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¿Cuál es el rol de las iglesias locales en el envío de misioneros?

Creo que el agente, la autoridad y el objetivo de las misiones globales es la iglesia local. Es a la iglesia a quien corresponde el trabajo de establecer, edificar y apoyar iglesias locales que muestren el buen reinado del rey Jesús mediante la formación de discípulos y la adoración. Esta creencia moldea la manera en la que participamos en las misiones, y también moldea cómo las iglesias locales están involucradas en el apoyo y la colaboración con aquellos a quienes envían como misioneros.

El precedente bíblico en el envío de misioneros

Desde el comienzo del trabajo misionero en el Nuevo Testamento, vemos que la iglesia local juega un papel central. La primera ocasión en la que alguien es identificado y comisionado para la tarea de hacer discípulos en lugares lejanos aparece en Hechos 13. Acá los detalles son importantes. Lucas registra que la iglesia en Antioquía se reunió para adorar y ayunar (Hechos 13:2). La iglesia reunida percibe al Espíritu Santo apartando a Bernabé y a Saulo para una tarea específica. La iglesia continúa su ayuno, ora y finalmente impone las manos sobre los dos hombres, enviándolos a este trabajo. Se nos dice que la iglesia en Antioquía envía a Bernabé y a Saulo (Hechos 13:3) y que el Espíritu Santo los envía (Hechos 13:4).

Mientras trabajan en la labor para la que habían sido enviados, Bernabé y Saulo establecen iglesias y designan ancianos en todos los lugares a los que van. Cuando completaron su trabajo, Hechos 14:26–27 registra: “y de allí se embarcaron para Antioquía, donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido. Cuando llegaron y reunieron a la iglesia, informaron de todas las cosas que Dios había hecho con ellos, y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.” Bernabé y Saulo entendían que eran responsables ante la iglesia que los envió, y su informe así lo confirma. Aunque esto pueda ser descriptivo y no prescriptivo, establece un precedente y un patrón bíblico sin ejemplos alternativos.

El diseño de Dios para el propósito de la iglesia

Las iglesias locales son fundamentales en el envío misionero debido al precedente bíblico y al énfasis eclesiológico de la primera carta de Pablo a Timoteo. Cuando consideramos 1 Timoteo 3, a menudo se presta mucha atención a las cualificaciones dadas para los ancianos y diáconos. A veces, esto nos lleva a pasar por alto que Pablo presenta un razonamiento para las expectativas que está estableciendo. El capítulo termina con Pablo escribiendo: “te escribo para que sepas cómo debe conducirse uno en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y sostén de la verdad.” (1 Timoteo 3:15).

Enviar misioneros debería significar enviar a aquellos que estarán involucrados en plantar y fortalecer iglesias locales.

Si la iglesia debe mostrar y mantener la verdad, y servir como la casa de Dios, está claramente en el centro de los propósitos de Dios. Para reforzar esto, recordemos que es la iglesia la que prevalecerá en última instancia, incluso contra las puertas del infierno (Mateo 16:18). Si las misiones son la tarea de obedecer el mandato de Cristo en lugares donde la verdad bíblica debe ser afirmada, mostrada y enfrentada contra el reino de las tinieblas, entonces la iglesia parece ser la mejor inversión. Enviar misioneros debería significar enviar a aquellos que estarán involucrados en plantar y fortalecer iglesias locales.

Cómo la iglesia puede apoyar a los misioneros

Finalmente, si estas convicciones describen y definen nuestra tarea misionera, entonces las iglesias locales deben estar involucradas en apoyar a sus misioneros con financiamiento, afirmación, rendición de cuentas y colaboración. En lugar de delegar estas cosas a una agencia misionera, las iglesias locales deben asumir la responsabilidad de animar a sus miembros a considerar el trabajo misionero y luego ayudarles a dirigir y definir ese trabajo con ellos.

Las iglesias locales pueden conocer y observar a sus candidatos mejor de lo que una agencia podría hacerlo.

Cuando alguien expresa aspiraciones hacia el campo misionero, debería ser la iglesia local la que evalúe sus cualidades de carácter y aptitud para ayudarle a discernir su llamado. Al comisionar a alguien al campo, la iglesia local debería influir en las prioridades y expectativas por las cuales serán responsables. Al respaldar su labor y evaluar su integridad, la iglesia local debería estar lista para enviar a otros miembros para animar, ayudar a definir la estrategia y teología, y dirigir a otros para colaborar en la misión.

La mejor manera de realizar estas tareas es a través de las iglesias locales, ya que pueden conocer y observar a sus candidatos mejor de lo que una agencia podría hacerlo. De igual manera, si la iglesia es quien se encarga de mantener a sus enviados sujetos a responsabilidad por la labor a la que son enviados, la iglesia local debería buscar maneras de participar y estar al tanto del trabajo que se realiza en el campo misionero. Por último, si la iglesia está comisionando misioneros, la iglesia debería ser la primera en apoyar, animar y suplir las necesidades de aquellos a quienes ha enviado. Estas responsabilidades recaen en las manos de las iglesias locales por precedente bíblico, convicción eclesiológica y sabiduría práctica.

Matthew Bennett

Matthew Bennett es profesor asistente de misiones y teología en la Universidad de Cedarville.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TO UNREACHED PEOPLE AND PLACES.

That means that the people with the most urgent spiritual and physical needs on the planet are receiving the least amount of support. Together we can change that!