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Cómo memorizar las Escrituras

Hace algunos años, mientras trabajaba en un campamento infantil, tuve la oportunidad de conversar con un chico que tenía muchas preguntas sobre Jesús y el evangelio. Fue una de aquellas oportunidades con la que sueñan la mayoría de los consejeros en los campamentos. Cuando empecé a responder preguntas sobre la importancia de la muerte, la divinidad, la humanidad de Jesús y Su don de la salvación, el Señor hizo algo que sentí casi como milagroso: Él me hizo recordar las palabras exactas de las Escrituras que eran necesarias para ministrar a ese chico.

Esto no debería sorprendernos, ya que el mismo Jesús explica que el Espíritu Santo ​​«… Les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he dicho» (Juan 14:26). En aquel momento, el Espíritu despertó las palabras de las Escrituras que habían estado enterradas en mi corazón y me ayudaron a testificar de manera eficaz a ese chico.

El Espíritu Santo nos ayuda a memorizar las Escrituras

Cuando las personas piensan sobre memorizar las Escrituras, con frecuencia piensan en los gravosos retos que atravesaron en la Escuela Dominical para memorizarlas. Algunos se sintieron abrumados por la falta de conocimiento bíblico. Quizás otros sintieron que tal esfuerzo sería infructuoso debido a su mala memoria u otras predisposiciones difíciles.

El Espíritu de Dios ha prometido ayudarnos a recordar Su Palabra.

Sin embargo, el Señor nos llama a guardar Su Palabra en nuestros corazones, no como un mero ejercicio intelectual, sino como un acto de adoración. Debemos reconocer que, a diferencia de la memorización de las tablas de multiplicar en la escuela primaria, el Espíritu de Dios ha prometido ayudarnos a recordar Su Palabra. Aunque la memorización de las Escrituras nos parezca intimidante, el Espíritu Santo está obrando en nuestros corazones mientras atesoramos Su Palabra.

La memorización de las Escrituras tiene efectos internos y externos

Aunque hay muchas razones para memorizar las Escrituras, atesorar la Biblia en nuestros corazones y en nuestras mentes tiene efectos internos y externos. Muchos destacan acertadamente los efectos internos de memorizar las Escrituras, que tienen que ver con el desarrollo espiritual personal. El escritor de Salmos 119:11 afirma que él ha atesorado la Palabra de Dios en su corazón para no pecar contra Dios. Jesús cita las Escrituras para combatir las tentaciones del maligno (Mateo 4:1-11). Cuando conocemos las Escrituras, tenemos el poder para combatir el pecado y caminar en rectitud.

Memorizar las Escrituras también tiene efectos externos. Cuando recordamos las Escrituras mientras evangelizamos, nuestro testimonio es fortalecido… Cuando memorizamos la Palabra, somos capaces de alimentar nuestros corazones y llegar a ser ministros más eficaces del evangelio, tanto en nuestra evangelización como en nuestro ministerio entre creyentes.

Cuando recordamos las Escrituras mientras evangelizamos, nuestro testimonio es fortalecido.

Desarrolla un plan

La oración es un excelente punto de partida cuando estás tratando de memorizar las Escrituras. Pídele al Señor que te guíe a los pasajes específicos que Él quiere usar para ministrar tu corazón. Mientras lo haces, haz una lista de algunos pasajes que piensas que sería provechoso memorizar. Pídele al Señor que cuando estés memorizando las Escrituras, el Espíritu te ayude a recordarlas. Ora para que el Señor despierte en ti un anhelo por Su Palabra que produzca obediencia en tu corazón. 

Como suele suceder con cualquier esfuerzo a largo plazo, diseñar una estrategia para memorizar la Palabra es sabio. Por ejemplo: Dedicar diez minutos para examinar un determinado pasaje; escuchar repetidas veces un pasaje específico durante tu camino al trabajo; apartar los lunes por la mañana para reunirte con alguien a quien tengas que dar cuentas de tu progreso.

La estrategia podría parecer diferente para cada persona, pero la meta es la misma: crecer a la imagen de Cristo a través de la Palabra de Dios. A medida que diseñas tu estrategia en oración, asegúrate de establecer metas realistas, incorporar cierta regularidad y aceptar rendir cuentas sobre tu proceso de memorización.

5 maneras de memorizar las Escrituras

Unas herramientas y planes de memorización funcionan mejor para algunos y otras funcionan mejor para otros. Considera usar una variedad de métodos de memorización de las Escrituras para ver cuál es el más adecuado para tu estilo de aprendizaje y metas personales.

Lee y repite

Al final de tu tiempo devocional, identifica el pasaje que estás tratando de memorizar y léelo diez veces. Después de esto, repite el pasaje de memoria otras diez veces. Cuando se hace de manera cotidiana, te sorprenderás cuánto se puede retener de las Escrituras en solo 5 a 10 minutos adicionales.

Escríbelo

Cuando memorices un pasaje, lleva un diario donde escribas el pasaje repetidas veces. Escribe el pasaje de 5 a 10 veces y trata de repetirlo de memoria.

Memoriza por temas

Agrupa los pasajes a memorizar según el tema. Esto facilita el proceso de memorización. Por ejemplo, aprende unos pocos pasajes que traten sobre la salvación, luego otros sobre la adoración, y luego otros sobre la iglesia.

Utiliza una aplicación de estudio

No todas las personas quieren asociar su tiempo con el Señor con la aplicación que usan para estudiar para los exámenes, lo cual es comprensible. Sin embargo, hay cientos de sets para memorizar las Escrituras ya listos para usar que están disponibles en aplicaciones como Quizlet, que ofrece atractivos y efectivos desafíos para ayudarte en tu aprendizaje de la Palabra. Además, hay un puñado de aplicaciones de la Biblia que están disponibles para descargar.

Repasa diariamente

A medida que vas memorizando más de las Escrituras, asegúrate de volver a repasar pasajes anteriores. Si eliges trabajar con alguien a quien tengas que dar cuenta de tu progreso en la memorización de las Escrituras, cada semana pregúntense entre sí sobre pasajes más antiguos, de manera que retengas versículos previamente aprendidos.

Recuerda el porqué memorizas las Escrituras

Usar los pasajes que has memorizado es quizás la mejor manera de memorizar las Escrituras de una forma que glorifique a Cristo y saque provecho del poder del Espíritu. Sin la aplicación continua, la memorización de las Escrituras es un mero ejercicio intelectual desprovisto del poder de Dios. ¡Invitemos al poder transformador de la Palabra a nuestros corazones a medida que crecemos en el conocimiento y atesoramos nuestras Biblias para la gloria de nuestro Rey Jesús!

Colton Corter

Colton Corter vive en Richmond, Virginia. Él y su esposa tienen tres hijos y son miembros de la iglesia River City Baptist Church.

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