La apologética es parte de nuestra responsabilidad ante Dios de hacer discípulos y ayudarlos a madurar en Cristo. En el marco del discipulado se encuentran otras tres categorías: evangelismo, edificación y entrenamiento. El evangelismo ocurre cuando le proclamamos a Jesús a las personas, la edificación sucede cuando vemos que las personas maduran y crecen en la fe cristiana, y el entrenamiento se da cuando capacitamos a los santos para evangelizar y edificar.
Entonces, ¿dónde encaja la apologética? Bueno, más que como una categoría distintiva, sugeriría que la apologética, correctamente hablando, es una herramienta bajo cada una de las tres “E” mencionadas anteriormente. Permíteme explicar.
- Usamos la apologética para evangelizar cuando ayudamos a las personas a entender a Jesús deseando que se conviertan en Sus discípulos.
- Usamos la apologética para edificar cuando ayudamos a los santos a crecer en su amor y conocimiento del Dios Trino como discípulos de Jesús.
- Usamos la apologética para entrenar cuando equipamos a los cristianos para que sean discípulos que hagan discípulos, buscando alcanzar a los no cristianos y servir a sus hermanos en Cristo.
Al pensar en la apologética en África, quiero incentivar que nos aseguremos de mantener esta herramienta en el lugar apropiado y evitar crear una nueva categoría.
Ahora bien, aunque tenemos la responsabilidad ante Dios de hacer discípulos, no olvidemos que el poder salvador y santificador para alcanzar y madurar a las personas pertenece al Señor. Por lo tanto, en todo esto, necesitaremos ser especialmente diligentes en la oración buscando verle a Él.
La apologética en África debe ser contextualmente cristológica
No deberíamos tener la expectativa de que las áreas de la apologética que ocupan un lugar central en América del Norte o Asia sean igual de importantes en África.
Por supuesto, podrían serlo en ciertos casos, pero al pensar en la apologética en África, debemos considerar el contexto africano antes que cualquier otro.
Por ejemplo, desde mi limitada experiencia en África, estoy mucho más preocupado por la Religión Tradicional Africana, el Islam y el cristianismo problemático que por el ateísmo.
Estoy mucho más preocupado por la Religión Tradicional Africana, el Islam y el cristianismo problemático que por el ateísmo.
Anecdóticamente, en los últimos 10 años, de miles de conversaciones que he tenido durante el evangelismo espontáneo o al discipular a compañeros cristianos, el ateísmo probablemente solo ha surgido en un puñado de ocasiones.
La mayoría de nuestras culturas africanas tienen integrado un dios creador. No es el Padre del Señor Jesucristo, pero es supremo y poderoso a los ojos de quienes lo adoran.
Pensemos y abordemos primero y ante todo los problemas que afectan las vidas de las personas africanas, sea que coincidan o no con las categorías que mencioné.
Sin embargo, al situarnos contextualmente en la tierra afrirecana, hagámoslo con un enfoque en Cristo. Ya que la apologética, hablando de manera concreta, se enmarca dentro del discipulado deberíamos siempre guiar a las personas hacia Jesús partiendo de las Escrituras.
Abordando la Religión Tradicional Africana
En el contexto de la Religión Tradicional Africana, lo ideal seria explorar el tema de la mediación entre nosotros y Dios. Necesitamos argumentar que Jesucristo, el Hijo de Dios y aquel que murió en la cruz, es el único y suficiente mediador designado entre nosotros y Dios.
Abordando la rápida expansión del Islam
En el contexto de un Islam que se propaga rápidamente, lo ideal seria explicar que el Islam vive inherentemente en la sombra del cristianismo. En otras palabras, el Islam debe refutar al cristianismo para afirmarse a sí mismo. Debemos mostrar cómo incluso un leve vistazo al hermoso y soberano Jesús revela que el Islam, Mahoma y el Corán no son suficientes. No se vuelve a la vela una vez que se ha visto el sol.
Abordando el cristianismo problemático
Ya que la apologética, hablando de manera concreta, se enmarca dentro del discipulado deberíamos siempre guiar a las personas hacia Jesús partiendo de las Escrituras.
Finalmente, en el contexto de un cristianismo problemático en África, necesitaremos presentar a Jesús como Señor. A veces esto significa que los cristianos profesos necesitarán arrepentirse de un cristianismo meramente cultural. Esto puede significar contender con aquellos en sectas que manipulan las Escrituras alejándolas de Jesús. Los cristianos tendrán que enfrentarse al llamado evangelio de la prosperidad. Además, la historia del colonialismo en África ha creado la necesidad de demostrar que Jesús no es un hombre blanco y el cristianismo no es la religión del hombre blanco.
El estímulo general aquí es involucrarnos con nuestro contexto africano y hacerlo con un enfoque distintivo al guiar a las personas hacia el Jesús bíblico. Al centrarnos en aprender y utilizar la apologética correctamente en nuestro contexto, podemos hacerlo con la esperanza de que compartir el verdadero evangelio conduzca a la formación de más discípulos y a la plantación de iglesias en toda África.