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El Evangelio y el Materialismo – Parte 2

En un mundo lleno de necesidades espirituales y físicas, como la falta de acceso al Evangelio, la extrema pobreza y la explotación, ¿cómo debería responder la iglesia? ¿Y qué dice nuestro uso del dinero sobre nosotros? En este mensaje de 1 Timoteo 6:17–19, David Platt advierte sobre el peligro del amor al dinero, así como la recompensa eterna para aquellos que utilizan sus recursos para la gloria de Dios y el bien de otros. Las riquezas no son inherentemente pecaminosas, y Dios nos da cosas buenas para disfrutar, pero debemos estar apercibidos para asegurarnos de que nuestros corazones atesoren a Dios más que las cosas de este mundo.

El Evangelio y el Materialismo – Parte 2

Les invito a ir conmigo a 1ª Timoteo 6. Empezaremos a partir del verso 6, y luego, trabajaremos en nuestro recorrido hacia los versos 17 al 19. Steve Corbett y Brian Fikkert, profesores de economía en la Universidad Covenant, han escrito un excelente libro llamado Cuando Ayudar Duele, hablando sobre cómo ayudar al pobre de la manera más saludable, y ellos inician el principio de su libro escribiendo estas palabras: Las enseñanzas de La Biblia deben penetrar al corazón de los cristianos norteamericanos. En todos los aspectos, somos las personas más ricas que han caminado sobre el planeta tierra. Además, en ningún tiempo dentro de la historia, alguna vez ha habido más grande desigualdad económica en el mundo, que en el presente. Mientras que la corriente estadounidense se sostiene en más de noventa dólares por día, aproximadamente mil millones de personas viven de menos de un dólar por día. Y 2.6 mil millones de personas (el 40% de la popularización del mundo) viven de menos que dos dólares por día.

En su conclusión, ellos preguntan, “¿Cuál es la tarea de la iglesia, entonces?” La respuesta es, Estamos para encarnar a Jesucristo haciendo lo que Él hizo y lo que Él continua haciendo a través de nosotros. Anunciar, tanto en palabras como en hechos, que Jesús es el Rey de reyes y Señor de señores, el cual está trayendo un reino de rectitud, justicia, y paz. Y también la iglesia necesita hacer esto donde Jesús hizo esto; entre el ciego, el cojo, el enfermo y marginado, y también el pobre.

La Pobreza Física en el Mundo

Si no estuviste aquí la semana pasada, o si nos estas visitando, voy a llevarte a recorrer sobre lo que estuvimos hablando. Estuvimos hablando sobre la pobreza física en el mundo. Quiero dar una pequeña definición específica a esto. Así que, considera que alrededor de mil millones de personas están viviendo y muriendo en la desesperante pobreza con menos de un dólar por día. ¡Alrededor de mil millones de personas! En esos mil millones de personas, tienes cientos de millones dentro de barrios pobres, y también bolsillos urbanos forrados con cientos de miles de personas apiñadas dentro de pequeñas casuchas y cabañas.

Pienso en el barrio pobre de Dharavi en Mumbai, India, en donde estuve no hace mucho tiempo. Alrededor de un millón de personas están viviendo en un área de mas o menos la mitad del tamaño de una subdivisión local, justo al lado del campus de esta iglesia. Fuera de ese millón, aproximadamente una quinta parte de ellos tiene el virus del SIDA, y más o menos cien mil de ellos son niños de la calle. Cientos de millones están en barrios pobres; cientos de millones están muriendo de hambre.

Nosotros decimos, “¡Estoy muriendo por algo de comida!” No, tú no lo estás, pero cientos de millones de personas sí lo están. Millones de niños son explotados. Los niños, a menudo son las víctimas silenciosas de la pobreza. Ellos son explotados, usados, abusados, y también descartados. Millones de niños son huérfanos en todos los niveles debido a todo tipo de circunstancias. Estos no sólo son números. ¡Estos son personas!, individuos; hombres, mujeres, y niños como nosotros.

La Pobreza

Este es un panorama de la pobreza física y material. Aunque esto no toca niveles más profundos de pobreza en lo emocional, en lo psicológico, en lo relacional, e incluso en niveles personales más profundos. Esto es sólo una imagen superficial y física de la pobreza. Lo que significa que para ellos ser materialmente empobrecidos, significa tener escasez de agua y comida. Hoy día, hay alrededor de mil millones de personas en el planeta que no tienen acceso a tomar un agua segura. Ellos tienen una escasez de educación. Hay un índice de analfabetismo masivo en países de toda África y en países como la India. Hay un cuidado médico inadecuado para algunas de las enfermedades más básicas. No estoy hablando sobre el alto nivel de operaciones quirúrgicas.

Estoy hablando sobre el tratamiento para los problemas de estómago que causa que las personas mueran; tan solo nos tomaríamos una píldora no recetada para esto, y se estaría yendo en unas pocas horas.

Hay un daño cerebral. Uno de las imágenes más devastadoras de pobreza en el mundo es el permanente daño cerebral causado por la deficiencia de proteínas. En los primeros dos años de vida, esto pasa en el 80% del desarrollo cerebral. Si alguien no tiene suficiente proteína para ese tiempo, entonces él o ella lo pagará por el resto de su vida con un cerebro malformado. Hay una enfermedad prevenible. Hay una enfermedad como el VIH/SIDA que se está esparciendo como fuego incontrolable en modos que podrían ser prevenidos. También hay enfermedades y dolencias fáciles de curar.

Esta es la realidad. Si verdaderamente, te permites a ti mismo pensar sobre esto, te oprimirás. Solo por si acaso no te habías enterado, ahora oficialmente nos hemos pasado de las cosas superficiales como los eventos de deportivos de los sábados que no importan, a cosas que en verdad sí importan. Tan solo nos hemos ido de cosas de las cuales nuestros afectos están tan atados, hacia cosas que nuestros afectos sí necesitan estar atados.

Esto es amortiguador, cuando piensas en ello. Cuando comprendes que el Dios que adoramos dijo en Deuteronomio 15 que entre Su pueblo, ahí no debe haber pobre alguno; el Dios que nos da una imagen en Hechos 2 y Hechos 4 de una comunidad en donde no había persona necesitada entre ellos; un Dios que trajo a todo Su pueblo junto, a lo largo del Nuevo Testamento para traer alivio a aquellos quienes estuvieron en medio del hambre; un Dios que, de principio a fin en esta Palabra, nos muestra que Él quiere que Su gloria, Su gracia, y Su misericordia sea conocida entre aquellos que están más necesitados en el mundo.

Las Riquezas Materiales en la Iglesia

Este es el Dios que adoramos, el cual entonces nos lleva a entender las riquezas materiales en la iglesia. Dios dice en 1Timoteo 6:6-10, Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

El Camino Hacia la Gran Ganancia

Vamos a revisar aquí, lo que Dios está diciéndonos en 1 Timoteo 6. El camino hacia la gran ganancia es la alegría. Hay que contentarse teniendo necesidades. Estar contentos con “la comida y la ropa” dice Pablo. Estar contentos teniendo la necesidad de una vida refugiada. Los cristianos pueden y deben estar contentos con las necesidades simples de la vida. ¿Están ustedes contentos con eso? Verdaderamente, hermanos y hermanas en esta ciudad, ¿Están ustedes alegres en las necesidades simples? La Biblia nos dice que hay que estar contentos teniendo necesidades y ser precavidos en contagiarse con los excesos. ¡Sean muy precavidos! Pablo dice que el deseo por más es dañino y absurdo. Entonces, el materialismo no es sólo condenatorio, sino que también es estúpido.

Piense en esto. ¿Qué hace el materialismo? ¡No tomarás ninguna de esas cosas contigo! Pablo dice, “Nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar”. No hay trayectorias en forma de U detrás de las carrozas fúnebres. No tomarás ninguna de esas cosas contigo. Esto tomará contentamiento de ti. ¡Mientras más obtienes, y mientras más te convenzas a ti mismo que lo necesitas, más quieres tenerlo, y lo que obtienes termina robando tu alma del contentamiento de tu Dios!

No tomarás nada de estas cosas contigo, pues quitaran contentamiento de ti, y también perderás el propósito de Dios para contigo. ¿Qué pasa si Dios nos ha hecho las personas más ricas para nunca andar en el planeta Tierra por alguna otra razón que más indulgencia para nosotros? ¿Qué pasa si actualmente Dios nos ha dado esto por Su grandeza para que seamos conocidos entre las naciones? Hay cientos de grupos de personas que ni siquiera han escuchado el evangelio. ¿Qué es lo más acorde con el propósito de Dios para ti? ¿Dar el evangelio a ellos o comprar una segunda casa? Volveremos a eso.

El Camino Hacia el Fracaso Total

Ese es el camino hacia la gran ganancia. Y no tan solo ganancia, sino una gran ganancia. Estar contentos teniendo necesidades. La Biblia dice que seamos precavidos con la adquisición de excesos. ¿Por qué ser precavidos? Porque este es el camino hacia el fracaso total. Pablo apunta a dos cosas en los versos 9 y 10. En el verso 10 es el amor al dinero, y en el verso 9 es el deseo de los ricos. Realmente son dos maneras de decir la misma cosa, y él dice que ambas cosas llevan hacia una vida de auto destrucción.

El materialismo te impulsa dentro del fracaso y la destrucción. ¡Presta atención! ¡Dios aquí nos está dando una advertencia para nuestro bien! Se que va en contra de cada uno de los otros mensajes que has obtenido en esta cultura, pero ¡Él nos está diciendo esto para nuestro bien! ¡Vamos a creerle! Esto nos lleva hacia la auto destrucción y a una vida de auto mutilación. ¡El vocabulario del verso 10 es deslumbrante! “y fueron traspasados de muchos dolores”. Huya del materialismo. Huya de la trampa que está en todo lugar de nuestra ciudad. ¡Huya de eso! Es un camino que lleva hacia el total fracaso eterno.

Tu dices, “¿Qué debemos hacer con nuestras riquezas, entonces?” Estoy contento de que te lo preguntes. En los versos del 17 al 19, Dios dice, A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.

El Plan para las Personas Ricas

El plan para las personas ricas: para aquellos que tienen riquezas, esto es a nosotros, huya de la confianza en sí mismo. El verso 17 dice, “…ni pongan la esperanza en las riquezas”. Las posesiones producen orgullo. Marque eso. Nosotros pensamos, “¡No, ellas no producen eso!” ¡Pensamos eso porque somos orgullosos! Y pensamos, “Estoy bien, porque tengo cosas. Estoy seguro porque tengo cosas”. Y ahora, no diríamos, “Mi seguridad está en mis cosas”, pero si alguien empieza a decirnos que demos nuestras cosas lejos hacia las naciones, nuestra inseguridad se alzará al tope muy rápido.

Huye de la confianza en ti mismo, y también huye de la auto centralidad. ¡No pongas tu esperanza en la incertidumbre de las riquezas! Las riquezas provocan a que pongas tu esperanza en tí mismo y en lo que consigues. Y comienzas a pensar, “Estoy bien. Mira lo que puedo hacer y adquirir”. ¡No! Ese tipo de pensamiento te matará, y también matará a otros porque obtendrás más y más y pondrás tus recursos dentro de ti mismo, en lugar de que la gloria de Cristo sea dada a conocer hasta lo último de la tierra. Por tanto, huye de la confianza en tí mismo y de la auto centralidad, y en lugar de eso, pon tu esperanza y enfócate en Dios. En otras palabras, ¡1Timoteo 6 nos está urgiendo a deleitarnos en el Dador, no en las dádivas!

¡Pon tu mente y corazón en el Dador, ya no más en las dádivas! Él da buenas cosas para nuestro disfrute. Esta es la llave en el verso 17. Las cosas de las riquezas, y en las riquezas no son malas en sí mismas. Son buenos regalos de Dios para ser disfrutadas, y como buenos regalos, estamos para hacer cosas buenas con ellas. “Ser ricos en buenas obras, ser generosos y dispuestos a compartir”. Demos cosas buenas para el disfrute de otros. ¡Se rico al dar! El antídoto bíblico para el materialismo es extravagante, es el sacrificio de dar. Así que, da cosas buenas para el disfrute de otros, y en el proceso, invertirás buenas cosas en la eternidad nuestra y también en la de otros. Esto pasará en la dádiva, no en la acumulación; en el sacrificio, no en el consentimiento. Guardamos tesoros para nosotros mismos como una buena fundación para el futuro, para que podamos tomar de eso que es realmente la vida. Y eso es una explicación de este mundo.

Una Ilustración

Ahora, he aquí una ilustración de esta Palabra. Esto es sólo una ilustración, no la única ilustración. Esta Palabra está prevista para ir hacia cada una de las circunstancias de nuestras vidas de maneras maravillosamente creativas según el diseño de Dios, pero quiero introducirte hacia una imagen de 1ª Timoteo 6 en acción.

En primer lugar, escuché a Katie Davis cuando nosotros, como una iglesia estuvimos caminando a través de la serie de los sermones Radical. Viendo palabras duras, pero verdaderas y llenas de satisfacción de parte de Jesús en los Evangelios, atrayéndonos a encontrar nuestro tesoro y nuestras vidas en Él, y a morir a las cosas, a los placeres, a las ocupaciones y posesiones de este mundo. Katie estuvo viviendo en Uganda, África, y comenzó a escucharnos en nuestra travesía alrededor del mundo. Luego, ella empezó a señalar a otros a través de su blog, para escuchar con nuestra familia de la fe mientras caminábamos alrededor del mundo. Así que, en un verdadero sentido maravilloso, las cosas se tornan en un completo círculo, tenemos el privilegio de ser animados en la Palabra, de modo que ella comparte de su vida con nosotros. Ella es una hermana en Cristo de la cual tenemos muchísimo de que aprender cuando se trata de la Palabra en acción. Iglesia, ¿Podrían darle la bienvenida a Katie Davis a nuestra familia de la fe?

Se que al estar cerca de Katie, y leer cada cosa que ella ha escrito, desde su consentimiento y su manera de cuidar de sí misma, que su deseo es que Cristo sea exaltado en ella. Esta historia es mucho más sobre Cristo que sobre la misma Katie Davis.

David: Katie, quiero pedirte que nos des un pequeño vistazo de Cristo, en ti. Vamos a empezar desde el principio: un viaje de corto plazo hacia Uganda. Dinos cómo eso vino a rodearte, y qué te pareció.

Katie: Específicamente, nunca tuve a Uganda en mente. Tan solo quería ir a algún lado en el extranjero y ayudar. He hecho muchísimas obras de voluntariado en la ciudad de donde pertenezco, y quería ver qué se sentía hacerlo en un país tercermundista. Comencé aplicando para diferentes orfanatos que encontré en Internet, incluyendo uno que estaba en Uganda. El director fue verdaderamente dulce y bueno al comunicarse y dijo, “¡Claro! Tomaremos un voluntario”. Me la pasé un buen par de meses intentando de convencer a mi madre para ir conmigo en este viaje.

Durante las vacaciones de navidad de mi último año escolar de la escuela secundaria, fuimos hacia allá por tres semanas. Inmediatamente me enamoré de las personas y el país. Estuve tan oprimida por esta necesidad que fue desagradable a ningún tipo de pobreza que haya experimentado jamás. Me sentí más enamorada de Jesús y en un sentido literal, quise tomar Su Palabra. Tan pronto di un paso de vuelta en tierra estadounidense, supe que tenía que volver. Jesús había abierto mis ojos a esta necesidad, y no sabía qué debía hacer para ello, pero sí sabía que algo tenía que hacer.

David: Entonces, eso lleva a pensar que tres meses no fue suficiente, así que, quizás un año en Uganda lo sea. Luego, deberías volver a los Estados Unidos, y vivir una vida normal después de eso. Así que, volviste por un año para enseñar. Danos un vistazo dentro de lo que eso te pareció.

Katie: Claro, eso fue exactamente lo que pensé yo. He conocido a este pastor mientras estuve en Uganda, que estuvo buscando empezar un programa de escuela para su orfanato. Él estuvo pagando mucho dinero por los niños en su orfanato para ir hacia las escuelas de fuera. Él quería empezar con una escuela pequeña con un jardín de niños. Alrededor de los últimos años, tuvo un crecimiento lento dentro de otros grados. Él dijo, “Me encantaría que vinieras y me ayudes a desarrollar la infraestructura, y en el esquema de las clases”. Yo dije, “No soy una maestra”. Y el dijo, “Bueno, Dios se ha placido en mi corazón para pedirte que vuelvas”.

Como dije, tan pronto volví a América, pensé, “Bien, ¡haré cualquier cosa que me pidas que haga para ir de vuelta!”. Así que, tomé un avión después de graduarme de la secundaria. Pensé, “Tomaré este año fuera de todo, y haré asuntos de misiones”. Pensé que mis padres pensaban, “Ella se lo tomará fuera de su sistema”. Todos pensamos que yo debía volver, ir a la universidad y tener una vida normal. Llegué a Uganda, y realmente fue tan incómodo. Estuve feliz de estar ahí, y amaba a las personas, pero estaba mucho más incómoda que nunca. Había estado en una comunidad suburbana tan agradable, muy similar a esta.

Recuerdo la primera mañana que caminé dentro de este granero que ellos habían transformado en un salón de clases, y era muy pequeño, pero había 140 niños pequeños apretujados allí, espalda con espalda. Ellos no hablaban inglés. Muchos de ellos no habían visto a una persona de tez clara. Quizás algunos de ellos habían visto a una persona de tez clara pasando por ahí, pero nunca realmente interactuando con alguno. Así que, caminé hacia el frente de este granero, que era el salón de clases, y dije, “¡Hola!” ¡Sus pequeñas bolas de ojos blancas estuvieron saltando de sus cabezas! Dije, “¿Cómo están?” Uno de los niños en la esquina, comenzó a llorar. Y pensé, “¡Oh no!”

David: ¿Tenemos algunos maestros aquí, que tengan 140 niños en sus aulas, que hablen en un idioma diferente? ¿Hay alguno que esté familiarizado con esto? Pienso que estás sola esta vez, Katie. ¡Que deprimente!

Katie: Completamente deprimente. Como parte de mi trabajo, tuve la responsabilidad de enseñarles inglés, porque en las escuelas de Uganda se enseña el idioma Inglés. Debía pasarme todas las mañanas, parada en frente de la clase con una bola, y decir, “Esto es una bola” (This is a ball). Todos ellos debían decir, “Esto es una bola” (This is the ball). Y luego, debía tomar un lápiz y decir, “Esto es un lápiz” (This is a pen). Y ellos debían repetir. Debíamos hacer esto con varios objetos. Inevitablemente, al final del día un niño vendría con un lápiz y diría, “Esto es una bola” (This is a ball).

David: Ellos tienen la primera parte bien clara, lo cual es bueno. Así que, estaban aprendiendo.

Katie: Claro. Así que, en esos momentos yo estaba como, “Está bien, Dios. Tomaste a la persona equivocada, ¡Lo siento mucho!” Alrededor de las próximas semanas, aunque estábamos disponibles para encontrar algunos maestros locales y algunos buenos traductores que estuviesen dispuestos a venir junto a mí, dividimos a los niños en pequeños grupos de 30, y les enseñábamos afuera en el orfanato debajo de los árboles. Fue mucho mejor.

David: En el proceso, el Señor comenzó a comprometer tu corazón por la necesidad de educación para niños en Uganda, de una manera que se ha representado de un modo increíble desde entonces. Así que, cuéntanos, ¿Por qué la educación es tan importante? ¿Por qué eso es una responsabilidad en tu corazón, y cómo se está representando?

Katie: Sí. Comencé a ver dos necesidades mientras estuve enseñando. Solía darme cuenta cuando un niño o dos faltaban a la escuela por una semana o dos al mismo tiempo. Estuve haciendo amigos con mi traductora, Oliver, que es de la comunidad, y también ella conocía muchísimas personas allí. Solía preguntarle, “¿Podemos ir a visitar este niño o niña? ¿Podemos ver por qué él o ella no está volviendo a la escuela?”

El problema era que, muchos de ellos estaban viviendo con una madre soltera o un padre soltero, o quizás eran completamente huérfanos y estaban viviendo con un abuelo, o una tía, o un tío, o alguien que realmente quería cuidar de ese niño, pero fue muy apretado sólo poner comida en la mesa y no estar disponible a pagar el costo mínimo que el orfanato estaba cargando por los alimentos de la escuela. Luego, vi también padres que amaban a sus hijos, que aunque sus hijos no fueran huérfanos, ellos los llevaban porque, si ellos vivieran en el orfanato, así podrían comer tres veces al día, podrían obtener cuidados médicos, y podrían asistir a la escuela. Así que, estas personas, fuera del amor de sus hijos y a sabiendas de que ellos no podrían proveerles de esas cosas en casa, los dejaban en esta institución, que ya estaba llena totalmente.

Así que, dije, “Seguramente debe haber una manera de que estos niños puedan quedarse con sus familias, y seguir teniendo resueltas sus necesidades básicas”. Los padres, y también los tutores de esos niños que están tan mal quieren que ellos sean educados porque muchos de ellos crecieron sin educación, y eso les ha causado estar incapacitados para tener un trabajo. Al no tener un trabajo, ellos no han podido proveer para sus niños.

Ellos quieren que sus niños sean educados y que tengan un diferente estilo de vida. Así que, llamé a mis padres y les escribí un correo a mis amigos, diciendo que, “Si podrían hacer una pequeña donación, la usaría para alimentar estos niños o para llevar estos niños de vuelta a la escuela. Eso ayudaría a mantener toda esta familia junta, unida”. Luego, 10 donaciones se convirtieron en 40, y 40 se convirtieron en 100, y así es como el Ministerio Amazima, el cual opero ahora, nació.

David: Así que, en algún lado a lo largo del camino, en todas las enseñanzas y la educación, el Señor comenzó a moverte de maestra a ser mamá, de un modo que probablemente no veías venir. Cuéntanos sobre Agnes.

Katie: La adopción entró a mi mundo incluso antes de que supiera que se llamaba así. Fue alrededor de Enero. Amazima había estado establecida y estuvo creciendo muy rápido, y necesitábamos un lugar para llamarle nuestra oficina, para que así pudiéramos registrarla como una institución sin fines de lucro con el gobierno de Uganda y también para con el gobierno de los Estados Unidos. Estuve buscando una casa para comprarla, una pequeña, de un solo cuarto. Pues, había estado viviendo en una sola habitación en el orfanato, y eso ha sido suficiente.

Es Uganda, así que allí quizás haya algunas tres casas disponibles para rentar. Seguí yendo a una que estaba algo grande; tenía cuatro habitaciones, y una cocina muy pequeñita. Me decía, “No, esta es muy grande para mi”. El propietario reduciría la renta. Y dije, “Que buen gesto de parte suya, pero esto sigue siendo muy grande”. Realmente sentí a Dios causando una buena impresión desde arriba, “esta es tu casa”. Y pensé, “¡No! ¡No lo es! Es muy grande”. Como sea, mientras el propietario continúe reduciendo la renta, no tendría sentido vivir en una casa más pequeña, porque tiene el mismo costo. Así que, comencé a rentar la casa.

Justo un par de semanas después, recientemente se cayó una casa justo en la calle más abajo de donde vivía. La casa cayo sobre esta niña de nueve años, Agnes. Oliver me dijo, “Tenemos esta pequeña niña. Ella estaba debajo de una pared de ladrillos. Debemos ir y orar por ella”. Ella había sido llevada al hospital, así que, fuimos y cuando llegamos, encontramos a Agnes rendida en una camilla del hospital. Nadie le había brindado ningún tipo de cuidado porque el personal del hospital no podía encontrar un pariente o algún tutor que pudiera pagar por los cuidados cuando le fuesen dados. Ellos le permitieron acostarse solo allí, pero sin haberle hecho nada. Les dije, “Vayan adelante y hagan lo que sea que tengan que hacer. Descubriré alguna manera de pagar por ello”.

Ellos comenzaron a preguntarle a Oliver, “¿Dónde está el pariente o tutor? ¿Por qué no hay nadie que la cuide?” Ella dijo que su papá murió hace un par de años. Agnes, a los nueve, y sus hermanas de siete, y cinco años de edad, Mary y Scovia, han estado toda su vida viviendo juntas en esta casa. Pensé, “¡No puede ser! ¿Quién cocina para ellas y quién las cuida?” Ella continuaba insistiendo en que ellas se cuidaban una de la otra. Ellas estuvieron viviendo en esa casa por sí mismas. Pensé, “Ahora, no sólo son unas niñas de siete y cinco años sin su hermana, que es la principal cuidadora, sino que ellas están sin su casa porque está derribada”. Así que, fuimos a visitarlas. No pensé, “¡Oh, te adoptaré a ti!” sino que pensé, “Tu no tienes una casa. Yo tengo una casa. Tu puedes venir y quedarte en la mía mientras resuelvo esto”.

He visto obras de patrocinio. Comencé a buscar algún familiar biológico para estas niñas, mientras pensaba, “Nosotros les daremos un patrocinador, y resolveremos esto”. Después de varias semanas de búsqueda, no pudimos encontrar a nadie que estuviera biológicamente relacionado, ni nadie en la comunidad que pudiera cuidar de estas niñas. Dios continuaba confirmándome en oración, “Tú, eres la familia de estas niñas, que estas buscando”.

Simultáneamente, Scovia, la más joven, comenzó a llamarme “Mami”. Habíamos crecido juntas, y nos habíamos convertido en una familia, aun sin yo saberlo en realidad. Entonces, así es como comencé el proceso del cuidado de crianza, y empecé el papeleo con ellas hasta un día finalizar esas adopciones.

David: Entonces, eso fue Agnes, Mary y Scovia. Y más adelante, vinieron Prosie y Margaret, y luego Surmine, y luego Joyce, y entonces Sarah. Así que, para aquellos que llevan la cuenta en casa, eso son unas ocho niñas en un año. Eso es muchísimo. Así, un año en Uganda; tan solo un simple año. Volviste a los Estados Unidos, pero sabias que tu corazón estaba en Uganda. Cuéntanos lo que eso te pareció. Debiste decir, “Muy bien, volveré después de este año”, pero obviamente, con las niñas y con el Ministerio ya establecido, funcionando. Háblanos sobre la lucha que experimentaste cuando volviste acá.

Katie: Estaba completamente destrozada. Incluso, todavía es duro pensar en eso. ¡Muy duro! Pero Dios es muy claro, “Honra a tu padre y a tu madre”. Había hecho esta promesa a mis padres de que volvería. Sentí que debía volver, pero también sentí que estaba completamente mal que volviera. Era tan evidente lo que Dios estaba haciendo con mi vida en Uganda. Era tan evidente para mí, que Uganda no era por un año; Uganda era para una vida entera. Así que, volví, y fue completamente incómodo. Se sentía como dar la espalda a lo que Dios estaba tratando de hacer en mi vida, ¡y eso era un sentimiento horrible! ¡Jamás haría eso! Si Dios está diciéndote que hagas algo, ¡tan solo hazlo!

También era incómodo el re-entrar a este mundo. Para el año pasado, solo tuve dos opciones de comida. Sin embargo, uno camina dentro de las tiendas de comida en los Estados Unidos y te encuentras con 12 elecciones de comida que puedes tomar para tu perro. Creo que Dios me había despojado de tantas cosas materiales durante mi año en Uganda, ¡Hasta en las relaciones!

Él ha sido fiel para construir una buena comunidad y buenas relaciones alrededor de mí ahora en Uganda, pero a ese punto, no tuve muchos amigos. No tuve mucho de un sistema de apoyo, pero como Él ha despojado todo eso lejos de mí, ¡Él parecía estar mucho más cerca y en más intimidad! ¡No había ninguna otra cosa más en la cual depender que no sea Dios! Mi relación con Él había profundizado tanto que fue duro volver aquí y sentir como había todas esas distracciones. Recuerdo escribir sobre una vez cuando me sentía como que estaba dispuesta a salir de la dependencia de Dios si quería hacerlo, porque ¡tenía todas estas cosas! Así que, sería inconciente hacer eso, y fue horriblemente incómodo.

David: Entonces, luego decidiste tomar una travesía de un solo camino devuelta a Uganda, y luego vinieron Helen, Jane, Zula, Tebitah, Grace y luego Patricia. Para los que siguen con la cuenta, eso es 14 niñas, pero un viaje no sin pena. Así que, cuéntanos sobre Jane.

Katie: Jane fue abandonada por sus padres de nacimiento cuando ella estaba por los tres meses de edad. Cada uno en la familia estuvo tratando de tomar el relevo, pero tan solo no se pudo. Los tíos y tías, cada uno tuvo múltiples niños en su familia, y trataban de trabajar duro para apoyar a esos niños. Así que, Jane se la había pasado dando vueltas de pariente en pariente. Cuando ella estuvo entre el primer año y medio, y el segundo, comencé a darme cuenta de sus pasos desorientados mientras daba vueltas en un camino sucio cerca de nuestro hogar. Solía invitarla a entrar a almorzar, y ella se quedaba dormida en el suelo y tomaba una pequeña siesta en nuestro hogar. Luego, la encaminaba hasta su casa, y a veces buscábamos alrededor de algún tutor o un adulto, y no encontrábamos a nadie, así que, pasaba la noche en mi casa.

Así es como comencé la conversación con su tía, preguntándole, “¿Hay alguien alrededor que cuide de esta niña? Si no hay nadie en absoluto, entonces yo la criaré”. Comencé el proceso para criar a Jane. Hice los informes policiales y un anuncio en el periódico para buscar a sus padres biológicos y nadie apareció. En Uganda, uno tiene que criar por tres años, antes de que se pueda finalizar una adopción, y también uno tiene que ser de 25 años. Tan solo estamos esperando a que termine eso.

Entre los dos años y medio de la crianza de Jane, una mujer apareció a mi puerta. Su nombre era Nancy. Dijo que era la madre de nacimiento de Jane, y que quería a su niña de vuelta. Le dije, “¿Cómo? ¿De dónde vienes? ¿Cómo me encontraste?” Realmente, ella tenía el certificado de nacimiento de Jane para probar que Jane era suya. Muchas de mis niñas y muchas personas que conozco en Uganda aun no tienen un certificado de nacimiento. Así que, llamé al trabajador social que trabaja para el gobierno, el cual me había dado custodia de mis hijas, y le dije, “¿Qué hago?” y él dijo, “Puedes ir a la corte si quieres”. Así que, lo hicimos, y la custodia había sido otorgada de vuelta a su madre de nacimiento. ¡Eso fue tan duro! Fue devastador. Se sentía como que hay muchas maneras para perder un niño. Ellas vivían aproximadamente a cinco horas de nosotros para los primeros meses. Esto fue el Octubre pasado. Ya ha sido casi un año.

Luego en Abril o Mayo, Nancy se apareció a mi puerta de nuevo con Jane. Ella dijo, “Perdí mi trabajo. He sido desalojada de mi casa. No tengo ningún lugar a donde ir. No se cómo criar a esta niña”. Entonces, abrimos la puerta un poco más, y Jane y Nancy, vinieron a vivir con nosotras por un tiempo. Desde entonces, hemos estado dispuestos para encontrar a Nancy un trabajo. Ella está trabajando para Amazima haciendo algunas traducciones para nosotros, y también ella y Jane viven por nuestra calle. Es verdaderamente bueno ver cómo la redención de Dios es tan hermosa en tantas maneras distintas. Pasé mi vida entera tratando de abogar por niños para que se queden con sus familias biológicas.

Esa es la idea completa de patrocinio. Me encanta la adopción, y estoy muy feliz y privilegiada de ser la mamá de mis niñas. También reconozco que ha sido una gran tragedia en sus vidas traerlas a un lugar de necesidad para ser adoptadas. Pienso que sea genial que Dios pueda elegir redimir eso por adopción dentro de una familia. En el caso de Jane, Dios eligió traer a Nancy de vuelta a su vida y redimir esa relación. Él me hablo diciendo, “Hice esto porque no solo quiero que Jane tenga una familia, sino que también quiero que Nancy tenga una familia. No solo quiero que Jane me conozca. Quiero que Nancy me conozca”. Así que, ellas son amigas ahora. Ellas andan por ahí haciendo lo que es bueno.

David: ¡Wow! Trece niñas en la casa, y luego todo tipo de personas constantemente en tu puerta, y en la casa. Incluyendo hombres y mujeres, personas que están enfermas, y personas que están sin hogar. Danos un vistazo del tipo de personas que constantemente están inundando tu hogar.

Katie: Claro. Las personas en la comunidad y el personal que tengo, en forma de broma llaman mi casa, “La Gran Estación Central”. No hay palabras para las personas que encontraras allí: alguien que necesite cuidados médicos, alguien que necesite un consejo o una oración, o misioneros de corto plazo que tan solo caen por allá, porque quieren sumirse en un sofá o quieren comer alimentos hechos en casa con una familia. Ha sido muy grandioso expandir mi definición de adopción de un proceso legal con niñas, para una aceptación de personas dentro de nuestra familia.

Un buen ejemplo, es un chico que está viviendo con nosotros ahora mismo. Su nombre es Makerere. Supongo que debería decir que nos mudamos hace un año, aproximadamente, y entonces nos mudamos dentro del patio de una casa, en donde hay bloques de cemento. La casa tiene cuatro habitaciones pequeñas… dentro de las habitaciones hay un armario del tamaño de cuatro bloques de cemento. Así que, pensé, “¿Qué es esto? ¿Quién tiene esto en su patio?” Y pensé que quizás debíamos almacenar cosas ahí, además no tenemos una tonelada de cosas que esta habitación necesite almacenar. Por supuesto que Dios ha usado eso para permitirnos mudar aun mas personas.

Previamente teníamos personas que habían vivido con nosotros como mujeres solteras, abuelas o niños que necesitaban un lugar de corto plazo para ir, que han vivido con nosotros en una temporada de base familiar, pero esto nos ha permitido mudar a algunas familias sin hogar dentro de esta pequeña casa en el patio.

Makerere es un chico, que también necesita vivir en la casa del patio. Estamos dispuestos a vivir en la comunidad y tener un poco de separación de nuestra familia. Aproximadamente hace unos seis a ocho meses, la casa de Makerere fue quemada por los miembros del barrio pobre de la comunidad en la cual él estuvo viviendo. Él era uno de los tipos borrachos de la calle, y todos estaban enojados por sus travesuras. Su casa fue incendiada. Su pierna fue alcanzada por el fuego y le quemó justo hasta llegar a la cavidad del hueso. Piensas en una quemadura, y crees que se volverá rosada, pero ésta estaba negra.

Así que, el trabajador social que trabaja para Amazima estuvo en el área y lo trajo hacia mí y dijo, “Encontré este muchacho, y no se que hacer”. Le dije, “Yo tampoco”. Le limpiamos su pierna, la envolvimos en una venda, y lo llevamos al hospital, y dije, “¿Que más puedo hacer?” Ellos dijeron, “Bueno, probablemente él pierda esa pierna, pero si te gustaría intentar prevenir eso, necesitas vendar su pierna cada día”. Y pensé, “Oh, está bien”.

Así que, al principio tratamos de llevarlo a mudarse dentro de la casa del patio. Él estaba tan arraigado en su adicción que él sentía que no podría estar lejos del alcohol. Insistía en querer volver hacia Masese, en donde incluso no tenia un hogar, y sin embargo totalmente dispuesto a dormir afuera si tan solo pudiera conseguir su dosis. Entonces, enviaría a alguien, o iría yo misma a buscarlo todos los días, traerlo a mi casa, limpiar su pierna y re vendar su herida.

A veces, volvíamos y no éramos capaces de encontrarlo. Había estado vagabundeando por ahí, o se habrá dormido en donde no fuimos capaces de encontrarlo. Nunca olvidaré ese domingo de pascua, mi trabajador social lo encontró por mí aproximadamente después de cuatro días, quizás, sin vendar su herida. Estaba en el patio, mientras él caminaba por la puerta del frente, pude literalmente olerlo. El jardín completo hedía como a infección, que probablemente no quisieran escuchar esto.

David: Me está dando nauseas ahora mismo. Pero continúa. Todo está bien.

Katie: ¡Lo siento! Por supuesto que tuvimos a todos los que conocíamos en la comunidad como para la pascua. Le dije a mis tres hijas mayores, “Necesito que ustedes me ayuden a terminar la cena”. Recuerdo haberme acostado boca abajo en el césped muy cerca de su pierna y con una pinza sacar gusanos de la herida.

A esas alturas, dije, “No importa”. Mudamos a Makerere dentro de la casa del patio, y él empezó a desintoxicarse, y estaba muy gruñón a causa de la desintoxicación, pero mientras el comenzaba a ponerse sobrio, pude hacer el vendaje alrededor de 10 minutos porque la herida ya no estaba tan grande, pero estaba muy profunda, el proceso era aproximadamente de 30 minutos para limpiarla y vendarla bien. Cada día, alrededor de 30 minutos, Makerere me contaba una pequeña parte de su historia. Pues resulta que él es un muchacho muy educado. Se fue de la universidad a mitad de carrera. A la mitad de su carrera, se dio cuenta de que tenía VIH, y su familia lo rechazó por completo. Ellos no querían tener nada que ver con él cuando se dieron cuenta de su diagnóstico.

Él se sentía como que no tenía ningún lugar donde ir, empezó a tomar alcohol, y cuando lo hizo, su adicción empezó. Había vivido en otro mundo dentro de su borrachera, en el barrio pobre de Masese, y sin tener idea de dónde su familia estaba; ¡sin tener a nadie en el mundo! El día que él estuvo diciendo esa parte de la historia, mi niña de diez años, Helen, estaba en la terraza, y ella es especialmente aficionada a él. Ella dijo, “Oh, nosotros seremos tu familia”, y lo hemos sido, y él se ha convertido en parte de nosotros. Nunca olvidaré el día en que él estaba verdaderamente quieto mientras vendaba su herida. Él me miró y dijo, “Creo que no tengo historias. Así que, tú dime una”. Entonces, nuestras lágrimas cayeron al suelo mientras le contaba la historia de Jesús, lo que Él ha hecho en mi vida, lo que Él quiere hacer en la vida de Makerere y lo que Él ha hecho por cada uno de nosotros.

Mis niñas estaban muy emocionadas por la oportunidad de compartir a Jesús con Makerere. Cada día tan pronto terminaba la escuela en casa, puedes encontrar a una o muchas de ellas en el patio con la Biblia de niños compartiendo todo lo que conocen sobre Jesús con Makerere. Él se ha vuelto un gran amigo. Él es feliz, va a la iglesia con nosotras los domingos. A veces, si estoy fuera tarde en la noche, está esperando en la puerta para que este segura de que alguien la abrirá por mi cuando llegara a casa. Eso es solo un ejemplo, pero tenemos tantas personas viniendo y saliendo de nuestras vidas. Es agradable ser capaz de ver lo que Dios puede hacer cuando tan solo abrimos nuestras puertas.

David: Así que, ellos no solo van hacia ti, a pesar de todo. Tú y tus niñas van a ellos. Has mencionado Masese en diferentes ocasiones. Háblanos un poco sobre esa comunidad y lo que tú y tus niñas hacen allí.

Katie: Masese es ahora uno de mis lugares favoritos, lo que es divertido porque es un lugar del cual estaba muy asustada al principio. Hay un grupo llamado los Karamojong. Ellos son una tribu del norte de Uganda, y algunos de ellos han migrado al pueblo para tratar de buscar una mejor vida, sin embargo ellos son marginalizados y menospreciados por otros de Uganda. Ellos son considerados como primitivos, violentos, y sucios. Ellos son empujados dentro de este pequeño barrio pobre en donde lo peor de su cultura tribal, y lo peor de la ciudad y de la vida urbana es juntamente mezclado. Hay mucha prostitución, destilación de alcohol, y personas recogiendo entre la basura para subsistir.

Sus hijos están hambrientos, porque tradicionalmente, ellos encuentran su sustento en su ganado, sin embargo en esta comunidad del barrio pobre, no pueden tener ganado, así que, ellos envían sus niños a las calles a rogar por comida y cavar entre las basuras por comida.

Encontré esta comunidad para seguir algunos de estos niños de la calle de los que me he convertido en su amiga. Estuve aterrada. Esas fueron las personas de las cuales, incluso, las personas de Uganda no serían sus amigos. A causa de eso, ellos no confían en extranjeros. Nunca nadie ha sido de la clase de ellos. Era un lugar muy aterrante para una chica estar, pero comencé trabajando lentamente, y me enteré de que había una escuela cerca en donde los Karamojong están verdaderamente permitidos por el gobierno asistir sin necesidad de paga, sin embargo ellos no asisten porque están muy hambrientos, y ellos tienen eso como prioridad.

La prioridad debe ser ir hacia las calles y cavar en las basuras por comida. Nunca ir a la escuela. Así que, pensé, “Me pregunto, y si regresamos alimentos a la escuela, ¿Ellos comenzarían a asistir a clases?” Comenzamos con solo dos días a la semana, y ahora son cinco días a la semana, alimentamos alrededor de 1,800 niños en las escuelas de Masese. Hemos visto muchos niños dejar las calles y volver a la escuela porque ahora ellos reciben almuerzo al final. Eso ha sido verdaderamente formidable, y una buena forma de verlos quedarse en su comunidad con sus padres.

Mientras estuve haciendo amigos con algunos de esos niños, fui conociendo sus madres. Esas fueron mujeres que se arraigaron a la prostitución, el consumo de alcohol, a recoger basura de metal u otras cosas que fueron peligrosas para ellas y dañinas para su familia. Comencé a educar un grupo pequeño de ellas, de cómo hacer joyería moldeada que Amazima compra de ellas, y nosotros la re-vendemos aquí en los Estados Unidos. La parte más grandiosa de la joyería, es que nosotros pagamos a las mujeres, y así ellas están expuestas a tener suficiente dinero para proveer a su familia. Ellas están dispuestas a poner un poco en ahorro para su futuro. Luego, el dinero extra que entra de la venta de collares aquí a un precio mas elevado, va devuelta a esos programas de alimentación que está en la misma comunidad.

Las mujeres saben eso, y están tan emocionadas y orgullosas. No solo por hacer la provisión para sus propios hijos, sino también por proveer la nutrición de la comunidad completa. Ese es uno de nuestros lugares favoritos para ir. Mis niñas y yo siempre vamos allí y hacemos obras de Ministerio juntas, y el temor de Masese se ha ido por completo. Estas personas se han vuelto nuestros amigos cercanos. Incluso, dejo a mi niña de tres años correr, y puedo decir, “¡Ve y encuentra amigos!” Ella corre dando vueltas en la comunidad. La gente me conoce a mí, y también a mi familia, y nunca dejaría que nada les ocurriera a mis niñas. Ha sido genial formar relaciones con esas personas. Hacemos estudios bíblicos en la comunidad. Mis niñas adoran ir allá también.

David: Estábamos bromeando porque Katie tiene dos de sus niñas con ella, mientras está aquí. Ella estuvo hablando sobre cómo y dónde ella las vio jugando en el suelo, ella piensa, “¡Oh, no! ¡Allí hay gérmenes!” Y ahora, dejas que tus niñas jueguen en la comunidad del barrio pobre, ¡en donde hay enfermedades endémicas y toda clase de cosas!

Katie: Sabes, los buenos misioneros dejan a sus niños en la escuela de casa mientras ellos van al barrio pobre. Mis niñas, son niñas que tienen dermatofitosis en su cara porque ellas han estado jugando con los que no tienen un hogar, pero los gérmenes en nombre del Ministerio son diferentes a los gérmenes, por el simple hecho de rodar en el suelo.

David: Bien. Así que gusanos, y ahora dermatofitosis. Cuéntanos sobre el Ministerio hacia el huérfano y la viuda que simplemente se reconcilian. Lo vemos a lo largo de toda la Escritura. ¿Cómo eso ha pasado en la comunidad del barrio bajo?

Katie: Muchas veces el niño de una mujer soltera tiene justamente las mismas necesidades que un huérfano que está viviendo con un tipo de pariente diferente. Ha sido formidable hacer amigas con tantas viudas y verlas querer ayudar a su comunidad y ver a mis hijas querer ayudarlas.

Un buen ejemplo es JaJa Grace. Ella era una viuda avanzada de edad. En realidad probablemente ella estuvo por los 55 o 60, pero al mirarla, pensarías que tenía unos 80 o 90 años. Es solo que la vida ha sido dura para ella. Su espouse hacia metro del VIH. Sus hijos han muerto de HIV. Ella pensaba que quizás uno o dos de ellos estaba vivo, pero ellos la abandonaron por completo.

Ni siquiera ha escuchado de ellos. Ella vive en una pequeña choza en las afueras de la comunidad, en la parte atrás. Recuerdo que siempre estaba oscuro y húmero allí dentro. El techo filtraba en la noche cuando estaba lloviendo. Ella estaba tan desnutrida que había estado incapacitada para caminar en años. No podia ver. Estaba allí en la parte posterior de la comunidad, sola. Ni siquiera se cómo ella seguía con vida durante el tiempo que estuvimos allí.

Sin que lo supiera, ella había estado orando a Dios, “Dios, te creo, pero la vida es tan dura para confiar en ti. ¿Podrías enviar a alguien que me ayude? ¿Podrías enviar a alguien que sea mi amigo?” No sabia de esto hasta que una mujer de mi grupo un día me estuvo diciendo, “Hemos escuchado de esta mujer en las afueras de la comunidad que en verdad necesita ayuda. Nos encantaría ir a visitarla. ¿Irás a visitarla?” Mis niñas, yo, y un par de amigos fuimos en un camión hasta allá. Y mientras caminaba hacia dentro, ella decía, “¡Dios te envió hacia mí!” Yo dije, “¡Eso es genial!” Y así, comenzamos nuestra relación.

La llevamos al hospital en donde nos dimos cuenta de que ella tenía VIH y también tuberculosis. Mi reacción inicial fue, “Muy bien, tendremos que mudarla con nosotros”. Ella en verdad no quería. Estaba anciana y solo quería estar en su propia casa. Al hablar con las veinte mujeres del grupo de estudio bíblico, dije, “Si traigo la comida, ¿Podrían ustedes cuidar de ella?” ¡Ellas estaban tan emocionadas de ayudar a esta mujer! Les proveí de alimentos secos, sopa y algo de unos pequeños paquetes de medicina. Dos o tres de ellas tomarían un día y bajarían a su casa, a cocinar comida, lavar la ropa y estar segura de que ella trague sus píldoras.

Pienso, “Wow, si hay alguna cosa mejor que ayudar a tu vecino, es posibilitar a tus vecinos a ayudar a sus vecinos”. Fue verdaderamente grandioso ver a todos nosotros venir juntos como amigos solo para cuidar de esta viuda ancianita en la comunidad. Ella lentamente comenzó a recuperar la vista, simplemente por tomar vitaminas en su comida. En el día de navidad, habíamos ido a la iglesia, y luego llevamos la iglesia hacia ella y almorzamos con ella. Ella verdaderamente fue capaz de levantarse por primera vez en años, y caminar en las afueras de su pequeña casa por nosotros. Fue tan bueno ver a Dios darle fuerza y redimir su vida en eso. Varios meses mas tarde, era evidente que ella estaba al final de su vida. Era tiempo de que ella se marchara y estar en casa con Jesús. Ella estaba lista para eso. Estaba lista.

Pensamos que la mudaríamos con nosotros. Su tuberculosis era transmisible y estaba en una etapa verdaderamente contagiosa, así que, rentamos una pequeña casa justo al final de la calle de nosotros en donde la mudamos. Mis niñas seguían yendo a la escuela pública regular para ese entonces. Ellas vendrían a casa de la escuela, corrían a dentro y se ponían sus pequeñas máscaras de dentista. Los médicos nos habían dicho que podríamos estar con ella pero mantenernos 10 pies lejos de ella. Eso no iba a funcionar muy bien para mi familia, así que tan solo nos ponemos pequeñas máscaras. Mis niñas estaban muy emocionadas de correr a su casa y pasar tiempo con ella, y compartir historias sobre su día. Al pasar el tiempo, ella murió. La extrañamos, pero estoy tan agradecida de saber en donde está. Eso fue hace varios años, sin embargo ella fue una de las primeras personas en abrir nuestras vidas a no solo adoptar niños dentro de nuestra familia, sino a adoptar todo tipo de personas diferentes también.

David: ¿Existe tal cosa como un día común en la vida de Katie Davis? ¿Qué podríamos esperar si estuviéramos en tus zapatos? ¿Qué tal es un día en tu vida?

Katie: Puede ser de varias formas. Si no es un día en el cual estamos afuera haciendo obras del Ministerio en el pueblo, me levanto y tomo mucho café. Aquí está el punto de mi viaje: tomar mucho café. Tomamos el desayuno y tenemos la misma cosa cada día. Comemos pan con mantequilla de maní. Luego, todas nos vamos hacia el sofá, y juntas leemos la Biblia. Para historia, estudiamos un país tercermundista diferente; a menudo hay uno de esos países que no tiene influencias cristianas. Oramos por ese país y continuamos estudiándolo a lo largo de la semana. Luego, tomamos un receso en los diferentes grupos de matemáticas y ortografía.

Lo que sea que esté sucediendo, mis niñas solo saben que las personas vendrán y necesitarán ayuda, y tendré que parar e ir a ayudarlas. Ellas son tan flexibles, y se mantienen rectas haciendo su trabajo. En ocasiones, ellas miran y dicen, “Mami, ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? Nosotras seguiremos haciendo nuestro trabajo”.

David: Como, ayudar con algunas cosas muy significantes. Mencionaste que algunas personas querrán una taza de agua o alguien con quien orar, pero a veces hay personas que necesitan una intravenosa, y entonces, ¿Qué hacen tus niñas?

Katie: Ellas van corriendo en búsqueda del kit de vías intravenosas.

David: ¡Ellas te ayudan a curar una vía intravenosa! Solo indico eso porque mis niños de cinco y tres años no van por ahí todavía.

Katie: Bueno, solo las niñas más grandes están permitidas a ir al armario en donde están las cosas de asuntos médicos. Estamos hablando de niñas con edades de 13 y 16 años. Cuando pensé que iba a ir a la universidad y ser normal, en verdad quería ser una enfermera. He estado dispuesta a tomar algunas clases de emergencia misionaria. Hay grupos y doctores que vienen y enseñan cursos intensivos. También hacemos una clínica para las personas de Masese con algunas enfermeras diferentes registradas de Uganda. Tan solo me siento al borde de mi silla y veo cada cosa que ellos hacen.

Hace varios meses alguien trajo una mujer a nuestra puerta. Ella estaba detrás en la motocicleta. Su amigo la había llevado, y ella obviamente, estaba conmocionada. No sabia de qué, pero sus ojos están virados hacia atrás en su cabeza, y estaba tomando y echando espumas por la boca. Pensé, “Bien, tendremos que entrarla al auto y llevarla al hospital, pero estaría muerta para el tiempo en que lleguemos allá, si no ponemos algún fluido en su cuerpo”. Esos son uno de los momentos en que las niñas están haciendo lo que sea que estén haciendo, y digo, “Prosie, corre y tráeme todas las cosas que necesito para hacer una intravenosa”. Ella se acerca tomando la bolsa, de manera que dejemos a la señora lista. Me subí al auto y la llevé al hospital. Ella terminó estando bien. Creo que no dije eso cuando conté la historia esta mañana. ¡Ella esta bien!

David: Eso es bueno. Es un detalle muy importante.

Katie: Llegué a casa una hora después, y mis niñas me decían, “Hey, mamá, ¿Cómo está la señora? Oh, ya hemos terminado con matemáticas”.

David: Tan solo otro día más. Pienso que nos estás ayudando de muchas formas de modo que des-idealicemos historias que tenemos por tendencia a idealizar. ¿Cuál dirías que es una de las más grandes luchas que has enfrentado?

Katie: Ya te he dicho la historia de JaJa Grace y la historia de Makerere. Esas son historias con buenos finales, pero las historias no siempre tienen buenos finales. Hemos tenido una madre alcohólica viviendo en nuestra casa y hemos vertido en ella horas y horas de nuestra vida, nuestra familia y nuestros recursos. Pensábamos que ella estaba por ponerse mejor, pero ella recayó. Finalmente tuvimos que decir, “No puedes vivir más, aquí”. Se estaba volviendo peligroso para mi familia. Tuvo que conducir a su niña dentro de una situación de acogimiento familiar con otra familia de crianza.

Hay personas que se mudan al islamismo y dejan el islamismo. A veces llego a ver la fruta, y a veces solo llego a plantar la semilla, pero absolutamente creo que Dios es soberano, y que Él hará crecer eso para la cosecha de Su propio camino. Soy impaciente y quiero ver el fruto. Es desalentador, pero para cada historia con un final desalentador, hay muchísimas historias con buenos finales. También, la necesidad es tan buena que ahí está esta mujer en mi entrada, a quien nosotros podemos ponerle el fluido y llevarla al hospital, y está bien, pero diez minutos más tarde, hubo alguien que no estaba en disponibilidad de llevarla al hospital para que le dieran cuidados médicos a tiempo, y murió. Puedo alimentar a esta persona hambrienta en frente de mí, pero diez minutos más tarde, hay un niño que está muriendo de hambre. Es duro conciliar que Dios sigue siendo bueno y soberano con esa persona, en ese momento.

Pienso que realmente Él me ha confirmado al curso del año, “Se fiel en lo poco. Se obediente a la persona que ponga en frente de ti, y entonces yo seré fiel en las cosas grandes”. Servimos a una, dos o tres personas que Él ponga en frente de nosotros por ese día, y solo confiamos en Él, de que tenga cuidado del resto. Él ha sido tan fiel para multiplicar eso. Veo 13 pequeñas niñas que aman a Jesús. Veo a personas como Makerere que vienen a nuestras vidas y se llevan el conocimiento de Cristo. Veo 450 niños patrocinados que están aprendiendo a conocerlo. Pienso en cómo su alcance será mucho más grandioso que el mío. Dios ha estado confirmando eso una y otra vez en mi vida, que debo ser fiel en lo poco, y Él será fiel en lo mucho.

David: ¿Crees que lo que estás haciendo es radical?

Katie: No. Creo que es justamente lo que es natural. Es lo que viene de una relación con Jesús y una inundación del amor que Él ha dado en mi vida. Pienso que lo que estoy haciendo es anormal, sin embargo no creo que deba serlo. La gente dice, “¿Por qué haces lo que haces?” o “¿Cómo haces lo que haces?” A la luz de lo que Cristo ha hecho por mi, ¿Cómo no podría?

Lo que el Evangelio Obliga

Estamos orando para que la historia de lo que Cristo ha hecho en la vida de Katie Davis pueda entonces cambiar a la historia que Cristo está tejiendo en tu vida. Así que, el mismo evangelio que la ha salvado, es el mismo evangelio que te ha salvado. El mismo Espíritu que vive en ella, es el mismo Espíritu que vive en ti. Lo que me encanta de lo que ella ha compartido aquí es que no fue como que un día ella dijo, “Está bien, traeré 14 niñas dentro de mi casa y hacer esto y aquello, y a tener este Ministerio”. Más bien fue esto, “Seré fiel con lo que está en frente de mí, para lo que Dios me ha dicho que haga, y voy a creer en Él para hacerlo”. ¿Qué tal si llevamos a Dios en Su Palabra? ¡Porque el mismo evangelio que es convincente a ella, es convincente a nosotros!

Simplificar tu Vivir

Este es un momento clave. Trasládate conmigo por un momento. Trae esto a tu asiento, porque el mismo evangelio que está convenciendo a Katie Davis es el mismo evangelio que está convenciendo a todos nosotros para simplificar nuestro vivir. No estoy diciendo que esto parecerá a nosotros exactamente como es parecido en la vida de Katie, pero la Biblia nos ha dicho a todos nosotros que estemos contentos teniendo necesidades. Entonces, ¿A qué se parece esto para ti? ¿A qué se parece esta necesidad a tu familia? Nosotros no oramos, “Danos este día el pan de cada día” porque tenemos 12 opciones de panes. ¿Cómo podemos ser intencionales? Pablo dice, “Estemos contentos con estas cosas”.

Incrementar tu Dádiva

Simplificar tu vida, e incrementar tu dádiva. Así que, basado en la vida de Katie y los ejemplos dados a lo largo del Nuevo Testamento y las exhortaciones de las Escrituras en el mismo, hago tres preguntas. Te preguntaría: ¿Qué es lo que Dios te está llevando a compartir? Tienes posesiones de ropas, comida, refugio. ¿Qué es lo que Dios te está llevando a hacer? Que seas generoso y que estés listo a compartir.

Este es el encargo de 1 Timoteo 6. ¿Qué es lo que Dios te está llevando a compartir? En Lucas 12:33, Jesús dice, “Vende tus posesiones, y dáselas a los necesitados”. ¿Qué es lo que Dios te está llevando a compartir o a vender? ¿Qué es lo que Dios te está llevando a sacrificar? Aquí es en donde vamos desde el solo dar porque se siente bien, dar hasta el punto que duela. El dar con sacrificio no se pregunta, “¿Qué tanto puedo conservar?” Dar con sacrificio, se pregunta, “¿Qué tanto puedo dar, incluso cuando duele?” Obviamente, eso parecerá diferente a todos.

¿Recuerdan la limosna de la viuda? Puso mucho menos que nadie más, sin embargo dio mucho más que nadie más. Fue extravagante, fue una dádiva con sacrificio. Podría ser sacrificio para alguien que da 25 dólares, de un modo que no sería un sacrificio para alguien que da un millón de dólares. Si alguien da 10 millones de dólares en un año, no es mucho sacrificio para donar nueve millones y pensar, “Bueno, solo voy a vivir bajo un millón este año”. Eso es un ejemplo extremo, pero, ¿Qué pasaría si estuviéramos dando con sacrificio en esta cultura? ¿O si realmente creyéramos en Dios esta vez, y demos hasta que duela?

Considerar tu Caminar

Simplificar el vivir, incrementar la dádiva, y luego considerar tu caminar. Esto puede pasar en tantas maneras distintas. Así que, ve aquí, localmente, si vives en esta ciudad o si nos estas visitando desde fuera de esta ciudad, ve a donde vives hacia las comunidades empobrecidas. Obviamente, hay comunidades en esta ciudad que están en grandes necesidades. Podría llevar a quien sabe qué en medio de las comunidades empobrecidas.

Entonces, entre los niños necesitados, continuamente hay oportunidades para el cuidado de crianza que constantemente está ante nuestra familia de la fe. Realmente hemos tomado un gran empuje hacia nuestro país, pero nosotros tenemos un país entero al lado de nosotros que aun sigue esperando. ¿Qué pasaría si dijéramos, “Vamos a cuidar de todos los niños no solo en nuestro país, sino también en nuestra ciudad?” ¿Nos ha dado Dios los recursos para esto, refiriéndose a las casas, el amor, la gracia, y el evangelio en nosotros? Así que, la adopción doméstica o internacional en donde millones de niños están sin sus madres y padres.

Entonces, ve en búsqueda de esos caminos, y luego ve alrededor del mundo. Hay oportunidades para ir por un tiempo a corto plazo. Específicamente, estoy hablando a los miembros de esta iglesia. Ustedes escucharon a Katie hablando sobre cómo un viaje hasta Uganda, volvió todo al revés. Hay tantas oportunidades. Puedes estar envuelto en ir a un viaje a corto plazo. ¡Todas las edades! Recientemente, solo hablamos sobre una mujer de 84 años que estuvo recientemente sirviendo por un tiempo a corto plazo junto al Ministerio en Uganda.

Ir por un tiempo de corto plazo, lleva al medio plazo. Los estudiantes de la secundaria: Tomen un tiempo por un año antes de la universidad. ¡Hagamos esto! Tenemos oportunidades de oro frente a nosotros. Estas en la Universidad: Piensa en ir por un tiempo de medio plazo: tres meses por dos años. Hay muchas oportunidades allí. Podría ser durante un verano o un semestre. No solo los estudiantes, sino los hermanos y hermanas semi retirados y retirados que tienen oportunidades para ir. El tiempo de medio plazo, lleva al largo plazo. Que Dios podría dejar, sin duda, te dejará que vayas a algún lugar. Quizás no a todos nosotros, y quizás a todos nosotros, pero hay algo certero entre algunos de nosotros, que Dios, por Su Espíritu, dirá, “Quiero que vivas en otro lugar”.

Quien sabe lo que Dios podría hacer mañana cuando somos fieles hoy. Esto es lo que me emociona, como he orado por este momento después de solo escuchar una historia de cómo esto acaba cuando una hermana en Cristo toma al Señor en Su Palabra. ¿Qué pasa cuando individuos y familias toman a Cristo en Su Palabra? Cuando damos pasos de obediencia que están justo ahí o cuando hacemos lo que Él nos dijo que hiciéramos. Luego, Él toma eso, a veces en grandes maneras, y también se vuelve dentro de historias como esta o aun más grandes, y algo a los ojos del mundo, en maneras no tan grandes, pero en grandes maneras maravillosas, porque es fidelidad a Dios. Aquí es donde el evangelio nos convence de hacer estas cosas. Va a parecer distinto en maneras distintas.

Lo que el Evangelio Exige

Nosotros, como una iglesia, queremos ayudarnos los unos a los otros pensando a través de cómo esto se ve en acción en cada una de nuestras vidas, pero independientemente de lo que parece, el evangelio exige la misma cosa de cada uno de nosotros. Uso esa palabra, “exigir”, y también escuchaste que Katie la mencionó anteriormente. Suena un poco contundente, pero realmente es simplemente natural cuando reconoces que Él es el Rey que venció la muerte, el cual tiene toda autoridad sobre nuestras vidas como cristianos. Lo que significa es que sacrificamos lo justo para determinar la dirección de nuestras vidas. Entonces, el Evangelio exige; no hay otra posibilidad.

Cuando creemos en este evangelio, el mismo demanda un visto bueno de nuestras vidas, con nuestras posesiones, con nuestros planes, con nuestros sueños. El evangelio exige un visto bueno hoy. No mañana para soñar sobre eso, sino hoy. Así que, quiero hacerte un llamado a tomar esta historia desde el punto de vista, “¿Qué está haciendo Cristo en la vida de Katie Davis?” por, “¿Que está deseando Cristo hacer en mi vida?”

David Platt

David Platt sirve como pastor en el área metropolitana de Washington, D.C. Es el fundador de Radical.

David recibió su doctorado del Seminario Teológico Bautista de New Orleans y es el autor de Don’t Hold Back [No te quedes donde estás], Radical, Sígueme, Contracultura, Algo tiene que cambiar, Before You Vote [Antes de votar], así como los varios volúmenes de la serie Christ-Centered Exposition Commentary [Comentario Expositivo centrado en Cristo]. 

Vive junto con su esposa e hijos en el área metropolitana de Washington, D.C.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TOWARDS REACHING THE UNREACHED.

That means that the people with the most urgent spiritual and physical needs are receiving the least support. You can help change that!