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Capítulo 25: Santidad firme y amor constante

En lugar de preguntarnos qué piensan los demás de nosotros, deberíamos preguntarnos ¿qué piensa Dios de nosotros? En este mensaje sobre Amós y Oseas, el pastor Bart Box nos enseña sobre el amor santo y perfecto e inmutable de Dios por nosotros. Dios exige justicia de su pueblo y trae justicia a su pueblo.

  1. Santidad inquebrantable en Amós
  2. Amor incansable en Oseas

Bueno, buenos días. Si pueden, tomen sus Biblias y vayan conmigo al Libro de Amós. El Libro de Amós, si no sabe dónde está, está bien. La mayoría de las personas no lo sabe. Vaya a Ezequiel, Isaías… ese tipo de libros, profetas mayores, y diríjase hacia la derecha, y se encontrará con Daniel, luego Oseas, después Joel y finalmente Amós. Así que vamos a ver esta mañana una especie de continuación de lo que David empezó la semana pasada, vamos a ver a dos de los llamados profetas menores.

Por cierto, son llamados profetas menores no porque haya unas ligas mayores de profetas con Isaías, Jeremías y Daniel, con hombres de ligas menores como Amos, Joel y Jonás, sino que tiene más bien que ver con la cantidad más que nada, pero ellos fueron llamados profetas menores. A veces son llamados el libro de los doce. Hay doce de ellos, así que esta mañana vamos a ver dos de ellos, Amós y Oseas.

Los profetas menores

Si nunca ha leído a través de los profetas menores, se dará cuenta que no es la lectura más fácil en la Biblia, y entonces Martín Lutero una vez dijo esto acerca de los profetas menores. Él dijo, “Ellos tienen una forma extraña de hablar, como personas que, en vez de proceder de forma ordenada, pasan de una cosa a la otra de manera que no puedas hacer cabezas o colas de ellos o ver a donde te llevan” y pensé, “Bueno, eso es una nota alentadora”.

Es decir, ustedes saben, solo tienes un manantial, la fuente, la Reforma. Él no podía darle cabeza o cola, de manera que no solo vamos a hacer una. Vamos a hacer dos de ellas esta mañana. Entonces, vamos a ver a Amós y a Oseas. Quiero que empecemos con una pregunta esta mañana. Es una pregunta que usualmente hacemos, y es simplemente esta, ¿Qué piensan los demás de nosotros?, ¿Qué piensan los demás de nosotros?

Leí a una persona que dijo esto de esa pregunta, “no es algo importante hasta que pienso en ello. ¿Por qué me ducho todos los días? ¿Por qué me lavo los dientes? ¿Por qué compramos las mejores ropas que nos podemos comprar? ¿Por qué compramos el mejor carro que puedes pagar o vives en el mejor vecindario que pues pagar para vivir? ¿Por qué hablas de una forma en la casa y de otra en público? Es como si no hubiéramos crecido en los años de adolescencia en la presión grupal”

Ahora, diría… por cierto, existe una buena presión grupal. Cepillar tus dientes, esa es una buena presión grupal, ¿verdad? Es decir, tomar una ducha, eso es bueno. Esa es una presión grupal positiva, presión social, pero sin embargo, dijo, “Constantemente estamos preocupados sobre lo que otros, lo que otras personas están pensando de nosotros. Encontramos nuestras vidas gobernadas por lo que imaginamos que ellos están pensando sobre nosotros” así que nos encontramos a nosotros mismos, dice, con una balsa de miedos, miedo a pensar en un fallo, miedo de cometer un error, miedo a ser inferiores a los demás, miedo a verse estúpido, o miedo a ser rechazado, todo es porque nos preocupamos sobre lo que otras personas creen o lo que otras personas piensan de nosotros.

¿Qué piensa Dios de nosotros?

Me gustaría someter a ustedes esta mañana que hay una infinitamente más importante pregunta que debemos hacer, no “¿Qué piensan los demás de nosotros?” lo que necesitamos preguntar simplemente es esto, “¿Qué piensa Dios de nosotros?” No lo que otros piensan, así que por eso, nuestras vidas, como dije, están entonces gobernadas por lo que otras personas piensan, así que estamos siempre respondiendo a lo que otros piensan o lo que creemos que ellos piensan de nosotros. En vez de, Por qué deberían nuestras vidas no sean gobernadas por esta simple pregunta. “¿Qué piensa Dios de nosotros?”.

Y esto es lo que los profetas menores y todos los profetas, realmente, nos sirven tan bien, porque escuchamos lo que Dios piensa de Su pueblo. Notarán cuando llegan a un profeta menor que existe una real diferencia. Si lee 1ra Samuel, 2da Samuel, 1ra y 2da Reyes y Crónicas, usted sabe que es tipo narrativo. Hay un narrador, y nos está dejando saber qué está pasando. Este rey hizo esto, y este rey hizo aquello, pero cuando llega a los profetas, una y otra vez lo que escucha es un discurso en primera persona, de manera que Dios mismo está hablando y diciendo, “No haré, odio esto, desprecio esto, amo esto” y entonces escuchas la voz de Dios hablando sobre Su pueblo. Escuchamos lo que Dios piensa de nosotros.

La gracia de Dios

Entonces, lo que quiero hacer esta mañana mientras miramos en las dos, es algo así como retador pensar, está bien, cómo vamos a ver dos en el espacio de tiempo que tenemos, pero mientras vemos a dos profetas, Amós y Oseas, esta mañana lo que quiero hacer por la gracia de Dios mientras miramos en Su Palabra es que quiero darles una visión de Dios mientras Él es retratado por Su Palabra.

Quiero mostrarles el Dios de Amós, que alto y exaltado, santo y recto, y justo que no va a tolerar el pecado en ninguna forma, que juzgará el pecado y toda su depravación, pintar para ustedes una imagen de Dios en Oseas, un Dios, sí, todavía inquebrantable en Su santidad pero también un Dios inexorable en Su amor, un Dios que es exaltado en lo alto, sobre todas las personas pero al mismo tiempo un Dios que busca a Su pueblo con Su amor. Y quiero tomar esas imágenes, para apuntarlas a Cristo, que es la impresión exacta de la gloria de Dios, que es el resplandor de la gloria de Dios, y entonces mostrarles cómo eso intersecta con nuestras vidas.

Está bien, entonces quiero darles dos visiones de Dios y mostrarles cómo eso intersecta con nuestras vidas. La primera la extraemos del Libro de Amós. Así que ahí lo tienen en el Libro de Amós. En primer lugar, necesitan entender el contexto mientras hablamos sobre la inquebrantable santidad de Dios en Amós. Necesitan un tipo de entendimiento del trasfondo.

Él es un pastor

Amós es un profeta, como estos otros, que es levantado, Él es un pastor, realmente. Él no tenía intencionado ser profeta, pero Dios lo llama de la ciudad de Técoa, y entonces Amós es levantado en el reino del norte. Si conoce algo de la historia de Israel, sabe que el reino de Salomón fue dividido, y tenemos el reino del norte que fue llamado frecuentemente Israel o Efraín, y entonces tenemos el reino del sur, que fue llamado reino del sur o Judá.

Entonces, Amós es un profeta del Reino del Norte, que era al principio, al menos, mucho más malvado que el reino del Sur. Así que Dios levanta a Amós para ser profeta a ese reino del norte, y vemos en el contexto de su ministerio que Amós profetizó durante un tiempo de gran injusticia social. Es un tiempo de gran injusticia social.

Bueno, ¿Parece eso como un día de Amós? Bueno una cosa, los pobres eran oprimidos. En este tiempo de injusticia social, vemos que el pobre era oprimido. Es interesante cuando lee a través de Amós y como que mira el trasfondo del libro. Encontramos que Amos profetiza no solo durante un tiempo de gran injusticia social, sino también un tiempo de gran prosperidad.

Israel había salido de un tiempo en el cual ellos habían sido continuamente atacados por los Asirios, del norte, así que en este momento en particular en la vida de Amós, los Asirios se habían retirado, y porque ellos se había retirado, ellos no están siempre peleado contra la invasión, y además, no están pagando impuestos. No están pagando tributo, así que permite no solo que la clase media florezca sino una a la clase rica, así que hay gran abundancia, gran prosperidad, muy parecido a nuestros propios días.

El Libro de Amós

Así que vemos una y otra vez en el Libro de Amós, que la cosa mayor que él ataca, el pecado mayor que él condena es simplemente este, la opresión del pobre, y lo vemos mencionado seis veces. Puede que quiera anotar alguna de estas referencias. Puede volver y mirarlas luego, pero Amós 2:7, lo vemos ahí, “Pisotean en el polvo de la tierra las cabezas de los desvalidos” Amos 5:11 “Por tanto, puesto que vejáis al pobre y recibís de él carga de trigo” Amós 5:12 “Porque yo sé de vuestras muchas rebeliones, y de vuestros grandes pecados; sé que afligís al justo” Amós 8:4 “Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos, y arruináis a los pobres de la tierra” Amós 8:6 “para comprar los pobres por dinero, y los necesitados por un par de zapatos” Ellos estaban compraban al pobre, vendiéndolos, pervirtiendo la justicia por un par de zapatos.

Es interesante. No es solo los hombres que están envueltos, lo cual es lo que típicamente sería en el caso de ese tipo de sociedad, sino que es la mujer también. Miren en Amós Capítulo 4, este es uno de esos, es uno de mis pasajes favoritos en Amós, porque la imagen es bastante rica. Y entonces Amós 4:1 “vimos que no solamente los hombres. Fueron las mujeres también, que estaban oprimiendo al pobre” y escuchen lo que dice Dios sobre ellas.

Él dijo, “Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís a los pobres y quebrantáis a los menesterosos, que decís a vuestros señores: Traed, y beberemos.” Basán fue una región conocida por animales saludables y también por terneros engordados, y por toros engordados. Realmente, no hay trucos para interpretar.

¿Saben ustedes lo que Dios quiere decir cuando dice que son vacas de Basán?

¿Saben ustedes lo que Dios quiere decir cuando dice que son vacas de Basán? Nunca es un cumplido llamar a una mujer vaca gorda. Simplemente no puede ser. Nunca lo ha sido, probablemente nunca lo será. Siempre es un insulto, pero eso es exactamente lo que ellas eran. Ellas se estaban engordando, literalmente y figurativamente. Ellas se estaban engordando mientras sus hermanos y hermanas en la comunidad de Israel, en la nación de Israel se estaban muriendo de hambre.

¿Saben ustedes qué me impactó cuando leí el libro de Amós, lo que me parece realmente aterrador para nosotros es que Amós no era sólo la profecía en un momento de gran injusticia social. Él estaba también profetizando durante un tiempo de gran actividad religiosa. No solamente era injusticia social lo que estaba pasando Amós. Había también gran actividad religiosa.

Miren conmigo, si gustan en Amós 5:21-23. Amós 5:21-23. Esto es realmente uno de los pasajes más profundos en todo Amós. Resalta exactamente lo que estaba pasando mientras ellos adoraban a Dios, y al mismo tiempo ellos estaban pisoteando las cabezas de los necesitados en el polvo. Escuchen lo que Dios dice en 5:21 Él dice: “Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me complaceré en vuestras asambleas. Y si me ofreciereis vuestros holocaustos y vuestras ofrendas, no los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales engordados. Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos.”

Vemos que ellos estaban cantando salmodias a Dios, cantando alabanzas a Dios, que ellos estaban orando, que ellos estaban ofreciendo su dinero. Ellos estaban ofreciendo sus posesiones. Ellos estaban reunidos en asamblea ante Dios. Ellos estaban guardando el sábado. Ellos estaban haciendo todas las cosas que la gente religiosa hace en sus días, en su tiempo, en su cultura hacía, y al mismo tiempo ellos estaban pervirtiendo la justicia y oprimiendo al pobre.

Dios en el verso 21

Quiero que noten lo que dice Dios en el verso 21. Él no dice, “Bueno, solo los voy a ignorar. Eso no es relevante. Hagan lo que quieran” No, las palabras son activas. Son intensas. Miren lo que Él dice en el verso 21. Él dice, “Aborrecí, abominé”. Subraye eso. “abominé vuestras solemnidades y no me complaceré en vuestras asambleas.” Todo lo que ellos hicieron, fue nada más que ruido para Dios, e incitó Su ira.

Entonces, esto nos dirige realmente a cómo Amós advierte al pueblo de Israel. Simplemente esto, Amós les advierte. Él dice que Dios demanda justicia para Su pueblo. A la luz de lo que ellos estaban haciendo, Amós entra en escena. Él dice que Dios demanda justicia para Su pueblo. Él lo dice una y otra vez en el Libro de Amós, pero existe un lugar donde este mensaje realmente resuena más claramente que cualquier otro lugar. De hecho, no hay duda que el verso más famoso en todo Amós, es 5:24. Amós 5:24, usted puede que quiera escribir eso en sus notas. Realmente, si quiere decir, “¿De qué se trata el libro de Amós?” esta es la línea que lo guía. Una vez más Él dice, “Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos. Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo.”

Para ponerlo de otra manera, Dios está diciendo, Él dice, “Amo la santidad, amo la rectitud. Amo la justicia. Esas son cosas que quiero del pueblo de Dios. No quiero su hipocresía.” No fue, escuchen, no era que el pueblo de Dios era ateo. Es que ellos eran hipócritas, y Dios dice, concerniente a ellos, concerniente a su actividad, más bien, Él dice, “Lo aborrecí, lo abominé, y traeré justicia”

Él demanda justicia

No solamente que Él demanda justicia, Él dice que traerá justicia a Su pueblo. Dios trae justicia a Su pueblo, y aquí es donde probablemente más que en cualquier otro lugar, realmente ve esas imágenes. Capten el sabor del poder detrás de las imágenes que Amós transmite con el juicio de Dios aquí en este libro.

En 1:2 dice: “Jehová rugirá desde Sión, y dará su voz desde Jerusalén, y los campos de los pastores se enlutarán, y se secará la cumbre del Carmelo.” Dice en el capítulo 3 que el Señor como león que caza su presa. En el capítulo 5, Él es como un oso, como un oso, un oso enojado. “como el que huye de delante del león, y se encuentra con el oso; o como si entrare en casa y apoyare su mano en la pared, y le muerde una culebra.”

Y luego llegamos a uno de los pasajes más claros del juicio en toda la Biblia y de la verdad de que el pecado no será excusado y que del juicio no se escapará, y se encuentra en Amós capítulo 9. Si gustan, vaya conmigo a Amós capítulo 9. El pecado no será excusado, y el juicio no escapará, y lo vemos otra vez durante todo el libro, pero lo vemos tan claro aquí en Amós capítulo 9. Es un pasaje aterrador, pero quiero leerlo junto.

Miren lo que Amós dice. Él dice “Vi al Señor que estaba sobre el altar, y dijo: Derriba el capitel, y estremézcanse las puertas, y hazlos pedazos sobre la cabeza de todos; y al postrero de ellos mataré a espada;” como si el terremoto no fuera suficiente. Él dice “Mataré a espada. No habrá de ellos quien huya, ni quien escape.” Y noten esto en sus Biblias, “No habrá quien huya, ni quien escape”

¿Cree usted que escaparemos del juicio de Dios?

¿Cree usted que escaparemos del juicio de Dios? Amós dice que nadie escapará. Verso 2 “Aunque cavasen hasta el Seol, de allá los tomará mi mano;” Verso 3, Verso 2 una vez más “y aunque subieren hasta el cielo, de allá los haré descender.” Verso 3, “Si se escondieren en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré; y aunque se escondieren de delante de mis ojos en lo profundo del mar, allí mandaré a la serpiente y los morderá”

Verso 4, “Y si fueren en cautiverio delante de sus enemigos, allí mandaré la espada, y los matará; y pondré sobre ellos mis ojos para mal, y no para bien. El Señor, Jehová de los ejércitos, es el que toca la tierra, y se derretirá, y llorarán todos los que en ella moran; y crecerá toda como un río, y mermará luego como el río de Egipto El edificó en el cielo sus cámaras, y ha establecido su expansión sobre la tierra; él llama las aguas del mar, y sobre la faz de la tierra las derrama; Jehová es su nombre.” Este es realmente el latir del corazón de Amós, realmente el clímax de toda la historia.

Es la visión de Dios que Amós nos deja, que Dios no es, para ponerlo en nuestros términos, Dios no es un padrino indulgente que solo mira en los pecados de sus ahijados, y se ríe diciendo: “OH… bueno, ustedes saben, los niños son niños” más bien, vemos a través del libro de Amós imagen tras imagen que Dios responde al pecado. Él es un león rugiente. Él es un oso enojado, un fuego consumidor. Él es un río que arrastra a Sus víctimas. Él es una voz que derrite las montañas.

Él es implacable en Su santidad

Él es, como vemos en nuestras notas, que Él es implacable en Su santidad. Que Él es inquebrantable en Su Santidad, que Dios es inaccesible al pecado, y es aquí que quiero que nosotros realmente tomemos en cuenta qué es lo que Amós te dice. Y mientras leemos esto, y podemos leer más, y decimos todas estas santas imágenes de Dios, que Dios quiere justicia. Él quiere rectitud. Él quiere que Su pueblo haga Su voluntad. Es aquí donde quiero que apliquemos y escuchemos el mensaje de Amós, pero es también aquí que quiero seamos extremadamente cuidadosos.

Usted dice, “¿qué quieres decir?” creo que cuando venimos a un libro como el de Amós con todas estas demandas, que si no somos cuidadosos, nuestro primer impulso es leerlo y hacerlo mejor, que podemos venir al libro de Amós, y podemos creer que el mensaje de Amós para nosotros es este, que a Israel no le importaba el pobre. Yo sí. Que a Israel no le importaba sobre la perversión de justicia. Yo sí. Que a Israel no le importó sobre la necesidad entre ellos, así que yo cuidaré de ellos.

Escúchenme hermanos y hermanas. Esas son cosas buenas. Nos deben importar los necesitados entre nosotros, los pobres entre nosotros. Debemos cuidar de la defensa de la justicia. Esas son cosas de las cuales debemos cuidar, pero esas no son las primeras cosas que nos llevaremos de Amós. Más que ver y más que leer y hacer, le sugeriría a usted que nuestro primer impulso sea leer y mirar mejor, no leer y hacer mejor, sino leer y mirar mejor.

Usted dice, “¿Qué quieres decir por ver mejor?” ver primero que nuestro pecado contra Dios es grave, ver que nuestro pecado en contra de nuestro Dios es grave. ¿Entiende usted que no es una cosa pequeña pecar contra Dios? usted sabe, hablamos sobre cosas como “mentiras blancas”. No existe tal cosa como la mentira blanca. Todo pecado contra Dios, todo pecado contra Dios, enciende Su ira.

Un pecado pequeño contra Dios

No existen tales cosas como un pecado pequeño contra Dios. Podemos mirar en este libro y decir, “Bueno, usted sabe, ellos no cuidaron del necesitado. Ellos no cuidaron del pobre. Ellos no cuidaron de la justicia. Bueno, por suerte, esa no es mi vida. Amo al pobre, y amo al necesitado, y amo la justicia”

Hermanos y hermanas, puede haber un punto ciego que ellos tenían que nosotros no, pero les aseguro que hay un punto ciego que tenemos que ellos no. Existen miles de formas en la cual continuamente, día tras día, están destituidos de la gloria de Dios. A pesar de nuestros mejores esfuerzos, siempre estaremos por nuestra cuenta, pecadores desde el tope de nuestras cabezas hasta la planta de nuestros pies.

Somos pecadores hasta la médula, lo cual entonces debe provocarnos a ver esto, a ver no solo que nuestro pecado contra Dios es grave, sino ver, entonces, a la luz de eso que nuestra necesidad de Cristo es grande, ver que no solo nuestro pecado contra Dios es grave. No es algo pequeño pecar contra Dios, pero entendiendo eso, y entonces ver que nuestra necesidad por Cristo es grande. Quiero que vean, quiero en mi propia vida ver mi pecado como Dios lo ve. Quiero aborrecer la hipocresía, y quiero verla. Y quiero que todos nosotros veamos nuestro pecado, y quiero que todos nosotros veamos las formas que caemos de la gloria de Dios, pero no quiero dejarlo ahí. En verdad, no quiero dejarlo ahí.

Ser un pecador

Escuchen lo que Lutero dice. Lutero dice, “Sea pecador” usted dice “¿Qué? Espere un minuto. ¿Qué? ¿Ser un pecador? ”Lutero dijo, “Sea un pecador, y deje que sus pecados sean fuertes” En otras palabra, piense profundamente sobre su pecado. Conozca el peso. Conozca la gravedad. Conozca el rechazo que Dios siente contra el pecado. Él dijo “Sea un pecador, y deje que sus pecados sea fuertes, pero deje que su confianza den Cristo sea más fuerte” Él dijo “Sea un pecador, y deje que sus pecados sean fuertes”. Considere su peso pleno, pero no pare ahí. Él dijo “pero deje que su confianza den Cristo sea más fuerte, y gócese en Cristo, que es victorioso sobre el pecado, la muerte, y el mundo”

Quiero que confesemos nuestro pecado, pero confesar nuestro pecado, escuchen, la confesión Cristiana no es solo, “Hemos pecado contra Dios” es al menos eso, pero eso no es suficiente. Hay personas en todo el mundo que pueden decir eso. Aparte de Cristo, ellos pueden decir “Hemos pecado contra Dios” la confesión Cristiana incluye que hemos pecado contra Dios, e incluye que desesperadamente necesitamos a Jesús, y eso es lo que Dios quiere que veamos.

Primero, nuestra primera enseñanza de este libro, sí, hay cosas que debemos hacer, pero lo que primero nos llevamos es ser lo que no hemos hecho. No todas las cosas que hemos hecho, sino más bien lo que primero nos llevamos es ser todas las cosas que Jesús ha hecho, que Jesús fue el hijo obediente perfecto que Israel nunca fue y que nunca será, y sabiendo que debe guiarnos, entonces a decir, sí, ese pecado es grande, pero nuestro Salvador es más grande.

1ra Juan 1:9 dice: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” Que cada vez que pecamos y confesamos delante de Dios nuestro pecado que Él nos recibirá en la más intima comunidad imaginable. Él dice que Él limpiará nuestro pecado, limpiará nuestras iniquidades, que Él borrará todas nuestras transgresiones, pero también dice en 1ra Juan 1:9 que Él perdonará nuestros pecados, que Él perdonará nuestras maldad, que Él no solamente limpiará con borrón y cuenta nueva, como estaba, sino que Él nos recibirá en Sí mismo, que Él nos restaurará y reconciliarnos con Él, que no habrá más pecados colgando sobre ti, que no habrá más amargura, no más rencores, no más enojo, que Él nos perdonará por completo y nos limpiará de todas nuestras maldades. ¿Cree eso?

Un argumento realmente malo con su esposa

Para ponerlo en términos humanos, para pensar en ello. ¿Alguna vez ha tenido un argumento realmente malo con su esposa? Está bien, bueno, yo sí, así que pretenda que lo ha tenido, de acuerdo, así que pretenda que ha tenido una discusión con su esposa. ¿Alguna vez ha tenido ese tipo de argumento donde usted dice algunas cosas que no debió haber dicho, pero que eventualmente, usted sabe, usted habla a través de todo, y todo es como funcionándole?

Pide disculpas. Admite culpa. Yo admito todas las cosas que he hecho mal, pero al final de esto, algunas veces nosotros hemos, ya sea un esposo, o sea un amigo, o cualquier tipo, cualquier tipo de situación en donde hay un argumento o algún tipo de conflicto, a veces podemos decir todas esas cosas. Podemos tener las disculpas. Podemos tener la admisión de culpa. Podemos tener todas las promesas que “voy a hacer esto o aquello” sin embargo, existe algo en medio. ¿Sabe usted de lo que estoy hablando? Existe todavía algún tipo de resistencia. Existe todavía un tipo de distanciamiento que existe en medio de usted y con quien tenía el conflicto. Todavía hay un poco de frialdad ahí.

La belleza de Dios

La belleza del Evangelio, la belleza de Dios es que ese no es el caso cuando Él perdona, y cuando Él perdona, no importa. No importa que tan profunda sea la transgresión. No importa qué tan atroz sea la traición. No importa qué tan grande es la falla, o cuán repetitiva sea. Cuando Dios perdona, Dios perdona por completo. Él nos limpia de todos nuestros pecados. Él se los lleva. Tan lejos como el Oriente del Occidente, Dios es inexorable en Su amor y gracia y misericordia hacia aquellos que están en Cristo Jesús y vemos realmente, en mi opinión, no hay una mejor imagen de eso en el Viejo Testamento que en el Libro de Oseas.

Busquen, si gustan, en Oseas capítulo 1. Vamos a leer solo algunos versos, mirado primero al verso 2 y 3 y luego continuaremos desde ahí. Oseas 1:2-3, por cierto, Oseas, profeta, aproximadamente del mismo tiempo de Amós, y un poco después pero dirigiéndose a las mismas personas, la situación similar.

Él dice en el verso 2, “El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas” de manera que tenemos el tipo de comisión de Oseas aquí en 1:2. Todos los profetas, casi la mayoría de ellos, dirán que fueron comisionados, cómo ellos fueron llamados por Dios, así que usted ve, por ejemplo, Isaías y Jeremías diciendo que fue llamado antes de formarse en el vientre, y Ezequiel cuenta, recordando su llamado al ministerio.

Bueno aquí lo tenemos en Oseas, en el verso 2 “El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer” y usted sabe a Oseas esto le suena así como: “Sí, que bueno, voy a tener a alguien en la casa a quien ir cuando vaya al hogar, y ellos no escuchan lo que digo, y voy a tener a alguien que estará ahí para mí” bueno, no tan así. Él dice: “Ve, tómate una mujer fornicaria e hija de fornicación” Llamada Israel, “porque la tierra fornica apartándose de Jehová.”

“Fue, pues, y tomó a Gomer”. Un nombre duro para una mujer ¿verdad? “hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo.”

Oseas 1 al 3 habla toda la historia de lo que ve en Oseas, y luego capítulos 4 al 14, el balance de este, el recordatorio de este, devele estos primeros capítulos. De manera que tenemos ahí en los primeros tres capítulos es el mensaje básico de Oseas, y quiero andar a través de ellos en un par de notas aquí, primero, Dios castigaría a Israel por su adulterio espiritual. Dios a través de Oseas, una vez más, simbolizando a través de la vida, no solo la enseñanza, no solo el ministerio, o las palabras de Oseas, sino hasta a través de su vida, que Dios castigaría a Israel por su adulterio espiritual.

¿Puede imaginarse siendo Oseas?

¿Puede imaginarse siendo Oseas? Es decir, usted es profeta de Dios. Usted habla de parte de Dios, y Dios está llamándolo a usted un hombre correcto y justo y santo. Dios está llamándolo a usted para que se case con una ramera. Ahora, no sabemos si Gomer fue una ramera cuando Oseas se casó con ella inicialmente, o si fue después durante el matrimonio. Es posible, de hecho pienso que es más que ella no lo era inicialmente, sino después ella con el tiempo se aleja.

Sin embargo, ella es una ramera, y el punto, claro está, es que Israel es una ramera, de igual forma, y diría siendo la extensión del punto para nosotros es que somos rameras. Sabemos cómo es. Dios dice de Israel, “Ustedes han, al igual que Gomer, tienen un corazón y ojos errantes” es lo mismo que experimentamos. Hasta cantamos de ellos. Decimos cosas como, “Propensa a vagar, Señor, lo siento, propensos a dejar el Dios que amo”

En Gomer había una parábola, si así le parece. Es una parábola de Israel, y una parábola de nosotros, también, que somos propensos a lo que Dios llamaría un adulterio espiritual, que nos hemos juntado a cosas no santas, y hemos traicionado a Dios. Así que Dios dice, “Los voy a juzgar” y entonces Dios nos juzga, y Él lo prevé.

Él como que predice el juicio que está por venir sobre ellos, y lo hace una vez más en la vida de Oseas, en esta instancia en particular a través de los nombres de sus hijos. Quiero que veamos todos estos nombres, porque cada uno de ellos es significante. Cada uno de ellos dice algo del juicio que está por venir por el adulterio de Israel.

Primero, verso 3, “Ella concibió y dio a luz un hijo” por cierto, parece que como si este fuere el primer hijo es el único de Oseas. Se habla del primer hijo de forma diferente a los dos hijos restantes. A todo esto, él dice en verso 4, “Y le dijo Jehová: Ponle por nombre Jezreel; porque de aquí a poco yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel. Y en aquel día quebraré yo el arco de Israel en el valle de Jezreel.” Hay al menos, en el nombramiento de este primer hijo, en llamarlo Jezreel, existe al menos un juego de palabras, sobre el nombre Israel. Lo puede escuchar ¿verdad? Jezreel, Israel. Es decir, existe una clara escogencia que este hijo estaba simbolizando a Israel y su futuro, pero existe mucho más ahí. Él dice, nótelo ahí en el verso 5, Él menciona que será como la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel.

Este rey Jehú, quizás lo ha visto en sus lecturas. En un punto, Jehú había venido a través de la nación de Israel, y él estaba aspirando al reino, así que sacrificó reyes, y sacrificó a futuros reyes, y él sacrificó familias, y fue un absoluto baño de sangre en este Valle de Jezreel. Así que Dios dice, “llamarás a ese niño Jezreel” el lugar de derramamiento de sangre, el lugar de grande y terrible pecado y juicio.

Sería como uno de nosotros teniendo un hijo y llamándolo Torres Gemelas, sería como evocar la peor imagen en sus mentes, pero ustedes ven a medida que a través de esto, que cada una de estas escaladas, así que el primer niño, el hijo, es llamado Jezreel. Pero también hay una hija que nace. Dice, “Concibió ella otra vez” hablado sobre Gomer. “Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo. Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes.”

La misericordia de Dios

La idea es esta. Nosotros Usualmente solo pensamos en términos de misericordia y perdón de pecados, pero existe también la idea de liberación, de rescate, y eso es lo que él está comunicando aquí, que Judá será rescatado, Judá será salvada por el momento. Ellos no serán entregados sobre sus enemigos, pero no estará tan lejos por eso del Reino del Norte. No será así para Israel, vendrá un día para Israel muy pronto en que ellos no experimentarán la misericordia de Dios. Jezreel, sin misericordia.

Finalmente, miren en el verso 8. “Después de haber destetado a Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo, dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios.” Israel se enorgullece más que cualquier cosa, y sabemos esto en la medida que leemos a través de las escrituras que Israel se enorgullece de ser el pueblo escogido por Dios. Ellos eran aquellos sobre los cuales Dios había puesto Sus afectos.

Anote esto. Éxodo capítulo 4, si usted lee ese capítulo usted ve donde en Éxodo capítulo 4, Dios se refiere a Israel en los términos más íntimos y dice, “Él es mi hijo” en la misma forma en que Adam era el Hijo de Dios, era para reflejar la imagen y la gloria de Dios. Él cayó, y entonces Dios levanta a Israel, con la intención de Dios para el mundo, pero aquí Oseas Él dice, “No más. Viene un día de derramamiento de sangre. Viene un día de juicio sin misericordia, y viene un día cuando los cortaré y ustedes no será mi pueblo”

Es la misma imagen, realmente, que vemos, solo con diferentes lenguajes. Es la misma imagen que vemos en Amós, pero en Oseas, y es por esto que es único para nosotros y el por qué es importante para nosotros esta mañana. Oseas no para ahí con la inquebrantable santidad de Dios y Su determinación para castigar. Más bien, él continúa y dice que Dios redimirá a Israel a un gran costo personal, no solo que Dios castigaría a Israel, sino que Dios redimiría a Israel.

Busque, si gustan, en Oseas capítulo 3. Algunas personas han llamado a Oseas capítulo 3 el más grande capítulo en el Viejo Testamento. No si eso sea verdad o no, pero es un capítulo glorioso, porque nos toma un poco de camino. Para este tiempo, Gomer ha traicionado a Oseas. Ella se ha apartado. Se ha ido tras otros amantes, y no sabemos las circunstancias exactas, pero ella se encuentra ahora en una especie de ya sea como prostitución o a la venta como una esclava o quizás ambas.

Así que ella traiciona a Oseas. Se había ido tras otros amantes. Ella encuentra que ellos son vacíos. Ellos están queriendo, y ahora ella se encuentra a sí misma en el bloque para la venta, y escuchen a lo que Dios dice a Oseas en 3:1. Él dice, “Me dijo otra vez Jehová: Ve” usted piensa en ello, antes de siquiera continuar. “Ve”, ¿Cuán duro fue la primera vez, la primera vez, cuando él sabía que ella iba a ser una ramera, cuando él sabía el dolor y la traición y la devastación que ella traería? Piense en la primera vez, y ahora en el verso 1 del capítulo 3, usted vuelve y usted ama a una mujer, sin duda la misma mujer, Gomer, “ama a una mujer amada de su compañero, aunque adúltera” ella continúa amando al otro hombre. Él dice “ama a una mujer amada de su compañero, aunque adultera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas” en otras palabras, ellos van tras cosas triviales, sin duda, asociadas con la adoración a Baal.

Verso 2, “La compré entonces para mí por quince siclos de plata y un homer y medio de cebada.” Ve, sin duda el dolor y la traición está hasta agravada. Usted ve que él tiene que tomar dos tiempos de monedas. La mayoría de los académicos creen que el hecho de que él esté usando plata y que él está teniendo que conseguir trigo y otros artículos indica el hecho que él está luchando por encontrar cómo en el mundo que él puede pagar. No es que él tiene mucho dinero esperando y que fácilmente puede comprar a Gomer. Más bien, es una transacción dolorosa, no solo en dinero, sino ciertamente emocionalmente, también.

La imagen de Dios

Es la imagen de lo que Dios haría por Israel y una imagen al final de lo que Dios hace por nosotros aún cuando estamos en nuestra carrera obligada al infierno, Jesús intercede, intercepta, aún, y nos redime. Él cambia nuestro curso. Lo ven, Dios va a castigar a Israel por el pecado. Dios redimiría a Israel a un gran precio personal, y otra cosa. Dios bendeciría a Israel a través de dramáticas inversiones, que Dios bendeciría a Israel a través de dramáticas inversiones.

Quiero que capten el sabor de esto. Miren en el capítulo 2:13 ahora. Todo el camino hasta este punto, Dios lo ha previsto. Habrá un juicio, y entonces habrá un momento de salir al desierto. Habrá un momento de juicio allá afuera, pero miren, si gustan, en el verso 13 “Y la castigaré por los días en que incensaba a los baales, y se adornaba de sus zarcillos y de sus joyeles, y se iba tras sus amantes y se olvidaba de mí, dice Jehová.”

Pero ahora, miren la próxima frase. Usted no esperaría esto, “Pero he aquí” lo que se esperaría ahí es “He aquí la mataré, la apedrearé” más bien se lee, “Pero he aquí, que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto.”

Y ahora escuchen a lo que, escuchen mientras Dios amontona sobre las promesas, no solamente que Dios la sacará de de esto, sino que Él intencionalmente la bendice encima de todo eso. Escuchen esto: “En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali.” Él la va a cambiar. Verso 17, “Porque quitaré de su boca los nombres de los baales, y nunca más se mencionarán sus nombres. En aquel tiempo haré para ti pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra; y quitaré de la tierra arco y espada y guerra, y te haré dormir segura. Y te desposaré conmigo para siempre”

La sociedad y cultura Israelí

Ustedes recuerdan en la sociedad y cultura Israelí estaba el periodo de compromiso, y en ese período había entrega de regalos, una entrega de la dote de parte de la familia del esposo a la familia de la esposa. Escuchen lo que Dios le a entregar a Su pueblo. Piense en esto. Ellos son adúlteros, y Dios les va a entregar. Él dice en 19, “Y te desposaré conmigo para siempre, te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová.”

Y en ese día, quiero que escuchen estas inversiones. Recuerdan en el capítulo 1, Jezreel lugar de derramamiento de sangre. Sin misericordia, sin descanso. Y al final, “Ustedes no serán mi pueblo” ahora miren lo que Dios hace. En aquel tiempo responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra. Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jezreel.” En otras palabras, todo esto viene de parte de Dios, y esto es lo que Él dice en el verso 23. “Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.”

Cuando ellos estaban determinados a traicionar y buscar un curso de idolatría absoluta, despreciando a Dios por todas las bendiciones que Él les había dado, en esa misma sección, en ese mismo pasaje Dios dice: “no solamente voy a redimirte, voy a bendecirte, te seduciré, te amaré, te buscaré, te voy a ganar, te alcanzaré, te amaré, te bendeciré. Te desposaré. Y te daré todo lo que pudieras desear. Tomaré lo que fue un completo desastre, lo que fue el juicio de Dios sobre ti, y lo convertiré en la misma bendición de Dios.”

Diría eso a todos nosotros. Yo incluido, eso no solo eran buenas noticias. No solo bueno para Israel. Eso es buenas noticias para cada ramera en esta sala. Usted dice, “¿me estas llamando ramera?” no, pero Dios sí. Dios dice que hemos tenido otros dioses delante de Él, y no importa si es uno o un millón. Cualquier cosa delante de Dios no es más que adulterio espiritual, y todos nosotros somos rameras del peor tipo, porque hemos ofendido al Dios santo, justo, bueno y amante, y todos nosotros merecemos la condenación de Dios, pero en el inexorable amor de Dios, Él nos busca, y Él nos bendice.

El libro de Amós

Usted dice, “¿Cómo puede ser esto?” acabamos de recorrer el libro de Amós que Dios es inquebrantable en Su santidad. ¿Cómo es que Dios puede ser inexorable de Su amor? ¿Es que Dios es realmente santo y realmente, realmente amoroso? ¿Es que Él solo domina Su santidad con Su amor, y entonces Él solo pone eso a un lado? Sí, Él es santo. Sí, lo enoja; sin embargo, Dios es tan amoroso y tan misericordioso, solo supera la santidad de Dios. No es eso en lo absoluto.

Recuerdan a Oseas. Él compró de vuelta a Gomer a un precio, y es la misma forma con nosotros. Dios nos compra a un gran costo personal, pero no es con plata ni trigo. No es con plata y oro. Es, como dice 1ra Pedro, es con la preciosa sangre de Su propio Hijo. Él nos recompró por Jesucristo. Él nos ha redimido de todas nuestras suciedad y de de toda nuestra vergüenza de manera que en la cruz la inquebrantable santidad y el inexorable amor de Dios están finalmente juntos.

¿Cómo mes que ponemos estos mensajes juntos? El libro de Amós, santidad inquebrantable. Libro de Oseas, amor inexorable. Los ponemos juntos no en teoría. Los ponemos juntos en la cruz, que Dios cariñosamente sustituye Su propio Hijo y en ese mismo momento derrama Su ira sobre Su Hijo. Al mismo tiempo que Él está castigando el pecado, al mismo tiempo Él estaba comprando una novia.

Jesús es el Hijo justo, y nosotros somos la ramera. En la cruz, la fidelidad perfecta identificada con la infidelidad perpetua. ¿Cómo es que Dios puede correctamente hacer eso? ¿Cómo es que dios puede correctamente al mismo tiempo comprar una novia y castigar pecadores, y todo eso estar en Jesús? es porque en Jesús, la fidelidad perfecta, había definido la infidelidad perpetua.

Usted dice, ¿Qué quieres decir? ¿Recuerda esos nombres? El primer hijo, Dios dice “lo llamarás Jezreel” y entonces vemos como Jezreel que Jesús es el lugar del derramamiento de sangre, que Dios trata para cargar el pecado, la sangre que debimos derramar. Jesús interpone Su sangre en nuestro lugar, y entonces Jesús se hace el lugar del derramamiento de sangre, como Jezreel, pero no solamente eso, vemos eso como sin misericordia, a Jesús no se le da alivio. Sí, el derramó Su sangre, pero aún es más grande que eso. Él no encuentra alivio, sin misericordia. No hubo liberación para Jesús. No hubo rescate para Jesús. No aparece alguien en el último momento y le quita la cruz a Jesús. No se le dio alivio. Él ora en el jardín. Él dijo: “Padre, si es tu voluntad, pasa de mi esta copa” pero encontramos que Él muere en la cruz y dice, “Consumado es” Él no ruega, porque no había nadie más que pudiera tomar esa copa. Como Jezreel, Él es el lugar de derramamiento de sangre. Como sin misericordia, Él no encuentra alivio, y finalmente, como no mi pueblo, Él es cortado del Padre.

¿Cómo ganamos entrada en el favor de Dios?

Usted dice, ¿Cómo sucede esto? ¿Cómo ganamos entrada en el favor de Dios? ¿Cómo experimentamos el amor de Dios? Porque en la cruz, en la hora más oscura, como la oscuridad impregnó toda la tierra, Jesús clamó, “¿Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?”

Jesús es condenado en nuestro lugar. Él vertió Su sangre. Él no encuentra misericordia, y Él es cortado de Dios para que luego en Pedro se diga: “vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; vosotros que fueron cortados en la misma forma que Oseas predijo, Jesús ha sido cortado en tu lugar, y ahora ustedes son pueblo de Dios”. Jesús es condenado como los hijos de la ramera, y Jesús es considerado como la esposa infiel. Jesús es considerado como la esposa infiel.

2da Corintios 5:21 dice: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” Él fue perfectamente fiel en cada forma, pero se hizo ramera, como realmente somos. Él tomó tu pecado sobre Él mismo, y Él cargó a la cruz, y Él murió por nuestros pecados.

Con razón Jesús “Grande amor” ¿Qué es inexorable amor? Jesús dice, “les diré lo que inexorable amor” Él dice: “Nadie tiene mayor amor que este” ¿más que qué?, “que uno ponga su vida por sus amigos.” Ese es el evangelio lo vemos en Oseas, y lo vemos supremamente mientras Oseas nos señala al Salvador, que vino como ramera para nuestro para que podamos en la justicia de Dios.

Usted dice, “Bueno, ¿como eso intersecta con mi vida? ¿Cómo aplica eso a donde estoy? Permítame guiarle bien rapidito en tres formas en que pienso Oseas nos asegura. Él nos da garantías. Nos da retos. Quiero guiarlos a través de estas últimas tres notas ahí en sus páginas.

Oseas nos da garantías, número uno, que Dios nos ama eternamente por Cristo, que Dios nos ama eternamente por Cristo. Usted dice “usted no conoce mi pasado. Usted no conoce todas las cosas que he hecho. Usted no conoce todas las veces que he metido la pata. Usted no conoce todas las formas en que he decepcionado a Dios aún hoy. Usted no sabe quien soy. Usted no sabe. Usted no sabe que Dios siente de esa forma hacia mí”

No conozco tu pasado, pero sí sé esto, que Pablo dice en Romanos 5:8 que “Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” ¿Alguna vez ha tenido dudas acerca del amor de Dios? ¿Se ha preguntado? Usted sabe, Dios probablemente ama, Él probablemente ama al pastor, Él probablemente ama a alguno de las personas que dirigen la adoración. Es decir, esos son súper cristianos, ¿verdad? ¿Puede Dios realmente amarme, sabiendo todos mis pecados y todas mis vergüenzas? ¿Ha escuchado a Oseas 3 “Ve, ámala una vez más”

El amor de Jesucristo

Es una imagen sombría, aún, del amor de Jesucristo, que mientras éramos todavía pecadores Cristo murió por nosotros. ¿Qué vamos a hacer? ¿Qué voy a hacer? ¿Qué vamos a hacer para hacer que Dios no nos ame? ¿Cometeremos adulterio, vamos a cometer prostitución, traicionaremos a Dios? ¿Bueno, adivine qué? Ya lo hicimos, y Él envió Su hijo en nuestro lugar.

Sepa que Dios nos ama eternamente por Cristo, y como resultado debemos estar regocijados sobre el amor de Dios hacia nosotros en Cristo. En otras palabras, no es solo “Sí, sé eso” pero le preguntaría ¿Dónde está el amor de Dios sus afectos? ¿Le ama? ¿Alaba a Dios cada día, no por misericordias generales? Sí, alábelo por esas, pero la misericordia específica de Dios mostrada en Jesucristo en la cruz. Le debemos alabanza a Dios cada día que Jesús interpuso Su preciosa sangre por nuestros pecados.

Sepan que Dios nos ama eternamente por Cristo. Sepan también, que nos cambia completamente por Cristo. Dios ama a la ramera, pero no deja la ramera como ella es. Dice en el capítulo 2 verso 17, Él dice “Porque quitaré de su boca los nombres de los baales, y nunca más se mencionarán sus nombres.” Reconocemos eso como una hipérbole. ¿No sería bueno si usted no pudiera recordar ninguna de las cosas, ninguno de los pecados, no pudiera recordar ni siquiera ninguna de las manera para pecar? Pero ideamos formas para pecar, pero progresivamente, día a día, el evangelio nos dice que Jesús está consolándonos por Su espíritu. Él está confortándonos más y más, y más en Su imagen de manera que debamos estar esforzándonos por la santidad de Dios en el poder de Cristo.

¿Recuerdan lo que Pablo dijo en Romanos 6? Él dijo, “Ustedes están en Cristo” en el capítulo 5 y luego en el capítulo 6 “¿Qué pues diremos?” está bien, estoy en Cristo. Dios me ama, entonces, ¿Qué debo hacer? Bueno sólo pecar, ¿Por qué? Para que la gracia abunde, y Pablo dice “de ninguna manera” de ninguna manera haríamos eso. ¿Cómo pudiéramos hacer eso? Él dice, “de ninguna manera, cómo podemos nosotros que morimos al pecado seguir viviendo en él, si hemos sido liberados de la esclavitud, si hemos sido liberados de la suciedad” usted reconoce que es suciedad, hemos sido liberados de esa impureza. ¿Cómo entonces podemos retornar a ella? ¿Cómo podemos traicionar a un Salvador amoroso?

Santiago 4:4 dice “¡OH almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.” y nosotros, hermanos y hermanas, ¿Estamos coqueteando con el mundo? ¿Estamos incursionando solo un poco? ¿Estamos dando solamente un poco de nuestro corazón aquí y otro poco de nuestro corazón por allá? Bueno, si lo estamos, estamos retornando al estilo de vida de Gomer, no al santo.

¿No es eso bueno, que Dios nos da todo lo que necesitamos?

Sepan que Dios nos ama eternamente, que Dios nos cambia eternamente, y finalmente, que Dios nos da todo por Cristo. ¿No es eso bueno, que Dios nos da todo lo que necesitamos? Sepan esto. Piensen en esto. Recuerdan que dijimos los castigos, que Jesús tomó sobre Sí, Jezreel, sin misericordia, no son mi pueblo, que Jesús toma el castigo. Él se identifica con Israel, pero también hay bendiciones que son prometidas a Israel. En otras palabras, si Jesús se identifica con las maldiciones, Él soporta las maldiciones, Él obtiene las bendiciones, también, y si Él obtiene las bendiciones sabemos que la promesa del Evangelio es que como hijos e hijas, juntos heredamos con Jesús, que Él no la acumula para Sí mismo, pero Él libremente otorga esas bendiciones sobre Su pueblo. Jesús nos da todo lo que necesitamos, de manera que descansemos en la provisión de Dios de justicia a través de Cristo.

Todo lo que necesitamos. No hay nada que necesitemos que Jesús no ganó en la cruz. No hay nada que necesitemos, nada en lo absoluto. Usted dice, “Necesito esperanza” Jesús la ganó en la cruz. “Necesito paz de Dios que sobrepase el entendimiento” Jesús la ganó por Su muerte en la Cruz. Usted dice “Necesito fuerzas para el día, necesito fuerzas para superar el dolor y la vergüenza y el problema” Jesús ganó esa fuerza en la cruz por ti.

Usted dice, “Necesito la misericordia de Dios, la gracia de Dios, el amor de Dios, la paz de Dios, la paciencia de Dios” Jesús la ganó cada una para ti. Pablo dice “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”

Bart Box

Bart Box es el pastor principal en la Iglesia Christ Fellowship. Es nativo de Alabama y ha vivido en la zona de Birmingham desde 2009. Antes de fundar la Iglesia Christ Fellowship, Bart se desempeñó como pastor de formación bíblica en la Iglesia de Brook Hills.

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