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¿Cómo deberíamos estar haciendo discípulos?

Según el texto bíblico, ser un discípulo implica hacer discípulos. Sin embargo, si preguntas a los cristianos qué significa hacer discípulos, probablemente recibirás respuestas ambiguas, pensamientos confusos o incluso miradas perdidas.

¿Cómo hacemos discípulos?

¿Qué significa hacer discípulos? Mi mejor intento de resumir el hacer discípulos se basa en Mateo 28:19. Hay 4 cosas que hacer.

Compartir la Palabra

Compartimos el evangelio mientras vivimos de acuerdo al evangelio. Les compartimos a las personas cómo pueden ser salvas de sus pecados mediante la muerte de Jesús en la cruz. Sin ninguna duda, esa es la idea central detrás del mandamiento de Cristo de ir y hacer discípulos.

Jesús no mandó a estos 11 hombres en un monte de Galilea a que formaran parejas y se discipularan mutuamente. Él les mandó a que alcanzaran a los que no habían sido alcanzados con el evangelio. Y recuerda cristiano: ¡esta es una razón por la cual tienes dentro de ti al Espíritu de Dios! Para compartir el evangelio.

Entonces, ¿a quién le estás compartiendo el evangelio? ¿A quién ha puesto Dios en tu vida que puedas compartirle el evangelio? ¿Qué estás esperando? Hacer discípulos es ir a donde están las personas que no conocen del amor de Cristo y guiarlos a disfrutar la vida de Cristo en las suyas.

Mostrar la Palabra

Después de que compartimos la Palabra y las personas ponen su fe en Cristo, los bautizamos. ¿Has pensado alguna vez por qué Jesús incluye instrucciones sobre bautizar a las personas en su mandamiento de hacer discípulos? Porque el bautismo simboliza identificarse con la persona de Cristo y ser incorporado en el cuerpo de Cristo.

El hacer discípulos no es sobre compartir el evangelio con las personas y luego que ellas solas comprendan y descifren la vida cristiana. Más bien, nosotros les mostramos cómo seguir a Cristo día tras día. Por eso nunca podemos limitar el hacer discípulos a una reunión semanal en un salón de clases. El hacer discípulos es lo que sucede cuando caminamos juntos a través de la vida, mostrando uno al otro cómo orar, estudiar la Biblia, crecer en Cristo y guiar a otros a Cristo.

Y recuerda, Dios ha diseñado el hacer discípulos no solo para el bien de otros, sino también para nuestro crecimiento en Cristo. Si guías a alguien a Cristo, entonces ese nuevo creyente ¿cómo va a aprender a orar o estudiar la Biblia o compartir el evangelio? ¡Observándote! Dios tiene todo preparado.

Enseñar la Palabra

La Gran Comisión también implica “enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado” (Mateo 28:20a). Como seguidores de Jesús, no nos limitamos a recibir la Palabra. También la reproducimos. Ahora bien, hay ciertamente un sentido en el cual algunos han sido dados a la iglesia y están particularmente dotados para enseñar (Efesios 4:11-12). Sin embargo, todo discípulo de Jesús debe desear saturar sus palabras con la Palabra de Dios. Enseñamos a otros todo lo que Cristo nos ha enseñado.

Servir al mundo

Por último, obedecer la Gran Comisión no solo implica servir a nuestros vecinos, sino también al mundo. Debemos hacer discípulos de “todas las naciones” (panta ta ethne) (Mateo 28:19). Naciones en este pasaje no se refiere a las casi 200 entidades geopolíticas, naciones o países que se reconocen en el mundo hoy. Naciones se refiere a las tribus, familias, clanes y pueblos, lo que llamamos grupos de pueblos o grupos étnicos hoy. Vemos este concepto en toda la Escritura: heteos, ferezeos, cananeos, heveos y jebuseos.

Hacer discípulos de todas las naciones

En la actualidad, hay más de 17,000 grupos étnicos (o grupos de pueblos) en el mundo. Hay grupos de pueblos que comparten un lenguaje, herencia y características culturales similares. Así que, este no es un mandamiento general de hacer discípulos entre tantas personas como sea posible. Este es un mandamiento específico de hacer discípulos en cada grupo étnico en el mundo. Hoy, 7000 grupos étnicos todavía no han sido alcanzados. Hacer discípulos de todas las naciones necesariamente conlleva ir tras estos 7000 grupos étnicos.

David Platt

David Platt sirve como pastor en el área metropolitana de Washington, D.C. Es el fundador de Radical.

David recibió su doctorado del Seminario Teológico Bautista de New Orleans y es el autor de Don’t Hold Back [No te quedes donde estás], Radical, Sígueme, Contracultura, Algo tiene que cambiar, Before You Vote [Antes de votar], así como los varios volúmenes de la serie Christ-Centered Exposition Commentary [Comentario Expositivo centrado en Cristo]. 

Vive junto con su esposa e hijos en el área metropolitana de Washington, D.C.

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