Recursos en español de Radical

3.2 billion people will live and die without hearing the good news of Jesus. Let’s change that together.

El Evangelio Demanda un Abandono Radical – Parte 1

Debemos entender nuestro uso del dinero y las posesiones en el contexto de la historia bíblica. Necesitamos comprender desesperadamente la naturaleza mortal de nuestras posesiones. La salvación es totalmente imposible para cualquier persona aparte de la gracia de Dios. Jesús nos libera de nuestra esclavitud a nosotros mismos y a nuestras cosas. En este mensaje sobre Marcos 10:17–31, David Platt nos recuerda cómo Jesús une a su pueblo para disfrutarse y alentarse mutuamente a medida que nos abandonamos a él.

  1. Un enfoque radical
  2. Un afecto radical
  3. Un mandato radical
  4. Una recompensa radical
  5. Una pérdida radical
  6. Un cambio radical
  7. Una advertencia radical
  8. Un regalo radical
  9. Una libertad radical
  10. Una familia radical

Si tiene una Biblia, y espero que la tenga, déjeme invitarle a abrir conmigo a Marcos, capítulo 10. Estaremos viendo algunas cosas muy duras en las Escrituras, y algunas palabras duras de parte de Cristo. Y palabras que provocan mucha conversación, que provocan muchas preguntas, tal vez incluso confusión, y criticismo. Y creo que hay algunas de estas verdades que pueden ser fácilmente malentendidas.

Lo que quiero hacer en parte, es tratar los malentendidos que creo que existen. He escuchado algunas conversaciones preguntándose si lo que estamos viendo en la Palabra le esta restando a la seguridad de nuestra salvación, o si ¿David está predicando una justicia-salvación basada en las obras? Así que vamos a tratar eso en el contexto del texto que estamos viendo, y con otras conversaciones donde las personas han dicho “¿Que nos está David diciendo que hagamos?” y “¿Que es lo que el pastor quiere que hagamos?” Y quiero que recuerden y también quiero pedirles, y rogarles, que no hagan esa pregunta.

Que el Espíritu le dice

No importa para nada lo que David le está diciendo que haga. Lo que importa es lo que el Espíritu le dice que haga. Esta es la imagen. Mi responsabilidad es la de ser fiel a la representación clara de esta Palabra. Que Dios me ayude a ser fiel al representar esta Palabra claramente y con exactitud, y traer esa Palabra ante usted, como su pastor, y para que luego usted, con esa Palabra, vaya al Espíritu de Dios y diga, “Espíritu de Dios, muéstrame como se ve esta Palabra en acción.” Y él es bueno para eso. Él lo hará.

Quiero luchar junto a ustedes en eso. Mi familia está luchando a través de cómo se refleja esta Palabra en nuestra vida, cómo se aplica a nuestras vidas, así que estamos en este viaje juntos.

Pero el cuadro completo es que estamos juntos en este viaje, y es un viaje que vale la pena tomar. Es un viaje que vale la pena tomar; por el bienestar del perdido, del pobre, el de la iglesia, y el de nosotros mismos. Queremos que nuestras vidas cuenten por aquello que es justo, verdadero y eternal. Así que emprendamos este viaje juntos esperando, a lo largo del camino, evitar malentendidos y al final, nos encontremos creciendo en Cristo y experimentando más de la gloria de Cristo, la presencia de Cristo y el poder de Cristo en nuestras vidas y la iglesia. 

Así que, con esa finalidad, vamos a Marcos 10:17,

Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. 

El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. 

Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 

Se asombraban aun más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, más para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios. Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. 

Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. Pero muchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros.

Padre, oramos para que, por tu Espíritu, podamos entender esta Palabra. Que Tú, por el poder de tu Espíritu, tomarás esta palabra y la llevarás a nuestras mentes, corazones, y vidas, que Tú traerás esta historia del joven rico a la vida y en nuestras vidas. Sabemos, Dios, que somos ricos, así que oramos para que nos ayudes a dejar de lado nuestras ideas preconcebidas, pon aparte nuestros pensamientos y opiniones y ayúdanos a escuchar tus pensamientos y tu dirección, y por tu gracia oramos para que nos ayudes a no sólo escucharlos, sino también a aplicarlos y a ponerlos en práctica en nuestras vidas. Oramos esto para la gloria de tu nombre, Amén.

Los Dos Errores Principales en la Interpretación

Creo que existen dos errores principales en la interpretación de este pasaje que necesitamos evitar. Sólo quiero poner esto sobre la mesa. Pienso que es algo que necesita estar sobre la mesa antes de que profundicemos en el pasaje. Hay dos errores en la interpretación, cuando se trata de este pasaje, errores comunes. El primer error común es la universalización de este pasaje. Lo que trato de decir con eso es que, algunas veces la gente toma este pasaje y dice, “Lo que Jesús le dijo a este hombre rico es aplicable a cada seguidor de Cristo en toda la historia. Y entonces, cuando Jesús le dice al hombre rico, “anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres” entonces eso significa que se lo está diciendo a cada persona que le sigue a Él, “anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres.” Lo universalizan.

Pero la realidad es que incluso aquí en esta historia, usted tiene a discípulos quienes el resto de todo el Nuevo Testamento dan la imagen de estos hombres, por lo menos un par de ellos, todavía tenían una casa que les proveía de un lugar donde quedarse en ocasiones, probablemente todavía tenían una barca. Hay una imagen aquí y las imágenes que vemos en el resto del Nuevo Testamento donde hay seguidores de Cristo que no habían vendido, literalmente, todo lo que tenían. Y entonces, este pasaje, aparentemente, no nos está enseñando que si usted es un seguidor de Cristo, eso significa que usted no puede ya tener propiedades privadas o posesiones. Este no es un mandato universal para cada seguidor de Cristo el que vaya a vender todo lo que tienen y se lo den a los pobres. Así que, es en ese punto donde más o menos respiramos aliviados. “Bien, qué bueno. Me estaba preguntando si esto era algo que todos teníamos que hacer.” 

Incluye a todos nosotros

Pero no respire por mucho tiempo, porque el segundo error en la interpretación es no universalizar este pasaje, sino minimizarlo. Y lo que pasa es que las personas dicen “Bueno, esto no es para todo el mundo. Esto es sólo para algunas personas, y por ‘algunas personas’ no me refiero a mí ni a nosotros.” Esta es la clase de interpretación. De lo que tenemos que darnos cuenta es que este es un pasaje muy serio donde Jesús se dirige al hombre rico y le dice que renuncie a todo lo que posee, la realidad que Marcos 10 nos enseña es, de hecho, que Jesús les dice a algunos de sus discípulos que vendan todo lo que tienen y se lo den a los pobres. Así que la realidad es, si usted es un seguidor de Cristo, es posible que Jesús le diga exactamente las mismas palabras a usted. Así que ahora estamos volviendo a sudar un poco.

Y este es el cuadro. Debemos mantener esto. Hemos hablado de esto. Somos gente rica. Incluso en línea con la dura situación financiera en la que muchos de ustedes se encuentran envueltos en este punto, y la realidad es que tenemos agua, comida, tuberías, techo sobre nuestras cabezas, carros qué conducir, y cuidado médico. Somos muy ricos en comparación con el resto del mundo, todos nosotros. Así que, este texto tiene enormes implicaciones para nosotros y no queremos minimizarlo.

Uno de los errores que cometemos yéndonos por la línea de minimizar, es que tomamos un pasaje como este y decimos “Bueno, lo que Jesús realmente está diciendo es,” y lo que hacemos cuando decimos “Bueno, lo que Jesús realmente está diciendo es,” “esto” es usualmente algo que cuadre más con nuestra versión del cristianismo y que se acomode más a nuestro modo de vivir. Así que, tenemos esta peligrosa tendencia de tomar las Escrituras y darle un giro para ajustarla a nuestra vida. Estudiar la biblia de esa manera es anti bíblico cuando lo que supone que hagamos es tomar nuestras vidas y ajustarlas a la Palabra de Dios, y no al revés. Tenemos que ser cuidadosos y evitar ambos errores de interpretación. Nos mantendremos en el camino y evitaremos ambas zanjas, por así decirlo, de ambos lados, sin universalizar esto, pero, al mismo tiempo, sin minimizarlo.

Un Enfoque Radical… El Llamado de Jesús a la Salvación Demanda Una Entrega Total

Así que, para poder hacer eso, quiero ser realmente cuidadoso. Nos vamos a sumergir, es por eso que vamos a pasar un poco más de tiempo extra en este texto. Existen 10 verdades diferentes que surgen de este texto. Lo que vamos a hacer es que las vamos a ver llegar una por una y vamos a pasar más tiempo leyendo en otros lugares, especialmente en los evangelios, para que veamos otras cosas que Jesús dijo que nos ayudan a entender algunas de las cosas que pasan en este pasaje. Así que, vamos a empezar con la primera verdad, un enfoque radical.

Verdad número uno, El llamado de Jesús a la salvación exige una entrega total. Para este punto, debemos ser realmente honestos unos con otros. De acuerdo con los estándares de seminario contemporáneos, y yo sé, lo he enseñado en seminarios, Jesús fallaría absolutamente en las clases de evangelismo personal con las tácticas que Él está empleando en este pasaje en particular. Usted tiene a un hombre ansioso, un hombre joven, un hombre adinerado, un hombre influyente, quién viene a usted, rogándole para que usted le diga como él puede tener vida eterna. Esto es llamado en el evangelismo contemporáneo como un prospecto ideal. Usted no deja que se le escape este hombre. Así que usted hace lo que sea que necesite hacer. Cualquier evangelista que valga su peso en sal no dejaría ir a este.

Así que usted hace lo que sea que necesite hacer. Usted ni siquiera tiene que hacer aquella oración, o levantar una mano. Sólo cerrar sus ojos y abrirlos en cierto punto y así es cómo. Así es como usted viene. Existen toda clase de métodos que nos hubieran asegurado que este hombre no se escapara. Sólo piense, si este hombre se convierte en un seguidor de Cristo, pensemos en todo lo que podría hacer. Lo podríamos poner en el circuito y el podría hablar y compartir su testimonio en todas partes. El podría escribir libros y recaudar toda clase de dinero para la causa. Tenemos que conseguir a este hombre.

Y si solo Jesús hubiera tenido alguno de los libros que nosotros tenemos sobre el evangelismo hoy día, entonces él no se hubiera escapado. Es sólo que Jesús no sabía cómo cerrar la venta. Él dejo librar esta. ¿Qué le dijo Jesús a este hombre? Él le dijo, “anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres.” (Marcos 10:21). No es así como se atrae a la gente. Estamos luchando con algunos de estos textos, algunas de estas duras palabras de Jesús. Sólo póngase en los zapatos de las personas del primer siglo. Así fue como ellos fueron introducidos a Jesús.

Estas fueron las primeras cosas que escucharon. Esta era la impresión que tenían. Es de esperarse que cuando usted lee Hechos, capítulo 1, hay solo 120 personas que realmente se mantuvieron e hicieron lo que Jesús les había dicho que hicieran, que realmente eran seguidores de Cristo. 120 personas, todas las masas se habían dispersado porque el llamado de Jesús exigía una entrega total. Esto no es muy, no solo, contra-cultural, sino también contra-cristianismo contemporáneo. Todo el cuadro del crecimiento de la iglesia y todo el negocio de mercadeo cristiano multimillonario esta construido sobre las necesidades que sienten las personas y en hacer cosas que van dirigidas a las necesidades que sienten las personas. Jesús desglosa todo el asunto, va justo al corazón del asunto y dice “Renuncie a todo si quiere seguirme.” El no esta jugando con necesidades sentidas aquí. El va directamente al núcleo de su corazón.

La Salvación Nunca Es Cuestión De Una Reformación Externa

Ahora quiero que vea como El hace eso, como El toma a este buscador ansioso y le muestra que la salvación exige una entrega total. Esto es lo que El establece. Primero, El establece que la salvación nunca es cuestión de una reformación externa. Un hombre va y le dice, “¿qué haré para heredar la vida eterna?” y ¿Qué hace Jesús? Lo primero que hace es apuntar a los mandamientos del Antiguo Testamento. Y probablemente el había tenido una muy buena crianza judía. Probablemente alrededor de los 12, 13 años se había convertido en un hijo de los mandamientos y se había establecido oficialmente como un niño que seguiría los mandamientos de Dios. El dijo, “todo esto lo he guardado desde mi juventud.”

Lo que Jesús hace es que, El toma los mandamientos que este hombre se sabia y los lleva a un nivel más profundo, lleva la línea a un nivel más profundo de lo que el nunca se hubiera imaginado, de lo que él nunca hubiera soñado cuando dijo “anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres.” (Marcos 10:21). Ahora, esto es muy inusual. Quiero que piense junto conmigo sobre esto. Alguien va hacia Jesús diciendo “¿qué haré para heredar la vida eterna?” y la respuesta de Jesús es “Obedece estos mandamientos y vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres.” ¿Esta Jesús promoviendo una salvación basada en obras aquí? diciendo “¿qué haré para heredar la vida eterna?” “Obedece estos mandamientos y vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres.” Así es como responde Jesús.

Entonces, ¿Esta Jesús promoviendo una salvación basada en obras? Absolutamente no, y quiero mostrarle el por qué. Esto es lo que Jesús hace a lo largo de todos los evangelios. El toma los mandamientos de Dios del Antiguo Testamento que fueron entendidos por tantos judíos y los lleva a un nivel que ellos nunca hubieran podido imaginarse. El ejemplo perfecto lo vemos en Mateo, capitulo 5 en el Sermón del Monte. Hacia la mitad de ese capítulo, un poco más cerca del comienzo, Jesús dice “Oísteis que fue dicho” esto, que Él cita del Antiguo Testamento, y luego dice “Pero yo os digo” esto, y básicamente lo que dice Oísteis que fue dicho esto, y ustedes han vivido sus vidas de acuerdo a este estándar, a este nivel justo aquí, y han pensado que están bien delante de Dios. La realidad es que existe todo un estándar diferente aquí.” Y Él hace eso con cada mandamiento, tras mandamiento, tras mandamiento, llega al final del capítulo, Mateo capítulo 5, versículo 48 y dice estas palabras: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” 

Lo que Jesús está diciendo es, “Usted tiene que ser perfecto para heredar la vida eterna.” Tiene que ser perfecto. Ahora, obviamente, eso no es posible, y lo que Jesús hace entonces es mostrarle a este joven rico, como también le muestra a toda clase de gente a través de los evangelios, que no pueden merecer la vida eterna porque ellos no pueden ser perfectos y ese es el estándar. Este es el por qué, en Juan, capítulo 6, Él tenía una multitud de judíos que vinieron y le dijeron, “¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?” o “¿Qué requiere Dios que nosotros hagamos?” y ¿Qué dice Jesús en respuesta? Él dice, “Esta es la obra de Dios” y ellos escuchan lo que dice después y entonces dice, “Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.” Que crean en el que ha enviado.

La Salvación Es Cuestión De Una Transformación Interna

Lo que Jesús está haciendo es diciendo claramente, “la salvación nunca es cuestión de una reformación externa, en vez de eso la salvación es cuestión de una transformación interna. Usted tiene que creer en mí. Tiene que confiar en mí porque usted no puede ser perfecto. No puede obedecer todas estas cosas. Usted me necesita. Usted tiene que creer en mí, confiar en mí.” Ahora traiga eso de vuelta a Marcos capítulo 10 y el joven rico. Cuando Jesús dice “anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres.” ¿Está Jesús diciendo que si este hombre hace eso, él se ganará la salvación? No.

Esté atento, basándonos en lo que acabamos de ver, si este hombre va y vende todo lo que tiene y se lo da a los pobres, vendría a ser una evidencia clara de que él creía en Jesús. Iba a ser el desbordamiento natural, él creyendo en Jesús, confiando en Jesús, abrazando a Jesús y siguiendo a Jesús. Este es el desborde de eso. Él no iba a vender sus posesiones y dárselo a los pobres para ganar la salvación. Esa sería una expresión de la salvación que hubiera ocurrido en él, para un hombre que tenía tantas riquezas empezar a dársela a los pobres, esa sería una imagen obvia del hecho de que algo ha pasado en su corazón, una transformación interna.

Ahora tráigalo al contexto de lo que estamos hablando en estas series, Lucas, capítulo 16 con el hombre rico y el mendigo Lázaro. Hemos visto a Santiago, capítulo 2, “Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?” (Santiago 2:14). La fe, “si no tiene obras, es” ¿Qué? “es muerta” (Santiago 2:17). 1 de Juan, capítulo 3, preocuparse por los pobres es una evidencia necesaria de nuestra salvación. Existe una enorme diferencia entre preocuparse por los pobres para ganar la salvación. Una enorme diferencia, ya que lo que estamos viendo en las Escrituras es que preocuparse por los pobres, para que este hombre vendiera todo lo que tenía y se lo diera a los pobres, para usted o yo, hacer regalos extravagantes a los pobres y soltar cosas en esta vida no se harían para ganar la salvación, sino como una expresión de la salvación que está en nosotros.

Sería una imagen obvia de que ha habido una transformación interna en nosotros que se materializa en una manifestación externa de nosotros dando a los pobres. ¿Puede ver la relación aquí, la transformación interna que lleva a la manifestación externa? Algo sucede en nuestros corazones, Dios cambia nuestros corazones. Nos empieza a importar lo que a Él le importa y como resultado, el desbordamiento de eso, es que comenzamos a obedecerle, empezamos a seguirle. Si nuestras vidas son un reflejo de nuestros corazones, y ha ocurrido una transformación interna, se mostrará por sí misma en la manera en que vivimos. Por el contrario, si nuestras vidas no reflejan el carácter de Cristo, entonces eso significa que existe un problema del corazón en proceso.

Un abandono radical: un cambio de corazón

No es un problema que necesite más transformación externa—“necesitamos hacer esto, o esto”—necesitamos un cambio de corazón. Y lo que estamos viendo mientras hablamos de preocuparnos por los pobres es que si nos estamos incluyendo a nosotros mismos e ignorando a los pobres entonces existe un problema en nuestros corazones, un problema mayor en nuestros corazones que nos conduce a decir “¿Está Cristo en mi corazón? y si Él está en mi corazón, ¿Entonces por qué no se está expresando en mi vida?” Hay una desconexión aquí. Eso no significa que ahora voy a salir y empezar a preocuparme por los pobres para ganar la salvación, significa que la única forma en la que puedo preocuparme por los pobres es si Cristo cambia mi corazón y yo necesito que Él haga eso.

Déjeme respaldar esto por un segundo. Alguno de ustedes pensará que es un poco loco el incluso preguntar “Bueno, ¿Está Cristo en su corazón? ¿Necesita una transformación del corazón?” Vamos a dejar a un lado lo de preocuparnos por los pobres por un segundo. Pensemos en esta ilustración. Imagine a alguien que afirme que Cristo está en su corazón, pero vive un estilo de vida sexualmente inmoral, un estilo de vida totalmente inmoral cuando se trata de la sexualidad. Que están involucrados con múltiples parejas día tras día, semana tras semana, mes tras mes, que están viviendo en directa desobediencia a todo lo que las Escrituras hablan sobre la sexualidad y pureza. Y año tras año están haciendo esto, pero afirman que Cristo está en ellos.

Pero cuando se muestra en la Palabra que esto no honra a Cristo, continúan en esas cosas y no hay signos de ningún tipo de remordimiento, convicción o arrepentimiento. Ellos sólo continuamente, y deliberadamente desobedecen a Cristo. No parece importarles en absoluto. Si ese es el caso y continúan en eso mes tras mes y año tras año, ¿No hay razón para por lo menos cuestionar o no si Cristo está en el corazón de estas personas? Ahora quiero ser cuidadoso.

No estoy diciendo que soy el juez de si Cristo está o no es sus corazones o que usted es el juez de si Cristo está o no en sus corazones. Pero al menos hay razón para advertirles. 1 Corintios 6:9-10 dice que los adúlteros no heredaran el reino de Dios. Eso es señal advertencia. 1 de Juan 2:3-6, si alguien dice que permanece en Él, pero deliberadamente desobedece sus mandamientos, la verdad no está en usted y usted es un mentiroso. Eso es lo que dice la Biblia. Así que le podríamos preguntar a esta persona, “¿Realmente está Cristo en usted?” Y necesitamos ver que si Él lo está, necesita arrepentirse y volverse a Él y si no lo está, necesita pedirle que venga y le cambie por primera vez en su vida. Ahora, eso parece bastante definido en un área del pecado donde decimos “Si, bueno eso es obvio.”

Bueno vamos a traer esto a la preocupación por los pobres. ¿Qué pasa con una persona que día tras día, semana tras semana, mes tras mes, y año tras año cae en más y más cosas mientras ignoran al pobre, o por lo menos le echan migajas al pobre? Continúan en eso. ¿Hay alguna razón para preguntarnos si existe algún problema del corazón? Absolutamente sí. Busque en 1 de Juan 3:17. Dice, “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?” La pregunta de 1 de Juan es retórica, está diciendo “¿Cómo puede el amor de Dios morar en él si está ignorando a su hermano necesitado?”

Una vida diferente: un abandono radical

Y aquí es donde estamos viendo que nuestros estilos de vida nos están complaciendo a nosotros mismos e ignorando al pobre en el mundo, entonces existe una razón para mirar dentro de nuestros corazones y la pregunta más fundamental que nos tenemos que hacer es, “¿Está Cristo ahí?” Y si está ahí, entonces ¿Qué es lo que tiene que ocurrir en mi vida para que Cristo me cambie, y me transforme para que así mi vida parezca diferente? No para que yo pueda ganarme la salvación. No le diría a esa persona que lucha con la inmoralidad sexual, “Haga las cosas bien para que sea aceptado delante Dios.” Ese sería un horrible consejo, les estaría dando consejería anti-bíblica. Diría “Vaya a Cristo, y pídale a Cristo que cambie su corazón para que no desee estas cosas nunca más, para que lo desee a Él.” Es lo mismo que estamos viendo en la Palabra con estas series.

No es salir y empezar a preocuparse por los pobres para ganar la salvación. Si ese fuera el caso, ¿Cuándo sabremos que hemos dado lo suficiente? Ese no es obviamente el caso. Esa no es la enseñanza de las Escrituras, pero las Escrituras nos enseñan cómo ir a Cristo. A arrepentirse y correr hacia Cristo y pedirle que cambie su corazón, que cambie su mente sobre la manera en que usted gasta y cómo vive. Que le muestre que usted puede vivir de forma que exprese a Cristo en usted. Y sólo Cristo puede hacer esto. Es por eso que cuando vemos la Palabra de Dios, lo último que quiero que hagamos es irnos, luego de estudiar la Palabra, alejarnos pensando “Tengo que hacer más. Tengo que trabajar más. Tengo que hacer esto, y aquello, y lo otro.” Eso pierde el enfoque porque apunta hacia la reformación externa.

Lo que quiero que hagamos, es tomar la Palabra y como su pastor quiero mostrarle como la vida de Cristo se ve en el mundo. Y orar para que Dios nos muestre áreas, a usted y a mí, las áreas de nuestra vida que no están agregando nada a la vida en Cristo, para que veamos estas áreas de desconexión, y nos alejemos y digamos “Veo esta área de desconexión y quiero a Cristo. Quiero más a Cristo. Quiero más y más de Cristo. Y necesito que Cristo cambie mi corazón. Necesito que Cristo me cambie.” No nos estamos alejando hacia la deriva, ni cargados de desesperación porque tenemos mucho más que hacer, sino que caminamos conducidos hacia Cristo porque queremos y necesitamos más de Cristo día tras día, hora tras hora, momento tras momento.

Y eso nos devuelve a lo que estábamos hablando previamente. Así que vamos a Cristo, y pasamos tiempo con Cristo. Pasamos un tiempo concentrados en Cristo durante la semana. Le preguntamos a Cristo sobre estas cosas y cómo se aplican a nuestras vidas. Yo creo que Él es honrado en eso. No es la manera fácil. Este hombre está buscando la manera más fácil. Deme las casillas de verificación para que yo pueda hacer esas cosas externas y saber que estoy bien. ¿Qué es lo que las Escrituras me dicen que haga? Deme las casillas de verificación para asegurarme de que estoy bien. Queremos hacer todo lo que podamos y así evitar el duro trabajo de estar con Cristo, el corazón del deleitoso trabajo de estar con Cristo es el pedirle que cambie nuestros corazones, nuestras mentes y nuestros deseos. Vamos a hacer eso.

Jesús No Es Meramente Un Profesor Respetable

Vamos a pedirle que haga una transformación interna en nosotros que se hará cargo de la manifestación externa. Necesitamos corazones transformados día tras día y semana tras semana. El único lugar donde podemos encontrar eso es en Cristo. Esa es la clave para el joven rico. Había un defecto fundamental sobre su percepción de Cristo. Jesús no es meramente un profesor respetable. Vea cómo se dirige a Él en el versículo 17. “Maestro bueno,” él preguntó; en el versículo 20, “Maestro” declaró, “todo esto lo he guardado desde mi juventud.” Este hombre respetaba los pensamientos de Jesús, respetaba las opiniones de Jesús. 

Y me encanta lo que Jesús le responde. Él dice “¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios.” Me encanta esto. Jesús está dando a entender aquí, este hombre no tiene absolutamente ninguna idea de con quién está hablando. Él no tiene idea de la gravedad de la conversación que está teniendo en el momento porque él está mirando a Jesús como a un respetado maestro y Jesús en ningún momento busca ser un respetado maestro.

Jesús Es El Soberano Señor

El busca siempre mostrarse como un Soberano Señor. El hombre rico estaba dispuesto a tener a Jesús como a un maestro qué respetar, pero no a tener a Jesús como un Señor al cuál obedecer, y existe una enorme diferencia.

Estoy convencido de que mucha gente entra en ese renglón, incluso a muchas personas en la iglesia hoy día, quienes están mejor teniendo a Jesús como un respetado maestro quien da consejos sobre cómo vivir la vida, pero es algo totalmente diferente cuando Él es un Señor Soberano que lo determina todo en nuestras vidas. Cristianos, ustedes se han sacrificado, han perdido, han renunciado al derecho de determinar la dirección de su vida. Ya no está en sus manos. Y Jesús no es un consejero. Él es quien determina sus pasos. Jesús decide en qué casa vivirá y no usted. Y Jesús decide el auto que va a conducir, no usted. Jesús decide qué ropa usará. Él decide en lo que usted gasta. Él establece su presupuesto.

Jesús decide en lo que usted invierte. Jesús decide de acuerdo a cuál estilo de vida debe vivir, no usted ni yo, Jesús hace estas llamadas. Él no es al que acudimos cuando se trata de preocuparnos por los pobres y Él no es al que acudimos para asesoría financiera o planificación financiera. Él es el Señor que lo determina todo, cada pequeña cosa de nuestras vidas incluyendo nuestras finanzas. Esa es una forma radical de vida. Y vamos a ser honestos. No es una fácil manera de vivir en esta cultura, pero este es el enfoque radical. El llamado de salvación de Jesús. Esto es elemental en los evangelios. Involucra una entrega total.

Un afecto radical… Jesús Nos Llama A Dar Sacrificialmente Porque Él Nos Ama

El segundo afecto radical; esté atento a lo que sigue. Aquí es dónde se pone realmente bueno. Afecto Radical; verdad número dos. Jesús nos llama a dar sacrificialmente porque Él nos ama. Este es el versículo 21. Este es un mandamiento fuerte. Vamos a ser honestos. Imagínese, póngase en sus zapatos. “anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres.” ¿Se puede imaginar escuchar eso ahora mismo, todos sus bienes, todo su dinero, todo lo que tiene, ir ahora, vender todo lo que tiene y dárselo a los pobres? Ese es un mandamiento fuerte. Es duro para nosotros, incluso mientras pensamos en eso. Incluso si Jesús no nos llamara a darlo todo, a venderlo o regalarlo. Estos son mandamientos fuertes y no siempre fáciles.

Para Jesús decir “Deje ir esto. Sacrifique aquello. Regale esto. En su vida, deshágase de todo lo que no necesita y déselo a los pobres.” Son palabras fuertes. La belleza de este pasaje está aquí al principio del versículo 21, si no está subrayado en su Biblia, le animo a subrayarlo. “Entonces Jesús, mirándole” ¿Le qué? “le amó.” Esta es la belleza. Jesús le llama a hacer esto, no porque le odia. No porque Él quiere lo peor para él, no porque Él quiere hacer la vida miserable a este hombre rico en este mundo. Él le llama a vender todo lo que tiene y dárselo a los pobres porque le ama. Esta es la belleza de lo que las Escrituras están enseñando aquí y en todos los Evangelios cuando se trata de alguno de estos pasajes que estamos viendo. Jesús ama a los ricos.

Hay buenas noticias para nosotros. Jesús ama a los ricos. ¿Sabe cuánto? Jesús ama a los ricos lo suficiente como para decirles la verdad. Quiero mostrarle esto. Busquemos a Lucas capítulo 12. Tiene que ver esto. Lucas, capítulo 12, este es un cuadro. Si pudiéramos llevar esta verdad a nuestras mentes y corazones, Jesús quiere lo mejor para nosotros. Él quiere lo mejor para cada uno de nosotros. Él no quiere lo peor para nosotros. Anote eso. Guárdelo en su mente, en su corazón. Jesús dijo alguna de estas cosas fuertes; Él dijo estas cosas porque quiere lo mejor para nosotros. Él quiere lo mejor para usted. Él quiere lo mejor para mí. Él quiere lo mejor para su familia y la mía. Él quiere lo mejor. 

Ahora, aquí en Lucas 12 busque el versículo 15. Él va a decir una parábola aquí, otra más de sus fuertes parábolas, un poco parecida a la que vimos en Lucas 16:19. Vaya al versículo 15, Lucas capítulo 12. “También les refirió una parábola, diciendo: ‘La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?’ Y dijo: ‘Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.’” (Lucas 12:16-19). Le estoy dando una imagen del sueño americano. No se pone más claro de ahí. “Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.” (Lucas 12:20-21).

Hablando de ‘justo entre los ojos’. Estas son palabras fuertes, lo que Él hace; ahora, quiero que vea las fuertes palabras aquí, y luego la continuación de ellas. Jesús empieza a hablar sobre no preocuparse, “No se preocupen. No tienen que guardar nada porque yo cuidaré de ustedes. Mi Padre va a cuidar de ustedes.” Vaya al versículo 32. Es un versículo increíble. Le animo a subrayarlo en su biblia, Lucas 12:32. Vea lo que Él dice, y luego lo que dice después de eso y lo vamos a unir. Vean en el versículo 32. “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.

Bien, Él dice eso, y luego dice en el versículo 33, escuche esto. “Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” (Lucas 12:33-34). El versículo 33, ¿Es un mandamiento bastante fuerte? Vended lo que poseéis. Les dice a sus discípulos “Vended lo que poseéis, y dad limosna.” Jesús acaba de decir, “Vendan todo lo que no necesitan y dénselo a los pobres.” Eso no es fácil. Eso no se siente bien. De pronto, tan pronto como escuchamos eso, vienen a nuestra mente toda clase de pensamientos. Viene una inseguridad, “Bueno, ¿Qué voy a hacer? ¿Qué tendré? ¿Qué tendré en tres años? ¿Cómo se verá esto?”

El Es Un Pastor Que Nos Protege

Surge un miedo. Una ansiedad, una preocupación. Estas son emociones reales que Jesús sabía que tendríamos cuando viniera a decirnos “Vended lo que poseéis, y dad limosna.” Él sabe eso. Así que, ¿Qué es lo que Él dice justo después de eso? “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.” (Lucas 12:32). ¿Qué no son increíblemente tiernas esas palabras? Jesús dice, “No tengan miedo. Su padre que le ha placido darles el reino, por lo tanto, a la luz de eso, vendan lo que poseen y dénselo a los pobres.” ¿Cómo vende usted sus posesiones y se las da a los pobres? Cuando usted sabe que tiene un Padre que se las ha dado. Este es el cuadro que Jesús nos esta mostrando. En Lucas, capitulo 12, versículo 12 esta la dinamita que explota el materialismo en nuestras vidas. Este atento.

Lucas 12:32, esconda esta verdad en su corazón y esta destruirá por completo al dios del materialismo en su corazón, y mi corazón, porque la realidad es que luchamos con soltar las cosas. Luchamos con regalar todo y dárselo a los pobres. Toda clase de inseguridades, miedos, ansiedades, lo que sea, y Jesús dice, “No temáis.” No tiene que temer, ¿Por qué? Escuche lo dice. El dice, “Dios es un pastor que nos protege. No temáis, manada pequeña.” ¿Puede escuchar el afecto, el cariño ahí?

Cuando pienso en mis hijos y hablo sobre Caleb, un pequeño hombrecito que tuvimos el privilegio de conocer en el medio de Kazakstán y traerlo a nuestra familia, nuestro hijo, y al regresar, y entonces Joshua siendo el pequeño hombrecito que nos agarro completamente por sorpresa. Estos son mis pequeños. Esos son mis hijos. Hay cariño aquí. Hay una protección aquí cuando mis chicos tienen miedo o están en alguna clase de peligro. El otro día salimos al patio y había una serpiente en el patio y Caleb no sabia muy bien que hacer. Mire, en esos momentos usted solo quiere saltar y decir “Hey, pequeño, estoy aquí.” Alguien mas grande esta aquí, mas grande que la serpiente, para encargarse de las cosas. Haría lo mismo con Heather. Alguien mas grande esta aquí para encargarse de la serpiente.

Pero el cariño, la protección, e intimidad, aquí está el cuadro. Jesús sabe que cualquiera que responda a su llamado y venda sus posesiones y se las de a los pobres. El sabe que tendrá inseguridad. El sabe que tendrá duda. El sabe que habrá miedo y ansiedad en usted y El lo mirará y le dirá, “No se olvide, Dios es un pastor que le protege.” Que cuadro tan increíble. El le protegerá. El le cuidara. Lo puede dar por hecho. No se preocupe. El Pastor que nos protege. 

El Es Un Padre Que Se Deleita En Nosotros

El es un Padre que se deleita en nosotros. “porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.” ¿Cómo es que usted vende lo que no necesita de lo que posee, y se lo da a los pobres con confianza? ¿Cómo hace usted eso? Usted lo hace con confianza cuando usted sabe que tiene un Padre listo para darle. No hay que pensar mucho a este punto. Tiene sentido. Incluso hay un matiz de una motivación egoísta aquí porque ya usted sabe que su Padre le va a proveer a usted, y que está bien dejar ir estas cosas porque usted tiene su Padre que le está proveyendo. Él es su Padre, ¿Y en que nos convierte eso? en hijos, correcto; hijos e hijas.

Ese es todo el cuadro volviéndonos a Marcos 10. ¿Qué puedo hacer para heredar la vida eterna? ¿Qué le da un Padre a sus hijos e hijas? Una herencia. Ese es el cuadro que vimos en Mateo 25. “Venid, benditos de mi padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.” (Mateo 25:34). Piense en eso. Hijos e hijas de Dios, usted tiene une herencia preparada para usted desde la creación del mundo. No tiene que preocuparse. No tiene que tener ninguna ansiedad sobre vender sus posesiones y dársela a los pobres porque usted es, según Romanos 8, heredero de Dios y coheredero con Cristo. 

¿Qué tiene usted en este mundo que sea tan hermoso, que sea tan maravilloso, que sea tan valioso? Absolutamente nada. Usted tiene una herencia. No se preocupe sobre vender todo lo que tiene y dárselo a los pobres. Usted tiene una herencia. Su Padre se deleita en dársela. Él no se la dará a regañadientes. Él no es un Padre que dice, “Bueno, como él es mi hijo, me imagino que como esta en la familia, él debe de tenerla.” No. El la da con gusto. Él la ha preparado para usted desde la creación del mundo, para usted y para mí. ¡Qué cuadro! 

El Es Un Rey Que Provee Para Nosotros

Él es el Pastor que nos protege. Un Padre que se deleita en nosotros y Él es un Rey que provee para nosotros. ¿Qué es lo que Él nos da? “a vuestro Padre le ha placido daros el reino.” Él no es un empleado que reparte el dinero. Él no es un planificador de profesiones que eleva su estatus. Él no es un agente que promueve su fama ni es un inversionista que vierte más y más cosas en usted. Él es un Rey que nos da el Reino. ¿Qué tiene usted en esta vida que se pueda comparar con eso?

¿Que posee usted que vaya a vender o regular que se pueda comparar con el Reino de Dios? Absolutamente nada. Todo eso junto no se compara con esto. Así que, regale esto. Usted tiene a un Dios que le protege como un pastor y se deleita en usted como lo hace un padre con sus hijos. Y usted tiene un Dios quien es el Rey que promete darle el Reino. Jesús nos llama a dar sacrificialmente, no porque Él nos odie o porque quiere cosas malas para nosotros. Él nos llama a dar sacrificialmente porque nos ama. Existe una gran confianza ahí. Una confianza que hace temblar la tierra.

Un Mandamiento Radical… Jesús da Mandatos, no Consideraciones

Tercera verdad, enfoque radical y afecto radical, ahora un mandato radical. Jesús da mandatos, no consideraciones. Aquí es donde quiero que volvamos a Marcos 10:21. Voy a leerle este versículo en el cual hemos estado pasando un poco de tiempo, lo que Jesús le dijo a este hombre rico. Y quiero que contemos cuántos mandatos hay en una sola oración. Cuente cuántos mandatos hay.

 “Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme” (Marcos 10:21). ¿Lo agarró? Cinco mandatos diferentes. Anda, vende todo lo que tienes, dalo a los pobres. Anda, vende, dalo. Ven, sígueme. Este único versículo está cargado de mandatos. Cinco mandatos diferentes. Ahora, recuerde que aquí es dónde regresamos a los dos errores en los cuales necesitamos evitar caer. No universalizando esto –estos mandatos vinculan a cada seguidor de Cristo.

Al mismo tiempo, no minimizando. Aquí es dónde, inevitablemente, cuando se trata de este pasaje, usted ve lo que la gente ha escrito sobre este pasaje y lo que usted escucha decir a las personas sobre este pasaje, usted siempre escucha una interpretación que surge en este punto. Y suena algo como esto: “Jesús no está llamando a este hombre a regalar todo ni a dar todo. En vez de eso, Él está llamándolo a que esté dispuesto a dar todo, vender todo lo que tiene y dárselo a los pobres.” El único problema que le veo a esa interpretación es que no es verdadera.

Ese es mi mayor problema con eso. Si Jesús hubiera querido decir “estar dispuesto” a vender todo lo que posee y dárselo a los pobres, entonces yo pienso que Él es capaz de decir “esté dispuesto a vender todo lo que tiene y delo a los pobres.” ¿Por qué lo torcemos? Bueno vamos a ponernos en los zapatos de este hombre. ¿Usted piensa que este hombre rico pudo haber dicho “estoy dispuesto”? Seguro. Es bastante fácil decir “estoy dispuesto.” Bien, ahora eso cabe en mi versión del cristianismo. No es lo que dijo Jesús.

Él no dijo “Considere la posibilidad de que esto pueda pasar en su vida.” Él dijo “anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.” Ahora de nuevo, no universalizando este cuadro, pero seamos honestos unos con otros. Tenemos que ser muy cuidadosos. La frase “Bueno, Jesús solamente me está llamando para que esté dispuesto a hacer algo” es una frase extremadamente fácil de esconder. Peligrosamente fácil de esconder. Y existe un granito de verdad en ella. Digo, no hay duda. Realmente, es Cristianismo básico. Ya lo hemos establecido. Cada seguidor de Cristo ha renunciado a todo para seguirlo así que, sí, estamos dispuestos a hacer lo que sea que Él nos mande a hacer. Sin duda. Eso es automático.

Como Seguidores De Cristo, No Consideramos Opciones

No necesita decirse, ya eso está aquí. Debemos ser cuidadosos cuando empezamos a considerar lo que Cristo nos está diciendo que hagamos, en no tomar sus mandatos y convertirlos en consideraciones. Como seguidores de Cristo, no consideramos opciones. No tenemos la libertad de considerar opciones siendo seguidores de Cristo. Como seguidores de Cristo, no consideramos opciones.

Como Seguidores De Cristo, Obedecemos

Como seguidores de Cristo, obedecemos. Obedecemos, y punto. Jesús exigió obediencia aquí de la misma manera en que le exige obediencia a usted y a mí. Ahora, me encanta lo que un escritor dijo. Escuche esto, “El hecho de que Jesús no le haya mandado a todos sus seguidores a que vendieran todas sus posesiones, da consuelo sólo para la clase de personas a quien él emite ese mandato.” ¿Agarró eso? Déjeme leerlo una vez más. “El hecho de que Jesús no le haya mandado a todos sus seguidores a que vendieran todas sus posesiones, da consuelo sólo para la clase de persona a quien él emite ese mandato.” Alguno de ustedes pensará “Bueno, no me consoló a mí.” Bien, eso es bueno. Pero este es el cuadro. Tenemos que ser cuidadosos. Estamos buscando justificarnos y ajustar las Escrituras a nuestro parecer. Tenemos que ser cuidadosos aquí.

Cuando empezamos estas series, pasamos un tiempo tomando diferentes pasajes de las Escrituras y leímos a través de ellos por nuestra cuenta y contestamos algunas preguntas basados en eso. Quiero traer de vuelta unas preguntas de esas. Estuvimos viendo este pasaje en particular en nuestro primer sermón, y estas fueron algunas de las preguntas. Una de las preguntas a través de la cual pensamos fue, “¿Usted piensa que literalmente estaba Jesús diciéndole a este hombre que vendiera todo lo que tenía y se lo diera a los pobres?” Establecimos que este era un mandato de Jesús. La pregunta que le siguió fue esta: “¿Piensa que Jesús le diría lo mismo a usted hoy si usted fuera a verlo?”

“¿Piensa que Jesús le diría lo mismo a usted hoy si usted fuera a verlo? Si los primeros pensamientos que le vienen a la mente son las razones por las cuales Él no le diría eso a usted, sea cuidadoso. Y la pregunta que le seguía era. Si Él le dijera eso a usted, ¿Cómo respondería? Y la realidad es que sería muy fácil decir, “Yo estaría dispuesto.” Y todos sabemos que hay una gran diferencia entre estar dispuesto a hacer algo y a hacer algo. Así que esto es lo que quiero animarle a hacer. De nuevo, no estamos universalizando este pasaje. No es necesariamente un mandato universal para cada seguidor de Cristo. 

Y entonces, esto es lo que le quiero invitar a hacer. Quiero invitar a cada seguidor de Cristo a que vaya a Cristo y le diga, “¿Qué es lo que quieres que regale? ¿Qué es lo que quieres que venda? Y no hay nada que se quede fuera de la mesa. Hay un cheque en blanco en la mesa. De mi cuenta de cheque a la cuenta de ahorros, a mi casa, mi auto, mi ropa, a mi forma de gastar, a mi TV, a todo mi estilo de vida. ¿Qué quieres que regale? ¿Qué quieres que venda?” Pregúntele eso y sea muy cuidadoso de no pedirle eso y empezar a considerar sus opiniones. Pregúntele eso y espere que Él hable. 

Y eso puede que no suceda inmediatamente. Puede que no pase el primer día. Pero pregúntele y lo que probablemente hará; y lo digo por experiencia propia. Probablemente se encontrará inmediatamente agarrando una cosa, y luego otra, y tratando de quitar las cosas de la mesa gradualmente. “Bien, puedo verlo. Si, bien esto tiene sentido. No, vamos a quitar esto de la mesa.” Tenga cuidado. Esto es transformación interna. Sólo Cristo puede hacer esto en nosotros.

Pero lo que pasa cuando una familia de la fe de 4,000 personas va a Jesucristo, el Señor del universo, el que se preocupa por los perdidos y los pobres más de lo que nosotros podemos incluso comprender y dice, “¿En esta comunidad, qué quieres que regale, qué quieres que venda?” Le diré qué es lo que pasa cuando decimos eso, estoy convencido de que los recursos del cielo se abren y se derraman en las personas para hacer la gloria de Cristo conocida por todas las naciones de forma que nosotros nunca hubiéramos podido comprender antes. Dios lo hace posible. ¿Suena arriesgado? ¿Se pregunta si quiere seguir en este tren todavía? Esto es algo arriesgado. Pero esté atento. Antes de saltar del tren, sígame aquí.

Una Recompensa Radical… Jesús no quiere despojarnos de nuestros placeres; Él nos quiere satisfacer con su tesoro

Es un riesgo radical, pero también una recompensa radical. Este es el siguiente cuadro. Esté atento. Jesús no quiere despojarnos de nuestros placeres. En vez de eso, Él nos quiere satisfacer con su tesoro. Esto está en Marcos, capítulo 10. “anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres,” ¿El qué? “y tendrás tesoro en el cielo” (Marcos 10:21). Jesús no está diciendo, “Chicos, dejen de preocuparse por los tesoros. Dejen de buscar el placer.” Él no nos está diciendo eso. En vez de eso, Él está diciendo, “Busque el verdadero tesoro. Busque el tesoro completo.” Si usted no lo está experimentado ahora, aquí existe un tesoro completo. Tendrá tesoro en el cielo que durará una eternidad. Esto es una recompensa radical.

Vayamos a Mateo, capítulo 13. Tiene que ver esto, Mateo 13:44. Mateo capítulo 13:44. De nuevo, este es el matiz de una motivación egoísta, ¿No es así? Jesús está diciendo, “Dé todo lo que tiene a los pobres y, cómo resultado, va a estar mejor.” ¿Eso es bueno? No solo ayuda a los pobres, sino que también le ayuda a usted. Tesoro en el cielo. El materialismo no sólo es pecaminoso, es también tonto.

Que es inteligente

No es inteligente. Lo que es inteligente es vender todo lo que usted tiene y dárselo a los pobres. Eso es inteligente. Usted no encuentra esa filosofía, e ideología, en la cultura contemporánea. Pero usted lo encuentra por todas las Escrituras. Usted hace eso porque usted tiene un tesoro. Lea Mateo 13:44, Jesús dijo, “Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y” ¿Qué? “Gozoso” Subraye eso. “y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.” Venda todo lo que tiene con gozo. ¿Cómo hace eso? ¿Cómo pondría usted estas palabras en práctica, con gozo? 

Así es cómo. “imagine,” Jesús dice, “Usted está caminando por el campo un día y se tropieza con este enorme tesoro. Y usted mira a su alrededor y nadie más lo puede ver. Y luego usted dice ‘creo que voy a cubrir esto.’ Y más o menos se va caminando sutilmente de vuelta a la ciudad. Y usted empieza un proceso en el cual comienza a vender su casa y su carro, vacía todas sus cuentas, y la gente viene y le dice que usted está loco. ‘¿No sabe que no estamos en una buena situación económica para hacer eso?’ Usted los mira y les dice ‘tengo una corazonada. Me voy a arriesgar en esta.’ Así que usted continua vendiendo todo y dándoselo a los pobres, vendiéndolo todo. Las personas religiosas vienen a usted para decirle ‘¿Sabe usted lo que está haciendo? ¿Piensa usted que es sabio?’ ‘Me voy a arriesgar en esta.’ ‘Bueno, creemos que está loco, sólo para que lo sepa.’ ‘Bien. Anotado.’”

 “Y todos los demás piensan que usted está loco. Así que usted regresa donde el dueño de este campo y dice, ‘Esta parcela de tierra aquí, creo que me gustaría comprarla.’ Y él le dice, ‘¿Quiere pagar por esa tierra?’ Usted sabe que no vale nada, que es exactamente lo que el mundo diría sobre el tesoro bíblico. Es exactamente lo que nuestra cultura diría sobre el tesoro bíblico y nos aconsejarían sobre finanzas. Y usted dice, “Tengo una corazonada. Sólo me gustaría esta tierra.” Por dentro usted está pensando “todo lo que quiero es esa pequeña caja, pero tomaré la tierra y lo haré menos obvio.” Entonces él le dice, “Bien” así que usted toma la tierra y se va y toma este tesoro que le pertenece completamente a usted y que vale más que todo lo que usted hubiera podido tener reunido. ¿Es esa una movida inteligente?” “Es absolutamente una movida inteligente porque usted ha conocido el valor de este tesoro.”

El cuadro aquí es si somos un pueblo en esta comunidad que está detrás de las mismas cosas que persigue este mundo y aferrándonos lo más que podamos a nuestras cosas como también el mundo que nos rodea se aferra, es una señal segura de que no tenemos idea del tesoro que está aquí. Porque si la tuviéramos, lo entregaríamos. ¿Sabe qué es lo que haríamos? Lo entregaríamos con gozo, con gozo. El vendió todo lo que tenía con gozo. ¿Por qué? Porque él sabía que tenía un tesoro y hermanos y hermanas, tenemos un tesoro. En Cristo tenemos un tesoro. No tenemos que estar corriendo y aferrándonos a cosas como lo hace el resto del mundo. No tenemos que hacerlo porque tenemos un tesoro aquí. El Padre nos lo da y por eso vale la pena venderlo todo. Encontramos algo que hace que valga la pena venderlo todo.

¿Cuál queremos?

Él nos está llamando a no ser miserables. Él nos está llamando a dejar nuestras baratijas porque aquí hay un tesoro. Así que la pregunta es, ¿Cuál queremos? ¿Queremos tesoros de corto plazo que no podremos conservar—casas, carros, aparatos electrónicos, juguetes, objetos de recuerdos, decoraciones, ropa, baratijas, cosas? ¿Queremos tesoros de corto plazo que no podremos conservar o tesoros de largo plazo que no podremos perder? ¿Cuál queremos? Jim Elliot, justo antes de convertirse en mártir en Ecuador, un poco antes de su muerte, escribió que las personas le decían que él estaba loco y las personas le dirán que usted está loco. Las personas le dirán que usted está loco. Lo hicieron en la vida Jim Elliot, y él dijo, “Él no es ningún tonto, da lo que no puede conservar para ganar lo que no puede perder.” Hacer eso es inteligente.

¿Queremos los tesoros de corto plazo que no podemos conservar, o los tesoros de largo plazo que no podemos perder? ¿Cuál queremos? ¿Inversiones impredecibles? Toda inversión en cosas de este mundo es temporal e impredecible. Y no solo toda inversión en el mercado de valores, sino toda inversión en cosas de este mundo, es en última instancia impredecible y temporal. Todo es temporal. Así que, ¿Queremos inversiones impredecibles o reservas inagotables? Vaya a Mateo 6:19. Cada inversión en un tesoro celestial dura para siempre. ¡Reservas inagotables, inagotables! Esto es mejor que cualquier cuenta del IRA. Reservas inagotables.

Esta historia es sobre el primer siglo, cuando Roma perseguía a la iglesia. Los soldados romanos irrumpieron en una casa de una iglesia y dijeron “¿Dónde están todos sus tesoros?” para confiscarlos. Ellos los miraron con las manos vacías y señalaron en la esquina a un pequeño grupo de huérfanos y viudas comiéndose un almuerzo que les había sido provisto. Y les contestaron que ellos eran su tesoro. Ahora, así es cómo se hace una iglesia. Así es como se vive una vida en Cristo. Eso es un tesoro. No se añade en el último lugar de una cuenta bancaria, pero es un tesoro en el cielo que vale la pena dar. Esto es lo que Jesús dijo, “No os hagáis,” versículo 19, “tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.” (Mateo 6:19-20).

La única seguridad completa, la única seguridad interna es el tesoro celestial, entregar su vida a eso. Lo que Jesús está diciendo, esté atento. Lo que Él está diciendo es “Existen dos maneras de vivir. Existe una manera de vivir que vierte su tesoro en esta tierra y la otra manera de vivir que vierte su tesoro en el cielo.” A menos que pensemos que podemos vivir con parte de nuestro tesoro derramado en esta tierra y parte de nuestro tesoro derramado en los cielos, Jesús dice, “Ninguno puede servir a dos señores” en este pasaje. “Porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” (Mateo 6:24).

¿Dónde está nuestro corazón?

¿Va usted a echar su vida, sus recursos, sus posesiones en tesoros terrenales o en tesoros celestiales? ¿Dónde va a invertir? ¿Dónde vamos a invertir? ¿Dónde está usted invirtiendo en estos momentos? Jesús nos dice que esa es la forma en que nos damos cuenta de la manera en que estamos viviendo. Él nos dice que usted lo nota porque “donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” Qué duro será mirar nuestro presupuesto o cuenta bancaria o historial de gastos y hacer la pregunta “¿Dónde está mi tesoro?” Y ver la cantidad gastada en cosas terrenales y darse cuenta de que ese es un espejo de su corazón.

Eso es lo que Jesús está diciendo ahí. El uso del dinero es un claro barómetro de nuestra condición espiritual actual. Esto es simple, una verdad soberana. Nuestros corazones no se basan en el tesoro que tenemos. Es una imagen clara de nuestra condición espiritual actual. Veremos donde están nuestros corazones cuando veamos lo que gastamos en casas, autos, ropa, entretenimiento, cosas, comida, restaurantes. Lo veremos. Veremos dónde está nuestro corazón. Y no sólo eso. El uso del dinero es un claro indicador de nuestro futuro destino eternal, de nuestro futuro destino eternal.

Escuche lo que G. Campbell Morgan nos dice. Él dice estas palabras y estoy convencido de que son para nosotros. Él dijo, “Usted no es el hijo de hoy. Usted es el hijo de mañana. Usted es de las eternidades. Usted es descendencia de la Deidad. Usted pertenece a lo infinito. Si usted hace su fortuna en la tierra, pobre, triste, alma tonta, usted ha hecho una fortuna y la ha guardado en un lugar que no la puede mantener.” Haga su fortuna. Haga su fortuna, eso es lo que Jesús nos está diciendo. “Haga su fortuna pero guárdela donde le dé la bienvenida en cada amanecer de una nueva mañana.” De nuevo, no estamos diciendo que ponga su tesoro en el cielo para ganar la salvación. En vez de eso, estamos diciendo que donde esté nuestro tesoro, será un reflejo de nuestros corazones. Tenemos que mirar hacia dentro cuando nos fijemos en como nuestro tesoro está mostrando como actúan nuestros corazones en el exterior.

Una pérdida radical… El amor a las posesiones inevitablemente y en última instancia nos robará el gozo para el cual hemos sido creados.

Cerraremos con esto, una pérdida radical. Una pérdida radical, es la realidad de Marcos 10. El amor a las posesiones inevitablemente y en última instancia nos robará el gozo para el cual hemos sido creados. El amor a las posesiones inevitablemente y en última instancia nos robará el gozo por el cual hemos sido creados tan pronto como Jesús diga, “anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo.” La biblia dice que este hombre se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Esta es la única vez en el libro de Marcos donde alguien es visto rechazando la oferta de Jesús al discipulado. 

¿Por qué se fue? Yo pienso que fue por tres razones principales. La número uno fue que sus ojos estaban cegados. El cuadro completo en Mateo 6, de vuelta a lo que estábamos viendo. Los ojos son las lámparas del cuerpo. Si su ojo es bueno, su cuerpo estará lleno de luz. Si su ojo está malo, todo su cuerpo estará lleno de oscuridad. Ese el contexto de la discusión sobre el dinero. El cuadro es el dinero, dioses ajenos, nos ciegan, se infiltran en todo el cuerpo y traen oscuridad, y nos ciegan a la profundidad de nuestro pecado y nos ciegan, y el dinero nos ciega. Nos ciega a la profundidad de nuestro pecado y a la profundidad de la necesidad del pobre. Este hombre estaba ciego a estas dos cosas. Él estaba ciego a su pecaminosidad y ciego a la necesidad del pobre.

Estos se llaman los puntos ciegos. Cuando vuelvo hacia atrás en la historia Americana y veo a predicadores del evangelio quieres predicaron el evangelio como pastores de iglesias, pero tenían esclavos en sus casas. ¿Qué estaban pensando? ¿Cómo es que podían predicar el evangelio y pastorear una iglesia con esclavos en su casa? No tiene sentido. Era un punto ciego que necesitaba corregirse.

Y me pregunto si en 100 o 200 años, los cristianos nos recordaran, si es que Jesús todavía no ha regresado, y dirán, “Ellos parecían estar siguiendo el evangelio, pero como podían ellos vivir en casas tan bonitas, y tener autos tan bonitos que conducían por todas partes y vestidos con tan lindas ropas y viviendo vidas tan lujosas cuando habían tantos viviendo de hambre y de enfermedades prevenibles? Habían tantos viviendo en pobreza, en lugares empobrecidos del mundo sin el evangelio, que millones incluso no habían escuchado. ¿Cómo podían hacer eso? No tiene sentido.” Puntos ciegos. Sus ojos estaban cegados.

Un abandono radical: la vida con Jesús

Su rostro estaba triste. Él viene a Jesús ansioso y se va alicaído. Esta es una de las imágenes más deprimentes de la biblia. Tenemos a un hombre yéndose triste y se está alejando del único lugar que le podía dar gozo. Este es el cuadro, pero él está convencido que ahí era donde estaba el gozo y estaba corriendo cegado detrás de él y su rostro estaba triste porque se lo estaba perdiendo. Y sus manos estaban llenas. Él se alejó porque él tenía muchas posesiones. Él se alejó del tesoro celestial porque sus manos estaban muy llenas de cosas terrenales.

David Platt

David Platt sirve como pastor en el área metropolitana de Washington, D.C. Es el fundador de Radical.

David recibió su doctorado del Seminario Teológico Bautista de New Orleans y es el autor de Don’t Hold Back [No te quedes donde estás], Radical, Sígueme, Contracultura, Algo tiene que cambiar, Before You Vote [Antes de votar], así como los varios volúmenes de la serie Christ-Centered Exposition Commentary [Comentario Expositivo centrado en Cristo]. 

Vive junto con su esposa e hijos en el área metropolitana de Washington, D.C.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TOWARDS REACHING THE UNREACHED.

That means that the people with the most urgent spiritual and physical needs are receiving the least support. You can help change that!