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Capítulo 5: La Sangre que Satisface

¿Cómo puede un Dios justo ser amoroso hacia pecadores rebeldes que merecen su ira? ¿Cómo puede Dios satisfacer su carácter y salvar nuestras almas al mismo tiempo? La sangre del Cordero de Dios satisface la ira de Dios y salva a los hijos de Dios. En este mensaje sobre Éxodo 24, el pastor David Platt presenta un caso bíblico para la doctrina de la expiación sustitutiva.

  1. Los cautivos fueron liberados por la sangre.
  2. El pacto fue confirmado por la sangre.
  3. Cristo derramará su sangre.

En Egipto el Señor habló con Moisés y Aarón. Les dijo: «Este mes será para ustedes el más importante, pues será el primer mes del año. Hablen con toda la comunidad de Israel, y díganles que el día décimo de este mes todos ustedes tomarán un cordero por familia, uno por cada casa. Si alguna familia es demasiado pequeña para comerse un cordero entero, deberá compartirlo con sus vecinos más cercanos, teniendo en cuenta el número de personas que sean y las raciones de cordero que se necesiten, según lo que cada persona haya de comer. El animal que se escoja puede ser un cordero o un cabrito de un año y sin defecto, al que cuidarán hasta el catorce del mes, día en que la comunidad de Israel en pleno lo sacrificará al caer la noche. Tomarán luego un poco de sangre y la untarán en los dos postes y en el dintel de la puerta de la casa donde coman el cordero. Deberán comer la carne esa misma noche, asada al fuego y acompañada de hierbas amargas y pan sin levadura. No deberán comerla cruda ni hervida, sino asada al fuego, junto con la cabeza, las patas y los intestinos. Y no deben dejar nada. En caso de que algo quede, lo quemarán al día siguiente. Comerán el cordero de este modo: con el manto ceñido a la cintura, con las sandalias puestas, con la vara en la mano, y de prisa. Se trata de la Pascua del Señor.

La Pascua del Señor.

»Esa misma noche pasaré por todo Egipto y heriré de muerte a todos los primogénitos, tanto de personas como de animales, y ejecutaré mi sentencia contra todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. La sangre servirá para señalar las casas donde ustedes se encuentren, pues al verla pasaré de largo. Así, cuando hiera yo de muerte a los egipcios, no los tocará a ustedes ninguna plaga destructora.

»Éste es un día que por ley deberán conmemorar siempre. Es una fiesta en honor del Señor, y las generaciones futuras deberán celebrarla. Durante siete días comerán pan sin levadura, de modo que deben retirar de sus casas la levadura el primer día. Todo el que coma algo con levadura desde el día primero hasta el séptimo será eliminado de Israel. Celebrarán una reunión solemne el día primero, y otra el día séptimo. En todo ese tiempo no harán ningún trabajo, excepto preparar los alimentos que cada uno haya de comer. Sólo eso podrán hacer.

»Celebrarán la fiesta de los Panes sin levadura, porque fue ese día cuando los saqué de Egipto formados en escuadrones. Por ley, las generaciones futuras siempre deberán celebrar ese día. Comerán pan sin levadura desde la tarde del día catorce del mes primero hasta la tarde del día veintiuno del mismo mes. Durante siete días se abstendrán de tener levadura en sus casas. Todo el que coma algo con levadura, sea extranjero o israelita, será eliminado de la comunidad de Israel. No coman nada que tenga levadura. Dondequiera que vivan ustedes, comerán pan sin levadura.»

Convocó entonces Moisés a todos los *ancianos israelitas, y les dijo: «Vayan en seguida a sus rebaños, escojan el cordero para sus respectivas familias, y mátenlo para celebrar la Pascua. Tomen luego un manojo de *hisopo, mójenlo en la sangre recogida en la palangana, unten de sangre el dintel y los dos postes de la puerta, ¡y no salga ninguno de ustedes de su casa hasta la mañana siguiente! Cuando el Señor pase por el país para herir de muerte a los egipcios, verá la sangre en el dintel y en los postes de la puerta, y pasará de largo por esa casa. No permitirá el Señor que el ángel exterminador entre en las casas de ustedes y los hiera.

»Obedezcan estas instrucciones. Será una ley perpetua para ustedes y para sus hijos. Cuando entren en la tierra que el Señor ha prometido darles, ustedes seguirán celebrando esta ceremonia. Y cuando sus hijos les pregunten: “¿Qué significa para ustedes esta ceremonia?” , les responderán: “Este sacrificio es la Pascua del Señor, que en Egipto pasó de largo por las casas israelitas. Hirió de muerte a los egipcios, pero a nuestras familias les salvó la vida.” »

Al oír esto, los israelitas se inclinaron y adoraron al Señor, y fueron y cumplieron al pie de la letra lo que el Señor les había ordenado a Moisés y a Aarón.

A medianoche el Señor hirió de muerte a todos los primogénitos egipcios, desde el primogénito del faraón en el trono hasta el primogénito del preso en la cárcel, así como a las primeras crías de todo el ganado. Todos en Egipto se levantaron esa noche, lo mismo el faraón que sus funcionarios, y hubo grandes lamentos en el país. No había una sola casa egipcia donde no hubiera algún muerto.

Esa misma noche mandó llamar el faraón a Moisés y a Aarón, y les ordenó: «¡Largo de aquí! ¡Aléjense de mi pueblo ustedes y los israelitas! ¡Vayan a adorar al Señor, como lo han estado pidiendo! Llévense también sus rebaños y sus ganados, como lo han pedido, ¡pero váyanse ya, que para mí será una bendición!»

El pueblo egipcio, por su parte, instaba a los israelitas a que abandonaran pronto el país. «De lo contrario —decían—, ¡podemos darnos por muertos!» Entonces los israelitas tomaron las artesas de masa todavía sin leudar y, luego de envolverlas en sus ropas, se las echaron al hombro. Después, siguiendo las instrucciones que Moisés les había dado, pidieron a los egipcios que les dieran objetos de oro y de plata, y también ropa. El Señor hizo que los egipcios vieran con buenos ojos a los israelitas, así que les dieron todo lo que les pedían. De este modo los israelitas despojaron por completo a los egipcios.

Los israelitas partieron de Ramsés, en dirección a Sucot. Sin contar a las mujeres y a los niños, eran unos seiscientos mil hombres de a pie. Con ellos salió también gente de toda laya, y grandes manadas de ganado, tanto de ovejas como de vacas. Con la masa que sacaron de Egipto cocieron panes sin levadura, pues la masa aún no había fermentado. Como los echaron de Egipto, no tuvieron tiempo de preparar comida.

Los israelitas habían vivido en Egipto

Los israelitas habían vivido en Egipto cuatrocientos treinta años.Precisamente el día en que se cumplían los cuatrocientos treinta años, todos los escuadrones del Señor salieron de Egipto. Aquella noche el Señor la pasó en vela para sacar de Egipto a los israelitas. Por eso también las generaciones futuras de israelitas deben pasar esa noche en vela, en honor del Señor.

El Señor les dijo a Moisés y a Aarón: «Éstas son las normas para la Pascua:

»Ningún extranjero podrá participar de ella. »Podrán participar de ella todos los esclavos que hayas comprado con tu dinero, siempre y cuando los hayas circuncidado antes.

»Ningún residente temporal ni trabajador a sueldo podrá participar de ella. »La Pascua deberá comerse en casa, y de allí no se sacará ni un solo pedazo de carne. Tampoco se le quebrará ningún hueso al animal sacrificado.

»Toda la comunidad de Israel debe celebrar la Pascua.

»Todo extranjero que viva entre ustedes y quiera celebrar la Pascua del Señor, deberá primero circuncidar a todos los varones de su familia; sólo entonces podrá participar de la Pascua como si fuera nativo del país.

»Ningún incircunciso podrá participar de ella.

»La misma ley se aplicará al nativo y al extranjero que viva entre ustedes.»

Todos los israelitas cumplieron al pie de la letra lo que el Señor les había ordenado a Moisés y a Aarón. Ese mismo día el Señor sacó de Egipto a los israelitas, escuadrón por escuadrón.

Si usted tiene una biblia, y espero que así sea, le invito a abrirla conmigo en Éxodo 12. Usted conoce el problema con este plan de lectura bíblica semanal es que esta semana hemos leído acerca de las diez plagas en Egipto, la Pascua, Dios liberando a su pueblo en medio del Mar Rojo, guiando a su pueblo con una columna de nube durante el día y una columna de fuego por la noche, y alimentando su pueblo con pan del cielo y agua de una roca, trayendo a su pueblo hasta el Monte Sinaí, donde Él se revela a sí mismo como un fuego consumidor; Él les da los diez mandamientos; el libro del Pacto, comienza, confirma el pacto Mosaico; yo he tomado uno de estos pasajes para predicar sobre él.

Hay una iglesia completa

Como aquí hay una iglesia completa en búsqueda, podríamos arreglar para pasar unas buenas seis horas , profundizando en este cuadro, pero lo que quiero hacer en vez de eso es que veamos, así como a vuelo de pájaro, dos capítulos en particular, Éxodo 12 y Éxodo 24, y quiero que rastreemos un tema en estos dos capítulos que nos señalan hacia Cristo. Y ese tema es “La sangre que satisface”, ¿No es un titulo estupendo para el día de San Valentín?. Yo quería algo realmente sentimental, como romántico, y así “ La sangre que satisface” vino a mi mente. Quiero mostrarles un indescriptible e insondable amor en este día de San Valentín.

De modo que, aquí está el trato: recapitulemos lo sucedido hasta este punto en Éxodo 12 que hemos leído. Sabemos de la semana pasada , que Dios se revela a sí mismo como Jehová el Señor a Moisés. Él y Aarón son enviados a Faraón. Y así ellos van al Faraón y dicen: “Deja ir a mi pueblo” y el corazón de Faraón se endurece. Y así esto da inicio al proceso de las plagas.

Las plagas

La primera plaga: Aarón extiende la vara sobre las aguas del Nilo y estas se convierten en sangre. Este ídolo, fuente de vida y real fuente de adoración en Egipto se convierte en un cuadro de muerte.

Segunda Plaga: la vara es extendida y las ranas salen del agua hacia la tierra. Ranas por todas partes. Lo que me gusta de la segunda plaga es que los hechiceros que están delante de Faraón, deciden que ellos quieren mostrar su poder también, así que ellos hacen salir más ranas. Tal como si, usted pensaría que si ellos querían mostrar su poder, debieron hacer retroceder a las ranas. Pero en vez de eso, ellos empeoraron el problema y había ranas por todos lados.

Las cosas no están yendo bien en Egipto, lo cual nos lleva a la tercera plaga, la plaga de los mosquitos. Los hechiceros no pueden imitar esta. Ellos concluyen “Esta debe ser la mano de Dios”, mientras los mosquitos están invadiéndolo todo.

Cuarta Plaga: la primera plaga en que vemos distinción entre los egipcios y los israelitas, plaga de los piojos. Los piojos están encima de todos los egipcios, incluyendo a los hechiceros, sin embargo no están tocando a ninguno de los israelitas.

Todo eso nos lleva a la quinta plaga, la del ganado. El ganado en Egipto muere, pero el ganado entre los israelitas sigue vivo ahí en la tierra de Gosén.

Sexta plaga: Moisés arroja ceniza de un horno al aire y de repente todos esos egipcios incluyendo nuevamente a los hechiceros están cubiertos de ulceras,  preparando el escenario para la séptima plaga. Cuando usted tiene ulceras por todo su cuerpo, entonces la última cosa que usted quiere hacer es ser tocado por alguien más. De modo que empezó a caer granizo del cielo. Granizo y fuego como Egipto nunca había visto desde que llegó a ser una nación, descendió arruinándolo todo.

La plaga número ocho es la de las langostas, que se comen todo que sea verde.

La plaga número nueve, la plaga de las tinieblas. Imagine esto, este contraste, usted tiene oscuridad total por tres días sobre los egipcios. No hay electricidad, ellos no pueden siquiera verse uno al otro. Se quedaron encerrados, mientras que en la tierra de Gosen, donde están los israelitas, está la luz del día. Contraste entre los dos.

Todo esto guiándonos a la plaga numero 10, cuando Dios dice a Moisés y Aarón “Vayan a Faraón y adviértanle que si él no deja ir a mi pueblo entonces, a medianoche, yo saldré por en medio de Egipto, y morirá todo primogénito en tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está tras el molino, y todo primogénito de las bestias. Un cuadro de muerte invadiendo la tierra. Familias, los herederos por así decirlos, completamente eliminados.

El corazón de Faraón se endurece hacia Dios

Y una y otra, y otra y otra vez, el corazón de Faraón se endurece hacia Dios. El está resistiendo a Dios. Él está afirmando su propio señorío en vez de someterse al señorío de Jehová, lo cual prepara el escenario para la pascua en Éxodo 12. Y lo que quiero que pensemos es en la diferencia que separa a los israelitas de los egipcios en Éxodo 12. Este momento en la historia redentora cuando el pueblo de Dios, después de más de 400 años en la esclavitud, es liberado y sacado fuera de Egipto. ¿Por qué? ¿Cómo fueron liberados? Y la respuesta es: los cautivos fueron liberados por sangre. Los cautivos fueron liberados por sangre. Así es como Dios escogió liberar su pueblo de la esclavitud en Egipto, por sangre.

Ahora, la semana pasada hablamos acerca de los atributos y las características del Señor, de Jehová, y hablamos acerca de la variedad de sus diferentes características. Quiero que tratemos en Éxodo 12, sobre dos retratos del Señor en particular. Primero, lo vemos en Éxodo 12 como el Juez Santo. Hablamos la semana pasada acerca de cómo Dios es Santo.

El Señor está completamente separado, es perfectamente único, absolutamente puro. Él es santo en todos sus caminos. Él es intocable por el pecado. Él es santo y Él es Justo. Él está muerto al pecado, odia el pecado y su propio carácter manda que Él derrame juicio sobre el pecado. De modo que éste es el retrato del Señor aquí, es el Juez Santo.

Y un hombre pecador ante un juez santo merece destrucción. Esa es la palabra usada en Éxodo 12: 13 y 23. Vemos un cuadro del destructor: “El exterminador pasará por sus casas” y no se pierda ese dato en Éxodo 12, el exterminador va a pasar por todas y cada una de las casas, tanto egipcias como israelitas, nadie estaba exento. El destructor irá a todas y cada una de las casas, porque todas las personas, israelitas y egipcias por igual, merecen destrucción. Todos son pecadores, todos son hombres y mujeres pecadores ante un Dios Santo, y por eso el cuadro que vemos aquí en Éxodo 12, es el juicio de Dios en una forma seria, severa y significativa.

Nos hace sentir un poco incómodos porque pensamos, bueno, es el exterminio de todos los primogénitos, quiero decir, el grito saliendo de Egipto. Pero ahí es donde nos damos cuenta cuán serio es el pecado delante de un Dios Santo. Es mortalmente serio. Y el hombre merece destrucción.

Al mismo tiempo vemos un juez santo en la porción del Señor. También vemos al amante salvador. Y vemos que Dios da gracia. Y Él provee una forma de salvación para su pueblo. ¿Cómo? ¿Cómo Dios posibilita a su pueblo escapar de su ira? La respuesta es su provisión , la de un cordero sin defecto. Este es el amor y la gracia de Dios, que posibilita a su pueblo escapar de su ira proveyendo un sustituto en su lugar. La sangre de un cordero sin defecto es la diferencia decisiva entre los gritos de dolor en Egipto y los gritos de libertad entre los israelitas. No es porque los israelitas fueran mejores que los egipcios. No porque los israelitas habían hecho alguna cosa para ganar el favor de Dios. El cuadro que Dios les había mostrado a ellos “hay un sustituto para ustedes, que cuando el exterminador pase por su casa, aquí está lo que ustedes habrán hecho: tomen un cordero sin defecto, tráiganlo a casa por 4 días.”

Un poco del trasfondo

Ahora, un poco del trasfondo aquí. Como, no soy una persona muy amiga de los animales, no soy un gran fanático de tener animales en la casa. Crecí con animales en la casa y eso me convenció de no ser fan de animales en el hogar. Y no quiero ofender a los amantes de los animales que están en este lugar, pero solo tenemos un hámster y un pez, y eso es lo más lejos que vamos a llegar. No tengo que tocarlo o hacer nada con ninguno de ellos y eso es bueno. Pero yo sé suficiente y ustedes también, que cuando traemos un animal a la casa, como que se crea un lazo con este animal, un perro, un gato, lo que sea. Así que usted trae un cordero, un tierno e inocente cordero a su casa por cuatro días para usted y sus hijos jugar con él y cuidarlo y alimentarlo. Y entonces Dios dice, “Después de cuatro días, usted sacrifica el cordero”.

Imagínese que usted es un niño en uno de esos hogares, cuatros días con este simpático y lindo corderito. Entonces papi toma el cordero y lo sacrifica, y toma la sangre del cordero y la pone sobre los postes de la puerta. Si usted es un niño de cinco años de edad, esa es una imagen que lo va a marcar.

Eso se le quedará fijado por mucho tiempo, y usted irá a su padre y le dirá: “Papi, ¿Por qué mataste al cordero?, ¿Por qué estás poniendo su sangre sobre nuestra puerta?” Y el padre le diría: “Este cordero es un sustituto. La muerte vendría a nuestra casa y a nuestra familia si este cordero no muere en nuestro lugar. Y cuando usted mira, hijo, o hija, a la puerta y usted ve la sangre del cordero sobre ella, usted puede saber que cuando cualquier otra casa en Egipto esté llorando porque la muerte ha venido, nosotros podemos saber que estamos a salvo porque tenemos la sangre del cordero sobre nosotros. Ese es el cuadro que Dios está inculcando en su pueblo.

Salvador amante

Juez Santo, destructor, salvador amante, Él da gracia con la sangre del cordero sin defecto, y por gracia este sacrificio es aceptable a Dios. Debe ser hecho de la manera en que Dios lo ha dicho. “ Un cordero sin mancha o defecto, no quiebren los huesos del cordero”. Es el cuadro completo de un cordero sacrificado por usted. Su sangre simboliza su vida, y cuando es derramada en su favor, en su lugar, entonces usted vivirá. Usted merece la muerte, pero cuando llegue el destructor, usted vivirá porque este sacrificio es aceptable a Dios y por fe este sacrificio es aplicable a usted” Ese es el cuadro.

Las únicas personas exentas del juicio de Dios en esa fatídica noche en Éxodo 12 fueron las personas que creyeron que por tener sangre los dinteles de sus puertas serían salvos. Mediante la fe, esto se aplicó a ellos. No es porque (No se pierda esto) no es porque los israelitas fueran mejores personas que los egipcios, fue porque ellos creyeron en el sacrificio que Dios había prescrito, y ellos confiaron en la sangre de este cordero. Los cautivos fueron liberados por sangre.

La historia continúa desde ese punto. Dios da instrucciones sobre cómo ellos iban a recordar esto. Y los guía, como mencioné, con una columna—solo imagínelo. ¿Puede usted imaginar la escena , como una comunidad de fe, siguiendo la presencia de Dios, una columna de nube por el día y una columna de fuego por la noche, que inspirador? Y Dios los guía, desde cada lugar hasta el borde del mar rojo. Los egipcios corren tras ellos en este momento , listos para atraparlos. Y Dios los conduce a un final de muerte y justo hacia esta trampa de agua ¿Por qué? : Éxodo 14:4, de forma que Él gane gloria para sí mismo. Dividir ese mar en dos, enviar su pueblo sobre tierra seca. Ellos mirarían en sus espejos retrovisores y el agua vendría detrás chocando sobre los egipcios. Y Dios dice: “Faraón y los egipcios sabrán que yo soy el Señor. Y yo libero mi pueblo y traigo juicio sobre los egipcios”.

Y Moisés canta en Éxodo 15, ustedes saben que este es el verso para memorizar de esta semana.

“El Señor es mi fuerza y mi cántico; Él es mi salvación. Él es mi Dios, y lo alabaré;es el Dios de mi padre, y lo enalteceré.”

Y entonces vemos el pueblo en un viaje con Dios, donde Él está proveyéndoles alimento, pan del cielo. Cuando no hay agua, Él provee agua de una roca. Y Él los conduce –vaya conmigo a Éxodo 19—los conduce al Monte Sinaí.

La zarza ardiente

Ustedes recuerdan la semana pasada, Éxodo 3, cuando Moisés vio la zarza ardiente, conversó con la zarza, Dios dijo: “Voy a sacar a mi pueblo de la esclavitud, y voy a traerlos a esta tierra, a este lugar, para que me adoren sobre este monte.” Y ahora en Éxodo 19, estamos de regreso ahí. Estamos en el monte Sinaí. Y escuche estas palabras de Dios a Moisés en el verso 3:

“…al cual subió Moisés para encontrarse con Dios. Y desde allí lo llamó el Señor y le dijo:
«Anúnciale esto al pueblo de Jacob;
declárase esto al pueblo de Israel:
4 “Ustedes son testigos de lo que hice con Egipto,
y de que los he traído hacia mí
como sobre alas de águila.
5 Si ahora ustedes me son del todo obedientes,
y cumplen mi *pacto,
serán mi propiedad exclusiva
entre todas las naciones.
Aunque toda la tierra me pertenece,
6 ustedes serán para mí un reino de sacerdotes
y una nación santa.”

»Comunícales todo esto a los israelitas.»

Escuche esas palabras: “Serán mi propiedad exclusiva” “Yo seré su Dios, ustedes serán mi pueblo” “Un reino de sacerdotes” “Ustedes tendrán acceso a la intimidad de la gloria de Dios, una nación santa. “ Un pueblo apartado” “ustedes serán distintos de las demás naciones”. ¿Y qué es lo que los pone aparte? Este es el cuadro que vemos en Éxodo 20, Dios dándoles sus leyes, los diez mandamientos. “Así es como experimentarán la vida en mí, caminarán conmigo y serán diferentes”.

Los diez mandamientos

Los primeros cuatro de esos diez mandamientos tratan con el amor hacia Dios, honrarlo a él y solo a él, no hacer imágenes, reverenciar su nombre, adorarlo en el Sábado. Y entonces los últimos seis mandamientos, nos muestran como el amor hacia Dios se expresa en amor hacia otros en no matar, no robar o mentir, y no codiciar nada de su prójimo.

De modo que, tenemos los diez mandamientos en Éxodo 20. En los capítulos 21-23, Dios continúa dando leyes, regulaciones y pautas a Moisés, casos legales, el libro del pacto, todo guiando hacia, vaya conmigo ahora a Éxodo 24: 1. Y aquí es donde quiero que veamos lo que será—en medio de todo lo demás que está sucediendo en Éxodo, es algo que quita el aliento. Éxodo 24 podría ser más importante que el libro de Éxodo entero, porque ahí es donde Dios confirma su pacto con su pueblo a través de Moisés, el pacto mosaico. Y no podemos sobreestimar el significado de esto.

Un escritor dijo: “No hay manera de describir adecuadamente las implicaciones de este capítulo. Todos, desde Moisés hasta Jeremías, a Jesús, a Pedro y todos los demás escritores bíblicos quienes han tenido algo que decir acerca del pacto reflejan directa o indirectamente este pasaje. Este es el clímax donde Dios confirma su pacto con su pueblo”. Y lo que quiero que veamos es que el pacto es confirmado por ¿Qué? Por Sangre. Esclavos liberados por sangre, el pacto confirmado por sangre. Léalo conmigo, Éxodo 24:1

También le dijo el Señor a Moisés: «Sube al monte a verme, junto con Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel. Ellos podrán arrodillarse a cierta distancia”. El cuadro de toda la nación representada en ese número setenta. “pero sólo tú, Moisés, podrás acercarte a mí. El resto del pueblo no deberá acercarse ni subir contigo.  A la mañana siguiente, madrugó y levantó un altar al pie del monte, y en representación de las doce tribus de Israel consagró doce piedras. Luego envió a unos jóvenes israelitas para que ofrecieran al Señor novillos como holocaustos y sacrificios de comunión. La mitad de la sangre la echó Moisés en unos tazones, y la otra mitad la roció sobre el altar. Después tomó el libro del pacto y lo leyó ante el pueblo, y ellos respondieron:

—Haremos todo lo que el Señor ha dicho, y le obedeceremos. Moisés tomó la sangre, roció al pueblo con ella y dijo:

—Ésta es la sangre del pacto que, con base en estas palabras, el Señor ha hecho con ustedes.

Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y los setenta ancianos de Israel subieron10 y vieron al Dios de Israel. Bajo sus pies había una especie de pavimento de zafiro, tan claro como el cielo mismo.11 Y a pesar de que estos jefes de los israelitas vieron a Dios, siguieron con vida, pues Dios no alzó su mano contra ellos.”

El pacto de relación con Dios fue confirmado por sangre en este monte. Quiero que vean dos cosas aquí. Veamos primero el significado de la ley de Dios. Éxodo 24:3, Moisés viene y le dice al pueblo  todas las palabras de la ley, los mandatos, los diez mandamientos, y las reglas. El libro del pacto que vemos que él lee en Éxodo 21 al 23 – básicamente éxodo 20-23, él les lee la Palabra de la ley. Este es la primera escena, realmente, de adoración pública que vemos en la Escritura.

Y todos los elementos de la adoración publica están aquí: Un llamado a adorar, una lectura de la Palabra de Dios, la respuesta del pueblo de Dios, una cena sacramental, todo eso está sucediendo aquí. Dios da su palabra, moisés la lee para el pueblo, el pueblo responde, “Obedeceremos la palabra que Dios ha dicho.” La significancia de la ley de Dios. Su pacto está plantado en su palabra, su palabra hacia nosotros, su palabra recibida por nosotros. Ese es el cuadro del pacto aquí.

La belleza de la misericordia de Dios

Pero no solo la significancia de la ley de Dios, pero también vemos la belleza de la misericordia de Dios. En el centro de este pacto no solo está la Palabra y el pueblo diciendo “Sí, la obedeceremos”, eso no es todo aquí. En adición, hay un altar. Y donde quiera que veamos adoración de un hombre pecador ante Dios, siempre hay un cuadro de sacrificio.

Y donde sea que vemos adoración, en cualquier lugar de la escritura, siempre hay un cuadro de sacrificio. Donde quiera que hay un cuadro de adoración de un hombre pecador ante un Dios santo, esto requiere—no lo pierda—requiere un sacrificio. El hombre pecador no puede acercarse a un Dios santo en sus propios méritos. El hombre pecador no puede estar delante de la presencia de un Dios santo y justo, y por eso siempre hay un sacrificio envuelto en la adoración. Hemos visto esto desde el mismo principio en Génesis 3 y 4, y en todo el camino hasta este punto, lo veremos en los días por venir. Siempre hay un altar envuelto ahí. De modo que Moisés dice dos ofrendas, una ofrenda completa del todo quemada consumida por fuego, y las ofrendas de paz, ofrendas de la congregación.

Y el cuadro es—ahora, aquí es donde esto se pone realmente interesante—él toma la sangre de los animales y él arroja parte de ella sobre el altar, una figura del hecho de que el pueblo de Dios es perdonado por sangre. El pueblo de Dios es perdonado por la sangre de un sacrificio. Eso es lo que la sangre sobre el altar siempre representa, el perdón de los pecados. Un Dios Santo debe derramar juicio, ira, precio por los pecados, y así debemos tener una figura de que ese costo ha sido pagado. Y lo que muestra este cuadro de sacrificio de sangre sobre el altar, son personas perdonadas por la sangre de un sacrificio.

Pero entonces, es ahí donde esto se torna un poco extraño- Moisés toma sangre y la vierte en unos recipientes y luego se dirige hacia el pueblo y él esparce sangre sobre ellos. Ja!, ¿No se alegran ustedes de que no hagamos esto en nuestra adoración? ¿Pueden imaginarme con un cubo caminando a lo largo del salón, y salpicándolos a ustedes con sangre? Esa es una forma de resolver los problemas de tránsito los domingos en la mañana. Usted trae la sangre al culto y solucionado. Como la gente no va regresar si se está rociando sangre por todas partes. Esto casi parece barbárico, extraño. Pero ahí es donde necesitamos darnos cuenta del significado de la sangre.

¿Se da usted cuenta de que esto es algo de lo que no hablamos mucho en el cristianismo contemporáneo? La sangre no atrae multitudes. Pero si pasamos por alto la importancia y el significado de la sangre en la escritura en la relación que tenemos con Dios, vamos a perder la esencia completa del evangelio. En nuestros esfuerzos por embellecer el evangelio y hacerlo tan atractivo como sea posible podríamos socavar el fundamento mismo del evangelio.

De modo que, la sangre es derramada, esparcida sobre el pueblo. Una figura de cómo el pueblo de Dios no es solo perdonado por Sangre, sino que el pueblo de Dios está cubierto con sangre. Y Dios está uniendo a su pueblo consigo mismo mediante la sangre del pacto. Eso está en Éxodo 20:8: “Moisés tomó la sangre, roció al pueblo con ella y dijo:  —Ésta es la sangre del pacto que, con base en estas palabras, el Señor ha hecho con ustedes”. Es sangre lo que está reconciliando al hombre con Dios. Es sangre lo que está propiciando, haciendo posible esta relación con Dios.

Y vea lo que sucede inmediatamente después de esto. Justo después de que el pueblo de Dios es cubierto con Sangre, atado a Dios en pacto a través de la sangre del sacrificio—escuche lo que sucede en el verso 9: “Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y los setenta ancianos de Israel subieron” Verso 10: “y vieron al Dios de Israel.—subraye el comienzo del verso 10 ahí, que es una declaración asombrosa—“Ellos vieron al Dios de Israel”. Acabamos de ver más atrás en Éxodo 19 cuando Dios se está revelando en el Monte Sinaí, como “No se acerquen al monte, ni siquiera lo toquen. Moisés, ve y dile al pueblo que si tratan de aproximarse para ver al Señor, serán consumidos” y ahora, por causa de la sangre del sacrificio han sido perdonados y cubiertos, ellos ven a Dios.

Ellos no ven su rostro en toda su gloria

Ahora, obviamente, Ellos no ven su rostro en toda su gloria. Lo que se describe aquí es que fue solo bajo sus pies, y aun eso es demasiado glorioso como para tener punto de comparación con qué describirlo: “Bajo sus pies había una especie de pavimento de zafiro, tan claro como el cielo mismo.” No pase esto por alto: él no extendió sus manos contra ellos. Ellos vieron a Dios.

Literalmente tuvieron un vistazo de su gloria. Eso es lo que dice literalmente. Ellos vieron la gloria de Dios y entonces comieron y bebieron. Comer en la misma mesa, figura del compañerismo y paz con Dios, comunión con Dios, ellos vieron su gloria y celebraron su presencia. Esto no es solo un cuadro solemne, esta es una celebración gozosa. Deidad y humanidad juntas en comunión unos otros sobre esta montaña cósmica. Esta es una escena de adoración increíble. Ellos ven la su gloria y celebran su presencia, todo por causa de la sangre del sacrificio que los perdonó y los cubrió.

Así que tenemos estas dos historias: Éxodo 12, esclavos liberados por la sangre de esos corderos sin defecto. Éxodo 24, un pacto confirmado por la sangre de un sacrificio. Y ahí es donde quiero que vean que estas dos figuras en la historia de la redención están apuntando supremamente a un cuadro mucho, mucho más grande que tiene implicaciones para todos y cada uno de nosotros en este salón. Esclavos liberados por sangre, pacto confirmado por sangre, señalándonos el día cuando Cristo derramará su sangre. Y ahí es donde quiero mostrarles el evangelio en esas figuras del Éxodo que nos señalan hacia Cristo.

La pregunta de la Biblia

Aquí está el asunto, aquí está lo que yo llamaría la pregunta de la Biblia. Desde Génesis 3 en adelante, la pregunta que la Biblia debe responder es la suprema pregunta en todo el universo: y la pregunta es esta: ¿Cómo puede un Dios justo ser amoroso con pecadores rebeldes que merecen su ira? Esa es la pregunta. ¿Cómo puede un Dios que es justo en todos sus caminos ser amoroso hacia pecadores rebeldes que merecen su ira?

¿Cómo puede Dios amar, ser amable y misericordioso con los pecadores si Él es justo? Ahora, esa no es una pregunta en la que pensamos muy a menudo. No es frecuente la forma en que vemos esto. No hay mucha gente hoy que estén perdiendo el sueño, preocupados por saber porque Dios es tan bondadoso con los pecadores. En lugar de ello, revertimos el asunto y apuntamos con el dedo hacia Dios, y decimos cosas cuando leemos pasajes como Éxodo 12. O vemos los efectos del pecado alrededor nuestro. O pensamos en la realidad del infierno. Apuntamos con el dedo a Dios y decimos “¿Cómo puedes ser tan arbitrario hacia los pecadores? ¿Cómo puedes mostrar tal juicio, ira y castigo hacia los pecadores?

Merecemos amor y tú nos estás mostrando ira ¿Cómo puede ser? ¿Cómo puedes ser Dios y mostrar ira? Pensamos así porque lo hacemos desde una mentalidad y una perspectiva centrada en el hombre. Y la Biblia mira las cosas desde una perspectiva bien centrada en Dios. Y la pregunta en la Biblia es entonces, ¿Cómo puede Dios ser santo y supremamente digno de toda adoración y supremamente justo? Y para aquellos que se rebelan contra Él, ¿Cómo puede Dios ser justo y amarlos, perdonarlos y mostrar misericordia hacia ellos al mismo tiempo? Sienta la tensión aquí. ¿Cómo puede Dios expresar su santidad, la esencia completa de su infinita santidad sin consumirnos en nuestros pecados? ¿Cómo puede usted pararse ante un Dios santo?

Isaías 6, su respuesta inmediata a la santidad de Dios fue ¿Qué? “¡Ay de mi!” “¡Ay de mi! No hay forma en la que puede estar en presencia de un Dios santo”. En la misma forma, ¿Cómo puede Dios expresar su amor hacia nosotros sin condenarnos en nuestro pecado? ¿Cómo puede Dios expresar la dimensión completa de sus atributos hacia nosotros en nuestro pecado?

Piénselo de esta forma, 2 Samuel 12:13, recuerde al Rey David, culpable de adulterio, mentira y asesinato. Y Natán, el profeta, viene a confrontar a David. “Tú eres culpable de adulterar, de mentir y de matar” y David dice: “He pecado contra el Señor”. Natán dice: “El Señor te ha perdonado” y eso es todo. Ahora ¿Cómo es eso posible? ¿Es eso justo? Ponga a un juez en la sala de la corte en nuestro día. Ponga un adultero asesino ante él y el juez justo dice: “Bueno, yo lo perdono” ¿Es eso un juicio justo? Ahora, tendríamos a ese juez fuera de la banca en un palpitar ¿Verdad que si? ¿Dónde está la justicia en esto? Esa no es justicia real y correcta. Ahí es donde nos damos cuenta que el perdón de Dios por los pecadores es una amenaza a su mismo carácter.

John Stott dijo: “El perdón de Dios hacia los pecadores es el más profundo de los problemas”. Tenemos que ver esto. Tenemos que sentir esta tensión. No pensamos de esta forma, ¿Cómo puede Dios ser completamente santo, completamente justo y aun perdonarnos cuando nos rebelamos contra él? Para ponerlo de otra forma, ustedes tienen esto en sus notas, ¿Cómo puede Dios satisfacer su carácter y salvar nuestras almas al mismo tiempo? Esa es la pregunta que el evangelio debe resolver.

Déjeme darle otra ilustración. Vayamos a Proverbios 17:15. Leámoslo juntos y quiero que piense en esto. Leeremos juntos en voz alta. Proverbios 17: 15 “Absolver al culpable y condenar al inocente son dos cosas que el Señor aborrece.” ¿Captaron ustedes lo que acabamos de leer? “Absolver al culpable y condenar al inocente son dos cosas que el Señor aborrece.” Justificar al culpable es una abominación al Señor. Ahora ¿En qué consiste la salvación? ¿No se trata la salvación, de Dios diciendo a aquellos que son culpables “ustedes son justificados”, diciendo a aquellos que son culpables “Ustedes son inocentes” y proverbios 17:15 deja claro que es una abominación hacia el carácter mismo de Dios?

¿Cómo puede Dios justificar al malo y aun ser santo y bueno y justo?

Así que ¿cómo puede Dios justificar al malo y aun ser santo y bueno y justo? Y esta es la belleza del evangelio. ¿Cómo puede Dios satisfacer su carácter y salvar nuestras almas al mismo tiempo? Satisfacción—vamos a desenvolver esto. Satisfacción a través de la sustitución, trae salvación.

Quiero que sigan conmigo realmente de cerca aquí. Quiero que capten esto, que nos empapemos de ello: Satisfacción divina en la cruz, la totalidad del carácter de Dios es expresado. Mire a la cruz y vea la justicia de Dios. ¿Juzga Él el pecado? Por supuesto que sí. Vea eso en la cruz. Y al mismo tiempo ¿Ama Él a los pecadores? Sí, ¿Es Él misericordioso hacia el malvado? Sí, porque al mismo tiempo que Él está derramando ira, Él está sustituyéndose a sí mismo, sustitución divina. Jesús, Dios en la carne es el que lleva la ira, paga el precio, derrama su sangre y la salvación mediante el hijo de Dios es lograda. Él nos muestra su justicia, santidad, amor, y misericordiosa, colocandose a sí mismo en nuestro lugar.

Corintios 5:21: “Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios.” Satisfacción divina, sustitución divina que lleva a salvación divina. Imagine esto: El hombre poniéndose a sí mismo en lugar de Dios, ¿No es esa la esencia del pecado? Corazón pecaminoso. ¿No está diciendo, “Yo soy Dios”, “estoy en control”?

Es el orgullo en nuestros corazones que dice: “yo hago lo que quiero hacer. Rechazo toda autoridad sobre mí. Yo dirijo mi vida” Es Faraón ¿Verdad? Es Faraón afirmándose a sí mismo como Dios. Es el que tiene la última palabra, endureciendo su corazón hacia Dios. No se pierda el punto, somos faraones, véase a usted mismo hermano y hermana, damas y caballeros, poniéndose en lugar de Dios. Y lo glorioso, la bella realidad de la Escritura, la esencia de la salvación es que cuando nos ponemos en lugar de Dios, Dios nos salva por ponerse él en el lugar del hombre, y él se coloca a sí mismo en nuestro lugar bajo el precio de nuestro pecado. Y de eso es que se trata la sangre de Cristo. La sangre del cordero de Dios satisface la ira de Dios y salva a los hijos de Dios. Sí, ese es el evangelio.

Dios coloca a su hijo, completamente hombre, completamente Dios, sobre la cruz derrama su sangre, satisface su ira y salva nuestras almas. Esto es lo que sucede a causa de la sangre de Cristo. Y ese es el porqué a todo lo largo del Nuevo Testamento leemos palabras como “Somos justificados por su sangre”. Somos redimidos, Efesios 1, 1 Timoteo 1, 1 Pedro 1. Somos redimidos por su sangre. 1 Juan 1:7 tenemos perdón por medio de su sangre. Romanos 3:25, Dios presentó a Jesús como un sacrificio de expiación a través de la fe en su sangre. Se trata de la sangre de Jesús, y por gracia este sacrificio es aceptable a Dios. No hay nadie más en toda la historia que sea perfecto, sin pecado, puro, y sin defecto que pueda pagar el precio de nuestros pecados.

Nadie más que pueda tomar toda la ira del Padre sobre sí mismo, nadie más. Por gracia, su sacrificio es el único aceptable a Dios. Es un mejor sacrificio, dice Hebreos, que cualquiera de los sacrificios del antiguo pacto puestos juntos. Y un mejor mediador que Moisés, y mejor cordero que todos los corderos que fueron ofrecidos año tras año, y año tras año. Él, solo Él es capaz de pagar el precio total de nuestro pecado. Por gracia, su sacrificio es aceptable a Dios. Por la fe, este se aplica a nosotros. Es el mismo cuadro que vemos en Éxodo 12, estos hombres y mujeres en la esclavitud en aquella noche de la pascua estuvieron a salvo por una sola cosa: ellos sabían que estaban a salvo porque había sangre sobre sus casas.

Confía en la Sangre de Cristo sobre su vida

De manera que sepa esto, para cada hombre y mujer en esta sala, no importa cuán oscuro sea su pasado pecaminoso, no importa cuán culpable sea en su conciencia, no importa cuán sucio sea su pasado, cuando usted confía en la Sangre de Cristo sobre su vida, usted es salvo en la presencia de Dios y usted es libre del poder del pecado. No porque usted sea mejor o haya hecho más o porque sea religioso, solo por medio de la fe, solo a través de confiar en su sangre, eso es todo. Esa fue la diferencia decisiva aquella noche de la pascua, y esa es la diferencia decisiva en todas y cada una de nuestras vidas, cuando un día usted y yo estaremos de pie ante un Dios santo para rendir cuentas de nuestras vidas. La última pregunta sobre ese día es ¿Confió usted en su sangre? ¿Está usted confiando justo ahora en su sangre? Oh cristiano, no se pierda esto, ¿Dejamos esta gloriosa verdad atrás y comenzamos a vivir nuestras vidas cristianas como si nuestra aceptación ante Dios estuviera basada en lo que estamos haciendo, en cómo estamos orando, en cuanto leemos la Palabra, en que estamos haciendo aquí, y allá, y por allá?

Sí, la obediencia fluye en una relación con Cristo. Pero no pase por alto esto: su aceptación ante Dios en este momento todavía está completamente fundamentada en la sangre de Cristo sobre su vida. Y cuando sea que el adversario venga a su vida con condenación, usted confía plenamente en el hecho de que usted está bajo la sangre de Cristo, y usted es libre de condenación. Y usted tiene acceso a Dios, el cual es bello, nosotros ahora contemplamos su gloria. ¡Hemos sido perdonados por la sangre del sacrificio, cubiertos con la sangre del sacrificio, y ahora contemplamos a Dios! Tenemos acceso a Dios. Lo vemos y lo conocemos. Lo que los santos del Antiguo pacto deseaban, lo experimentamos nosotros en una forma grandiosa y gloriosa. Vemos y contemplamos la gloria de Dios y celebramos en su presencia. Tenemos paz con él.

Quiero mostrarles otro verso. ¿Recuerda cuando Moisés dijo en Éxodo 24, “Ésta es la sangre del pacto que, con base en estas palabras, el Señor ha hecho con ustedes.” Y esto concluyó con una comida de compañerismo?. Bueno, Jesús, justo antes de prepararse para ir a la cruz, usó las mismas palabras excepto que cambió una palabra esencial. En Mateo 26, Él no dice “ Esta es la sangre del pacto”, él dice: “Esta es (que) Mi sangre del pacto” Moisés se refería a la sangre de otro, el sacrificio de otro. Jesús viene a sus discípulos y les dice: “Voy a la cruz, donde voy a dar mi sangre, y su relación con Dios va a ser sellada por lo que yo hago.”

FIN.

David Platt

David Platt sirve como pastor en el área metropolitana de Washington, D.C. Es el fundador de Radical.

David recibió su doctorado del Seminario Teológico Bautista de New Orleans y es el autor de Don’t Hold Back [No te quedes donde estás], Radical, Sígueme, Contracultura, Algo tiene que cambiar, Before You Vote [Antes de votar], así como los varios volúmenes de la serie Christ-Centered Exposition Commentary [Comentario Expositivo centrado en Cristo]. 

Vive junto con su esposa e hijos en el área metropolitana de Washington, D.C.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TOWARDS REACHING THE UNREACHED.

That means that the people with the most urgent spiritual and physical needs are receiving the least support. You can help change that!