¿Cómo podemos vivir en un mundo quebrantado lleno de dolor y sufrimiento? ¿Dónde está Dios en el sufrimiento que nos rodea? ¿Qué dice la Escritura sobre este sufrimiento? En esta sesión de Iglesia Secreta 12, el pastor David Platt explica el mal y el sufrimiento en el mundo quebrantado a nuestro alrededor en el contexto de las Escrituras. La realidad es que, desde la caída en Génesis 3, hemos vivido en un mundo lleno de maldad, donde el sufrimiento es una realidad global. De hecho, la Escritura es clara en el hecho de que nosotros, específicamente como cristianos, sin duda experimentaremos sufrimiento en esta vida. Entonces, si esta es la realidad, ¿cómo vivimos en un mundo así y aún nos regocijamos en el Señor? En este mensaje, el pastor David Platt analiza varios textos bíblicos y diversas perspectivas del sufrimiento y la teología para obtener una mayor perspectiva bíblica sobre el sufrimiento.
- El mundo alrededor de nosotros
- La palabra delante de nosotros
- El viaje que tenemos por delante
- Textos clave: El Pentateuco
La Cruz y el Sufrimiento
Si tiene una Biblia, le quiero invitar a sacarla. Quiero llegar al núcleo desde el principio. No tenemos tiempo que perder. Me abrumo cuando pienso en este tema y en todas las miles de personas diferentes que pasaran por este estudio. Pensar en miles de vidas diferentes alrededor del mundo, que han pasado por profundo dolor y pruebas dolorosas en su vida. Muchos de ustedes han perdido a sus esposos o esposas, padres, hijos, niños pequeños.
Miles de ustedes han pasado por cáncer o tumores u otras enfermedades que debilitan, o a usted mismo, o a alguien que usted conoce y ama. Muchos de ustedes han experimentado tragedias que van más allá de cualquier cosa en la que yo pueda personalmente llegar a profundizar. Algunos de ustedes están pasando por sufrimiento ahora mismo; algunos de ustedes están viviendo en medio de un profundo dolor y mal, y ninguno de nosotros sabemos lo que nos tiene la próxima semana o lo que se encuentra a la vuelta de la esquina. Ninguno de nosotros sabe qué sufrimiento o tragedia nos pueda esperar.
Mi intención no es pintarle una imagen deprimente desde el principio, pero la realidad es que de las miles de personas involucradas, cada uno de nosotros ha conocido, o está conociendo, o conocerá el sufrimiento y el dolor profundo en este mundo. Estoy orando porque Dios lleve Su Palabra y la aplique pausadamente, con suavidad, y enfáticamente de miles de maneras diferentes y en miles de vidas diferentes. Mi oración es que ustedes se fortalezcan y se sustenten y finalmente queden satisfechos cuando piensen en la Palabra y lo que dice sobre el sufrimiento.
Así que estoy orando para que usted se sienta desafiado por medio de este estudio para abrazar el sufrimiento por la expansión del evangelio a los confines de la tierra. En cada Iglesia Secreta, hablamos sobre el punto de este estudio. El punto de este estudio no es solo para que nosotros seamos animados, fortalecidos, y consolados, sino que el punto es que estemos equipados para ir a nuestras comunidades e ir a las naciones a fortalecer, animar a otros con la palabra de Dios. Mi oración es que Dios levantará un ejército de cientos de personas que estén dispuestos a hacer que las buenas noticias de la cual vamos a hablar sean conocidas hasta los confines de la tierra.
Así que, hace poco me estaba escribiendo con otro pastor acerca de otra cosa, y este pastor me ha enseñado mucho acerca del sufrimiento a través de lo que él ha escrito y predicado y la forma en la que él ha vivido. Su influencia está impregnada en todo lo que vamos a tratar, pero mientras él y yo nos escribíamos, él me escribió, y me dijo que él estaba orando por la Iglesia Secreta, y esto fue lo que me dijo. Dijo: “Que el Señor te de una unción inusual para la Iglesia Secreta en cuanto al sufrimiento. Y que Dios pueda hacer de este un estudio trascendental en la historia de Su avance hacia las naciones.”
Cuando leí eso dije, “¡Dios, que así sea! Que este estudio sea trascendental en la historia del avance de Dios hacia las naciones, también para los cientos de personas que terminan este estudio, y oro para que acepten con gusto y con buena voluntad, escoger abrazar el sufrimiento por la propagación del evangelio de Dios a las personas más difíciles de alcanzar en el planeta.
Así que, he tenido grandes expectativas de nuestro tiempo juntos. Obviamente, tenemos mucho suelo que cubrir. Algunas veces las personas preguntan, “¿Por qué trata de cubrir tanto?” Se acuerda de la premisa de la Iglesia Secreta. Cuando yo he estado en iglesias localizadas en casas de manera clandestina por todo el mundo, y se reúnen en un lugar secreto poniendo en riesgo sus vidas, ellos quieren sacarle el mayor provecho a ese tiempo.
Ellos pueden procesar la verdad, pensar acerca de la verdad, pueden meditar en la verdad en otro momento. Ellos quieren la Palabra, especialmente si no tienen la Palabra. Así que eso es lo que quiero hacer. Quiero darles tanta Palabra como sea posible. Vamos a beber del hidrante de fuego que es la Escritura inspirada, para que pueda procesar en los días venideros; para que tenga la suficiente Palabra para llevar a las comunidades y a las naciones y decirles como la cruz de Cristo es la única esperanza para un mundo sumido en sufrimiento.
La Biblia es honesta acerca del sufrimiento de portada a portada. Habacuc 1:2, “¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?” Veremos más sobre ese texto después. Continúe hacia adelante. John Stott dijo, “El hecho del sufrimiento consiste en el único desafío mayor a la fe cristiana, y lo ha sido en cada generación.” Esto es enorme.
El Mundo a Nuestro Alrededor
El Sufrimiento es una Realidad Global
Considere al mundo a nuestro alrededor donde el sufrimiento es una realidad global. Vivimos en un mundo lleno de maldad natural. Cuando digo maldad natural, me refiero al mal que no está causado necesariamente o directamente por el pecado individual de alguien. Estoy hablando de las enfermedades. Casi 50,000 personas contrajeron VIH solo la semana pasada; aproximadamente otros 40,000 murieron de SIDA esta semana. La próxima estadística es específicamente del Instituto Nacional de cáncer de los Estados Unidos: En el próximo año, más de 1.5 millones de personas serán diagnosticadas con cáncer; más de 500,000 personas morirán de cáncer.
Basados en las últimas tendencias, cerca de 50% de hombres y mujeres nacidos hoy día serán diagnosticados con cáncer en cierto punto de sus vidas. Así que, asimile esto. O usted o la persona al lado suyo va a adquirir un cáncer en algún momento. Enfermedades. ¿Y qué de los desastres? Piense en los últimos 5 a 10 años, cientos de miles de personas han muerto instantáneamente en terremotos en Haití y China, en un ciclón en Myanmar, y en un tsunami en el Sur de Asia. Esos son eventos aleatorios, ponga eso encima de los continuos desastres naturales.
Más de 13 millones de personas están actualmente sufriendo entre la escasez de alimentos y la hambruna, específicamente, en el cuerno de África; cientos de miles de personas hoy día están al borde de la hambruna. Enfermedades, desastres, y muerte. Aproximadamente 25,000 niños por debajo de los cinco años mueren cada día por causa de la pobreza. Eso es más de 9 millones de niños cada año muriendo por causa de la pobreza. Casi el 40% de esos niños mueren durante el primer mes de sus vidas. Eso son los niños con la pobreza. Más generalmente, más de 150,000 personas mueren cada día en el mundo. Eso es más de 60 millones de personas que morirán este año. Piper lo puso en perspectiva. Él dijo, “Cien [personas] mueren cada minuto. Si usted pudiera escucharlos a todos, usted escucharía tantos gritos que se volvería loco.
Sólo Dios puede escucharlos a todos sin volverse loco. Dios divide en pequeñas cantidades nuestra concienciación no sea que nos hunda. ¿Cómo puede usted vivir en un mundo como este siendo una persona amorosa y regocijándose en el Señor?” Esa es una gran pregunta. Vivimos en un mundo que está lleno de maldad natural, y un mundo lleno de maldad moral. Vivimos en un mundo lleno de esclavitud y aborto, palizas y asesinatos, robos y disturbios, torturas y violaciones, discriminación y persecución, que es más o menos el punto de pasar por este estudio.
Necesitamos recordarnos que la persecución es real para muchos de nuestros hermanos y hermanas alrededor del mundo. Estamos en un mundo lleno de guerras y de terrorismo, violencia y genocidio.
Basados en todo esto, es fácil concluir que el sufrimiento es una experiencia universal. Todas las personas experimentan el sufrimiento. Todas las personas del mundo entero, y obviamente va incluido en eso que todo cristiano experimenta el sufrimiento. El cristiano no está inmune al sufrimiento. Ahora, existen algunas teologías circulando hoy día que dicen que si usted sigue a Jesús, usted experimentará la prosperidad, no el sufrimiento. Una de mis metas es mandar esa teoría a volar. No es verdadera. Todo cristiano experimenta el sufrimiento.
Ahora, aquí es donde me quiero adelantar y explicar que cuando hablo sobre el sufrimiento en la vida de los cristianos, voy también a incluir dentro de ese encabezado, a todos los tipos de sufrimiento. Así que, algunas veces los cristianos sufren de la misma forma que el no-cristiano sufre. A los cristianos y los no-cristianos les da cáncer, ¿Cierto? Existe algún sufrimiento que es universal. Al mismo tiempo, hay algún sufrimiento que es únicamente cristiano. Estoy hablando de los cristianos que sufren por causa de su fe, por la proclamación del evangelio de Cristo.
Una Teología Bíblica del Mal y el Sufrimiento
Los cristianos son perseguidos por su lealtad a Cristo, y mientras esos tipos de sufrimiento son definitivamente diferentes en algunos aspectos, voy a tratarlos a ambos de forma general bajo la misma estructura, y la razón por la cual voy a hacerlo es porque el diseño de Satanás y el diseño de Dios en ambos tipos de sufrimiento es el mismo.
Satanás destina todo tipo de sufrimiento para sabotearnos. Satanás destina el cáncer y la persecución para sabotearnos. Por otro lado, Dios destina todo tipo de sufrimiento para santificarnos. Dios destina el cáncer y la persecución para santificarnos. Así que, existen diferentes tipos de sufrimiento que experimentamos como cristianos, de los cuales vamos a estar hablando, pero voy a tratarlos todos bajo el encabezado del sufrimiento que Dios destina para nuestra santificación, y el sufrimiento que Satanás destina para nuestra destrucción.
El sufrimiento es una lucha personal. El sufrimiento es una experiencia universal, pero no es sólo general. El sufrimiento es una lucha personal, no solo para toda la raza humana, sino para el hombre y la mujer individual que experimenta dolor físico y herida emocional. En medio de todo esto, cada uno de notros tiene preguntas intelectuales. ¿Por qué existen el mal y el sufrimiento? ¿Dónde está Dios en medio del sufrimiento? ¿Cómo puedo yo sufrir bien? ¿Cuándo terminará mi sufrimiento? ¿Cómo puede Dios ser bueno y permitir tanto mal en el mundo? ¿Cómo puede Dios ser bondadoso y mandar tal sufrimiento a mi vida? Estas son todas preguntas reales con las cuales todos luchamos.
Todos luchamos con estas preguntas, y el mundo está lleno de respuestas insuficientes a esas preguntas. El ateísmo dice que “Dios y el diablo no existen.” Si hay tanto mal y sufrimiento en el mundo, entonces no hay forma de que exista un Dios en el mundo. Un notable ateo Andrew Weisberger escribió, “Ninguno puede dar cuenta de la enorme cantidad de sufrimiento en un mundo en el que reina un Dios supuestamente omnipotente, omnisciente y totalmente bueno… La conclusión a la que somos llevados, por tanto, es que la existencia de ese Dios es implausible.”
Incluso C.S. Lewis, hablando de su vida antes de ser cristiano dijo, “No hace muchos años cuando era ateo, si alguien me preguntaba, ‘¿Por qué no crees en Dios?’ mi respuesta era algo como esto: ‘Mire el universo en que vivimos… la Historia es en gran parte un registro de crímenes, guerras, enfermedades, y terror… Pero todas las civilizaciones mueren e, incluso mientras permanezcan, infligen sufrimientos particulares por sí solas… Cada raza que llega a estar en cualquier parte del universo está condenada; ya que el universo, nos dicen, se está deteriorando… Todas las historias se volverán nada: toda la vida resultará al final como una contorsión transitoria y sin sentido sobre la tonta faz de la materia infinita. Si usted me pide que crea en esta obra de un espíritu benevolente y omnipotente, yo le respondo que toda la evidencia señala en dirección opuesta. O no existe un espíritu detrás del universo, o de lo contrario un espíritu indiferente al bien y el mal, o un espíritu maligno.’”
Entonces, esa es la respuesta del ateísmo: Dios y el diablo no existen. Exploraremos estas más adelante. Sólo quiero navegar por ellas ahora. En la Ciencia Cristiana, el diablo es ilusorio. Con la Nueva Era, el diablo es el resultado de la ignorancia. En el Dualismo, el bien y el mal son dos fuerzas, iguales en poder y opuestas en el propósito. El bien y el mal pelean entre sí. En el Fatalismo, el destino ciego determina la profundidad del mal en nuestras vidas y en el mundo. Somos sólo un producto del destino. La Teología de los Procesos dice que el poder de Dios es siempre envolvente; Él está limitado en su capacidad de prevenir el mal.
Así que, este es Rabbi Harold Kushner quien escribió este bestseller, Cuando a la gente buena le pasan cosas malas, donde dice, “Es demasiado difícil, incluso para Dios, mantener la crueldad y el caos de reclamar a sus víctimas inocentes.” El poder de Dios es limitado; es por eso que tenemos el mal y el sufrimiento. O, la Teología Abierta dice que el conocimiento de Dios está siempre aumentando; ya que tienen información limitada, Él hace algunas veces errores al juzgar.
Clark Pinnock, un notable teólogo abierto, escribió, “Las decisiones que todavía no han sido tomadas no existen en ninguna parte conocida incluso por Dios. Son decisiones en potencia – decisiones por realizar pero que no son actuales. Dios puede predecir gran parte de lo que vamos a decidir hacer, pero no todo, ya que algo de eso se mantiene oculto en el misterio de la libertad humana… El Dios de la Biblia muestra una apertura hacia el futuro que el punto de vista tradicional de la omnisciencia simplemente no puede alojar.”
En otras palabras, Dios no es omnisciente; Él no todo lo sabe, porque Él no tiene todo el conocimiento, entonces algunas veces las cosas salen mal. Mi objetivo es mostrarles que cada uno de nosotros es una respuesta insuficiente, y nos dejan vacíos con un anhelo intenso por algo más. No queremos pensamientos de hombre; queremos la verdad de Dios. Queremos la verdad de Dios en un mundo de sufrimiento a nuestro alrededor.
La Palabra Ante Nosotros
Así que, llegamos a la Palabra ante nosotros, y la Biblia se dirige al sufrimiento con honestidad. Usted tiene a salmistas clamando por respuestas. Salmos 6:2-3, “Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen. 3 Mi alma también está muy turbada; Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?”
Nuevamente, en salmos 13:1, el salmista ora, “¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?” También, el Salmos 44:23-24, “Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no te alejes para siempre. 24 ¿Por qué escondes tu rostro, Y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra?” La Biblia se dirige al sufrimiento eficazmente. Me encanta el Salmos 119:92: “Si tu ley no hubiese sido mi delicia, Ya en mi aflicción hubiera perecido.” ¿Escuchó eso? La ley de Dios, la Palabra de Dios, nos guarda de perecer en nuestra aflicción.
Martin Neimoller, un pastor alemán que pasó siete años en Dachau, un campo de concentración Nazi, habló sobre la Biblia, diciendo, “¿Qué significó este libro para mí durante los largos y cansados años de confinamiento solitario y luego durante los últimos cuatro años en Dachau? La Palabra de Dios fue simplemente todo para mí – consuelo y fuerza, guía y esperanza, maestra de mis días y compañera de mis noches, el pan que me guardaba de la hambruna y el agua de vida que refrescaba mi alma.”
La Biblia se dirige al sufrimiento eficazmente: la Biblia se dirige al sufrimiento de significado teológico, la Biblia se dirige al sufrimiento desde un punto de vista centrado en Dios. Todo gira alrededor del carácter de Dios. Así que, el clásico argumento en contra de la existencia de Dios a la luz del mal y el sufrimiento en este mundo se va hacia atrás al filósofo del cuarto siglo, Epicuro, quien dijo, “O Dios quiere abolir el mal, y no puede; o el sí puede, pero no quiere hacerlo; o no puede, ni quiere hacerlo. Si él quiere, pero no puede, él es impotente [no poderoso]. Si puede, y no quiere, él es malvado [no bueno]. Pero, si Dios puede, y quiere abolir el mal, entonces ¿Cómo viene el mal al mundo?”
Ahora, esas preguntas son profundamente teológicas. ¿Existe Dios? Si Él existe, ¿Qué tan bueno es Dios? ¿Es Él amoroso, o malicioso? ¿Qué tan bueno es Dios, y qué tan grande es Dios? ¿Acaso Él todo lo sabe? ¿Es Él todopoderoso? La Biblia se dirige a cada una de estas preguntas. Ahora, al mismo tiempo, la Biblia se dirige al sufrimiento misteriosamente. Lo último que quiero hacer es pretender que hay respuestas sencillas al sufrimiento que usted y yo experimentamos. Hay un misterio aquí. “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; más las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley,” Deuteronomio 29:29.
- Rodman Williams dijo, “Porque todas las doctrinas cristianas se relacionan con Dios el cual está, en última instancia, más allá de nuestro entendimiento, habrá inevitablemente algún elemento de misterio, o transcendencia, que no puede ser reducida al entendimiento humano. No obstante, entre estos límites, el esfuerzo teológico se debe llevar a cabo.” También, 1 Corintios 4:1-2, “Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. 2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.”
Ahora, quiero asegurarme de ser claro en lo que estoy diciendo con “misterio.” No me refiero a contradicción. La Biblia no está llena de contradicciones que son falsas. Tampoco estoy hablando de paradoja; algo que aparenta ser una contradicción o incluso absurdo, pero cuando es cuidadosamente examinado, prueba ser verdad. Tampoco es una antinomia: Una combinación de dos pensamientos o principios, donde cada cual es verdadero por derecho propio pero que no podemos llevar a armonía. Cuando digo misterio, estoy hablando sobre una verdad que se asume la cual no puede ser comprendida por la mente humana, pero que aceptamos por fe. Estas no son contradicciones y no son solo meras paradojas o antinomias, sino misterios.
John Calvin dijo, “El hombre, con toda su astucia es igual de estúpido cuando se trata de entender por sí solo los misterios de Dios, así como [un burro] es incapaz de entender la armonía musical.”
El Viaje Que Tenemos Por Delante
Así que, con ese fundamento, aquí está el viaje que tenemos por delante. Queremos explorar el sufrimiento en toda la Escritura. Lo que vamos a hacer es cubrir 75 textos clave en el Antiguo Testamento, dividir en estas secciones: Pentateuco, el cual se conforma de los primeros cinco libros del Antiguo Testamento. También llamado Libro de la Ley. Luego, veremos los libros Históricos, Salmos y los Libros Poéticos, y cerraremos el Antiguo Testamento con los profetas.
Así que, iremos desde Génesis hasta Malaquías. Luego, resumiremos en el Nuevo Testamento con los evangelios, nos moveremos hacia Hechos, y entonces ya he agrupado las Epístolas Paulinas juntas, así que nos iremos un poco fuera de orden en la Biblia cuando estemos ahí. Luego veremos las Epístolas Generales, escritas por Pedro, Santiago, Judas, Juan, y quien sea que haya escrito el libro de los hebreos.
Vamos a navegar a través de 75 textos claves. Vamos a volar por ellos, pero mi meta era decir, “Bien, si las personas se van a marchar sabiendo lo que la Biblia dice sobre el sufrimiento, ¿Qué son 75 textos claves para entender eso?” Vamos a navegar a través de todos ellos, y luego llegaremos a cinco conclusiones fundamentales al final de nuestro tiempo. No puedo esperar para esto porque son rocas dónde usted se puede parar en medio de un mundo cambiante, y de sufrimiento. Son verdades sólidas como la roca que nos fortalecen y sostienen y satisfacen en medio del sufrimiento, pero no tendrán sentido hasta que hayamos recorrido todas las Escrituras.
Ahora, en todo eso, queremos exaltar a Cristo.
La cruz de Cristo es el centro de toda la Escritura (¡Y de toda la historia!). Lucas 24-25-27, “Entonces él les dijo: ¡¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? 27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.” También, 1 Pedro 1:10-11, “Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, 11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.”
Asegúrese de estar siguiendo esto: Todo apunta hacia la cruz, y la cruz de Cristo es la clave de comprender todo el sufrimiento. Romanos 5:3-8 dice, “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4 y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. 6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
También, Hebreos 12:1-3, “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. 3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.”
Si queremos descubrir el misterio, entonces debemos empezar por contemplar la majestad de la cruz. Un buen entendimiento de la cruz nos lleva a un buen entendimiento del sufrimiento; un mal entendimiento o un entendimiento incompleto de la cruz, nos lleva a un entendimiento muy confuso del sufrimiento.
Quiero mostrarle como todo en la historia, incluyendo el sufrimiento, fue planeada. Quiero mostrarle como el sufrimiento estaba planeado para el viernes Santo. La razón por la cual tenemos al sufrimiento en el mundo tiene todo que ver con el Viernes Santo.
Efesios 1:3-10 dice, “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, 8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, 9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, 10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.”
Todo en la historia, incluyendo el sufrimiento, estaba planeado para el Viernes Santo, y, en última instancia, conduce al viernes Santo. Todo lo que aconteció antes de la cruz apunta hacia ella; todo lo que ha acontecido después de la cruz apunta de vuelta a ella. Todo lo que tiene duración fue comprado en ella; todo lo que tiene importancia depende de la cruz. La cruz es la clave para entender el sufrimiento.
Así que, queremos exaltar a Cristo y la cruz en toda la Escritura, y mientras lo hacemos, queremos examinar nuestros corazones. Queremos hacer algunas preguntas. La primera pregunta y la más fundamental que queremos hacer es, “¿He sido yo salvo?” No hay ninguna pregunta más importante que hacer para ninguno de nosotros que esa. Quiero preguntarle a cientos de personas diferentes, “¿Ha sido usted salvo?” Estoy orando para que Dios haga una obra en muchos corazones esta noche para salvarle del sufrimiento eterno.
En 2 Tesalonicenses 1:5-9, dice, “Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis. 6 Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, 7 y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, 8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder…..”
Quiero que vea en Apocalipsis 20:11-15, que llegará un día en que el libro de la vida será abierto ante Dios en el cielo. Este pasaje dice, “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”
Los juegos religiosos no tendrán importancia en aquel día; las creencias nominales no tendrán importancia en aquel día. Aquellos que jugaron a la religión y se conformaron con la creencia nominal, muchos de los cuales pensaron que eran cristianos, serán lanzados al sufrimiento eterno, perpetuo. Estoy orando para que Dios esté despertando algunos corazones de ser entregados al sufrimiento eterno.
Por esa razón, la creencia nominal no le sostendrá cuando se encuentre en medio del sufrimiento eterno, tampoco. Randy Alcorn dijo, “Un cristiano nominal descubre a menudo en el sufrimiento que su fe ha estado en su iglesia, en su denominación, o su tradición familiar, pero no en Cristo. Mientras se enfrenta al mal y al sufrimiento, puede perder la fe, pero cualquier fe que se haya perdido durante el sufrimiento no era una fe que valía la pena conservar.”
La realidad bíblica es que solamente aquellos que permanezcan en la fe hasta el final serán salvos. Colosenses 1:21-23 dice, “ Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado 22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; 23 si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.”
Hebreos 3:14, “Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio.”
Así que, cada uno de nosotros, examinemos nuestros corazones y hagámonos está pregunta, “¿Soy salvo?” Luego, vamos a tomar un paso más profundo y preguntemos, “¿Estoy preparado para sufrir?”
Filipenses 4:10-13, “En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad. 11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. 12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. 13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Este es el trato: usted y yo sabemos que es en tiempos de sufrimiento que algunas de las peores teologías salen de las bocas de las personas. Las personas dicen algunas de las cosas más falsas cuando se encuentran en medio de una prueba ya que anhelan algo que los consuele, y anhelan explicaciones. Me refiero a los cristianos aquí. Algunos cristianos llegan a conclusiones muy anti bíblicas, y terminan tratándose de parar sobre arena movediza.
Ahora, lo que hace esto difícil es que estando en medio del sufrimiento no es usualmente el mejor momento para corregir la teología. Cuando alguien está llorando la pérdida de un ser querido, y dice algo que es totalmente anti bíblico, no es el mejor momento para sacar un sermón sobre el sufrimiento. Así que, una parte de mi propósito es prepararle para el sufrir.
Quiero darle una sólida verdad en la cual usted pueda mantenerse, para que no se vaya anhelando la arena movediza cuando llegue la tragedia. D. A. Carson decía, “No le damos al tema del mal y el sufrimiento el tratamiento que merece hasta que nosotros mismos somos confrontados con la tragedia. Si para ese punto, nuestras creencias–no unas bien elaboradas pero si profundamente arraigadas–no encajan en gran parte con el Dios que se ha revelado a sí mismo en la Biblia y supremamente en Jesús, entonces el dolor de una tragedia personal puede ser multiplicado muchas veces en lo que comenzamos a cuestionar las bases de nuestra fe.”
Eso es lo que le quiero evitar. Al mismo tiempo, sé que no importa qué tanto hablemos o pensemos en el sufrimiento y como responder en medio del sufrimiento, nada puede prepararnos completamente para el impacto que viene cuando nos golpea el sufrimiento. Cuando usted está sentado en su escritorio, o en un restaurante, o manejando en su automóvil, y recibe una llamada que algo le ha pasado a su esposo o esposa o a alguno de sus hijos; cuando usted se está afeitando en la mañana luego de un tiempo en tranquilidad con Dios, y siente una masa en su cuello; cuando usted se va a un viaje de negocios o tal vez a un viaje misionero, y algo le pasa a usted o a su familia en casa.
Una Teología Bíblica del Mal y el Sufrimiento
En un instante, el mundo a su alrededor se pone patas arriba, y nada parece tener sentido. Es como un salto amargo hacia un cuerpo de agua fría. Usted puede prepararse para la experiencia todo el día, pero cuando en realidad le toca, el impacto a su sistema le roba el aliento.
No obstante, lo que quiero hacer es ayudarle a estar lo más preparado posible cuando reciba esa llamada, o sienta esa masa, o presencie esa escena que usted no hubiera podido imaginar. Quiero que esté preparado en ese momento para mantenerse en las bases bíblicas, evangélicas. Piper dijo, “Tener puntos de vista débiles hace cristianos débiles. Y los cristianos débiles no sobrevivirán los días venideros.”
Yo estoy preparado para sufrir, y ¿Estaré listo para morir? En última instancia, esa es mi meta. Quiero alimentarle de la palabra de Dios de forma tal que se pose tan profundamente en su corazón que usted esté listo para morir; que pueda decir verdaderamente, desde el fondo de su ser, “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” (Filipenses 1:21)
Esa es una manera extraña de vivir, y esa perspectiva es muy radical en este mundo, pero es bíblica. Carson dijo, “Lo que sea que la iglesia haga, debe preparar a sus miembros para enfrentar la muerte y conocer a Dios.”Así que, queremos examinar nuestros corazones, y hacernos estas preguntas. Queremos equiparnos los unos a los otros, como hablamos. Esto es justo como Pablo en Hechos 1:14-22. Dice, “Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, 22 confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.” Así que tan pronto como los primeros cristianos de Lystra, Iconio y Antioquia vinieron a Cristo, Pablo les dijo, “…a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.”
Queremos equiparnos los unos a los otros para mantenernos firmes en la palabra. Filipenses 1:27-30, “Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, 28 y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, más para vosotros de salvación; y esto de Dios. 29 Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él, 30 teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí.”
Así que, queremos estar firmes en la palabra, y queremos expandir el evangelio en el mundo. Para decir junto a Pablo en Hechos 20:22-24, “Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer; 23 salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. 24 Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.”
Howard Guinness preguntó, y quiero preguntarle esto a miles de personas, “¿Dónde están los hombres y mujeres de esta generación que tienen en poco sus vidas, y son fieles incluso hasta la muerte, que perderían sus vidas por Cristo, arrojándolas por amor a Él? ¿Dónde están aquellos que vivirían peligrosamente, y osados en este servicio?
Quiero proponerle que ese llamado no sólo es para los “Súper-cristianos.” Ese llamado es para todo seguidor de Jesucristo. Entonces, queremos examinar nuestros corazones y equiparnos los unos a los otros para que, al final, abracemos el sufrimiento en nuestras vidas, nuestras familias, y nuestras iglesias, no porque el sufrimiento sea fácil, sino porque el sufrimiento vale la pena. ¡Quiero que vea que el sufrimiento vale la pena! Queremos experimentar el sufrimiento de Cristo en nuestra debilidad.
2 Corintios 12:7-10, “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; 8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. 9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. El sufrimiento también vale la pena, compartir los sufrimientos de Cristo en esta tierra.”
Vemos esto en Filipenses 3:10-11. Donde dice, “…a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, 11 si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.” Usted también ve esto en Colosenses 1:24, que dice, “Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia…” Vamos a ver más de estos pasajes más adelante.
El sufrimiento vale la pena para mostrar la supremacía de Cristo a todas las naciones. Mateo 24:9-14 habla sobre esto. Dice, “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. 10 Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. 11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; 12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. 13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. 14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”
Una de mis citas favoritas de C.T. Studd, el inglés adinerado que vendió todo lo que tenía para ir a China, luego a la India, luego, cuando le llegó el tiempo de retirarse, echó a un lado su retiro y pasó sus últimos días en África hasta que murió.
El movió a la iglesia a accionar por el bien de personas que nunca habían escuchado sobre el evangelio, y dijo: “El creer que ese retraso adicional sería pecaminoso, algunos de los insignificantes y poco importantes de Dios en particular, pero confiando en que nuestro Dios omnipotente, ha decidido en líneas simples, de acuerdo con el Libro de Dios, de hacer un intento definitivo para hacer de la evangelización del mundo, un hecho consumado… ¡Hemos esperado demasiado tiempo unos a otros para comenzar! ¡El tiempo de espera ha pasado! ¡La hora de Dios ha llegado! ¡Vamos a levantarnos y construir en el santo nombre de Dios! No construiremos en la arena, pero si en los dichos de Cristo que son nuestra roca, y las puertas y secuaces del infierno no prevalecerán contra nosotros.
¿Debemos, hombres como nosotros temer? Ante todo el mundo, sí, ante el soñoliento, tibio, falto de fe, ñoño mundo cristiano, nos atreveremos a confiar en nuestro Dios, lo arriesgaremos todo por Él, viviremos y moriremos por Él, y lo haremos con Su gozo inexplicable cantando a toda voz en nuestros corazones. Preferiremos mil veces morir confiando en nuestro Dios que vivir confiando en el hombre. Y cuando lleguemos a esta posición la batalla está ya ganada, y el final de la campaña gloriosa a la vista. Tendremos la verdadera santidad de Dios, no las cosas enfermizas como las charlas, palabras delicadas y bonitos pensamientos; tendremos una santidad fuerte, de la fe y obra audaz por Jesucristo.”
Esto es lo que perseguimos. El sufrimiento vale la pena para mostrar la supremacía de Cristo a las naciones, y el sufrimiento vale la pena para experimentar la satisfacción de Cristo por toda la eternidad.
Veremos la frase, “Regocijaos en el sufrimiento…” muchas veces en los textos que vamos a estudiar. Oro para que terminemos este estudio diciendo, “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” (2 Corintios 4:16-18)
Oro para que, juntos, digamos al igual que Pablo en Romanos 8:18-39, “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. 19 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. 20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; 21 porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; 23 y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. 24 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?
25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. 26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27 Más el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. 28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. 31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”
¡Vamos a terminar este estudio diciendo eso!
Una Teología Bíblica sobre el Mal y el Sufrimiento
El Pentateuco
Génesis 1-11: Bases Esenciales. Aquí vamos, setentaicinco textos claves: una teología bíblica sobre el mal y el sufrimiento, comenzando por el Pentateuco. Estos son los primeros cinco libros del Antiguo Testamento. Número 1, Génesis 1-11: Las bases esenciales que sostienen todo lo demás que vemos sobre el sufrimiento en la Biblia. Comenzaremos con la naturaleza de Dios. Génesis 1:27 dice, “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” Él es el supremo Creador. Génesis 1:1, “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” Dios es trascendente, Él está por encima y más allá de toda la creación.
Él es el Rey soberano, significa que Él tiene autoridad sobre toda la creación. El Autor de toda la creación tiene autoridad sobre la creación; Él tiene todos los derechos. Las personas del siglo veintiuno no tienen derechos; Dios tiene todos los derechos.
Génesis 1:29-30 dice, “Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. 30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.” Él es el Juez justo quién establece Sus leyes para gobernar la creación. En Génesis 2:16-17, Él da esa Ley, y cuando el hombre rompe esa Ley, Él le juzga con rectitud y como corresponde. Dice, “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” Pero, al mismo tiempo, Él es el Salvador misericordioso que ama y provee para Su creación. Génesis 3:21, “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.”
La Naturaleza de la Creación
Esa es la naturaleza de Dios. Ahora, vamos a ver lo que es la naturaleza de la creación. Todo en la creación fue formado por la Palabra de Dios. El habla, y es. Existen numerosos ejemplos aquí. “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz,” en Génesis 1:3. “Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas,” Génesis 1:6. “Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así,” Génesis 1:9. “Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.” (Génesis 1:11)
“Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años…” Génesis 1:14. “Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos,” Génesis 1:20. “Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así,” Génesis 1:24. “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra,” Génesis 1:26.
Todo lo que hay en la creación está sostenido por el poder de Dios. Dios mantiene a las estrellas en su lugar. Dios le dice a los océanos dónde parar y a la tierra dónde comenzar. El sol y la luna se mueven, las plantas crecen, y los animales se alimentan de acuerdo al poder de Dios. Hablando de Jesús, Dios en la carne, Pablo dice en colosenses 1:15-17, “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. 16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. 17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten.”
También, la creación es la evidencia de la bondad de Dios. Dios define la bondad, y todo lo que Él hace en Génesis 1 es bueno. Existen unos cuantos ejemplos aquí. Génesis 1:12, “Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.” Génesis 1:18, “…y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.” Génesis 1:21, “Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno.” Génesis 1:25, “E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.” Génesis 1:31, “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.”
La Naturaleza del Hombre
Esta es la naturaleza de la creación, lo que nos lleva a la naturaleza del hombre. El hombre es creado a imagen de Dios. “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.” Génesis 1:26. ¿Qué significa para nosotros el ser creados a imagen de Dios? Significa que somos un único reflejo de Dios. Que dependemos absolutamente de Dios, y que somos en definitiva responsables ante Dios. Hemos sido creados a imagen de Dios, y hemos sido creados para el propósito de Dios. “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Génesis 1:28).
El hombre fue creado para disfrutar de una relación con Dios, para experimentar Su bendición, para gobernar sobre toda la creación con dominio, para reproducir la gloria de Dios en los confines de la tierra y multiplicar la imagen de Dios por todas partes. Esta es la naturaleza del hombre.
La Naturaleza de Satanás
Luego, vea la naturaleza de Satanás. Vea la descripción que hace Isaías de la caída de Satanás en Isaías 14:13-15. Dice, “Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. 15 Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.” Luego vea la descripción que hace Juan sobre el futuro de Satanás en Apocalipsis 12:9. Dice, “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.”
Aquí encontramos algunas verdades significativas, que son enormes. Ahora, siga esto: Dios es Creador; Satanás es criatura. Eso parece ser obvio, pero es tan importante. Satanás no es el Creador supremo; él es parte de la creación. Él está de nuestro lado de la división Creador/Criatura, lo que significa que Dios es soberano; Satanás es un subordinado.
Dios está en control; Satanás es controlado. ¡Esto no es dualismo; esto es dominio! Dios y Satanás no son dos fuerzas igualitarias batallando entre sí. Satanás es una criatura que debe dar cuentas ante Dios y está por debajo del control soberano de Dios. No se olvide de esto: en cada página de las escrituras, Satanás no está nunca en control. Cuando llegamos a Job, Satanás no está en control. Cuando José es vendido a esclavitud, Satanás no está en control. Cuando llegamos a los reyes malvados en la historia de Israel, Satanás no está en control.
Cuando los líderes religiosos malvados y los oficiales romanos sentencian a muerte a Jesús y le crucifican en una cruz, Satanás no está en control. Dios es quien está en control de todo. Cuando los cristianos están expandiendo el evangelio a las naciones y mueren en el proceso como vemos en el libro de los Hechos, Satanás no está en control, y cuando llegamos al final de la Biblia, y vemos la batalla cósmica por las almas de los hombres y mujeres a lo largo de la historia, Satanás no estará en control para entonces.
Dios está en control, y Satanás está subordinado a Él en cada página de la Biblia y en cada página de la historia de la humanidad. Ahora, unas cuantas características sobre Satanás. Él puede hablar y es inteligente. No es ningún tonto. Génesis 3:1 dice, “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” Satanás es mañoso y astuto y sabe dónde/cómo atacar. Él es un mentiroso malicioso y un asesino malo.
Él toma la palabra de Dios, y la tuerce. Génesis 3:4-5 es un buen ejemplo de esto. Dice, “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.” Él es el padre de mentiras. Juan 8:44 dice, “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” Él ha sido homicida desde el principio.
La Naturaleza del Pecado
Eso nos lleva a la naturaleza del pecado. Como leímos en Génesis 3, pensamos en Romanos 5:12, “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron…” Los eventos de Génesis 3 han afectado cada una de nuestras vidas. Todo el pecado y sufrimiento en el mundo, en todas nuestras vidas, sale de esa raíz de un solo pecado en Génesis 3. Así que, pensemos acerca del núcleo del pecado. Ahí, el pecado implica rechazo de la palabra de Dios. Esto es lo que Adán y Eva estaban haciendo. Ellos estaban menospreciando la autoridad de Dios. “Podemos comer cualquier fruta que queramos; Dios no es soberano sobre nosotros,” y estaban negando el carácter de Dios, Su bondad, Su sabiduría y Su poder.
Entonces, vea el conflicto que provocó el pecado. Hay un conflicto entre el hombre y Dios. Hay culpa ante Dios. Génesis 3:7 dice, “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.” La vergüenza, lo que resulta en esconderse de Dios.
Vemos al hombre y la mujer sin vergüenza antes de la caída en Génesis 2:24-25. Dice, “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. 25 Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.” Entonces en Génesis 3:8, vemos la vergüenza que viene como resultado del pecado. Dice, “Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.” Vemos miedo de Dios en Génesis 3:9-10. Dice, “Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.” El pecado creó un conflicto entre el hombre y Dios, y el pecado creó un conflicto entre el hombre y la mujer. El esposo y la esposa, la más íntima de las relaciones humanas, está ahora empañada por el conflicto y marcada por el dolor y la tristeza y el sufrimiento.
Génesis 3:16, “A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.” Además de eso, el pecado creó un conflicto entre el hombre y la creación, llevando al afán y a los problemas en el mundo.
Génesis 3:17-19, Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Este es el conflicto entre el hombre y la creación.
Finalmente, vemos las consecuencias del pecado. Por una parte, usted tiene inmediatamente muerte espiritual. El hombre es echado fuera de la favorable presencia de Dios. Génesis 3:22-24 dice, “Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. 23 Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. 24 Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.”
Una Teología Bíblica del Mal y el Sufrimiento
Él está maldito, y los efectos de la maldición se hicieron evidentes rápidamente. El homicidio en Génesis 4:8. “Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.” Corazones malvados en Génesis 8:21. “Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho.” Mentes corrompidas en Génesis 6:5. “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.” Violencia en Génesis 6:13. “Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.”
División en Génesis 11:8-9. “Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. 9 Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.” La maldición del pecado está sobre los hombres y mujeres.
Génesis 12:1-3, “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” Entonces, tenemos la muerte espiritual inmediata y eventualmente la muerte física. El pago definitivo del pecado era la muerte.
Génesis 5:5 dice, “Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió.” Cuando usted lee en Génesis 5 sólo ve un inquietante refrán una y otra vez… “Y murió…” “Y murió…” ¿Ve el efecto del pecado desde el comienzo de las escrituras? Del pecado vinieron el sufrimiento y la muerte. Génesis 6:3 dice, “Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.”
La Necesidad de Redención…Lo que lleva, desde el principio de las escrituras, a la necesidad de redención. Oh, no se pierda esto. La Biblia pudo haber terminado en Génesis 11.
Dios hubiera sido completamente justo y completamente recto y completamente bueno al acabar la historia ahí. No existe una razón por la cual deban existir más capítulos, y sería completamente justo para Dios dejar al hombre en nuestra culpa, en nuestra vergüenza, y en nuestro miedo. Dios es infinitamente santo. El hombre se rebeló contra Él, y si deseamos justicia de algún tipo, entonces eso significa el castigo de la muerte sobre nosotros y la separación de nuestro Creador por toda la eternidad, y Dios sería completamente justo al hacer exactamente eso. Pero ¡Alabado sea Dios!
Génesis 1-11 también nos da un vistazo de Su gracia. En Génesis 3:14-15, tenemos la promesa de Cristo. Dice, “Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”
Cristo es aquel que vendrá de la mujer, y en el proceso de ser herido por la serpiente, El aplastará la cabeza de la serpiente. La promesa divina en el tercer capítulo de la Biblia dice que en aquel día, Satanás será pisoteado, y Cristo vencerá sobre el pecado y la muerte. Vea la promesa de Cristo y la presencia de un pacto. Dios, en Génesis 6:17-18, luego del diluvio, entra en una relación con la creación a través de Noé, prometiéndole no juzgar a la tierra de esa forma otra vez. Dice, “Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. 18 Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.”
Génesis 1-11 nos da un vistazo de Su gracia, y Génesis 1-11 nos deja agarrados de la esperanza, de que un día Satanás será derrotado, y de que un día el pecado será destruido. Un día, la creación de Dios será restaurada. El pueblo de Dios rescatado, y un día el nombre de Dios será exaltado. Esta es la esperanza que conduce el resto de la Biblia, y al final, esta esperanza se centra en Cristo. De aquí en adelante, la Biblia es una historia de redención que abarca desde la creación, en Génesis 1-2, a la re-creación en Apocalipsis 21-
- Estos son los delimitadores de la Biblia, y la historia entre ellos es la redención, y esa redención es sólo posible a través del Redentor, lo que significa que el resto de esta historia, de principio a fin, gira en torno a Jesús mismo. Tenga eso en mente.
Los Retratos de José
Génesis 37-50: Dolor y Providencia
El segundo texto, y le prometo que no será tan largo como los primeros, pero estos son textos fundamentales para todo lo demás. Bien, Génesis 37-50: dolor y providencia en la vida de José. Génesis 37:3-11 sienta las bases para los siguientes trece capítulos.
Dice, “Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. 4 Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente. 5 Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía. 6 Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: 7 He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío.
8 Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras. 9 Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. 10 Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? 11 Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto.”
Génesis 37-50 nos da muchos retratos de José. Él es el hijo favorito de su padre, y como resultado, él es el hermano despreciado. Sus hermanos lo toman y, al principio, traman matarlo, pero luego deciden venderlo como esclavo. Él es un esclavo en una tierra extranjera. Egipto, para ser más específico. Génesis: 37-25-28 cuenta como José vino a parar en Egipto.
Dice, “Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. 26 Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? 27 Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él. 28 Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.”
Aquí lo vemos como el sirviente puro, resistiendo al pecado y la tentación, cuando huye de la esposa de Potifar cuando ella trata de seducirlo en Génesis 39:6-15. Dice, “Y dejó todo lo que tenía en mano de José, y con él no se preocupaba de cosa alguna sino del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia. 7 Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo. 8 Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene. 9 No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?
10 Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella, 11 aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. 12 Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió. 13 Cuando vio ella que le había dejado su ropa en sus manos, y había huido fuera, 14 llamó a los de casa, y les habló diciendo: Mirad, nos ha traído un hebreo para que hiciese burla de nosotros. Vino él a mí para dormir conmigo, y yo di grandes voces; 15 y viendo que yo alzaba la voz y gritaba, dejó junto a mí su ropa, y huyó y salió.”
Como resultado, ella se siente avergonzada, y acusa a José de un crimen en contra de ella, y José se convierte en un prisionero calumniado, varado en la cárcel durante 13 años. Sin embargo, a través de una serie de personajes sospechosos que José conoce allí, Dios lo libra de la prisión, y se convierte en el líder sobre toda la tierra, exaltado en la casa del Faraón, el organizador y gobernador de toda la distribución de comida en medio de la escasez. “Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; 43 y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto” (Génesis 41:42-43)
La familia de José viene buscando comida, y José se convierte en el hermano restaurador, perdonando a sus hermanos por lo que le habían hecho, y usando los recursos de Egipto a su disposición para proveerles. Génesis 42:1-3 dice, “Viendo Jacob que en Egipto había alimentos, dijo a sus hijos: ¿Por qué os estáis mirando? 2 Y dijo: He aquí, yo he oído que hay víveres en Egipto; descended allá, y comprad de allí para nosotros, para que podamos vivir, y no muramos. 3 Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo en Egipto.”
Al llegar allí una segunda vez, José planta una copa de plata en el saco del hermano menor para hacer que los hermanos regresen por su padre. El diálogo se encuentra en Génesis 44:14-17. Dice, “Vino Judá con sus hermanos a casa de José, que aún estaba allí, y se postraron delante de él en tierra. 15 Y les dijo José: ¿Qué acción es esta que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo sabe adivinar? 16 Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos, o con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos; he aquí, nosotros somos siervos de mi señor, nosotros, y también aquel en cuyo poder fue hallada la copa. 17 José respondió: Nunca yo tal haga. El varón en cuyo poder fue hallada la copa, él será mi siervo; vosotros id en paz a vuestro padre.”
Génesis 45:4-9 continúa: “Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. 5 Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros. 6 Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega. 7 Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. 8 Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto. 9 Daos prisa, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas.”
Y así se convierte en el hijo reunido con su padre Jacob al final de la historia. Génesis 46:28-30, “Y envió Jacob a Judá delante de sí a José, para que le viniese a ver en Gosén; y llegaron a la tierra de Gosén. 29 Y José unció su carro y vino a recibir a Israel su padre en Gosén; y se manifestó a él, y se echó sobre su cuello, y lloró sobre su cuello largamente. 30 Entonces Israel dijo a José: Muera yo ahora, ya que he visto tu rostro, y sé que aún vives.” Continúa en Génesis 49:33-50:1, “Y cuando acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió sus pies en la cama, y expiró, y fue reunido con sus padres. Entonces se echó José sobre el rostro de su padre, y lloró sobre él, y lo besó.”
También, Génesis 50:15-21 dice, “Viendo los hermanos de José que su padre era muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos. 16 Y enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo: 17 Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban. 18 Vinieron también sus hermanos y se postraron delante de él, y dijeron: Henos aquí por siervos tuyos. 19 Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? 20 Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. 21 Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló, y les habló al corazón.”
La Providencia de Dios
Ahora, esta historia nos es dada en las escrituras para mostrarnos la providencia de Dios en medio del mal y el sufrimiento. En todas las altas y bajas de José, sus tentaciones y pruebas, vemos a Dios como el Señor que está siempre presente. Vemos que Dios está presente con José en la casa de Potifar. Génesis 39:2-3, “Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. 3 Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano.”
También vemos al Señor presente con José en la prisión de Potifar. Génesis 39:20-23 dice, “Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel. 21 Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel. 22 Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía. 23 No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.”
En Medio del Sufrimiento, José Nunca estuvo Solo.
Dios es el Señor que está siempre presente, y Dios es el siempre sutil Rey sobre el sufrimiento. El siempre sutil Rey. Cuando José se revela a sus hermanos cuando ellos vienen buscando comida, nosotros, como lectores, esperamos que José cobre por lo que ellos le habían hecho, pero escuche lo que dice José. Esto es asombroso.
Escuche esto, Génesis 45:4-9, “Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. 5 Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros. 6 Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega. 7 Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. 8 Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto. 9 Daos prisa, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas.”
¿Escuchó eso? ¿Quién envió a José a Egipto, sus hermanos o Dios? Dios lo hizo a través de los hermanos. Estos son amigos inexplicables: soberanía divina. Dios fue el que envió a José a Egipto como esclavo; Dios hizo eso. José lo hace claro: Dios hizo esto. Salmos 105:16-17 dice, Trajo hambre sobre la tierra, Y quebrantó todo sustento de pan. 17 Envió un varón delante de ellos; A José, que fue vendido por siervo.”
Al mismo tiempo, los hermanos fueron los que lo vendieron como esclavo (responsabilidad humana). Ellos lo vendieron, ¿Verdad? Ellos lo hicieron. Así que vea la conclusión definitiva aquí: la responsabilidad del hombre no puede ser ignorada. Estos hermanos fueron responsables por la acción maligna de vender a su hermano como esclavo y luego mentir sobre ello. Ellos pecaron, y ellos eran responsables. Al mismo tiempo, la voluntad de Dios no puede ser frustrada. Dios lo estaba haciendo todo. Dios diseñó que José fuese vendido como esclavo; Dios hizo eso. Aquí está el siempre sutil Rey, y mostrándose como, tercero, el siempre fiel Salvador. ¿Por qué diseño Dios esto? Porque Dios mantiene Sus promesas con Su pueblo.
Escucha lo que Dios le dijo a Abraham mucho antes en Génesis 15:13-16, “Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. 14 Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. 15 Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. 16 Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.”
Eso es exactamente lo que Dios está haciendo aquí. Es exactamente lo que Él le dijo a Abraham que haría. Él está enviando a Su pueblo a Egipto. Dios mantiene sus promesas, y Dios preserva a Su pueblo. Oh, no se pierda esto. Luego de la caída del hombre en Génesis 3, nos adelantamos a la mesa de las naciones en Génesis 10, y tenemos 70 naciones esparcidas como resultado de la torre de Babel. Todo está desordenado, pero luego en Génesis 12, justo después de que las naciones son esparcidas en rebelión contra Dios, vemos a Dios llamando a Abraham y formando una nación, un pueblo, para Sí mismo.
Toda esta historia nos lleva al final de Génesis, en Génesis 46:27, “Y los hijos de José, que le nacieron en Egipto, dos personas. Todas las personas de la casa de Jacob, que entraron en Egipto, fueron setenta.” El número de naciones descritas en Génesis 10 es 70, y el número de descendientes de Israel es 70, y Deuteronomio 32:8 dice, “Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones, Cuando hizo dividir a los hijos de los hombres, Estableció los límites de los pueblos según el número de los hijos de Israel.”
Entonces, la historia de Génesis comienza con el pueblo de Dios, Adán y Eva, habitando con toda seguridad y en prosperidad en el huerto del Edén. Todo eso es destruido por la caída, pero para el final de Génesis, por causa de todo lo que había pasado en la historia de José, vemos un nuevo pueblo de Dios, el pueblo de Israel, habitando con toda seguridad en la próspera tierra de Egipto. Dios preservando un pueblo para Sí mismo.
El Punto Para Nosotros
Ahora, el punto de todo esto para nosotros es este: particularmente, cuando caminamos a través del sufrimiento, y nos preguntamos, “Dios, ¿Qué estás haciendo en mi vida?” así como hizo José. “Te sigo y confió en ti. ¿Por qué he sido vendido a esclavitud? Me mantuve firme en pureza, ¿Por qué estoy en prisión por años?” Cuando usted y yo hacemos este tipo de preguntas, “¿Por qué está pasando esto?” recuerde esto: tenemos un Señor que está con nosotros.
El mismo Dios cuya presencia estaba con José en el pozo de donde fue vendido, en la casa donde él servía, en la cárcel a donde fue echado, ante el Faraón a quien él fue convocado, ese mismo Dios está con usted, hermano o hermana. Dios está con usted en su exaltación. Cuando las cosas van bien, Dios está con usted. También, Dios está con usted en su humillación. Cuando las cosas están en su peor momento, cuando nada va bien, cuando piense que esta solo o sola, recuerde que usted nunca, nunca está solo.
Tenemos un Señor que está con nosotros, y tenemos un Rey que nos guía. Aprendemos en Génesis 37-50 que Dios es el siempre sutil Rey, y no se pierda lo que esto significa en nuestras vidas. Dios no pasa por alto algunos de los detalles de su vida. ¿No se ha preguntado alguna vez si lo ha hecho? “¿Se hará olvidado de esto? ¿No está Dios al tanto de alguna de las cosas que me están pasando ahora mismo?”
Comenzamos a pensar que a Dios no le importa, y que Dios no está involucrado a alguno de los detalles de nuestras vidas, y es aquí donde le quiero recordar que, hermanos y hermanas, Dios orquesta todos los detalles de nuestra vida. De nuevo, no de forma que usted u otros no son responsables de las decisiones tomadas, o de manera tal que es algún control robótico; esto no es nada parecido a lo que vemos en esta historia. En vez de eso, estamos viendo a un Dios que está trabajando detrás de cámaras en cada momento y en cada segundo para traer a José al lugar correcto en el momento justo. ¡Piense en ello! Él está orquestando una variedad de circunstancias.
Piense en la vida de José, usted podría tomar cualquiera del número de incidentes que le ocurrieron y escribir “tragedia” sobre todos ellos. Sin embargo, cuando usted los pone juntos, usted ve una hermosa imagen de lo que Dios estaba haciendo. Piense en José en prisión donde le dice al copero lo que significa su sueño, y luego le dice, “Por favor no me olvides.” Luego, el copero lo olvida. Bueno, alabado sea Dios que olvidó a José, para que en el momento justo, cuando el Faraón necesita que su sueño sea interpretado, el copero quien se había olvidado de José se encuentre ahí en el momento, y dice, “Conozco a un hombre que le puede ayudar con eso.” ¡Usted no planea eso!
Sólo Dios puede orquestar eso. Él está orquestando una variedad de circunstancias en una variedad de personas. ¿Se da cuenta de que nuestras vidas no son las únicas en las que Dios está trabajando? Su vida no es la única vida en la cual Dios está trabajando. El mundo no gira alrededor de usted. Para regresar a la historia del copero; la realidad es que la única razón por la que el copero estaba en prisión, si usted lee la historia, es que el aparentemente había hecho algo menor que había molestado a Faraón. Así que Dios utilizó un mal humor un día en la vida de Faraón para mandar a un copero a prisión para que pudiera tener un sueño en una noche, verse confundido al día siguiente, sólo para ver a José pasar en el justo momento. ¡Eso es Dios orquestando todo esto!
Una Teología Bíblica del Mal y el Sufrimiento
Note esto; cuando usted o yo preguntamos, “Dios, ¿Qué estás haciendo en mi vida?” la respuesta podría involucrar lo que Dios está haciendo en la vida de otra persona, y lo que Dios está haciendo en su vida puede ser una parte integral de lo que Dios está haciendo en la vida de la otra persona y viceversa. Dios está orquestando una variedad de circunstancias en una variedad de personas por una variedad de fines. Dios lleva a José a un punto de humillación, gozo y alegría. Dios lleva a los hijos de Jacob a un punto de confesión. Dios lleva al mismo Jacob a un punto de realización, y para el pueblo de Dios, todas estas metas son, en definitiva, buenas.
Este es el punto de Génesis 50:20. Basados en esa realidad, quiero recordarle una verdad que vamos a estar viendo a lo largo de las escrituras: La providencia de Dios es sólo la base para abrazar el dolor de la vida. Hay muchas personas hoy día, incluso los que dicen ser cristianos, que dicen que Dios no es soberano sobre cada detalle, que Dios no está en control, y que Dios no sabe lo que pasará en el futuro. Quiero que vea lo superficial que es ese punto de vista. Imagine a José con ese punto de vista, pensando en sí mismo como una víctima sin esperanza ni oportunidad. Sus hermanos le vendieron, lo lanzan a la prisión, y Dios está con él, pero ¿Qué importa eso?
Si Dios no le pudo guardar de ser lanzado allí, entonces no hay garantía de salir. Dios está inseguro de cómo terminará esta historia, y entonces José no tendría razón de esperar de ninguna forma un futuro mejor. “Veremos qué ocurre…” Esa es su esperanza, pero no, José no se está aferrando de eso, porque él conoce la providencia de Dios, y José sabe que Dios está orquestando todos estos detalles por un buen y glorioso propósito, incluso los peores detalles.
Así que, luego de 13 años en un calabozo, él no va y calumnia a la esposa de Potifar cuando sale; el no derriba al copero que lo olvidó por años, y cuando él ve a sus hermanos, él no los condena por venderle como esclavo. No, en vez de eso, él dice, “Acérquense a mí y escuchen. Dios hizo esto; Dios me envió aquí; Dios me llevó aquí; Dios está en control.” Piense en eso, hermanos y hermanas, no importa si es un tumor maligno y un aborto espontáneo o una repentina/trágica pérdida, sepa esto: Dios está en control. Lo que eso significa es que Él toma el mal y lo convierte en bien.
¡Piense en esto! Incluso las palabras maliciosas y acciones de hombres pecaminosos que quieren dañarle, Dios en última instancia lo usa para bien. Dios toma el mal y lo convierte en bien, y Dios toma el sufrimiento y lo convierte en satisfacción. Escuche lo que dice en Génesis 41:50-52. Cuando José tiene dos hijos, escuche cuáles son sus nombres. “Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. 51 Y llamó José el nombre del primogénito, Manasés; porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre. 52 Y llamó el nombre del segundo, Efraín; porque dijo: Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción.”
Memorice el versículo 52: “Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción.” Esto no es solamente sobrevivir el sufrimiento, esto es prosperar del sufrimiento, y este es un tema que vemos por todas las escrituras. La victoria salvadora de Dios por Su pueblo a menudo viene a través del dolor y las dificultades, lo cual nos lleva a la verdad final que Dios fije en nuestros corazones de esta historia. ¿Cómo sabremos que Dios tomará el mal y lo convertirá en bien?
Una Teología Bíblica del Mal y el Sufrimiento
¿Cómo sabemos que Dios tomará el sufrimiento y lo convertirá en satisfacción? Algunos de ustedes se encuentran en medio de un profundo dolor y daño en estos momentos, y usted se está preguntando, “¿Cómo puedo yo realmente saber que Dios me va a hacer fructificar en la tierra de mi aflicción?” La razón por la cual usted puede saber eso es porque tenemos un Salvador que nos redimirá. No pase por alto los paralelos en esta historia. Dios utiliza un terrible pecado para preservar a Su pueblo en Génesis. Dios utiliza a hijos que quieren matar a sus hermanos, que vendieron a su hermano como esclavo.
¿Puede imaginar el horror de este pecado? Vender a su propio hermano como esclavo a viajeros extranjeros, pero Dios lo utilizó para preservar a Su pueblo, sentando las bases para un día en que Dios utilizaría los pecados de aquellos que acusaron y calumniaron falsamente a Jesús y lo sentenciaron a muerte y lo clavaron en una cruz para salvar a Su pueblo para siempre. Todo en la historia apunta al Viernes Santo, ¿Verdad? Esta historia en Génesis 37-50 sienta las bases para el día en que Dios utiliza un pecado terrible para salvar a Su pueblo por toda la eternidad.
Piense en esto: en ambas historias, Dios toma los pecados de los destructores y los convierte en los medios de su propia liberación. Dios usó el pecado de los hermanos para liberar a los hermanos, y en la misma hermosa e indescriptible manera, Dios usó el pecado de los hombres que clavaron a Jesús a una cruz para crear el medio para ellos poder ser perdonados de sus pecados. Piense en estos hermanos, delante del hermano que habían ofendido, y él llora, y les dice, “Acérquense. Porque por causa del pecado en mi contra, puedo ahora salvarles.”
Es lo mismo que vemos en el evangelio. Estamos delante de Jesús, nuestro Salvador al que hemos ofendido, y Él nos dice, “Acérquense. Porque por causa del pecado en mi contra, puedo ahora salvarles.”No pase por alto la promesa. A lo largo de esta historia, hay una interacción entre José y su hermano Judá.
Fue idea de Judá vender a José como esclavo en vez de dejarlo morir. Judá insistió en que sus hermanos regresaran donde José por segunda vez, y al final, como resultado de lo que Dios había hecho a través de José, Judá fue quien guió al pueblo de Dios a la tierra, y allí Jacob bendijo a su hijo, Judá, diciendo, “Judá, te alabarán tus hermanos; Tu mano en la cerviz de tus enemigos; Los hijos de tu padre se inclinarán a ti. 9 Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, Así como león viejo: ¿quién lo despertará? 10 No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos” (Génesis 49:8-10).
Ahora, es a Judá a quien se inclinarían los hijos de su padre. Judá sería el león. De la línea de Judá es de donde saldrían los legisladores. El equipo de legisladores, que es la señal de un rey, no se apartaría de Judá. Es Judá que algún día tendría un rey con “R” mayúscula, de su línea a la que será la obediencia de todos los pueblos. El punto de la historia es en última instancia para preservar la línea de Judá, porque algún día Dios tomaría el León de Judá y lo haría el Cordero que fue inmolado.
Esta promesa en Génesis 49:8-10 finalmente se cumple al final, cuando en Apocalipsis 5:5- 6, Juan escucha: “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; 9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; 10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.”
No pase por alto el punto de esta historia. Finalmente, José está en las escrituras para señalarnos a Jesús. Piense en todos estos retratos de José, y luego piense en el retrato de Jesús. El hijo favorito vino a la tierra y fue rechazado por sus hermanos, sus prójimos. Él se humillo y se convirtió en esclavo en una tierra extranjera. Puro y recto en todos los sentidos, Él fue calumniado y sentenciado a muerte. Dios hizo esto.
Él ordenó el homicidio pecaminoso de Su único Hijo para que Él fuera levantado y convertido en Señor sobre toda la tierra, y a través de Su sufrimiento, Él puede restaurar a Sus hermanos que han pecado contra Él, por ej. Usted y yo, sólo para ser reunido con Su Padre. Los paralelos nos son perfectos y los detalles no son exactos, pero el propósito de la historia de José es señalarnos la supremacía de Jesús, y darnos esperanza. Oh, hermanos y hermanas, agárrense de esta esperanza basada en el final de la historia de la vida de José.
Con los hermanos de José rodeándole y disfrutando de la tierra, sepa esto: vendrá un día cundo seremos completamente restaurados con Jesús nuestro Salvador, donde le acompañaremos a Él y al Padre en una tierra donde no hay más lamento ni más sufrimiento, no más pecado y no más dolor, y sabiendo esto, esté confiado en que Dios usará cada circunstancia, cada ocurrencia, y cada detalle, sin importar cuál sea en su vida para providencialmente resaltar el día en que estaremos con El en Su presencia por toda la eternidad. En esta magnífica historia de redención, aquel que nos ha salvado de nuestros pecados un día nos glorificará con El. Esto es dolor y providencia.
La Revelación de Dios En Medio del Sufrimiento
Éxodo 3: El Señor Que Ve Nuestro Sufrimiento
El tercer texto: el Señor que ve nuestro sufrimiento. Una perspectiva propia del sufrimiento es dependiente de una perspectiva propia de Dios, y Éxodo 3 es una de las revelaciones más claras de quién Dios es, y viene a Su pueblo en medio del sufrimiento. Así que tenemos que pensar profundamente sobre la identidad de Dios, cuando Dios se reveló a sí mismo a Su pueblo en medio del sufrimiento como el “gran yo soy.”
A.W. Tozer dijo: “No es un pensamiento alegre el que millones de nosotros que vivimos en una tierra de Biblias, que pertenecemos a iglesias y trabajamos para promover la religión cristiana, podamos pasar nuestra vida entera en esta tierra sin pensar o tratar o pensar seriamente ni una sola vez acerca de quién es Dios. Pocos de nosotros hemos dejado a nuestros corazones mirar en asombro al YO SOY, al ser auto-existente en el cual ninguna criatura puede pensar. Tales pensamientos son muy dolorosos para nosotros. Preferimos pensar en donde nos haría más bien – sobre cómo construir- una mejor ratonera, por ejemplo, o como hacer crecer el doble de pasto donde había crecido antes. Y por esto ahora estamos pagando un precio muy alto en la secularización de nuestra religión y el decaimiento de nuestras vidas interiores.”
Vemos la revelación de Dios en medio del sufrimiento en Éxodo 3. El pueblo de Dios estaba ahora sufriendo como esclavo en Egipto, y Dios vino a Moisés, el hombre a quien Dios había escogido para liberar a Su pueblo de Egipto, y Dios le hizo conocer a Moisés que Él es santo. En medio del sufrimiento, Dios dice, “Soy santo.”
Éxodo 3:1-6 dice, “Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. 2 Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. 3 Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. 4 Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. 5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. 6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.” “El lugar que pisas, la zarza ardiente, es tierra santa.” Para Dios el ser santo significa que Él es perfectamente único. Él está completamente separado, y Él es absolutamente puro. Dios dice, “Soy santo, y soy misericordioso.”
Éxodo 3:7-10, “Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, 8 y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. 9 El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. 10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.”
Dios dice, “He visto la aflicción de mi pueblo. He oído su clamor, y he descendido para librarlos.” Dios ve nuestra aflicción. El oye nuestro clamor. El conoce nuestro sufrimiento, y El recuerda Su pacto. Esto es lo que Dios ha prometido. Recuerde en Génesis 15:13-16, “Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. 14 Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. 15 Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. 16 Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.”
¡Usted no ha sido olvidado por su Dios! Él lo ve; Él lo conoce; El oye sus heridas, y se acuerda de Su gran amor hacia usted. Él nunca olvida a Su pueblo. Soy santo, soy misericordioso, y estoy siempre presente.
Éxodo 3:11-12, “Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.” Una y otra vez, en los patriarcas, Dios les dice, “Estaré contigo.” Ahora, Él viene a Moisés, y le dice, “Ve a donde Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo.” Ahora póngase en los pies descalzos de Moisés por un momento. Usted es un pastor en el campo, y ahora usted debe ir delante del gobernador más poderoso en la tierra y decirle, “Deje que todos sus esclavos vengan conmigo.”
Entonces, Moisés dice, “¿Quién soy yo para hacer esto?” Me encanta la forma en que Dios responde. Note lo que Dios no hace. Él no dice, “Bueno, tú fuiste entrenado en la corte de Faraón; has aprendido un puñado de buenas lecciones por ahí en el desierto; eres lo suficientemente Egipcio como para confrontar a los egipcios y lo suficientemente Hebreo como para amar a los hebreos. Eres el mejor chance que tenemos.”
No. Dios dice, “Yo estaré contigo.” Él dice, “Soy todopoderoso.” Él convierte la vara de Moisés en una serpiente, y promete tomar el agua del Nilo y convertirla en sangre. Dios puede hacer lo que le plazca. Él es todopoderoso. Isaías 40:28 dice, “¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.” Dios dice, “Soy auto-existente.” Él no tiene origen. Éxodo 3:13-14 dice, “Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?
Y respondió Dios a Moisés: Yo Soy El Que Soy. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo Soy me envió a vosotros.” Cuando Dios dice, “Yo soy el que soy,” Él está señalando el hecho de que Él siempre ha sido. Dios no debe Su existencia a nadie ni a nada. Él no fue creado. Él no fue llamado a existencia. Él siempre ha sido. Yo soy autosuficiente. Dios no tiene necesidades. Él no necesita nada de usted o de mi o de nada más.
Me encanta Salmos 50:7-15. Dice, “Oye, pueblo mío, y hablare; Escucha, Israel, y testificare contra ti: Yo soy Dios, el Dios tuyo. No te reprenderé por tus sacrificios, Ni por tus holocaustos, que están continuamente delante de mí. No tomare de tu casa becerros, Ni machos cabríos de tus apriscos. Porque mía es toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los collados. Conozco a todas las aves de los montes, Y todo lo que se mueve en los campos me pertenece. Si yo tuviese hambre no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud. ¿He de comer yo carne de toros, O de beber sangre de machos cabríos? Sacrifica a Dios alabanza, Y paga tus votos al Altísimo invócame en el día de la angustia; Te librare, y tú me honraras.
Tozer dijo: “Si todos los seres humanos se convirtieran en ciegos, aun así el sol brillaría de día, y las estrellas de noche, ya que estos no le deben nada a los millones que se benefician de su luz. Así que, si todos los hombres de la tierra se convirtieran en ateos, no afectaría a Dios de ninguna forma. Él es lo que es en Sí mismo sin consideración de ningún otro. El creer en Él no trae nada a Su perfección; dudar de Él no le quita nada.”
Dios dice, “Soy eterno.” Dios no tiene principio, ni fin, ni pasado, ni futuro. Salmos 90:1-2, “Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación. 2 Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.” Él es “Desde el siglo y hasta el siglo.” Él es Dios. Como la zarza ardiente, Dios nunca se queda sin combustible. Su gloria nunca se oscurece, y Su belleza nunca se desvanece. ¿Se da cuenta de que por toda la eternidad, estaremos continuamente descubriendo más y más de la gloria y la belleza de nuestro Dios? Nunca nos cansaremos de contemplar y deleitarnos y disfrutar de Su gloria, porque Su gloria es eterna.
Stephen Charnock, en su Discurso de la Eternidad de Dios, dijo: “Cuando disfrutamos de Dios, lo disfrutamos en su eternidad sin ningún cambio continuo… luego de muchos siglos, las alegrías serán igual de sabrosas y satisfactorias como lo han sido desde aquel primer momento en que fueron probadas por nuestros hambrientos apetitos. Cuando la gloria de Dios se haya de levantar sobre usted, habrá de estar tan lejos de establecerse, que después de que millones de años se cumplan, tan numerosos como la arena en el mar, el sol, a la luz de cuyo rostro viviréis, será tan brillante como aquella primera aparición; el estará muy lejos de dejar de fluir, que fluirá tan fuerte, tan lleno, como aquella primera comunicación de sí mismo a las criaturas, floreciendo como una primavera perpetua, y contentando el deseo más amplio; formando su interés, placer, y satisfacción; con una infinita variedad de deleites, y eternidad para perpetuarlas; este será el fruto del disfrutar de un Dios infinito y eterno.”
Una Teología Bíblica del Mal y el Sufrimiento
¡Desearía haber escrito algo como eso! Eso es bueno. Dios dice, “Soy eterno; Soy inmutable. En otras palabras, Dios dice, “Soy incambiable.” Malaquías 3:6 dice, “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.” Sus perfecciones nunca cambian. Dios no puede cambiar para bien ni para mal. Ahora, obviamente, es bueno que Dios no pueda cambiar para peor, pero es también bueno que Dios no pueda cambiar para mejor, eso significaría que Él no era infinitamente bueno en primer lugar, y Él lo es. Él dice, “Soy fiel. Lea en Éxodo 6:2-8, está lleno de promesa tras promesa. “Yo haré esto…” “Yo haré lo otro…”
Dice, “Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy Jehová. 3 Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre Jehová no me di a conocer a ellos. 4 También establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron. 5 Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mí pacto. 6 Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy Jehová; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; 7 y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto. 8 Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo Jehová.”
El promete liberación, redención, adopción, y posesión de la Tierra Prometida. Dios está diciendo, “Me mostraré fiel a mis promesas.” Él es soberano. Justo después de esto, Moisés se enfrenta a la resistencia del pueblo de Israel, y enfrenta resistencia una y otra vez, pero si busca en Éxodo 3:19-20, verá la soberanía de Dios. Dios dice, “Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte. Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir.” Esa es una garantía. “Moisés, él os dejará ir.” ¿Cómo sabe Dios eso? ¿Cómo asegura eso Dios? Porque Él es soberano, hermanos y hermanas. Dios no se está inventado esto mientras avanza y espera que resulte todo bien para Su pueblo. Él está cumpliendo el propósito que Él ha dispuesto desde el principio de la Biblia.
Él es soberano; Él es justo. Al final de Éxodo 3, Dios habla sobre cómo los israelitas saquearán a los egipcios, y los israelitas van a dejar Egipto con toda clase de riquezas y tesoros. No pase por alto la imagen aquí. En una situación donde los israelitas están siendo injustamente e injustificadamente tratados como esclavos año tras año, vendrá un día, dice el Señor, donde se exigirá justicia. Debemos ser cuidadosos de no evaluar la justicia de Dios a corto plazo. Dios afirmará Su justicia al final y completamente en Su perfecto tiempo.
“Soy santo; soy misericordioso; estoy siempre presente; Soy todopoderoso, auto existente, auto-suficiente, eterno, inmutable, fiel, soberano, y justo, y todo esto lleva a la audaz y clara afirmación: Yo, Jehová, el Señor, soy Dios, y no hay otro dios aparte de mí.” Éxodo 20:1-3, “Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.”
Nuestra Respuesta en Medio del Sufrimiento
¿Así que, cómo responder a esta revelación en medio del sufrimiento? Ponga su fe y su esperanza en Dios. Damas y caballeros, nada ni nadie es merecedor de su confianza y su esperanza. Eso se convirtió en la firme confesión del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento: Dios el Señor. Deuteronomio 6:4-5 dice, “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” Sin embargo, este no es el final de la historia. Lo impresionante del Nuevo Testamento es que Jesús es el Señor. En Juan 8:48-59, Jesús se refiere a sí mismo como “Yo Soy.”
Dice, “Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio? 49 Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis. 50 Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga. 51 De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte. 52 Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte.
53 ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? !Y los profetas murieron! ¿Quién te haces a ti mismo? 54 Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios. 55 Pero vosotros no le conocéis; mas yo le conozco, y si dijere que no le conozco, sería mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra. 56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó. 57 Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? 58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. 59 Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.”
Ponga su fe y su esperanza Dios, en Cristo, y encuentre su descanso y refugio en Dios. Salmos 46:1, “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.” Piense en las ramificaciones y las implicaciones de estas verdades. No importa lo que le pase en este mundo, Dios es todas estas cosas, y el Dios que es soberano e inmutable y eterno y auto-existente y todopoderoso, es el Dios que ve su aflicción, que oye su clamor, y conoce sus sufrimientos.
Entonces, el estímulo práctico para nosotros en el sufrimiento está claro: no se concentre en que las circunstancias están difíciles a su alrededor. Éxodo 5:22-23, “Entonces Moisés se volvió a Jehová, y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste? Porque desde que yo vine a Faraón para hablarle en tu nombre, ha afligido a este pueblo; y tú no has librado a tu pueblo.” Concéntrese en el carácter de aquel que lo llamó. Más de una docena de veces en el libro de Éxodo, Dios simplemente le dice a Moisés o a Su pueblo, “Yo soy Jehová.” Un ejemplo es Éxodo 6:2, “Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy Jehová.”
Escuche esto: La cosa más importante que podemos tener mientras nos encontramos en medio de tiempos difíciles en esta vida y tiempos confusos en esta vida es un profundo entendimiento y conocimiento de quien Dios es. Cuando hay problemas en la familia, y no sabemos cómo resolverlos, Dios dice, “Yo soy Jehová.” Cuando nada parece salir bien, y no está claro cómo van a resultar las cosas, Dios dice, “Yo soy Jehová.” Cuando usted se encuentre en una cama de hospital, sin saber cuánto tiempo le queda, Dios dice, “Yo soy Jehová.”
Éxodo 12-24: Sangre Que Salva del Sufrimiento Y del Pecado.
Dios libera a Sus hijos del sufrimiento a través de la sangre. Bien, vamos a hacer uno más. Éxodo 12-24: sangre que salva de sufrimiento y del pecado. Esta es la historia de cómo Dios, entonces, salva a su pueblo del sufrimiento en Egipto y luego entra a una relación de pacto con ellos. Hay tres verdades principales que quiero resaltar. Número uno, Dios libera a Sus hijos del sufrimiento a través de la sangre.
Éxodo 12: 1-13 dice, “Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: 2 “Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año. 3 Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. 4 Mas si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas; conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero. 5 El animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las cabras. 6 Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. 7 Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer.
8 Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán. 9 Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas. 10 Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana, lo quemaréis en el fuego. 11 Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es la Pascua de Jehová. 12 Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová. 13 Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.”
Luego de enviar nueve plagas a Egipto, la décima plaga es la plaga del primogénito. El promete quebrantar al primogénito en cada hogar de Egipto, incluyendo a los Israelitas. La única excepción será cualquier familia Israelita que tomara un cordero y lo sacrificara dentro del hogar, y luego pusiera su sangre sobre el dintel de la puerta, ese sacrificio sería un sustituto. La muerte no pasara por el hogar donde hubiere sangre de un sacrificio sobre el dintel de la puerta. Entonces, esa es toda la imagen. Dios salva a Su pueblo y libera a Su pueblo del sufrimiento a través de la sangre.
Así que mire el retrato del Señor aquí en Egipto. Él es el Juez santo. Él está juzgando a los pecadores. El hombre merece destrucción; él es culpable de pecado y merecedor de la muerte. Éxodo 12:23 dice, “Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir.” Al mismo tiempo, vea al Señor como el amado salvador. Él es dador de gracia, proveyendo a su pueblo una manera de escapar de Su ira debido al pecado.
Éxodo 12:25-27 dice, “Y cuando entréis en la tierra que Jehová os dará, como prometió, guardaréis este rito. 26 Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?, 27 vosotros responderéis: Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas.” Entonces el pueblo se inclinó y adoró.”La provisión del Señor en Egipto fue la sangre de un cordero sin mancha. Por gracia, este sacrificio sería aceptable a Dios, y a través de la fe, este sacrificio fue aplicado al hombre. Esos israelitas que estaban confiando en la sangre del cordero para mantenerlos a salvo, en esa noche, Dios los liberó por la sangre, bajo la insignia de la sangre.
Éxodo 12:28-32 dice, “Y los hijos de Israel fueron e hicieron puntualmente así, como Jehová había mandado a Moisés y a Aarón. 29 Y aconteció que a la medianoche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales. 30 Y se levantó aquella noche Faraón, él y todos sus siervos, y todos los egipcios; y hubo un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese un muerto. 31 E hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo: “Salid de en medio de mi pueblo vosotros y los hijos de Israel, e id, servid a Jehová, como habéis dicho. 32 Tomad también vuestras ovejas y vuestras vacas, como habéis dicho, e idos; y bendecidme también a mí.”
Dios Garantiza Su amor a Sus Hijos a Través de la Sangre.
La segunda verdad que vemos, unos cuantos capítulos después, es que Dios les garantiza a Sus hijos Su amor a través de la sangre. En Éxodo 24:4-11, Dios le da Su ley a Su pueblo, y entra en un pacto con ellos, básicamente, como inaugurando una relación de matrimonio con ellos.
Dice, “Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de Israel. 5 Y envió jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová. 6 Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar. 7 Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos. 8 Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas. 9 Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; 10 y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno. 11 Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron.”
Dios se está comprometiendo con el pueblo de Israel. Vea el significado de la ley de Dios en Éxodo 20:1-17, donde Él les da los Diez Mandamientos. Este pasaje dice: “Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: “2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 3 No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. 7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.
8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo. 9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tú Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. 12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. 13 No matarás. 14 No cometerás adulterio. 15 No hurtarás. 16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. 17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.”
Entonces, vea la belleza de la misericordia de Dios, porque el pueblo de Dios no fue capaz de guardar la ley de Dios, así que Dios les proveyó una forma para ser perdonados de sus pecados a través de la sangre. El pueblo de Dios seria perdonado por la sangre del sacrificio, y luego, si mira atrás en Éxodo 24, ve que Moisés salpicó la sangre del sacrificio sobre todo el pueblo como señal de que Dios estaba uniéndose él mismo en un pacto con ellos. Por lo tanto, el pueblo de Dios está cubierto por la sangre del sacrificio, y una vez que eso pasa, Éxodo 24 dice que ellos contemplan Su gloria, y ellos celebran Su presencia. Deidad y humanidad se reúnen juntas en comunión en una montaña cósmica; es una escena asombrosa, y es todo hecho posible por la masacre de un sacrificio; por la sangre.
Dios Salva a Sus Hijos del Pecado a Través de la Sangre
Ahora, ¿Por qué tenemos esta historia? Para ayudarnos a entender como Dios, al final, salva a sus hijos del pecado a través de la sangre. Si usted observa desde el principio de la Biblia todo el camino hacia el final, y usted ve que todo este sistema del sacrificio se creó para ayudarnos a entender como Dios enviaría a Su único Hijo a sufrir, para derramar Su sangre para salvarnos de nuestros pecados y librarnos del eterno sufrimiento. Tengo algunos ejemplos aquí.
Génesis 22:9-14 dice, “Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. 10 Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. 11 Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: “Abraham, Abraham.” Y él respondió: “Heme aquí.” 12 Y dijo: “No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.” 13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. 14 Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, “ Jehová proveerá.” Por tanto se dice hoy: “En el monte de Jehová será provisto.”
También, Hebreos 9:22: “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.” Romanos 5:9: “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.” Efesios 1:7:“En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia…”
Hebreos 13:12: “Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre.” 1 Pedro 1:18-19: “…sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.” 1 Juan 1:7: “Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.”
Todos estos versículos aquí nos están señalando hacia la realidad de que la sangre del Cordero de Dios satisfaría la ira de Dios. Romanos 3:23-25 dice: “23 Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre.” La ira de Dios debido al pecado y a los pecadores seria derramada sobre Jesús y no sobre usted y yo, y la sangre del Cordero de Dios salvaría a los hijos de Dios quitando nuestro pecado. Juan 1:29: “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.”
Por gracia, el sacrificio de Jesús en la cruz es aceptable para Dios, y a través de la fe, su sacrificio es aplicado a nosotros. Para todos los que confían en la sangre de Cristo, el Cordero de Dios que nos libra de pecado, para todos los que se refugian bajo el manto de su sangre, usted estará a salvo del juicio contra usted y será traído a una relación con Dios, donde ahora nosotros contemplamos Su gloria, y ahora nosotros celebramos en Su presencia.
De esto trata la cena del Señor en Mateo 26:26-29, dice, “Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: “Tomad, comed; esto es mi cuerpo.” 27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: “Bebed de ella todos; 28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. 29 Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.” Recuerde esto: Jesús sufre y derrama su sangre para librarnos del sufrimiento eterno.
Levítico y Números: La Ley, la Tierra, y el sufrimiento.
Dios es santo. Próximo, he puesto a Levítico y a Números juntos bajo el encabezado de “la Ley, la tierra, y el sufrimiento.” Dios es santo. La infame declaración en Levítico 11:44 es, “Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra.” De esto, aprendemos que no podemos ser casuales con Dios. Aquí tenemos un sin número personas siendo casuales con Dios.
Levítico 10:1-3, dice, “Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. 2 Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová. 3 Entonces dijo Moisés a Aarón: “Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado.” Y Aarón calló.
También, Levítico 16:1-3: Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron. 2 Y Jehová dijo a Moisés: “Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio. 3 Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto.” Al igual que Nadab y Abiú, los hijos de Aarón, quienes fueron heridos de muerte por ofrecer fuego extraño ante el Señor, debemos ser contritos delante de Dios.
Levítico 16:29-31:“Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros. 30 Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová. 31 Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto perpetuo.”
El Pecado es Mortal
Dios es santo, y el pecado es mortal. Pongo un ejemplo aquí, Levítico 24:10-16, donde un hombre blasfemó/maldijo el nombre de Dios, y fue apedreado hasta la muerte como resultado. El pasaje dice: “En aquel tiempo el hijo de una mujer israelita, el cual era hijo de un egipcio, salió entre los hijos de Israel; y el hijo de la israelita y un hombre de Israel riñeron en el campamento. 11 Y el hijo de la mujer israelita blasfemó el Nombre, y maldijo; entonces lo llevaron a Moisés. Y su madre se llamaba Selomit, hija de Dibri, de la tribu de Dan 12 Y lo pusieron en la cárcel, hasta que les fuese declarado por palabra de Jehová.
13 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:”14 Saca al blasfemo fuera del campamento, y todos los que le oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él, y apedréelo toda la congregación. 15 Y a los hijos de Israel hablarás, diciendo: Cualquiera que maldijere a su Dios, llevará su iniquidad. 16 Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera.”
El pecado es serio, y es evidente a lo largo de Levítico y Números que la propensión del hombre al pecado es fuerte. El pueblo de Dios se sitúa en Cades en Números 13-14, con la Tierra Prometida junto en frente de ellos para ellos tomarla.
Una Teología Bíblica del Mal y el Sufrimiento
Números 13:25-33 dice: “Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días. 26 Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra. 27 Y les contaron, diciendo: “Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella. 28 Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. 29 Amalec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera del Jordán.”
30 Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: “Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos.” 31 Mas los varones que subieron con él, dijeron: “No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros.” 32 Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: “La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. 33 También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.”
También, Números 14:1-4 dice: Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. 2 Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud:” ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojala muriéramos! 3 ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?” 4 Y decían el uno al otro: “Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto.”
Así que, la propensión al pecado en el hombre es grande, y el pueblo de Dios pasó por alto Su bondad. El pueblo de Dios dudo de Su grandeza. Ellos magnificaban los problemas potenciales y minimizaban las poderosas promesas. Dios había dado promesas a Abraham en ese sitio en Génesis 13 y 15, en esa tierra, y ahora, en el lugar, finalmente habían llegado a la tierra prometida, y dijeron, “No podemos confiar en Dios.”
Génesis 13:14-18 dice: “Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. 15 Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. 16 Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. 17 Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré. 18 Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová.
También, Génesis 15:13-16 dice: “Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. 14 Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. 15 Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. 16 Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.”
El pueblo de Dios desobedeció Su palabra. “Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto,” Números 14:4, y en el proceso, el pueblo de Dios se descalificó a sí mismo de su bendición, y por causa de su pecado, incrementaron su propio sufrimiento. Números 14:35 dice, “Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.” La propensión al pecado en el hombre es fuerte, y el castigo del pecado es severo. Dios, ayúdanos a recuperar un sentido de la severidad del pecado en nuestro día.
Cornelius Platinga, en un clásico llamado “No es la Forma en que se Supone que Es” dijo: “La conciencia de pecado, una profunda consciencia de desobediencia, y una dolorosa confesión de pecado solía ser nuestra sombra. Los cristianos odiaban el pecado. Le temían, huían de eso, se lamentaban de eso. Algunos de nuestros ancestros agonizaban por causa de sus pecados. Un hombre que perdía la compostura se preguntaba si siquiera podía asistir a la santa comunión. Una mujer que por años envidiaba a su más atractiva e inteligente hermana se preguntaba si este pecado amenazaba su propia salvación… Esa sombra se ha atenuado. Hoy día la acusación, “Usted ha pecado” es a menudo dicha con una mueca o un tono que indica un chiste interno. En algún tiempo esta acusación todavía tenía el poder para sacudir a las personas.”
El Sacrificio es Necesario
Dios, ayúdanos a darnos cuenta de lo mortal que es cualquier pecado, sin importar cuán pequeño creamos que es. Levítico y Números nos muestran que Dios es santo, el pecado es mortal, y por tanto, una vez más, el sacrificio es necesario. Es lo que los primeros 16 capítulos de Levítico tratan. También, Levítico 17:11 dice: “Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.” Eso nos lleva a la principal provisión de Dios en el Antiguo Testamento: un sacrificio anual en el Día de la Expiación.
Aquí están los elementos que Él estableció: un sacerdote entraría en un santuario terrenal, como lo describe Levítico 16:3-10: “Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto. 4 Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua. 5 Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto.
6 Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa. 7 Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión. 8 Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel. 9 Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación. 10 Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto.”
Entonces el sacerdote entra y ofrece el sacrificio: la sangre de un animal sin mancha. Levítico 16:11-17 describe esto, diciendo: “Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo. 12 Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo. 13 Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera.
14 Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre. 15 Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio. 16 Así purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas. 17 Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel.”
El roseaba la sangre sobre el altar para mostrar que la pena por el pecado y la muerte habían sido pagadas. Aunque Dios vio los pecados de Israel, Dios estaba satisfecho con el sacrificio de un sustituto, como muchos de lo que vimos en Éxodo 12.
Levítico 16:20-22 dice: “Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo; 21 y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto. 22 Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto.”
Luego, el sacerdote tomaba otro animal, confesaba los pecados del pueblo sobre él, y lo enviaba al desierto, para nunca más ser visto, y ese era un sacrificio que necesitaba hacerse cada año. Levítico 16:34, “Y esto tendréis como estatuto perpetuo, para hacer expiación una vez al año por todos los pecados de Israel. Y Moisés lo hizo como Jehová le mandó.”
Como resultado, el efecto fue que este sacrificio de un animal era un recordatorio anual de todo nuestro pecado. Así es como Hebreos 10:1-4 describe este Día de Expiación. Dice:
“Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. 2 De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. 3 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; 4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.”
Ahora, eso es tan importante porque sienta las bases para la provisión de Dios en el Nuevo Testamento: un sacrificio permanente en la muerte de Cristo. Hebreos 10:10: “En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.” Estos son elementos paralelos presentes aquí: un sacerdote entrando alsantuario celestial, pero este sacerdote es Jesús. El autor de los Hebreos dice, “Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.
24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios” (Hebreos 9:23-24)
La ofrenda no fue la sangre de un animal, sino la sangre de un hombre sin pecado, Jesús.
Hebreos 9:11-14 dice, “Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”
Jesús se sacrificó a sí mismo para que, aunque Dios vea los pecados de nuestras vidas, Él sea satisfecho por el sacrificio de Su hijo. Ese es un sacrificio que durará para siempre. Hebreos 10:11-14 dice: “Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13 de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.”
¡Oh!, ve el efecto de Su sacrificio: la eliminación de todo nuestro pecado. “Añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.” (Hebreos 10:17).
Jesús es Digno
No pase por alto el punto: el pecado trae sufrimiento, y necesitamos un Salvador que nos traiga salvación, y Él es digno. Jesús es el Sumo Sacerdote que continuamente nos representará delante de Dios. Hebreos 7:23-25 dice: “Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.”
Él es el Cordero Sacrificial que reinará sobre nosotros eternamente, Apocalipsis 5:5-10. Dice: “Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos. 6 Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
7 Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. 8 Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; 9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; 10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.” Él continuamente nos representará ante Dios, y Él reinara sobre nosotros eternamente, Apocalipsis 5.
Deuteronomio: El Dios Que Aflige a Su Pueblo
Antiguo Testamento: Bendiciones y Maldiciones
Por último, Deuteronomio: El Dios que aflige a Su pueblo. Esta es una perspectiva interesante. Es realmente rápida, pero es una perspectiva interesante del sufrimiento en el Antiguo Testamento implicando bendiciones y maldiciones. En Deuteronomio, que es el recuento de la ley de Dios antes de que Su pueblo finalmente entrara a la Tierra Prometida, Dios promete bendiciones por obediencia.
Deuteronomio 28:1-6 dice: “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. 2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. 3 Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. 4 Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. 5 Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. 6 Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.”
Al mismo tiempo, justo después de esto, Dios pronuncia maldiciones por la desobediencia. Dios dice estas palabras en Deuteronomio 28:58-63: “Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y temible: Jehová tu Dios, 59 entonces Jehová aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu descendencia, plagas grandes y permanentes, y enfermedades malignas y duraderas; 60 y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán.
61 Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas destruido. 62 Y quedaréis pocos en número, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud, por cuanto no obedecisteis a la voz de Jehová tu Dios. 63 Así como Jehová se gozaba en haceros bien y en multiplicaros, así se gozará Jehová en arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra a la cual entráis para tomar posesión de ella.”
Así que, Dios le dice a Su pueblo que Él traerá aflicciones sobre ellos si le desobedecen. Eso, en muchas formas, es la historia del resto del Antiguo Testamento. El pueblo de Dios desobedeciendo Su ley una y otra vez.
Nuevo Testamento: La Cruz y la Maldición
Lo que nos lleva al Nuevo Testamento donde vemos la cruz y la maldición. Gálatas 3:10-14 fue escrito a personas que estaban pensando que podían obedecer la ley de Dios y ganar el favor de Dios.
Pablo dice: “Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. 11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; 12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. 13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero, 14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.”
Estamos bajo la maldición de la ley de Dios, y cuando Jesús fue a la cruz, Él fue objeto de la maldición del juicio de Dios. Allá arriba en Gálatas 3, Pablo dice que Jesús se hizo maldito por nosotros, y hace alusión a Deuteronomio 21:23 que dice: “…no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.”
Hay una grandiosa cita ahí de Lutero en nuestra guía de estudio, y como resultado de Él tomar la maldición que merecemos, ahora estamos dentro del alcance de la gracia de Dios, y tenemos tres opciones, damas y caballeros. Podemos ignorar la maldición y pretender como si estamos bien delante de Dios. Podemos trabajar para vencer la maldición. Podemos seguir reglas y regulaciones religiosas, pensando que estamos ganando el favor de Dios. Las personas a veces dicen, “Haga esta oración, vaya a la iglesia, sé una buena persona, y al final estarás bien.” Sin embargo, ambas opciones son condenatorias.
¿Cuál es nuestra tercera opción? Podemos abrazar la maldición, por ej., podemos ser conscientes de la desobediencia en el núcleo de nuestros corazones, y podemos correr hacia la cruz. Confiar en Cristo y experimentar Su bendición. En Su justicia, Dios aflige a Su pueblo con sufrimiento por su pecado, y en un extraordinario acto de misericordia, Dios aflige a Su Hijo con sufrimiento para quitar nuestro pecado.