¿En qué se diferencia Jesús del mundo que nos rodea? ¿Por qué es tan importante? En este mensaje sobre Juan 8, el pastor Jonathan Bean nos enseña que Jesucristo es la luz en medio de un mundo oscuro. Jesús trae esperanza y alegría a todos los que se encuentran con Él.
- La Luz que viene
- La Luz ha llegado
- La Luz brilla
¿Alguna vez ha estado en la oscuridad? Es decir, en absoluta ausencia de luz. ¿Alguna vez ha estado donde no existe ni siquiera un centello de luz? Recuerden cómo se siente eso: la ausencia de luz, total y completa oscuridad
Estaba de viaje a través del norte de Guatemala tratando de conseguir a un sitio Maya antiguo, donde los arqueólogos estaban trabajando. Mientras llegábamos al lugar tarde en la noche, era como una escena de “Parque Jurásico”: estas grandes, enormes tiendas y científicos corriendo, desempolvando cosas y mirando fragmentos de hueso y piezas de cerámica. Empezamos a ver todas estas diferentes cosas mientras se presentaban. Nos emocionamos de aprender y ver más, así que quisimos entrar en la selva y ver los sitios de excavación. Uno de los arqueólogos dijo “Está bien, tomen ese camino y diríjanse en esa dirección”
Así que nos adentramos en la jungla, mi mejor amigo y yo. Empezamos a correr a través de la jungla y encontramos esta enorme piedra gravada con inscripciones Mayas. Y avanzamos más en la jungla y vimos este sitio arqueológico donde ellos realmente estaban trabajando y sacando cosas de la tierra para estudiarlas. Más allá vimos una colina, un montículo que una vez parecía una pirámide que había sido tomada por la jungla. Así que nos apresuramos a la jungla para escalarlo y divisar todo desde allá arriba. Escalamos hasta la cima y luego bajamos a otro lugar de excavación y continuamos, yendo cada vez más profundo en la jungla.
Luego nos dimos cuenta de que se pone oscuro bastante rápido, y nos dimos cuenta que traíamos ninguna luz. Estábamos ahora bien lejos del campamento, así que tornamos y empezamos a apresurarnos de vuelta al campamento, esperando llegar cuando aún quedara algún centello de luz para poder divisar nuestro camino. En un par de minutos, sin embargo, no solo que ni siquiera la luz de la luna o las estrellas podían ser vistas a través del pabellón de la jungla que estaba sobre nosotros. Estaba completamente negro. Ni siquiera podía ver mi mano en frente de mi cara. Estábamos perdidos en la jungla y en la oscuridad.
Así que comenzamos a trabajar juntos. Mi amigo subiría en una dirección, y miraría para tratar de ver si podía identificar la luz del campamento. Todo el tiempo le llamaba para que en caso de que no viera nada entonces pudiera hacer su ruta de vuelta a donde estábamos. Todo lo que vimos fue oscuridad.
¡Veo una luz!
Finalmente, escucho mientras el sale, “¡Veo una luz! ¡Veo una luz!” mis ojos se volvieron grandes y comencé a correr hacia donde él estaba gritando, “¡Veo una luz! ¡Veo una luz!” y entonces, ambos nos volcamos hacia el centello de luz que vimos en la distancia; y mientras nos acercamos esa luz se tornó más grande y más brillante, más grande y más brillante. Casi caímos en el campamento mientras veníamos bulliciosos devuelta al campamento, de la oscuridad a la luz del campamento. Fue cuando nos dimos cuenta que ni siquiera se habían dado cuenta de que no estábamos. Ellos estaban sentados disfrutando la luz en el campamento, y no habían traído la luz a nosotros y rescatarnos de la oscuridad y traernos a la luz.
Ahora, cada uno de nosotros, usted y yo, ya sea que nos demos cuenta o no, somos participantes en una gran lucha, una lucha cósmica entre la luz y la oscuridad. Billones de personas son dejadas en la jungla en la oscuridad sin luz. Este es el conflicto final, y ha estado pasando desde el principio de todos los tiempos. Es una batalla, entre la luz y la oscuridad, una batalla entre el único Dios verdadero, y el príncipe de este mundo. No sé si nos damos cuenta de esto. Si no nos damos cuenta de la magnitud de esto.
Nos metemos en la oscuridad y jugamos con el pecado. Estamos contentos de estar sentados en el campamento en la iglesia mientras otros mueren y se van al infierno en la oscuridad. ¿Nos damos cuenta de que nosotros, usted y yo, somos parte de esta lucha cósmica entre la luz y la oscuridad? Esto es lo que el evangelio de Juan nos dice todo acerca de: esta lucha entre la luz y la oscuridad. Evangelio de Mateo inicia con la genealogía de Jesús. El Evangelio de Marcos y Lucas con Juan el Bautista, Juan lo soporta aún más. Juan inicia en el principio: antes que el tiempo existiera, existía Dios.
Veamos en los versículos iniciales de Juan juntos, Juan 1:1-5. Por favor vayan conmigo en sus Biblias. Juan 1:1-5 “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.”
La luz y la oscuridad
Desde el principio de todos los tiempos, ha habido un conflicto entre la luz y la oscuridad. En Génesis 1 vemos que el primer acto creativo de Dios fue crear la luz. Él Verbo habló y hubo luz. Pero luego de eso, vemos el conflicto. La oscuridad buscando vencer a la luz. En Génesis capítulo 3, vemos a Adán escogiendo dar la espalda a la luz e irse en sus propios caminos, sus propios planes, en su propia jornada en la oscuridad.
Nuestro mundo está en oscuridad y bajo juicio de Dios. Como resultado del pecado entrando en el mundo, Dios ha separado del hombre y puso juicio sobre toda la creación. Nuestro mundo está en oscuridad y bajo el juicio de Dios. Pudiéramos pensar es inherentemente bueno. Podemos pensar que el mundo es inherentemente neutral. Sin embargo, la Biblia enseña, de principio a fin, que el mundo fue creado bueno, pero, desde la caída, nuestro mundo está en tinieblas, inherentemente malo.
Los reyes y los profetas
El mundo está doblado hacia su propia destrucción, buscando vencer la luz. Esto ha sido cierto desde el inicio de la humanidad. Esto es evidente a través de la historia de las Escrituras que hemos estado estudiando como familia de fe este año 2010. Hemos visto esto una y otra vez a través de las páginas de la Escritura hemos caminado a través de la historia de redención. Esta es la forma en que fue durante los días de Noé. Esta es la forma en que fue en los días de la Torre de Babel y en los días de Abraham, Moisés y David. Estas es la forma que fue en los tiempos de los jueces, los reyes y los profetas.
Usted nota, que durante la historia de la humanidad ha buscado crear sistemas y estructuras y toda la sociedad basada en un centro falso, basa sobre el hombre como el centro del universo en vez de Dios como el centro. La oscuridad busca alterar nuestro entendimiento y ponernos a nosotros mismos en el centro, como si estamos en control de nuestros destinos. Y la religión es el mayor intento del hombre para entender y controlar su propio mundo.
Un amorío con la oscuridad
Juan 3:19-20 dice “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.” No solo es en nuestro mundo en oscuridad y bajo el juicio de Dios, sino cada uno de nosotros, usted y yo, hemos cometido maldad y hemos escogido la oscuridad sobre la luz. Estamos condenados por un amorío rebelde con la oscuridad, condenamos por nuestro amorío rebelde con la oscuridad. Incredulidad es un amorío con la oscuridad.
No somos personas inocentes viviendo en este mundo oscuro. Somos personas culpables condenadas a la muerte por nuestra rebelión y nuestro odio a la luz. Usted ve, en la oscuridad usted y yo pensamos que podemos ser reyes, podemos preparar el mundo a nuestro alrededor. Pero si nos acercamos a la luz tenemos que reconocer que solo existe un único legítimo rey del universo y gobernador sobre todas las cosas, y ese es Dios. No podemos vencer nuestro amor de la oscuridad por nuestra propia cuenta, pero, que bueno, que la historia no termina ahí.
La verdadera Luz de todas las naciones
Dos de mis palabras favoritas en toda la Escritura: pero Dios, pero Dios. Lo ve, pero Dios decidió, pero Dios decidió revelar la luz que vendría a través del pueblo de Israel, la luz que vendría a través del pueblo de Israel. Esto es lo que hemos estado estudiando a través del Viejo Testamento, la historia de cómo Dios escoge revelarse a Sí mismo a la humanidad. Empezando con Abraham, Él escogió un hombre y llamó a un hombre para crear un pueblo, para que a través de ese pueblo todos los pueblos de la tierra puedan ser bendecidos y puedan reconocerlo a Él por lo que Él es: la verdadera Luz de todas las naciones.
Esto es lo que vemos claramente en Génesis 12: 1-3. Esto es lo que vemos a través del Viejo Testamento. El pueblo de Dios experimentando vistazos de la luz que vendría. Dios continuó revelándose a Sí mismo, después de Abraham, a Su pueblo. Dios reveló Su nombre a Moisés en el desierto luego de haber salido de Egipto.
En Éxodo 3:14 Dios dice a Moisés, “YO SOY EL QUE SOY” y Él dijo, “dile al pueblo de Israel: YO SOY me envió” Dios demostró Su poder sobre las pequeñas “d” de dioses, de los dioses de Faraón, y liberó a Su pueblo fuera de Egipto. Y mientras Moisés los guió al desierto, fuera de Egipto, Dios los guiaba con una columna de nube durante el día y una columna de fuego en la noche, representando la presencia de Dios con Su pueblo.
La presencia de Dios
La presencia de Dios, representada es representada en toda la Escritura con luz, vino a habitar entre Su pueblo en el Tabernáculo y luego en el templo. Vemos que la salvación para el pueblo de Dios ha sido siempre envuelta en esta imagen de luz. Salmos 27:1 dice: “Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” vemos destellos de la luz que vendría a través del Viejo Testamento, y vemos al pueblo de Dios anticipando el día cuando esa luz estaría presente entre ellos, cuando esa luz vendría.
Cada año el pueblo de Israel celebraba la Fiesta de los Tabernáculos. Esta fiesta estaba llena de expectación y vivido simbolismo sobre el día cuando el Mesías vendría y estaría con Su pueblo. Un rabino judío nos dice que en esa noche durante esta fiesta, en el Tribunal de las Mujeres tenían estas enormes calderas llenas con aceite que encenderían, y que iluminaría todo el Monte del Templo y todas las casas de alrededor durante esta festividad, brillantemente representando la promesa en Zacarías 14:7, que un día el cual la luz nunca desistiría.
Isaías 9 habla sobre el día cuando el Mesías vendría, cuando dice: “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.” Lo nota, el pueblo de Israel vivía en expectación de la promesa del Mesías, aquel que vendría a salvar a Su pueblo y traerlos de la oscuridad a la luz. Existe una batalla cósmica librándose en todo entre la luz y la muerte, entre Dios y el príncipe de este mundo. Este mundo está en oscuridad y en su juicio. Usted y yo estamos condenados por nuestra propia pecaminosidad. Mas Dios decidió revelarse a Sí mismo al pueblo de Israel para anticiparel día cuando la luz vendría al mundo.
Juan 1:6-14 mire conmigo ahí:
“Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”
Dios envió la luz al mundo, a nuestro mundo en oscuridad. El escritor del Evangelio de Juan es un testigo de la luz verdadera, la presencia de Dios en la historia humana. Juan cuenta la historia de un hombre que ocupa tiempo y espacio sin embargo, el sujeto de la historia es alguien que está más allá de todo el tiempo y espacio, el autor mismo de la creación, de la cual Él se ha hecho parte.
El primogénito de toda creación
La carta a los Colosenses dice, “El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten”. Desde la caída el mundo ha estado bajo juicio, pero la venida de la luz trae salvación para todas las naciones, trae salvación para ti y para mí. La única luz muestra todas las cosas, y expone todas las cosa por lo que realmente son. Porque todas las cosas fueron hechas a través del Verbo y Su luz cae sobre todas las cosas, las vemos como ellas realmente son.
Juan continúa diciéndonos que Jesús mismo dijo, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él crea no se pierda más tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” Dios envió la Luz al mundo para que habite entre nosotros. La Luz misma ha venido a la oscuridad para salvar al mundo. Para salvar al mundo.
Solo algunos capítulos después, mientras llegamos a Juan 8, y hasta empezando en Juan 6 es de lo que David predicó la semana pasada, lo que encontramos es a Jesús subiendo a Jerusalén durante la misma Fiesta de los Tabernáculos. Acabamos de hablar sobre esta festividad, de gran expectación en la imaginación de la Luz. Hablamos de las expectativas de la presencia de Dios que ellos tenían anticipadas y Él viniendo en luz. Durante esta fiesta, fue en el Tribunal de Mujeres que estas enormes lámparas eran encendidas e iluminaban la fiesta cada noche. Durante este periodo de expectación en el Tribunal de Mujeres con estas enormes lámparas como un fondo, es aquí en el templo donde la presencia de Dios habita con Su pueblo.
“Yo soy la luz del mundo”
Y es este lugar en este contexto que llegamos al verso y el pasaje que estamos tratando hoy: Juan 9:12-59. Y en el verso 12 Juan nos dice, “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” La luz ha venido. La tan anhelada y la tan esperada está presente entre Su pueblo. En medio de todo este espectáculo e imaginaria de expectación, Él se para ante el pueblo y dice, “Yo soy la luz”. El Iluminador mismo hablando al pueblo y hasta usando el nombre encontrado a través del Viejo Testamento para Dios: Yo Soy, Yo soy, “Yo soy la luz del mundo” Jesús es el cumplimiento de todo lo que fue hablado por los profetas y todo lo que fue prefigurado en el templo y en el tabernáculo a través de todo el Viejo Testamento.
Charles Spurgeon dijo: “El tabernáculo del viejo no estaba lleno de verdad, sino lleno de imagen, y sombra, y símbolo, e imagen; pero con Cristo está lleno de sustancia, Él no es la imagen, sino la realidad; Él no es la sombra, sino que es la sustancia. En esto, o creyente, regocíjate con gozo inefable porque vienes a Cristo en el real tabernáculo de Dios. Porque vienes a Él que es la plena gloria del Padre, y porque vienes a aquel que no tiene la representación de gracia que necesitabas, sino la gracia misma, no la sombra de la verdad que sería revelada, sino la misma verdad por la cual el alma es aceptada en la vista de Dios” este es nuestro salvador, presente entre las personas declarando que Él es la luz del mundo. Dios ya no es encuentra solo en el templo del tabernáculo, sino que toma residencia entre Su pueblo. La imagen del Viejo Testamento está completada en la persona de Jesucristo.
No sé de usted, pero cuando leo verso 12 espero que las personas salten en adoración. Espero que las personas en jubilación digan, “¡Él está aquí, Él está aquí, el Mesías prometido está aquí!” de eso era que estábamos cantando y anhelando y esperando en esta fiesta, pero en vez de eso encontramos la oscuridad buscando vencer la luz, buscando silenciar al testigo, y lo que encontramos es un dialogo con los líderes religiosos acerca de la autoridad de Jesús, sobre Su testimonio, y sobre Él hablando estas cosas. En vez de jubilación vemos esta crisis creada por la presencia de la luz en medio de la oscuridad. Esta es una crisis. La luz está brillando en la oscuridad y la oscuridad busca destruirla.
Y en los versos siguientes, desde el 13 hasta el 59, lo que vemos es una cuenta de este conflicto, esta interacción entre la luz y la oscuridad del mundo. Este conflicto justo a través de estos versos, hasta Juan 8:13-59 veamos cuidadosamente lo que está pasando en estos versos. Tomemos en primer lugar del 13 al 20. Vea conmigo aquí. Porque lo que vemos es la oscuridad repele la luz de vida. La oscuridad repudia la misma luz de la vida.
El juicio del mundo nos deja en oscuridad
En estos primeros versos vemos que el juicio del mundo nos deja en oscuridad. El mundo y toda la experiencia humana, hasta la experiencia religiosa, es un mundo de oscuridad, y entonces, la luz no puede ser validada basada en el mundo en donde gobierna la oscuridad. Jesús es la verdad, aquel enviado por el Padre en quien está la luz y la vida. El mundo no puede aplicar su evaluación y probar a Su testimonio. Siempre debemos venir a la luz y dar la espalda a la oscuridad. Agustín dijo: “fuimos nacidos ciegos de Adán, y necesitamos de Él que nos ilumina”
Continuando y viendo cuidadosamente en el 21 hasta el 30, vemos otro aspecto del mundo. La sabiduría del mundo nos guía a nuestra muerte. El juicio del mundo nos deja en oscuridad. La sabiduría del mundo nos guía a nuestra muerte. El mundo y toda la sabiduría humana está organizada sobre un centro falso. Está organizada en torno al hombre. Es una mirada mundial centrada en el hombre. Vemos que todo desde nuestra propia perspectiva y, por lo tanto, somos incapaces de comprender aquello lo cual no es de este mundo. El único camino para pasar del reino de la oscuridad al reino de la luz es creyendo en Jesús, el “Yo Soy”
En versos 31 hasta 47, vemos que la libertad del mundo asegura nuestra esclavitud. La libertad del mundo nos garantiza nuestra esclavitud. El mundo y toda la religión humana es una esclavitud a nuestra propia naturaleza humana. Buscamos librarnos a nosotros mismo de esta esclavitud, a través de la religión y de diferentes formas, trabajando de nuestra manera fuera de esta esclavitud, pero eso solo confirma más nuestra esclavitud al pecado. ¿Quién puede vivir de acuerdo con la ley? No usted o yo. Solo confirma nuestra pecaminosidad y nuestra necesidad por la luz.
Los líderes religiosos
Y entonces, en versos 48 hasta el 59 vemos la gloria del mundo terminar en nuestra deshonra. En un mundo que está estructurado para buscar la gloria propia, luchamos para comprender a un Salvador que busca glorificar al Padre. El clímax de este encuentro entre la luz y la oscuridad viene con el final con la declaración “Yo Soy”. Y la respuesta a los líderes religiosos, cuando ellos entendieron que Él está diciendo “Yo Soy Dios” están por tomar piedras y tratar automáticamente de infligir castigo de su ley por blasfemia: “muerte por lapidación”. Lo notan, hasta la religión en su forma más pura, bajo la luz de Cristo, expuesta por Cristo, está mostrando que no pertenezcamos a la luz sino a la oscuridad, porque es nuestra forma de alcanzar a Dios.
A través de estos versos en el capítulo 8, vemos el repudio de la luz por aquellos que afirman estar en la luz. Aquellos que afirman ser capaces de ver realmente eran ciegos y en oscuridad. ¿Cómo responde Jesús al rechazo? ¿Cómo responde a esto? La única respuesta de la luz es brillar. La única respuesta de la luz a la oscuridad es brillar. Vemos este patrón en la forma en que Jesús responde. Jesús persistentemente continúa brillando la luz de que Él es la luz del mundo.
Mire al “Yo Soy” declarando repetidamente, una y otra vez, a estos Fariseos, maestros de la ley, que conocen estos pasajes. “Yo soy la luz del mundo. Porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis. Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy. De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.” Usted ve, la luz es evidente por sí misma; da fe de su propia presencia; no necesita ser validada por otra fuente; es la fuente. Jesús es la fuente de toda la vida. Él mismo es el iluminador. Él es el poder y la luz Su ser. Todo lo que debe hacer es brillar, y en hacer eso Él disipa la oscuridad.
El Evangelio de Juan es brillar la luz de Cristo
El propósito de Juan para escribir todo el Evangelio de Juan es brillar la luz de Cristo a todos los pueblos. En Juan capítulo 20, verso 31 él dice, “Pero éstas” hablando acerca de todo el libro “se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.”
Una vez más en el capítulo 12, versos 35 al 36 encontramos a llamando a las personas a la luz. “Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va. Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.” La buena noticia es que no tenemos que permanecer en la oscuridad. Podemos seguir la luz de Cristo y ser hijos de la luz. Usted y yo no tenemos que permanecer en la oscuridad, sino que podemos pasar a ser hijos de la luz.
Pablo lo dice de esta forma, 2da Corintios 4:6, “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.” Esta es la buena noticia. La luz ha venido al mundo. Ya no tenemos que vivir en la oscuridad. Podemos cambiar de la oscuridad de nuestras vidas a la luz del día. Viniendo a la fe en Jesús que no es un salto a ciegas en la oscuridad, es un gozoso salto en la luz de Cristo mismo.
Creer en la luz
Si usted no es un seguidor de Cristo, si nunca ha cambiado de sus pecados y confiado en Cristo, le llamo hoy para que cambie de su oscuridad y sus pecados. Confíe en la luz. El mismo Jesús que dijo “Yo soy la luz del mundo, cualquiera que me sigue no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida” Él es el mismo que dio Su vida en la cruz como pago por tus pecados y mis pecados. Estamos bajo juicio y condenación, pero Dios ha creado una manera para seas restaurado para el Padre. Volver de la oscuridad y confiar en Cristo. Creer en la luz y ser un hijo de la luz hoy.
Justo como mi amigo, cuando estábamos en la jungla sin luz en oscuridad, me llamó y dijo, “¡Veo la luz, veo la luz!” usted está rodeado por personas aquí en esta sala que han visto la luz. He visto la luz. Otros han visto la luz. Amigo, hemos visto la luz. Venga con nosotros a Jesús. Él es Jesús, es el único que es la Palabra de Dios, que es Dios, y que estaba con Dios antes que el tiempo empezara.
Seguidor de Cristo, este Jesús es aquel que estamos declarando a otros. El propósito de nuestra salvación es cargar la luz de Cristo. Hijos de la luz dispersen la oscuridad. Hijos de la luz dispersen la oscuridad. Usted y yo dispersamos la oscuridad. El negocio de la luz es desaparecer la oscuridad; eso es lo que hace la luz. Y nosotros también, que cargamos la luz de Cristo, cargamos el testimonio de la luz, y en esa manera nosotros también nos convertimos en la luz del mundo. Proclame la luz. Brille la luz de Cristo a todas las naciones.
1ra Pedro 2:9 dice, “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;” seguidor de Cristo, cuenta a otros sobre esta luz admirable. No necesita un Ph.D. en evangelismo. Todo lo que tiene que hacer, creyente, es contar la historia de Dios y cuente la historia acerca de cómo Dios te ha tomado fuera de la oscuridad a la luz. Él ha mostrado en tu vida la luz del mundo; brilla en aquellos que te rodean.
Cuente la historia de Dios
Hasta en el centro de Asia, donde trabajamos por varios años entre musulmanes radicales que se enfrentarían al yihad por el bien de matar creyentes, aún entre ellos he encontrado que podemos hablar poderosamente acerca de cómo Dios nos ha traído fuera de las tinieblas a la luz. Nadie puede decirte lo que Dios ha hecho en tu vida no es cierto. La historia de la gracia de Dios trabajando en tu vida puede ser un poderoso centello para otros a la luz de Cristo. Cuente su historia. Cuente la historia de Dios. Cuente lo que Él ha hecho.
Cuando Jesús vive en nosotros tenemos luz y nos convertimos en luz al mundo. Jesús continúa siendo la fuente de toda luz. Nosotros simplemente reflejamos Su luz. Este es el plan del Padre para nuestras vidas. Este es el propósito y la razón por nuestra salvación. Mateo 5: 14-16 ellos dice: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
Personas que no han visto la luz
La personas en oscuridad, personas que no han visto la luz, no son solo masas imaginarias de sin nombres, sin rostros en un lugar a miles de kilómetros. Pero ellos son personas entre las cuales usted vive y trabaja y juega cada día. Todos conocemos personas que están viviendo en oscuridad espiritual. Ellos necesitan la luz de Jesús. No escondan la luz, seguidor de Cristo. Teja los elementos del Evangelio en sus conversaciones diarias. Redima cada momento de la vida por el bien del Evangelio. Hable sobre lo que Dios ha hecho en su vida.
Hijos de la luz disipen la oscuridad, pero hijos de la luz también brillen Su luz a todas las naciones. Este ha sido el plan de Dios desde el principio. Justo empezando con Abraham, el plan era que Su pueblo sería una bendición a todas los pueblos. Esto es reforzado en Isaías 49:6; donde dice: “Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.” Estamos para ser luz a todas las naciones. Dar testimonio de la luz de Dios a todas las naciones. Este es el propósito y plan de Dios por su salvación. Estamos para guiar a todas las naciones, todos los pueblos, de manera que ellos puedan ver la luz de Cristo.
Jesús dijo a Pablo, como registró en Hechos capítulo 26, verso 18, que Él lo envió a él a las naciones. Él dijo, “para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.” Cada uno de nosotros debemos ordenar nuestras vidas al orando, dando y yendo, a brillar Su luz a todas las naciones. Aún en el mundo de hoy existen todavía sobre 6,000 pueblos no alcanzados, grupos viviendo en oscuridad, con poco o ningún acceso a la luz de Cristo.
Haga que su vida cuente de acuerdo al plan de Dios; y el plan de Dios es que le glorificaríamos a Él al hacer discípulos de todas las naciones, todos los pueblos. Cargar la luz. Cargar la luz, ahora, cargar la luz no es una acción por la cual ponemos delante nuestro poder o nuestra sabiduría para conquistar la oscuridad. En vez de eso, es una acción de hacer brillar la luz de Su poder, por Su Espíritu a todas las naciones, todos los pueblos. Es lo que Él está haciendo. Es Su misión. No es nuestra obra, es la obra de Dios. Todo lo que tenemos que hacer es permitirle brillar Su luz a través de nosotros, y esta es una misión digna de nuestra vida; digna de todo lo de nuestra vida.
La luz y la gloria de Cristo
Ahora, es digna de nuestras vidas para salir en la oscuridad de este mundo por una razón, y esa razón es que un día, un día la luz del Cordero iluminará a Su pueblo en Su presencia por toda la eternidad. Usted ve, toda la eternidad estaremos disfrutando en la luz y la gloria del Padre. Ahora por un corto tiempo, usted y yo estamos rodeados de oscuridad, pero un día no muy lejano. Un día disfrutaremos en la luz y la gloria de Cristo.
Apocalipsis 21:22:26 nos habla acerca de esto. Dice: “Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.”
Por lo tanto, salga al mundo. Salga a la oscuridad y brille su luz, porque un día estaremos reunidos alrededor del la única verdadera luz por toda la eternidad, y le adoraremos por toda la eternidad en la luz de Su gloria, en Su honor, en Su presencia. Eso es lo que haremos durante toda la eternidad. Jesús es la luz del mundo y Él brilla Su luz en nuestras vidas; y estamos para brillar esa luz en medio de la oscuridad. Él es la luz de la vida. Él ha venido al mundo, y la oscuridad no lo ha vencido.