Como joven pastor, recién había escrito Radical cuando conocí a Tim Keller por primera vez. Fue amable, sabio y alentador, con una gentileza que, por la sobrenatural gracia de Dios, parecía natural en él. Todo lo antes mencionado también describe cada uno de los momentos que pasaría con él en el futuro.
Mientras lamento la pérdida de mi hermano en Cristo, quien ahora se regocija con nuestro Salvador después de luchar con el cáncer de páncreas durante tres años, alabo a Dios por su vida, por su influencia en la iglesia y en innumerables personas alejadas de Cristo, y por el impacto de su vida sobre la mía.
El autor
Los libros de Keller han afectado mi vida profundamente. Regularmente, utilizo y recomiendo La razón de Dios en mis interacciones con no creyentes que tienen preguntas humildes, sinceras y honestas acerca de la fe en Dios y el evangelio. Recuerdo claramente dónde estaba cuando leí El Dios pródigo. El subtítulo de ese libro es “Recuperando el corazón de la fe cristiana”, y verdaderamente rescuperó el corazón de mi fe cristiana.
He leído una y otra vez La respuesta del espejo donde Tim me enseñó a imitar la humildad de Cristo. Su libro sobre la oración me impulsó a tener una comunión más profunda con Dios. Su libro sobre los Salmos, titulado Los cantos de Jesús, impacto profundamente a mi esposa, Heather, y nuestra vida devocional como pareja. De la misma manera, El significado del matrimonio ha sido de gran ayuda en mi vida y matrimonio. Lo he recomendado a numerosas parejas. Toda buena obra, el libro de Tim sobre la teología del trabajo, transformo la manera como veía mi propio trabajo y el de los demás en la gran economía de Dios. Recuerdo haberlo visto entregarle una copia de Justicia generosa a un presidente en el poder. Este libro es una hermosa explicación de cómo el evangelio de Jesús nos hace anhelar y trabajar por la justicia de manera única.
Mientras Tim atravesaba el cáncer durante estos años, escribió sobre La esperanza en tiempos de temor, un libro que he compartido con otros que atraviesan dificultades similares. Tim también escribió un libro sobre Caminar con Dios a través del dolor y el sufrimiento y luego nos mostró cómo hacerlo con su propia vida. Incluso (o especialmente) en medio del sufrimiento y la enfermedad, Tim continuó guiando a otros hacia la esperanza de Cristo y la belleza del evangelio que transforma cada aspecto de nuestras vidas.
Y no se limitó solo a libros. Tim escribió un breve artículo titulado “¿Cómo tomar la crítica?”, que he leído más veces de las que puedo contar. A través de ese ensayo, y aún más a través de su influencia personal en mi vida, me enseñó cómo recibir y responder a las críticas de una manera piadosa.
El plantador
Tim Keller se enfocó en difundir el evangelio en la ciudad de Nueva York como pastor de la Iglesia Presbiteriana Redeemer, pero también contribuyó al discipulado y la plantación de iglesias entre las naciones, especialmente en centros urbanos. Con la rápida urbanización del mundo (se proyecta que en los próximos 20 a 30 años más de dos tercios de la población mundial vivirá en ciudades) y específicamente la migración de personas no alcanzadas a las ciudades, Tim fue pionero en la promoción de la saturación del evangelio en las ciudades de tal manera que la gloria de Dios se extienda entre las naciones. Formó Redeemer City to City para reclutar y capacitar líderes en ciudades globales, y como resultado, casi se han establecido 1,000 iglesias en 75 ciudades de todo el mundo.
El hombre
No hace falta decir que las semillas de la vida y el ministerio de Tim germinarán en generaciones venideras. Mientras escribo esto, estoy preparando un sermón sobre los grandes mandamientos que el Señor Jesús describe en Marcos 12: amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo. Mientras estudio este texto, la conexión es más que evidente para mi. Tim Keller amó a Dios con todo su ser, su corazón, su intelecto, sus emociones y su cuerpo, hasta su último aliento. Mi vida, al igual que la de innumerables personas, ha sido moldeada por su amor hacia nosotros.
Creo que el “nosotros” en esa última oración no solo incluye a las personas que han conocido, leído o escuchado a Tim Keller. Ese “nosotros” también abarca a la próxima generación de discípulos de Cristo a quienes Tim Keller les pasa la antorcha. Mientras alabo a Dios por mi hermano, que en fidelidad ha llegado a la meta, anhelo hacer lo mismo en mi propia vida. Y decirles a los demás, ahora y en las próximas generaciones: sigamos corriendo para la gloria de Jesús el Rey en la iglesia, en nuestras ciudades y entre las naciones, para que multitudes más puedan ser transformadas por el mismo evangelio que Tim Keller proclamó y vivió.
Hasta que nos volvamos a encontrar,
David Platt