Cuando te sientes a estudiar la Biblia, nunca lo hagas a solas. Lo ideal es estudiar la Biblia como si estuviéramos teniendo una conversación con Dios. Hay algunos principios que podemos aplicar para ayudarnos a estudiar la Palabra de Dios y con la ayuda del Espíritu Santo comprender más fielmente su significado.
Considera el contexto
Nunca tomes un pasaje de las Escrituras fuera de contexto para hacer que diga algo que crees que sería bueno que dijera. Eso es un abuso de la Palabra de Dios.
A veces hacemos esto porque queremos que la Palabra de Dios hable a una cierta situación, o queremos que diga algo que creemos que animará a alguien más. Pero no ayudamos a las personas cuando interpretamos erróneamente las Escrituras. En última instancia el Autor de las Escrituras es Dios, y él sabe que es lo que más necesitamos. No necesitamos añadir a su significado.
Considera la gran historia de las Escrituras
A medida que comenzamos a comprender mejor la gran historia de las Escrituras, desde Génesis hasta Apocalipsis, entenderemos más fácilmente cómo se integran las historias y pasajes individuales en la narrativa general. Tener una comprensión general de la Palabra de Dios nos ayudará para no comenzar a torcer el significado pretendido por Dios cuando nos encontremos con textos difíciles de interpretar. Siempre busca el consejo completo de la Palabra de Dios (Hechos 20:27).
A medida que comenzamos a comprender mejor la gran historia de las Escrituras, entenderemos más fácilmente cómo se integran las historias y pasajes individuales en la narrativa general.
Permite que la Escritura interprete la Escritura
La Escritura nunca se contradecirá a sí misma. Por lo tanto, compara el pasaje que estás estudiando con las verdades que enseñan otros pasajes de la Biblia. Algunas Biblias proporcionan referencias cruzadas (con letras o números) que te ayudan a encontrar otros pasajes relevantes que pueden arrojar luz sobre la palabra, frase o pasaje que estás estudiando. El mejor intérprete de la Biblia es la propia Biblia, así que cuando tengas dificultades para entender algo, deja que otras partes de la Biblia te ayuden.
No te desanimes por los pasajes difíciles en la Biblia
Puede haber algunos textos que simplemente no logramos entender. No te desanimes ni te frustres. Recuerda lo que dijo el apóstol Pedro sobre los escritos de Pablo: “… En [sus cartas] hay algunas cosas difíciles de entender…” (2 Pedro 3:16).
Me resulta alentador que Pedro tuviera dificultades con algunas de las cosas que Pablo escribió. ¡Está bien tener preguntas! Sin embargo, confía en el hecho de que las cosas que Dios quiere que entendamos más, su carácter y su salvación, las ha dejado claramente establecidas.
Interpreta la Escritura de manera sencilla
Cuando estés interpretando la Biblia, trata de leer las Escrituras de manera sencilla. Al mismo tiempo, reconoce que hay momentos en los que la Escritura utiliza lenguaje figurativo o revela un significado que es mucho más profundo de lo que podríamos notar al principio. Aquí hay algunas pautas para ayudarte a pensar en las interpretaciones literales y figurativas.
Primero, usa el sentido literal a menos que haya una buena razón para no hacerlo. Segundo, utiliza una interpretación figurativa cuando el pasaje te lo indique. Tercero, utiliza el sentido figurativo si la expresión es claramente una figura del habla.
Cuarto, utiliza el sentido figurativo si una interpretación literal va en contra del contexto del pasaje, del contexto del libro o del propósito del autor. Quinto, utiliza la interpretación figurativa si un significado literal es imposible, absurdo o inmoral.
Determina la idea principal
Concluye el proceso de interpretación describiendo el significado del pasaje pretendido por el autor. ¿Cuál es el punto? La idea es poder resumir en una o dos frases la idea principal de un pasaje.
El mejor intérprete de la Biblia es la propia Biblia, así que cuando tengas dificultades para entender algo, deja que otras partes de la Biblia te ayuden.
Recuerda, el punto principal no es “lo que el texto significa para mí”. La pregunta es, “¿Qué significa el texto para sus lectores originales?” Un texto no puede significar lo que nunca significó.
Finalmente, verifica tus conclusiones encontrando apoyo en la iglesia. Es decir, asegúrate de que tu interpretación no sea completamente única. Sé muy cauteloso si encuentras un significado en un pasaje de la Escritura que nadie más ha encontrado en los últimos 2,000 años.
Aplica la Escritura
Después de haber interpretado un pasaje, el último paso es la aplicación. Aplica el texto a tu propia vida y en tu propio contexto. La interpretación se centra en el significado; la aplicación se centra en la acción. Pregúntate a ti mismo, ¿cómo voy a pensar, qué voy a desear y cómo voy a vivir y amar como resultado de lo que significa este texto?
Disfruta la Palabra de Dios a diario: MAPS
Con el fin de poner en práctica todo lo que hemos visto hasta ahora, aquí tienes un acróstico para disfrutar de la Palabra de Dios cada día: MAPS (siglas en inglés).
M – Medita y Memoriza
Lee la Palabra de Dios diariamente, preferiblemente con un plan, y regularmente reserva un tiempo en tu día, o varios momentos en tu día (mañana y tarde, como dice el Salmo 1), para meditar en la Palabra de Dios. Léela lentamente, con humildad, en oración y reflexivamente. Y mientras meditas en la Palabra de Dios, memoriza porciones de ella. La memorización es una de las formas más prácticas y útiles de meditar, ya que repetimos algo una y otra vez hasta que se convierte en algo natural para nosotros, oculto en lo más profundo de nuestros corazones y mentes.
A – Aplica
Después de meditar y memorizar la Palabra de Dios, aplica lo que has escuchado de Dios. Preguntate cómo la Palabra de Dios afecta cada faceta de tu vida:
- Corazón: ¿Cómo cambia este pasaje tu corazón?
- Mente: ¿Cómo cambia este pasaje lo que piensas?
- Afectos: ¿Cómo cambia este pasaje lo que deseas?
- Voluntad: ¿Cómo cambia este pasaje lo que haces?
- Relaciones: ¿Cómo cambia este pasaje la manera en que interactúas con otros?
- Propósito: ¿Cómo cambia este pasaje tu vida para estar más alineado con el propósito de Dios?
Tómate el tiempo para considerar intencionalmente cómo la Palabra de Dios te transforma desde adentro hacia afuera.
P – Ora (Pray)
Luego, ora la Palabra de Dios. Podrías usar el acrónimo PRAY (inglés para orar) para hacer preguntas como…
- P- ¿Cómo me lleva este pasaje a alabar a Dios? (praise)
- R- ¿Cómo me lleva este pasaje a arrepentirme del pecado? (repent)
- A- ¿Qué me lleva este pasaje a pedirle a Dios en mi vida y en la vida de otros? (ask)
- Y- ¿Cómo me lleva este pasaje a someterme a Dios? (yield)
Jesús dice en Juan 15:7: “Si permanecen en Mí, y Mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y les será hecho.” Jesús nos promete que cuando oramos de acuerdo a su Palabra, él nos responderá.
S – Comparte (Share)
Finalmente, comparte lo que ves y aprendes en la Palabra de Dios. Para ayudarte a recordar lo que has leído, podrías escribir tus reflexiones personales. Luego, busca oportunidades para animar a otros con lo que has aprendido. Esto está en el núcleo de lo que significa hacer discípulos: compartir, mostrar y enseñar la Palabra de Dios a otros. No permitas que la Palabra de Dios se detenga en ti; deja que la Palabra de Dios se difunda a través de ti.