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La tarea misionera requiere de un equipo

Para poder llegar a ese punto en el que todas las etnias del mundo sean alcanzadas con el evangelio, estoy convencido de que necesitamos que más personas participen en la tarea. Y no solo implica más misioneros de las iglesias norteamericanas. Sinceramente creo que Dios desea que se levanten hombres y mujeres de las partes menos alcanzadas del mundo de manera que  los campos de cosecha se conviertan en fuerzas misioneras.

Dios desea que se levanten hombres y mujeres de las partes menos alcanzadas del mundo de manera que  los campos de cosecha se conviertan en fuerzas misioneras.

Al mismo tiempo, anhelo ver crecer exponencialmente el número de misioneros de iglesias en Norteamérica que aprovechan las oportunidades que Dios ha abierto alrededor del mundo. Profesionales, estudiantes y jubilados, por ejemplo, deberían estar trabajando junto a plantadores de iglesias que están a tiempo completo en la tarea. Sin embargo, para que este plan tenga alguna posibilidad de que funcione, tenemos que tener una comprensión sana de qué es un equipo misionero.

En el Nuevo Testamento, los discípulos en las tareas misioneras generalmente sirvieron en equipos en los cuales diferentes personas tenían diferentes roles y responsabilidades. Jesús, por ejemplo, envió a Sus discípulos en equipos de dos (Lucas 10:1), y Pablo con frecuencia viajó al menos acompañado por otra persona en sus viajes misioneros (Hechos 13:2; 15:40; 16:3).

Entonces, más allá del precedente bíblico, la Escritura establece fuertes razones personales, prácticas y pastorales para que los discípulos en las tareas misioneras no sirvan de forma aislada. Es más, ningún cristiano ha sido llamado a vivir aislado. Necesitamos del cuerpo de Cristo (Romanos 12; 1 Corintios 12; Hebreos 10:24-25).

La comunidad misionera

También hay razones evangelísticas para que los discípulos exalten a Cristo en el contexto de la comunidad cristiana. Por ejemplo, Jesús declaró que las personas conocerán que somos cristianos si nos tenemos “amor los unos a los otros” (Juan 13:35). Y cuando Jesús ora por la unidad de la iglesia en Su oración sacerdotal, Él afirma que esta unidad muestra al mundo quién es Él así como el amor de Dios por Su pueblo (Juan 17:23). El testimonio que comparte un cristiano en el poder del Espíritu es algo maravilloso, pero la comunidad cristiana muestra a Cristo de una manera totalmente excepcional (Hechos 2:42-47).

El testimonio que comparte un cristiano en el poder del Espíritu es algo maravilloso, pero la comunidad cristiana muestra a Cristo de una manera totalmente excepcional.

Por lo que, debido a la importancia de trabajar junto con otros creyentes en nuestros esfuerzos misioneros, ¿qué hace que un grupo de misioneros sea un equipo misionero? Esta es una definición:

Un equipo misionero es un grupo identificable de discípulos, los cuales se reúnen regularmente, se cuidan unos a otros de manera desinteresada, y trabajan juntos de manera intencional para hacer discípulos y multiplicar iglesias en   determinados lugares y etnias no alcanzados.

Es necesario aclarar varios aspectos de esta definición.

Un grupo identificable de personas

Llamar a un grupo misionero un grupo identificable de personas significa que estos misioneros se conocen entre sí. Ellos conocen las personalidades, las fortalezas, las debilidades y las necesidades de los otros.

Se reúnen regularmente

La proximidad es importante para el equipo misionero. Cada equipo de trabajo misionero, al igual que cada cristiano, necesita reunirse regularmente con otros creyentes de manera personal.

Se cuidan unos a otros de manera desinteresada

Los misioneros necesitan del cuidado del cuerpo de Cristo. Esto no es negociable, en particular si se toman en cuenta las dificultades que implica servir en muchos pueblos y lugares alrededor del mundo. El cuidado sacrificial y desinteresado por otros miembros es crítico para su salud espiritual así como para la eficacia de la misión.

El cuidado sacrificial y desinteresado por otros miembros es crítico para su salud espiritual así como para la eficacia de la misión.

Trabajan juntos de manera intencional

Hay un propósito para la comunidad y el compañerismo de un equipo misionero. Dicho en forma sencilla, es hacer discípulos y multiplicar iglesias entre determinados lugares y grupos étnicos no alcanzados. Es este propósito el que distingue al equipo misionero de otros grupos de creyentes que se reúnen. Sin embargo, debería notarse que un equipo misionero no es lo mismo que una iglesia. (Las características bíblicas de una iglesia incluyen líderes calificados que predican y enseñan la Escritura, las ordenanzas del bautismo y la cena del Señor, membresía identificable, disciplina en la iglesia, etc. Para más información sobre el tema, ver Twelve Traits: Embracing God’s Design for the Church [Doce características: abrazando el diseño de Dios para la Iglesia].

Debemos preguntarnos quién debe formar parte de estos equipos. Los equipos misioneros pueden estar integrados por misioneros, creyentes nacionales y/u otras personas que colaboran en llevar a cabo la Gran Comisión. El primer y más importante requisito es que sean seguidores de Jesús. Además, deben poder reunirse regularmente, cuidar de los otros miembros del equipo, y trabajar juntamente con ellos para la expansión del evangelio entre los no alcanzados. Estos hombres y mujeres trabajarán junto con plantadores de iglesias, nacionales u otros que colaboran para cumplir el mandato de la Gran Comisión.

Diferentes contextos presentarán circunstancias distintas y algunas veces complejas. Debemos considerar factores como la capacitación, la rendición de cuentas y el apoyo financiero. Sin embargo, la meta sigue siendo la misma: ver que más personas lleguen a formar parte de equipos misioneros que trabajan juntos para hacer discípulos y multiplicar iglesias entre los no alcanzados. Este es un llamado glorioso, y aunque implica un costo, la recompensa es mayor.

David Platt

David Platt sirve como pastor en el área metropolitana de Washington, D.C. Es el fundador de Radical.

David recibió su doctorado del Seminario Teológico Bautista de New Orleans y es el autor de Don’t Hold Back [No te quedes donde estás], Radical, Sígueme, Contracultura, Algo tiene que cambiar, Before You Vote [Antes de votar], así como los varios volúmenes de la serie Christ-Centered Exposition Commentary [Comentario Expositivo centrado en Cristo]. 

Vive junto con su esposa e hijos en el área metropolitana de Washington, D.C.

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