Recursos en español de Radical

Para servir a los desamparados

Nuestro Salvador vino para sufrir y salvar. Jesús vino para ser nuestro sustituto. Vino para mostrarnos cómo vivir y vino para servirnos. Como cristianos, estamos llamados a confiar en Jesús para que nos sirva y exaltar a Jesús sirviendo a los demás. El servicio de Jesús hacia nosotros nos permite obedecerlo. Nuestro servicio a los demás demuestra su sacrificio por nosotros.

  1. Jesús es nuestro siervo.
  2. Somos siervos de Jesús.

Si tienen sus Biblias, entonces les invito a tomarlas e ir conmigo a Juan 10. Muy bien. Si buscaran en Juan 10:7-10. Vamos a continuar viendo por qué vino Jesús. Por qué vino Jesús. No solo para dar libertad a los cautivos. No solo para destruir las obras del diablo. No solo para servir y dar Su vida como rescate por muchos. Vemos que Jesús vino para darnos vida. Si puede, lea conmigo en su copia de la Palabra de Dios, Juan 10:7-10: “Entonces Jesús les dijo de nuevo: En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.

¿Se unirían conmigo mientras oramos?

¿Se unirían conmigo mientras oramos? Padre nuestro que estás en los cielos, estamos agradecidos, supremamente agradecidos por la vida que encontramos solo en Cristo. Y oro mientras miramos en Tu Palabra que con tanta gracia nos has dado, oro para que por Tu Espíritu nos hables y produzcas emociones en nosotros hacia Cristo, y que disfrutemos, de hecho que entremos a Su vida, y que la disfrutemos en toda Su plenitud. Para tu gloria y para nuestro bien, oramos en el nombre de Cristo. Amén.

Bien, la Navidad es ciertamente una época feliz para la mayoría de las personas, para muchas personas. Pero parece que algunas personas quienes disfrutan la Navidad tienen mayores riesgos de sentirse decepcionados. Yo no estaba consciente de esto. Nunca había escuchado de eso, pero aparentemente muchas personas sufren la llamada tristeza post-navideña. Algunas veces, incluso la llaman depresión post-navideña. Y estaba leyendo de algunos de los sufrientes, algunas personas que testificaban al respecto, y estas eran algunas de sus declaraciones.

Una persona dijo: “Estoy bien hasta la mañana de víspera de Navidad. Entonces me doy cuenta de que pronto terminará y ya me siento miserable. Entonces tengo que pasar el día con mi familia en Navidad, lo que solo me hace más infeliz”. Una persona llamada Kate dijo: “Desde que era una niña, la Navidad tenía un sabor agridulce, porque había llegado el día, pero agrío porque sabía que estaba acabándose. Yo pensé que yo era el único que me sentía así. No puedo evitar sentirme triste cuando todo ha terminado. A pesar de que sé que hay otros eventos que se avecinan, como la primavera, simplemente es como si a todo eso le faltara su resplandor. Incluso puedo tocar canciones navideñas, pero no es lo mismo”.

Y luego, Jeff atrapó más que nadie mi atención. Él tenía muchos párrafos. Dijo: “¡Vaya!” Y obviamente se refiere al año pasado. Dijo: “¡Vaya! 21 de Enero y todavía tengo tristeza post-navideña. Tuve que buscar en Google para ver si era algún tipo de desorden que yo tuviera. Quizás había una clínica o algún lugar al que pudiera ir y curarme. Es un consuelo saber que hay otros con los mismos sentimientos. “Mi temporada navideña comienza casi a finales de Noviembre, cuando viene al pueblo el desfile de Navidad de Santa. Después del primer día en Adviento, pueden encenderse las luces de Navidad. Pueden levantarse las decoraciones Navideñas, y también el árbol. Entonces salen los CDs de Navidad de su polvorienta colección. Comienzo a buscar por la guía de TV para asegurarme de no perderme alguno de mis espectáculos favoritos.

Y luego llega Enero y se acabó la fiesta. Todas las decoraciones desaparecen y también la música. El televisor vuelve a los mismos viejos espectáculos. La comida y la bebida ya no son festivas y es tiempo de volver al trabajo. Miro mi ventana del frente, a la escena invernal de nieve cayendo sobre un mundo blanco, esperando ver reflejos de las luces del árbol de Navidad, pero ya no están allí. Suspiro. Solo 337 días hasta la próxima Navidad”.

Bien, quiero sugerirle que hay mucho más en Navidad que eso. Quiero sugerirle que hay algo que excede a los regalos y árboles y música y comida. Algo que dura más que una semana. Algo que de hecho, dura todo el año.

Dos Diseños sobre Nuestras Vidas…

Algo que se extiende hasta la eternidad y que es la vida que tenemos solo en Cristo. Y por eso, quiero recorrer con usted, y recordarle y mostrarle en realidad dos diseños de nuestras vidas. Uno, el diseño del ladrón, y dos, el diseño de Cristo, y entonces cómo es que pudiéramos responder a la vida que encontramos en Cristo. Note primero que hay dos diseños en nuestra vida.

El Diseño de la Devastación

El primero, hay un diseño de devastación. Quiero mire conmigo el versículo 10. Vamos a mirar en el versículo 10, luego vamos a recorrerlo de abajo hasta arriba. Cuando usted lee a Juan tiene que leer un pasaje y luego como que asimilarlo todo, porque a veces el mensaje es el mismo, y tiene que ver con Cristo. Pero vamos a mirar comenzando en el versículo 10, y ese es realmente el versículo clave en el pasaje, donde Jesús dice: “El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir” (Juan 10:10).

El ladrón solo viene para robar y matar y destruir, y por eso tenemos que preguntarnos: “Bien, ¿quién es el ladrón?”  ¿A quién tiene Jesús en mente aquí en estos versículos? Y él no dice con exactitud, pero sí encontramos una pista, al menos en el versículo 8. Y por eso, regrese en el pasaje, si puede, a Juan 10:8, donde Jesús dice: “Todos los que vinieron antes de mí son ladrones y salteadores”. Él usa el mismo término aquí – “ladrones” y “salteadores”. “Todos los que vinieron antes de mí […] pero las ovejas no les hicieron caso” (Juan 10:8).

Así que Jesús identifica a estas personas como ladrones y salteadores. Usted dice: “Bien, exactamente, ¿de quiénes está Él hablando?” Bien, de nuevo, el contexto es la respuesta a esa pregunta. Así que tenemos que regresar al capítulo 9. Entonces, si usted volviera solo una página, quizás, en su Biblia, a Juan 9.

¿Quiénes son estos ladrones y salteadores que Jesús tiene en mente?

¿Quiénes son estos ladrones y salteadores que Jesús tiene en mente? Bien, él como que los exhibe aquí. Tenemos una historia, es una historia conocida para muchos de nosotros. Usted recuerda que en el versículo 2, ellos habían pasado cerca de un hombre que era ciego de nacimiento, y le habían preguntado. Dijeron: “Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego?” (Juan 9:2) Así que ven a un hombre en el camino y preguntan: “¿Quién pecó? ¿Este hombre o sus padres?” Porque alguien debe haber pecado. Jesús dijo: “Bien, ninguno de ellos, sino que nació de este modo para que la gloria de Dios se manifestara en su vida”.

Y por eso, al estudiar el pasaje, usted como que descubre, en el versículo 13, quiénes son los antagonistas. En el versículo 13: “Llevaron ante los fariseos al que antes había sido ciego” (Juan 9:13). Así que trajeron al hombre ante los fariseos. Y los fariseos evaluaron si esto era de Dios o no. En el versículo 16 son revelados sus motivos. “Por eso algunos de los fariseos decían: Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el día de reposo” (Juan 9:16). Y entonces comenzaron a cuestionar al hombre sobre sus creencias y sobre quién había hecho esta obra.

Y usted recuerda…, bueno, es una gran división en Juan 9. Ellos seguían presionándole y presionándole sobre sus creencias, y este hombre ciego cree que Jesús es el Cristo. Así que dice: “Ustedes no saben si este hombre es de Dios o no. Tendrán que decidirlo. Pero algo sé, yo era ciego, y ahora veo”. Y ustedes notarán, al volver la página de nuevo hacia el capítulo 10, que el contexto en realidad nunca cambia. En otras palabras, nunca encuentra un lugar donde haya un cambio que diga: “Bien, ahora Jesús está yendo a otra parte”, o “Ahora Jesús está alejándose de estas personas”. Esta es una división desafortunada de capítulos insertada en el texto, y por eso usted ve que el capítulo 9 fluye directo hacia el capítulo 10. Jesús dice: “En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador” (Juan 10:1).

Y Jesús está en este pasaje…, en Juan capítulo 9 ocurre una división entre los fariseos y Jesús, en esa división solo uno de ellos es de Dios. Y en Juan capítulo 10, continúa el diálogo, pero ahora Jesús es quien lo controla, y va a distinguir entre quienes son de Dios y quienes se oponen a Dios. ¿Quién es de Dios? Y por eso, en Juan capítulo 10, Jesús está diferenciando Su camino del camino de los fariseos.

Lo vemos en Juan 10:7. De nuevo, ellos no entienden. No comprenden y Jesús nuevamente les dice: “En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas” (Juan 10:7). Y así revela la intención de los fariseos. Ellos quieren robar, matar, y destruir.

Pero eso en realidad nos hace preguntarnos, por qué no tenemos fariseos en el mismo modo. Y no tenemos un grupo de líderes religiosos en este mismo contexto exacto quienes tratan de atraparnos, y de hacernos tropezar. Pero quiero, muy cuidadosamente, que usted note algo. No tenemos fariseos tratando de hacernos tropezar, pero sí tenemos la misma mente maestra detrás de ellos que nos trata de hacer tropezar cada día. Tenemos al ladrón supremo, y su nombre es Satanás.

En Juan 8:44, quiero que vean esto. Esto es lo que Jesús dice a los fariseos. Jesús dijo: “Sois de vuestro padre el diablo” (Juan 8:44). ¿Lo ve? Jesús dijo a los fariseos: “Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él fue un homicida desde el principio” (Juan 8:44) -robar, matar, asaltar, y destuir. “El fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira” (Juan 8:44).

El diseño del ladrón está oculto

Nosotros no tenemos a los fariseos, pero definitivamente sí tenemos al ladrón, quien está tramando, confabulando, inventando, planeando todas las estrategias que pueda para eliminar, destruir, y devastarles a ustedes y a su familia y a todo lo que aman. Definitivamente sí tenemos un adversario quien está tratando de destruir nuestra vida. Él es un ladrón, y sépalo: el diseño del ladrón no es abierto. El diseño del ladrón está oculto.

La naturaleza misma de un ladrón es usar métodos engañosos. Y por eso, en realidad, hay dos partes de lo que un ladrón puede hacer. Primero, él enfatiza los placeres inmediatos. Sus caminos están ocultos; no son abiertamente publicados. Por tanto, él enfatiza los placeres inmediatos de la vida. De modo que él puede venir en todo tipo de formas. Puede venir mediante todo tipo de personas. Puede venir mediante todo tipo de instituciones. Pero pruebe el alcohol, las drogas, el sexo, la pornografía, el dinero, la fama, el prestigio. Pruebe cualquier cosa, pero no pruebe a Jesús.

Este es el diseño del ladrón. Él está encubierto. Él enfatiza los placeres inmediatos de la vida. Y note también que él encubre los destrozos inevitables. Él enfatiza los placeres inmediatos, y oculta los destrozos inevitables. Él no mostrará completamente cada escena de su propósito para nuestra vida. ¿Comprende eso? ¿Cierto? No nos dirá el propósito. No señalará lo que nos producirá dolores de cabeza. No enfatizará la destrucción que inevitablemente vendrá. No señalará las relaciones que usted arruinará. No señalará, por encima de todo, no señalará el juicio que inevitablemente usted enfrentará, todas las personas por todo el mundo, desde el comienzo de los tiempos hasta el retorno de Cristo. Quizás hay personas en su casa quienes están cayendo en este engaño, en este lazo, en esta carnada.

Y ellos creen. Creen las mentiras que él cuenta. Si solo pudiera tener otro más. Si solo pudiera tener esta medida de éxito. Si solo pudiera alcanzar esta posición. Si solo pudiera conocer a esta persona. Si solo pudiera llegar a este lugar, entonces tendré paz. Entonces tendré satisfacción. Tendré todo lo que desea mi corazón y seré feliz. Y Jesús diría lo mismo a las personas quienes buscan esas cosas en nuestras vidas, y a Satanás mismo, solo son ladrones y salteadores. Y solo vienen a matar y a robar y a destruir. A ellos no les importan las ovejas. El propósito del ladrón está oculto.

Pero note también que el diseño del ladrón es abarcador. El diseño del ladrón no solo está encubierto, también es abarcador. Mire su misión allí en el versículo 10. Note que el ladrón está dedicado a la destrucción total. Versículo 10: “El ladrón sólo [subraye el ladrón solo viene] viene para robar y matar y destruir”  (Juan 10:10). En otras palabras, el ladrón no está interesado en mi felicidad, ni en lo más mínimo. Él no está interesado, en lo más mínimo, en algún gozo eterno para usted, duradero, real.

Nosotros podemos hablar de la misión de Dios, y quizás cantar sobre la misión de Dios, diciendo que Él está redimiendo un pueblo para Su propia gloria y para nuestro bien. Eso está ocurriendo, pero continuará sucediendo hasta que Cristo regrese. Pero hay una misión que es la competencia. Jesús tiene una misión para redimir a un pueblo para Su gloria y para Su bienestar, pero hay una misión que compite contra la de Jesús, donde está Satanás, quien desea solo robar y matar y destruir. Y Él es intencional en esa misión.

La intención de lograr la destrucción total

Él no solo es el ladrón dedicado a la destrucción total, él es intencional en esa misión. Él tiene la intención de lograr la destrucción total. Note que dice que él viene. Jesús viene- note el paralelismo en el versículo 10. Jesús viene para traer vida abundante, vida abundantemente, del mismo modo en que Satanás viene solo para matar, robar, y destruir. Él tiene un propósito en mente, y tiene un plan para lograrlo en nuestras vidas.

Hace una semana, yo miraba el televisor. Leslie y yo estábamos fuera de la ciudad y veíamos un especial. Era una de esos especiales nocturnos del tipo reportaje, algo como eso. Y la historia de la noche era de un grupo de personas, un grupo pequeño de personas que estaban facilitando adopciones ilegales en la Isla de Samoa. Y mirábamos y aprendíamos que había una pareja que estaba conduciendo adopciones ilegales una y otra vez, como cien adopciones de familias samoanas.

Y a menudo encontraban padres norteamericanos quienes llegarían para adoptar a estos niños quienes solo unas horas antes habían sido arrancados de los brazos de sus padres. Usted dice: “Bueno, ¿cómo ocurría eso? Bien, muchas de esas personas con quienes trabajaban eran iletradas y, por tanto, les hacían firmar un documento muy cuidadosamente preparado con muchas notas al pie de la página y muchas letras pequeñas. Y mientras los padres pensaban que estaban anotando a sus hijos para ayuda internacional y particularmente para ayuda norteamericana y vestuario y albergue para sus hijos, en las letras pequeñas admitían que estaban renunciando absolutamente a sus derechos para dárselo a cualquier padre que viniera a recibirlos.

De este modo se habían realizado unas cien adopciones. Mientras miraba, recuerdo haber comentado a Leslie. Solo reflexionaba en la profunda maldad de todo eso. Y pensaba: “Sabes, ese no es un crimen de pasión, sino un crimen de alevosía y premeditación”. Tiene la intención de destruir las vidas de las familias y las vidas de los niños pequeños. Y pensaba, mientras reflexionaba en este mensaje, que no es tan diferente al diseño del ladrón.

Hay intencionalidad. Hay un propósito. Hay cuidado. Hay una premeditación de parte de Satanás, de parte del ladrón. Y él tiene un propósito para nuestra vida, y no es el mismo propósito para mi vida que el que tiene para la vida de usted. Y él planifica ese propósito según nuestra debilidad, según nuestros contextos, según nuestras tentaciones. Él está preparando un diseño intencional para destruirle a usted. Pero, como nota al margen, como predicaba David hace unas semanas, no tema, pues Jesús ha venido para destruir las obras del diablo. Hay intencionalidad. Hay un diseño de devastación.

El diseño del deleite

Pero la buena noticia de la navidad es: además de este diseño de devastación para nuestra vida, existe un diseño de deleite. Y este es el diseño de Jesús. Está el diseño de Satanás encontrado en el versículo 10, donde dice que “El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir”. Pero también está en el diseño de Cristo, y eso está en la última parte del versículo. “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).

E incluso antes de que recorriéramos este versículo y viéramos lo que Jesús está diciendo sobre la vida abundante, solo quiero enfatizar el contraste, y quiero que nos gloriemos en el contraste y disfrutemos el contraste de que hay un ladrón quien tiene un propósito para destruirle. Pero hay un Salvador, quien tiene un diseño para darle vida.

Note primero, en el diseño de vida, que el diseño de Jesús es la abundancia. El diseño de Jesús es abundancia, y es vida eterna. Jesús vino para darnos vida, no solo vida, sino vida abundante. Y hay toda clase de abusos que pudieran cometerse aquí, si no somos cuidadosos. Escuchamos a las personas decir: “Sabes, Jesús vino para darles vida, y quiere que usted tenga vida abundante. Y por eso, Él quiere que usted tenga todo lo que usted desea, todo lo que usted quiera. Esa vida abundante tiene que ver con tener a Jesús y con tener muchas cosas, junto con Jesús.

Y por eso, Jesús quiere que usted tenga vida, sí, Él quiere que usted sea salvo. Pero Jesús quiere, en un sentido supremo, que usted sea sano, que sea rico, y que sea sabio. Pero la vida abundante no es solo tener lo que el mundo pueda ofrecer. La vida abundante es tener lo que solo Dios puede ofrecer. La vida abundante no es solo tener lo que el mundo pueda ofrecer. Vida abundante es tener solo lo que Dios puede ofrecer, y lo que solo Dios puede ofrecer es la vida eterna. Y lo vemos al regresar al versículo 9. Él dice: “Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto” (Juan 10:9). Esta es, realmente, una explicación de lo que aparece luego en el versículo 10. El que entre será salvo. Esto es lo que significa la vida abundante: ser salvado, salir y encontrar pasto. El diseño de Jesús es la abundancia. Es vida eterna.

Pero no solo es la vida eterna, ¿qué es la vida eterna? ¿Cuál es la vida que promete Jesús? Bien, también encontraremos que el diseño de Jesús es simple. Es el conocimiento de Dios. Él no solo vino para salvarnos, ¿qué significa tener vida? Yo miré una y otra vez a este versículo y a este término, orando y preguntando a Dios: ¿qué significa tener vida? Sabemos qué significa ser salvos. Es ser tomados de las garras de Satanás para ser abrazados por Dios. Sabemos qué significa ser salvos en términos del perdón de nuestros pecados. Pero, ¿qué quiere decir Jesús cuando dice: “Vine para que ustedes tuvieran vida y para que la tuvieran en abundancia”?

Es interesante que el concepto, el término “vida”, es usado unas 40 veces solo en el evangelio de Juan. El término “vida” es usado 40 veces. Pero si usted mira, y comienza a mirar cada ejemplo donde es usada la palabra “vida”, comenzará a ver que hay muchos lugares donde encuentra que Jesús es vida, y que Jesús trae vida, y cómo es que nosotros recibimos esta vida: confiando en Cristo. Y hay toda clase de lugares donde vemos esas descripciones, pero muy raramente tenemos una explicación real de qué es la vida.

Hasta llegar a Juan 17. Ahora, quiero que usted se emocione; este es un versículo que usted probablemente quiera marcar en su Biblia, porque es realmente el único lugar donde sé que Juan define explícitamente la vida. De hecho, Jesús es quien define explícitamente qué es la vida. En Juan 17, comenzando en el versículo 2, aparece la oración de Jesús, que algunas veces llamamos la oración del sumo sacerdote. Es la oración de Jesús a favor de Sus discípulos que estaban allí, y mientras lee, ve a Jesús orando también por los discípulos que vendrán en el futuro.

Y esto es lo que Jesús ora. En el versículo 1, cuando Jesús hubo dicho estas palabras, levantó Sus ojos al cielo y dijo: “Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique a ti, por cuanto le diste autoridad sobre todo ser humano para que dé vida eterna a todos los que tú le has dado. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:1-3).

¿Qué es la vida eterna? Si alguien le preguntara: “¿Qué quieres decir cuando hablas de que tenemos vida eterna?” ¿Vida eterna significa solo que tendremos una vida donde nunca moriremos? En otras palabras, es una idea cuantitativa de que continuaremos existiendo durante toda la eternidad. Bien, la verdad es que también creemos eso de los incrédulos. Que todo el que fue creado alguna vez nunca morirá. Ellos morirán en la muerte segunda, pero será un castigo eterno. En otras palabras, sus alma y cuerpos vivirán para siempre, bajo la misma ira de Dios. Pero eso no es vida eterna.

Jesús dice que la vida eterna es conocer al único Dios verdadero y a Jesucristo a quién Él envió. En otras palabras, es estar en una relación interpersonal. No es solo un conocimiento académico, no es solo “Yo conozco Sus atributos, conozco Su carácter, sé cosas sobre Dios”. Es estar en una relación interpersonal con Él. Y no solo es conocer a Dios el Padre, sino conocer a Su Hijo, Jesucristo, a quién Él ha enviado.

Usted sabe que el contraste no podría ser más agudo. El contraste entre el diseño del ladrón y el diseño de Cristo no podría estar más marcado. Satanás nos presenta todo lo que el mundo puede ofrecer. 1ra de Juan 2:16  dice: “…la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida”, eso es lo que él nos ofrece como vida según la conocemos. Pero entonces, Jesús nos presenta la vida en el versículo 4 del capítulo 1, y Juan dice: “En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Juan 1:4).

Por tanto, esto es en realidad muy simple. Como hemos aprendido en los últimos dos sermones, en realidad solo hay dos tipos de personas. Solo hay dos tipos de caminos. Solo hay dos tipos de destinos, dos tipos de eternidad. Podemos tener todo lo que el mundo ofrece durante una época, y vivir eternamente bajo la ira de Dios, o podemos conocer a Dios y vivir para siempre con Él.

Pablo conocía los dos lados. Él era un fariseo. Llegó a los niveles más altos. Era un hebreo de hebreos. Tenía el contexto correcto y el linaje correcto. Tenía el pedigree adecuado. Tenía una mente aguda. Tenía el carácter correcto. Era un líder, y estaba ascendiendo en los rangos de la sociedad judía. Pero entonces, se encontró con este hombre llamado Jesús, en el camino a Damasco, y todo eso se derrumbó.

Así que Él sabía qué era ser un fariseo, y tener todo lo que este mundo concede, y sabía qué era tener a Cristo. Y escuche lo que dijo Pablo en Filipenses 3:7-11: “Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor”. ¿Escuchan lo que está diciendo Pablo? “Yo estimo como pérdida todas las cosas”. Está rehusando. Esto es peor de lo que usted pueda imaginar. Todas esas cosas, todos esos logros, todos esos éxitos, todo el pedigree, todo es ahora indigno, dijo, “en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor”. “por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo, y ser hallado en El, no teniendo mi propia justicia derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe, y conocerle a El, el poder de su resurrección y la participación en sus padecimientos, llegando a ser como El en su muerte, a fin de llegar a la resurrección de entre los muertos” (Filipenses 3:8-11).

Hay muchas personas que conocen muy bien la historia de Pablo. Que este mundo nada tiene que ofrecer. Que este mundo nada tiene que perdure, nada que satisfaga, nada que traiga paz eterna, nada que salve. Y Jesús viene para traer todo eso. Él dijo: “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.

Dos respuestas con nuestras vidas

Hay dos diseños sobre nuestra vida. Está el diseño de Satanás, sobre nuestra vida, y está el diseño de Cristo sobre nuestra vida. Hay dos diseños sobre nuestras vidas, pero note también que hay dos respuestas con nuestras vidas. Dos diseños sobre nuestras vidas, y dos respuestas con nuestras vidas. Ciertamente podría haber otras, pero solo quiero señalarles dos.

Entre por la Puerta

Primero, entramos por la puerta. Dos respuestas desde nuestra vida – primero, entramos por la Puerta. Mire de nuevo el versículo 7, donde Él comienza esta sección específica. “Entonces Jesús les dijo de nuevo: En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas” (Juan 10:7). Ahora, Jesús usa esta expresión, “en verdad, en verdad”, en muchos otros lugares. No es que lo otro que Jesús dice no sea importante. De hecho, todo es la Palabra de Dios al hombre, todo lo que Jesús dijo tiene un valor precioso para nosotros. Por tanto, todas Sus palabras son ciertas. Todas son correctas. Todas son buenas para nosotros. Pero ciertamente, en el ministerio de Jesús vemos que Él quiso enfatizar ciertas verdades que son de vida o muerte, y esta es una de ellas.

Dice: “En verdad, en verdad”. Algunas traducciones dicen: “De cierto, de cierto”. “De hecho, Yo soy la puerta de las ovejas”. Primero, Jesús señala que la puerta es personal. Él señala la primera de dos verdades. Que la puerta es personal. Dice: “Yo soy la puerta de las ovejas”.

Ahora, esto es interesante; si usted lee este pasaje y lo analiza, puede ser un poco confuso. Si comienza en 10:1, y lee cada línea, encontrará que Jesús habla en muchos modos diferentes; y usa muchas metáforas diferentes. Él habla sobre las ovejas donde hay múltiples rebaños, y múltiples pastores. Entonces mira aquí, en el versículo 7, donde Él es la puerta. Luego usted llega al versículo 11 y dice: “Yo Soy el buen pastor”. Así que Él está tomando esta idea de las ovejas, y está usando diferentes metáforas, diferentes expresiones de ellas.

Pero aquí, en el versículo 7, dice que “Yo soy la Puerta de las ovejas” (Juan 10:7). A menudo, cuando el pastor llevaba lejos a las ovejas, lejos de la ciudad, o lejos del hogar, por decirlo de algún modo, a menudo, cuando las guiaba en la noche, estaba muy lejos para devolverlas a su lugar. Y por eso, a fin de administrar a su rebaño en la noche -obviamente, si se acuesta a dormir por la noche, y las deja vagar, va a perder a las ovejas- y por eso, generalmente construía un cercado, usualmente por los cuatro lados. Y tomaba cualquier cosa que encontrara, sean piedras, o desperdicios, o quizás algunas zarzas. Y él los apilaba, y hacía una especie de cercado cerrado que previniera que las ovejas salieran. Pero, obviamente, él no el tenía tiempo o los recursos para hacer una puerta.

Y por eso, en lugar de hacer una puerta, el pastor simplemente dormía en el umbral. Y por eso es que Jesús dice aquí, en el versículo 7: “En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas” (Juan 10:7). Por tanto, el único modo de entrar en ese contexto, en esa situación, el único modo es usando la puerta. Que de hecho, es mediante el pastor. Y Jesús está haciendo un paralelo con una verdad espiritual, para decir: solo hay un camino para la salvación, y no es un sistema. No es una organización. No es una iglesia. No es un conjunto de reglas. La salvación es mediante una Persona, y esa Persona no es usted. Esa Persona no soy yo. Solo es Jesucristo. Él dice: “Yo soy la puerta de las ovejas”.

Y la puerta no solo es personal, la puerta también es singular. La puerta es personal -el pastor dormiría atravesado en el umbral, para que las ovejas solo pudieran pasar a través de él. Pero también aprendemos que la puerta es singular. Él dice, literalmente, “Yo Soy la puerta”. Es la misma expresión que encontramos en todas las otras declaraciones “Yo Soy”, en el evangelio de Juan. Si usted mira el evangelio de Juan, verá que hay siete lugares donde Jesús habla de ser algo. Dice: “Yo soy el pan de la vida”, en Juan 6:35. En Juan 8:12: “Yo soy la luz del mundo”. Aquí dice: “Yo soy la puerta” (Juan 10:9). Versículo 11, dice: “Yo soy el buen pastor” (Juan 10:11). En Juan 12, encontramos que Él es la resurrección y la vida. En Juan 14, el camino, la verdad, y la vida. En Juan 15:5: “Yo soy la vid”. En cada ejemplo usó exactamente la misma construcción: “Yo soy”. En otras palabras, lo hizo para excluir cualquier posibilidad. Es casi, en cierto sentido, una mala gramática, pero es una grandiosa teología. “Yo soy la puerta, y no hay otro modo de llegar a la vida eterna”.

Ahora, eso no está exactamente en nuestro contexto… ciertamente no fue algo muy popular cuando Jesús lo dijo. Pero en nuestro contexto, no es una verdad popular. Decir que Jesús es el único camino hacia la salvación.

Y aunque quizás no sea una verdad popular, es la verdad. Porque de todas las personas en la historia humana, Jesús de Nazaret es el único nacido de Dios y del hombre. Él es el único perfecto en palabra y obras. Él es el único que llevó los pecados de usted y los míos, y llevó los pecados del mundo. Él es el único que fue enterrado y resucitado para nuestra justificación, tres días después. Él es el único que ha ascendido a la diestra del Padre. Él es el único que está intercediendo para usted y para mí, y para todos los santos. Y Él es el único que está reinando, Rey de reyes, y Señor de señores. Y Él es el único que regresará como Rey. Y Él es el único aquí, en este pasaje, el único que puede darle vida eterna a usted.

Él es el único que puede darle vida eterna. Hechos 4:12: “Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos” 1ra a Timoteo: “Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre” (1ra de Timoteo 2:5).

Y por eso no sé donde está usted en su vida, pero le animo, más que ir a la iglesia, más que cruzar las puertas de la iglesia, le animo a cruzar esta puerta: Jesucristo. Le animo, por encima de todo. Más que esa próxima promoción. Más que comprar esa otra casa. Más que tener una nueva relación. Más que alcanzar cualquier cosa que este mundo pueda ofrecer. Más que todas estas cosas, que todo lo que el mundo pueda ofrecer. Más que estas cosas, cruce la puerta de Jesucristo. Él dijo: “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. Nosotros respondemos al entrar por la puerta.

Disfrute la provisión de Cristo

Pero no solo eso. No solo entramos por la puerta, alejándonos de nuestros pecados, y yendo hacia Cristo. Nosotros no solo entramos por la puerta, también disfrutamos Su provisión. Entramos por la puerta, y disfrutamos la provisión de Cristo.

¿Sabe?, sospecho que muchos de nosotros estamos en algún lugar del medio. Que hemos entrado por la puerta de Jesucristo, y que hemos sido salvados de nuestros pecados, y que verdaderamente hemos puesto nuestra fe en Cristo. Y somos… oro para que esta sea la gracia de Dios en su vida. Pienso que muchos diríamos que estamos cada vez más insatisfechos con todo lo que este mundo puede ofrecer. Y encontramos, en comparación con Cristo, una y otra vez, día a día, semana a semana, año a año, que el mundo cada vez nos deslumbra menos.

Pero también encontramos que la influencia y la invitación del ladrón no desaparecen. Y por eso, continúa la guerra en nuestra alma, día a día, año a año, década a década. Pablo incluso dijo: “Porque en el hombre interior me deleito con la ley de Dios, pero veo otra ley en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros” (Romanos 7:22-23). Él incluso oró: “¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24). En otras palabras, hay una batalla continua que prosigue incluso en la vida del creyente… hay una batalla continua incluso al alejarnos del mundo, una y otra vez, para volvernos a Cristo.

¿Cómo ganamos esa batalla?

Entonces, ¿qué debemos hacer? ¿Cómo ganamos esa batalla? ¿Cómo peleamos esa batalla? ¿Cómo disfrutamos plenamente la provisión de Cristo? Incluso esta navidad, ¿cómo la conocemos, cómo la disfrutamos, cómo entramos y nos apropiamos de lo que Jesús dice aquí en el versículo 10: “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”? Pienso que hay dos demandas.

El disfrute de la provisión de Cristo demanda un corazón arrepentido. El disfrute de la provisión de Cristo demanda un corazón arrepentido. Quiero que entienda que usted conoce la tragedia, cuando seguimos los diseños del ladrón, incluso en las cuestiones pequeñas, o en las grandes. Cuando compramos lo que él está vendiendo, y cuando nos alejamos de la vida abundante que encontramos en Cristo, y disfrutamos lo que encontramos allí, la tragedia no solo es el placer que nos perdemos. La tragedia suprema es la gloria que despreciamos.

La tragedia no está solo en la gloria, en el gozo que perdemos. En un minuto hablamos sobre eso. No solo en el gozo que perdemos, sino en la gloria de Dios que despreciamos. Porque cuando nos sometemos a los diseños del ladrón, y cuando nos ofrece lo que es contrario a la voluntad de Dios, y nos ofrece presentes mutuamente exclusivos, cuando nos ofrece presentes mutuamente exclusivos para el gozo que encontramos en Cristo, y nosotros escogemos el camino de Satanás, y disfrutamos lo que él nos ofrece, despreciamos, por definición, el carácter, la bondad, la gloria, y la dignidad del Dios Todopoderoso, porque decimos que lo que Satanás tiene para ofrecer es mejor que lo que Jesús ofrece. Que lo que Satanás ha diseñado es mejor, es más digno, es más atractivo que lo que Jesucristo ofrece.

Y por eso, oro para que solo roguemos y pidamos a Dios: ¡Perdónanos por restarte importancia! Perdónanos por dar nuestra alabanza y nuestro afecto, y nuestra adoración, nuestra atención, a cuestiones que no son dignas, que son despreciables en comparación con la gloria y majestad y dignidad del Dios Todopoderoso. Oro para que Dios actúe así en mi corazón.

Porque yo siento, siento esa guerra, y conozco la batalla de que habla Pablo en Romanos 7. Que lo que quiero hacer, no lo hago Y lo que no quiero hacer, eso hago. Y esa es la esencia de la batalla aquí, que el ladrón viene para robar, matar, y destruir. Él ofrece presentes que no son dignos de nuestras vidas. No son dignos de nuestro afecto. No son dignos de vida abundante. Y Jesús se ofrece a Sí mismo. Él nos ofrece conocerle a Él. Conocer el poder de su resurrección. Conocer la vida abundante. Y oro para que Dios me envíe a la cruz, y que Dios me dé un espíritu de arrepentimiento por despreciar Su bondad y Su gloria en Cristo Jesús. Pero alabo a Dios, también, porque Él murió por quienes ubicaron sus afectos en los lugares equivocados. Y habiéndolo hecho, Dios nos ayuda a volvernos y a aceptar todo lo que Cristo ofrece.

Esto demanda un corazón arrepentido. Pero también demanda deseos renovados. Demanda deseos renovados. No solo que nos alejemos de, sino que nos acerquemos a Él. Quizás usted ha escuchado esta cita; creo que John Piper como que la ha hecho famosa, pero es ciertamente una cita de C.S. Lewis en The Weight of Glory. Y esto es lo que C.S. Lewis dijo.

De hecho, si consideramos las dervengonzadas promesas de recompensa, y la asombrosa naturaleza de las recompensas prometidas en los Evangelios (y de paso, pienso que la vida abundante encajaría en esa categoría). Si consideramos las recompensas prometidas en los evangelios, parecería que nuestro Señor encuentra que nuestros deseos no son muy fuertes, sino muy débiles. Somos criaturas de medio-corazón, tonteando con la bebida, y el sexo, y la ambición, cuando se nos ha ofrecido el gozo infinito. Como un niño ignorante, quien quiere continuar haciendo bolas de barro en un basurero, porque no puede imaginar qué significa que nos ofrezcan unas vacaciones en el mar, somos demasiado fácilmente seducidos.

Dios dice en Isaías 55:1-3

Somos seducidos demasiado fácilmente. Nos conformamos con la basura que Satanás ofrece, y despreciamos la gloria que es Cristo. Pienso que Isaías 55 resume realmente lo que C.S. Lewis está diciendo. Dios dice en Isaías 55:1-3: Vengan Tienen que ver esto. Y mientras mira las palabras de Dios, escuche, Dios está hablándonos. Del mismo modo en que yo le estoy hablando ahora a usted, este es Dios hablando. “Todos los sedientos, venid a las aguas; y los que no tenéis dinero, venid, comprad y comed.

Venid, comprad vino y leche sin dinero y sin costo alguno. ¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, y vuestro salario en lo que no sacia? Escuchadme atentamente, y comed lo que es bueno, y se deleitará vuestra alma en la abundancia. Inclinad vuestro oído y venid a mí, escuchad y vivirá vuestra alma” (Isaías 55:1-3). Esa es la invitación de Dios. Esa es la vida abundante. El perdón ahora y para siempre. Espere ahora y siempre. Gozo ahora, hoy, y por siempre. Paz ahora, y para siempre. Contentamiento ahora y para siempre. Certeza ahora y para siempre. “Yo he venido”, dijo, “para que tengan vida y para que la tengan en abundancia”.

La oración del salmista en el Salmo 34:8 es esta: “Probad y ved que el Señor es bueno” ¿Lo haría usted? ¿Probaría usted y vería la bondad del Señor Jesucristo? “Probad y ved que el Señor es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en Él se refugia!” (Salmo 34:8). Dios concédenos arrepentimiento. Dios concédenos arrepentimiento por preferir un mundo roto, un mundo roto antes que a un Salvador roto. Y quiera Dios incitar en mí, en esta navidad, en este año, por toda la eternidad, quiera Dios incitar en nosotros un deseo de disfrutar todo lo que Él tiene para ofrecernos. “Yo he venido”, dijo, “para que tengan vida y para que la tengan en abundancia”.

David Platt

David Platt sirve como pastor en el área metropolitana de Washington, D.C. Es el fundador de Radical.

David recibió su doctorado del Seminario Teológico Bautista de New Orleans y es el autor de Don’t Hold Back [No te quedes donde estás], Radical, Sígueme, Contracultura, Algo tiene que cambiar, Before You Vote [Antes de votar], así como los varios volúmenes de la serie Christ-Centered Exposition Commentary [Comentario Expositivo centrado en Cristo]. 

Vive junto con su esposa e hijos en el área metropolitana de Washington, D.C.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TO UNREACHED PEOPLE AND PLACES.

That means that the people with the most urgent spiritual and physical needs on the planet are receiving the least amount of support. Together we can change that!