonces quiero invitarle a entrar en esa comunión hoy y decir por primera vez en su vida – “Yo quiero confiar en Jesús. Voy a pedirle que me perdone mis pecados. Quiero ver su gloria”. Este momento de comunión podría ser la primera vez en su vida, donde usted celebre una relación con Cristo.
Si usted no está en ese punto, no está listo para comenzar una relación con Cristo y no ha hecho que ese compromiso de fe, quiero invitarle en este momento de comunión, simplemente a observar cuando el pan y la copa pasen cerca de usted, y que solo pase a la persona que esta a su lado. Las Escritura registran, que es específicamente para los creyentes que han confiado en la fe en Cristo. Pero, quiero invitarlos a ver este cuadro de la familia de fe, que está celebrando el cambio de vida que Cristo nos ha traído.