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Para salvar a los perdidos

En la Biblia, Jesús está rodeado de dos tipos de personas. Por un lado, tienes a personas en la historia que son conocidas por quebrantar las reglas. Estos hombres y mujeres han ganado una reputación como pecadores. Por otro lado, hay un segundo grupo de personas que aman seguir las reglas. Estos hombres son los maestros religiosos y líderes. En este episodio del Radical Podcast sobre Lucas 19, el Pastor David Platt nos recuerda que Jesús vino a buscar y salvar a los perdidos.

 

Quiero leerles una historia. Es una historia breve, pero es una historia poderosa que creo que nos ayudará a comprender el significado de la navidad. La historia va como sigue (Lucas 19):

Habiendo entrado Jesús en Jericó, pasaba por la ciudad. Y un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los recaudadores de impuestos y era rico, trataba de ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, ya que él era de pequeña estatura. Y corriendo delante, se subió a un sicómoro para verle, porque Jesús estaba a punto de pasar por allí.

Cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, date prisa y desciende, porque hoy debo quedarme en tu casa. Entonces él se apresuró a descender y le recibió con gozo. Y al ver esto, todos murmuraban, diciendo: Ha ido a hospedarse con un hombre pecador. Y Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado. Y Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa, ya que él también es hijo de Abraham; porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 4:1-10).

Las Escrituras

Hemos visto diferentes textos de las Escrituras que hablan de por qué vino Jesús. Diferentes versículos en la Biblia que dicen que Jesús vino para hacer esto. Vino para destruir al maligno. Vino para liberar a los cautivos. Vino para servir a los desamparados. Vino para darnos vida. Y Lucas 19:10 dice que Él “ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Ese es el significado de la Navidad. De éso trata esta historia.

Usted sabe, es interesante. En esta historia, Jesús está rodeado por dos tipos de personas. Por un lado, hay personas en esta historia quienes son conocidas por romper las reglas. Se han ganado la reputación de pecadores. Como Zaqueo, un recolector de impuestos, él trabajaba para el Imperio Romano, es decir, recogía los impuestos de los judíos, pero no solo sus impuestos (no solo tomaba su dinero), pues los recolectores de impuestos eran conocidos por tomar dinero extra para sus propios bolsillos. Y claramente, en algún momento, Zaqueo había obtenido mucha ganancia de este trabajo. Él, y quienes eran como él, eran conocidos por romper las reglas, gratificándose a sí mismos, incluso cuando costara a otros, poniéndose a la cabeza y disfrutando lo que quisieran disfrutar.

Hay otro grupo en esta historia

Pero entonces, hay otro grupo en esta historia, y son personas quienes aman seguir las reglas. Son maestros religiosos y líderes quienes estaban siguiendo a Jesús en ese momento. Eran el tipo de personas que hace todo bien hasta el límite. El tipo de personas que mira a hacia abajo, hacia esos pecadores que rompen las reglas, y ven en sí mismos lo bien que han mantenido las reglas. Y usted sabe, es interesante, y cuando usted lo piensa bien, cada uno de nosotros siempre tiende hacia uno de esos dos grupos.

Algunos amamos romper las reglas. Amamos gratificarnos en los caminos de este mundo, incluso aunque eso hiera a otras personas, o cueste a otras personas. Queremos placer, y queremos disfrutar todo lo que el mundo tiene que ofrecer. Y miramos con desprecio a las personas que guardan las reglas. Ellas se están perdiendo todo lo que la vida tiene que ofrecer.

O, tenemos la tendencia de estar en este grupo de aquí, donde hacemos nuestro mejor esfuerzo para seguir las reglas. Y seguimos la ley lo mejor que podemos, incluso religiosamente. Hacemos todo lo que podemos para vivir vidas buenas, agradables, decentes, incluso religiosas, y miramos a esas personas de allá. Ellas son el problema con la sociedad. “Si todos fueran como nosotros, estaríamos todos bien”.

¿Usted sabe cuál es el mensaje de esta historia? El mensaje de esta historia es que los dos grupos están perdidos; las personas que siguen las reglas, y las personas que rompen las reglas. Las personas que viven según sus propias reglas, o las personas que tratan de vivir según las reglas que les ponen delante, los dos están perdidos.

Ahora, no nos gusta pensar de nosotros mismos como perdidos. Hay algo en nosotros que instintivamente niega nuestra perdición. El fin de semana pasado estaba en la ciudad de Nueva York, celebrando con mi preciosa esposa nuestro décimo aniversario. Ella siempre había querido ir allá, así que tomé algunas millas acumuladas, y fuimos a Nueva York. Y el domingo pasado queríamos ir a adorar en el Tabernáculo Brooklyn -iglesia- conocido por su música y oración. Y así nos detuvimos en el metro para ir a Brooklyn, nos bajamos en Brooklyn y empezamos a caminar por las calles de Brooklyn.

Y yo estoy confiado; sé dónde está el Tabernáculo de Broklyn. En mi mente, he estudiado los mapas, sé dónde está. Y por eso nos descubrimos subiendo y bajando, dando vueltas por las calles. Y en varias ocasiones Heather me miró y dijo: “¿Por qué no preguntamos a alguien dónde es?” Pero, por supuesto, yo respondí: “Sé a dónde vamos. Estoy seguro de que es por allí. Solo sígueme”. Y continuamos caminando, y era ridículo. Usted no camina sin propósito por Brooklyn, Nueva York. No es algo sabio. Peor hay algo en nosotros, ¿no es cierto?, que niega instintivamente el hecho de estar perdidos.

Lo relativo a direcciones

Ahora, quizás usted no sea terco en lo relativo a direcciones, pero la realidad es que todos somos espiritualmente tercos. Queremos encontrar nuestro camino, nuestro propio camino. Esta es la historia de cada una de las mayores religiones del mundo. Siga las reglas, y encontrará el camino. O, todos los que se rebelan contra las religiones mundiales, crean sus propias reglas y creen que así encontrarán el camino. Y la imagen es, que al tratar de encontrar nuestro propio camino, solo estamos mostrando que estamos perdidos, y que necesitamos ayuda.

Es interesante, hubo un par de ocasiones incluyendo esa vez en Brooklyn este fin de semana pasado, en que estábamos perdidos y yo nos llevaba por la ciudad y alguien venía a nosotros y nos decía: “¿Sabe a dónde está yendo?” Usted sabe que es malo cuando en su rostro está escrito abiertamente que está perdido, como cuando trata de actuar como si fuera un newyorkino, y aparentemente no funciona. Y por eso las personas le dicen: “¿Podemos ayudarle? Como diciendo: “… usted está perdido”. Es bueno cuando alguien toma la iniciativa para ayudarle en su perdición, y esa es la belleza de Lucas 19. Cuando estábamos perdidos, Jesús vino a buscarnos.

Ahora, recuerdo la primera vez que conocí a Heather, algunos de ustedes saben que ella es mi primera y única novia, y eso suena muy bien, pero la realidad es que yo me sentía muy socialmente incómodo en la secundaria, y no podía encontrar el valor para hablar a las muchachas hasta que Dios, por Su gracia, trajo a una hermosa mujer a mi vida quien, por alguna razón, se sintió atraída por mi incapacidad social. Y comenzó a hablarme, y tan pronto como lo hizo comencé a buscarla en todos los modos que conocía. Quería buscarla. Uno de los regalos que me hizo en nuestro aniversario era un álbum que tenía algunas de las cartas que yo le había escrito. Y las miramos juntos esa noche, y voy a arriesgar mi reputación aquí, porque yo era torpe, por decir poco. Quiero leerles solo un extracto. Este es uno de los buscadores, y no voy a leerles todo, solo quiero que escuche: ella se acababa de cambiar de escuela, ella es un año mayor que yo, y se había cambiado de escuela. Así que escribí:

“Querida Heather, compañera, estoy contento de que me llamaras esta noche”. ¿Qué clase de apertura es esa? Sí, muy bien. Entonces “Compañera, estoy contento de que me llamaras esta noche”. Aparentemente acabábamos de hablar. “He querido llamarte el viernes, el sábado, el domingo, y hoy” -uno no dice eso- “pero me imaginé que estabas demasiado ocupada. Cuando escuché tu voz, estaba tan maravillado que no puedo explicar cómo me sentí. ¡Tú sonabas tan maravillosa!” ¿No es esto tonto? Ni siquiera voy a leer el resto que iba a leer. Suena mucho peor cuando se lee frente a un grupo de personas.

De cualquier modo, el fin de la carta, de nuevo: “Compañera, no solo estoy gastando tinta cuando digo esto: Mi vida no es la misma sin ti a mi lado, y extraño hablar y pasar tiempo contigo. Te extraño con fiereza. Orando por ti, compañera.  En Cristo, David”.

El Dios del universo

El hecho de que yo esté casado, ¿no es una gran evidencia de la gracia de Dios? Yo le escribía. La llamaba. Quería estar cerca de ella. La esperaba después de clases. Piense en eso, el Dios del universo le ha buscado a usted. El Dios del universo dice: “Vengo a buscarte, a estar cerca de ti, a estar contigo”. Del mismo modo en que Él se detuvo, en que puso Su atención sobre Zaqueo, lo llamó por Su nombre. Tenemos un Dios que dice a Su pueblo: “Te he llamado por nombre y eres mío. He venido a buscarte, y no solo a buscarte, he venido a salvarte”. ¿Salvarte de qué? Salvarte de tu perdición. Salvarte de tratar de encontrar tu propio camino.

Las tinieblas son una imagen que vemos en las Escrituras que coincide con esta idea de la perdición. Y todos sabemos que cuando nos encontramos en medio de las tinieblas, es difícil encontrar nuestro camino. Estoy suponiendo que todos podemos pensar en momentos en que nos hemos encontrados rodeados de tinieblas, y no sabíamos por dónde ir. Y quizás hemos tratado de ir por cierta dirección, solo para descubrir que ese no era el camino correcto. Nosotros estamos perdidos, en la oscuridad, y Dios en Su gracia nos trajo luz.

La oscuridad

Y el significado de la navidad es que cuando estábamos perdidos y en la oscuridad, Dios no eligió dejarnos solos. En las tinieblas de nuestros problemas…, sé que durante este último año hay muchas personas en esta familia de fe, quienes han tenido batallas financieras, han perdido sus trabajos, han estado buscando empleo, han tenido problemas familiares. Y el recordatorio que recibimos en Navidad es que Dios no nos ha dejado solos en la oscuridad, y en las tinieblas del sufrimiento.

Sé que hay familias quienes han experimentado algunos diagnósticos inesperados en este último año, pruebas y dolores físicos inesperados. Y la buena noticia de la navidad es que Dios no nos ha dejado solos en las tinieblas del sufrimiento. En las tinieblas del dolor, sé que hay familias quienes han experimentado pérdidas durante este último año. ¿No es bueno saber que Dios no nos ha dejado solos en las tinieblas de la pena? Y, en un sentido supremo, que cuando usted y yo nos encontrábamos en las profundidades del pecado, Dios en las alturas se hizo hombre, y vino para estar con nosotros a fin de que no tuviéramos que encontrar nuestro camino por nosotros mismos. Él vino como “el Camino”, para que cuando confiáramos en Él, Él nos liberara del pecado, de la perdición, y de las tinieblas, de modo que pudiéramos ser hallados en él, ahora y por toda la eternidad.

En realidad, no hay una verdad mayor que esta, y esto es lo que celebramos en la navidad.

David Platt

David Platt sirve como pastor en el área metropolitana de Washington, D.C. Es el fundador de Radical.

David recibió su doctorado del Seminario Teológico Bautista de New Orleans y es el autor de Don’t Hold Back [No te quedes donde estás], Radical, Sígueme, Contracultura, Algo tiene que cambiar, Before You Vote [Antes de votar], así como los varios volúmenes de la serie Christ-Centered Exposition Commentary [Comentario Expositivo centrado en Cristo]. 

Vive junto con su esposa e hijos en el área metropolitana de Washington, D.C.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TO UNREACHED PEOPLE AND PLACES.

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