Recursos en español de Radical

3.2 billion people will live and die without hearing the good news of Jesus. Let’s change that together.

Dios y los Desamparados

Rut era una extranjera de un lugar prohibido, una marginada en medio de un pueblo ajeno y estéril con un propósito no cumplido. En este mensaje sobre Rut, David Platt nos muestra la forma única en que Dios redime al marginado a través de un pariente redentor. Dios muestra Su gloria al derramar Su gracia sobre el desamparado.

  1. Dios recibe al extranjero a Su lugar.
  2. Dios redime al excluido a través de Su persona.
  3. Dios bendice al estéril para cumplir Su propósito.

Si tienen sus biblias, y espero que así sea, déjenme invitarles a que las abran conmigo en el libro de Rut. Todo el mundo gusta de una buena historia de amor. Ustedes le preguntan a las parejas, “¿Cómo se conocieron? ¿Cómo surgió su amor? ¿Cuál es la historia detrás de él?” Todo el mundo gusta de una buena historia de amor.

Este es uno de los aspectos en el que no le damos mucho crédito a la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento. Vemos la Biblia, particularmente el Antiguo Testamento, como esta narración de historia que puede o no tener mucho sentido para nosotros y que carece de sabor; quizás, incluso carezca de relevancia para nuestras vidas. Quiero desacreditar esa perspectiva mediante una mirada al libro de Rut, pues estoy convencido de que la historia de amor que este libro revela es más profunda e increíble que cualquier otra cosa que nuestra cultura pueda inventar. Si nos aferramos fuertemente de la verdad detrás de esta historia de amor, cambiará nuestras vidas. Estoy convencido de eso.

Quiero que veamos el libro de Rut. Creo que el libro de Rut estaba originalmente preparado para ser leído en un solo lugar, para sentarse y ver toda la escena. Ahora nos es posible dividirlo y estudiar sus diferentes secciones. Este libro es realmente denso en cuanto a significado, tanto que podríamos pasar semanas estudiándolo, pero quiero que lo miremos como un todo, como una historia. Vamos a leer esta historia. No veremos cada versículo en este libro pero vamos a cubrir la mayoría de ellos. Quiero ofrecerles una imagen. Quiero invitarles a entrar en esta historia de amor mientras Dios nos enseña acerca de la historia de Noemí, Rut y Booz, y como todo esto encaja en su plan general.

Comenzaremos en Rut 1:1. Ahora, adentrándonos en el libro, tenemos que darnos cuenta de que este es un libro único. Hay dos razones principales para catalogarlo así. Número uno, es un libro único porque es el único libro en el Antiguo Testamento que lleva por título el nombre de alguien no israelita. Rut no pertenecía al pueblo de Israel. Así que esto lo distingue. Rut era una gentil, como veremos en un momento. Segundo, el libro tiene como título el nombre de una mujer. El otro único libro en el Antiguo Testamento que lleva por título el nombre de una mujer es Ester. Rut y Ester son los únicos. Realmente, en el resto de la Biblia estos son los únicos libros que tienen como título el nombre de una mujer. Así que este es muy exclusivo de muchas maneras. Veremos esa exclusividad develada.

Ustedes deben conocer los antecedentes del libro de Rut. Josué y Jueces, esos dos libros, van juntos cronológicamente. Jueces comienza donde Josué termina, pero Rut, el tercer libro en este pequeño escenario, nos brinda de hecho, un poco de luz sobre algo que sucedió a mitad del libro de Jueces. El escenario, históricamente, es el tiempo en el que Israel no tenía rey. Jueces 17:6 lo resume así: “En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que a sus ojos le parecía bien”. Era, básicamente, un período muy oscuro en la historia de Israel. Este era un período de vergüenza nacional, de inmoralidad, idolatría, simplemente un tiempo muy difícil en medio del pueblo de Israel, el pueblo de Dios.

Así que a esto es a lo que estamos entrando. Veremos una luz en medio de todo esto. Rut 1:1 dice:

Aconteció que en los días en que gobernaban los jueces, hubo hambre en el país. Y un hombre de Belén de Judá fue a residir en los campos de Moab con su mujer y sus dos hijos. Aquel hombre se llamaba Elimelec, y su mujer se llamaba Noemí. Los nombres de sus dos hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Y llegaron a los campos de Moab y allí se quedaron. Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos. Y ellos se casaron con mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa y el nombre de la otra Rut. Y habitaron allí unos diez años. Murieron también los dos, Mahlón y Quelión, y la mujer quedó privada de sus dos hijos y de su marido. Entonces se levantó con sus nueras para regresar de la tierra de Moab, porque ella había oído en la tierra de Moab que el SEÑOR había visitado a su pueblo dándole alimento. Salió, pues, del lugar donde estaba, y sus dos nueras con ella, y se pusieron en camino para volver a la tierra de Judá. (Rut 1:1-7)

La imagen de Rut…

Ahora, quiero que nos detengamos aquí. Hay muchas personas que dicen que el personaje principal en el libro de Rut es Noemí. Así que quiero, mientras comenzamos a detallar a Rut, a enfocarnos en ella, que veamos cómo está ella relacionada con Noemí. Quiero que vean tres características de Rut, particularmente en su relación con Noemí, las que preparan el escenario para el resto de la historia, aquí en Rut 1:1-7.

Una forastera de un lugar prohibido.

Hay tres características de Rut que nos dan una idea de quién es ella. Número uno, Rut es una forastera de un lugar prohibido. Ahora, quiero mostrarles algunos antecedentes aquí. Vamos a ir a algunos textos diferentes. Espero que estén listos para ir al Antiguo Testamento y al Nuevo Testamento, puesto que, para lograr aprovechar la riqueza de este texto, tenemos que conocer sus antecedentes, lo que sucedió antes y después del libro de Rut.

Quiero que mantengan el libro marcado y vayan a Génesis 19. Quiero mostrarles una imagen. Rut era de la tierra de Moab, del pueblo de Moab. Quiero que vean por qué Moab es un lugar tan prohibido. Lo vemos unas pocas veces en los primeros 5 libros del Antiguo Testamento, lo cual prepara el escenario para el factor sorpresa cuando ven a Noemí y Elimelec yendo, de entre todos los lugares, precisamente a Moab. Veamos Génesis 19:30 Esta no es una de las historias más agradables del Antiguo Testamento. Así es como surgió Moab:

Subió Lot de Zoar y habitó en los montes, y sus dos hijas con él, pues tenía miedo de quedarse en Zoar. Y habitó en una cueva, él y sus dos hijas. Entonces la mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo y no hay ningún hombre en el país que se llegue a nosotras según la costumbre de toda la tierra. Ven, hagamos que beba vino nuestro padre, y acostémonos con él para preservar nuestra familia por medio de nuestro padre.

Esta no es una escena agradable. Esto es exactamente lo que ellas hacen. Cuando lleguen al versículo 36, escuchen lo que dice: “Y las dos hijas de Lot concibieron de su padre. Y la mayor dio a luz un hijo, y lo llamó Moab; él es el padre de los moabitas hasta hoy.” Entonces habla de la otra hija la cual tuvo un hijo que fue el padre de los amonitas. Así que este es el inicio del pueblo de Moab, a través de este incesto entre Lot y una de sus hijas. No es un buen comienzo el que se dio allí.

Ahora, vayan hacia la derecha, a Deuteronomio 23. Veremos la relación entre los moabitas y los israelitas y qué es lo que Dios dijo acerca de los moabitas. Esto nos da una imagen de ese lugar prohibido del que Rut provenía. Veamos Deuteronomio 23:3.

Ningún amonita ni moabita entrará en la asamblea del SEÑOR; ninguno de sus descendientes, aun hasta la décima generación, entrará jamás en la asamblea del SEÑOR, porque no fueron a vuestro encuentro con pan y agua en el camino cuando salisteis de Egipto, y porque alquilaron contra ti a Balaam, hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte.   Mas el SEÑOR tu Dios no quiso escuchar a Balaam, sino que el SEÑOR tu Dios te cambió la maldición en bendición, porque el SEÑOR tu Dios te ama.   Nunca buscarás su paz ni su prosperidad en todos tus días. (Deuteronomio 23:3-6)

Así que Dios le había dicho al pueblo de Israel: “Ningún amonita ni moabita.” Esto es lo que Él dijo. Esta es la recapitulación de la ley en el libro de Deuteronomio, dice: “Ningún amonita ni moabita entrará en la asamblea del SEÑOR; ninguno de sus descendientes, aun hasta la décima generación, entrará jamás en la asamblea del SEÑOR.” (Deuteronomio 23:3) No tengan nada que ver con ellos, no hagan pacto ni amistad de ningún tipo con ellos.

Déjenme mostrarles otro pasaje. Veamos Jueces 3. Quiero que vean lo que los moabitas le hicieron al pueblo de Israel durante el tiempo de los Jueces. Obviamente, hasta este punto había una mala relación entre el pueblo de Israel y el pueblo de Moab. Ellos eran enemigos mutuos y Moab termina atacando e invadiendo Israel. Escuchen lo que pasa en Jueces 3:12-14: “Volvieron los hijos de Israel a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR. Entonces el SEÑOR fortaleció a Eglón, rey de Moab, contra Israel, porque habían hecho lo malo ante los ojos del SEÑOR. Y Eglón reunió consigo a los hijos de Amón y de Amalec; y fue y derrotó a Israel, y se apoderaron de la ciudad de las palmeras. Y los hijos de Israel sirvieron a Eglón, rey de Moab, por dieciocho años”. Asi que estos son los antecedentes.

Cuando ustedes van al libro de Rut y la ven, a una moabita, saben, especialmente en su relación con Noemí (del pueblo de Israel), que aquí hay un conflicto mayor. Ella es una forastera de un lugar prohibido. Este es un lugar con el que usted no se asocia, con el que no hace amistad. La ley se les opone, incluso hasta la décima generación: no tengan nada que ver con ningún amonita o moabita. Ella es una forastera de un lugar prohibido.

Una marginada en medio de un pueblo extranjero

La segunda característica de este cuadro de Rut es que ella es una marginada en medio de un pueblo extranjero. Ya hemos visto cómo estaba prohibido asociarse con este pueblo e incluso estar con ellos. Ahora quiero que busquen otro pasaje que muestra el impacto de este pueblo sobre los israelitas. Vayan a la izquierda, a Números 25. Déjenme mostrarles un ejemplo más de los moabitas. Esto les dará una idea del por qué ella sería una marginada con su suegra israelita. Veamos Números 25. Esto ocurre luego de tres capítulos que tratan de cómo Balaam vino desde Moab y maldecía a Israel, así llega Números 25, y aquí está el pueblo de Dios preparándose para entrar a la Tierra Prometida.

Escuchen lo que pasa en Números 25:1: “Mientras Israel habitaba en Sitim, el pueblo comenzó a prostituirse con las hijas de Moab. Y éstas invitaron al pueblo a los sacrificios que hacían a sus dioses, y el pueblo comió y se postró ante sus dioses. Así Israel se unió a Baal de Peor, y se encendió la ira del SEÑOR contra Israel.” Noten esto: Las moabitas fueron las que básicamente inclinaron al pueblo de Israel a adorar dioses extraños.

Por tanto, cuando ustedes ven esta imagen de Noemí y Rut juntas, saben que Rut proviene de un lugar prohibido y de un pueblo extranjero, es por esto que ella es una marginada comparada con Noemí. Ella es alguien con quien usted no se asocia, con quien usted no pasa mucho tiempo; ella es una forastera de un lugar prohibido, una marginada en medio de un pueblo extranjero.

Estéril, con un propósito no cumplido.

Entonces, vuelvan a Rut 1 y vean su tercera característica: Ella es una mujer estéril con un propósito no cumplido. En los versículos que acabamos de leer, vimos que ella se había casado con uno de los hijos de Noemí. Dice entonces al final del versículo 4: “Y habitaron allí unos diez años. Murieron también los dos, Mahlón y Quelión, y la mujer quedó privada de sus dos hijos y de su marido.” Así que Rut había estado casada con su marido por un número de años, y en ese tiempo no hay evidencia de que tuviera ningún heredero. Así que no había sido capaz de continuar el linaje de la familia.

Esta es la imagen. Es por esto que el título, mientras vemos este sermón, es “Dios y la Desamparada Rut.” Esta es la imagen de la desamparada. Rut siendo una forastera de un lugar prohibido, de Moab, una marginada en medio de un pueblo extranjero. Ella permanece con Noemí pero ya no es parte de su pueblo, y ciertamente tampoco está incluida en el pueblo israelita. Ella es una mujer marginada y estéril con un propósito no cumplido. No ha cumplido el propósito que desea: tener una descendencia que a través de ella mantenga el linaje de su esposo y familia. Así que esta es la imagen que prepara el escenario para lo que sucede en el libro de Rut.

Quiero que avancemos desde allí para ver, no solo la imagen de Rut, sino el plan de Dios develado. Quiero que vean conmigo los versículos desde el 8 hasta el resto del capítulo. Sigan lo que dice la Biblia:

Y Noemí dijo a sus dos nueras: Id, volveos cada una a la casa de vuestra madre. Que el SEÑOR tenga misericordia de vosotras como vosotras la habéis tenido con los muertos y conmigo Que el SEÑOR os conceda que halléis descanso, cada una en la casa de su marido. Entonces las besó, y ellas alzaron sus voces y lloraron, y le dijeron: No, sino que ciertamente volveremos contigo a tu pueblo.

Pero Noemí dijo: Volveos, hijas mías. ¿Por qué queréis ir conmigo? ¿Acaso tengo aún hijos en mis entrañas para que sean vuestros maridos? Volveos, hijas mías. Id, porque soy demasiado vieja para tener marido. Si dijera que tengo esperanza, y si aun tuviera un marido esta noche y también diera a luz hijos, ¿esperaríais por eso hasta que fueran mayores? ¿Dejaríais vosotras de casaros por eso?   No, hijas mías, porque eso es más difícil para mí que para vosotras, pues la mano del SEÑOR se ha levantado contra mí.

Y ellas alzaron sus voces y lloraron otra vez; y Orfa besó a su suegra, pero Rut se quedó con ella. Entonces Noemí dijo: Mira, tu cuñada ha regresado a su pueblo y a sus dioses; vuelve tras tu cuñada. (Rut 1:8-15)

El Plan de Dios…

Dios recibe a la forastera en Su tierra.

Quiero que nos detengamos aqui por un momento. Quiero que vean la primera fase del plan de Dios en la vida de Rut. Número uno: Dios está dando la bienvenida a la forastera en Su tierra. Eso lo veremos reflejado de dos formas. Primero que todo, de lo que acabamos de leer, quiero que vean los obstáculos para la fe en la vida de Rut. Quiero que se pongan en el lugar de Rut por un momento. Usted es una forastera que viene de un lugar prohibido, una marginada en medio de un pueblo extranjero y es estéril con un propósito no cumplido. Esa es la imagen de su vida ahora mismo.

Entonces, usted se acerca a Noemí, su amargada suegra le persuade para que regrese. Básicamente, aquí vemos tres obstáculos contra la fe de Rut. Número uno, su origen estaba en su contra. Ya lo hemos visto. Ella es de Moab, es de un pueblo consumido por la inmoralidad y la idolatría. Un poco después en el Antiguo Testamento, vemos que la gente de Moab literalmente ofrecería sacrificios humanos a los ídolos que habían erigido, son un pueblo muy malvado. Así que su origen se le opone.

Segundo, sus circunstancias se le oponían. Sientan el peso de sus circunstancias: su suegro murió, luego su esposo murió. Más tarde murió su cuñado, ella quedó viuda y la única persona que está allí para ayudarla es su muy amargada suegra. Esta es la imagen. Sus circunstancias están completamente en su contra. ¿Por qué querría ella confiar en el Dios de Israel en ese momento? Su origen se le opone. Ella está excluida porque la ley habla en contra suya.

Sus circunstancias estaban en su contra, y tercero, su familia estaba en su contra. Esta es la parte sorprendente de este capítulo, que Noemí, una mujer de Israel, está tratando de persuadir a Rut a que vuelva y adore otros dioses. “Quédate con tu pueblo, adora otros dioses pues no tienes que venir conmigo.”

Así que con todos estos factores en su contra, su origen, sus circunstancias y esa persuasión familiar contra ella, estamos a punto de ver una de las confesiones de fe más grandes en todo el Antiguo Testamento. Es una imagen increíble. Quiero que vean lo que dijo Rut en el versículo 16. Ustedes reconocerán estos versículos.

Pero Rut dijo: No insistas que te deje o que deje de seguirte; porque adonde tú vayas, iré yo, y donde tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú mueras, allí moriré, y allí seré sepultada. Así haga el SEÑOR conmigo, y aún peor, si algo, excepto la muerte, nos separa. (Rut 1:16-17)

¿Reconocen esos versículos? Algunas veces los han escuchado en bodas, lo cual es un contexto interesante ya que fue dicho por una nuera a su suegra, pero este texto es un símbolo y una imagen de compromiso ¡Qué declaración de fe! Con todo lo que Rut tenía en su contra, da el paso al frente y dice: “Yo iré contigo, tu Dios será mi Dios, tu pueblo será mi pueblo, y yo moraré en tu tierra”. Ella, incluso, usa el nombre del pacto del Dios de Israel. “Así haga el SEÑOR conmigo, y aún peor, si algo, excepto la muerte, nos separa.” Esta es una fe grande, incluso en medio de todos los obstáculos.

Así que viajan juntas. Vean el versículo 19.

Caminaron, pues, las dos hasta que llegaron a Belén. Y sucedió que cuando llegaron a Belén, toda la ciudad se conmovió a causa de ellas, y las mujeres decían: ¿No es ésta Noemí?

Y ella les dijo: No me llaméis Noemí, llamadme Mara, porque el trato del Todopoderoso me ha llenado de amargura. Llena me fui, pero vacía me ha hecho volver el SEÑOR. ¿Por qué me llamáis Noemí, ya que el SEÑOR ha dado testimonio contra mí y el Todopoderoso me ha afligido?

Y volvió Noemí, y con ella su nuera Rut la moabita, regresando así de los campos de Moab. Llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada. (Rut 1:19-22)

Ahora tenemos la imagen de Dios dando la bienvenida a esta forastera, Rut, en Su tierra. A pesar de todos los obstáculos, ahora vemos el viaje de la fe. Piénselo de dos maneras. El viaje de la fe, primero que todo, es obviamente un viaje desde Moab a Belén. Este es un viaje como de cincuenta millas, lo que no suena como que fuera tan duro, pero déjenme recordarles que en aquel tiempo no había camiones de cuatro ruedas. Estas son dos mujeres, con todo lo que tienen, subiendo montañas para llegar a Belén.

El viaje es desde Moab hasta Belén, pero es mucho más profundo que eso. Es un viaje desde una tierra de castigo llamada Moab hasta una tierra de promesa llamada Belén. Noten eso. Aférrense a eso. Dios está dando la bienvenida a la forastera en Su tierra, la tierra que Él había prometido a Su pueblo. Él la ha traido desde una tierra de castigo en Moab hasta una tierra de promesa en Belén. Dios da la bienvenida a la forastera en Su tierra. Este es el primer paso en Su plan. Veremos como todo esto encaja. Ese es el primer paso.

Dios redime a la marginada a través de Su persona.

Segundo paso: Dios redime a la marginada a través de Su persona. Ahora, esa oración ningún sentido tendrá para nosotros hasta que leamos Rut 2. Comencemos en Rut 2:1. Quiero que vean cómo se desarrolla. Aquí es donde la historia comienza a ponerse verdaderamente buena.

Y tenía Noemí un pariente de su marido, un hombre de mucha riqueza, de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz. Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo a recoger espigas en pos de aquel a cuyos ojos halle gracia.

Y ella le respondió: Ve, hija mía. Partió, pues, y fue y espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que fue a la parte del campo que pertenecía a Booz, que era de la familia de Elimelec. (Rut 2:1-3)

Esta es una de esas coincidencias en este libro que simplemente parece representar cómo funcionan todas las historias de amor. “Bueno, ocurrió simplemente que, de casualidad, ella estaba en el campo”. Ustedes conocen las historias. Es en ese momento de la historia que me dirijo a mi esposa y le digo: “Eso nunca pasaría”. Ella está llorando y yo estoy pensando:”Eso nunca pasaría. Esos detalles nunca encajarían así, tan perfectamente, de forma tal que él suba justo cuando ella sube”. Eso es exactamente lo que está pasando aquí, y no es ficticio. Es la soberanía de Dios obrando para cumplir Su plan. Esta es una gran historia.

Luego dice, versículo 4, vean:

Y he aquí que vino Booz de Belén, y dijo a los segadores: El SEÑOR sea con vosotros.

Y ellos le respondieron: Que el SEÑOR te bendiga.

Entonces Booz dijo a su siervo que estaba a cargo de los segadores: ¿De quién es esta joven? (Rut 2:4-5)

Ahora se pone bueno. Booz pregunta: “¿Quién es esa de allí?” Así que ella lo atrae. “Y el siervo a cargo de los segadores respondió y dijo: Es la joven moabita…” (Rut 2:6) Ella es del lugar prohibido. Ella es una marginada en medio de un pueblo extranjero. “Es la joven moabita que volvió con Noemí de la tierra de Moab. Y ella dijo: “Te ruego que me dejes espigar y recoger tras los segadores entre las gavillas.” Y vino y ha permanecido desde la mañana hasta ahora; sólo se ha sentado en la casa por un momento.” (Rut 2:6-7)

“Entonces Booz dijo a Rut…” (Rut 2:8). Él decide tomar la iniciativa, y comienza la primera conversación.

Oye, hija mía. No vayas a espigar a otro campo; tampoco pases de aquí,   sino quédate con mis criadas. Fíjate en el campo donde ellas siegan y síguelas, pues he ordenado a los siervos que no te molesten. Cuando tengas sed, ve a las vasijas y bebe del agua que sacan los siervos. (Rut 2:8-9)

Entonces ella responde, “bajó su rostro, se postró en tierra…” (Rut 2:10) Booz parece estar congeniando aquí.

…y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia ante tus ojos para que te fijes en mí, siendo yo extranjera? Y Booz le respondió, y dijo: Todo lo que has hecho por tu suegra después de la muerte de tu esposo me ha sido informado en detalle, y cómo dejaste a tu padre, a tu madre y tu tierra natal, y viniste a un pueblo que antes no conocías. Que el SEÑOR recompense tu obra y que tu remuneración sea completa de parte del SEÑOR, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.

Entonces ella dijo: Señor mío, he hallado gracia ante tus ojos, porque me has consolado y en verdad has hablado con bondad a tu sierva, aunque yo no soy como una de tus siervas.

Y a la hora de comer Booz le dijo: Ven acá para que comas del pan y mojes tu pedazo de pan en el vinagre.

Así pues ella se sentó junto a los segadores; y él le sirvió grano tostado, y ella comió hasta saciarse y aún le sobró. Cuando ella se levantó para espigar, Booz ordenó a sus siervos, diciendo: Dejadla espigar aun entre las gavillas y no la avergoncéis. También sacaréis a propósito para ella un poco de grano de los manojos y lo dejaréis para que ella lo recoja, y no la reprendáis. (Rut 2:10-16)

Él incluye a sus amigos en el plan. Versículo 17:

Y ella espigó en el campo hasta el anochecer, y desgranó lo que había espigado y fue como un efa de cebada. Y lo tomó y fue a la ciudad, y su suegra vio lo que había recogido. Y sacó también lo que le había sobrado después de haberse saciado y se lo dio a Noemí.

Entonces su suegra le dijo: ¿Dónde espigaste y dónde trabajaste hoy? Bendito sea aquel que se fijó en ti. (Rut 2:17-19)

Tienen que amar a la suegra. Ella esta comenzando a entusiasmarse ahora. Hay un poco de esperanza en la imagen. Les dije que era buena.

Y ella informó a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El hombre con el que trabajé hoy se llama Booz.

Y Noemí dijo a su nuera: Sea él bendito del SEÑOR,   porque no ha rehusado su bondad ni a los vivos ni a los muertos. Le dijo también Noemí: El hombre es nuestro pariente; es uno de nuestros parientes más cercanos.

Entonces Rut la moabita dijo: Además, él me dijo: “Debes estar cerca de mis siervos hasta que hayan terminado toda mi cosecha.”    ”

Y Noemí dijo a Rut su nuera: Es bueno, hija mía, que salgas con sus criadas, no sea que en otro campo te maltraten.

Y ella se quedó cerca de las criadas de Booz espigando hasta que se acabó la cosecha de cebada y de trigo. Y vivía con su suegra. (Rut 2:19-23)

Bien, ahora vemos el plan de Dios aquí. Dios redime a la marginada a través de Su persona. La clave es lo que sucede en el versículo 20. Ese es el momento crucial, en medio de todos los arreos de la historia y de lo que pasa, vemos esta imagen de Noemí dándose cuenta de que Booz es un pariente cercano (o redentor) que está mostrando amabilidad.

Ahora, ¿qué significa eso? “es uno de nuestros parientes más cercanos.” ¿Cómo encaja esto en esta imagen? Manténgase aquí y vaya un par de libros atrás, al libro de Levítico. Vean Levítico 25. Quiero que vean lo que Dios había establecido. Una y otra vez, en este capítulo en particular así como en otras partes de Levítico, se menciona la redención. Redención es una palabra bien fuerte. Quiero que vean lo que significa aquí en sentido práctico.

Dice en Levítico 25:23: “Además, la tierra no se venderá en forma permanente, pues la tierra es mía; porque vosotros sois sólo forasteros y peregrinos para conmigo. Así que a toda tierra en posesión vuestra, otorgaréis el derecho de ser redimida.” Ahora, aquí está: “Si uno de tus hermanos llega a ser tan pobre que tiene que vender parte de su posesión, su pariente más cercano vendrá y redimirá lo que su hermano haya vendido.”

No leeremos el capítulo completo, pero, básicamente lo que había sido otorgado por Dios aquí era provisión, por lo tanto, si alguien perdía su tierra por causa de la pobreza, esta no se convertiría en un ciclo interminable. Dios no quería este interminable tipo de pobreza entre Su pueblo, así que estableció que podrían “redimirla”, lo que significa literalmente “comprar la tierra de vuelta, recuperar nuevamente la tierra”. Una persona podría comprar la tierra de vuelta o el pariente más cercano si ellos no podían hacerlo. En este caso en particular con Rut y Noemí, ellas están solas sin un hombre en escena. Así que el pariente más cercano era alguien capaz de comprar de vuelta lo que le perteneció a Elimelec y continuar lo que había comenzado en su familia. Esto es lo que significa que Booz sea uno de los parientes más cercanos.

Lo que estamos viendo en Rut 2, y lo que veremos en un momento cuando lleguemos a Rut 3 son las dos facetas del pariente más cercano o redentor. Primero que todo, quiero que vean el retrato de un redentor. Quiero que vean como se devela este retrato, como vimos en Rut 2. En el versículo 20 vimos que Booz “no ha rehusado su bondad ni a los vivos ni a los muertos.” (Rut 2:20) Les animo a que circulen esa palabra, “bondad”. Podría ser “misericordia“, “gentileza”, “amabilidad” en algunas de sus traducciones. “no ha rehusado su bondad ni a los vivos ni a los muertos.”

Circule esa palabra porque es una de las palabras clave en todo el libro. Es una gran palabra. En el idioma original del Antiguo Testamento se pronuncia literalmente “checed”. Es una de esas palabras hebreas para la cual no tenemos un equivalente en español. Es tan fuerte. Literalmente significa “bondad, amabilidad, misericordia o gracia que una persona le demuestra a otra”. Está ejemplificada en el Antiguo Testamento cuando una persona muestra favor o afecto hacia otra sin esperar nada a cambio. Una acción que se realiza sin pensar en qué se conseguirá de ella. Es completamente desinteresada. Todo eso se resume en una sola palabra en el hebreo.

Ese es el retrato del redentor. Es una palabra que con frecuencia se usa para referirse a Dios en otros momentos, Su bondad, Su amabilidad y Su gracia, están todas resumidas en una sola palabra. Él muestra Su afecto sin esperar nada a cambio. Esa es la imagen de esa palabra. Esa palabra da inicio al retrato de un redentor o pariente más cercano.

Quiero que vean 3 acciones de Booz que ejemplifican el retrato o la imagen de un redentor. Primero que todo, un redentor busca al marginado cómo a su familia. ¿Entendieron eso? Tan pronto como Booz fija sus ojos en ella, dice “¿Quién es esa?” Había todo tipo de personas en el campo, todo tipo de criadas en el campo, mucha gente, y él dice: “¿Quién es esa?”

E investiga e inicia una conversación, y dice: “Oye, hija mía.” Eso, incluso eso es un poco confuso. “Hija mía” es realmente un término de cariño. Él toma la iniciativa de acercarse a Rut. Ve a la marginada y dice: “Tienes un lugar en mi campo. Puedes venir a él todos los días.” Automaticamente, en cuestión de segundos, Rut es como de su familia, como si fuera de la casa. Él ve a la marginada como de su familia.

Segundo, la protege de cualquier daño. Era común que las mujeres que trabajaban en los campos de la siega fueran abusadas o insultadas por los hombres. Recuerden, leímos en los versículos 8 y 9: “he ordenado a los siervos que no te molesten que te protejan” También le dijo: “No serás avergonzada por lo que recojas”. Le dijo a los hombres: “Dejen algo a propósito para que ella lo recoja” Él la está protegiendo y cuidándola de cualquier daño que pudiera sufrir. Por eso Noemí le dice: “Vuelve a ese campo porque de cierto estarás segura allí”.

Así que el redentor ve a la marginada como de su familia, la protege de cualquier daño, y número tres, él sirve a la marginada en su propia mesa. ¿Ven eso? “Cuando tengas sed, ve a las vasijas y bebe del agua que sacan los siervos.” De repente ella ya no es una intrusa forastera que carece de cualquier privilegio en estos campos. Puede ir y beber de donde las mismas criadas toman. Eso, en y por sí mismo, es un enorme privilegio.

Luego se pone aún mejor. A la hora de la comida, ellos se sientan y él le dice: “Ven acá para que comas del pan y mojes tu pedazo de pan en el vinagre.” De repente, Rut se encuentra sentada a la mesa de Booz, no solo sentada con él sino que también dice que cuando ella se sentó con los segadores, en el versículo 14, él le ofreció un poco de grano tostado. La palabra literalmente significa “le sirvió”. Es una gran imagen. El señor de la siega sirviendo a la persona a la cual puede redimir.

¡Qué pensamiento tan maravilloso! Allí está ella, él le sirvió comida, más de la que podía comer. Le da más que suficiente, de modo que le queda algo para llevar a casa y compartir luego con Noemí. Él ha derramado bondad, gracia y misericordia sobre ella. Nada de esto tiene sentido. Ella es una extranjera de un lugar prohibido, una forastera que se encuentra en medio del campo de este hombre distinguido. Él está pasando por encima de todos los límites y le está sirviendo en su mesa. Él la ve y la protege de cualquier daño. Ese es el retrato del pariente cercano.

El problema surge en Rut 3. No leeremos todo el capítulo pero sí una porción de él. Lo que está por acontecer es que Noemí notará un plan. La suegra necesita influir en el desenvolvimiento del asunto. Así que dice: “Aquí está lo que necesitas hacer. Tienes que ir a Booz y acercarte a él como nuestro pariente cercano”.

Ella prepara el plan para acercarse a Booz. Booz está sorprendido cuando una noche Rut viene a él. Quiero que escuchen lo que pasa en Rut 3:10. Esta es la respuesta de Booz cuando Rut viene a él: “Entonces él dijo: Bendita seas del SEÑOR, hija mía. Has hecho tu última bondad mejor que la primera…” Esta “bondad” es la misma palabra “checed” de la que hablamos.

…al no ir en pos de los jóvenes, ya sean pobres o ricos. Ahora hija mía, no temas. Haré por ti todo lo que me pidas, pues todo mi pueblo en la ciudad sabe que eres una mujer virtuosa. Ahora bien, es verdad que soy pariente cercano, pero hay un pariente más cercano que yo. Quédate esta noche, y cuando venga la mañana, si él quiere redimirte, bien, que te redima. Pero si no quiere redimirte, entonces yo te redimiré, vive el SEÑOR. Acuéstate hasta la mañana. (Rut 3:10-13)

Así que, aquí está el problema. Sí, él es pariente cercano pero no es el más cercano en la línea familiar. Aquí entra en la historia de amor el tipo que todo el mundo odia. Usted simplemente no quiere verle entrar, pero ahí viene. Tienen un hombre que es pariente de Rut y Noemí, más cercano en parentela en la línea de Elimelec.

Después, comenzamos a ver, no solo el retrato del pariente más cercano o redentor, también su costo. ¿Qué se necesita tener o hacer para ser el redentor? Aquí es donde entra el hombre que califica mejor que Booz en cierto sentido.

Por tanto, esa es la tensión creada para entonces llegar a Rut 4:1. Veremos las primeras dos facetas de este precio. Vean Rut 4:1.

Y Booz subió a la puerta y allí se sentó, y he aquí que el pariente más cercano de quien Booz había hablado iba pasando, y le dijo: Eh, tú, ven acá y siéntate. Y él vino y se sentó.

Y Booz tomó diez hombres de los ancianos de la ciudad, y les dijo: Sentaos aquí. Y ellos se sentaron. Entonces dijo al pariente más cercano: Noemí, que volvió de la tierra de Moab, tiene que vender la parte de la tierra que pertenecía a nuestro hermano Elimelec. Y pensé informarte, diciéndote: “Cómprala en presencia de los que están aquí sentados, y en presencia de los ancianos de mi pueblo. Si la vas a redimir, redímela; y si no, dímelo para que yo lo sepa; porque no hay otro aparte de ti que la redima, y yo después de ti.”

Y él dijo: La redimiré. (Rut 4:1-4)

Bien, estas no son buenas noticias. ¿Qué está sucediendo? Esta es una escena entre Booz y Rut, y ahora, este otro hombre viene y dice: “Yo tomaré la tierra. Yo soy el redentor” Ahí vemos los primeros dos requisitos para redimir un pariente. El primer requisito del pariente cercano es que debe tener el derecho a redimir. Eso viene por el linaje familiar, el más cercano en parentela. Él debe ser lo más cercano posible a esa persona en parentela. Tiene ser esa persona en lo que a su linaje se refiere.

Debe tener el derecho a redimir, y el segundo requisito es que debe tener los recursos para hacerlo. En otras palabras, él tiene que tener los recursos para adquirir la herencia, para comprarla de vuelta. Eso es literalmente lo que redimir significa; significa “comprar de vuelta”. Para ser redentor de un pariente debes tener el derecho a redimir y los recursos para hacerlo. Hasta este momento, esto es lo que se plantea a este hombre y él dice: “Yo la redimiré. Tengo el derecho y los recursos. Puedo hacerlo.”

Pero esa no es la única parte del redentor. Vean lo que pasa en el versículo 5: “Entonces Booz dijo: El día que compres el campo de manos de Noemí, debes adquirir también a Rut la moabita, viuda del difunto, a fin de conservar el nombre del difunto en su heredad.” Así que, hay más en este pasaje. El versículo 6 dice: “Y el pariente más cercano respondió: No puedo redimirla para mí mismo, no sea que perjudique mi heredad. Redímela para ti; usa tú mi derecho de redención, pues yo no puedo redimirla.” (Rut 4:5-6)

¿Ven?, él tenía el derecho a redimir y los recursos para hacerlo, pero lo que él no tenía, y eso también es parte de este retrato del redentor, era la determinación para hacerlo. Esa es la tercera parte de este precio. Debes tener el derecho, los recursos y tienes que tener la determinación. Tienes que tener suficiente dedicación para poner en peligro tu propio patrimonio, arriesgar lo que es necesario para redimir a esa familia y a la tierra que viene con ella. Tienes que tener la determinación para dar ese paso.

Entonces, eso es lo que pasa después. Él dice que no. Comenzando en el versículo 7:

Y la costumbre en tiempos pasados en Israel tocante a la redención y el intercambio de tierras para confirmar cualquier asunto era ésta: uno se quitaba la sandalia y se la daba al otro; y esta era la manera de confirmar en Israel.

El pariente más cercano dijo a Booz: Cómprala para ti. Y se quitó la sandalia.

Entonces Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros sois testigos hoy que he comprado de la mano de Noemí todo lo que pertenecía a Elimelec y todo lo que pertenecía a Quelión y a Mahlón.” (Rut 4:7-9)

Ahora, quiero que vean la humildad y modesta naturaleza de esta escena. Booz es un hombre distinguido; es un hombre noble. “Además, he adquirido a Rut la moabita, la viuda de Mahlón, para que sea mi mujer a fin de preservar el nombre del difunto en su heredad, para que el nombre del difunto no sea cortado de sus hermanos, ni del atrio de su lugar de nacimiento; vosotros sois testigos hoy.” (Rut 4:10)

Booz se para y dice: “Yo tengo el derecho y los recursos. Y mucho más importante, tengo la determinación. Yo redimiré esta familia, y tomaré a Rut como esposa.” Han llegado al climax de la imagen de Booz y Rut y del retrato y el costo del redentor.

Ahora, algo interesante acerca de la palabra “redención” o “redimir” es que esta es mencionada alrededor de veinte veces en este libro. Es uno de los temas principales del libro. Dios está mostrando Su plan para redimir a Rut, esta marginada, a través de este redentor. Lo que es más interesante es que esta palabra aparece muchas otras veces en el Antiguo Testamento, pero en estas otras ocasiones no es usada para referirse a Booz. ¿Saben a quién se refiere? En el Antiguo Testamento es usada para referirse a Dios mismo y a Su relación con Su pueblo.

Déjenme mostrarles un par de ejemplos. Vayan hacia la derecha, a los profetas, y llegarán a Jeremías. Por favor vayan a esas páginas conmigo y subrayen estos pasajes. Quiero que vean la imagen de Dios como redentor. Vean Jeremías 50:33. Aquí está Dios hablando a Su pueblo cuando estaba cautivo, cuando ellos eran marginados en el exilio, cuando estaban enfrentando la amenaza de ser tomados como esclavos. Escuchen lo que dice. Esto es una profecía. Judá sería juzgado por Dios y enviado al exilio.

Así dice el SEÑOR de los ejércitos:

Oprimidos están los hijos de Israel

y los hijos de Judá a una;

todos los que los tomaron cautivos los han retenido,

se han negado a soltarlos.

Pero su Redentor es fuerte,

el SEÑOR de los ejércitos es su nombre;

defenderá su causa con energía

para traer reposo a la tierra

y turbación a los habitantes de Babilonia. (Jeremías 50:33-34)

Es un tiempo difícil para el pueblo de Israel y Él les recuerda: “Su redentor es fuerte. El que restaura, redime, les compra de vuelta, Él es fuerte. Él traerá reposo.”

Vayan un libro hacia la izquierda, a Isaías 43. Estos son dos grandes pasajes. Veremos uno en Isaías 43 y uno en Isaías 44. Vayan a Isaías 43:1. Dios le está hablando a Su pueblo cuando Isaías les anuncia cómo la nación de Asiria atacaría a Israel y los destruiría. Escuchen lo que sucede en Isaías 43:1.

Mas ahora, así dice el SEÑOR

tu Creador, oh Jacob,

y el que te formó, oh Israel:

No temas, porque yo te he redimido,

te he llamado por tu nombre; mío eres tú.

Cuando pases por las aguas,

yo estaré contigo,

y si por los ríos,

no te anegarán;

cuando pases por el fuego,

no te quemarás,

ni la llama te abrasará. (Isaías 43:1-2)

¿Notaron la imagen del redentor buscándolos: “Te he llamado por tu nombre”? Él los está seleccionando, como vimos en Booz quien es la imagen del redentor. Luego dice que les protegerá de cualquier daño: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará porque el redentor está allí para ustedes.” Vean Isaías 44:21. Él les muestra de nuevo:

Recuerda estas cosas, Jacob,

y tú Israel, porque mi siervo eres.

Yo te he formado, siervo mío eres;

Israel, no me olvidaré de ti.

He disipado como una densa nube tus transgresiones,

y como espesa niebla tus pecados.

Vuélvete a mí,

porque yo te he redimido.

Gritad de júbilo, cielos, porque el SEÑOR lo ha hecho.

Gritad de alegría, profundidades de la tierra.

Prorrumpid, montes, en gritos de júbilo,

y el bosque, y todo árbol que en él hay,

porque el SEÑOR ha redimido a Jacob

y ha mostrado su gloria en Israel. (Isaías 44:21-23)

Es una imagen emocionante de cuando Dios redime a Su pueblo. Los montes gritan, prorrumpen en exclamaciones de júbilo. Los bosques y los árboles hacen lo mismo, pues Dios ha redimido a Su pueblo. Esa es la imagen establecida en el Antiguo Testamento.

Pero no es una imagen solo del Antiguo Testamento. Vayan hacia la derecha, hasta el Nuevo Testamento. Quiero que sigan esta idea conmigo. Vayan a Efesios 1:4. Quiero que vean lo que Pablo dice acerca de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. Escuchen esto:

Según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de El. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado. En El tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia que ha hecho abundar para con nosotros. En toda sabiduría y discernimiento. (Efesios 1:4-8)

Ahora bajen hasta versículo 13, y dice: “En El también vosotros, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados en El con el Espíritu Santo de la promesa, que nos es dado como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para alabanza de su gloria.” (Efesios 1:13-14) Colosenses 1:14 dice lo mismo.

Ahora diríjanse a 1ra de Pedro. Quiero mostrarles otro pasaje en el Nuevo Testamento. Vean 1ra de Pedro 1. Quiero que escuchen los versículos 18 y 19. Subrayen esto, circulen esta palabra en el Nuevo Testamento, hagan una nota donde dice “redimidos” y escriban “Rut”. 1 de Pedro 1:18-19: “sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo.” ¿Cómo Dios redimió a Su pueblo? Él lo hizo a través de Su Persona, por medio de la sangre de Cristo, el Cordero sin mancha ni defecto.

Ustedes deben estar pensando: “Pastor, ¿por qué nos muestra todos estos versículos? ¿Por qué nos muestra a Isaías y Jeremías?”. Porque quiero que cada persona sepa que, delante del Dios del universo, todos somos marginados. La ley está en contra nuestra. Todos hemos violado esa ley. Estamos delante de Él como forasteros, no merecemos ni siquiera estar en Su presencia. Por Su gracia, Él les ve como Suyos. Por Su gracia, Él les protege de cualquier daño. Por Su gracia, Él sirve al marginado en Su mesa.

La imagen del redentor en las Escrituras es la de Uno que toma la iniciativa y corre tras Su pueblo, en eso consiste exactamente todo el plan de Dios en la Biblia. El costo del redentor es alto: porque Dios en Su Hijo, Jesús, tiene el derecho de redimirnos a cada uno de nosotros. Él se ha hecho como uno de nosotros, está cerca de nosotros, y no solo tiene el derecho a redimir, también tiene los recursos para hacerlo. En Él no hay absolutamente ningún pecado. Por lo tanto, Él tiene todos los recursos para redimirlo a usted y a mí.

Él no solo tiene el derecho y los recursos, también, alabado sea Dios, tiene la determinación, y esta determinación lo llevó a caminar hacia la cruz donde sufrió y derramó Su sangre y murió para hacerles a ustedes, marginados y forasteros, Sus hijos e hijas. No hay historia de amor más maravillosa que esta. Él les busca. Él les protege. Él les provee de forma tal que en el reino de Dios no haya forasteros. Somos hijos e hijas. No hay marginados, no hay huérfanos. Todos pertenecemos a la familia. No hay historia de amor más maravillosa que esta. Estoy agradecido de que haya un Dios que no solo recibe al forastero en su tierra sino que también redime al marginado a través de Su persona. Noten cómo el libro de Rut nos da una imagen más amplia de la persona de Jesucristo.

Dios bendice a la estéril para Su propósito.

Por suerte, esto no termina ahí. La última faceta de este plan es que Dios bendice a la estéril para Su propósito. Vuelvan a Rut 4 y vean lo que sucede al final. Booz se levanta y dice: “Ella me pertenece. Ella es mi esposa.”

Luego, escuchen lo que pasa. Regresen a Rut 4:11-12.

Y todo el pueblo que estaba en el atrio, y los ancianos, dijeron: Testigos somos. Haga el SEÑOR a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y que tú adquieras riquezas en Efrata y seas célebre en Belén. Además, sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz a Judá, por medio de la descendencia que el SEÑOR te dará de esta joven.

¿Qué quieren decir con “descendencia”? Esta mujer con la que Booz se acaba de casar es una mujer estéril. Bien, el versículo 13 dice: “Booz tomó a Rut y ella fue su mujer, y se llegó a ella. Y el SEÑOR hizo que concibiera, y ella dio a luz un hijo.” ¿Quien la capacitó para concebir? Dios lo hizo. Dios derramó Sus bendiciones. Esta es solamente la segunda vez en la que el autor de Rut nos muestra a propósito una acción de Dios. Todo lo demás es más indirecto. Eso es claro: Dios la capacitó para concebir, y ella dió a luz a un hijo.

Recuerdan que Noemí, tres capítulos atrás, estaba amargada sin ningún tipo de linaje propio. Luego, en Rut 4:14-15, vemos a las mujeres diciendo: “Bendito sea el SEÑOR que no te ha dejado hoy sin redentor; que su nombre sea célebre en Israel. Sea él también para ti restaurador de tu vida y sustentador de tu vejez; porque tu nuera, que te ama y es de más valor para ti que siete hijos, le ha dado a luz.” Dios bendice a la estéril para Su propósito. “Que su nombre sea célebre en Israel.” ¿Tenían ellas alguna idea de lo que estaban diciendo?

Miren lo que pasa después. Rut 4:16 dice: “Entonces Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y fue su nodriza. Y las mujeres vecinas le dieron un nombre, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí. Y lo llamaron Obed. El es el padre de Isaí, padre de David.” Dios, en Su propósito, no solo la bendijo en su esterilidad. Él la bendijo para un propósito mucho más grande.

¿Ven?, con Rut y Booz la historia continúa. Ellos se convertirían en los bisabuelos del mismísimo Rey David. Su descendiente cercano sería el rey de Israel. Aquí es donde la historia se convierte en algo mucho más grande que una simple historia de amor. Este es Dios mostrando que, aún en el período más oscuro de Su pueblo en el libro de los Jueces, en medio de todo eso había una luz, y Dios estaba trabajando para preservar su linaje, este linaje real para Su propósito. Lo extraño es, sin embargo, que lo hace a través de una moabita. El linaje real que guía hacia el Rey David es a través de una mujer de Moab. Ahora la sangre de una moabita está en el linaje que guía al rey. Esto simplemente no tiene sentido.

Pero esto se vuelve aún más confuso cuando usted avanza un poco más en la línea familiar. Usted ve que un descendiente cercano sería el rey de Israel, pero su descendiente lejano sería el Rey de las Naciones. Usted dirá: “¿Qué quieres decir?” Bien, una última hojeada al Nuevo Testamento. Busquen Mateo 1. Quiero que vean esto, que noten esto. Quiero que circulen cuatro nombres en Mateo 1. Mateo 1 es la genealogía de Jesús. Es esa parte de la lectura de la Biblia que ustedes simplemente se saltan y piensan: “Leeré solamente la mitad del capítulo, realmente no importa”. Ustedes simplemente pasan muy rápidamente por esta parte. Es lo que hacemos cuando llegamos a las genealogías. Bien, no hagan eso en esta genealogía.

Quiero que vean lo que pasa. Todo esto nos lleva hacia el versículo 16: “…de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.” Así que esta es la línea de Jesús. Comienza con Abraham y llega hasta Jesús. Quiero que miren en esta genealogía. En la primera parte que llega hasta Josías, hay 4 mujeres que son mencionadas. La quinta mujer mencionada es María, pero quiero que vean 4 mujeres y quiero que circulen sus nombres. Vean el versículo 3: “Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara…” Circulen ese. Sepan que Tamar es, no solo una mujer mencionada en este linaje, sino una mujer que se parece a las hijas de Lot. Ella era culpable de incesto. Esta es la primera mujer que vemos mencionada.

Vemos a la segunda mujer en el versículo 5: “Salmón engendró, de Rahab, a Booz…” Circulen ese nombre. Pueden escribir una pequeña nota al lado: Ella era una prostituta gentil. Así que tenemos a una mujer culpable de incesto y a una prostituta gentil. Salten ahora al versículo 6: “…Y David engendró a Salomón de la que había sido mujer de Urías.” Circulen ese justo ahí. Otra mujer es mencionada, y ella es una adúltera. Es la mujer de Urías. Recuerden toda esa historia de David y Betsabé.

Luego, la cuarta mujer por la que pasamos muy rápido en el versículo 5: “…Booz engendró, de Rut, a Obed…” Pueden escribir una pequeña nota que diga “una gentil moabita, forastera, prohibida, marginada y extranjera.” Cuatro mujeres son mencionadas aquí antes de María. Las cuatro tienen unos antecedentes muy coloridos. ¿Qué están haciendo ellas en Mateo 1, en la línea que guía al Rey de las Naciones? ¿Por qué son mencionadas?

Damas y caballeros, ellas son mencionadas por la misma razón por la cual cada uno de nosotros tiene la oportunidad de tener nuestros nombres escritos en el Libro de la Vida. Ellas están escritas ahí por la soberana gracia y misericordia de Dios que llama a los menos esperados, que llama a los heridos y marginados, Él llama a los desamparados y a la gente que nadie espera que Él llame. Él llama y dice: “Voy a derramar mi gracia, mi misericordia y mi bondad sobre ustedes.”

Antes que alguno de nosotros comience a pensar que merecemos estar aquí, déjenme recordarles, basado en Mateo 1, que estamos aquí solamente por la gracia de nuestro Redentor, quien nos bendijo para cumplir Su propósito. Esto se concreta, incluso cuando llegan a Mateo 2. Recuerden que Dios da la bienvenida a la forastera a Su tierra, quien va de un lugar de castigo a una tierra de promesa. Ella viaja de Moab a Belén. Mateo 2:3 dice:

Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él.   Entonces, reuniendo a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, indagó de ellos dónde había de nacer el Cristo. Y ellos le dijeron: En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta:

“Y TU, BELEN, TIERRA DE JUDA,

DE NINGUN MODO ERES LA MAS PEQUEÑA ENTRE LOS PRINCIPES DE JUDA;

PORQUE DE TI SALDRA UN GOBERNANTE

QUE PASTOREARA A MI PUEBLO ISRAEL.” (Mateo 2:4-6)

Obed, hijo de Rut y Booz, no solo nació de ellos para guiar a un linaje, sino que nació en Belén. Esta es la imagen de un Dios que cumplirá Su propósito. ¿Saben cómo cumplirá Su propósito? Cumplirá Su propósito derramando Su gracia sobre los más inesperados. Déjenme repetir esto. Él cumplirá Su propósito, y lo hará derramando Su gracia sobre las personas en quienes menos esperamos que suceda.

Así pasó en Mateo 2, Dios usó el poder del imperio romano para traer un censo en el que todos tendrían que volver a su tierra natal, y este hombre al azar, llamado José, y su prometida, María, en medio de la controversia que rodeaba su relación, tuvieron que hacer un viaje desde el norte de Galilea hasta Belén, donde nacería el hijo de Dios. En Su linaje serán representadas las naciones.

El mensaje para nosotros…

Esta es la verdad suprema. Ya hemos visto la imagen de Rut y el plan de Dios. El mensaje para nosotros, y la razón por la cual esta historia de amor es mucho más que una escapada sentimental, es que la verdad nos involucra en esta historia. El mensaje para nosotros es que Dios muestra Su gloria inundando al desamparado con Su gracia.

David Platt

David Platt sirve como pastor en el área metropolitana de Washington, D.C. Es el fundador de Radical.

David recibió su doctorado del Seminario Teológico Bautista de New Orleans y es el autor de Don’t Hold Back [No te quedes donde estás], Radical, Sígueme, Contracultura, Algo tiene que cambiar, Before You Vote [Antes de votar], así como los varios volúmenes de la serie Christ-Centered Exposition Commentary [Comentario Expositivo centrado en Cristo]. 

Vive junto con su esposa e hijos en el área metropolitana de Washington, D.C.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TOWARDS REACHING THE UNREACHED.

That means that the people with the most urgent spiritual and physical needs are receiving the least support. You can help change that!