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¿Qué es el Gran Desequilibrio?

Jesús nos ha dado un mandamiento claro de hacer discípulos en todas las naciones, refiriéndose a todos los grupos de pueblos o etnias del mundo. Sin embargo, 2000 años después, más de 3 000 000 000 (tres mil millones) de personas, en más de 7000 grupos de pueblos o grupos étnicos no han sido alcanzados con el evangelio.

¿Qué significa la expresión «no alcanzado»?  «No alcanzado» no solo significa que las personas están perdidas. Cualquier persona que no tiene fe en Jesús y en su obra está perdida, sin importar en dónde está en el mundo. Las personas están tan perdidas tanto en Estados Unidos como lo están en Afganistán.

Sin embargo, hay muchas iglesias y millones de seguidores de Jesús en Estados Unidos, pero muy pocas iglesias y muy pocos seguidores de Jesús en Afganistán, esto significa que las personas no tienen acceso al evangelio como en Estados Unidos. Esto es lo que significa  «no alcanzado». No es que las personas han oído (o pueden oír) el evangelio y escogen no creerlo. Es que no lo han oído, y no pueden oírlo, porque ninguno a su alrededor lo conoce.

Desequilibrio en el envío y en el gasto

A pesar del mandamiento de Jesús y el estado del mundo, los seguidores de Jesús y las iglesias invierten la mayoría de los recursos en sí mismos, y solo un pequeño porcentaje en lo que con frecuencia se llama «misiones» en el extranjero. Pero, ¿sabías que incluso de los recursos que se invierten en las «misiones», aproximadamente el 99%  se invierte en lugares ya alcanzados con el evangelio? Se invierte en lugares como Latinoamérica o África subsahariana y partes de Europa y Asia que ya han sido alcanzados con el evangelio. Lo que esto significa es que las iglesias están invirtiendo aproximadamente el 1% de sus recursos de «misiones» para llevar el evangelio a 3 000 000 000 (tres mil millones de personas) en 7000 grupos que no lo han oído.

Aproximadamente el 99% de los recursos destinados a las misiones se invierte en lugares ya alcanzados con el evangelio.

Además de gastar la mayoría de los recursos en nosotros mismos, e incluso invertir nuestros recursos de misiones en lugares ya alcanzados, también enviamos a la mayoría de los misioneros de nuestras iglesias a lugares donde el evangelio ya ha llegado. Solo alrededor del 3% de los cientos de miles de misioneros, que han ido a otras naciones a predicar el evangelio, sirve entre los pueblos no alcanzados.

Quiero ser cuidadoso y claro aquí. Quiero honrar a todos los hombres y las mujeres que han trasladado a sus familias y sus vidas para servir en toda clase de lugares alrededor del mundo. Y, estoy a favor de las maneras como Dios guía a Su iglesia para apoyar y para hacer alianzas con otras iglesias en lugares ya alcanzados en el mundo. Por otra parte, ciertamente más del 1% de lo que damos para las «misiones» y más del 3% de los misioneros que enviamos deben ir a esos 3 000 000 000 (3 mil millones) de personas en el mundo. Este es el Gran Desequilibrio que nos impide obedecer la Gran Comisión que Jesús nos ha dado.

Un cambio tectónico y una oportunidad

La necesidad de rectificar este Gran Desequilibrio se hace más urgente cuando nos damos cuenta de que la población del mundo sigue aumentando, incluyendo la de los pueblos no alcanzados. La actividad misionera y lo que para ella se da ni siquiera se aproxima al ritmo de crecimiento de la población, lo que significa que a menos que algo cambie -de una manera tectónica- más personas que nunca antes en la historia, se irán al infierno en los días venideros sin haber oído cómo podrían ir al cielo. En otras palabras, algo necesita cambiar pronto de una manera drástica.

¡Un cambio es posible! Se puede dar en ambos, la iglesia y el mundo. Como seguidores de Cristo, hoy, más que nunca antes en la historia, tenemos oportunidades de alcanzar a 3 000 000 000 (tres mil millones) de personas en el mundo. Los avances en la tecnología, la facilidad de viajar, la urbanización del mundo, la globalización de los mercados, la riqueza sin precedente que Dios ha dado a la iglesia, todo lo anterior hace que sea más posible que nunca la predicación del evangelio a todas las naciones.

Pero no podremos aprovechar esta oportunidad si solo un número selecto de cristianos en un grupo de iglesias selectas decide rectificar este desequilibrio y obedecer la Gran Comisión de Jesús. Esto requiere de todos nosotros: toda mujer, todo hombre y todo niño llenos del Espíritu de Dios para la expansión del evangelio en el mundo. De una manera semejante a Ester, Dios te ha puesto a ti y a mi en este tiempo, en este lugar, con mayores oportunidades como nunca antes, para que alcancemos a más personas como nunca antes.

De manera que cada uno hagamos la parte que nos corresponde e invirtamos nuestras vidas, familias e iglesias en orar, dar, ir y animar a otros a que hagan lo mismo hasta que deje de existir el concepto de «no alcanzado».


Este artículo es un extracto adaptado de Iglesia Secreta 21: El Gran Desequilibrio (inglés).

David Platt

David Platt sirve como pastor en el área metropolitana de Washington, D.C. Es el fundador de Radical.

David recibió su doctorado del Seminario Teológico Bautista de New Orleans y es el autor de Don’t Hold Back [No te quedes donde estás], Radical, Sígueme, Contracultura, Algo tiene que cambiar, Before You Vote [Antes de votar], así como los varios volúmenes de la serie Christ-Centered Exposition Commentary [Comentario Expositivo centrado en Cristo]. 

Vive junto con su esposa e hijos en el área metropolitana de Washington, D.C.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TO UNREACHED PEOPLE AND PLACES.

That means that the people with the most urgent spiritual and physical needs on the planet are receiving the least amount of support. Together we can change that!