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La Fe que Sacrifica

Considerando la fe, la justicia, las obras y la justificación, es claro que los cristianos deben tener una perspectiva eterna al considerar su tiempo en la tierra. En este mensaje sobre Santiago 2:20–24, el pastor David Platt llama a los cristianos a vivir una vida caracterizada por la fe sacrificada. Destaca dos verdades para recordar.

1. La salvación es por fe.
2. La fe obra.

La Fe Que Sacrifica

¿Que tan bueno es si decimos tener fe en este mundo pero no tener obras? ¿Puede la fe realmente salvarnos? Si la fe no está acompañada por acciones es muerta. Dios, oramos para que traigas fe a nuestras vidas. Oramos para que no nos conformemos a la fe muerta que es inservible en este mundo e inútil en nuestra eternidad. Oramos Dios, para que nuestra fe pueda ser activa, para que nuestra fe sea de gran efecto en el mundo de hoy, que se pueda decir de nosotros que nuestra fe nos causa a cuidar de nuestro hermano o hermana que no tienen de que vestir ni que comer en el día. Oramos en el nombre de Jesús. Amén.

Si tienes una Biblia, y espero que sí, permíteme invitarte a que la abras conmigo en Santiago 2. Tenemos un gran tiempo antes de nosotros en la Palabra. Estamos a punto de hacerle frente a uno de los pasajes más difícil de todos los del Nuevo Testamento que hablan sobre salvación, y al mismo tiempo vamos a hablar sobre cómo nosotros, como una familia de fe, vamos a cambiar el mundo absolutamente. Así que, eso es lo que vamos a desarrollar en los momentos siguientes.

Santiago 2. Y mientras recurres a ese pasaje, también permíteme animarte a encontrar Romanos 3. Vamos a estar observando dos versos en particular; Santiago 2:14 y Romanos 3:28. Lo que quiero hacer es mostrarte 2 pasajes de Las Escrituras cara a cara con el fin de que nos ayude a entender Santiago 2, específicamente los versos 20 hasta el 24. Vamos a empezar en el verso 14 de Santiago 2. Recapitularemos lo que hemos leído anteriormente, y luego iremos desde los versos 20 hasta el 24, en lo cual es que nos vamos a centrar en nuestro tiempo juntos. Así que, Santiago 2:14. Encuentra y mantén en su lugar a Romanos 3:28.

Santiago 2:14: Hermanos míos, ¿De qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿De qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras es muerta en sí misma.

Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras.

Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe.

Ahora, enfócate por unos segundos en ese ultimo verso, Santiago 2:24, “Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe.”

Ahora compara eso con Romanos 3:28, donde Pablo escribe y dice “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.” Bien, ponlos cara a cara. Pablo, “El hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.” Santiago, “El hombre es justificado por las obras y no por la fe.” ¿Qué haces con eso?

Aquí es donde este pasaje en Santiago ha causado todo tipo de discusión y debate sobre la salvación. ¿Qué está diciendo Santiago aquí? Ese es el por qué Martín Lutero llamó a este libro “la epístola de paja”, y también en un punto dijo que a veces él quiere “tirar a Jimmy contra la estufa”. ¿Cómo entendemos la salvación, cuando Santiago 2 dice una cosa y Romanos 3 dice otra? Y aquí está lo que oro, por la gracia de Dios, lo veremos esta noche. Este es el modo en que lo imagino. Quiero mostrarte una imagen, no de Pablo y Santiago de pie frente a frente el uno con el otro, contradiciéndose entre ellos el Evangelio. En lugar de eso, quiero mostrarte una imagen de Pablo y Santiago de pie espalda a espalda el uno con el otro, ambos defendiendo exactamente el mismo Evangelio, pero atacando diferentes enemigos de ese mismo Evangelio.

Lo que has obtenido es a Pablo atacando cruelmente la idea de que podemos obrar con el fin de ganar favor delante de Dios. Es legalismo. Esto retiene el Evangelio, y Pablo estaba peleando en contra de eso. De otra manera, has obtenido a Santiago, peleando en contra de una creencia fácil que fue reduciendo la fe al ascenso intelectual que no fue el más alto de el que los demonios tienen cuando se trata la fe. Santiago está peleando eso; Pablo está peleando eso, sin embargo, ambos están defendiendo el mismo Evangelio. Esto hace que me pregunte cuál estamos peleando, y pienso que la respuesta es: ambos.

Estoy seguro de que hay muchas personas en esta familia de fe, quienes sí admitirían o no, sigues pensando que lo que haces puede hacerte ganar favor delante de Dios, y como tu pastor, quiero pelear con todo lo que hay en mí que esté en contra de esa idea. Hay otros, quizás en esta familia de fe, quienes tienen una fe que está al mismo nivel que la de los demonios. Crees que Dios existe, crees que Jesús murió en la cruz, pero esto hace una pequeña diferencia en tu vida. Consideras eso equivalente con fe, o hasta salvación, y como tu pastor, quiero pelear en contra de eso, con todo lo que hay en mí, y quiero mostrarte cómo Santiago y Pablo, ambos están defendiendo un Evangelio glorioso de gracia, fe y obra. ¿Cómo se unen? Eso es lo que quiero que veamos. Quiero que veamos esto en Santiago.

¿Sabes que es lo interesante? Santiago, aquí usa a Abraham como su modelo de fe. Cuando vas a Pablo, adivina ¿Quién él usa? Abraham. Ambos apuntan hacia Abraham, el cual nos ayuda a ver que aquí hay unidad. Estamos mirando hacia la vida de un hombre y estamos viendo una imagen de fe desde dos perspectivas diferentes, direccionado por dos contextos diferentes. Ahora bien, aquí está el acuerdo. Cuando estaba es Germania hace unas semanas, estaba alrededor de algunos chicos, y ellos hablaban sobre querer jugar un partido de fútbol, y pensé, “Hombre, ha sido un largo tiempo”. Estuve jugando fútbol americano por un tiempo y no lo he hecho en un largo tiempo, así que pensé, “Sí”. Y ellos me preguntaron, “¿Quieres jugar?”

Yo dije, “Estoy dentro”. Así que estábamos caminando hacia la cancha, y llegamos allá para jugar fútbol, y para mi sorpresa, no vi dos postes de portería y ninguna pelota marrón. En lugar de eso, vi dos goles con sus respectivas mallas, y una bola de cuadros en blanco y negro, y supe que esos Europeos Occidentales tienen un entendimiento muy diferente al que yo tengo sobre el fútbol. Lo que ellos estaban jugando, los americanos le llaman fútbol, y realmente no estaba interesado en jugar un partido de fútbol ese día. Quería jugar fútbol americano. La misma palabra, diferentes significados sujetos a esa palabra. Esto es verdad en toda la vida, en nuestra comunicación, y es verdad en Las Escrituras. Hay palabras que en diferentes contextos significan cosas diferentes.

Así que, lo que quiero que hagamos es ir a ese pasaje en Santiago, y quiero que vayamos verso por verso, y quiero que hagamos una pausa en cada verso y observemos las palabras claves, y detenernos por un segundo y cuestionarnos, “¿En toda Las Escrituras qué significa esta palabra, y a qué se refiere Santiago cuando utiliza esta palabra?” y veremos en algunos casos que Santiago y Pablo utilizan exactamente las mismas palabras. En otras ocasiones, ellos utilizan palabras diferentes.

Dos Imágenes De Fe

Y entonces eso es lo que quiero que hagamos, comenzando por el verso 20, “¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?” Pararemos aquí. El primer termino clave es, fe. Quiero mostrarte imágenes de fe. Recuerda, no nos vamos a centrar aquí por mucho tiempo porque estuvimos aquí en el sermón anterior, pero lo que Santiago hace en este pasaje es que él no está contrastando la fe madura y la fe inmadura. Él no está contrastando la fe dinámica y la fe fría y tibia. Él está contrastando la fe, y eso a lo que dice ser la fe, pero que no es fe del todo; es muerte, es inútil, es vacía. Literalmente, cuando dice, “Hombre vano”, está diciendo, “Hombre vacío. Hombre hueco”. Él está hablando a esta persona imaginaria con quien está teniendo un dialogo, el cual le llama tener fe, pero no tener obras, y lo dice una y otra vez, “Tu fe es muerta, es vacía es inútil. No hace nada.” Lo que Santiago esta contrastando es fe con la así llamada fe que no es fe del todo. Y además quiero que veas dos imágenes de fe aquí.

La Fe Muerta

Primero, la fe muerta, la que no salva, es el tipo de fe que tienen los demonios, la cual no es fe del todo realmente. “No, no lo es. Es muerte. ¿Tienes un ascenso intelectual para tu creencia en Dios? Hasta los demonios tienen eso.”

La Fe Viva

Es una fe muerta y no salva, y él está contrastando eso con la fe viva, la que salva. Y es interesante, porque fuera de este pasaje, donde Santiago tiene este dialogo con esta persona imaginaria, todos los demás lugares donde vemos mencionarse la fe en Santiago, se está refiriendo a la fe viva. Es una fe en “nuestro glorioso Señor, Jesucristo”, Santiago 2:1. Es la fe lo que soporta la tentación en Santiago 1. Es la fe que no solo escucha La Palabra, sino que también la obedece. Es la fe que no es amiga del mundo, pero es amiga de Dios. Esa es la imagen de fe que obtenemos en todo el libro de Santiago.

El mismo tipo de imagen de fe que tenemos en las cartas de Pablo. ¿Alguna vez Pablo dijo que los demonios tienen fe? No. Para Pablo, la fe es una confianza de vivir y respirar en el señorío de Jesucristo. La fe muerta y la fe viva. Ahora esto es verdaderamente importante, especialmente cuando bajamos hacia el verso 24 por un pequeño momento, para mantenerlo en mente. Ambos, Santiago y Pablo están diciendo que la fe que decimos ser fe, pero que no tiene obras, osea un mero ascenso intelectual, realmente no es fe del todo. Es nada. Es fe muerta. Vivir la fe es respirar, confianza activa en el Señor Jesucristo. Dos imágenes de fe que nos lleva al verso 21, “¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?” Segunda palabra clave, “justificado”.

Dos Imágenes de Justicia

Ahora, vamos a pintar esto con un trazo grueso, también porque esta palabra “justificación”, en el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento es multifacturada. Quiero mostrarte dos imágenes. Estas no son las únicas imágenes, pero dos imágenes de justificación en Las Escrituras, particularmente cuando viene para salvación y lo que Santiago y Pablo están hablando.

La Justicia Posicional

No. 1, la primera imagen es la justicia posicional, cómo estamos de pie delante de Dios. Esto es lo que pasa en el punto inicial de la salvación, cuando confías en Cristo para salvación. En ese momento, por la gracia de Dios, te has hecho justo delante de Dios. Hay una gran palabra aquí, “imputación”, donde literalmente Dios imputa la justificación de Cristo. Él te viste en la justificación de Cristo. Piensa en esto: tú, un pecador, por la confianza en Cristo, inmediatamente eres declarado justo ante un Dios santo. Y vestido de la justicia de Jesucristo. Eso es bueno. Eso es realmente bueno, que tenemos posición de justicia, cómo estamos de pie ante Dios. Vestidos en la justificación de Jesucristo, tenemos paz en Dios.

La Justicia Práctica

La segunda imagen de justificación es la justicia práctica, cómo vivimos delante de Dios. ¿Una vez que somos declarados justos, significa que somos perfectos y justificados en cada cosa que hacemos? No. Estamos creciendo en justificación. Estamos persiguiendo la justificación. Pablo habla sobre eso en 2 Timoteo 2:22, que nosotros perseguimos la justicia y demostramos justicia en la manera que vivimos.

Ahora bien, ellos no están totalmente desconectados. El hecho de que estamos vestidos en la justicia de Cristo es manifiesto en la manera en que vivimos. Nosotros vivimos diferentes, como un resultado de la justificación de Cristo que nos viste. Lo que necesitamos ver es que a veces Las Escrituras se refieren a la justificación como una justicia posicional, cómo estamos de pie delante de Dios, lo cual pasa en el momento de nuestra salvación. Luego, la justicia práctica es como crecemos en justificación, cómo vivimos delante de Dios.

Dos Imágenes de Obra

Dos imágenes de fe, dos imágenes de justicia. Ahora, verso 22, “¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?”. La siguiente palabra clave es “obras”, o acciones. Es traducido como acciones aquí. La misma palabra, a menudo un tanto traducida como obras, acciones, o hechos.

“Trabajo”, en el lenguaje original del Nuevo Testamento, se traduce de estas diferentes maneras en diferentes tiempos – obras, acciones, o hechos. Dos imágenes de obra.

Ahora bien, aquí es donde damos un paso atrás y vemos como, particularmente, Santiago y Pablo utilizan esas obras. Lo que quiero mostrarte es que a veces las obras son usadas positivamente.

Las Obras Impulsadas por la Carne

Vamos a empezar con la imagen negativa de las obras. Las Escrituras dicen que a veces las obras impulsadas por la carne, son las que no honran a Dios. Esta es la manera en que Pablo habla a menudo de las obras. Cuando el habla sobre las obras de la Ley, cuando el habla sobre eso en Gálatas, está diciendo, “Tú estas haciendo estas obras. Tú estás siendo circuncidado, siguiendo estos rituales, absteniéndose de esas comidas”, él habla sobre los diferentes puntos. “¿En realidad piensas que hay algo que puedas hacer para ganar favor delante de un Dios santo a través de las obras de la ley que estás haciendo, impulsadas por la carne, e impulsadas por tu orgullo?” Obrar con el fin de ganar favor delante de Dios no trae honra a Dios. Es legalismo, y debemos de evitarlo con todo lo que hay en nosotros; las obras impulsadas por la carne, las que no honran a Dios.

Las Obras que son el Fruto de la Fe

Pero esto no se trata de cómo Santiago se refería a las obras. Santiago utiliza esta palabra: obras, acciones, hechos, en quince momentos diferentes, y en cada momento la utiliza positivamente, no negativamente; no como alguna cosa mala, sino como algo bueno. Lo que vemos es que Las Escrituras a veces hablan de obras impulsadas por la carne, las que no honran a Dios; en otros momentos, entonces cuando Santiago habla sobre las obras, él está hablando sobre las obras a través del fruto de la fe, la que trae gran gloria a Dios. Las obras que son del fruto de la fe, las que traen gran gloria a Dios.

Cuando Santiago habla sobre las obras, está hablando sobre Dios, la gloria a la obediencia, la misericordia y el cuidado de los pobres; el amor al necesitado. Estas son cosas buenas que se derivan de la fe en un misericordioso Dios. La fe en un amoroso y compasivo Dios produce ese tipo de obras hacia los demás, y eso es bueno. Trae gran gloria a Dios.

Pablo también habla sobre las obras de esa forma a veces. Romanos 1:5, él habla sobre la obediencia de fe. En 2 Tesalonicenses 1, Pablo habla sobre las obras que son apuntadas por la fe. En 2 Tesalonicenses, él habla sobre las obras que son producidas por la fe. Hasta en Gálatas, la carta que Pablo escribe para confrontar el legalismo, en Gálatas 5:6, él dice que, “el valor de la fe es expresarse a sí misma a través del amor”. Es la fe obrando en sí misma a través del amor, demostrándose así misma a través del amor. Así que, a veces la imagen es la Escritura, habla sobre las obras que son el fruto de la fe, las que traen gran gloria a Dios, entonces aquí está lo que tenemos que entender.

Cuando Santiago habla sobre las obras, él no está abogando las obras hechas en la carne para ganar favor delante de Dios, y cuando Pablo habla en contra de las obras, él no está hablando en contra de las obras que son el fruto de la fe, las cuales traen gran gloria a Dios. Esta es la clave. Ambos miran la fe y las obras de una manera saludable, trabajando juntos. Esos tipos de obras que son el fruto de la fe, esas traen gran gloria a Dios, y ambos utilizan a Abraham como ejemplo.

Ahora bien, ¿Cómo obra esto? Deseo que tengamos tiempo para realmente sumergirnos profundamente en Génesis pero no vamos a tener tiempo para retornar allá. Tan solo escribe dos pasajes principales, Génesis 15 y Génesis 22, y permíteme resumir lo que pasa, porque Santiago cita aquí desde Génesis 15, el cual Pablo también cito desde alrededor de todo Romanos, y luego el hace referencia en Génesis 22.

En Génesis 15, lo que pasa es que Dios entra en pacto con Abraham; trae a Abraham, quien no tiene simiente, y no hay ningún heredero entre Sara y él, ningún heredero que llegue de su línea, afuera le dice que mire hacia arriba a los cielos, a todas las estrellas y diga, “Así permanecerá tu descendencia, tus descendientes serán como las estrellas del cielo”. Ahora bien, Abraham no tiene heredero. Encontramos que en los días que vienen, se veía desde hace mucho tiempo que él no iba a tener heredero, pero Génesis 15:6 dice, “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia”. Es lo que Santiago cita desde aquí. Abraham creyó a Dios, y le fue acreditado como justicia.

Ahora, el tiempo pasa entre Génesis 15 y Génesis 22, algunos dicen que hasta 30 años. Lo que pasa es que Dios le da a Abraham un hijo en Isaac, y luego, un día, Dios le dice, “Toma a tu hijo, el hijo de la promesa, y sube a la montaña y sacrifícalo”. ¿Qué hace Abraham? El hace exactamente lo que Dios le dijo que haga. El obedeció a Dios. El tomó a su hijo, el hijo de la promesa, su único hijo, subió a la montaña de Moriah, levantó el cuchillo para sacrificarlo, y en ese momento Dios, a través de un ángel le dice: “No. Ahora sé, ya veo”. Lo dice en el mismo comienzo del capítulo que Dios hizo esto para probar la fe de Abraham, “Ya veo que me temes”. El obedeció a Dios, aun cuando significaba un gran costo, incluso cuando pudo no tener sentido, y Dios proveyó un sacrificio substituto en Génesis 22, así que Isaac no murió.

Ahora bien, aquí está la pregunta. ¿La fe de Abraham empezó en Génesis 22? Claramente no. Su fe empezó aquí, cuando el creyó a Dios en Génesis 15. Lo que Santiago está diciendo, la razón por la cual él hizo lo que hizo en Génesis 22 es porque él creyó a Dios en Génesis 15, Así que quiero que veas la relación aquí. Primero, la fe crea las obras. ¿Por qué Abraham tomó a su hijo para sacrificarlo sobre una montaña? Porque creía en Dios. Su fe creó esta obra, una obra de sacrificio, una obra de obediencia. Su fe creó eso. ¿Por qué más Abraham tomaría su hijo para ofrecerlo como un sacrificio? De la única manera en que él haría eso es si confiaba en Dios. La fe creó esa obra y luego la belleza, aquí en Santiago 22:2, “Su fe fue hecha completa por lo que él hizo”.

La fe crea las obras, y las obras completan la fe. Esa palabra “completan”, literalmente significa “para llevar a la madurez”, “para crecer”, “para llevar a su meta prevista”. Y la imagen es que las obras están mostrando la meta de la fe, buenas obras. El fruto de la fe, creado por fe, hecho para llevar gloria a Dios, completan la fe. Esto prácticamente tiene sentido en nuestras vidas. Cuanto más confiamos en Dios, mas obedecemos a Dios. Nos damos cuenta de esto.

Cada momento que tú o yo desobedecemos a Dios, es debido a la falta de confianza en Dios. Cada momento. Cada momento que pecamos, es debido a la falta de fe, a la falta de confianza en Dios. Pensamos que sabemos que es lo mejor para nuestras vidas, así que pasamos por alto lo que nos ha dicho; hacemos lo que deseamos, lo que creemos que es mejor. Cuanto más confiamos en Dios, mas obedecemos a Dios. La fe crea nuestras obras, y luego, obedecemos más a Dios, ¿No es una realidad que cuanto más obedecemos a Dios, más nuestra fe madura, y más crecemos para confiar en Dios? Cuanto mas tiempo caminemos con Él y miramos su fidelidad para con nosotros, mas confiamos en Él, y las obras maduran o completan la fe.

Ahora bien, esta es la imagen buena de las obras, cómo las obras son cosas verdaderamente, muy buenas. Puede ser una cosa mala por aquí –las obras impulsadas por la carne, no llevan honra a Dios. Pero pueden ser una gran cosa – las obras que son el fruto de la fe, llevan gran gloria a Dios. Piénsalo. En alguna de las acciones mas básicas del cristiano, tú en una reunión de adoración en la iglesia. Esta obra cristiana que haz hecho, si lo haces, si vas para ganar favor delante de Dios, para poner una cara delante de los hombres, si la carne te ha impulsado a ir, y piensas que por hacerlo estas marcando una caja que esta yendo a ganar favor delante de Dios, entonces no importa cuan celosamente cantes, tu obra no está llevando honra a Dios.

Por otro lado, si lo que te impulsa a reunirte como iglesia es el hecho de que crees en Dios, amas a Dios, y confías en Dios cuando dice, “No dejes de reunirte con los hermanos y hermanas. Ve y canta canciones espirituales, estudia, escucha la enseñanza de mi palabra y compártela con otros creyentes”, porque sabes que es el fruto de tu fe que te impulsa a hacer eso. Y haciendo esas cosas, tu fe, y tus obras completaran tu fe, maduraran tu fe, y tu fe crecerá como resultado de eso.

Piensa en un momento de silencio, un momento concentrado en leer la Biblia y orar más. ¿Cosa buena o mala? Cosa mala si piensas que por hacer este ejercicio religioso estas ganando favor delante de Dios, eso es una cosa mala. La obra hecha en la carne no honra a Dios, pero una gran cosa si amas a Dios de corazón y fe, y te deleitas en Él. Y quieres estar con Dios en la oración, en el cuarto de oración, y estar en su palabra porque estas deleitándote en escucharle porque sabes que todo lo demás en este mundo no se puede comparar con su belleza, su grandeza y magnificencia, y quieres experimentarlo día tras día. Ahora bien, nuestro momento de silencio es muy, muy buena obra.

El cuidado de los pobres, como estamos hablando, si se lleva un niño de crianza a tu hogar, si se trata del experimento radical que estábamos hablando, si hacemos esas cosas, como una iglesia, con el fin de ganar favor delante de Dios, impulsados por la carne, no honramos a Dios. Pero si simplemente le creemos a Dios cuando nos dice, “Esta es la religión que yo acepto, como una pura y sin defecto, y llamo a mi gente a gastarse a ellos mismos en nombre del hambre, la pobreza, y la necesidad”, Isaías 58. Cuando confiamos en Dios, entonces como resultado de nuestra confianza, vamos a fuera de nuestro camino para sacrificar y gastar nuestras vidas por el bien de las necesidades que son importantes en el corazón de Dios, entonces eso es una gran obra que lleva gran gloria a Dios. Amo lo que Lutero dice aquí. Es irónico, porque Lutero suena como si fuera Santiago aquí.

Hablando sobre la fe él dice, “Oh, es una vida, ocupada y activa, poderosa cosa esta; la fe. Es imposible para ella no estar haciendo buenas cosas incesablemente. No pregunta si las buenas obras son para ser hechas, pero antes de que la pregunta sea cuestionada, ya las has hecho y está haciéndolas constantemente”. Dios, toma esta familia de fe y lleva a cabo la gran obra para la gloria de tu nombre, la obra radical para la gloria de tu nombre que es el fruto de la fe; la fe que crea la obra, la obra que completa la fe. Las buenas obras hechas para la gloria de Dios. A eso es que Santiago se está refiriendo, cuando habla sobre las obras. Cosa buena. Dos imágenes de fe, dos imágenes de justicia, dos imágenes de obras.

Bien, esto nos lleva al verso 24, donde las cosas se ponen duras. Comenzaremos desde atrás y luego nos moveremos a seguir. “Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe” (Santiago 2:24). Vamos a empezar desde el final de ese verso, “Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado… no solamente por la fe”. ¿A qué se está refiriendo Santiago aquí? Ahora bien, vamos a pensar de nuevo por un segundo en las dos imágenes de fe. Aquí Santiago, a lo largo de este pasaje en el capítulo 2: 14-26, está haciendo contraste con la fe muerta y la fe viva. Está haciendo contraste con la fe, con la vida, el respirar, lo activo, creyendo en Dios a través de Cristo, y la fe muerta que dice ser fe, pero que no es verdaderamente fe del todo. Es una creencia intelectual. Ese tipo de fe no salva.

Así que, cuando él dice que una persona es justificada no solo por su fe, ¿Sobre cuál tipo de fe piensas que Santiago está hablando? Claramente, está hablando sobre la fe muerta que él ha estado confrontando a lo largo de todo este pasaje. Él no está diciendo nada diferente en el verso 24 que ya no haya dicho en los versos que le preceden. Está diciendo, “Esta fe, llamada demoníaca creencia intelectual en Dios, no está justificando la fe”. Eso no se justifica. Esta fe que dices que esta sola y apartada de los hechos, está muerta, vacía e inútil, y no salva.

Es lo mismo que Pablo diría. Pablo diría, “¿Los demonios justificados por su fe? absolutamente no” Lo que Santiago está diciendo, es lo que dijo a lo largo de todo el pasaje. Cuando dice, “Solo de fe”, no se está refiriendo a vivir, respirar, confiando de corazón en Dios a través de Cristo. Él se esta refiriendo a ésta así llamada fe imaginaria que no es fe del todo.

Dos Imágenes de Justificación

Así que, eso ayuda a tener un poco las cosas claras, pero seguimos teniendo un problema al principio del verso, el verso 24, cuando dice, “Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras”, y en algún sentido aquí parece ser que Santiago está diciendo que las obras se desempeñan en nuestra justificación, y eso nos lleva a las dos imágenes de justificación.

Ser justificado es ser declarado justo. Cuando viene para salvación, ser justificado es ser declarado justo delante de Dios, entonces la pregunta es, “¿Cómo podemos tu y yo ser declarados justos delante de Dios?” esta es la pregunta definitiva. ¿Cómo podemos tú y yo ser declarados justos delante de Dios? ¿Por fe o por obras? entonces, ¿cómo respondes que esa pregunta es eternamente importante porque el Evangelio gira sobre la respuesta a esa pregunta? ¿Cómo podemos ser hechos justos delante de Dios?

Aquí es donde quiero que pensemos sobre cómo Santiago refiere a Abraham y cómo Pablo lo refiere también. No tenemos tiempo para ir hacia atrás y ver a lo largo de todo el capítulo 4 de Romanos, pero lo que Pablo hace en este capítulo, cuando habla sobre la justificación en Abraham, se está enfocando en el punto inicial de la credulidad de Abraham en Dios. Su enfoque es en Génesis 15:6, “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia”, y su punto completo es que él trata de mostrar esa gente que esta tratando de ganar favor delante de Dios, él trata de mostrar que Abraham fue declarado justo delante de Dios antes de que hiciera nada. Fue antes de que él fuera circuncidado, fue antes de que el tuviera a Isaac, mucho menos fue a ofrecer a su hijo Isaac sobre el altar. No había hecho nada pero creyó en Dios, y le fue acreditado como justicia. Eso es lo que Pablo esta tratando de enfatizar aquí para nosotros.

Santiago, por otro lado, no está supremamente enfocado aquí con este punto inicial de la vida de Abraham. Santiago está observando la imagen entera. Se extiende durante años, conduciéndose hasta Génesis 22, y que Abraham hizo como un resultado de fe que creó las obras, justo como lo hemos visto. Así que, Santiago está mirando a la vida de Abraham, enfocándose en una perspectiva totalmente diferente a la de Pablo, por lo que, él se enfoca en Romanos 4. Y en esta imagen, quiero que veas dos imágenes de justificación.

La Justificación Inicial

Número uno, esto es lo que a menudo vemos en Pablo, es certeramente lo que vemos en él enfocándose en Romanos 4, la justificación inicial – el comienzo- o principio de la vida cristiana. Este es el argumento entero de Pablo en Romanos 4, que cuando, por fe, te diriges desde tu pecado y tu ser, y confías en Cristo para tu salvación, en ese momento eres declarado justo delante de Dios. Dios te reviste en su justicia. Ese es el por qué él dice justo en el inicio del siguiente capítulo Romanos 5, “Puesto que hemos sido justificados”, es algo que nos ha pasado. Hemos sido justificados en este punto del tiempo. Dice, “Puesto que hemos sido justificados, tenemos paz para con Dios”.

Ahora bien, puesto que hemos sido justificados, eso pasa. Es el punto inicial de la justificación, y Pablo está enfatizando esto porque él nos quiere evadir del peligro. Pablo nos quiere evadir de pensar que las obras son una necesidad básica o significativa de nuestra salvación. Para la gente quienes están pensando que hasta sus obras son la razón del por qué ellos podrían ser justificados delante de Dios, Pablo dice, “No. Confía en Dios”. Confía en Dios, no en el sentido de lo que hacen los demonios, como a lo que Santiago se está refiriendo aquí, sino que confíes en Dios; confía en Él como un Dios soberano y Rey del universo, quien ha pagado el precio de tus pecados y de la tumba se ha levantado.

A eso es lo que Pablo se refiere cuando, en Romanos 3, habla sobre ser justificados solo por la fe, y justificados por la confianza en Dios. En el momento que confiamos en Dios a través de Cristo, somos declarados justos delante de Dios, pero Santiago no está hablando sobre justificación del mismo modo exactamente. Definitivamente relacionado, pero recuerda, Santiago está observando una imagen mucho mas grande. Su enfoque no es en el punto inicial. Santiago está enfocado en una imagen mucho más amplia, incluyendo su obediencia y sus acciones en Génesis 22, y ésta es una imagen que vemos a menudo en las Escrituras cuando se trata de justificación. La vemos en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento. Hasta la vemos en las enseñazas de Jesús, una imagen de justificación que en algún sentido toma en cuenta las obras.

Ahora bien, vamos a ver cómo, pero cuando vas a Mateo 12:37; éste es un verso que cité hace dos semanas, y Jesús dice, “Porque por tus palabras serás absuelto, y por tus palabras serás condenado”. Esa palabra, “absuelto”, literalmente quiere decir “justificado”. Por tus palabras, serás justificado, y hay una imagen ahí que en el día del juicio que viene, por tus palabras serás justificado, absuelto, o por tus palabras serás condenado, y en esto es que Santiago se está enfocando. Ya hemos visto como él se inclina en las enseñanzas de Jesús, pero aún en este capítulo justo aquí, en los versos 12 y 13, Santiago está fijando nuestros ojos en un juicio venidero, “Vivir como esos quienes van a ser juzgados un día, y en el juicio, va a ser mostrado sí o no tu fe fue real, o esta fe muerta, fría y demoníaca. Si tu fe estuvo viva, será evidente en el día del juicio”.

La Justificación Final

Así que, lo que Santiago está enfatizando en un tanto no es esta justificación inicial, ese punto en el momento en cuando fuimos justificados delante de Dios. En lugar de eso, en lo que Santiago se está enfocando es más sobre la justificación final, y esto es clave. En oposición a lo que estaba hablando sobre el comienzo de la vida Cristiana, Santiago está hablando sobre la confirmación de la vida Cristiana en el día final, cuando lo que fue declarado inicialmente, será declarado abiertamente.

En lo que Pablo está haciendo contraste aquí es muy diferente a lo que él estaba haciendo contraste atrás en Romanos 4. Santiago quiere evitar que pensemos que las obras no son necesarias como evidencia de nuestra salvación. Sigue conmigo aquí. Santiago quiere evitar que pensemos que las obras son innecesarias como evidencia de nuestra salvación, la palabra cable ahí es la evidencia. Santiago no está diciendo que las obras son la base para la justificación, que cuando nos pongamos de pié delante de Dios en el cielo, la pregunta definitiva será, “¿Qué hiciste?” y si hiciste suficiente, estás dentro. En lugar de eso, lo que él está diciendo es lo que ha dicho a lo largo de este pasaje, “La fe crea las obras, y las obras, en el día del juicio, serán evidencia de que la fe fue real”.

Piensa en Abraham, Génesis 15:6, “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia”. ¿Cómo sabemos bien que Abraham tuvo una fe viva? ¿Cómo sabemos que no fue solo un ascenso intelectual? Como sabemos que él tiene fe, y Santiago dice que sabemos, cuando vemos en Génesis 22, que él estaba dispuesto a sacrificar su hijo en obediencia a Dios. Esta obra puede solo ser el fruto de la fe en Dios. Su fe estaba hecha completamente por lo que hizo, y fue justificado en ese sentido por lo que él hizo. No como la base para su justificación, sino como evidencia de la fe que creó esa obra radical, la obediencia radical a Dios. La justificación final. Santiago quiere evitar que pensemos, “Bien. Bueno yo creo, así que mis obras no importan para nada”.

Ellas sí importan, porque las obras nos ayudan a ver si nuestra fe es real. La realidad que Santiago está diciendo es que está por venir un día cuando tú y yo estaremos de pie delante de Dios, un Dios santo, en el día del juicio, y sobre ese día, la pregunta que Santiago hace aquí es “¿Hay alguna evidencia de fe en tu vida?” ¿Hay alguna evidencia de fe en tu vida sobre ese día? ¿Cómo sabes si tu fe ha sido real? ¿Hubo algún fruto, y si no hubo ningún fruto, entonces hubo fe verdadera? Porque la fe siempre da fruto.

Así que, aquí está el trato, cuando Pablo dice que un hombre es justificado por la fe aparte de las de la ley, está diciendo que un hombre es justificado por la confianza de todo corazón en Jesucristo para su salvación, y no por las obras que él hace con el fin de ganar favor delante de Dios. Y Santiago está en el pasado diciendo, “Amén”.

Cuando Santiago dice que un hombre es justificado por lo que hace, y no solo por la fe, está diciendo que un hombre no es justificado por la fría creencia intelectual en Jesús que en ninguna parte se eleva por encima del nivel de lo que los demonios tienen. Eso no lo salva. Él está salvo por una fe que produce radical obediencia, como Abraham en Génesis 22, y Pablo está en el pasado diciendo, “Amén a eso”. Ahora bien, estoy suponiendo que es muy posible que en algún lugar en esta imagen entera haya perdido un par de personas, y totalmente me doy cuenta de que sí.

Dos Verdades para Recordar

Así que, si perdiste algunas palabras atrás, entonces es aquí donde quiero traerlo todo junto. Dos verdades para recordar. Solo camina lejos con esas dos verdades basadas en todo eso que acabamos de haber visto.

La Salvación es por la Fe

Primera verdad, la salvación es por la fe. No venimos a la salvación por las obras hechas para ganar favor delante de Dios. Venimos a la salvación por la fe. Por la fe inicial en Cristo, somos hechos justos delante de Dios, el Padre. Si fueras a preguntarle a Santiago o a Pablo, “¿Cómo puedo ser hecho justo delante de Dios?” la respuesta de ellos sería la misma. Primera, Cristo es la base de nuestra salvación. Santiago 2:1, “Cree en nuestro glorioso Señor Jesucristo”. Cristo es la base de nuestra salvación – la base- el fundamento. Cristo ha hecho la obra. El ha vencido al pecado. Él se levantó de la tumba. Él es exaltado en las alturas. Tú no tienes nada, ninguna obra que añadas a la grandeza de lo que Él ya ha hecho. Cristo, su persona y obra, Él es la base de nuestra salvación, “Bueno, si Cristo hizo esto sobre la cruz en su resurrección, entonces ¿Cómo es aplicado a mi vida?”

Segunda, la fe es el significado de nuestra salvación. Confía en lo que Cristo ha hecho. Esto es como eres salvo. Haz un cambio de dirección desde ti y confía en Él como el salvador de tus pecados y Señor de tu vida, entonces serás hecho justo delante de Dios, el Padre. Oh, hermanos y hermanas, esto nos da una confianza radical. Como dice Santiago 1, Dios te da el nacimiento a través de la palabra de verdad. No tienes que temer a una cosa más en esta vida, nunca más.

No tienes que temer a la muerte en sí misma. Has sido hecho justo delante de Dios. ¿Qué puede hacerte este mundo? Nada. Por la fe, has sido hecho justo delante de Dios, el Padre. Esto nos da una gran confianza. La salvación es por la fe, primera verdad.

La Fe que Obra

Segunda verdad, la fe que obra. Cuando Cristo te da el nacimiento, Él te da la vida. Estas vivo para Cristo. Caminas con Cristo y tu vida da el fruto de Cristo. Mira a Abraham. Sí, por la fe inicial él fue hecho justo delante de Dios, el Padre, pero hay más que eso. Este fue el principio de un trayecto donde él caminó con Dios, su amigo. Por la fe continua en Cristo, caminas con Dios como amigo. Que increíble imagen. Un amigo de Dios. Dios nos ayuda a ver esto. Hay una fe fácil desenfrenada llamada cristiandad contemporánea que asume que puedes ser hecho justo delante de Dios, el Padre, haciendo esta oración, pero luego no tienes la necesidad de vivir con Dios como amigo después de eso, y no es el Evangelio. ¿Cómo podrías ser hecho justo delante de Dios, el Padre, por lo que Cristo ha hecho sobre la cruz por ti, y entonces das un giro lejos de Dios como amigo? Es imposible. Tú caminas con Dios como amigo, disfrutas a Dios como Padre y como amigo. Esto es fe. Él es nuestro Padre y nuestro amigo. Eso es cosa buena.

Dios, nuestro Padre y nuestro amigo, y entonces esto es el resultado de una obediencia radical. Este tipo de fe, cuando tu fe esta en Dios como Padre y amigo, entonces no tienes nada de que estar aterrado cuando se trata de sus mandamientos.

Cuando tu fe es en Dios como Padre y amigo, no necesitas temer al obedecer sus mandamientos. Son buenos, entonces te puedes deleitar en ellos, y obrar para la gloria de tu Dios. ¿Por qué? Porque confiamos en Él de todo corazón. Este es el por qué Abraham sacrificó su hijo, porque confiaba en Dios. Oh, gente de fe, confía en Dios. Confía en Él. Aún cuando dices cosas que puedan no tener sentido para nosotros o para el mundo que nos rodea, o hasta para el mundo de la iglesia que tenemos alrededor, confía en Él.

Confiamos en Él con todo el corazón y seguimos a Dios sacrificadamente. Sacrificamos todo en obediencia a sus mandamientos. Una persona dijo, “Fe no es creer a pesar de la evidencia; fe es obedecer a pesar de la consecuencia”. ¿Por qué más las familias en nuestra familia de fe considerarían traer a sus niños, quienes están pasando por momentos muy difíciles en sus hogares sin saber lo que pasará? ¿Por qué las familias harían eso? Porque confían en Dios de todo corazón, y le están siguiendo sacrificadamente. ¿Por qué como iglesia diríamos, “Vamos a sacrificarlo todo”? Todas las cosas que la cultura de nuestra iglesia dice son importantes, ¿Por qué sacrificamos todo con el fin de gastarnos a nosotros mismos para aquellos quienes están en necesidad? Lo hacemos porque confiamos en Dios de todo corazón, y estamos siguiendo a Dios sacrificadamente, entonces el sacrificio tiene sentido cuando sigues a este Dios. El sacrificio tiene sentido cuando sigues a Dios quien se ha mostrado a sí mismo digno de confianza ofreciendo su único hijo.

Quiero que nos reflejemos en la base de nuestra salvación en Cristo, y lo que significa para ti y para mí en este momento tener fe en Él, una fe viva en Él. La pregunta definitiva en esta sala es ¿Tienes fe? No creencia intelectual, no ideas que no hacen diferencia en tu vida; ¿has creído en Dios como tu Señor y Rey salvador en un modo que cambia radicalmente todo en tu vida? ¿Tienes fe en Él? ¿Has creído en Dios para tu salvación? ¿Te ha dado la vida? Considera toda área de tu vida donde en este momento no estás confiando en Dios de todo corazón. Donde no estás siguiendo a Dios sacrificadamente, donde tu corazón se rindió a Él. Confiesa tu deseo por confiar en Él. Confiesa tus pecados, y deja que la fe cree esa obra en ti.

Si nunca has confiado en Dios, quiero instarte a dejar que este sea el santo momento en tu eternidad, donde eres hecho justo delante de Dios por la confianza en Cristo; diciéndolo en tu corazón, “No puedo hacerlo. No puedo ganarme el camino hacia ti, Dios. Necesito que Cristo haga la obra en mí a través de lo que Él hizo sobre la cruz y en su resurrección, y confío en Él. Hazme nacer, dame vida a través de la palabra de verdad, que pueda ser declarado justo delante de ti”, y Él lo hace. Dios lo hace por su gracia a través de la fe, y eso cambia todo radicalmente. Te invito a confiar en Él, y luego dejar que esto sea tu primera celebración de una nueva vida en Cristo.

El Experimento Radical

Ahora bien, preguntamos en un previo sermón, “¿Qué pasa si tomamos un año como iglesia, y como individuos y familias en esta iglesia, decimos que vamos a sacrificar radicalmente nuestro dinero para gastarlo en nuestras vidas y su iglesia en una urgente necesidad física y espiritual alrededor del mundo?” Te dije que iba a volver a traer esto de vuelta con el propósito de que esto pueda parecerse a nosotros como una familia de fe, y quiero compartir eso en un momento contigo.

Antes mencioné que alrededor de 26,000 niños mueren cada día de hambre o enfermedades prevenibles. ¿Te das cuenta de que es el equivalente de 100 aviones llenos de niños cayendo desde el cielo y estrellándose cada día? Si un avión en los Estados Unidos de America cae desde el cielo y se estrella, se hace titular en las noticias alrededor del mundo. Nos preguntamos, “¿Qué pasó? ¿Cómo pasó esto?” Aprendemos de los pasajeros. Determinamos como esto podría ser prevenido para que no vuelva a suceder. ¿Qué pasa si fueran 100 aviones cada día? ¿Dónde están los titulares? ¿Dónde están la audiencia, las actas del Congreso, y el alboroto que estaría allí si esto estuviera pasando con 100 aviones cada día? La realidad es que está pasando con niños cada día, y debemos de hacer algo sobre eso. Nuestra fe en nosotros nos completa para hacerlo.

Así que, el reto es por un año como iglesia para ir a través de nuestros gastos y preguntarle a cada artículo de línea en nuestro presupuesto, “¿Es mas importante para nosotros gastar esta cantidad de dinero que es para nosotros en alimentar a niños hambrientos?” Y entonces, como individuos y familias, tomar un año y sacrificar cada posible dólar que podamos con el fin de dar cada centavo que podamos para una urgente necesidad física y espiritual alrededor del mundo. ¿Por qué haríamos eso? Porque tenemos fe, y la fe confía en Dios mas de lo que confía en las cosas, la comodidad y el mundo; entonces seguimos a Dios sacrificadamente, y solo eso tiene sentido. Fe.

Ahora bien, mencioné la semana pasada que si fuéramos a hacer esto, se va a tomar todo el cuerpo haciendo esto juntos porque afecta a todos como familia de fe. Y como dije que iba a volver en esta semana con el propósito de que esto pueda parecerse para presentártelo ahora, justo como lo hacemos en otras decisiones mayores, como un cuerpo, donde ahora te es presentado y vamos a tener dos semanas para orar a través de pensar y discutir esto. Dos semanas desde ahora, tendremos una oportunidad para afirmar si somos o no, como un cuerpo. Cree que el Señor nos está llevando a hacer esto.

En el amor de Dios, a la luz de las necesidades alrededor del mundo y en obediencia a Las Escrituras, el liderazgo de ésta iglesia propone eso, primero, comenzaremos a ser inmediatamente radicales ahorrando como una iglesia durante el resto de este año por el bien de la urgente necesidad física y espiritual alrededor del mundo. El enfoque de este Experimento Radical es el próximo año, pero absolutamente no tendría sentido para nosotros gastarlo todo en el resto de este año, preparando para dar radicalmente a los pobres en año siguiente. Y entonces hay algunas cosas que están en nuestro presupuesto que no pueden ser cambiadas – ellos ya están en las obras – Pero inmediatamente, para comenzar hoy de inmediato con el ahorro radical y sacrificar con el fin de liberar por completo en tanto sea posible para gastar en nombre de la urgente necesidad física y espiritual alrededor del mundo.

Segundo, el liderazgo de nuestra iglesia obrará junto con nosotros alrededor de los próximos dos meses sobre el presupuesto que ahorra todos los posibles gastos para el bien de la urgente necesidad física y espiritual alrededor del mundo. Básicamente, eso está diciendo que nosotros, como iglesia, queremos liderar para poner juntos un presupuesto para el año siguiente que se refleje el mínimo en nosotros mismos con el fin de gastar un máximo en la necesidad física y espiritual alrededor del mundo.

Así que, este es el propósito. Quiero que pensemos sobre esto como una iglesia y comencemos a pensar sobre lo que esto parece ser en tu vida individual y tu vida como una familia. Y después, en un par de semanas tendremos una oportunidad para afirmar si creemos o no que Él Señor nos está llevando a hacer esto.

David Platt

David Platt sirve como pastor en el área metropolitana de Washington, D.C. Es el fundador de Radical.

David recibió su doctorado del Seminario Teológico Bautista de New Orleans y es el autor de Don’t Hold Back [No te quedes donde estás], Radical, Sígueme, Contracultura, Algo tiene que cambiar, Before You Vote [Antes de votar], así como los varios volúmenes de la serie Christ-Centered Exposition Commentary [Comentario Expositivo centrado en Cristo]. 

Vive junto con su esposa e hijos en el área metropolitana de Washington, D.C.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TOWARDS REACHING THE UNREACHED.

That means that the people with the most urgent spiritual and physical needs are receiving the least support. You can help change that!