La cultura que nos rodea nos dice que la homosexualidad es innata y fija. Nos dicen que “nací homosexual” y “así es simplemente como soy”. La Biblia nos enseña que el pecado desordena nuestra adoración, creencia, deseo y comportamiento. Hemos intercambiado el patrón de Dios por nuestras preferencias y la alabanza de Dios por nuestros placeres. En este episodio del Radical Podcast sobre Romanos 1:18–32, David Platt nos recuerda que el Evangelio reordena, renueva y redime nuestras vidas.
- El Evangelio renueva nuestra adoración.
- El Evangelio renueva nuestra creencia.
- El Evangelio refresca nuestro deseo.
- El Evangelio redime nuestro comportamiento.
Si tienen una Biblia, y espero que la tengan, les invito a abrirla conmigo en Romanos 1. Y yo que pensaba que estaba incómodo la semana pasada. Quiero ser tan honesto como me sea posible desde el inicio de esta mañana. Yo creo que el Evangelio y la homosexualidad es un asunto extremadamente importante en nuestros días.
Yo creo que ha sido un asunto importante desde hace mucho tiempo, y mucho más aún recientemente a la luz de las leyes que hemos visto en California en donde la suprema corte, como muchos de Uds. saben, decidió con un voto de 4:3 concederle el derecho constitucional de casarse a parejas del mismo sexo; y esto no es cosa de hoy, sino de hace muchos años. Este ha sido un gran tema de debate en nuestra sociedad y en la iglesia, y francamente yo creo que la manera en que la iglesia ha abordado esta problemática ha sido defectuosa. Es una problemática importante. Yo creo que es una problemática que le compete a la Biblia.
La Homosexualidad
En verdad no estoy interesado en lo que las cortes tengan que decir sobre este asunto, o lo que tengan que decir los políticos, o lo que tengan que decir los activistas, o lo que ningún partidario tenga que decir sobre este asunto. No estoy tampoco interesado en lo que yo mismo pueda decir, y francamente tampoco me importa lo que Uds. tengan que decir. Yo estoy interesado en lo que Dios tiene que decir sobre este asunto. Estoy consciente desde el principio de que cualquier autoridad que tenga para hablar sobre este asunto ante Uds. se basará en la armonía con la Palabra.
Esa es la meta, ver lo que este libro dice sobre este tema. Yo estoy consciente de que probablemente haya personas aquí no crean que este libro es la Palabra de Dios; puede que tampoco crean en Dios en lo absoluto. Si UD cae en una de estas categorías, me gustaría pedirle que empiece por asumir que hay una posibilidad de que Dios exista, aún si es el ateo más recalcitrante en este auditorio. Ninguno de nosotros tiene conocimiento absoluto, por tanto existe por lo menos una posibilidad de que Dios exista.
Por esta razón empecemos con esa posibilidad y asumamos que sí existe y que nos ha dado su palabra. Esta es la Palabra de nuestro creador, y si ese es el caso, entonces fuéramos sabios si escucháramos lo que nuestro creador nos ha dicho, lo cual nos lleva a la tercera razón que es la que quiero abordar. Es un asunto importante, es un asunto bíblico y es además un asunto personal.
Tanto Heather como yo tenemos miembros de nuestras familias que están abiertamente envueltas en relaciones homosexuales. He tenido una variedad de amigos y conocidos, especialmente que viven en nueva Orleáns que participaron en actividades homosexuales y cuando se trata de esto ya no es un asunto de cortes, de leyes, de políticas, de protestas o de debates. Se trata de una problemática de personas. Es ya un asunto de individuos. La gente ama y desea ser amada y algunos buscan satisfacer ese deseo con miembros del mismo sexo. Lo que quiero hacer con esto es ponerle un rostro humano a este cuadro.
Ideas que prevalecen en nuestro mundo se trata de la homosexualidad
No voy a asumir ser un experto en cada situación que se da aquí. Yo se que como en los otros sermones hay muchas situaciones diferentes representadas aquí. Yo sé que muchos de Uds. son seguidores de Cristo, muchos de Uds. no lo son, muchos de Uds. tienen pensamientos y deseos homosexuales o participan de formas de conductas homosexuales, y otros entre Uds. son decididamente heterosexuales.
No pretendo en ningún modo ser un experto en lo que respecta a todas las situaciones en este auditorio, pero sí quiero ponerle un rostro personal a las ideas que existen en nuestro mundo y que son muy reales en las vidas de las personas cuando se trata de la homosexualidad. Aún de las personas que están aquí. Hay algunas ideas que prevalecen en nuestro mundo cuando se trata de la homosexualidad. No estoy diciendo que todas las ideas prevalecen, pero si hay ideas, pensamientos e ideologías que prevalecen. La idea de que la homosexualidad es innata. Esta idea es comúnmente expresada en frases como: “yo nací homosexual, Dios me hizo así. La homosexualidad, la orientación homosexual es uno de los dones de Dios en mi vida.”
Mel White es uno de los portavoces homosexuales más prominentes de las “lesbianas cristianas, homosexuales, bisexuales y hombres y mujeres transexuales.” El dijo, “he aprendido a aceptar y aún a celebrar mi orientación sexual como otro de los buenos dones de Dios.”
Otra de las ideas prevalecientes es que la homosexualidad es fija, que no se puede cambiar. La orientación homosexual no se puede cambiar. Yo soy así. Un prominente psiquiatra gay dijo, “La orientación sexual no se puede cambiar. Podrían resultar severas consecuencias sociales y emocionales en el intento de cambiar de homosexualidad a heterosexualidad,” Como resultado, en otras palabras, no trates de cambiar.
Eso podría causar implicaciones negativas. La homosexualidad es fija. Otros creen que la homosexualidad es benigna. ¿Que hay de malo en la homosexualidad? – muchos se preguntan. Mi compañero(a) y yo nos amamos. Una relación exclusiva no importa. ¿Cómo puede estar mal? Una cita de un panfleto cristiano homosexual que estaba leyendo decía, “La relación de dos mujeres o de dos hombres puede ser tan benigna como la de un hombre y una mujer. Cristo murió por los pecados tanto de los homosexuales como por los de los heterosexuales; por lo tanto los gays y las lesbianas pueden sin ningún obstáculo venir a la gracia salvadora de Jesucristo y seguir manteniendo su identidad y la auténtica expresión de su sexualidad.” ¿Porqué querría alguien interponerse a eso? ¿Por qué le tememos a esto? Luego entonces la conclusión es lógica: La homosexualidad es algo benigno y es además algo Cristiano.
Mucha gente dice que Jesús nunca dijo nada del homosexualismo. Troy Perry, un líder cristiano gay dijo, “Con relación a la pregunta ¿qué dijo Cristo sobre la homosexualidad?, la respuesta es sencilla. Jesús no dijo nada. Ni siquiera una palabra, nada. Jesús estaba más interesado en el amor.” Otros dicen, “Yo soy Cristiano y soy gay. ¿Cómo puede estar mal la homosexualidad? Retomando a Mel White; él se declaró abiertamente homosexual cuando se descubrió a si mismo.
Había estado envuelto en el ministerio con una diversidad de ministros famosos y al declararse dijo, “Gracias a Dios que después de 30 años de lucha puedo decir al fin quién verdaderamente soy. Soy gay. Estoy orgulloso y Dios me ama sin reservas.” Otros podrían decir, “Yo asisto a una iglesia gay donde la presencia de Dios es evidente. ¿Cómo puede la homosexualidad estar mal? La reverenda Silvia Pennington, una defensora de la teología pro-gay, cuando asistió a su primera iglesia gay dijo lo siguiente y extrajo esta conclusión: “Me di cuenta de la presencia del Espíritu Santo moviéndose, y dentro de mi. Los (Cristianos gay) estaban sintiendo el mismo Espíritu y el mismo Dios amoroso que yo sentía. Ellos estaban adorando a Dios en verdad y Dios estaba ahí. No había duda de eso.”
La Biblia en verdad no condena la homosexualidad
El próximo paso desde luego lógico es que la homosexualidad es Bíblica. Los pasajes y Escrituras que tratan la homosexualidad han sido mal interpretados. La Biblia en verdad no condena la homosexualidad. Estas frases, estas ideas que hemos visto son ideas reales. Son pensamientos reales. Son emociones reales. Mi meta no es analizar la lista una por una y darles mi opinión sobre ellas. En vez de eso lo que quiero hacer es profundizar en la Palabra y quiero que veamos cómo la Palabra directa o indirectamente aborda algunas de estas ideas y además quiero que seamos honestos en nuestra investigación de la Palabra y que la veamos tal como lo plantea.
El contexto que se da aquí en Romanos 1 es el de Pablo escribiendo desde la ciudad de Corinto a la gente de Roma. En las últimas semanas hemos hablado acerca de esta ciudad de Corinto, porque Corinto era una ciudad llena de inmoralidad sexual. La homosexualidad era común, era algo habitual aquí, y Pablo está escribiendo desde una ciudad muy indulgente sexualmente, no es que era diferente a la nuestra.
Era muy similar a nuestra cultura de hoy, y esto es una muestra para nosotros de que la Biblia no aborda nada, especialmente la impureza sexual, escudándose en la ignorancia. Lo que se nos pinta aquí es a un Pablo rodeado por una cultura similar a la nuestra, sexualmente indulgente en todo el sentido de la palabra, trátese de homosexuales o de heterosexuales. El escribe estas palabras que tratan sobre el pecado en general, especialmente sobre el pecado sexual, por esta razón quiero hacer una advertencia para todos nos. desde el mismo comienzo. Aún si UD nunca ha tenido un pensamiento o deseo homosexual en toda su vida, estos versículos son también para UD… Son para todos nosotros. En realidad, desde este momento quiero hacer a un lado el cuadro de la homosexualidad y dejar que veamos lo que Pablo dice en sentido general sobre el pecado y la impureza sexual.
Romanos 1:18
Así que empiecen conmigo en Romanos: 18 y leeremos hasta el final del capítulo. El dice, “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de El, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando se sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual Dios también los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aún sus cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en si mismos la retribución debida a su extravío.
Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.”
Todo este contexto, en sentido general desde Romanos 1:18 hasta Romanos 3:20 es uno de los cuadros más claros y degradantes sobre la perversidad del hombre en todas las Escrituras. Algunos han dicho que el contexto aquí en el que se menciona la homosexualidad, específicamente en los versículos 26 y 27, no contienen la principal palabra griega para pecado, “amartia”, y que por consiguiente no se está dirigiendo al pecado.
El único problema con esa idea es que en vez de esa palabra griega; se usan ocho palabras griegas diferentes que connotan el pecado por todo el Nuevo Testamento, en estos dos capítulos solamente. El escenario es esencialmente pecaminoso en este contexto. Es la depravación del hombre la que está siendo descrita aquí y lo que sucede en este pasaje es que hay una progresión de ideas dividas en cuatro. Hay aquí cuatro puntos principales cuando se trata de la homosexualidad y la Palabra y yo voy a tratar de darles una especie de vista previa a las cuatro ahora mismo. Pero yo quiero que uds.vean una progresión de cuatro ideas que se repiten en diferentes ocasiones y que muestran el efecto. Recuerde que estamos poniendo a un lado la homosexualidad sólo por un segundo, para mostrar el efecto del pecado en nuestras vidas.
El pecado distorsiona nuestra adoración
Empieza con esta idea número uno: El pecado distorsiona nuestra adoración. Quiero mostrarles esta progresión. Los versículos 18 y 20 nos dan una imagen de la grandeza de Dios, de la gloria de Dios, del carácter de Dios que ha sido revelado a todo el mundo en todos los tiempos. Luego llegamos al versículo 21 que dice, “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias.” En otras palabras, apartaron sus corazones de la gloria de Dios y se volvieron hacia otras cosas. Esto es lo que está aconteciendo. El pecado causa desorden en nuestra adoración, quita a Dios de su trono glorioso al que pertenece como creador, y pone sustitutos en Su lugar. El pecado causa desorden en nuestra adoración. Ahora bien, ¿qué sucede después de eso?
El pecado distorsiona nuestra adoración, lo cual a su vez distorsiona nuestra creencia, nuestra forma de pensar. “pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias.” Pero oigan bien lo que dice: “se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.” Lo que se describe aquí es cuando Dios ya no es el centro del universo, por así decir; el centro de nuestros corazones, de nuestra adoración, lo cual afecta la manera en que pensamos. Afecta la manera en que creemos y nuestro pensamiento se vuelve fútil y necio. Esto nos guía a la tercera verdad. El pecado distorsiona nuestra adoración, distorsiona nuestra creencia, la manera en que pensamos; y en tercer lugar distorsiona nuestros deseos.
El versículo 24 dice: “por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones.” Como vemos, las palabras concupiscencias de sus corazones, no pueden haber surgido de la nada. Fluyen de un corazón que es pecaminoso, de creencias pecaminosas; fluyen de deseos que son pecaminosos. El pecado distorsiona nuestros deseos y el resultado de eso es desórdenes en nuestra adoración, en nuestras creencias y en nuestros deseos; y finalmente el pecado distorsiona nuestra conducta, nuestras acciones. “los deseos pecaminosos del corazón los llevaron a la impureza sexual de la degradación de sus cuerpos los unos con los otros.” Este es el cuadro. Lo vemos progresar desde el versículo 21 hasta el 24 y luego lo vemos repetirse de nuevo.
Adoracion desordenada y pensamientos desordenados
Veamos el versículo 25: “Cambiaron la verdad de Dios por la mentira y dieron culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos.” Lo que Uds. ven es una adoración desordenada aquí, un pensamiento desordenado, un cambio de la verdad de Dios por la mentira. Se ve en ambos versículos 25 y 26, “por lo cual Dios los entregó a pasiones ¿qué? –Vergonzosas- “lujuria, deseos.”
Estos fluyen de una adoración desordenada, de un pensamiento desordenado y se vuelven deseos desordenados, y como resultado, “aún sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza.” Esto ya es una acción, una forma de conducta. Y al llegar al versículo 28 se repite lo mismo una vez más. “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios,” lo cual es adoración desordenada, los condujo a: “una mente… ¿cómo? –“depravada” que los llevó a una forma de pensar y a creencias distorsionadas. Todo esto lleva al hombre a deseos y a conducta desordenada, “estando atestados de toda maldad, perversidad, avaricia y depravación.” Aquí al final de Romanos 1, podemos ver registrada toda una letanía de conductas pecaminosas.
Como ven, esto es de gran impacto. Si sólo pudiéramos medir con la mente o con nuestros propios brazos el alcance de esto, nos diéramos cuenta de que el pecado no es algo que surge de la nada. Tiene raíces en nuestros corazones. Cuando nuestros corazones nos dicen en algún momento de nuestras vidas,”yo sé lo que es mejor, no Dios,” empezamos entonces a pensar, “No voy a escuchar lo que El dice, voy a hacer lo que creo que es mejor para mi.”
Esto da lugar a nuestros deseos. Empezamos a desear cosas que no honran a Dios y actuamos en base a esas cosas. Cuando actuamos en base a estas cosas, es porque la raíz ya estaba ahí. Si pudiéramos ver esto, pudiéramos ver la anatomía del pecado presente en cada una de nuestras vidas. Lo que nos muestra esta ilustración de Romanos 1 es que a causa de nuestra desordenada adoración, hemos cambiado los patrones de Dios por nuestras preferencias. Esto es tremendo. Todos nosotros sin excepción, hemos cambiado los patrones de Dios por nuestras preferencias. Hemos desvirtuado la adoración en nuestros corazones, hemos rechazado la gloria de Dios en nuestros corazones, y esto ha afectado la forma en que pensamos, ha afectado la manera en que sentimos y ha afectado la forma en que nos comportamos. Es el mensaje que Romanos 1:1-3 nos da. Por eso es que en Romanos 3:23 dice, “Por cuanto “todos” pecaron y están destituidos de la gloria de Dios.”
La homosexualidad y Génesis 1 y 2
Ahora bien, lo que yo quiero que hagamos es que tomemos esta ilustración la cual se aplica a cada uno de nos. y quiero que analicemos cómo se relaciona esto con la sexualidad. Quiero que dejen marcado Romanos 1 y vayan conmigo al mismo comienzo de la Biblia, a Génesis 1 y 2. Este es un pasaje que hemos estado viendo cada semana. Es muy fundamental para nos. entender el Evangelio de nuestras familias. Mientras Uds. buscan Génesis 1 y 2, quiero que veamos la ilustración del diseño de Dios. Y como dijimos antes, es cierto, Jesús no tocó este tema de la homosexualidad de manera específica en los Evangelios. Esto sin embargo no quiere decir que El la propone.
El no se refirió al incesto, ni abordó el tema del abuso entre esposos, pero esto no significa que El propone estas cosas. ¿Qué fue entonces lo que Jesús abordó cuando habló acerca de la sexualidad y del matrimonio? Pues es de Génesis 2 de donde está citando. Lo que quiero que veamos aquí es que este cuadro que se nos muestra en Génesis y 2, forma el marco que contiene las conversaciones de Jesús acerca de la sexualidad y del matrimonio así como también el de las conversaciones de Pablo. La forma en que el Nuevo Testamento aborda la sexualidad está basada completamente en Génesis 1 y 2. Esto era lo que ya estaba escrito desde antes. En Génesis 3 es donde el pecado entra en el mundo, por tanto lo que tenemos en Génesis 1 y 2 es el estado en el que todo era bueno. Génesis 1 culmina diciendo “y he aquí que era bueno en gran manera.” ¿Qué es lo tan bueno que tiene esta ilustración? Les quiero mostrar cuatro cosas buenas en esta ilustración.
No.1, la sexualidad es buena de acuerdo a esta ilustración. La sexualidad es buena. Génesis 1:27 dice, “y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” Así que no es un accidente el que Adán y Eva lucieran un poco diferentes el uno del otro. Dios los creó distintos. Hasta esto ha sido debatido en nuestra cultura hoy día, en gran parte debido al chovinismo machista rampante que ha tratado de afirmar la superioridad del hombre sobre la mujer y que definitivamente no es lo que las Escrituras nos enseñan. Lo que se nos muestra aquí es una igualdad de valoración, una igualdad de estima. Ambos el hombre y la mujer fueron hechos a imagen de Dios. Las diferencias que se nos presentan aquí, son las de la sexualidad y la del género y esto es algo bueno. Esto lo hemos visto por toda la serie en que las Escrituras enseñan sobre la familia. La diferencia en género es algo bueno. Adán y Eva distintos, diferenciados, de igual valor, de igual estima, pero sexualmente distintos, eso es algo bueno.
La reproducción es buena
No.2. La reproducción es buena. Esto es lo que vemos en el versículo 28. “fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla.” En otras palabras, multiplíquense en otros Adanes y Evas por todas partes. Ahora bien, “Cómo se hace esto.” Vayamos a Génesis 2:24. ¿Qué dice.cómo va a ocurrir esa reproducción?; por eso es que dice “por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se “unirá” a su mujer, y serán una sola carne. La sexualidad es buena, la reproducción es buena; y No.3, el matrimonio es bueno. Este es el diseño de Dios desde el principio de las Escrituras. Antes de que apareciera cualquier situación de pecado en el mundo, el matrimonio es considerado algo muy bueno. En el contexto de la unión de un hombre y una mujer es donde sucede la repro-ducción; la expresión “una sola carne” significa matrimonio. La sexualidad es buena, la reproducción es buena, el matrimonio es bueno; y No.4, el sexo es bueno.
Veamos el versículo 25. “y estaban ambos desnudos, y no se avergonzaban.” Esto se puede ver por toda la Biblia. El Cantar de los Cantares claramente representa esto. En 1 Corintios 7:4-5 Pablo dice, el sexo es una cosa muy buena que no hay que descuidar si se está casado(a). La Biblia lo dice, de manera que las afirmaciones que tenemos desde el mismo principio aquí en Génesis y 2 son muy claras sobre el hecho de que; el diseño de Dios es muy bueno, y este incluye distinción sexual, reproducción, matrimonio, y sexo; todo esto sucede en el mismo contexto de lo bueno de la creación. Lo que vamos a encontrar de este punto en adelante, después de Génesis 3, es que el pecado entra en el mundo.
Lo que vamos a encontrar después de esto es que cada vez que la Biblia habla de pecado sexual, cada vez que la Biblia identifica el pecado sexual, el común denominador en cada uno de los casos es la violación al diseño que se nos presenta en Génesis 1 y 2. Dios en su bondad y en su sabiduría como creador ha diseñado este cuadro y ha diseñado el sexo y la distinción sexual para que haya expresión y realización en el contexto de su diseño, por tanto cada vez que las Escrituras señalan un ejemplo que está fuera de este contexto, la Biblia lo llama inmoralidad sexual. Lo que esto significa es que cualquier expresión sexual o de realización sexual que esté fuera del diseño expuesto en Génesis 1 y 2 y que no se trate de la unión matrimonial entre un hombre y una mujer, es ilícita, inmoral, y pecaminosa de acuerdo a las Escrituras.
No se está hablando sólo de homosexualidad
Aún no hemos llegado a este listado de pecados sexuales que se mencionan en otras partes. Aquí no se está hablando sólo de homosexualidad, se está hablando también de heterosexualidad. Cualquier expresión sexual que busque realización sexual fuera del diseño de Génesis 2 es ilícita, inmoral, y pecaminosa de acuerdo a lo que nos enseña la Biblia. Esto tiene una gran implicación para cada uno de nos. Todos hemos cambiado este patrón divino por nuestras preferencias. Me atrevo a ir más lejos aún; todos hemos cambiado la alabanza a Dios por nuestros placeres cuando se trata de nuestra sexualidad. Todos nos. sin excepción.
Algunos de Uds. están pensando, “yo no soy culpable de estas cosas.” Si Uds. han pasado por la adolescencia en nuestra cultura de hoy, son culpables. Son culpables de buscar expresión sexual o satisfacción sexual fuera del diseño de Génesis 1 y 2. Cada uno de nos. está en la misma situación. Seamos sinceros. Todos hemos dejado que los deseos de este mundo, ya sea en pensamiento, por medio de los deseos, o por medio de acciones, cada uno de nos. sin excepción, ha dejado que los placeres de este mundo sean más importantes que la alabanza a Dios en nuestros corazones; y hemos buscado satisfacción por otras vías que no son las que se nos han dado en Génesis 1 y 2. Todos en este auditorio lo hemos hecho. Esto es inmenso para entenderlo, porque es aquí en donde el Evangelio comienza a abordar no sólo el pecado de homosexualidad, sino también el de la heterosexualidad. El Evangelio nos está diciendo, nos está mostrando que todos hemos nacido con un corazón orgulloso. Esta es la ilustración que nos muestra Génesis 3 y que nos afecta a cada uno en particular. Independientemente de qué clase de deseos tengamos, Génesis 8:21 pone bien en claro que la inclinación de nuestro corazón es maligna desde la niñez.
Esto significa que cada uno de nos. en este auditorio tiene diferentes herencias, pero todos tenemos una herencia espiritual que se llama pecado y por tanto cada uno de nos. como resultado de Génesis 3 ha heredado esta naturaleza pecaminosa. Hemos nacido con un corazón rebelde que dice: “Dios no es el centro de mi universo y yo no voy a vivir de acuerdo a Sus patrones, ni de acuerdo a su forma de adoración.” Todos hemos nacido con un corazón lleno de orgullo. Traten de entender lo grande que es esto. Esto quiere decir que la Biblia no le ha dado lugar a nadie aquí para que diga: “Dios no me dejaría nacer con inclinación al pecado.” La realidad es que todos hemos nacido con un corazón lleno de orgullo y todos tenemos inclinación a una desviación sexual, cada uno de nosotros. Cada uno sin excepción está inclinado a una desviación sexual.
El pensamiento homosexual, los deseos homosexuales, las prácticas homosexuales
Esto es inmenso por dos razones. No.1, aquí es donde empezamos a abordar el cuadro de la homosexualidad específicamente. Es inmenso porque claramente la homosexualidad, antes de que lleguemos a cualquier pasaje en las Escrituras, incluyendo el pensamiento homosexual, los deseos homosexuales, las prácticas homosexuales no son sólo un arreglo al patrón de Dios en Génesis 1 y 2 que señalan Jesús y Pablo, sino que el pensamiento homosexual, los deseos y la práctica son una rebelión directa a los patrones de Dios establecidos en Génesis 1y 2. No se trata de un mal entendido de Génesis 1 y 2, ni de un disfraz, es un desafío total a la imagen de Génesis 1 y 2 en lo que respecta a una sexualidad adecuada, a la sexualidad diseñada en Génesis 1 y 2. Anula la reproducción.
Desafía el diseño de Dios y del matrimonio en Génesis 2:24 y 2., saca de contexto la expresión de la sexualidad y la incorpora a nuestras vidas. Es desprecio directo a Génesis 1.
Tenemos inclinación a una desviación sexual y todos nos damos cuenta de esto
La segunda razón por la que es tan importante entender la homosexualidad es porque todos nos. tenemos inclinación a una desviación sexual y todos nos damos cuenta de esto. La segunda razón por la que es tan importante es porque no es sólo el pecado de la homosexualidad el que distorsiona el cuadro de Génesis 1 y 2, sino también el pecado heterosexual. Yo represento la clase de persona que es responsable de la mayoría de los delitos sexuales en el mundo: Los demás heterosexuales y yo, al igual que cada persona heterosexual, fuéramos sabios si dejáramos de ver la paja en el ojo ajeno cuando tenemos una viga en nuestros propios ojos.
No es justificable sentarse a ver televisión y ver cantidades de matrimonios del mismo sexo en California, y solo voltear los ojos o menear la cabeza y luego cambiar el canal, y entonces quedarse mirando sin criticar el adulterio en un drama o reírse de la trivialidad del sexo en una comedia o quedarse mirando atento las imágenes seductivas que dominan casi todos los shows; o sencillamente ver los comerciales que son como una prostitución virtual que se nos vende también a nos. que somos seguidores de Cristo con sus productos que apelan a nuestros deseos sexuales. ¿Cual es la diferencia? Por eso es que las Escrituras se aplican a cada uno de nos. en particular aquí presentes. ¿Son nuestros pecados por ser heterosexuales aceptables porque son los de la mayoría? Absolutamente no, todos hemos nacido con un corazón lleno de orgullo, todos sin excepción tenemos tendencia hacia una desviación sexual y como resultado todos tenemos necesidad del Evangelio. Cada uno de nosotros en particular necesita el Evangelio, porque todos somos culpables, todos. Tenemos que tener presente estas cosas.
El pecado ha distorsionado nuestra adoración. Lo que sucede como resultado de eso, es que el pecado distorsiona nuestra creencia. Ya hemos hablado de esto. “Se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue en-tenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible. Ellos cambiaron la verdad de Dios por la mentira.” Ahora quiero que pensemos acerca de lo que es el pensamiento distorsionado y de lo que es cambiar la verdad de Dios.
Quiero que pensemos en su implicación cultural. Vamos a tomar el puente que nos ofrece Romanos 1 con nuestra cultura del siglo 21. “ ¿Cómo entendemos nos. esta verdad aplicándola a la cultura en que vivimos hoy? ¿Por qué cosa hemos cambiado la verdad de Dios.? A mi parecer la hemos cambiado, basándonos en Romanos 1, por la tolerancia que existe en nuestros días. Yo estoy consciente de que les he dicho que toda forma de expresión sexual, sea heterosexual u homosexual, que no está alineada; ya sea la del adolescente como la del soltero, la del casado, la del heterosexual o la del homosexual, todas las formas de expresión sexual, todo pensamiento, todo deseo, toda conducta fuera de Génesis 2:24, está equivocada. Yo estoy consciente de que tan pronto me pongo en contra de la cultura dominante, lo primero que hacen es tildarme de intolerante y otras tantas cosas.
Es sobre este punto precisamente que quiero que consideren la necesidad de mi posición. Quiero que piensen en lo que significa haber dicho, y manteniendo con integridad la Palabra de Dios, que cualquier expresión homosexual o heterosexual fuera del matrimonio está equivocada. ¿Es esto ser intolerante? ¿Se dan cuenta de que esa acusación, ese rótulo no tiene asidero? Razonen esto junto conmigo. Si Uds. sostienen o fueran a sostener que yo fui intolerante, entonces Uds. estarían mostrándome intolerancia. La manera en que yo lo he expuesto haría pensar que América está llena de gente intolerante, que no están dispuestas a tolerar esto más. En otras palabras, si me siguen, esa misma gente que sostiene ser tolerante, no toleran a los intolerantes; lo cual significa que no se toleran ni a ellas mismas. Algunos de Uds. se darán cuenta de esto muy pronto durante el almuerzo.
La tolerancia en verdad implica desacuerdo
Tendrán que rebobinar y escuchar esta verdad de nuevo, se dirán “no lo entendí.” Toda esta ilustración que hemos hecho sobre la tolerancia, tiene el sólo propósito de aclarar que todo lo que esté fuera de lo expuesto por Romanos 1, es necedad. Hemos creado la opinión de que cualquier creencia, cualquier idea en este mundo hay que aceptarla con igualdad de derecho, con igualdad de verdad, y por lo tanto el no estar de acuerdo con alguien lo hace intolerante. La realidad es que si lo buscamos en el diccionario, la tolerancia en verdad implica desacuerdo. Si Uds. y yo estuviéramos de acuerdo en todo, yo no les toleraría. Yo no toleraría sus creencias, si estuviera de acuerdo con todas ellas. Si Uds. creen que Jesús es el Señor del universo, y yo no los tolero por eso, pero si por otro lado creen que Jesús ni siquiera existe, entonces sí de manera pasional descuerdo con Uds., ¿es sólo así que los tolero? ¿ven lo que quiero decir.?
La tolerancia en sí implica desacuerdo. Pero lo que hemos hecho es que hemos tomado cada creencia, cada idea y la hemos puesto en el mismo nivel de legitimidad y de veracidad para ver si el estar en desacuerdo con las ideas de alguien te hace intolerante, y como resultado se ha visto que el pecado cardinal de la intolerancia nos. está robando la búsqueda de la verdad en nuestra cultura, porque si estás en desacuerdo con alguien, digamos sobre algo que está incorrecto, entonces se niega que haya una versión de la verdad. Ignoramos la verdad. En vez de esto, tomamos nuestras experiencias y las elevamos a nivel de la verdad. Cual sea lo que piense o cual sea lo que sienta es la verdad, y aunque se piense o se sienta algo diferente, eso se constituye en verdad. Todos entonces vamos a aceptar eso y a llevarnos bien con ello aunque sepamos que no es la verdad. Esto es lo que nos muestra Romanos 1, que no sólo hemos cambiado la verdad por la tolerancia, sino que lo lleva a un plano más profundo: hemos cambiado la Palabra de Dios por la experiencia del hombre.
Que es cierto
Al exaltar nuestras experiencias por encima de la verdad, recordemos que estamos operando bajo la asunción de que esta es la Palabra de Dios, y si es la Palabra de Dios, entonces tiene más autoridad que todas nuestras experiencias y esto es cierto independientemente de lo que somos. Ahora bien, nos. cuestionamos esto. Decimos “no puede ser absolutamente cierto.” Sin embargo vivimos cada día basándonos en verdades absolutas. Esto lo aceptamos en muchas diferentes áreas de nuestras vidas. He aquí una simple ilustración: 2+2 = 4, independientemente de que Uds. lo crean o no o de que se sientan bien o no. Sean cuales sean sus emociones, la realidad es que cuando Uds. oyen 2+2 = 4, es una realidad. 2+2 = 4 independientemente de lo que Uds. crean o piensen. Podemos al igual que las matemáticas, tomar cualquier otra área práctica de nuestras vidas. El peligro está en que lleguemos a áreas sensibles de nuestras vidas en las que tiremos la verdad por la ventana y digamos, bueno, eso no está basado en nuestra experiencia, en lo que sentimos. Dejemos por ahora el debate cultural a un lado. Esto es más evidente cuando se trata de debates o discusiones sobre la homosexualidad en la iglesia.
No tenemos tiempo de escudriñar todos los pasajes en las Escrituras que tratan sobre la homosexualidad y hay una variedad de ellos. En realidad les animo a que anoten algunos de ellos y los busquen, y lo interesante sobre esto es que he leído y estudiado cada una de estas cosas, no sólo la semana pasada; hace unos años que las he estado investigando y hay todas clases de interpretaciones innovadoras de estos pasajes en las Escrituras que son usados para justificar la homosexualidad básicamente.
Ya hemos visto Génesis 1 y 2 los cuales creo que son suficientes por si solos; y ahora nos vamos a Génesis 19. Esta es obviamente la historia de Sodoma y Gomorra, pero hay algunos que han dicho que cuando Dios destruyó a Sodoma y a Gomorra no lo hizo por la inmoralidad sexual, no fue debido a la homosexualidad que Dios la destruyó, sino debido a la falta de hospitalidad. Estos dicen que cuando el pueblo rodeó la casa de Lot con sus invitados, era sólo para conocerlos, ya que esta es la palabra que aparece en el texto. En verdad esta es la palabra que se usa en el original del Antiguo Testamento “conocer”, pero esta palabra tanto aquí como en otros pasajes tiene una implicación sexual, y es obvio que si todo lo que ellos querían era una taza de café, entonces Lot no les hubiera dicho “no hagan esta cosa horrenda.” Si nos vamos al libro de Judas v. 7 vemos que dice muy claro que la razón por la que Sodoma y Gomorra fueron destruidas fue por la inmoralidad sexual y por las perversidades. No soy yo quien lo digo.
La Biblia es la que dice que la inmoralidad sexual o la homosexualidad no era el único pecado en Sodoma y Gomorra; pero sí era el pecado imperante, no hay duda de eso. Si se adelantan hasta Levítico 18:22 y Levítico 20:13, encontraremos: “No te echarás con un varón como con una mujer, es abominación.” “Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron.” Algunos han dicho en reacción a estos versículos, que ambos van dirigidos a la actividad homosexual en el contexto de la idolatría, tanto en el cap. 18, como en el 20. Por consiguiente, siempre y cuando la homosexualidad vaya ligada a la idolatría estará bien. El único problema con esto es que en el mismo cap., esos mismos versículos abordan cosas como, “no te ayuntarás con animales, no practicarás el incesto, el adulterio, ni el sacrificio de hijos.” ¿Significa esto la práctica homosexual estaba bien, siempre y cuando ellos no se involucraran en las prácticas idólatras Cananeas? Definitivamente que no.
Varones y de los afeminados
En realidad, si se llegan a corintios 6:9-10, 1 Timoteo: 9-10, verán que Pablo usa dos términos para hablar de la homosexualidad. Habla de los que se echan con varones y de los afeminados. El usa las mismas palabras que se usan en la traducción del Griego de Levítico 18 y 20. La ilustración que se hace es para que quede bien claro el vínculo que hay entre las enseñanzas del Antiguo y las del Nuevo Testamento sobre la homosexualidad. Lo que hacen algunos cuando leen Romanos 1 es que dicen: “Bueno, este pasaje de lo que habla es de la actividad homosexual practicada por heterosexuales. Sin embargo, cuando Pablo escribió esto no sabía que existía algo llamado orientaron sexual u orientación homosexual, y por eso es que está condenando aquí la actividad homosexual practicada por heterosexuales.” Ustedes pueden ver que esto no tiene ningún peso. ¿Cómo podría un pueblo encenderse en lujuria los unos con los otros si eran heterosexuales? El cuadro que nos presenta la Biblia siempre es consistente. Siempre se afirma a través de las Escrituras a una sola voz, así como se hace con los otros pecados sexuales, que si están fuera de los patrones de Dios descritos en Génesis 1 y 2, son pecaminosos. Esta es la realidad que nos presenta la Biblia. Aquí es donde se pone interesante, porque cuando se empieza a leer y después a escuchar lo que la gente dice en las iglesias para justificar la homosexualidad, se ve el abandono de la Palabra de Dios para refugiarse en la experiencia del hombre.
Permítanme compartir con Uds. un par de citas a las que quiero que le presten mucha atención junto conmigo. Escuchen estas palabras. Empezaremos con William Kent, miembro del comité de estudios sobre la homosexualidad de la iglesia Metodista Unida.
El dijo lo siguiente, “Los textos de las Escrituras en el Antiguo y Nuevo Testamentos que condenan las prácticas homosexuales, no son ni inspirados por Dios, ni son de validez cristina permanente.” Oigan bien. El sabe, el es lo suficientemente honesto para admitir que las Escrituras no perdonan, sino que condenan la homosexualidad. Pero él es lo suficientemente atrevido para decir que esta no es la Palabra de Dios. Gary David Comstock, capellán de la Universidad Protestante Wesleyana, dijo: “El no reconocer, criticar, y condenar la ecuación de Pablo sobre el estado de perdición del homosexual es peligroso. Permanecer con nuestras tradiciones cristianas de respeto y no retar esos pasajes que nos degradan y nos destruyen es contribuir a nuestra propia opresión. Esos pasajes continuarán trayéndose a colación y usándose contra nos. una y otra vez, hasta que los cristianos pidan que se quiten del canon de las Escrituras o en última instancia pierdan su autoridad formal para servir como ejemplo de conducta.”
El amor entre el mismo sexo
En otras palabras lo que Comstock está diciendo es que se eliminen estos versículos de las Escrituras. Este último es el que rompe el record. Se trata de Luke Timothy Johnson, profesor de Nuevo Testamento en la escuela de Teología Chandler, en la universidad de Emory, no muy lejos de aquí, el dice, “En ninguna parte la Biblia habla ni positiva, ni neutralmente se habla sobre el amor entre el mismo sexo.”
El está reconociendo lo que estos otros dos han reconocido, sobre el hecho de que si se busca en el Nuevo testamento, o en el Antiguo Testamento, no se ven cuadros alentadores sobre el amor entre personas del mismo sexo. Pero él si llega a la conclusión de que lo que esto significa es que la Biblia está equivocada. Yo creo que estas son sus palabras. Yo creo que es importante establecer claramente que nos. en realidad estamos rechazando los mandatos Bíblicos que ya están claros y apelando a otras fuentes de autoridad cuando declaramos que la unión de personas del mismo sexo puede ser santa y buena ¿De que fuente de autoridad viene esto? Estamos apelamos explícitamente al peso de nuestras experiencias y las experiencias que miles de personas atestiguan y que nos dicen que reclamar nuestra orientación sexual es aceptar que Dios nos ha creado de esta manera. Al hacer esto, estamos abiertamente rechazando por igual las razones que tienen las Escrituras para condenar la homosexualidad. No se ciegue ante este peligro. El Profesor Johnson nunca se hace la pregunta más obvia. ¿Si no vamos a confiar en la autoridad de la Biblia, y en vez de ello vamos a confiar en la experiencia humana como nuestra fuente de autoridad, en la experiencia de quién o de quiénes vamos a confiar?
La Biblia y la homosexualidad
Vean Uds. el peligro que hay aquí y cómo esto se convierte en un asunto completamente Bíblico. Observen lo que los supuestos teólogos, los supuestos líderes cristianos afirman cuando se trata de este asunto. La realidad de lo que quiero mostrarles es que para mantener la defensa al homosexual, para defender el punto de que la homosexualidad está bien ante Dios, hay que mantener entonces que la Biblia es: irrelevante, anticuada, inaplicable, que es un libro aparentemente opresor que fue escrito por los dominantes heterosexuales, que no tiene importancia para nos.; que es inconsistente con ella misma o con nuestras experiencias, y por lo tanto si es inconsistente con nuestras experiencias debemos descartarla y adoptar nuestras experiencias como correctas. La Biblia es entonces irrelevante, inconsistente, ineficaz e insuficiente. El cuadro que le estamos ofreciendo al mundo es el de que si Dios hubiera sabido desde el principio que nos. hoy íbamos a saber más que El sobre la orientación sexual, no debió haberse molestado en ordenarnos esos mandamientos.
Esto es lo que se nos receta hoy día, que la Biblia es insuficiente para guiarnos en esta época. Por favor vean la importancia de esto. Voy a ex poner esto de la manera más franca posible. Si las reivindicaciones presentadas por el movimiento homosexual son ciertas, entonces todo el fundamento de la fe Cristiana está socavado. Para que Uds. no crean que esta sea una exageración, razónelo conmigo. Tan pronto como tomamos la autoridad para decidir cuales partes de la Biblia están bien y cuales están equivocadas, cuales se adecuan a nuestras experiencias y cuales no, entonces ponemos en cuestionamiento todo el cuadro bíblico y ¿quién determinaría lo que está correcto? Lo que descubriríamos más tarde es que este libro está equivocado.
Estamos con esta actitud socavando el verdadero fundamento de todo el sistema Cristiano. Ustedes pueden ver que Romanos 1 declara que el pecado distorsiona nuestra adoración y nuestras creencias. Aunque profesamos ser sabios, somos tontos. Yo no estoy diciendo, ni asegurando ser sabio. No estoy diciendo que lo sé todo. Lo que estoy diciendo es que existe una verdad, aparte de la mía y que nuestra tarea como pueblo de Dios es respetar, honrar, escudriñar esa verdad, ver esa verdad como tal y vivir de acuerdo a ella. Si negociamos esa verdad, si ponemos nuestras experiencias por encima de esa verdad, estamos socavando el fundamento de nuestra fe. Esto es de gran implicación. El pecado distorsiona nuestra adoración y nuestra creencia.
El pecado distorsiona nuestros deseos
El pecado distorsiona nuestros deseos. Ya hablamos de esto. Voy a acelerar y voy a poner estas dos últimas más o menos juntas. Hay todo una mezcla entre deseo y conducta, porque ¿en qué punto el deseo se convierte en pecado y cómo lleva a una forma de comportamiento? Quiero enlazar estas ideas y analizar un par de cosas, por lo que voy a querer que volvamos atrás y pensemos en ello. El pecado distorsiona nuestros deseos. “Por lo cual Dios los entregó a la inmundicia. Dios los entregó a la concupiscencia de sus corazones y a la impureza sexual.” En nuestros días, hemos cambiado la responsabilidad sexual por el derecho al placer. Hemos igualado los deseos que tenemos con los derechos que poseemos. Esto lo sabemos bien. Presenciamos a menudo los debates morales. Ningún debate moral gira en torno a la responsabilidad, gira en torno a los derechos; trátese de sexo, divorcio, aborto, homosexualidad o de lo que sea. Giran en torno al derecho de elegir, al derecho de asumir una personalidad, al derecho a esto, al derecho a aquello. Lo que se ha venido diciendo es que debemos indagar.
La ciencia nos ha mostrado que tenemos estos deseos, por lo tanto, la charla se basa no en lo que hacen los homosexuales, sino en quienes son. Hay una gran distancia entre estas cosas. No es lo que hagan los heterosexuales, sino quienes son los heterosexuales; sus deseos, y si experimentamos deseos, entonces tenemos derecho a practicar esos deseos. Lo que hemos hecho es que, no sólo hemos cambiado nuestra responsabilidad sexual por supuestos derechos, sino que hemos cambiado lo que dicen las Escrituras sobre esos deseos por lo que dice la ciencia acerca de nuestros deseos. Quiero tener cuidado con esto. Volveremos a retomar este tema en breve. Yo no estoy diciendo que la Biblia “no” se opone a la ciencia. Lo que digo es que “no” se opone a la verdad no importa de la manera que se exponga, ya se trate de algo científico o de lo que sea. No importa las conclusiones que tenga la ciencia sobre nuestros deseos, o de donde provengan, como nos llegan, o cuando nos llegan; las Escrituras aún nos hablan hoy ¿y qué dicen? Las Escrituras dicen lo siguiente, “El deseo sexual inapropiado es inmoral, no inevitable.” Hay una gran diferencia en esto. Volveremos a tocar esto. Quiero avanzar hasta conducta y luego tratar de poner todo junto.
El pecado distorsiona nuestros deseos y nuestra conducta. Nosotros realizamos nuestros deseos. Esto lo vemos claramente al final de Romanos 1, la letanía de acciones pecaminosas. Nadie en las Escrituras se queda sin ver su culpa. Todos tomamos esta referencia y la aplicamos a nuestras discusiones sobre la homosexualidad. Hemos cambiado, y es aquí donde quiero que nos detengamos por un momento.
Hemos cambiado las obligaciones morales por las explicaciones lógicas. Quiero que me sigan. Se ha hecho mucha investigación hoy día y ha habido muchos debates sobre estas investigaciones, pero no encontrarán a ninguna persona que diga que los resultados son concluyentes, aunque hay muchos que sí lo dicen. Hay mucho debate por todas partes acerca de los factores que pueden entrar en juego en nuestras vidas cuando se trata del deseo sexual, homosexual o heterosexual, y muchas investigaciones dicen, hablando directamente de la actividad homosexual, que hay factores biológicos, genéticos, sociales, ambientales y emocionales que entran en juego en este cuadro de la actividad homosexual. Aunque hay debate acerca de cuánto entra en juego en lo genético, lo biológico o lo ambiental, sea lo que sea, lo que quiero proponerles es que basados en lo que vemos en la Palabra, no le demos importancia a las conclusiones de estas investigaciones, ninguna importancia. Piénselo de esta manera.
Un escritor Cristiano escribió esto. “como a la edad de 13 años comencé a notar las niñas, o debería decir, que fue entonces cuando empecé a notar algo más que eso.” Este es un heterosexual varón. “25 años más tarde, la inclinación es un poco más refinada, un poco más controlada, pero sólo un poco. Dondequiera que me encuentro, noto las mujeres y áreas particulares de las mujeres. A veces entretengo pensamientos fugaces, a veces pensamientos que perduran, de cómo disfrutaría realizar el sexo con mujeres que nunca he conocido. ¿Es esto natural después de todo, o no lo es?
¿Nací yo con una inclinación hacia la interacción sexual con varias mujeres diferentes, aún en un día, una inclinación que permaneció meramente dormida por trece años? ¿Me entrenó mi padre, cuyas pasiones son similares a las mías, a pensar en las mujeres de esta manera? ¿Soy yo el producto de toda una vida de exposición a los anuncios, películas y música popular? ¿Creó el trauma del divorcio de mis padres cuando yo tenía tres años, o las acciones de mi madre durante mi infancia deseos o necesidades sexuales particulares? Ahora bien, todas estas interrogantes son válidas y son interesantes, pero ninguna de ellas determina el grado de razón o de equivocación en cuanto a los deseos que él está expresando. Ninguna de estas razones determina la moralidad de los deseos. Esto es de impacto porque hemos tomado explicaciones plausibles y las hemos usado para justificar y aún implicar obligación moral. Si me siento de esta manera, debo actuar de esta manera. ¿Ven el peligro que hay en esto? La falacia aquí se puede ver claramente.
Quiero que me perdonen desde el comienzo de esta ilustración, porque es mordaz, pero eso es lo que espero que sea. Me estaba debatiendo sobre si debía usarla o no, pero espero que me entiendan y me sigan. Quiero por un momento tomar las explicaciones usadas, dadas por los homosexuales, por aquellos del movimiento homosexual para describir o justificar las acciones o los deseos homosexuales. Quiero tomar esas declaraciones, pensamientos y creencias y aplicarlas a la pedofilia, más específicamente a la pedofilia homosexual. Yo sé que tan pronto mencione esto, algunos dirán, “Esa es una comparación injusta porque hay manipulación, hay daño a un niño.” Pero traten de seguirme. Esto no me lo estoy inventando. Estos son artículos reales, periódicos homosexuales. Ni siquiera estoy diciendo que cualquiera que tiene deseos o creencias homosexuales acerca de ciertas cosas de la homosexualidad esté de acuerdo con estas cosas. Pero, escuchen y síganme.
La manipulación
¿Quién definiría la manipulación? ¿Qué forma de expresión sexual, un pedófilo diría que no involucra algún tipo de manipulación? Aún la expresión sexual entre esposo y esposa envuelve alguna forma de manipulación. Varios estudios demuestran que ambos participantes en la actividad pedófila, disfrutan experiencias positivas. Los estudios han deducido que si la manipulación se usa para hacer que alguien se sienta mejor, entonces ¿por qué no se considera bueno esto? Después de todo, el pedófilo argumenta, “si ambos lo disfrutamos. ¿Cómo puede estar mal? Yo quiero hacer esto juicio. ¿Por qué me daría Dios un deseo, si no es para satisfacerlo? El me ha hecho de esta manera. Me ha dado este don. Jesús nunca habló en contra de él. El acogió a los niños al venir a El. Yo soy cristiano. Tengo estos deseos que no puedo cambiar. He probado terapeutas y no ha funcionado. Muchos me han dicho que reprima mi orientación natural, pero no puedo negarla, no importa todo lo que me han dicho que debería hacer. Soy parte de una minoría perseguida y como consecuencia con más razón merecedor de derechos civiles.”
¿Están convencidos? Uds. dirán, “Claro que no, ¿eso va contra la ley? Eso mismo era el matrimonio entre personas del mismo sexo hace algún tiempo en California. Por favor escúchenme. No estoy comparando estas dos cosas y poniéndolas en el mismo plano. Lo que estoy haciendo es mostrar por la Palabra y por las vivencias que esa causalidad no implica justificación. La causalidad no implica la justificación. El decir yo soy así, es un argumento sin validez. Es insostenible.
La revista Times reportó no hace mucho que la infidelidad puede que esté en nuestros genes, en los genes masculinos. Pero, caballeros, independientemente de cuán innatural pueda ser para Uds. el serles fieles a sus esposas, a una sola mujer, serán responsables ante Dios de haber sido o no fieles a ellas, no importa lo que haya en su código genético. Como hombres tenemos una responsabilidad ante Dios, los casados, de serles fieles a nuestras esposas; y cualquier clase de causalidad, no importa el peso que tenga, nunca implicará una justificación ante Dios. ¿Ven cómo es esto? Yo no creo que la Palabra esté diciendo que no haya algunos de nos., quizás muchos de nos., que no hayamos tenido pensamientos homosexuales o deseos homosexuales, y además que no tengamos una predisposición hacia a esa clase de deseos.
En realidad, yo iría más lejos al decir que por lo que hemos visto y basándonos en el hecho de que todos tenemos corazones rebeldes, todos entonces tenemos inclinación a una desviación sexual, a los deseos sexuales pecaminosos que pueden ser homosexuales o heterosexuales. Puede que sean diferentes en nuestras vidas, y si Uds. piensan o luchan con estos pensamientos, estos deseos impíos, quizás se pregunten, “¿Me habrá hecho Dios de esta manera?” Si es así, espero que vean la necedad, la futilidad de esta manera de pensar. Sin embargo, yo en ninguna manera creo que la Biblia esté invalidando la realidad de esas tentaciones.
El retrato que la Biblia nos está dando es que no siempre elegimos nuestras tentaciones, pero sí elegimos nuestras reacciones. Sea que luchen con el pecado homosexual o heterosexual, no encontrarán ninguna parte en la Biblia en donde diga, “No harás tal cosa, a menos que por supuesto traten arduamente de cambiar. Si se van a la oración y a la consejería, se darán cuenta de que no podrán dejar de desear hacer eso.” Si este es el caso, entonces ese pecado X, ya no será más un pecado para Uds. Es algo innato, un don que no se puede cambiar y por tanto pueden ser indulgentes. Esto no aparece en las Escrituras. Uds. se dirán, “¿En que posición me coloca esto a mi?” ¿En que posición nos pone esto cuando se trata de deseos sexuales? No quiero en ninguna manera implicar que esto es simplista, que hay una solución simplista respecto a como funciona en nuestras vidas, pero nos conduce a algo.
El Evangelio
Nos conduce al Evangelio. Es aquí en donde el Evangelio tiene implicaciones radicales para la homosexualidad. Uds. estarán pensando, “¿Qué tiene el Evangelio que ver con la homosexualidad? ¿Qué es lo que hace el Evangelio en nuestras vidas?” Cuando vemos la realidad de que aunque nos rebelamos contra Dios, El ha enviado a Su Hijo, y en la cruz ha llevado todos nuestros pecados sexuales, todo pensamiento sexual, deseo y conducta que esté fuera de Su diseño, los ha llevado todos, El sufrió la ira de Dios por todos ellos. Dios derramó Su ira sobre Su Hijo en una cruz. Jesús llevó nuestro pecado sexual sobre si mismo, lo cubrió con su pureza y Santidad. El venció el pecado. El se levantó de la tumba.
¿Cómo afecta esto la homosexualidad? Número uno, el Evangelio restablece nuestra adoración, aunque se trate del pecado homosexual o del heterosexual. El Evangelio restablece la adoración. Este es el cuadro que nos ofrece I Cor. 6. Se los voy a leer.
Ustedes tienen escritos los versículos del 9-10.y 11. Empezaremos por el versículo 9: “No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.” Fornicarios, idólatras, afeminados, los que se echan con varones, Uds. no heredarán el reino de Dios. Pero luego dice Pablo a una iglesia joven que se encuentra en medio de esta ciudad indulgente en cuanto al pecado sexual, “Y esto erais algunos de vosotros, pero, ¡Gloria a Dios! Que han sido lavados, santificados y justificados en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor y por el Espíritu Santo de Dios.”
Se trata del pecado sexual
¡Gloria a Dios! Porque cuando se trata del pecado sexual, Dios por su gracia, restablece nuestra adoración para reinar en nuestros corazones como el único Dios. ¿Cómo afecta esto nuestra creencia? El Evangelio renueva nuestra creencia. “No se conformen a este siglo, sino transfórmense mediante la renovación de su entendimiento. Por esto es que no podemos votar este libro, ni ignorarlo, ni debemos tratar de hacer las cosas a nuestro modo; porque esta es la Palabra de vida, si ignoramos esta Palabra de vida, empezaremos a padecer hambre cuando nos desviemos a los caminos del mundo. Debemos ver este pan de vida que nos sacia y darnos banquete. Esta es la imagen que nos presenta el Evangelio, la de la renovación de nuestra creencia, no sólo cuando oramos o avanzamos o cuando vivimos la vida Cristiana. El Evangelio transforma nuestro entendimiento cada día. Vivimos en esta cultura y necesitamos el Evangelio cada día para que transforme nuestra manera de pensar respecto al mundo.
El Evangelio restablece nuestro culto a Dios, renueva nuestra creencia. El Evangelio reaviva nuestro deseo. Esto es lo bello del Evangelio en lo que respecta al deseo. Toda clase de deseo homosexual o heterosexual que tengamos es suplantado por un deseo superior cuando venimos a Cristo. Por medio del Evangelio somos conquistados por un deseo superior, porque Cristo es más glorioso, más hermoso y nos satisface más que todos los deseos de este mundo juntos. El es bueno, El es benévolo y todos los días nos inclinamos ante El y le decimos: “Tú eres mi deseo, Tú eres mi satisfacción, Tú eres mi vida, Tú eres el centro de todas las cosas. En Ti hallo mi alegría. En Ti hallo mi placer.”
El Evangelio renueva nuestro deseo, y esencialmente rescata nuestro comportamiento. El redime nuestro comportamiento, todo nuestro comportamiento pecaminoso. Quiero compartir con Uds. lo que un hombre que era homosexual, testifica del poder del Evangelio en su vida mientras se presenta con su mujer y nueve hijos y les dice a todos que Dios restaura por completo.
No quiero decir con esto que cada persona en este auditorio que está teniendo pensamientos homosexuales o deseos, o que quizás ha estado envuelto en actividad homosexual se casará algún día y tendrá nueve hijos. Puede que no se trate sólo del matrimonio en esta ilustración. Puede ser que el celibato sea parte de este ejemplo; pero cuando Dios toma nuestras vidas y nos ha moldeado para ser Suyos, aún los efectos pecaminosos que nos han arrastrado a donde nos hallemos, aunque nos hayan afectado; El nos redime de estas circunstancias y la usa para su gloria. Cada una de nuestras vidas, homosexual o heterosexual, está destinada a ser un trofeo por Su gracia, no importa cual haya sido nuestro pasado, ni nuestras luchas. El Evangelio redime nuestro comportamiento.
Quiero retarlos a Uds. iglesia, a esta familia de la fe cuando se trata de la homosexualidad, a que nos basemos en la Palabra para que hagamos estas tres cosas. Número uno: reflexionar. Lo que quiero decir con esto es que quiero retarlos como familia de la fe a evitar por completo el ultraje selectivo hacia un grupo moral. Espero que hayamos visto en esta mañana que todos necesitamos la gracia de Dios y que la Palabra nos dice que no miremos la paja en el ojo ajeno cuando hay una viga en el nuestro. Quiero que apliquemos esto de manera especial a la manera en que hablamos de este asunto. Cualquiera que usa una jerga, un término despectivo, bromas groseras, bromas degradantes o comentarios menospreciantes contra el homosexual está difamando el Evangelio que le ha salvado a UD de sus pecados. No hay lugar para estas cosas en lo absoluto en el cuerpo de Cristo. Debemos evitar por completo el ultraje hacia cualquier grupo con estigma moral y debemos bíblicamente evaluar nuestra condición espiritual y también en el plano sexual.
Le confiesan a Dios sus pecados
Esto tiene un gran alcance. Les recuerdo, mientras nos lamentamos por lo que acontece en nuestra cultura, que en la historia de la Biblia y en la historia del pueblo de Dios, las veces que Dios por Su Espíritu se ha movido de manera milagrosa, con avivamiento; no ha sido cuando se han visto cosas portentosas, no ha sido cuando los de afuera han empezado a confesar sus pecados. Ha sido cuando el pueblo de Dios dentro de la iglesia ha sido honesto con Dios en cuanto a sus pecados. Le confiesan a Dios sus pecados de manera sincera y verdadera. Debemos evitar barnizar el pecado sexual en la vida de cada uno de nosotros. Nos hemos adecuado a coquetear con la inmoralidad sexual, entregándonos a los pensamientos sexuales inmorales, a los deseos y al comportamiento inmoral.
Lo cubrimos pretendiendo que se trata de algo que no tiene mucha importancia, sin embargo cada deseo, cada pensamiento, cada comportamiento, cada imagen que miramos en la Internet , cada cuadro pornográfico representado aquí , cualquier pensamiento cae fuera de lo que Dios ha diseñado en Génesis y 2 y debemos huir de todo esto. Debemos huir a la inmoralidad sexual. Perdemos toda credibilidad para hablar con autoridad sobre la moralidad sexual y sobre lo que la Palabra nos enseña acerca del diseño de Dios para el matrimonio; si dejamos que en la iglesia este diseño se trate de manera superficial. Y esto es lo que está sucediendo, que el diseño de Dios sobre la castidad sexual se va por la borda en nuestras iglesias. Nos perdemos del verdadero contexto y esto afecta nuestra capacidad para proclamar el Evangelio en la cultura que nos rodea. De manera que les insto a que bíblicamente evaluemos nuestra condición sexual y espiritual. Seamos honestos con Dios.
¿Cómo debemos responder a los hombres homosexuales y mujeres lesbianas?
En segundo lugar. Cuidado. ¿Cómo debemos responder a los hombres homosexuales y mujeres lesbianas que nos rodean, en nuestras familias o en nuestros trabajos? Primero, debemos expresar compasión y humildad. Si vamos a compartir nuestras vidas con los demás como familia de la fe, entonces debemos caminar los unos al lado de los otros cuando se trate de los deseos y las tentaciones homosexuales. Stanton Jones de la universidad Wheaton dijo esto: “Si no puede hacer empatía con los homosexuales por temor o por repulsión hacia ellos, entonces le está fallando al Señor.” Se ha convertido en algo común, aún aplaudido, por los hombres, por decirlo así, el ser honesto con otros creyentes acerca de sus luchas con el pecado heterosexual. Pero el hombre que lucha con pensamientos y deseos homosexuales no tiene muchas veces a quien acudir en la iglesia. Esto se constituye en un problema y necesitamos compartir nuestras vidas los unos con los otros de manera honesta. De esto es de lo que se trata Romanos 12; de aceptarnos los unos a los otros, de caminar los unos al lado de los otros, de confortarnos, de expresarnos compasión en humildad, de mantener esta profunda convicción. No se puede dar una condición sin la otra.
Hoy día observamos las tendencias, las denominaciones, aquellos que inevitablemente están ordenando líderes gays y lesbianas, arzobispos o lo que sea, que han tomado la Palabra de Dios y con sus convicciones acerca de la Palabra la han tirado por la borda queriendo mostrar compasión; pero esto no es compasión. Esto es engaño. De igual manera, desafortunadamente, vemos gentes con biblias bajo sus brazos restregándoselas en las caras a los demás, en vez de caminar al lado de ellos con compasión. Tenemos que usar las dos cosas. Compasión y convicción, pero las dos al unísono. Caminamos junto con los demás y además caminamos con la Palabra. Lloramos por la Palabra. Rogamos los unos por los unos en base a la Palabra, oramos con nuestra familia usando la Palabra, con nuestros amigos, los unos con los otros. Expresen compasión con humildad. Mantengan su profunda convicción. No será fácil mantener una profunda convicción, aferrarse a la Palabra, especialmente cuando alguien cercano a ti te declara abiertamente que está envuelto en alguna práctica homosexual. Les insto a que mantengan una profunda convicción y a expresarla con humilde compasión. Reflexione. Tenga cuidado.
Y además. Pongan la mirada en lo de arriba. De esto se trata todo el asunto. Exalten Su gloria. De esto se trata todo, es el punto de partida y es el punto de regreso. Cristo, Dios es el centro de nuestros afectos, deseos y de las meditaciones de nuestros corazones, de nuestra adoración. El es el centro de todo.
Seré honesto. Esta parte de Romanos 1, la cual he estado estudiando de manera especial esta semana y que dice que Dios los entregó a la concupiscencia de sus corazones, a la inmundicia; a una mente depravada, es la parte que más me asusta. Observen bien esto. Los deseos sexuales y la forma de pensar que se presenta aquí, no solo se encuentra en Romanos1, y aunque no lo parezca, es una evidencia del juicio de Dios; pues cuando se incurre en indulgencia sexual, hay también un cuadro en el que Dios nos entrega a nuestros propios designios. Esto debería hacernos caer sobre nuestros rostros en intercesión por nuestra sociedad y por la iglesia de hoy y decir: “Jehová Dios, queremos que Tu legítimo lugar en tu iglesia sea restaurado. Queremos que ocupes el lugar que te pertenece en las naciones como el supremo Rey de gloria. No queremos que nos entregues a la vanidad de nuestra mente y a los deseos pecaminosos. Te amamos, te amamos.” Necesitamos implorar de esta manera, orar de esta manera en la iglesia. Poner la mirada en lo de arriba. Exaltar Su gloria. Perdona Jehová nuestro pecado. Sana nuestra tierra.
Ayúdanos a exaltar tu gloria
Ayúdanos a exaltar tu gloria y a proclamar este Evangelio. Dios no nos ha llamado a estar en un lugar a salvo, nos ha llamado a ser veraces. No nos ha llamado a ganar elecciones, nos ha llamado a ganar las almas y también los corazones y las mentes. No nos ha llamado a controlar el congreso, nos ha llamado a predicar el Evangelio, a vivir el Evangelio, a proclamar e Evangelio.
Esto es lo que quiero que hagamos. Voy a orar para que Cristo sea el centro de nuestras vidas, el centro de nuestros afectos, el centro de nuestras familias; y quiero instarles a que si Cristo no es el centro de su vida, justo en este momento quiero estimularle a que Lo ponga en el centro, deje que El sea el centro, reconózcalo como el centro. Quizás UD. que está aquí podría confesar,” Cristo no ha sido el centro de mi adoración,” aún teniendo UD. deseos homosexuales o heterosexuales. Quizás El nunca ha estado en el centro de su adoración. Yo quiero que por favor UD. diga. “Cristo quiero que ocupes el centro de mi vida,” para que confíe y reciba este diseño que hemos visto en el Evangelio, y quizás muchos de Uds. que han luchado en diferentes facetas con el pecado sexual le digan: “No lo puedo hacer solo. Necesito que Cristo sea el centro de mi vida, necesito restablecer la adoración.” Esto afecta las creencias, afecta los deseos, afecta el comportamiento. Tenemos que reestablecer la adoración.
Una Oracion
Jehová Dios, te pedimos que nos ayude, que nos ayudes a verte convertido en el centro de nuestros corazones, que Tú oh! Señor seas el centro de nuestras vidas y seas el centro de nuestra sexualidad. Oramos para que nos ayudes a ser honestos contigo en las luchas que tenemos, en los pensamientos, luchas y deseos; en las luchas con nuestro comportamiento y finalmente en nuestras luchas para mantenerte en el centro de nuestras vidas. Necesitamos que lo hagas. Por esto te pedimos que lo hagas en estos momentos, que nos ayudes a todos los que estamos aquí a ser honestos contigo. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amen.
Lo que queremos es que Cristo sea el centro de todas las cosas en nuestras vidas; el centro de nuestra mente, el centro de nuestros corazones, de nuestras acciones, de nuestros deseos; queremos que Jesús lo sea todo. Vamos a expresarle esto a Dios, quizás sea la primera vez que UD. Le esté expresando esto, quizás sea la primera vez en mucho tiempo.