A medida que nos involucramos activamente en enviarnos unos a otros, experimentaremos el dolor de separarnos. Nos separamos temporalmente por el progreso de su Evangelio y nos reuniremos eternamente para la alabanza de su gloria. En este mensaje sobre Hechos 20:17–38, el pastor David Platt nos recuerda que servimos a Dios juntos y difundimos el Evangelio juntos.
1. Nos separamos temporalmente uno del otro por el progreso de Su Evangelio.
2. Nos uniremos eternamente unos con otros para la alabanza de Su gloria.
De Birmingham a Seattle
Sí tienen una Biblia, y espero que así sea, les invito a abrirla en Hechos 20. Hoy es un gran día para la iglesia. Hace casi dos años, yo me encontré en una nación comunista, pasando tiempo con pastores que estaban plantando iglesias como un fuego salvaje. Mientras hablaba con estos pastores que estaban plantando todas esas iglesias, ellos todos me decían “bueno, como sabes, la iglesia no está saludable sí no se está reproduciendo” y yo decía “si, lo sé” y entonces me iba con la cabeza baja por que, la realidad es que, nosotros como iglesia no nos estábamos reproduciendo. Esa era una imagen de falta de salud.
Así que, volví y compartí con los ancianos, y comenzamos a caminar a través de la Palabra, y nosotros, como una familia de fe, empezamos a hablar “en el ínterin, “¿Cómo están las cosas?” y comenzamos una residencia en implantación de iglesias. Dijimos “vamos a ser proactivos en entrenar hombres desde adentro para que salgan y dirijan equipos nuestros y vayan a los contextos no alcanzados en el mundo y a contextos no alcanzados en Norteamérica”.
Así que, hace casi dos meses, enviamos a nuestro primer sembrador de Iglesias y su esposa, quien liderará un equipo que va al norte de África, a un grupo de personas no alcanzadas en un lugar peligroso, llevando el evangelio consigo. Nosotros, como una familia de fe, adoptamos a ese grupo de personas y queremos ser parte de plantar una iglesia allí. Entonces, esta mañana, tenemos el privilegio de comisionar, no sólo a un sembrador y su esposa y familia, sino todo un equipo de personas, cuyo Dios les ha llamado de entre nosotros para ir al Noreste Pacifico, para ir a Seattle para plantar una iglesia allí.
En solo unos minutos tendrán la oportunidad de escuchar al pastor de este equipo, Andrew Arthur, quien ha estado involucrado en esta residencia en implantación de iglesias. Andrew compartirá con nosotros de la Palabra, y nos dará una pequeña mirada sobre como es la mejor forma de orar por este equipo y después yo volveré a subir para retar a este equipo, específicamente, mientras se preparan para ir a Seattle.
Ahora, antes de presentarle a Andrew y antes de que suba aquí, quiero preparar la escena para el texto que está ante nosotros. No creo que sea coincidencia que nos encontremos en Hechos 20, un momento en el que Pablo esta reuniéndose con líderes de la iglesia en Éfeso. Ellos estaban pasando tiempo los unos con los otros antes de separarse, realmente en este texto, para nunca verse unos a los otros de nuevo. Este es un tiempo de lágrimas, emocional y poderoso entre Pablo y los líderes de esta iglesia a medida que se preparaban para separarse. Así que los paralelos no son exactos, pero creo que hay muchos paralelos entre lo que vamos a leer en Hechos 20 y lo que está pasando hoy.
Así que, lo que quiero que hagamos es leer este texto, y quiero establecer algunas bases y dejar que eso nos guíe a escuchar este equipo y a este pastor a quienes hoy enviamos, y luego retarles. Así que, quiero que vean conmigo en Hechos 20:17, y leeremos sobre lo que pasa entre Pablo y los ancianos de Éfeso.
Quiero que imaginen esto. Pasamos la semana pasada en Éfeso; Pablo pasó tres años allá. Él tiene relaciones cercanas allá, pero ahora va de camino a Jerusalén, y se detiene en Mileto, que está cerca de Éfeso, en un puerto allí, e “hizo llamar a los ancianos de la iglesia”. Ellos vienen y lo encuentran allí. Estas son las palabras de cierre para estos ancianos a quienes él había amado, con quienes había pasado tiempo, cuando se preparaba para partir. Quiero ver en los ojos de Pablo y ver su rostro a medida que les dice esto a los ancianos.
El verso 18 dice, “Cuando vinieron a él, les dijo…” Esto es Pablo hablando a los líderes, él dice:
“Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos; y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”
Subrayen el verso 24. Ese es un verso poderoso: Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro. Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.
Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno. Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos. Entonces hubo gran llanto de todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban, doliéndose en gran manera por la palabra que dijo, de que no verían más su rostro. Y le acompañaron al barco.”
Estamos Sirviendo a Dios Juntos
Okey, con este texto en Hechos 20 y con esa imagen en esta habitación, quiero establecer dos bases, y después quiero presentarle a este equipo. Dos bases que tienen prevalencia en Hechos 20 y que la tienen en esta habitación. Número uno: estamos sirviendo a Dios juntos. Pablo dice en el verso 18 “Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor…”. Esa palabra, “servir” viene del griego “doulos”, que significa esclavo. Esa es la palabra para “esclavo” en los días de Pablo, y esa es la palabra que Pablo usa a los largo de todo el Nuevo Testamento, y aquí, para describir lo que él es y lo que nosotros somos.
En esta habitación, somos esclavos de Dios. No somos asistentes a la iglesia, no somos religiosos de rutina; somos esclavos, y es bueno ser esclavos de Dios. Esto es lo que somos. Estamos sirviendo a Dios juntos; somos esclavos de Él. Nuestras vidas pertenecen a Él.
Estamos Esparciendo el Evangelio Juntos
Base número 2: estamos sirviendo a Dios juntos, y estamos esparciendo el evangelio juntos. Esto es lo que Pablo dice: él está predicando de casa en casa, testificando pública y privadamente, el verso 21 dice que el iba “testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo”.
Eso es lo que estamos haciendo como iglesia. Estamos testificando por toda esta ciudad, y donde sea que Él nos guíe. Queremos testificar arrepentimiento hacia Dios y fe en el Señor Jesucristo. Esto es por lo que estamos aquí en nuestra ciudad. Por eso tenemos trabajo en esta ciudad. No tenemos empleos aquí, primariamente, para tener dinero y estar cómodos; tenemos trabajo aquí porque esas son avenidas a través de las cuales testificar el evangelio. Estamos aquí para el esparcimiento del evangelio. Por eso estamos aquí en esta ciudad. Para eso estamos en las posiciones que tenemos en todo el mundo, para el esparcimiento del evangelio.
Esto significa que sí el Señor en algún punto dice “tu puedes esparcir el evangelio de mejor forma en otro contexto” entonces iremos contentos. Es decir, no nos aferramos a esta ciudad ni nos apegamos a un empleo, o nos apegamos a la realidad aquí. No. Nuestras vidas están aquí para el esparcimiento del evangelio. Para eso tenemos aliento. En consecuencia, somos libres de ir a donde sea que Él nos guíe en el mundo. Eso es lo que estamos haciendo.
Estamos Esparciendo el Evangelio Juntos
Mientras más nos demos cuenta de esto, y mientras mas pongamos nuestras hojas en blanco en la mesa, mas y mas el Espíritu Santo de Dios apartará a algunos de nosotros para esparcir el evangelio en diferentes contextos alrededor del mundo.
Esta es la realidad que está encarando la iglesia ahora mismo. A medida que nos ponemos activos y enviarnos unos a otros… eso es lo que queremos. Queremos estar activos en enviarnos unos a otros. Se que eso parece contraproducente. El nombre del juego, para las iglesias de hoy es traer a tantas personas como sea posible y estamos diciendo que queremos enviar tantas personas como sea posible hacia fuera. Eso es exactamente el asunto. Queremos que la gente se vaya a todas partes para esparcir el evangelio en otros lugares. Esta es la realidad. A medida que nos ponemos activos en enviarnos unos a otros, experimentaremos el dolor de separarnos los unos de los otros.
Vamos a poner a nuestras familias y nuestras vidas en la mesa para el esparcimiento del evangelio alrededor del mundo, entonces tendremos que renunciar a nuestras nociones de buenas relaciones de toda la vida entre nosotros, en el mismo lugar, la misma iglesia, en el mismo cómodo contexto. La realidad es que, a medida que el Señor manda hacia fuera, eso llevará a la separación entre nosotros. Eso no será fácil. No es fácil para este equipo que estamos a punto de enviar al Noreste Pacífico. No es fácil para las personas que conocen a este equipo bien. No fue fácil comisionar una hermana de nuestra familia de fe para ir a la India la semana pasada.
Este envío implica separación, y es enormemente importante que nos demos cuenta, porque mientras nosotros, como familia de fe, seremos abandonados por el esparcimiento del evangelio a los confines de la tierra, tendremos que sacrificar relaciones con las personas que se sientan justo al lado de nosotros. Quiero que sintamos eso en este texto. Quiero que sintamos eso por que la realidad es que no estamos abiertos a ser enviados, entonces necesariamente estaremos abiertos para ser separados, y eso no es fácil.
Sin embargo, esta es la belleza: tendremos toda la eternidad los unos con los otros. Tendremos cientos de trillones de años. Tendremos tiempo. Lo que más tendremos es tiempo en nuestro futuro. Aquí tenemos 70-80 años, máximo, y tenemos un trabajo que hacer aquí. Si queremos esparcir el evangelio aquí, queremos que esos 70-80 años de nuestras vidas, sí el señor nos da tanto, cuenten, no que sean cómodos y fáciles. No, estamos viviendo para otro mundo, estamos esparciendo el evangelio como un fuego aquí. Así que, dolor o separación no significan nada en el sentido último de la eternidad, porque estaremos juntos.
Hay un equipo de personas de nuestra familia de fe que estamos enviando a plantar una iglesia en Seattle, Washington, y en un sentido, del cual nos estamos separando. Andrew Arthur está liderando esta siembra de iglesia, y le he pedido que nos enseñe sobre los próximos versos, versos 22-25. Él nos hablara a nosotros como iglesia, compartir con nosotros como podemos orar por ellos, y darnos una miradita de cómo este texto aplica a ellos que se van a Seattle.
A la Iglesia en Birmingham
Soy Andrew Arthur, y este es realmente un grupo increíble de personas. Es asombroso pensar que hace mas de un año, ninguno de nosotros nos conocíamos, y sin embargo, en el proceso de caminar por esta residencia en implantación de iglesias en preparación para ir y sembrar, el Señor unió a estas personas, tejió en sus corazones una unión, y los ha puesto en la misma página para la jornada. Estaremos partiendo en diferentes momentos en el curso del próximo año a Seattle. Mi esposa y yo entraremos a nuestro carro, y manejaremos a lo largo del país, empezando mañana, y se nos unirán, en lo adelante, el resto del equipo en diferentes momentos del año.
Es un grupo increíble de personas. Ellos han animado y retado mi fe en muchas maneras. Quizás ninguna más alentadora que saber que este es un grupo de personas que entiende que una condición indispensable para seguir a Cristo es que debe ser libre de condiciones. Un verdadero discípulo no le puede decir a Jesús “te seguiré en esta dirección, pero no en esa dirección”. Un verdadero discípulo de Jesús no puede decir “te seguiré bajo estas condiciones, o si estos criterios son satisfechos”.
Jesús Cristo no es alguien con quien negociamos para convertirse en su discípulo. El no es un comerciante de bienes en una calle de la ciudad con quien podemos negociar. El Señor Jesús Cristo es el Dios de toda la creación, quien nos dice a nosotros y a todas las demás personas “Deja todo atrás para el bien de todos”. Él dice esto con absoluta integridad, porque Él, en su persona, dejó todo atrás para el bien de todas las personas, y el Espíritu Santo ha tomado mi corazón como lo ha hecho con muchos de sus corazones con esa realidad.
El nos constriñe a hacer eco de las palabras de Pablo en Hechos 20:24, al decir “Pero de ninguna cosa hacemos caso, ni estimamos preciosas nuestras vidas para nosotros mismos, con tal que acabemos nuestra carrera con gozo, y el ministerio que recibimos del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” Quiero agradecerles en esta mañana por apoyar y comisionar este equipo de personas para que podamos empezar este camino y para que podamos seguir este camino, que lleva desde aquí, una familia de fe que amamos profundamente, a Seattle, Washington, donde tendremos el privilegio de testificar el evangelio de la gracia de Dios.
En preparación para esta jornada, he estado hacienda muchas cosas. Quizás, algunas cosas de las cuales no debiera estar haciendo mucho, pero ciertamente he regresado a mis raíces literarias. He leído algunas de mis aventuras literarias favoritas. Una, en particular, está escrita por un sujeto llamado J.R.R Tolkien, llamada El Hobbit. Ahora, si están familiarizados con la famosa trilogía de “El señor de los anillos”, El Hobbit es la pre escuela de esa historia. En El Hobbit, Tolkien nos presenta a Bilbo Baggins, Bilbo es bajito, peludo, de grandes pies, un hobbit siempre hambriento que vive en la Comarca con un montón de otros Hobbits.
Como todos los Hobbits, Bilbo valoraba el confort y lo predecible por encima de cualquier otra cosa. Los Hobbits aman la seguridad de la Comarca. Ellos aprecian la rutina casual. Ellos estaban perfectamente contentos viviendo en la Comarca, de espaldas al mundo mas grande a su alrededor, y ese era el caso de Bilbo, hasta que un día se encuentra al misterioso mago llamado Gandalf el Gris. Cuando conoce a Gandalf, eso cambia todo porque antes de que se de cuenta, Bilbo se encuentra arropado por una historia mucho mayor, enviado en una aventura que envuelve la Comarca, pero que se extiende mas allá de ella.
Así que, después de viajar por muchas tierras extrañas y experimentar algunas cosas increíbles, él eventualmente regresa a la Comarca y cuando lo hace, es un hobbit cambiado. No es el hobbit que una vez fue. Eso es exactamente lo que Gandalf dijo después de saludarlo a su llegada. Él le dijo “Mi querido Bilbo, ¡Algo te ocurre! No eres el mismo hobbit que eras antes.” Y otros hobbits comenzaron a notarlo también. Otros hobbits encontraron que relacionarse con Bilbo era extraño porque ellos notaron que las prioridades de Bilbo y sus valores habían cambiado, que su jornada abrió sus ojos a un mundo nuevo. Ellos lo sintieron extraño por que el estaba enamorado de una vida mas allá de la Comarca. A medida que los otros hobbits veían lo que el sentía, hacía el final de la historia, ellos empiezan a agitar sus cabezas y tocar sus frentes y a decir “pobre, viejo Baggings”.
Yo quiero vivir la clase de vida que haga a los espectadores agitar sus cabezas y tocar sus frentes y decir “pobre tipo”. No por que me tengan pena, sino por que les sea difícil entender de qué se trata mi vida. Se que nuestro pastor y el resto de los líderes de esta familia de fe no quieren nada mas que las personas miren nuestra iglesia para agitar sus cabezas y tocar sus frentes y decir “esas pobres personas, ¿Por qué gastan su dinero de la forma en que lo hacen? ¿Por qué hacen las cosas que hacen? ¿Por qué van a los lugares que van? Que estén totalmente confundidos por que priorizamos lo que priorizamos, y valoramos lo que valoramos, confundidos por un grupo de personas que están enamorados de una vida que se extiende mas allá de este mundo.
Sabemos que, a través del evangelio, Dios nos ha llamado a ti y a mí fuera de la Comarca. Él nos ha llamado fuera de nuestro lugar confortable y predecible y nos ha lanzado a una historia mucho más grande. Él nos ha llevado hacía una historia que, si, concierne nuestras vidas aquí en esta ciudad pero que se extiende mucho mas allá de ella, hacía los confines de la tierra. El apóstol Pablo entendió esta realidad dinámica. Él entendió esto mejor que la mayoría. Recuerden en Hechos 9, cuando él estaba viajando en el camino a Damasco, él encuentra el Cristo resucitado, y Jesús le da vuelta a su mundo y lo pone de cabeza. No sólo en ese momento experimentó Pablo la gracia de la salvación, él fue comisionado por Jesús para llevar el mensaje de la gracia de Dios y extenderlo a todas las naciones.
Así que, el recibe esta comisión, pero entonces recibe la preparación también, cuando Jesús le dice “Ve y alcanza las naciones. Sufrirás, de hecho, sufrirás mucho” Lo que es asombroso sobre el apóstol Pablo es que cuando oyó estas palabras, amo esto, él no levantó su mano para objetar a Jesús. Amo que él no trató de negociar un mejor camino. Amo el hecho de que él dijo “OK, Jesús, entiendo que tu eres el Mesías, que tu eres el Salvador” no “te seguiré, pero sólo te seguiré en esta dirección, no en esta dirección”.
Pablo no hizo eso, y vemos una miradita del porque en este pasaje, particularmente los versos 22-24, cuando vemos algo del deseo de Pablo y como su ambición principal en la vida es pasarla al servicio de su Salvador; una disposición de aguantar cualquier cosa que tenga que aguantar para poder llevar el evangelio a las naciones. Pablo era la clase de persona que apreciaba sobre todo lo demás, una vida que es pasada sirviendo fielmente a su Salvador, una que no toma la gracia de Dios por poca cosa, sino una que toma la gracia de Dios y sigue con ella. Eso es exactamente lo que él hizo.
Miren el verso 22. Él dice “Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer. Salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”.
Las cosas están a punto de cambiar para Pablo. Su curso corre a través de Jerusalén, y su único deseo por encima de todo es ser fiel. Así que, en vista de este texto, quiero instarle, como familia de fe, a orar por este equipo en dos formas. Todas estas formas están relacionadas a nuestro deseo de ser fieles. Queremos salir a servir a Jesús fielmente.
Por favor oren para que seamos fieles en medio de la incertidumbre. Así que, ¿orarán en dos formas por nosotros? Oren para que, primero, seamos hallados fieles en medio de la incertidumbre. Pablo estaba seguro de ciertas cosas, y menos seguro de algunas otras. Él sabía lo que estaba supuesto a hacer; él dice, al final del verso 24, que él está supuesto a testificar el evangelio de la gracia de Dios. En ese momento él sabe donde está supuesto a ir; el Espíritu le constriñe hacia Jerusalén. Él tiene una idea general de lo que le pasará allí. Él sabe que envolverá alguna clase de aflicción y lucha. Alguna clase de persecución y sufrimiento, pero él no sabe los detalles; él no sabe exactamente que le pasará cuando él llegue allí.
¿Será ese el ritmo de la vida Cristiana? Nosotros vivimos la vida en este extraño intercambio entre certidumbre e incertidumbre. Todo seguidor de Cristo puede estar seguro de ciertas cosas. Primeramente, podemos estar seguros de nuestras directrices. Dios siempre da directrices. Sabemos de qué se debe tratar esta vida y lo que estamos supuestos a hacer, como dice Pablo al final del verso 24, lo cual es testificar el evangelio de la gracia de Dios. Sus palabras allí son un eco exacto de lo que Jesús dijo en Hechos 1:8, cada vez que Él aparecía a los discípulos, Él les decía exactamente estas palabras, Él decía: “Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos”. Los testigos testifican; y los testigos de Jesús testifican del evangelio de la gracia de Dios. Esa es nuestra directriz.
La buena noticia es que a medida que esta historia se desarrolla a lo largo del libro de Hechos, vemos una y otra vez que una razón primaria por la que el Espíritu Santo es dado a los discípulos, es porque el llena la vida de los creyentes para que puedan llevar a cabo su directriz. El Espíritu Santo es un Espíritu de testimonio. Él nos testifica a nosotros, asegurándonos que experimentamos la gracia; que somos salvos, pero después nos empodera para testificar a otros, para hablar y para compartir nuestro mensaje y decir nuestra historia. Esto es el porqué el Espíritu Santo nos es dado.
Ahora, quiero animarles o recordarles en esta mañana que esta actividad es fundamentalmente una actividad verbal. Requiere el uso de palabras, siempre lo ha requerido y siempre lo requerirá. Sé que algunos de nosotros estamos más cómodos con las formas no verbales de comunicación. Nos gusta servir, nos gusta dar, nos gusta llenar necesidades prácticas, y eso es grandioso. En ninguna manera quiero poner en menos la compasión que el evangelio crea en nuestros corazones para llenar las necesidades y para amar a nuestros vecinos como a nosotros mismos.
El evangelio ciertamente crea eso. La gracia de Dios ciertamente nos compele a ello, pero quiero que recordemos que nuestra directriz primaria es verbal. Si nos involucramos en esa clase de actividades sin hablar y compartir esta historia, nuestras vidas se verán más como filántropos que discípulos. El Espíritu Santo nos ha sido dado para ser testigos, discípulos testigos. Ahora eso puede poner a algunos de nosotros incómodos porque no se sienten muy confiados en su habilidad para hablar y comunicar el evangelio a sus amigos, a sus familias, a los compañeros de trabajo, pero quiero decirles que eso está bien.
De hecho, ese es un mejor lugar para estar que alguien que tiene confianza en su habilidad para comunicar el evangelio, porque eso lo que hará es forzarte, te conducirá hacia un sentido más profundo de dependencia en el Espíritu de Dios. Te encontrarás orando una y otra vez “Dios, lléname de tu Espíritu, para que pueda hablar”. Entonces, sólo se fiel para abrir tu boca y hacerlo. La realidad es que algunos de ustedes harán esto en esta ciudad por el resto de sus vidas; ustedes testificarán del evangelio de la gracia de Dios aquí.
Luego, hay otros de ustedes, cuando yo y mi equipo retornemos a visitar esta iglesia en los meses y años por venir, ustedes no estarán sentados en estos asientos porque Dios les guiará a hacer esto en otra parte, para cumplir con esta directriz en otro contexto. Dios siempre da la directriz, y a veces da direcciones a personas en particular. Quiero decir, este es definitivamente el ejemplo de Pablo. Él sabía que su curso era a través de Jerusalén, y ahora nosotros estamos ante ustedes como grupo que cree que nuestro curso corre a través de Seattle.
No estoy sugiriendo que tenemos tanta claridad en esta decisión y en esta dirección como el apóstol Pablo. No estoy diciendo eso, pero estoy diciendo que Dios ha usado una variedad de cosas para llamar los corazones y las mentes de este equipo y unirlos para alterar las trayectorias de nuestras vidas hacia esa ciudad. Creemos que Él nos está dirigiendo hacia allá, pero algunos de ustedes se podrán sentir frustrados por esta idea de Dios dirigiendo a las personas a ciertos lugares, en parte, porque sobre analizamos nuestras propias jornadas de vida, y quizás estamos pensando ahora “bueno, ¿y qué hay de mi?, yo no tomé una decisión espiritual conscientes de venir a esta ciudad. Mi empleo me trajo aquí. Mi escuela me trajo aquí. Mi familia me trajo aquí. Yo nací aquí” Quizás se pregunten si la fidelidad es una posibilidad para ustedes. ¿Se puede ser fiel sin tener un cierto destino o dirección en mente que ha sido impreso allí por Dios? La respuesta a eso es absolutamente, si.
Ese es el ejemplo de Pablo cuando nos muestra lo que es la fidelidad. Fidelidad al nombre de Jesús significa que donde quiera que estés, está allí del todo, sin importar como llegaste ahí. Donde sea que estés, está allí del todo. Todo el tiempo que Pablo estuvo en Éfeso, el sirvió a los efesios. Él invirtió su vida en esas personas. Él les sirvió, los amó, les enseñó, él compartió su vida con ellos. El no perdió tiempo preocupándose por que él estaba supuesto a estar ahí y no en otro lugar.
Me pregunto sí algunos de ustedes están tan paralizados en su jornada con Jesús por que no se pueden salir de sus propias cabezas. Se preguntan constantemente “bueno, ¿estoy supuesto a estar aquí o debiera estar en otro lugar? Están tan ocupados haciéndose esas preguntas y orando por ellas que están paralizando su servicio en el presente. La realidad es que la fe dice que dondequiera que estés, está ahí; con fe empieza tu ministerio ahora.
Otros de ustedes, cuando estén haciendo estas oraciones, tratarán de ver la dirección de Dios para sus vidas. Sienten que algo está cambiando, que tienen una picazón por estar en otra parte, pero miran sus propias vidas y ves que Dios no ha orquestado las cosas para que estés aún donde quieres estar. No esperes a estar en otra parte para empezar a testificar el evangelio de la gracia de Dios, hazlo ahora.
Entonces, a medida que tu corazón empieza a cambiar, el Señor empieza a determinar tus pasos en otra dirección, otro contexto, entonces, como Pablo, donde sea que vayas, está del todo; torna tu corazón a la dirección de Dios y síguela en fe. Sin embargo, sepan que a medida que lo hacen Dios rara vez da detalles. Él siempre da la directriz; Él a veces da direcciones, pero raramente da a las personas detalles sobre cómo será su jornada, especialmente de entrada. Dios da detalles sobre la marcha.
Mi equipo está aprendiendo esto ahora mismo. Hay muchas preguntas que no tienen respuestas, muchos detalles de los que no tenemos cuenta. “¿Cuando se venderá nuestra casa?” “¿Dónde conseguiremos empleo?” “¿Dónde irán nuestros hijos a la escuela?” “¿Quiénes serán nuestros vecinos?” “¿Dónde nos reuniremos a adorar a Jesús juntos?” “¿Cómo nos dividiremos en la ciudad para servir a la gente de Seattle?” hay tantos cabos sueltos, pero eso no significa que dejemos de avanzar. La certidumbre no es un prerrequisito necesario para la movilidad.
Así que, una vez que comiences a sentirte guiado por Dios, sigue a Dios. Sabemos que Dios nos ha dado una directriz: testificar del evangelio, y somos un equipo de personas que creemos que Él nos ha dado dirección en este punto del tiempo. Nos vamos a Seattle, y confiamos en que el nos revele los detalles sobre la marcha. Por eso es que tenemos pasajes increíblemente ricos como Proverbios 3:5-6. Somos llamados a “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.” Por eso tenemos proverbios 19:6, “El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus pasos” Nuestro Dios da detalles sobre la marcha. Entonces lo que hacemos en fe es movernos con lo que sabemos y negarnos a ser esclavos de lo desconocido. No sean esclavos de lo desconocido y oren para que no lo seamos tampoco. Oren para que seamos fieles en medio de la incertidumbre. Por favor oren para que seamos fieles en medio de la dificultad.
Entonces, segundo, oren para que seamos fieles en medio de la dificultad. Pablo sabía que ir a Jerusalén sería difícil; el Espíritu Santo le mostró eso. Él enfrentaría encarcelamiento y aflicciones, literalmente, cadenas y tribulación, aún, sabiendo esto, el seguía adelante. Él era la clase de hombre, como aprendimos en el verso 24, que valoraba la fidelidad a Jesús por encima y más allá de la preservación de su propia vida. Este es el tipo de hombre que dice “Sí voy a Jerusalén, y sí eso significa que voy a caer, voy a caer moviéndome” Este es el tipo de hombre que dijo “Seré fiel al Salvador y si la fidelidad me lleva a la tumba, que así sea. Porque lo que más me importa, más que mi propia vida, es la fidelidad a Cristo”
Noten en el verso 23 que él habla sobre estas aflicciones, estos encarcelamientos, noten como evidencia que el Espíritu Santo le testifica que en cada ciudad esto pasará. Aflicciones le esperan. El no está, necesariamente, aplicando esto a Lucas y a sus compañeros de viaje. Seguramente, ellos serán afectados por estas luchas. Seguramente, ellos experimentarán algo del dolor y persecución que Pablo enfrentará, pero él se está enfocando en sí mismo.
Lo que quiero que pensemos es en la analogía entre la jornada de Pablo a Jerusalén, nuestro jornada a Seattle y sus jornadas a donde sea que el Señor les lleve en el futuro, que la analogía entre los verso 23 y 24 y nuestras vidas no se encuentra necesariamente en la promesa de persecución a Pablo. Quiero decir, la persecución es ciertamente parte de la vida cristiana, como nuestro pastor nos enseñará en unos momentos, pero donde los versos 23 y 24 realmente se interceptan con nuestras vidas, creo, es en la pasión de la perspectiva de Pablo.
El hecho de que él viera servir a Jesús como más valioso que su propia seguridad; que la fidelidad a Cristo tiene más valor que la vida misma. Esta es la perspectiva de un hombre que está enamorado de un mundo más allá de este. Esa es la única explicación para la perspectiva de Pablo. Me pregunto si esta será nuestra perspectiva también. ¿Valoramos la fidelidad a Cristo más que la vida misma? ¿Nos importa más la fidelidad a Jesús que las vidas confortables y predecibles? ¿Significa más para nosotros la fidelidad que la seguridad? O ¿Las dificultades hacen que pongamos de lado el servicio a Cristo fácilmente?
Si lo hacemos, entonces no estamos abrazando la perspectiva de Pablo en este pasaje. Podríamos no estar viendo lo que él ve. Ahora, nos vamos a Seattle; no nos vamos a Sri Lanka. Sabemos que Dios está guiando a algunos de ustedes a contextos donde arriesgar sus vida es un poco más obvio, un poco más explicito, donde saben que llegar a un cierto país y ministrar a ciertas personas puede venir con un alto riesgo para sus propias vidas, pero al mismo tiempo, no somos ingenuos para pensar que no enfrentaremos nuestra justa porción de dificultades mudándonos a Seattle para empezar una iglesia.
Servir a Cristo en cualquier contexto abre una puerta a una variedad de dificultades. Será difícil saber que mi hijo de cuatro meses crecerá en otra parte del país sin tener un acceso fácil a sus abuelos. El estrés y la tensión y la fatiga que esta clase de mudanza puede tener en las familias y en los matrimonios es algo que debemos considerar seriamente. Todo eso puede abrir una puerta a varios pecados y tentaciones, así que por favor oren para que seamos fieles en medio de cualesquiera dificultades que se levanten en esta jornada.
Oren para que tengamos una perspectiva apropiada cuando surjan las dificultades. La tentación que creo cada creyente enfrenta cuando se levantan las dificultades en sus vidas y empiezan a retar su fidelidad a Cristo, ya se trate de nosotros yéndonos a Seattle, o ustedes quedándose en esta ciudad, cual que sea el caso, la tentación que enfrentamos cuando surgen las dificultades es perder nuestra perspectiva. No seguimos los ojos de Pablo en el verso 24. En vez de enfocar nuestra atención en el Salvador, estamos tentados a poner nuestros ojos y enfoque en las circunstancias, nuestras dificultades, nuestros inconvenientes, nuestras aflicciones.
La fidelidad no presta atención a las dificultades directamente. La perspectiva de un seguidor fiel de Cristo es decir “no” cuando surge la dificultad “seguiré levantando mis ojos y enfocaré mi atención, mi fe, mis afectos, en mi Salvador. Voy a confiar que conocerle, servirle, amarle, y obedecerle a Él, es mas valioso que la vida misma, y no importa cuando venga la dificultad, mis ojos están fijos en el premio”.
Eso es lo que persigo. ¿Podrían por favor orar que nuestro equipo persiga esto? Que fijemos nuestros ojos en Cristo, el fundador y perfeccionador de la fe, quien sufrió la cruz y se sentó a la diestra del trono de Dios. ¿Orarán por esta perspectiva? Que veamos a Jesús y el gozo de servirle como mucho mas valioso que cualquier dificultar que podamos experimentar en el camino.
Por favor sepan, que a medida que ustedes oran por nosotros, nosotros oraremos de esa misma manera por ustedes. Así que, ¿orarán para que seamos fieles en medio de la incertidumbre, pero también para que seamos fieles en medio de la dificultad? Queremos que sepan, iglesia, que a medida que ustedes oran por estas cosas y de esta forma por nosotros, nosotros, también oraremos en esa manera y a lo largo de este tiempo, por ustedes.
A la Iglesia en Seattle
Por lo tanto, este es el hermano y este es el equipo que estamos enviando. Lo que quiero hacer es que quiero cerrar nuestro tiempo en la Palabra, hablando, en concreto, a ellos, a la iglesia en Seattle. Ahora, eso no quiere decir que todo el mundo tiene una especie de excusa del final de este tiempo, porque la realidad es que son cosas que sin duda nos dicen de la Palabra y la realidad es que, a medida que avanzan, vamos con ellos. Esa es la imagen en Hechos 13. Cuando pongamos nuestras manos sobre ellos en un momento, se trata de una imagen de identificación con ellos.
Por lo tanto, esto no es algo que está fuera de ti, esto es algo que es directamente una parte de ti, de nosotros, unidos como pueblo. Por lo tanto, quiero hablar, en concreto, a ellos. Este pasaje concluye con Pablo dando exhortaciones a los ancianos. Obviamente, no es exactamente paralela y no todos los que se van son ancianos, pero la realidad es que todos los que van son líderes de la iglesia, porque, bueno, son los únicos miembros de la iglesia, así que son todos líderes en la iglesia. Quiero hablar con ellos como líderes en la Iglesia y para nosotros en la iglesia también. Sin embargo, estas son las exhortaciones que quiero darles a medida que avanzan.
Vayan por la Salvación de Otros
Lo primero, en la medida que vayan, vayan por la salvación de otros. Pablo dice en Hechos 20:26, “Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos;…” ¿Qué significa eso? “Soy inocente de tu sangre”. Bueno, quiero que volvamos rápidamente a Ezequiel 33. Quiero mostrarles esta imagen, esta imagen en el Antiguo Testamento a la que Pablo se está refiriendo en el Nuevo Testamento. Esto es grande para entender por qué este equipo va a Seattle.
Pablo mira a estas personas de Éfeso y dice, “Yo inocente de toda su sangre”, ¿Qué significa esto? Quiero que miren en Ezequiel 33:1, y quiero que escuchen lo que el Señor dijo a Ezequiel. Ezequiel 33:1 dice, “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:” Ezequiel está hablando. Esto es lo que Señor le dijo, “Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles’” ahora síganme a través del verso 2.
“Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya, y él viere venir la espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo, cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la espada lo hiriere, su sangre será sobre su cabeza. El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere librará su vida. Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya. A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano. Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida.”
Entonces, esta es la imagen en Ezequiel 33. Luego, nosotros vemos a Pablo diciendo, “Yo soy inocente de su sangre”. De hecho, si vemos en Hechos 18:6, una vez Pablo estaba en Corintio, él fue echado fuera de la sinagoga con los judíos, y él se volteó y dijo, “Yo soy inocente de toda su sangre. Yo he predicado, y ustedes me echaron fuera; yo soy inocente”. Esta imagen es: si tienes informaciones que pueden salvar a alguien de la destrucción, y tú das esas informaciones, y das la advertencia; y la gente no hace caso, nadie responde, entonces, eres inocente de su sangre. Ezequiel 33 nos dio una imagen de la responsabilidad que nosotros tenemos. Si tienes noticias que impiden un juicio, y te quedas callado, entonces esa persona muere en pecado, y su sangre estará en tus manos. Es un texto pesado.
Entonces, si estás en Japón, y estás a cargo de tocar la sirena, la alarma, y viste un tsunami que se acerca y no tocaste el sonido de la alarma cuando supiste que el tsunami venía, y ese tsunami vino y arrasó con ese pueblo, su sangre estaría en tus manos. Entonces, nosotros escuchamos a Pablo diciendo eso, y en esta ocasión, exhortando a este equipo, “Vayan a Seattle como guardianes”. No los estamos enviando para que se queden en silencio; nosotros los estamos enviando para que suenen la alarma. El tsunami de la ira de Dios está apuntado a los pecadores, y Cristo pagó el precio en lugar de los pecadores. Ustedes saben eso. Por lo tanto, vayan y suenen la alarma, y sean inocentes de la sangre de las personas de Seattle, y hagan lo mismo en nuestra ciudad. Vean, esto es para todos nosotros. Nosotros queremos tocar la sirena de la misericordia de Dios a lo largo de la ciudad, y en el proceso, tener la capacidad de decir, “Inocentes de la sangre”. Esa es la imagen aquí. Entonces, vayan por la salvación de otros.
Vayan con la Palabra de Dios
Entonces, ¿cómo hacen eso? Bueno, entonces usted va, en segundo lugar, con la Palabra de Dios. De esa forma es que Pablo era inocente. Él dice que era inocente en el verso 26, y luego en el verso 27, él dice que es porque no se retrae de declarar todo el consejo de Dios. Eso es lo que dijo antes, cuando se fue de casa en casa y declarando públicamente y enseñando la Palabra de Dios en privado.
Entonces, esta es la imagen; así es como suenas la alarma a través de esta Palabra. Ustedes vayan a Seattle con esta Palabra, y no tienen mucho más que traer a la mesa más que esta Palabra. No tienen nada más que traer a la mesa en Seattle más que esta Palabra, pero esta Palabra es buena por lo tanto háganla sonar. Cada oportunidad que se presente, háganla sonar. Vayan por la salvación de otros con la Palabra de Dios.
Guarden sus Corazones
Mientras vayan, tercero, guarden sus corazones. El verso 28 dice, “Por tanto, mirad por vosotros” Vayamos a otro pasaje: Revelaciones 2, el último libro en el Nuevo Testamento. Guarden sus corazones. En Revelaciones 2 está la carta de Cristo a la iglesia en Éfeso. Éfeso fue una de las siete iglesias mencionadas en este libro. Esto es lo que dice a la Iglesia en Éfeso. Ahora, Pablo dijo a los ancianos, “Guárdense. Cuiden sus corazones” y escuchen lo que Jesús dijo a la Iglesia en Éfeso no mucho después.
Apocalipsis 2:2: “‘Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;’” Ellos eran Fuertes en doctrina y cuidadosos contra las herejías. “‘y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.’”
Por lo tanto, parecen estar prosperando, pero luego escuchen el versículo 4. “‘Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor…’” Algunas de sus versiones bíblicas dicen, “Ustedes han abandonado su primer amor”. Esta es la imagen que definitivamente es para la mayoría de nosotros. Nosotros somos personas ocupadas que hacemos muchas cosas buenas, aun en la iglesia, nosotros hacemos muchas cosas buenas; en Seattle, ellos están haciendo muchas cosas buenas, pero la pregunta clave para todos nosotros en este salón es, ¿Donde está tu corazón? ¿Donde están sus corazones?”. Cristo tiene tu corazón.
A este equipo que va a Seattle: guarden su corazón. Guarden su intimidad con Cristo porque, la realidad es, que el adversario vendrá contra este equipo, y él vendrá a esta iglesia en cada oportunidad y tratará de llevarse nuestros corazones lejos de Dios. Una vez que nuestros corazones estén lejos, pueda destruirlos. Por lo tanto, guarden sus corazones.
Atención para la Iglesia
Luego, mientras cuidan sus corazones, atiendan a la iglesia. Estén atentos a ustedes y al rebaño. Es lo que vemos a través de toda la escritura. El pueblo de Dios, a menudo, es leído como rebaño. Es el rebaño de Dios, que es importante.
Él está hablando a los ancianos, y les dice, “Él los ha hecho los veedores para atender a la iglesia de Dios”. Líderes principales de la iglesia: recuerden que la iglesia le pertenece a Él. Por lo tanto, aún aquellos quienes son líderes en la iglesia no son los líderes supremos en su liderazgo, ellos son co-pastores. Hay un jefe de pastores, un Buen Pastor, un Gran Pastor, quien está por encima de la iglesia. La iglesia le pertenece a Él. Esta es toda la imagen aquí. En 1ra de Pedro 5 y en Hebreos 13, Dios toma Su pueblo; Él es el pastor de Su pueblo, y Él los confía a los pastores, a los pastores y veedores, para que cuiden sus almas.
Entonces, hagan esto, atiendan a la iglesia porque la iglesia le pertenece a Él. No es tu iglesia en Seattle; no es mi iglesia, o nuestra iglesia en esta ciudad; esta es Su iglesia. Nosotros somos Su iglesia. Recuerden que la iglesia le pertenece a Él, y recuerden que la iglesia fue comprada por Él. La iglesia de Dios, la cual Él obtuvo con Su propia sangre. ¡Qué declaración tan asombrosa, una referencia a Cristo, obviamente, y su divinidad, y el hecho de que él ha comprado la iglesia con su propia sangre!
Cuando nosotros vemos eso, transforma nuestra perspectiva de la iglesia radicalmente, cuando nos damos cuenta cuan alto Cristo ha valorado las ovejas que Él compró. Sabes, lo interesante de toda esta imagen que la Escritura da al pueblo de Dios como ovejas, es que nosotros tenemos la tendencia a pensar que las ovejas son animales buenos, bonitos y agradables. No lo son. Si tienes esa imagen es porque no han estado en contacto con ovejas. Las ovejas son animales sucios, con gusanos y piojos. Deben ser bañadas con diferentes químicos para ser limpiadas.
Son obstinadas, sin sentido, animales tontos, que es humilde cuando te das cuenta que esta es la imagen que Dios ha usado a través de la Escritura para describirnos. La Escritura nunca dice: “Ellos son los leones y los tigres o jaguares o sementales.” No, somos el más tonto de todos los animales. “Mi gente son ovejas.” Ovejas, como resultado de estas cosas, no siempre son fáciles de tratar. Esta es la belleza. Cristo vino a morir, no por el fuerte y exitoso, pero por los débiles y pecadores, no para la limpieza, pero por el sucio.
Eso hace la vida en la iglesia desafiante a veces, porque serás parte de una iglesia llena de tontos, pueblo de dura cerviz. Les voy a decir un secreto. Esta iglesia está llena de tontos, pueblo de dura cerviz, de los cuales yo soy el primero, pero Cristo ha pagado por nosotros con su propia sangre, y así quiero amarlos, y encargarles que los amen, como el Salvador que los compró con su sangre los amaría.
Estén Alerta
Cuiden a la iglesia, y mientras lo hacen, estén alerta. Por lo tanto, pastores, tienen que apacentar el rebaño y el cuidado del rebaño, pero también proteger a pastores del rebaño. Esto es lo que dice Pablo, que dice: “Después de mi partida, vendrán lobos feroces entre vosotros que no perdonarán el rebaño, y que de entre vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar a los discípulos tras ellos.”
Este es el asunto; Satanás no toma vacaciones, por lo tanto ustedes tampoco. No en el sentido de pasar un tiempo de reposo con la familia, pero nunca bajen la guardia en Seattle, y nosotros no podemos bajar la guardia en esta ciudad. El adversario siempre está atacando. Él es, en este momento, atacador. Por lo tanto, líderes en la iglesia, estén atentos. El verso 31 dice, “Por lo tanto, estén alerta”.
En todas partes, ustedes enfrentarán persecución desde fuera de la iglesia. Absolutamente. Hay paganos en Seattle, quienes no están deseosos que vengan más cristianos. Entonces, Pablo está diciendo, “Vayan con los ojos bien abiertos”. Como no será fácil, ustedes enfrentarán persecución desde fuera de la iglesia, y enfrentarán oposición desde dentro de la iglesia. Ahora, aquí es donde la persecución desde fuera de la iglesia podría ser evidente. La oposición dentro de la iglesia puede ser peligrosamente sutil. Eso es lo que Pablo específicamente atiende, “Y lobos feroces vendrán entre ustedes”. El verso 30 dice, “De entre ustedes mismos”.
¿Pueden imaginar eso? Este es Pablo hablando a un grupo de ancianos comprometidos, y él dice “De entre ustedes mismos, algunos tratarán de sacar a las personas”. O sea, es raro para mí mirar a este equipo y decir, “Algunos de ustedes tratarán de sacar a otros”. Es casi como si Pablo dijera, “no pueden confiar aún en ustedes”. Ese es el sentido de lo que está diciendo.
Sean Devotos
Eso nos guía al próximo punto aquí, sean devotos. Él dice: “A la luz de los peligros por delante, dentro y fuera, ahora,” el versículo 32: “Os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia.” Esa es la respuesta de Pablo.
Así que, yo los entregaré a Dios y a la Palabra de Su Gracia. Sean devotos. Esta es la imagen que nosotros vimos en Hechos 6 cuando la iglesia está creciendo y los apóstoles dijeron, “Nosotros necesitamos asegurarnos de guardar el ministerio de la oración y el ministerio de la Palabra. Nosotros tenemos que estar con Dios y tenemos que estar en Su Palabra”. Estos son los dos pilares a los cuales la iglesia debe estar devota.
Mi recomendación para ustedes es mantener esos pilares fuertes. Sean incansables en la oración. A la persona de Dios, ¿qué pueden hacer en Seattle bajo sus propias fuerzas? No pueden hacer nada. Por lo tanto, no permitan que la oración sea algo suplementario entre ustedes. Permitan que la oración sea lo fundamental. Tengan fe en Dios, descansen en Su poder, en Su grandeza, en Su sabiduría y en Su conocimiento. Conózcanlo profundamente y confíen en Él. Sean devotos a Dios en oración y sean devotos al ministerio de la Palabra.
Esa es la Palabra de gracia que hará el trabajo en Seattle, Esta Palabra tiene el poder de construir una iglesia y dar herencia entre aquellos quienes están santificados. Tenga confianza en esta Palabra de gracia, y tengan confianza en el evangelio. La gente dice, “Bueno, en una ciudad como Seattle, hay muchas tendencias culturales o asuntos demográficos de este o aquel tipo, que son nuevos retos para el evangelio”. Yo no dudo que haya grandes retos para el evangelio, pero la realidad es que este evangelio ha trabajado muy bien por 2,000 años, y Seattle no lo parará. Por lo tanto, tengan confianza en este evangelio. Este evangelio no puede ser parado.
Den desinteresadamente.
Aquí están las dos últimas exhortaciones. Den desinteresadamente. Pablo dice, después de esto, “no he codiciado plata de nadie ni oro ni vestido”, que casi, cuando se trata de ella, casi parece un poco fuera de lugar, pero cuando se piensa en ello, esto es enorme para el equipo de Seattle, es enorme para ellos, ya que, sin duda, el sacrificio financiero es parte de esta imagen para ellos. También es importante para nosotros. Esto dice Pablo, “La avaricia y la codicia y el materialismo va a destruir la iglesia.”
Por lo tanto, cuídense. Guárdense contra el materialismo, la ganancia desmedida, el deseo de más cosas, la avaricia y la codicia. Protéjase contra todo. Da desinteresadamente. Es mejor dar que recibir. Que esa sea su mantra.
Vayan en Sacrificio
Y, por último, vayan en sacrificio. Esta última parte, aquí es donde quiero que sólo imaginen la intensidad emocional. Dice: “Y habiendo dicho estas cosas, se puso de rodillas y oró con todos ellos. Y hubo mucho llanto por parte de todos ellos, se abrazaron a Pablo y lo besaron” Esta es una imagen de ellos uniéndose…
Conclusiones
Esto es lo que haremos. No vamos a estar alrededor de Andrew para abrazarle, pero nos reuniremos y oraremos juntos. La realidad es, que lo que vemos aquí al final de Hechos 20, es la agonía de la separación del pueblo de Dios. La separación para la difusión del evangelio, que es donde nosotros volvemos en un círculo a donde nosotros comenzamos: dos conclusiones.
Nos separamos temporalmente uno de los otros para el progreso del evangelio.
Primero, nos separamos temporalmente uno de los otros para el progreso del evangelio. Eso es lo que hacen los cristianos. Eso es lo que hacen los cristianos que desean propagar el evangelio.
Ellos no se envuelven en un capullo en idas fáciles y relaciones confortables. No, ellos se mueven con el evangelio. Hay más personas que necesitan el evangelio, así que, nos movemos. En algunos casos, nos movemos de forma tal que hay personas que nunca volveremos a ver. Eso es lo que Pablo dijo aquí en Hechos 20. Ahora, obviamente nosotros, por la gracia de Dios, tenemos comunicación moderna y modos de viajar modernos. La realidad es que, nosotros probablemente, Dios mediante, veamos las caras de estos hermanos y hermanas otra vez, así que no es tan dura, para así decir, la división aquí, una separación.
Sin embargo, cuando lo piensas, aún si no tuviéramos esas cosas, y aún cuando dice “Ellos lloraban porque Pablo había dicho que no volvería a ver la cara otra vez, “cuando lo piensas, en un sentido, eso es sólo parte de la cuestión. Si, ellos no volverían a ver su rostro aquí, y si, había una posibilidad de que no veamos otra vez los rostros en un equipo que mandemos desde aquí, pero nos separamos temporalmente para el progreso del evangelio.
Estaremos Unidos Eternamente para la Alabanza de Su Gloria
Estaremos unidos eternamente para la alabanza de Su gloria. Por millones y trillones de años, estaremos juntos con un grupo de personas de Seattle a Birmingham, y Africa del norte y todos los lugares entre ellos, cantando alabanzas. Así que, añoramos ese día, a medida que nos separamos y despedimos.