Recursos en español de Radical

3.2 billion people will live and die without hearing the good news of Jesus. Let’s change that together.

La Obra de Dios, Nuestra Obra

Toma en cuenta que Dios ya está obrando en la vida de las personas a tu alrededor. Mantente disponible, porque Dios desea incluirte en Su obra. Mantente alerta para buscar y escuchar evidencia del obrar de Dios. Sé activo y sacrifica tu agenda cada día para involucrarte donde Dios está obrando. Asómbrate y recuerda que Dios nos ha involucrado en Su obra no porque nos necesite, sino porque nos ama. En este episodio del Radical Podcast sobre Juan 5:17–20, el pastor David Platt nos recuerda lo que estamos llamados a hacer a la luz de la obra de Dios.

  1. Jesús sabía que Dios el Padre estaba trabajando.
  2. Jesús sabía que aparte del Padre no podía hacer nada.
  3. Jesús observaba y escuchaba para saber dónde y cómo estaba trabajando el Padre.
  4. Jesús estaba comprometido a unirse al Padre dondequiera que estuviera trabajando.
  5. Jesús sabía que el Padre lo involucraba en Su trabajo porque lo amaba.

Bien, si tienen sus biblias, y espero que así sea, déjenme invitarles a abrirlas conmigo en Juan capítulo 5, y también voy a mostrar un poco de gracia y darles otra semana si aun no tienen su tarea realizada sin contársela como tardanza, ¿bien? Así que si puede hacerla esta semana, lo que asignamos la semana pasada fue que en 100 palabras o menos compartiéramos nuestras historias, la diferencia que Cristo ha hecho en nuestras vidas. Me gustaría compartir algunas de esas historias. Estoy leyendo en cada una de ellas lo que Cristo ha hecho en la vida de diferentes personas a todo lo largo de esta habitación. Quiero leerles algunas de estas historias, son cuadros bien concisos de 45 segundos o menos, básicamente de lo que Cristo ha hecho en la vida de las personas a lo largo de esta familia de la fe. Voy a ponerlos en pantalla también para que lo puedan seguir.

Las historias de la semana pasada

Una persona dijo: “Por años mi vida giraba en torno a mí mismo: Qué puedo hacer, qué puedo construir, qué podría ser, qué podría tener. Tenía todo lo que la vida puede ofrecer. Todavía me faltaba algo. No fue hasta que un amigo me preguntó si sabía dónde pasaría la eternidad, cuando las cosas comenzaron a cambiar. Yo había sido miembro de una iglesia desde mi niñez. Creía en Jesús, sabía quién era, pero nunca había confiado realmente en él. Al comenzar a confiar en Jesús, aprendí realmente a confiarle mi vida presente y futura. A medida que comencé a confiar en él, aprendí que él demostró ser fiel en cada paso del camino.” Solo un breve y conciso cuadro de “Aquí está lo que Jesús ha hecho por mí”.

El Siguiente: “Hubo un tiempo en que tenía un profundo vacío en mi vida, traté de llenar ese vacío con relaciones, cosas materiales, y hasta con la aprobación de otras personas. Pero hubo un momento cuando llegué a darme cuenta de que ese vacío solo podría ser llenado por una persona, Jesucristo. A través de una relación íntima y creciente con él, él me ha hecho una persona total y completa.”

El siguiente: “La pérdida de mi Padre cuando era joven lanzó a mi familia a girar fuera de control. No importaba cuan duro yo lo intentara, no podía reparar lo que estaba mal en nuestras vidas. Así que desesperadamente intenté corregir todo lo que estaba errado en mi vida. Ser recto llegó a ser mi meta. No me tomó mucho tiempo darme cuenta de que mi mejor intento de ser recto sin Dios era terriblemente errado. En mi encuentro con Jesús él tomó todo lo que quedaba de mí y me hizo recto delante de él. Decirle a otros es más que mi deber, es mi privilegio.”

Todo esto muestra un cuadro distinto, un ángulo diferente sobre lo que Cristo ha hecho en cada una de nuestras vidas.

Esta otra persona escribe: “Me gustan los planes. Siempre tengo. Hay algo acerca de ser capaz de planear mi vida, que me da seguridad y gozo. Un día me di cuenta que el mapa de mi vida tenía muchos espacios en blanco. Las cosas cambiaban y no era confiable. Me preguntaba si Dios tendría un mejor plan. Un amigo me explicó que sí, que él lo tenía y que estaba en la Biblia. Al leer la Biblia me di cuenta que para seguir el plan de Dios necesitaba confiar en Jesús y vivir de acuerdo a sus planes. Desde que confié en Jesús, ahora tengo seguridad genuina y el gozo de conocerle personalmente.”

Dos más: una persona escribe: “Mi vida solía ser descrita por la palabra rebelión. Mi familia y yo nos mudábamos frecuentemente y en consecuencia yo siempre era la nueva chica haciendo lo que fuera por encajar. A través de una serie de circunstancias difíciles en un momento decisivo en mi vida, me vi obligada a examinar quién era yo realmente. No me gustó. Dios comenzó a trabajar en mí a través de su palabra. Y a través de personas significativas en mi vida me di cuenta de que si yo creía en él y lo que él había hecho por mí, vendría a ser una nueva criatura. Estoy feliz de decir que creí en él y mi vida ha cambiado para siempre. “

Una más: “Mi vida estaba plagada de vergüenza. Vergüenza por una familia disfuncional, sueños no realizados, amarguras, y decisiones equivocadas. Pensaba que no merecía ser amado pero desesperadamente deseaba ser amado de todas maneras. Conocí a Dios y él se llevó mi vergüenza. Descubrí que Jesús murió para echar fuera mi vergüenza y cambiarla por honra. Hoy, Dios continúa tornando mi enfoque hacia él y solo a él. La vergüenza no ha sido nunca más el centro de mi vida. Cada día Dios me ama incondicionalmente y tengo la oportunidad de corresponder a su amor.”

Compartir con otras personas

Vamos a publicar algunos de estos en línea mientras ustedes trabajan en los suyos, pensando y si dejó pasar la semana pasada, si perdió la clase de la semana pasada, necesita retroceder y necesita profundizar en ese sermón. Lo que hicimos fue estudiar nuestras historias, cómo nuestra historia encaja en la historia de Dios. Y lo que estamos haciendo es pensar, si solo tuviera un minuto para compartir con otra persona acerca de lo que Dios ha hecho en mi vida, cómo vamos a optimizar ese minuto. Y estamos haciendo esto porque vale la pena hacerlo, porque es importante hacerlo. Si vamos a ser buenos en algo debemos ser buenos en decirles a otras personas lo que Jesús ha hecho en nuestras vidas. Desafortunadamente ese no el caso el caso normal. Pero queremos llegar a ese punto.

Lo que quisiera es que demos un paso más profundo pasando de la historia de Dios y nuestra historia a la obra de Dios y nuestra obra. Ahora lo que quiero hacer esta mañana es, quiero que hablemos sobre lo que creo es la cosa más importante en cualquier acercamiento para compartir nuestra fe. La semana pasada hablamos sobre todas las nuevas modas evangelistas y alcances evangelísticos que hay ahí afuera. Debo reiterar que no necesariamente están mal. Las personas están viniendo a Cristo por esos medios, ¿Quién soy yo para criticarlos? De todas formas, hay algo que hace falta en muchos de ellos que yo pienso que es el elemento más importante en lo que respecta a compartir nuestra fe.

La cooperación con el Espíritu Santo de Dios

Y lo que quiero proponerle a usted en esta mañana es que la cosa más importante es, el valor más importante que tenemos cuando se trata de compartir nuestra fe es simplemente la cooperación con el Espíritu Santo de Dios. La cosa más importante en cualquier acercamiento de cómo compartir nuestra fe, es la cooperación con el Espíritu Santo de Dios.

¿Qué quiero decir con eso? Algunos de ustedes estarán pensando, “bueno, eso es fácil. Gracias por argumentar algo tan obvio esta mañana David” bueno, yo pienso que esto está faltando. Pienso que hemos creado una situación en la que el éxito al compartir nuestra fe está definido por si usamos o no el plan de Romanos, o si usamos o no las cuatro leyes espirituales, si nos vamos o no por compartir nuestro testimonio—todos, los cuatro volúmenes de nuestra historia– si vamos o no a través de todas esas cosas y entonces logramos que alguien llegue a la frontera, a la línea de la cruz, sellamos el negocio, firmamos la caja, hacemos la oración, ¡hemos sido exitosos en evangelismo!

Lo que me gustaría proponerles a ustedes esta mañana, empero, es que puede ser exitoso en evangelismo y salir de una conversación sin haber dicho una sola palabra, si acaso el Espíritu Santo nos está guiando a hacer exactamente eso.

Ahora, usted estará pensando: “bueno, espera un segundo David, quizás estás un poco en el limbo ahí” pero ¿qué tal si el Espíritu Santo de Dios obra diferentemente en la vida de distintas personas y en momentos diferentes? Y si nuestra responsabilidad primero que todo es simplemente unirnos a lo que él ya está haciendo y si eso significa compartir nuestra historia en una hora de conversación entonces así será. Si esto significa guiar a alguien a orar y darle su corazón a Cristo, entonces así será. Pero si esto significa quedarse quieto y hacer algo más, entonces así será.

No estoy tratando de golpear los métodos de evangelismo pero estoy diciendo esto. El Espíritu Santo reventará nuestros métodos de evangelismo vez tras vez. Desearía poder decir que es predecible compartir nuestra fe. Desearía poder decir “diga estas cosas y estará bien, esto los guiará directo a cruzar la recta final”. Pero esa no es solo la forma en que esto funciona. En la Escritura esa no es la forma en que esto funciona. Cada vez que vemos a Jesús interactuando con diferentes personas él está diciendo cosas distintas. Está tomando diferentes acercamientos sobre cómo su Padre ama a las distintas personas. Vemos a Pablo haciendo la misma cosa en el Nuevo Testamento. Y así en lugar darle un bosquejo y decir “diga estas cosas y estará todo bien”, mi meta para nosotros es que pongamos nuestras vidas en contacto con el Espíritu Santo de Dios y lo que el Espíritu Santo está haciendo alrededor de nosotros y unirnos a él en lo que él ya está haciendo.

Algunos de ustedes estarán pensando, “bueno, eso suena un poco vago, deme algo más concreto, David. No solo necesito que me diga acerca de cómo obedecer al Espíritu Santo. ¿Qué quiere decir eso?” Bueno, eso es lo que quiero que hagamos esta mañana.

Cooperación con Dios Padre en la obra

Quiero que profundicemos en esto. Vamos a ver primero en la vida de Jesús y su ministerio y quiero que veamos cómo él cooperaba con Dios Padre en Su obra sobre esta tierra. Entonces me gustaría que hiciéramos un puente desde ese cuadro para ver cómo eso se relaciona a nuestras vidas a lo largo de este salón.

Vean conmigo en Juan capítulo 5, verso 16. El contexto de este pasaje es Jesús sanando a un muchacho que no podía caminar y entonces algunos líderes religiosos se molestan con este joven, porque él estaba cargando su lecho en el día de reposo. Los hechos están un poco antes y así ellos vienen delante de Jesús y están básicamente atacándolo por sanar a alguien en el día sábado, por ayudar a un joven a caminar en el día sábado. Así que en el verso 16 Jesús comienza a responder:

Dice: “16 Precisamente por esto los judíos perseguían a Jesús, pues hacía tales cosas en sábado.17 Pero Jesús les respondía:

—Mi Padre aun hoy está trabajando, y yo también trabajo. 18 Así que los judíos redoblaban sus esfuerzos para matarlo, pues no sólo quebrantaba el sábado sino que incluso llamaba a Dios su propio Padre, con lo que él mismo se hacía igual a Dios. 19 Entonces Jesús afirmó:

—Ciertamente les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su Padre hace, porque cualquier cosa que hace el Padre, la hace también el Hijo.20 Pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace. Sí, y aun cosas más grandes que éstas le mostrará, que los dejará a ustedes asombrados.21 Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a quienes a él le place.22 Además, el Padre no juzga a nadie, sino que todo juicio lo ha delegado en el Hijo,23 para que todos honren al Hijo como lo honran a él. El que se niega a honrar al Hijo no honra al Padre que lo envió. 24 »Ciertamente les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida.25 Ciertamente les aseguro que ya viene la hora, y ha llegado ya, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán.26 Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha concedido al Hijo el tener vida en sí mismo,27 y le ha dado autoridad para juzgar, puesto que es el Hijo del hombre. 28 »No se asombren de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz,29 y saldrán de allí. Los que han hecho el bien resucitarán para tener vida, pero los que han practicado el mal resucitarán para ser juzgados.30 Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta; juzgo sólo según lo que oigo, y mi juicio es justo, pues no busco hacer mi propia voluntad sino cumplir la voluntad del que me envió”

Ahora, en esta respuesta a esos líderes religiosos, escondido en medio de esto hay una descripción increíble de cómo Jesús cuando estaba en la tierra se relacionaba con el Padre. Lo que quiero es que veamos 5 verdades, cinco principios que regulaban la participación de Jesús en la obra de Dios. Entonces haremos el puente hasta nosotros. Pero pensemos sobre Jesús por un segundo.

Basados en el texto que acabamos de leer, realmente enfocándonos en el verso 17 y el 19-20, quiero que veamos cómo Jesús se relacionaba con el Padre. Piense en la obra de Dios en estas verdades. Primero que todo:

Dios el Padre estaba trabajando

Jesús sabía que Dios el Padre estaba trabajando. Jesús sabía que Dios el Padre estaba trabajando. Verso 17: Mi Padre aun hoy está trabajando. Lo que vimos la semana pasada, el pecado entró en el mundo, y justo a la entrada del pecado en el mundo Dios comenzó a buscar al pecador, comenzó a cubrir la vergüenza, comenzó a proteger al temeroso. Continuó buscando al hombre después de su pecado desde el mismo comienzo en Génesis capítulo 3 y lo ha estado haciendo desde entonces. Y eso es lo que Jesús está diciendo. Mi Padre siempre está trabajando. Él siempre está acercando personas a sí mismo. Y yo añado que la misma cosa es real y verdadera hoy. El Padre está trabajando. Y Jesús lo sabía. Jesús sabía que él no tenía que iniciar ninguna obra. Era el Padre quien ya estaba trabajando, y lo que Jesús hacía era unírsele. Así que su defensa delante de estos líderes religiosos básicamente fue “Bueno, Mi Padre está haciendo algo, así que yo también estoy haciendo algo. Hago lo que él hace.” El sabía que el Padre siempre está obrando acercando a los hombres a sí mismo. Esa es la primera verdad.

Aparte del Padre no podía hacer nada

La segunda verdad: Jesús sabía que aparte del Padre él no podía hacer nada. Jesús sabia que aparte del Padre él no podía hacer nada. Cuando tenemos el verso 19, este dice: Ciertamente les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, Esa es una tremenda declaración, este el mismo Jesús diciendo que no puede hacer nada por su cuenta. Nada implica todo del todo. Él dice que no puede hacer nada aparte del Padre. Esto es enfatizado una y otra vez a través del libro de Juan. Déjeme darle un rápido tour: Escuche Juan 5 verso 30: “Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta; juzgo sólo según lo que oigo, y mi juicio es justo, pues no busco hacer mi propia voluntad sino cumplir la voluntad del que me envió”.

Ahora vamos dos capítulos adelante, a Juan 7: vamos a ver en Juan Capítulo 7, verso 20, nuevamente, Jesús está enseñando aquí y él habla sobre su dependencia del Padre. Él dice en el verso 28:

“Por eso Jesús, que seguía enseñando en el templo, exclamó: — ¡Con que ustedes me conocen y saben de dónde vengo! No he venido por mi propia cuenta, sino que me envió uno que es digno de confianza.”

Estoy aquí por causa de él. Veamos en el capítulo 8. El siguiente capítulo, también el verso 28. Jesús está nuevamente explicando quién es él y dice: “ —Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, sabrán ustedes que yo soy, y que no hago nada por mi propia cuenta, sino que hablo conforme a lo que el Padre me ha enseñado.”

Déjeme mostrarle uno más: mire en el capítulo 14. Juan capítulo 14. Veamos el verso 10, este es Jesús explicando a sus discípulos su relación con el Padre. Y esto es lo que él dice. “¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre, y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les comunico, no las hablo como cosa mía, sino que es el Padre, que está en mí, el que realiza sus obras”

Él dice: “Aparte del Padre no puedo hacer nada. Vine de él. Hago lo que él hace. Mi vida se trata de hacer su obra. Aparte de él no puedo hacer nada” El dependía completamente del Padre. Jesús insiste en que no puede hacer nada aparte de él. Quiero que eso sea un motivo de ánimo para nosotros esta mañana. Si nos sentimos inadecuados, si nos sentimos que no damos la talla para la tarea de compartir nuestra fe con otras personas, quiero recordarles que Jesús mismo no estaba haciendo esto independientemente. Él era dependiente también. El no podía hacerlo por su cuenta. Era dependiente del Padre. ¡Qué declaración tan increíble!

Miraba y escuchaba para saber dónde y como el Padre estaba trabajando

Tercera verdad: Jesús sabía que Dios el Padre estaba trabajando, Jesús sabía que no podía hacer nada aparte del Padre. Tercero: Jesús miraba y escuchaba para saber dónde y como el Padre estaba trabajando. Él miraba y escuchaba para saber dónde y cómo el Padre estaba trabajando.

Cuando regresamos al capítulo 5 y verso 19, dice: no solo que el Hijo no puede hacer nada por cuenta propia, “…el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su Padre hace”. Él solo hace lo que ve al Padre hacer. Lo que tenemos aquí es un cuadro. Muchos analistas que han estudiado este pasaje más que yo hablan hasta de cómo casi tenemos una parábola en este cuadro de un Hijo y su Padre. Un Hijo trabajando casi como un aprendiz en el taller de su Padre y él observa cómo su Padre trabaja. Él observa cómo su Padre usa sus manos y hace esto o aquello y el Hijo imita eso. El Hijo ve lo que hace el Padre. El Padre muestra al Hijo lo que él hace intencionalmente, de modo que el Hijo haga la misma cosa.

La otra noche Heather salió y entonces Caleb y yo estábamos solos. Yo tenía las responsabilidades de hacer todo el asunto de la hora de ir a la cama por mi cuenta. Fue difícil. Pero tan pronto como mama salió, Caleb estaba comiendo y yo comencé a pensar. “Muy bien, esta es la noche de Caleb y mía” de modo que comencé mirándolo y levantando mis manos yo decía “¡bravo! Es noche de chicos. Noche de muchachos” y repentinamente Caleb tenía una enorme sonrisa en el rostro y él comenzó a levantar las manos y él no podía decir “¡Es noche de chicos!” pero él decía algo como “Ahhhhhh, ahhhhhhh” y así estaría toda la noche. Lo cargué para la cena y caminamos y sería como la noche de muchachos. Bueno, él no estaba diciéndolo, pero usted capte el cuadro. Eso fue la noche entera en el baño, “¡Noche de muchachos!”. Él repetía la escena que me había visto a mí hacer. Sabemos cómo esto funciona con los niños. Definitivamente es algo que asusta cómo este asunto de la imitación funciona con los niños. Definitivamente nos hace reevaluar todo lo que hacemos y todo lo decimos. Pero ese es exactamente el cuadro que estamos viendo aquí. Es el Hijo Jesús diciendo “Yo veo todo lo que el Padre hace, el Padre me muestra”. Él observa lo que el Padre está haciendo. Él miraba y escuchaba para ver cómo y dónde el Padre estaba trabajando.

Estaba comprometido a unirse al Padre dondequiera que él estuviera trabajando

Siguiente verdad: Jesús estaba comprometido a unirse al Padre dondequiera que él estuviera trabajando. Él solo puede hacer lo que ve al Padre hacer porque lo que sea que el Padre haga, el Hijo también lo hace. Lo que sea. Jesús dice: “porque cualquier cosa que hace el Padre, la hace también el Hijo” Jesús no hace nada independientemente. Jesús no hace nada por su propia cuenta o su propia voluntad. Él está haciendo exactamente lo que es la voluntad del Padre.

Retrocedamos un capítulo. Vamos al capítulo 4, mire el verso 34: capítulo 4: Jesús dijo: Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra.

La perspectiva de Jesús, si usted pudiera ponerse en sus zapatos por un segundo. Él se levantaría para comenzar su día y diría: voy a ubicar dónde el Padre está trabajando y me propongo unirme a él en lo que sea que él esté haciendo”. Y así, cuando en Lucas Capítulo 19 él está caminando entre la multitud de personas, ve al Padre obrando en la vida de ese hombre llamado Zaqueo, que había trepado a un árbol. Jesús se ubica en ello e invita a Zaqueo a descender. Ese es irónicamente el mismo pasaje que nos muestra Lucas capítulo 19 verso 10: Jesús vino a buscar y salvar lo que se había perdido.

Lucas capítulo 8, recuerden cuando él estaba caminando entre la multitud, él estaba de hecho, yendo a sanar a alguien que estaba a punto de morir y que por cierto ya había muerto en el momento en que él llegaba. En Lucas capítulo 8 él estaba caminando entre esta gran multitud cuando repentinamente se detiene y dice “alguien ha tocado mi ropa”. Sus discípulos están pensando, “un montón de gente lo está haciendo, estás rodeado de personas” pero él sabía que el Padre estaba trabajando en particular en esa mujer del flujo de sangre de modo que la sanó justo ahí.

Aun en Juan capítulo 4, el contexto en el cual él dice esto – si miramos más atrás al principio de este capítulo. En Juan capítulo 4, verso 4, hay una frase muy interesante. Dice: (Jesús) tenía que pasar por Samaria. Esto es enfatizado aquí. Él tenía que pasar por Samaria. No era una opción para él. Pero en realidad, cuando conocemos el contexto que hay detrás de Juan Capítulo 4, de hecho él no tendría que ir atravesando Samaria. En realidad la práctica común de los hombres judíos era rodear Samaria. Los judíos evitaban atravesar Samaria, tomar un desvío para evitar a los temidos samaritanos. Usted no querría compartir con ellos. No necesitaba estar cerca de ellos, pero Jesús tenía que pasar por Samaria ¿Por qué? Porque Dios tenía una cita pautada. El Padre había agendado una cita para él con una mujer en el pozo allí. Esto lo guió a Jesús a decir “mi comida, lo que me impulsa, mi sustento es hacer la voluntad del que me envió y completar su obra.” Jesús estaba comprometido a unirse al Padre donde quiera que él estuviera trabajando y el último cuadro de esto es Juan 12, cuando él estaba prediciendo su camino a la cruz.

Y él dice: ¿y acaso voy a decir: “Padre, sálvame de esta hora difícil”? ¡Si precisamente para afrontarla he venido!28 ¡Padre, glorifica tu nombre!”. En su oración en el jardín de “no mi voluntad sino la tuya” él estaba comprometido a unirse al Padre dondequiera que estaba trabajando.

Sabía que el Padre lo involucró en su obra porque el Padre lo amaba

Quinta verdad: Jesús sabía que el Padre lo involucró en su obra porque el Padre lo amaba. Jesús sabía que el Padre lo involucró en su obra porque el Padre lo amaba. El cuadro aquí en el verso 20 del capítulo 5 es hermoso: Pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace. La razón por la que el Padre le muestra al Hijo todas las formas en que está trabajando es porque el Padre ama al Hijo. La razón por la que tenemos esta revelación continua es la relación unida que ellos tienen. La palabra para amor que tenemos justo ahí en el verso 20 (tenemos más un término diferente que Juan usa en el lenguaje original) usted halla amor Ágape mencionado muchas veces y entonces halla término Fileo. Amor ágape es el que normalmente consideramos como el amor incondicional de Dios. El amor Fileo es más un amor de amistad. En el verso 20 se trata de un cuadro de Fileo. Es un cuadro del Padre y del Hijo como una relación amistosa en una intima relación del uno con el otro y el Padre mostrando al Hijo lo que él hace y el Hijo uniéndose en esto que el Padre está revelando.

Nos devolvemos a Juan Capítulo 3. Mire Juan Capítulo 3, verso 35. Atienda a este cuadro. Cada uno de los evangelios comienza el ministerio de Jesús mostrando un cuadro del amor del Padre hacia el Hijo. En el otro evangelio es Jesús siendo bautizado. “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” Miremos entonces en Juan Capítulo 3, verso 35, dice: “El Padre ama al Hijo, y ha puesto todo en sus manos.”

Y a todo lo largo del libro de Juan vemos a Jesús identificándose a sí mismo con el Padre. Juan capítulo 10, verso 30: El Padre y yo somos uno. Lo que vemos es que una y otra vez se enfatiza la relación intima que El tenia con el Padre. El Padre no le guarda secretos. El Padre le muestra todo lo que él hace y ellos se unen para juntos hacer la obra. Es un cuadro increíble de la trinidad aquí: estas dos personas, Dios el Hijo y Dios y Dios el Padre infiltrados por el Espíritu Santo en este proceso completo de liderazgo. Es increíble.

Ahora, tenemos estas verdades en Juan Capítulo 5, verso 17-20 que se refieren a Jesús. La sabia que Dios el Padre estaba trabajando. El sabía que separado del Padre él no podía hacer nada. El miraba y escuchaba para saber donde el Padre estaba trabajando. El estaba comprometido a unirse al Padre donde quiera que él estuviera trabajando. Y el sabía que el Padre lo involucraba en su obra, porque el Padre lo amaba.

Jesús está comparando su relación con el Padre con su relación con nosotros

Ahora, aquí está lo que quiero que hagamos, quiero que tomemos este cuadro de Juan Capítulo 5, verso 17, hasta el 20, quiero que hagamos un puente. Quiero que hagamos un puente entre este cuadro en la vida de Jesús y quiero que nos hagamos la siguiente pregunta: ¿Qué tal si Jesús quisiera tener con nosotros la misma relación que él tenía con el Padre? ¿Qué tal si esta misma relación (aunque es realmente distinta, la forma en que Jesús se relaciona con el Padre es realmente distinta, Jesús nunca pecó, él hizo la voluntad del Padre perfectamente… sé que hay ciertas cosas, y Jesús era Dios, esas eran algunas cosas importantes ahí)? Pero cuando usted busca en el libro de Juan, lo que va a encontrar una y otra vez es que Jesús está comparando su relación con el Padre con su relación con nosotros.

Déjenme mostrarle un par de ejemplos, mire en Juan Capítulo 14, mire en Juan Capítulo 14, comience conmigo con el verso 10, este es un verso que leímos segundos antes; escuche cómo él habla de su relación con el Padre y su relación con sus discípulos, incluyéndonos a nosotros. Escuche desde el verso 10 de Juan Capítulo 14.

¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre, y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les comunico, no las hablo como cosa mía, sino que es el Padre, que está en mí, el que realiza sus obras.11 Créanme cuando les digo que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí; o al menos créanme por las obras mismas.12 Ciertamente les aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él las hará”

¿Qué ha estado él haciendo? ¿El trabajo de quien? El trabajo del Padre. De modo que cualquiera que tenga fe en él, estará haciendo el trabajo ¿de quién? Él lo está haciendo a través de nosotros. Así que ahora estamos envueltos en este cuadro. Ahora, aquí es donde esto se pone bueno, “Ellos harán cosas aun mayores que estas, porque yo voy al Padre”. Aun más grandes cosas que la que él hizo. “Y yo haré lo que me pidan en su nombre. Así que el Hijo trae gloria al Padre. Pueden pedir cualquier cosa en ni nombre y yo lo haré”.

Usted ve que Jesús está aun en el negocio de hacer la obra de su Padre, pero él está haciendo esto a través de ¿adivinen quién? Él lo está haciendo a través de nosotros. Así que ahora estamos involucrados en este asunto. La obra del Padre en Cristo a través de nosotros y como resultado hay 4 mil personas hoy en la iglesia de Brook Hills haciendo cosas mayores que estas, ¿Qué quiere decir? Usted vio todo lo que Jesús hizo, sanar a esta persona, levantar a aquella otra persona de la muerte, un par de capítulos antes en Juan 11, pero si usted nota él usa la misma terminología en Juan Capítulo 5. Él dijo: “para su asombro voy a hacer grandes cosas” y entonces a partir de ahí, el continuó hablando sobre cómo él tendría la autoridad para juzgar el universo, para dar vida y para impartir vida. Y la belleza de esto que él está diciendo es que a través de nosotros él está impartiendo vida a otros. Él está tomando el evangelio que ha cambiado y transformado a todas y cada una de nuestras vidas en este salón, y su deseo, su obra, es impartir vida a otros. Él lo hace a través de nosotros. Por eso es que él dice ustedes harán cosas mayores que éstas. Dios, ayúdanos a establecer que nunca como iglesia nos conformemos con menos que con cosas mayores que estas.

Entonces, avanzamos, miremos al siguiente capítulo, Juan capítulo 15 de Juan. Esto se pone aun mejor. Piense en el Padre en el Hijo, y el Hijo y nosotros. Escuche lo que dice Juan Capítulo 15, verso 9 “Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor”

Un montón de amor

Ese es un montón de amor. El Padre ha amado a Jesús y él nos ha amado a nosotros. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. 11 Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa.12 Y éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.13 Nadie tiene amor más grande que el dar la *vida por sus amigos.14 Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando”

Ahora escuche esto: piense en esto en relación a lo que acabamos de leer en Juan 5, “Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo (Todo) lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a (¿A quiénes?) Ustedes”

El Padre le muestra al Hijo todo lo que él está haciendo. El Hijo dice, todo lo que el Padre me muestra yo se lo muestro a ustedes. Nosotros estamos involucrados en este cuadro. No somos simples siervos. No tenemos una relación empleador-empleado con Jesús. Somos amigos y él exhibe su amor por nosotros revelándose a sí mismo a nosotros y revelando la obra del Padre y de su amor por nosotros.

Así que pienso que definitivamente podemos hacer un puente entre la relación de Jesús con el Padre, su cooperación con la obra del Padre, y nuestro trabajo, porque eso es exactamente lo que Juan está enfatizando una y otra vez. Usted ve esto de nuevo en Juan capítulo 17, verso 20 al 23, el cual estudiamos anteriormente este año –acerca del Padre en él y él en nosotros. Por tanto estamos todos juntos en esto.

Así que, basados en esto, lo que me gustaría que hiciéramos es, me gustaría que pensáramos acerca de estas 5 verdades que hallamos en la vida de Jesús en Juan Capítulo 5, quiero que hagamos un puente hacia cómo esto luce en nuestras vidas. ¿Qué significa esto que tenemos que hacer? Si se espera que estemos involucrados en la obra del Padre, entonces ¿cómo luce esto en nuestras vidas?

Quiero darles cinco palabras de ánimo que se corresponden con cada una de estas verdades a que estamos a punto de ver en Juan capítulo 5. La primera es esta: Recuerde, la primera verdad fue: Jesús sabía que Dios el Padre estaba trabajando.

Estemos conscientes

Así que mi primera palabra de ánimo para nosotros como el cuerpo de Cristo es esta: Estemos conscientes. Estemos conscientes porque Dios ya está obrando en las vidas de las personas alrededor de usted. El Padre está obrando siempre-. Y yo también estoy trabajando. Necesitamos estar conscientes del hecho que de Dios ya está obrando a todo nuestro alrededor. Esto es enorme. Uno de los grandes obstáculos que algunas veces tenemos para compartir nuestra fe que la gente va a decir, que la gente va a pensar “Simplemente no sé cómo voy a empezar una conversación que nos guie al evangelio. No sé como iniciar esto o aquello”

Y lo que me gustaría que hiciéramos es simplemente, liberarnos un poco basados en la obra de Dios. Y me gustaría revelarle un secreto. Ya él comenzó la obra. Él ha tomado la iniciativa. Puede ser, tal vez, solo tal vez, que haya gente en toda esta comunidad en cuyas vidas ya Dios comenzó a trabajar. Que ya Dios los está buscando; Dios ya está llevándolos a un punto donde ellos están comenzando a hacer preguntas o a imaginar cosas. Y podría ser que la obra de compartir nuestra fe comience con estar conscientes de que Dios ya está obrando. Ahora tenemos la oportunidad de unirnos a él lo que, tal como dijo Jesús “Mi Padre siempre está trabajando y yo también trabajo” bien, Mi Padre está trabajando, así que voy a trabajar con él. Y él lo hace.

Cuando hablamos sobre esto hace poco en el mes de Enero, usé un ejemplo de cuando fui a la India hace un par de años. Y la ciudad de la India en donde estábamos, Hyderabad, repleta de gente no alcanzada, literalmente millones de personas que tenían poco o ningún contacto con el evangelio. Muchos de ellos nunca habían escuchado el nombre de Jesús. Y nosotros caminábamos entre los conglomerados, grandes lugares públicos donde se reunía mucha gente, parques, y otros tipos de lugares. Y nosotros simplemente merodeábamos y hablábamos con la gente. Y la convicción que nos guiaba, las oraciones que nos impulsaban, cuando pasábamos y veíamos incontables personas en estos lugares públicos—India es una nación muy populosa, especialmente en esas ciudades– gente por dondequiera.

Y lo que nos guiaba era la convicción de que en algún lugar entre este grupo de personas, Dios ya estaba trabajando. Hay gente que Dios está acercando a sí mismo. Ahora, algunos de ustedes estará pensando: bueno, ¿Será que Dios no está acercando a algunos? Ni siquiera nos metamos en eso ahora, vamos solo a confiar que Dios está acercando gente a sí mismo y quizás esas personas van a tener un impacto en algunas otras personas en el futuro. Quizá no todos de nosotros en el mismo momento. Así que en este tiempo en este lugar, Dios está acercando algunas personas a sí mismo y mi tarea es encontrar dónde Dios está obrando.

De manera que pasaríamos alrededor y les haríamos a las personas distintas preguntas y simplemente conocemos a las personas y descubrimos sus historias y al hacerlo hallamos alguna circunstancia donde era muy obvio que no íbamos a llegar a ninguna parte, así que hablaríamos por un ratito más y continuaríamos entonces yendo hasta otra persona y hablaríamos con ellos y ellos comenzarían a expresar algunas cosas que el evangelio los golpearía en la cara. Seríamos capaces entonces de compartir cómo Jesús se relaciona con esto. El Padre ya estaba obrando.

Ahora, esta semana pasada, Daniel Phillips y yo, él y yo salimos a las calles de Birmingham para hacerle a la gente algunas preguntas sobre algunas cosas que vamos a hacer más adelante en la serie. Y seré honesto con ustedes. Y sé que ustedes podrían no creerme en esto, pero, créanme, pueden preguntarle a mi esposa. Créanme. Por naturaleza no soy una persona que le guste salir. Mi esposa sí es la que le gusta salir y una noche ideal para mí es en el rincón leyendo un libro y una noche ideal de año nuevo es quedarme dormido a las 12:01 en el sofá. Para ella es hacer una fiesta y tener un buen tiempo (fiesta en el buen sentido por supuesto). Y así todo lo que implica salir a la calle… solo quiero evitar la idea que está llegando a la mente de algunas personas ahora mismo. “bueno a ustedes les gusta esa clase de cosas” esa no es mi especialidad. Y no es la de Daniel tampoco.

Así que salimos y estamos hablando en la vía, aquí afuera, solo pensando “bueno, esto es fuera de nuestra mentalidad para nosotros así que vamos a hacerlo”. Llegaríamos hasta las personas y les diríamos “hey, ¿podemos hacerle un par de preguntas sobre su perspectiva de la vida? Fue maravilloso, la gente fue bastante abierta—bastante abierta para hablar acerca de esas cosas y hubo algunas conversaciones que se prolongaron más que otras. Y seré honesto, hubo algunas personas que dijeron, “no gracias” o no lo dijeron tan amablemente. Pero hubo mucha gente que dijo “Si me gustaría. Y entonces comenzaríamos a preguntarles algunas cosas. Entonces ellos comenzaban a cuestionarnos a nosotros, ¿Y ustedes que piensan acerca de esto? Recuerdo una conversación con tres personas, ellos me pidieron básicamente que les hablara del evangelio. ¡Por supuesto! El Padre ya está trabajando. El quiere acercar las personas a sí mismo. Esa es su obra. Y él la ha comenzado en todo Birmingham y nosotros somos la familia de la fe que está involucrada en este cuadro. Así que estemos conscientes. Dios ya está obrando en las vidas de las personas a su alrededor.

Estemos disponibles

Ahora, la segunda verdad que dijimos fue: Jesús sabía que aparte del Padre él no podía hacer nada. Así que el segundo desafío o palabra de ánimo es este: No solo estemos conscientes, pero estemos disponibles. Estar disponibles. Dios desea incluirlo a usted en su obra. Dios desea incluirlo a usted en su obra. Ahora, aquí está lo que quiero que pensemos. Qué tal si usted se levantara mañana temprano y donde sea que fuere, sea a una complejo de oficinas, o a un lugar en construcción, o en su vecindario, sea en su casa, o el supermercado local, donde quiera que vaya tener el acercamiento y la actitud de “Dios, voy a creer que tú estás trabajando a mi alrededor y hoy quiero estar disponible para ser parte de tu obra”. Así de simple. “Si tu abres una puerta cerca de mí, provees una oportunidad para que motive a otro en su viaje espiritual, entonces quiero estar disponible para eso.” Saber que él desea incluirnos en su obra, él nos invitó a ser parte de su obra. Así que tomemos este acercamiento, tomemos esta perspectiva. Quizá aun esta semana para intentar eso y ver si nuestros ojos serán abiertos a algunas cosas que él ponga en nuestro camino.

La forma en que veo esto, aun en mi propia vida, es: yo quiero ser un proveedor de recursos para las personas en su viaje espiritual, mientras la gente expresa lo que está sucediendo en sus vidas para decir “Hey, yo sé algo que puede ayudar entre esas líneas”. Si la gente tiene una pregunta, tengo conozco alguien que puede ayudar.

El sentimiento de ser inadecuado

Quizá el mayor obstáculo de compartir nuestra fe es solo el sentimiento de ser inadecuado. El sentimiento de “Qué tal si me hacen tal pregunta y yo no tengo la respuesta.” Creo que todos hemos estado en esa situación, cuando alguien nos ha preguntado algo acerca de Cristo, acerca del cristianismo, y nosotros no sabemos la respuesta y por eso queremos alejarnos y nos sentimos mudos. “Estoy perplejo. Desearía que tal persona estuviera aquí. Desearía que el pastor estuviera aquí. Él lo podría haber hecho mucho mejor que yo. Él lo hubiera hecho muy bien en este caso. No sé a quien yo necesitaba aquí, pero alguien más necesitaba estar aquí en esta situación.”

Y así comenzamos a pensar “usted sabe, simplemente no puedo hacer esto”. Quiero decirle que si esos son los pensamientos que han llegado a su mente, quiero decirle que se trata de mentiras que vienen directamente del adversario. Y quiero hacerle la pregunta: ¿Qué tal si? ¿Qué tal si Dios lo pone en esa circunstancia para oír esa pregunta por alguna razón? ¿Qué tal si él sabía lo que estaba haciendo? ¿Qué tal si el sabía que x persona aquí o x persona allá podría estar en esa conversación? Pero qué tal si Él lo escogió a usted para estar en esa conversación, no así que usted pudiera alejarse y decir, “estoy perplejo, no puedo hacer esto” y ahora el resultado es que siempre nos alejamos de esa forma con esa abrumadora sensación de incompetencia. Qué tal si esto evita otras oportunidades en el futuro porque ahora solo pensamos “voy a tener otra oportunidad y no sabré qué hacer y no sabré qué decir.” Esto lo que va a hacer es convertirnos en cada vez menos activos en compartir nuestra fe. Pero qué tal si lo que decimos es “Bien, Dios me puso en esta situación por una razón. Voy a confiar en eso. Y si no conocemos la respuesta a una pregunta, decimos, por ejemplo: “¿usted sabe? No tengo la respuesta para eso, pero voy a estudiar el asunto y a pensar en ello y entonces regresaré con usted”. Qué tal si en vez de alejarse y decir “estoy perplejo, no puedo hacer esto, no soy tan listo como un cristiano necesita ser” que tal si somos listos. ¿Qué tal si nos sumergimos en la Biblia y encontramos la respuesta a tal pregunta? O si profundizamos en otros recursos y hallamos una respuesta para esa pregunta y entonces regresamos con la persona y decimos: “Estudié un poco sobre esto y aquí está lo que encontré…” y quizá eso sea suficiente. O quizás la persona diría: Bueno, ¿Pensaste acerca de eso? Bueno, no, no pero regresaré contigo sobre el tema. Y así usted va y hace eso. ¿Por qué usted hace eso? Bueno, aquí está el por qué: porque ahora, créalo o no, Dios está usando esta situación para acercarle más profundamente en su fe, Para acercarlo más a Él y está usándole para ayudar a tal persona en su viaje espiritual. Usted, no alguien más. Ahora, usted está involucrado en la obra de Dios y la belleza de esto es que él le está trayendo más cerca de Sí mismo a través de todo el proceso.

“No soy suficientemente listo”

Ahora, el primer pensamiento que nos viene a la mente y que llega a las mentes de muchos a todo lo largo y ancho de este salón. Decimos, “simplemente no soy suficientemente listo, no soy suficientemente intelectual para esta persona en particular.” Quiero recordarle que compartir su fe no es un juego intelectual de aquellos en los que gana la persona más inteligente, porque si usted es la persona más inteligente en la conversación y usted es capaz de persuadirlos de esta forma con lo que usted dice, llegará un día cuando alguien más va a llegar quien es mucho más inteligente que usted. Sé que esto es difícil de creer, pero puede ser. Alguien más, más inteligente que usted que va a convencer esa persona de algo completamente diferente. Quizá no es una batalla de quién tiene más inteligencia. Quizá es un cuadro en el que el Espíritu Santo está envuelto, en acercar personas a sí mismo—aun los más difíciles intelectuales que están completamente contra Dios- El Espíritu Santo tiene el poder de acercarlos a sí mismo a través de la persona de Cristo.

Quiero darles un ejemplo de esto. Este es un miembro de nuestra familia de fe que trabaja (esto pasó al final del año pasado). El tenía un compañero de trabajo que era mormón, quien vino a él y comenzó a compartir sobre su fe mormona con la persona de nuestra familia de fe. Así que este muchacho vino a mí y él dijo: “¿Cómo puedo compartir el Evangelio con este individuo?” y yo dije: “Hay algunos recursos realmente buenos que un señor llamado Bob Waldrep, quien sirve con “Watchman Fellowship”, una extensión de su iglesia local; Está envuelto en ayudar personas a pensar cómo compartir el evangelio con mormones” y así el fue y comenzó a interactuar con Bob. Y básicamente él vino de regreso y dijo, por causa de este estudio, y ser capaz de testificarle a un mormón, mi fortaleza y mi fe en Cristo son más fuertes y más convincentes que nunca. Mi esposa ya ha notado la diferencia en mi caminar y alabo a Dios por esta oportunidad y gracias por su ayuda”

Pero esto no quedó ahí. Lo que él hizo es que siguió estudiando algunas de esas enseñanzas mormonas que van en contra de las enseñanzas acerca de Jesús en el Nuevo Testamento. Él comenzó a entender más, no solo de lo que los mormones enseñan, sino de lo que la Biblia enseña sobre quién es Jesús. El comenzó a estar más equipado para compartir el evangelio con la gente.

El último email

Este es su último email: “Antes de te fueras a Kazajstán, te mantuve al tanto respecto a los mormones a los que había estado testificando. Las cosas van bien. Estoy más que emocionado por compartirte que ahora toda mi vida está totalmente cambiada en los últimos dos meses. Ahora tengo una pasión y un deseo de conocer más la Palabra de Dios para mí mismo, y para compartirla y posiblemente predicar su mensaje. En las últimas 4 semanas, el Espíritu Santo habló a través de mí a un no creyente. Yo de hecho tenía la llenura del Espíritu Santo en una forma sobrenatural que fue confirmada por dos no creyentes, tienes que oír esto… He sido capaz de compartir con mi cuñado y mi hermana, he podido ayudar a un hermano en Cristo a prepararse para testificar a un musulmán, he testificado a múltiples no creyentes, he animado las vidas y caminar de las personas a mí alrededor.

Tengo planeado reunirme con dos misioneros mormones la semana próxima y asistir al templo con ellos. Voy a compartir dentro de sus propias paredes dentro de dos semanas. Esto es lo que ha sucedido en apenas las últimas 4 semanas. ¿Qué es lo que sigue? ¡Estoy encendido! Nada en este mundo importa ahora más que aprender y compartir la Palabra de Dios. Siempre suena bien escucharla en domingo, pero ahora creo que por primera vez en mi vida, puedo y lo haré, impactar a las naciones para el reino de Dios. Dios me ha cautivado para que deje a un lado las cosas terrenales y los deseos que nunca le había rendido a él. Estoy leyendo su Palabra. Estoy defendiendo su Palabra, estoy memorizando la Escritura, y no puedo dejar de hablar sobre Él a todos y cada uno. Mis intenciones, honestamente, por primera vez en mi vida son 100 por ciento para la gloria de Dios y no mía. Y estoy finalmente entendiendo lo que realmente significa ser cristiano. No es solo ir al cielo. Significa llevar personas conmigo. Me he puesto la armadura de Dios y sinceramente me siento intocable porque estoy finalmente dejándolo a Él estar en control y no a mí.”

Ahora, menos de seis después de quedar perplejo por una pregunta que desconocía, tenemos dos rutas que podemos tomar cuando enfrentamos esta clase de situación. Si estuviéremos disponibles para Dios, nos ponemos nosotros mismos en situaciones y él nos da algo que no estamos listos para manejar, podemos alejarnos y poner mala cara y nunca más compartir el evangelio con nadie más porque nos sentimos incompetentes; o podemos levantarnos y llegar a conocer a Dios, y estar activos en compartir su evangelio y dejarlo transformar nuestras vidas. De esto es que se trata precisamente este cuadro porque él estaba disponible y se dio cuenta que Dios deseaba usarlo e incluirlo en su obra. Es mi oración que las 4 mil personas que hay en la iglesia de Brook Hills consigan apropiarse del hecho de que Dios desea incluirnos en su obra.

Estamos alerta

La siguiente palabra de ánimo—la tercera verdad que vimos fue que Jesús miraba y escuchaba para saber dónde y cómo el Padre estaba trabajando. Así que la tercera palabra de aliento es estar alerta. Estar alerta. Buscar y escuchar la evidencia de Dios obrando. Estar alerta. Efesios Capítulo uno, verso 18, habla acerca de que nuestros ojos sean iluminados para ver lo que Dios está haciendo alrededor de nosotros.

Esta es una gran historia. Regresemos y veamos en 2 Reyes capítulo 6, con Eliseo. Eliseo está escondido en esta ciudad y un ejército completo viene únicamente a atacarlo y asesinarlo. A eso es que vienen. Ellos tienen rodeada la ciudad. Y el sirviente de Eliseo mira por la ventana y ve toda la ciudad completamente rodeada por este ejercito de ataque. Y el sirviente viene y dice: “Eliseo, que vamos a hacer, este es el fin par a nosotros” y Eliseo lo que hace es orar que Dios le abra los ojos a su sirviente. De modo que el sirviente vuelve a mirar por la ventana y esta vez, en vez de ver todos esos enemigos ahí afuera, él ve al ejército del Señor protegiéndolos. Lo que sucede para completar la historia es que Eliseo triunfa sobre esas personas por la provisión de Dios.

El cuadro es, sin embargo, que su sirviente tuvo una perspectiva completamente diferente a través de los ojos de Dios. Estar alerta. Mirar y escuchar la evidencia de Dios obrando.

Ahora, ¿Cómo hacemos esto? Es uno de esos asuntos imprecisos, David. ¿Cómo puedo buscar y escuchar evidencia de Dios obrando? Quiero recordarle un par de promesas y entonces quiero que pensemos sobre cómo esto luce de forma práctica.

Vaya conmigo en su Biblia a Juan Capítulo 8. Miremos el verso 47, quiero mostrarle dos promesas que son para nosotros cuando se trata de esta idea de estar alertas, buscando y escuchando la evidencia de Dios obrando. Dice el verso 47: “47 El que es de Dios escucha lo que (¿Quién?) Dios dice. Pero ustedes no escuchan, porque no son de Dios. De modo que si usted pertenece a Dios, eso implica que usted puede oír lo que Dios dice.

Ahora, veamos en Juan Capítulo 10. Busquemos Juan capítulo 10, verso 27. Este es Jesús hablando sobre sí mismo como un pastor y de nosotros como las ovejas. Escuche lo que Juan Capítulo 10, verso 27 dice: “Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen” tal como una oveja conoce la voz del pastor, nosotros podemos conocer la voz de Cristo, la voz de Dios.

Ahora pensemos en esto en forma práctica. ¿Qué voz es la que usted mejor conoce? Para mí, la voz que mejor conozco es la Heather. Recuerdo, era gracioso cuando nos casamos y ella me dejaba un mensaje en el correo de voz, ella decía: “Hola Bebe, soy Heather” y entonces continuaba con su mensaje. Y yo hacia la misma cosa, “Hola Bebe, soy David” bueno, llegamos al punto en que nos dimos cuenta que realmente no teníamos que, comenzar con “Hola Bebe” pero lo habíamos validado así. Hay una forma en que nos hablamos el uno al otro. Está esa voz que usamos que nos identifica inmediatamente. ¿Cómo conozco su voz de tal forma? Porque he pasado tiempo con ella. Porque tengo esa clase de relación con ella.

Quiero que veamos cómo nuestro caminar personal con Cristo se trata ahora, no solo de nosotros, sino que tiene un enorme efecto en nuestra habilidad para unirnos a Cristo en lo que él está haciendo en las vidas de otras personas también. Esto quiere decir que no solo necesitamos un tiempo devocional, pasar tiempo en oración y con la Palabra como para marcar una lista de chequeo. Necesitamos pasar tiempo en la Palabra y en oración de forma que estemos listos y dispuestos cuando él nos dé una oportunidad. Estaremos alertas. Escucharemos dónde él está obrando. El nos va a hablar. Así es como esto funciona. Y ello va junto. Mientras más usted responde a la voz de Dios en esas circunstancias, conocerá su voz más y más.

Tenemos oportunidades

El problema es que mientras tenemos oportunidades de decir una palabra sobre Cristo, compartir nuestra historia con otras personas, y al cerrar la puerta una y otra vez en esas oportunidades, llegamos a estar más y más entumecidos y mucho más sordos a la voz de Dios. Pero escuchemos lo que Él dice. Conocemos su voz. Ahora, ¿Cómo buscamos evidencia de dónde él está obrando? Bien, pensemos en esto de forma práctica. Cuando camino en mi casa y veo juguetes por todos lados, yo sé que alguien ha estado obrando. Sé que Caleb ha estado ocupado. Cuando llego a la casa luego de un día largo y percibo el olor de algo se que alguien ha estado trabajando. Caleb ha estado ocupado en un sentido, o Heather ha estado ocupada cocinando. Hay toda clase de aromas distintos que identifican la evidencia de qué clase trabajo se han estado haciendo en este lugar en particular. Sabemos esto porque identificamos esta clase de trabajo con esto.

Bueno, que tal si comenzamos a mirar a las conversaciones que tuvimos en el día a día y comenzamos a estar alertas a los indicadores espirituales que están en tantas conversaciones que nosotros tantas veces pasamos por alto. Cuando la gente habla acerca de los asuntos con que están luchando, cuando la gente habla de sus temores, cuando la gente dice “¿sabe?, me sucedió tal cosa y no estoy seguro porque está sucediendo de esta forma” hay toda clase de oportunidades que tenemos. Ahora el problema es que pensamos, bueno, ¿Cómo voy a llegar de ahí a las cuatro leyes espirituales? Pues no tenemos que intentar hacer conexiones raras. “Oh ya veo, usted tiene un perro, perro en ingles es Dog, y Dog deletreado al revés es God, es decir, Dios, y Dios hizo esto, esto y aquello…” Usted no necesita hacer eso, no necesita usar esos métodos peculiares que solo nos hacen parecer tontos en frente del mundo. Eso no es lo que estoy diciendo. Pero lo que sí estoy diciendo es esto: Que tal si aprovechamos esas oportunidades para decir ¿Cómo puedo alentar a esta persona en su viaje espiritual? Y a medida que se abren las oportunidades para llegar a nuestra historia y entonces más y más y más maravilloso, dejar que Dios lo haga. El quiere hacerlo. Él lo hará. Solo necesitamos estar alertas, mirar y escuchar la evidencia de cómo Él ya está trabajando a nuestro alrededor.

Estamos activos

Próximo, número 4. Basado en la verdad de que Jesús estaba comprometido a unirse al Padre donde quiera que estuviera trabajando, mi palabra de aliento es estar activos. Estar activos. Sacrifique su agenda cada día para involucrarse donde Dios está obrando. Ahora esto es grande. Jesús dijo que donde quiera el Padre está obrando, yo le uno a él. El estaba absolutamente rendido a unirse a la causa del Padre donde quiera que estuviera obrando. Su agenda había sido sometida a la agenda del Padre. Nosotros hemos tomado eso y lo hemos aumentado un poquito más. El abordaje común para nosotros es: “Dios muéstrame tu voluntad. Muéstrame dónde estás obrando y yo decidiré si voy a unirme en esta obra en particular. De modo que, muéstrame tu voluntad y entonces decidiré si voy a obedecerla. Eso no es cristianismo bíblico. No que me muestre la obra y entonces yo decido si voy o no en esta asignación en particular. Es una entrega que dice voy a arriesgarme. Voy a tomar el riesgo y sacrificar mi agenda toda la semana para unirme a la agenda de Dios. Si esto significa interrumpir mi horario, entonces que así sea. Si esto significa interrumpir mi horario, entonces, que así sea. Si esto significa que ya no seré más un cristiano que ha estado ocupado haciendo muchas cosas con poca productividad para el reino de Dios, entonces voy a sacrificar mi agenda y voy a tomar el riesgo de involucrarme en las vidas de las personas y dejar mi agenda ser dictada por lo que Dios está haciendo en sus vidas. No importa cuán difícil, no importa cuán incomodo, no importa cuán pesada la situación pueda ser, voy a confiar que Él sabe lo que está haciendo mejor que yo y voy a unirme con Él donde sea que esté obrando. Voy a sacrificar mi agenda cada día para involucrarme donde Dios está obrando.

Ahora, para estar envuelto donde Dios está obrando, tenemos que pensar acerca de dónde Dios está trabajando. El ciertamente está trabajando en nuestras vidas, pero de lo que hemos estado hablando – toda la base de este cuadro es—que Él está obrando en las vidas de personas que no conocen a Cristo. Y esto implica que para estar involucrados donde Dios está trabajando, ¿Dónde nosotros necesitamos involucrar nuestras vidas? Con la gente que no conoce a Cristo. Desafortunado es que sin embargo, la tendencia muestra que tan pronto alguien se convierte a Cristo, está cada vez menos en relación con la gente que no conoce a Cristo. Lo que sucede es llegamos a estar separados de las personas mismas y de la cultura alrededor que estamos llamados a penetrar con el Evangelio. Tenemos la tendencia de aislarnos en nuestro mundo cristiano y no comprometer la cultura a nuestro alrededor con el Evangelio. Y seré honesto, esta es la parte donde he sido más convicto esta semana. Si pudiera ser completamente honesto con ustedes. Miro mi vida y estoy rodeado de gente que cree en Cristo. Estoy rodeado de seguidores de Cristo. Cuando se trata de gente que no conoce a Cristo ¿En cuáles vidas estamos significativamente involucrados?

Si no lo estamos, entonces ¿Cómo podemos estar activos donde el Padre está obrando si estamos ignorando el lugar mismo donde el Padre está obrando? Y esto nos retorna aun hasta lo que comenzamos la semana pasada. Esto simplemente muestra cómo nos hemos quedado atrás al quedarnos con la idea de que la forma más efectiva de guiar personas a Cristo es traerlos a este edificio para oír al individuo que está de pie y diciendo “no estoy alrededor de suficientes personas que no conocen a Cristo” en vez de nosotros… muchas veces tenemos la tendencia a pensar “Pastor, David, es fácil para usted, lo hace todo el tiempo”

Es fácil

Bueno, me siento aquí y pienso que es fácil para ustedes. Ustedes son los que rozan los hombros con esta gente y con esta persona, y con aquella otra persona. Y que tal si todos nos involucramos y en lugar de estar diciendo esto va a pasar de tal o cual manera, que tal si solo nos involucramos todos, 4 mil de nosotros diciendo, Vamos a la comunidad y vamos a dejar a Dios hacer su obra mientras nos envolvemos activamente con la gente que no tiene una relación con Cristo. Y nos involucramos en las vidas de las personas. Y amamos a las personas, y servimos a las personas, y sacrificamos nuestras vidas por la gente que no conoce a Cristo. Estar activos, sacrificar nuestra agenda cada día para involucrarnos donde Dios está obrando.

¿Pueden imaginarlo si cuatro mil de nosotros estuviéramos haciendo eso de forma consistente—que nos diéramos cuenta que éramos responsables de interceptar nuestras vidas con las de la gente que no conoce a Cristo? Estamos buscando oportunidades para animarlos en su viaje espiritual en el camino. Oportunidades que Dios abrirá y cuando él lo haga nosotros no tenemos que disparar escrituras como ráfagas de ametralladora. Y no tenemos que pararnos en una plataforma improvisada y decirles cómo ellos necesitan comenzar a volar derecho, pero tenemos una oportunidad de compartir nuestra historia de lo que Cristo ha hecho en nuestras vidas. Compartir cómo eso se relaciona a su Historia y proveer recursos que los ayudarán en su caminar espiritual.

Estar activo. Sacrificar su agenda cada día para envolverse donde Dios está obrando. Y esto todo guía a esto otro: Jesús sabía que el Padre lo había involucrado en su obra porque el Padre lo amaba. Sorpréndase. Recuerde que Dios nos ha incluido en su obra, no porque nos necesita, sino porque nos ama.

Aquí tengo una cita de A. W, Tozer. Ustedes me han oído mencionarlo en numerosas ocasiones.

“Dios es todopoderoso y porque él todopoderoso no necesita apoyo. La idea de un Dios nervioso congraciándose y adulando a los hombres para ganar su favor no es agradable. Pero si nos fijamos en la concepción popular de Dios, eso es precisamente lo que vemos. En el siglo XX el Cristianismo ha puesto a Dios en caridad. Probablemente el pensamiento más difícil de todos para entretener nuestro egoísmo natural es que Dios no nos necesita. Usualmente lo representamos como un Dios ocupado, ansioso, un poco frustrado con urgencia de buscar ayuda para llevar a cabo su plan de misericordia para llevar paz y salvación al mundo. Muchos argumentos se basan en esta lujosa idea de la frustración de un Dios todopoderoso. Un orador eficaz puede provocar la compasión de sus oyentes, no solo por los paganos, sino por el Dios que se ha esforzado por tanto tiempo para salvarlos y ha fallado por falta de apoyo. Me temo que miles de cristianos están en la obra solo por el motivo de ayudar a Dios a salir de la situación embarazosa en que su amor lo ha metido y que por su capacidad limitada parece incapaz de salir de ahí. A esto súmele un cierto grado de idealismo encomiable y una gran cantidad de compasión por los más desfavorecidos y tendrá el verdadero cuadro de la mayoría de la cristiandad de hoy día.”

Nos quiere ayudar

Y lo que quiero recordarles basado en esta cita es que Dios nos ha involucrado en su misión, no primeramente porque nos necesite, sino porque nos ama y el Padre muestra al Hijo lo que él hace y el Hijo nos muestra lo que él hace. ¿Por qué? Porque nos ha llamado sus amigos.

Siento que he experimentado algunas cosas estupendas en mi vida hasta este punto. He tenido la oportunidad de viajar a diferentes lugares, pienso que he tenido una cuota justa de emociones, pero debería definitivamente decir que hay pocas cosas más emocionantes que estar en primera fila viendo a Dios transformar la vida de alguien por toda la eternidad. ¡Qué privilegio tenemos de ser parte de este cuadro! Así que tomemos la Palabra de Dios y maravillémonos cuando nos dé el privilegio de guiar a alguien que significa mucho para nosotros a una relación personal con Jesucristo que cambie sus vidas por toda la eternidad.

Así, con esto dicho, quiero animarte a pensar acerca de los siguientes asuntos. Número uno: “Considere tres personas que conoces a quienes tienes frecuentemente alrededor y que no conocen a Cristo personalmente. Responde esta pegunta acerca de cada una de estas tres personas.

Ahora, la meta completa de estas preguntas no es que usted va a estar pensando cómo esta persona puede conocer mejor su proyecto. Este no es el cuadro que vemos en Juan capítulo 5. Lo que estamos viendo es cómo somos el proyecto. Necesitamos que nuestras vidas sean transformadas de tal manera que estemos abiertos a lo que Dios ya está haciendo a nuestro alrededor. Así que esta es la intención de hacer algunas de estas preguntas. Las preguntas apuntan a ayudarle a pensar ¿cómo está usted alentando significativamente a otras personasen su viaje espiritual? ¿Cómo está usted activo, involucrado en la obra de Dios, compartiendo su propia vida con ellos y especialmente su historia?

Y todo esto conduce a la última pregunta que dice: ¿Cuáles son algunas las cosas especificas que usted puede hacer esta semana para alentarlos en su viaje espiritual? Esto es pensando acerca de lo que podría necesitar cambiar en nosotros para estar envueltos en la Obra del Padre.

David Platt

David Platt sirve como pastor en el área metropolitana de Washington, D.C. Es el fundador de Radical.

David recibió su doctorado del Seminario Teológico Bautista de New Orleans y es el autor de Don’t Hold Back [No te quedes donde estás], Radical, Sígueme, Contracultura, Algo tiene que cambiar, Before You Vote [Antes de votar], así como los varios volúmenes de la serie Christ-Centered Exposition Commentary [Comentario Expositivo centrado en Cristo]. 

Vive junto con su esposa e hijos en el área metropolitana de Washington, D.C.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TOWARDS REACHING THE UNREACHED.

That means that the people with the most urgent spiritual and physical needs are receiving the least support. You can help change that!