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¿Cómo compartimos el evangelio con los católicos romanos?

De todos los grupos con quienes los evangélicos tenemos dificultades para compartir el evangelio, los católicos romanos son, tristemente y a menudo, los primeros de la lista. Aunque muchos de nuestros acuerdos teológicos nos dan una base común, hay desacuerdos importantes que nos pueden disponer a la polémica. En ocasiones, pueden llevarnos a evitar por completo la discusión.

Sin embargo, en lugar de entrar en discusiones sobre María y el Papa, o debatir sobre el purgatorio o el rosario, ¿qué tal si pudiéramos sentarnos con católicos romanos y discutir pasajes bíblicos sobre Jesucristo, quién es y qué ha hecho por nosotros?

¡Eso sí lo haría en cualquier momento!

Hace algunos años, cuando servimos con mi esposa con Cruzada Estudiantil en Roma, Italia, vivimos exactamente lo que acabo de describir. Cada semana, nos reunimos en la casa de uno de nuestros amigos católicos romanos. Le llamamos a estas reuniones “grupo de lectura del evangelio”. Mi esposa y yo, junto con otras cuatro parejas católicas, dedicamos un par de horas a estudiar a Jesucristo según se describe en la Escritura.

De todos los grupos con quienes los evangélicos tenemos dificultades para compartir el evangelio, los católicos romanos son, tristemente y a menudo, los primeros de la lista.

Nuestro texto para nuestra reunión semanal de los martes por la noche era el pasaje del evangelio que se leería en la misa católica el próximo domingo. (La Iglesia católica publica un calendario litúrgico que indica una lectura del Antiguo Testamento, una lectura del Nuevo Testamento y una lectura de uno de los cuatro evangelios para sus misas diarias. Nuestro grupo de lectura simplemente consultaba este calendario para saber qué texto del evangelio íbamos a abordar en nuestra reunión). Es decir, al reunirnos los martes por la noche, elaboramos nuestro propio calendario según el texto del evangelio que se leería el próximo domingo, el cual se convertiría en nuestro propio texto para la discusión.

Grupos de lectura

Supongamos que la lectura fue en Lucas 19:1-10. En este texto se narra el encuentro de Zaqueo con Jesús. Entonces, leíamos el pasaje, luego hacíamos una pausa para una reflexión en silencio. Leíamos de nuevo el pasaje, seguido otra vez por una pausa. Y después seguíamos un simple método de estudio de la Biblia: observación, interpretación, aplicación y oración.

Cuando Jesús entró en Jericó, pasaba por la ciudad. Y un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los recaudadores de impuestos y era rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, ya que Zaqueo era de pequeña estatura.

Corriendo delante, se subió a un árbol sicómoro y así lo podría ver, porque Jesús estaba a punto de pasar por allí. Cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, date prisa y desciende, porque hoy debo quedarme en tu casa». Entonces él se apresuró a descender y lo recibió con gozo.

En lugar de entrar en discusiones sobre María y el Papa, el purgatorio o el rosario, ¿qué tal si pudiéramos sentarnos con católicos romanos y discutir pasajes bíblicos sobre Jesucristo?

Al ver esto, todos murmuraban: «Ha ido a hospedarse con un hombre pecador». Pero Zaqueo, puesto en pie, dijo a Jesús: «Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguien, se lo restituiré cuadruplicado». «Hoy ha venido la salvación a esta casa», le dijo Jesús, «ya que él también es hijo de Abraham; porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido» (Lucas 19:1-10).

Lo siguiente es un ejemplo simplificado de cómo podría desarrollarse nuestro grupo de lectura. Las preguntas son ejemplos que el líder podría plantear a los participantes, y las notas (en paréntesis) son para que el líder sepa en qué dirección debe orientar la discusión.

Observación

¿Quiénes son los personajes en esta historia? ¿Qué dicen? ¿Qué hacen? (Asegúrate de que los participantes observen con cuidado cómo el texto presenta a los personajes).

¿Sabes qué era un recaudador de impuestos en aquellos días? (Ayuda a que el grupo vea que la percepción que la cultura tenía sobre un recaudador de impuestos, como Zaqueo, era negativa).

¿Por qué Jesús le dijo a Zaqueo que descendiera? (Enfócate en la importancia que tiene para Jesús quedarse en la casa de Zaqueo).

Después de que Zaqueo se apresuró a descender del árbol y recibir a Jesús con alegría, ¿por qué la multitud no estaba tan feliz como lo estaba Zaqueo? (Asegúrate de que los participantes comprendan cuán pecador era Zaqueo, y cuán molesta estaba la multitud porque Jesús se hospedó con un “pecador”).

¿Qué hizo Zaqueo después de recibir a Jesús? (Ayuda a que el grupo vea qué tan en serio había tomado Zaqueo a Jesús y qué persona tan diferente fue después de su encuentro con Jesús).

Según Jesús, la “salvación” había llegado a Zaqueo. Entonces, ¿qué es la salvación? (Asegúrate de despejar cualquier idea falsa de que la salvación se trata de ordenar tu vida para que puedas conocer a Jesús. Para ello, debes enfocarte en el flujo de la historia: primero Zaqueo conoce a Jesús, luego viene el cambio).

Interpretación

¿Qué aprendemos de Zaqueo? (Enfócate en el cambio radical en la vida de Zaqueo debido a su encuentro con Jesús).

¿Qué aprendemos de Jesús? (Asegúrate de que los participantes entiendan la misión radical de Jesús de buscar al terrible pecador Zaqueo).

¿Qué aprendemos de “la multitud”? (Ayuda a que el grupo vea que seguir a Jesús puede provocar enojo e indignación en ciertas personas).

¿Dónde encontramos en esta narración “la idea principal”? ¿Qué aprendiste? ¿Qué importancia tiene esta historia para ti? (Orienta a los participantes a que articulen en sus propias palabras la “idea principal” del versículo 10).

En esta historia, ¿cómo vemos que Jesús viene a buscar y a salvar a los perdidos? (Asegúrate de que el grupo comprenda que Jesús toma la iniciativa de buscar a Zaqueo y que la salvación resulta de recibir a Jesús con alegría).

Aplicación

¿Viene Jesús a buscarte y a salvarte? (Según la disposición que tenga el grupo de abrirse y compartir, anime a que cada uno exprese las maneras en que Jesús está trabajando en sus vidas).

¿Qué quiere Dios que hagas, creas o seas como consecuencia de esta narración? (Enfatiza que cada uno de nosotros debemos responder personalmente a lo que Dios está declarando en esta historia).

Oración

¿Alguien quisiera orar? (Puede tomar semanas o meses antes de que alguien en el grupo se sienta cómodo o incluso capaz de orar. Cuando alguien lo haga, esperar una simple oración como “Dios, ayúdame a ser como Zaqueo”).

[Líder]: Jesús, gracias por venir a buscarnos y a salvarnos, porque estábamos perdidos sin ti. Amén.

Preguntas que pueden hacer

  • Si asisten a tu grupo de lectura el próximo martes y dicen algo así: “Pues bien, mi sacerdote dijo “X” sobre este texto, pero tú dijiste “Y” sobre el mismo texto”, la respuesta apropiada es: “Pero tú has leído y estudiado el texto, entonces ¿qué dice la Biblia?” No hay necesidad de disputar sobre la autoridad del sacerdote versus nuestra autoridad. Lo que importa es la autoridad de la Biblia. La pregunta en la cual queremos que se enfoquen es: ¿Qué aprendemos sobre Jesús en la Biblia?
  • Si expresan alguna preocupación como: “Siempre me han dicho que la Biblia es muy difícil de entender, por eso debemos tener sumo cuidado cuando la leemos”, la respuesta apropiada es: “Pero leemos y estudiamos la Biblia juntos y no la encontramos difícil de entender, ¿verdad?”. Lo que importa es la claridad de la Escritura: Dios quiere que la entendamos, y realmente somos capaces de hacerlo. Promovemos este acercamiento cuando la leemos por nosotros mismos y reflexionamos sobre el significado de lo que leemos.
  • Sin duda tomará meses antes de que los miembros del grupo empiecen a comprender quién es Jesús y qué ha hecho por ellos. No te desanimes por la falta aparente de progreso al principio. Y ¡no apresures el proceso! Querrás asegurarte que los participantes entiendan las cuestiones esenciales sobre Jesús de manera que entiendan el evangelio. Es absurdo e incorrecto empujarlos a que oren y reciban a Jesús y acepten el evangelio si todavía no conocen quién es Jesús y qué ha hecho para su salvación.

Otros puntos

Este ejemplo simplificado, de cómo nuestra conversión podría desarrollarse, te da una idea de un grupo de lectura. Algunos puntos para enfatizar:

  • El enfoque es en quién es Jesús y qué ha hecho porque los miembros del grupo conocen muy poco sobre él.
  • La discusión se centra en un texto de la Escritura siguiendo un simple método de estudio de la Biblia: lectura del texto, observación, interpretación, aplicación y oración.
  • Si los participantes asisten a su iglesia católica el próximo domingo, ellos ya habrán profundizado en la lectura del evangelio para esa misa específica.

¡Espero que experimentes el gozo de ayudar a tus amigos y vecinos católicos romanos a que reciban a Jesucristo con los brazos abiertos! ¡Encuentra el gozo mediante la lectura y el estudio de la Biblia junto con ellos!

Gregg Allison

El doctor Gregg Allison es profesor de Teología Cristiana en el Seminario Teológico Bautista del Sur en Louisville, Kentucky. Tiene 18 años de experiencia en el ministerio como miembro del personal de Cru [Cruzada Estudiantil], donde trabajó con estudiantes universitarios, así como misionero en Italia y Suiza. También fue co-pastor en una iglesia en Lugano, Suiza. En la actualidad, es uno de los pastores de la Sojourn Community Church en Louisville, Kentucky, donde sirve en el consejo de liderazgo. Ha escrito varios libros, entre ellos Teología y Práctica Romana: Una Evaluación Evangélica (inglés).

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