Mientras que los ancianos son líderes siervos en la iglesia, la Biblia identifica a los diáconos como siervos líderes en la iglesia. Según Hechos 6:1–7 y 1 Timoteo 3:8–13, los diáconos tienen tres responsabilidades: atender las necesidades según la Palabra, apoyar el ministerio de la Palabra y unificar al cuerpo alrededor de la Palabra. Este tipo de ministerio puede que no sea llamativo, ni siquiera visible, pero es crucial para la salud y el crecimiento de la iglesia.
Vaya a Hechos 6. Estamos llegando al último mensaje de la serie “Restauración Radical: Convirtiéndonos en la Iglesia que Dios pretende que seamos.”
Desde entonces, mientras oraba al venir acá, mientras el Señor me guiaba hasta aquí, desde que llegamos, comenzamos a sumergirnos en lo que se supone que sea la iglesia. Me reía con mi esposa este fin de semana pensando solo en cómo hace tres meses y medio atrás, lo último que pasaba por mi mente era cómo liderar esta iglesia para hacer discípulos de todas las naciones más efectivamente, y sin embargo acá estamos, juntos en este viaje.
Cristo nos ha llamado a salir. Nos ha llamado a dar a conocer Su gloria y Su gracia y Su benevolencia entre todos los pueblos de la tierra, y yo oro para que esta iglesia sea un medio para ello. Así, hemos estado sumergiéndonos en la pregunta de cómo podemos organizarnos como iglesia de la forma más efectiva posible para que esto ocurra, porque sabemos que en nuestra cultura actual, estamos tan abrumados por nuestro individualismo, nuestro consumismo, nuestra tendencia occidental, que perdemos de vista fácilmente lo que la iglesia se supone que sea.
Así, la semana pasada empezamos a ver dos roles primarios de liderazgo en la iglesia. La semana pasada vimos a los ancianos. Esta semana vamos a hablar sobre los diáconos. Ahora, usted recuerda algunas de las reglas básicas que establecimos al inicio. Estos son términos que se usan en una gran variedad de formas diferentes y en una variedad de iglesias diferentes, así que nos vamos a desprender de nuestras ideas y nociones preconcebidas sobre ellos. Sabemos que, muchas veces, los ancianos son llamados pastores, o de otras formas, en diferentes iglesias. Lo mismo pasa con los diáconos.
Si alguien dice que es un diácono en la iglesia, probablemente necesite hacer algunas preguntas para saber que está haciendo en la iglesia, si es que algo hace, porque varía mucho de iglesia a iglesia. Así, vamos a ver las Escrituras y hacer un análisis honesto de estos dos roles de liderazgo en la iglesia, porque estamos convencidos de que el liderazgo en la iglesia es increíblemente importante para cumplir la misión de la iglesia.
La Verdad Bíblica…
De este modo, quiero que veamos esta verdad bíblica que será la base para todo nuestro análisis. La Biblia identifica dos roles primarios de liderazgo en la iglesia. Primero, los ancianos que son siervos, y segundo, los diáconos, que sirven en la iglesia.
Quiero que vea conmigo Hechos 6:1. Vamos a ver una imagen de un pasaje que comienza a darnos una idea de lo que se trata ser diácono en el Nuevo Testamento. Vea Hechos 6:1.
Por aquellos días, al multiplicarse el número de los discípulos, surgió una queja de parte de los judíos helenistas en contra de los judíos nativos, porque sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria de los alimentos. Entonces los doce convocaron a la congregación de los discípulos, y dijeron: No es conveniente que nosotros descuidemos la palabra de Dios para servir mesas. Por tanto, hermanos, escoged de entre vosotros siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes podamos encargar esta tarea. Y nosotros nos entregaremos a la oración y al ministerio de la palabra.
Lo propuesto tuvo la aprobación de toda la congregación y escogieron a Esteban, un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo…
Entonces, se enumera al resto de los nombres. En el versículo seis, dice: “los cuales presentaron ante los apóstoles, y después de orar, pusieron sus manos sobre ellos. Y la palabra de Dios crecía, y el número de los discípulos se multiplicaba en gran manera en Jerusalén, y muchos de los sacerdotes obedecían a la fe”
Aquí estamos hablando sobre los diáconos. Permítame explicarle cómo el Nuevo Testamento ve esa palabra. Realmente hay tres formas diferentes de esa palabra en el lenguaje original del Nuevo Testamento, en griego. Ahora, permítanme decirles esto, hablé un poco de griego la semana pasada. Cuando hablo griego, mi objetivo no es impresionarle, aunque algunos de ustedes no lo están de cualquier manera, ese no es mi objetivo.
Mi objetivo no es deslumbrarlo con el griego, pero imagíneselo de esta forma: ese es el lenguaje original en el que fue escrito el Nuevo Testamento, y el hebreo es el del Antiguo Testamento. Yo lo veo como la diferencia entre ver un partido de football sentado en el sofá, viendo y escuchando el juego en la televisión y estar en el estadio viendo la acción justo en frente. ¿Qué sentido tiene eso? En la televisión vemos la esencia, tenemos toda la idea, sabemos lo que está pasando, pero la acción se siente de verdad cuando se está en las gradas. De la misma forma, usted sentirá lo que está pasando en un pasaje cuando conoce el lenguaje original del Nuevo Testamento. Esa es la razón por la que lo saco de vez en cuando.
En el lenguaje original del Nuevo Testamento, esta palabra es utilizada más de 100 veces de diferentes formas. “Deokanao” se traduce literalmente como “diácono” desde “deokanao” o “deacanose”. Sin embargo, se usa varias veces en formas diferentes para referirse a una variedad de aspectos diferentes. De hecho, en la mayoría de los casos, no se trata de un rol de liderazgo en la iglesia. La mayoría de las veces se habla sobre servicio. Eso es lo que la palabra significa literalmente, ya sea hablando sobre un siervo, o sobre alguien que está sirviendo o prestando algún servicio o ministerio. Esa es la forma en que es traducida. Muchas veces la vemos refiriéndose, más específicamente, a servir ciertas necesidades físicas. Así, esta es la forma en la que la vemos en el Nuevo Testamento.
Cuando vamos a Hechos 6:1-4, esa palabra se menciona tres veces diferentes. Permítame alentarle a circularlas en su Biblia, para que así tenga una idea de cuanto está siendo usada aquí en Hechos 6. En el versículo 1, dice: “Surgió una queja de parte de los judíos helenistas en contra de los judíos nativos, porque sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria de los alimentos.” Esa palabra, “distribución”, aquí significa literalmente “servicio”. Justo aquí está la palabra, “deokanao”. Significa servicio de alimentos.
Ellos distribuían suministros a las viudas, les distribuían alimentos. Luego en el versículo dos, dice: “Entonces los doce convocaron a la congregación de los discípulos, y dijeron: No es conveniente que nosotros descuidemos la palabra de Dios para servir mesas.” La palabra aquí para “servir”, realmente significa atender aquellas mesas y servirles. Esa es la palabra, así que puede circularla.
Así, tenemos una imagen de algunos hombres que, tal y como dije, están sirviendo. Pero la situación se pone interesante cuando llegamos al versículo cuatro y se habla sobre los apóstoles, que están desempeñando el rol de ancianos en la iglesia. Dice: “Y nosotros nos entregaremos a la oración y al ministerio de la Palabra”. Esa palabra “ministerio”, pueden circularla, es la misma palabra también. Lo que significa es que esta palabra es usada, no solo para referirse a cierto oficio en el Nuevo Testamento. Es una palabra para referirse a los siervos del Nuevo Testamento, ya sean ancianos, diáconos, o incluso solo miembros de una iglesia. De hecho, Efesios 4:11-12, lo vimos hace un par de semanas, usa la misma palabra para describir cómo se supone que todos seamos siervos de la Palabra.
Entonces, esta es la imagen que tenemos cuando vemos el liderazgo en la iglesia del Nuevo Testamento. Tenemos a Cristo que tiene autoridad sobre todas las naciones, que merece la adoración de todas las naciones, y que está dando a conocer Su gloria en el mundo a través de la iglesia. La semana pasada hablamos sobre cómo los ancianos son líderes de la iglesia que tienen liderazgo absoluto, pero que tienen una gran responsabilidad en mostrar la gloria de Cristo. Hablamos sobre cómo, si no nos comprometemos cuando se trata de integridad y liderazgo en la iglesia, reflejamos pobremente la gloria de Cristo en nuestras comunidades. Esa es la razón por la que el liderazgo es tan importante.
Ahora, si todos somos siervos, incluso los ancianos, entonces ¿qué diferencia a los ancianos de los diáconos, o qué diferencia a los diáconos de los demás? Esa es una gran pregunta; me alegra que hayan preguntado.
Tres responsabilidades de los diáconos…
Atender las necesidades, según la Palabra.
Quiero que veamos tres responsabilidades de los diáconos. Número uno, los diáconos atienden las necesidades, según la Palabra. Ese es la función más específica de los diáconos que vemos en el Nuevo Testamento. Cuando ellos sirven, atienden ciertas necesidades físicas. Eso es lo que está pasando aquí, en Hechos 6. El sistema judío había dispuesto que las viudas fueran atendidas y abastecidas. El problema era, sin embargo, que en Jerusalén muchas viudas helénicas, que tenían un antecedente griego, estaban siendo desatendidas en comparación con las viudas hebreas. Por lo tanto había decepción y desunión, y por eso, estos siete hombres se levantaron para atender sus necesidades.
Todos ellos, irónicamente, tenían nombres helénicos para mostrar que realmente estaban enfocados en atender estas necesidades en particular. Esto es lo que quiero que vean. Los diáconos, primero que nada, se levantan ante circunstancias específicas. Aquí aparece una necesidad específica. Entonces, segundo, no solo se levantan ante circunstancias específicas, sino que son responsables de cumplir órdenes específicas. Ahora, quiero que se aferren a esto conmigo porque es una de las razones por las que no vemos mucho lo que los diáconos hacen en el Nuevo Testamento.
De hecho, si abandona Hechos 6, no verá a estos hombres siendo mencionados como diáconos en alguna otra ocasión. Incluso, no verá a alguien ser referido como diácono. Realmente no lo verá como un rol principal de liderazgo en la iglesia hasta que llegue a 1ra de Timoteo 3, a donde llegaremos en unos minutos. Sin embargo, tenemos en el Nuevo Testamento una imagen de las personas levantándose y ayudando a atender las necesidades de la iglesia a medida que van surgiendo. Tenemos la orden de atender las necesidades específicas según surgen. Ya lo decíamos anteriormente: la religión que Dios nuestro Padre ve, es pura e impecable y está cuidando de huérfanos y viudas en sus aflicciones. Esto está basado en el Antiguo Testamento. Una y otra vez, Dios habla sobre como Su pueblo necesitaba cuidar de los huérfanos y las viudas.
Haga una búsqueda por el Antiguo Testamento, y donde vea a las viudas, a menudo, justo después, verá a Dios cuidando de los huérfanos. Es realmente una imagen asombrosa. Tenemos a Dios diciendo: “Esto es importante para mí”. Esta es una orden para la iglesia. Hay algunas circunstancias específicas en las que esta orden no está siendo atendida, y por eso estos hombres se levantan y se encargan de ello. Esto significa que los diáconos son diferentes en diferentes momentos. Los diáconos son diferentes de acuerdo a las diferentes necesidades. Incluso en un cuerpo en una iglesia local, hay muchas personas que hacen una variedad de actividades diferentes y cumplen este rol de ayudar a atender las necesidades en la iglesia local acorde a la Palabra.
Permítame darle un ejemplo aquí en esta iglesia. Quizás usted lo sepa, o quizás no, pero hay un equipo de ministerio de la misión. Hay, además, una “Ofrenda de Alcance Mundial” con la que puede que esté familiarizado, quizás la da regularmente. Esta es una ofrenda que usted ha podido entregar durante años, y que esta iglesia usa para dar a conocer la gloria de Cristo en todas las naciones en una variedad de ministerios diferentes. Lo que ocurre es que este equipo de ministerio lidera en cómo son distribuidos estos fondos.
Quiero que vea la similitud de lo que hace este equipo aquí en la iglesia, y lo que pasa en Hechos 6. En Kirghizistán, se necesitaba dinero para construir un edificio con propósitos ministeriales, pero no podían conseguirlo. Entonces nuestra iglesia intervino. Ese país tiene alrededor de cinco millones de personas, más del 80% musulmanes, en un lugar del mundo, en Asia Central, donde hay muchos pueblos inalcanzados. En otras palabras, hay personas allá que nunca han escuchado el nombre de Jesús. Este ministerio quiso abrir un centro de entrenamiento. Tenían todo tipo de recursos dispersos en Asia Central, pero se quería un lugar que fuera la base desde donde transmitir radio y televisión, eso es muy común en el mundo musulmán para dar a conocer el evangelio.
Se está convirtiendo en una herramienta muy efectiva. Usan, además, la traducción y la imprenta. Querían un lugar donde pudieran entrenar ministros para salir a toda Asia Central y dar a conocer el evangelio en los pueblos inalcanzados. Así, un equipo ministerial de la misión se reúne, toma los fondos que le han sido dados a esta iglesia local y toma la decisión, y dice: “Así es como los vamos a distribuir”, y el resultado, es que hoy, hay una misión de radio y televisión en Kirghizistán que va a transmitir a las áreas musulmanas por todo el Asia Central y que está distribuyendo e imprimiendo información sobre el evangelio. Hombres y mujeres están siendo entrenados allá. Hay una iglesia que está siendo atendida. Este es el resultado de lo que Dios ha hecho a través de esta iglesia, y los diáconos están desempeñando su rol al liderarnos al servir en tal capacidad.
Esta es una bella imagen de lo que se supone que sea la iglesia. Los diáconos son muy importantes. Hay muchas personas en Kirghizistán que están agradecidas a las personas que están desempeñando el rol de diáconos en esta iglesia. Ellos atienden las necesidades acorde a la Palabra. Esto puede ser demostrado una y otra vez y de muchas formas en esta iglesia.
Apoyar el ministerio de la Palabra.
Ahora, vayamos a la segunda responsabilidad, porque vienen juntas. Ellos atienden las necesidades acorde a la Palabra, pero también apoyan el ministerio de la Palabra. Verá, los apóstoles querían que estas personas fueran atendidas. Era una necesidad muy importante, pero tenían una responsabilidad primaria de la que hablamos la semana pasada. Enseñar al cuerpo de Cristo, entregarse a la oración y al ministerio de la Palabra, nutrir al cuerpo de Cristo, divulgar la Palabra y proveer liderazgo general en la iglesia, ese era el rol de los ancianos.
Ellos no podían hacer algunas de estas cosas específicas
Sin embargo, ellos no podían hacer algunas de estas cosas específicas. Los líderes se levantan para que se proclame la Palabra y se atiendan las necesidades. No es una cosa o la otra, lo cual, cuando lo analizamos, a menudo erramos en muchas iglesias. Piénselo. Hay muchas iglesias que son muy activas en causas sociales y están atendiendo las necesidades de aquellos que no tienen mucho, y de los que están oprimidos y afligidos, y hay muchas iglesias que se están extendiendo en asuntos de justicia social. Sin embargo, la tendencia en esas iglesias en particular es que a menudo son conocidas como iglesias más liberales cuando se trata de la Palabra, y básicamente, están diciendo: “Bueno, usted sabe que Jesús es el camino para nosotros, pero quizás no lo sea para usted. El evangelio no es completamente verdadero. Otras religiones en el mundo cumplen nuestro objetivo también, y al final, vamos a terminar en el mismo lugar.” Así, ellos se expanden en áreas de justicia social pero comprometiendo el evangelio en el camino. Se están entregando a las necesidades, pero están olvidando la Palabra.
Por otra parte, hay muchas iglesias que son fuertemente conservadoras, que siguen el evangelio al pie de la letra, lo predican tal cual, guardan sus doctrinas; se aferran rápidamente a la verdad del evangelio. Jesús es el camino, la verdad, y la vida. Entonces, se niegan a escuchar a las millones de personas alrededor de ellos que mueren de hambre, y no se apasionan por atender los asuntos sociales a su alrededor.
Ninguna de estas imágenes es bíblica cuando se trata de la iglesia. No es una responsabilidad u otra; son ambas. Nosotros proclamamos la Palabra con fuerza, y protegemos el evangelio, porque es preciado para nosotros.
No obstante, en algún momento, generosamente, entregamos nuestras vidas para dar a conocer el evangelio a las personas que más necesitan escucharlo y a las personas que están en la mayor necesidad. Esta es la imagen de ambas responsabilidades. En este pasaje, los diáconos están apoyando el ministerio de la Palabra y ayudando a atender las necesidades, para que la Palabra pueda ser fuertemente proclamada.
Véalo de esta manera: los diáconos sirven a los ancianos para que puedan liderar. Permítame asegurarme de que entendió lo que le estoy diciendo. Los diáconos sirven a los ancianos para que puedan liderar. Cuando hablamos sobre los diáconos y vemos a estos hombres en Hechos 6 y el rol que desempeñan, ellos no son como la oposición en la legislatura. No vemos a los diáconos y los ancianos discutiéndose el control y el poder. No vemos una imagen de los diáconos en el Nuevo Testamento ordenando al personal y al pastor responsable. “Haz esto mejor. El Pastor es nuestro recadero. El va y hace lo que le decimos hacer.”
Esta es muchas veces la escena que vemos en las iglesias locales, y simplemente no es bíblica. Los ancianos son responsables por el liderazgo general de la iglesia, y los diáconos sirven para que ellos puedan ser liberados a fin de hacer lo que es más importante cuando se trata de sus responsabilidades: la oración y el ministerio de la Palabra. Los diáconos se entregan a otras responsabilidades. La idea es trabajar en asociación. Los diáconos sirven a los ancianos para que ellos puedan liderar.
Pero no solo eso, los diáconos lideran a otros para que puedan servir. Ahora, en Hechos 6, hasta este momento hay miles de personas en la iglesia en Jerusalén, y estas viudas están siendo descuidadas en la distribución diaria de alimentos. Así, se levantan siete hombres que se entregan a esta tarea en particular, pero no son los únicos que están sirviendo. Muchas veces cuando hablamos sobre los diáconos, las personas dicen, “Bueno, son los siervos de la iglesia”. Por el contrario. Cada uno de nosotros es llamado y ordenado a ser siervos en la iglesia. Estos hombres no eran los únicos pasando y distribuyendo los suministros. Ellos lideraban a otros para hacer esto. Lo estaban facilitando. Lo estaban haciendo para que toda la familia de la iglesia pueda ser liberada para servir.
Tal y como lo vimos, por ejemplo, en el ministerio preescolar. Incluso si todos estuviéramos ansiosos y deseosos de servir en el ministerio preescolar, si fuéramos allá y nadie estuviera guiándonos en cómo hacerlo, solo garantizaríamos lograr tremendo dolor de cabeza instantáneo. Necesitamos a alguien facilitándolo y mostrándonos cómo se hace.
Eso pasa todo el tiempo en la iglesia. Ellos lideran a otros para que puedan servir. “Los diáconos son siervos; ese es su trabajo. Nosotros solo somos miembros de la iglesia.” Al contrario, todos somos siervos de la iglesia. Todos estamos llamados a ser siervos de la Palabra, y los diáconos son aquellos que nos lideran y ayudan para que así sea.
Ahora, piense en ello conmigo. Hechos 6 es solo un ejemplo de los diáconos sirviendo a los ancianos para que puedan liderar. Esta es la imagen que vemos en el Nuevo Testamento de lo que significa ser un siervo, apoyar al ministerio de la Palabra y atender las necesidades acorde a la Palabra. ¿Tiene sentido? Es una buena imagen. Los diáconos son importantes en la iglesia; son valiosos y significativos.
Unificar al cuerpo alrededor de la Palabra
Quiero que vea la tercera responsabilidad. Esta es la que puede que haya pasado por alto, si es que no captó toda la atmósfera de lo que estaba pasando en Hechos 6. Ellos atienden las necesidades, apoyan el ministerio de la Palabra, pero también unifican el cuerpo alrededor de la Palabra. Quiero que piense en este pasaje. No es solo que estos griegos estuvieran bastante enfadados porque muchas de sus viudas no estaban recibiendo alimentos y suministros, no es solo que hubiera necesidad de suministrarles, sino es que la desunión estaba surgiendo en la iglesia. Particularmente a lo largo de las divisiones culturales entre los griegos y los judíos hebraicos.
Así, estas personas están empezando a ir unos contra otros y se decepcionan y se molestan unos con otros. Entonces, cuando estos hombres salen y atienden sus necesidades acorde a la Palabra, no solo les dan alimentos y suministros, sino que comienzan a edificar la unidad en la iglesia. Hechos 6:1 dice muy claro que la iglesia estaba creciendo.
Entonces, en este pasaje que acabamos de leer, encontramos problemas de crecimiento, el incremento de las necesidades desatendidas, lo que es siempre resultado de los cambios en la iglesia, y los cambios son siempre debidos a tener una iglesia en crecimiento. En ellas el cambio se convierte en la constante. Si esta iglesia fuera a crecer, entonces usted se adaptaría a los cambios una y otra vez, y se levantaría y atendería esas necesidades, para que la misión absoluta de la iglesia pueda ser cumplida.
Ahora, eso significa que hay dos cualidades fundamentales que vemos aquí para que los diáconos puedan unificar al cuerpo alrededor de la Palabra. Número uno, deben estar concentrados en la misión. Esto es extremadamente importante. En el Nuevo Testamento, vemos a estos hombres asegurándose de que la misión absoluta de la iglesia aún va a ser cumplida, y eso significa que, cuando se trata de los diáconos de la iglesia, esto no puede ser subvalorado en nuestra cultura. Por esto quiero decir que los diáconos son personas que están comprometidas con el campo de batalla.
Ya hemos hablado sobre las agendas, y sobre la necesidad de sacrificar nuestras agendas para dar lugar a la agenda general de hacer discípulos de todas las naciones, de proclamar la gloria de Cristo. Si usted cree que los diáconos van por ahí tratando de defender su esquina de ministerio en la iglesia o tratando de influenciar por el bien de su ministerio y que, a veces, casi se convierten en críticos de los otros ministerios en la iglesia, entonces se perdió toda la idea. Debe haber un objetivo general que diga: “Tenemos la misión de hacer discípulos de todas las naciones, y vamos a hacer lo que sea necesario para liderar y servir por el beneficio de esa misión”.
Usted y yo sabemos que cuando hay desunión la iglesia, cuando las cosas empiezan a ir mal y las personas comienzan a quejarse, muchas veces nosotros, con algo de nuestros antecedentes, nos imaginamos a los diáconos como aquellos que están iniciando esas quejas y van por ahí iniciando fuegos en todas partes. Lo que tenemos en Hechos 6 son los diáconos apagando fuegos por toda la iglesia para que nos podamos concentrar en la misión. Seamos honestos, cuando empiezan a surgir los problemas en la iglesia y las quejas comienzan a salir; no sé si usted lo ha visto en alguna iglesia, pero el asunto se convierte en algo individualista. Las personas comienzan a centrarse en otras ideas, en las agendas de cada uno, y ante esa imagen, un mundo perdido y moribundo se desvanece completamente.
Permítanme ilustrarlos. Si yo les pidiera que levanten la mano, cosa que no haré, pero si se los pidiera e hiciera esta pregunta aquí, en esta iglesia: “¿Cuántos de ustedes tienen algo de lo que quejarse de esta iglesia, o algo con lo que están frustrados en esta iglesia; algo que realmente no les guste sobre esta iglesia?”, creo que muchos de ustedes pudieran levantar su mano, no porque esta iglesia esté encaminada en la dirección incorrecta, sino porque esa es, a veces, la forma en la que pensamos, y ese es, a veces, el camino que la iglesia local termina siguiendo. Creo que muchos levantarían su mano y dirían: “Sí, han habido algunas cosas en el pasado, incluso en esta semana de las que me he quejado”.
Entonces, permítanme hacerles otra pregunta. ¿Qué pasaría si les pidiese que levanten la mano si el mes pasado han guiado a alguien a la fe en Cristo, o incluso si en la semana pasada, han compartido el evangelio de Cristo con alguien? Creo que se levantarían menos manos, y es porque es fácil para nosotros pensar en problemas y quejas, lo que nos permite olvidarnos de la misión. Tenemos que ser una iglesia que aparte los problemas y las quejas para poder exaltar la misión.
No estoy diciendo que no hayan necesidades reales que atender en esta iglesia como las de Hechos 6, incluso no estoy diciendo que no existen quejas válidas, lo que estoy diciendo es esto: quiero que seamos una iglesia que apague fuegos cuando las personas comienzan a quejarse aquí o allá sobre esto o aquello. Apaguemos los problemas para poder entregarnos a la misión semana tras semana, y para así poder decir, por encima de todo en esta iglesia: “No nos quejamos por esto o aquello; tenemos la misión de proclamar la gloria de Cristo en todas las naciones.”
Así es como los diáconos deben concentrarse en la misión, así es como deben mostrarse los líderes de la iglesia. Ellos necesitan ser líderes que estén apagando esas conversaciones separatistas a favor de la misión de Cristo en esta comunidad y de las personas perdidas de esta comunidad y de las personas en los hogares de esta comunidad que no han pensado siquiera en venir a esta iglesia. Necesitamos pensar en las personas en los hogares de esta comunidad que están pasando por situaciones más reales de las que cualquiera de nosotros ha experimentado jamás, y necesitan el evangelio de Cristo y el amor de Cristo, y la belleza de Cristo, y no podemos mostrárselos si estamos discutiendo unos con otros. Tenemos que tener clara esta idea de enfoque en la misión.
No solo eso, necesitamos un carácter semejante a Cristo. Porque, esto es, tal y como con los ancianos, uno de los elementos que nos unifica como iglesia mientras reflejamos la gloria de Cristo. Ahora, quiero que vaya hacia la derecha conmigo. Vaya a 1ra de Timoteo 3. Está a unos pocos libros a la derecha, y quiero que veamos una imagen del carácter de los diáconos. Pienso que es muy interesante. Este es un pasaje donde realmente vemos bien explicadas las aptitudes de los diáconos. Ya dijimos que, en realidad, no vemos mucho la función de los diáconos, lo que hacen, porque hemos visto que eso cambia con el tiempo. Dios lo sabe. Es Su diseño divino en el que la iglesia se adapta a la cultura alrededor de ella. Sin embargo, lo que no es negociable es el carácter de aquellos que lideran en la iglesia.
Así, llegamos a 1ra de Timoteo 3:1-7, que vimos la semana pasada cuando hablamos sobre los ancianos. Por lo tanto, continuemos con el versículo 8:
Los diáconos deben ser dignos
De la misma manera, también los diáconos deben ser dignos, de una sola palabra, no dados al mucho vino, ni amantes de ganancias deshonestas, sino guardando el misterio de la fe con limpia conciencia. Que también éstos sean sometidos a prueba primero, y si son irreprensibles, que entonces sirvan como diáconos. De igual manera, las mujeres deben ser dignas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. Que los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus propias casas. Pues los que han servido bien como diáconos obtienen para sí una posición honrosa y gran confianza en la fe que es en Cristo Jesús
Amo esta imagen del significado de este rol en la iglesia.
No se si recuerda Hechos 6:7. Dice que, debido a lo que pasó en la organización y estructura de la iglesia, muchos sacerdotes estaban llegando a la fe en Cristo. Había miles de sacerdotes en el sistema de sacrificios judío, y muchos de ellos, al no formar parte de las familias de los sumos sacerdotes, básicamente se hicieron inferiores a los otros, y su servicio era visto como inferior en la iglesia. Esa no es la idea de la iglesia del Nuevo Testamento.
Nosotros seguimos al Salvador que nos mostró que el camino, la senda hacia la grandeza, es la senda de un siervo. Y los sacerdotes vieron a esas personas, con ese carácter, mostrando la gloria de Cristo por la forma en la que servían, y se levantaron y dijeron: “Queremos ser parte de eso.” Estoy convencido que nuestra cultura es muy diferente a la judía, pero hay muchas personas que, si vieran una imagen verdadera de servicio cristiano en la iglesia, dirían, “Yo quiero ser parte de eso.” Es atractivo. Atrae a las personas a Cristo.
Ahora, lo que tenemos aquí, tal y como con los ancianos, es una lista de aptitudes que realmente, para ser honestos, no es tan excepcional. Quiero decir, que no son aptitudes que no sean requeridas a todos los cristianos en otras partes del Nuevo Testamento. Sin embargo, lo que sí vemos nuevamente es que si usted va a servir en un rol de liderazgo en la iglesia, aunque sea en el equipo de aparcamiento, entonces necesita reflejar la gloria y el carácter de Cristo.
Por tanto, permítame hacerle algunas preguntas basadas en estos versículos. Número uno, si estamos buscando a alguien para servir en el rol de diácono en la iglesia, entonces tenemos que preguntarnos, “¿Es una persona honorable?”. ¿Es honrada por aquellos a su alrededor? ¿Es esta persona genuina, auténtica, y no calumniadora? ¿Es dueña de sí misma? Tal y como vimos con los ancianos, no pueden ser adictos, no solo al alcohol, si no a nada que evite que muestran la gloria de Cristo.
¿Es un dador sacrificado?
¿Es un dador sacrificado? Vimos que esta persona no debe perseguir ganancias deshonestas. Vimos en Hechos 6 como manejaban la distribución de fondos, la distribución de suministros. Usted no querría a alguien que estuviera haciendo esto por ganancia personal, a alguien que se va con algo en el bolsillo después de sus actividades. Esa no es la idea. Tenemos personas que están entregando todo, que se están sacrificando por otros. ¿Es devoto a la Palabra? ¿Se aferra a las profundas verdades de la fe con la consciencia limpia?
Ahora, permítame hacerles un comentario aquí. Recuerde, este es uno de los factores distintivos entre los ancianos y los diáconos. Los ancianos tienen que ser aptos para enseñar. 1ra de Timoteo 3:2 dice que los ancianos son aptos para enseñar, pero no dice que los diáconos lo sean. Eso no dice que los diáconos no puedan enseñar la Palabra de Cristo. Ciertamente pueden, pero no es un requerimiento para convertirse en uno. Tiene que conocer la Palabra, pero no necesariamente tiene que ser apto para comunicarla claramente. ¿Esta persona es fiel? ¿Ha probado que lo es? ¿Es intachable, moralmente pura?
Ahora quiero que reflexione en estas cuestiones de carácter. “¿Pastor, está usted diciendo que si quiero liderar el equipo de aparcamiento, o el ministerio preescolar, o liderar a otros para servir en este u otro ministerio en la iglesia, debo tener todas estas cualidades? ¿Que tengo que tener todas estas aptitudes? ¿No es eso algo difícil?” Creo que sí. Y Creo que es así por una razón. Quiero que esta sea una iglesia que pueda decir: “Si pone a sus hijos en la escuela preescolar o en el ministerio de los niños, las personas que van a estar al frente de ellos van a ser quienes reflejen la gloria de Cristo.” Si ve a alguien entrar, y lo ve representando a la iglesia tan pronto como entra en el campus, entonces verá a alguien cuya vida refleja la gloria de Cristo. No es perfecto, esa no es la idea, pero debe decirse que, cuando lideramos en la iglesia, queremos reflejar lo mejor posible la gloria de Cristo.
Entonces, hicimos todas esas preguntas. La última pregunta es la siguiente: “¿Y las mujeres?” Este es un punto conflictivo en muchos lugares, y seré honesto con ustedes, muchas personas que respeto muchísimo tienen diferentes posiciones en este tema en particular.
¿Las mujeres son diáconos?
¿Las mujeres son diáconos? Bueno, básicamente hay dos puntos de vista: Sí y no. Empecemos con el “no”. El texto dice que los diáconos son “maridos de una sola mujer”. Esto habla sobre los diáconos, y dice que sus mujeres deben ser dignas. Las mujeres no son específicamente referenciadas muchas otras veces como diáconos en la iglesia, así que ¿cómo podemos afirmar eso? 1ra de Timoteo deja muy claro que hay responsabilidades de liderazgo que son para los hombres y no están abiertas a las mujeres. No se ve mucha evidencia bíblica que definitivamente diga que las mujeres sean diáconos, y de hecho, en algunas traducciones, la traducción diaconisa es debatida.
Desde la posición que dice “sí”, hay personas que ven este pasaje y ven la estructura en el versículo 8, donde dice: “De la misma manera, también los diáconos…”, y se comienzan a describir las aptitudes, y la transición aquí es la misma que se usa en el versículo 11. “De igual manera…” Es la misma transición aquí, “…las mujeres deben ser dignas. ”
Así, hay mucha gente que dice que hay tres grupos diferentes. Los diáconos hombres, los diáconos mujeres, y entonces antes de eso, se separan los ancianos con la misma transición en la estructura de este pasaje. Hay muchas personas que señalan el hecho que en el versículo 11, dice: “De igual manera, las mujeres deben ser dignas.” y en el lenguaje original del Nuevo Testamento, no se dice que esas mujeres fueran sus esposas. Muchas veces se traduce como si lo fueran. Sin embargo, en mi Biblia, tengo una pequeña nota, y ustedes deberían tenerla también, dice: “O puede decir diaconisas”. Así, hay una discusión sobre si es ese o no el caso. También hay posible evidencia de otras personas, mujeres, que son referenciadas como diáconos en las Escrituras.
El libro de Romanos
Vaya conmigo a la izquierda, hasta el libro de Romanos. Quiero que vea conmigo el versículo 1 de Romanos 16. Básicamente, Pablo está terminando esta carta, y está dando unos saludos, una especie de despedida donde comienza a mencionar a personas específicas. Quiero que vea Romanos 16:1. Dice: “Os recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia…” Esa palabra, “diaconisa”, pueden circularla. Es la misma palabra utilizada para referirse a los diáconos en 1ra de Timoteo 3:8.
Ahora, hemos dicho al principio que esas palabras son usadas muchas veces en el Nuevo Testamento, pero no siempre se refieren a un rol de liderazgo específico en la iglesia, y así hay algunas personas del punto de vista “no” que dicen: “No, eso es refiriéndose a un siervo de la iglesia, no necesariamente a una posición de liderazgo.” Otras personas dicen: “Eso es definitivamente una referencia a Febe siendo una diaconisa.” Así, tienen un par de perspectivas diferentes sobre este asunto.
Mi filosofía es que cuando voy a las Escrituras y no puedo ver la respuesta correcta, me concentro en lo que sí puedo ver claramente. Si usted no sabe qué hacer, haga lo que sí sabe. Así, quiero que nos concentremos por un momento en lo que sí sabemos. Lo hablamos la semana pasada, sabemos que 1ra Timoteo 2:12, así como otros pasajes del Nuevo Testamento, deja bien claro que el rol de anciano, el rol de liderazgo general en la iglesia, está designado específicamente a los hombres, y así mismo es en el hogar. Lo vemos en Efesios 5. Hombres, ustedes son responsables ante Dios por cómo lideran sus hogares, y somos responsables ante Dios por como lideramos en la iglesia.
Yo soy responsable ante Dios por eso, y hay un rol de liderazgo general en la economía de Dios que fue dispuesto de esa manera. Eso lo sabemos con relación a los ancianos. Sin embargo, con relación a los diáconos, tenemos una lista de responsabilidades completamente diferente. Ahora, recuerde, hablamos sobre como los diáconos son diferentes en muchas iglesias diferentes. Quiero que vea las tres responsabilidades que he mostrado aquí. Ellos atienden las necesidades acorde a la Palabra, apoyan el ministerio de la Palabra al servir a los ancianos para que puedan liderar, lideran a otros para que puedan servir, y unifican al cuerpo alrededor de la Palabra.
Las responsabilidades que muchos diáconos
Ahora, adelantémonos y admitamos que esas no son las responsabilidades que muchos diáconos en muchas iglesias están desempeñando actualmente. Sin embargo, si esas son las responsabilidades de los diáconos que hemos visto en la iglesia del Nuevo Testamento, entonces para ser honestos, no veo nada en las Escrituras que delegue esas responsabilidades solo a los hombres. Vemos a lo largo del Nuevo Testamento, a las mujeres atendiendo a las necesidades acorde a la Palabra, apoyando el ministerio de la Palabra y unificando al cuerpo alrededor de la Palabra. Eso es evidente una y otra vez.
Pablo referencia a, al menos, 17 mujeres específicas que estaban haciendo cumplir la misión de la iglesia en los diferentes lugares donde había estado, y que se habían relacionado con la edificación de la iglesia y el avance en la gloria de Cristo. Así, vemos a la iglesia del Nuevo Testamento afirmar una y otra vez el rol significativo de las mujeres en la iglesia y el rol significativo de las mujeres en la misión de la iglesia, incluso al liderar muchas áreas allí. Así, basado en la imagen de un diácono, no creo que haya algo en las Escrituras que pueda decir que sea un rol designado solo a los hombres.
Obviamente, usted va a 1ra de Timoteo 3 y ve que los diáconos deben ser maridos de una sola mujer, pero incluso a pesar de eso, no descalificamos a un hombre soltero solo por no ser marido de una sola mujer. Esto habla sobre cómo esta persona es devota a su esposa, y por ello, me voy por el punto de vista de que se está hablando de un rol significativo que las mujeres pueden tener al liderar en la iglesia.
Ahora, dicho esto, por favor escúcheme. Lo he dicho antes, y lo digo ahora: Esta no es una agenda que trato de promover en la iglesia. Estoy tratando de ver las Escrituras y decir: “¿Cómo podemos organizarnos mejor para liderar en la iglesia?” Así que, por favor no se vayan diciendo: “Bueno, nuestro pastor dice que debemos tener mujeres diáconos” Porque ustedes dicen eso, y saben que, muchas personas están en iglesias donde los diáconos no están desempeñando este rol, sino que están desempeñando un rol de anciano. ¿No es verdad que hay muchas iglesias Bautistas, en particular, en las que los diáconos son los que toman las decisiones y proveen liderazgo general en la iglesia? En ese caso, ha quedado bien claro que eso se supone que esté designado específicamente a los hombres. Sin embargo, puedo decirle que estoy afirmando el rol de las mujeres al liderarnos para cumplir la misión de hacer discípulos de todas las naciones por la gloria de Jesucristo.
La conclusión…
Por tanto, esta es la conclusión que hemos visto en Hechos 6 y 1ra de Timoteo 3 y en el testimonio de la iglesia del Nuevo Testamento. Cristo es más exaltado a través de la iglesia cuando los ministros están multiplicados a lo largo del mundo.
El objetivo no es limitar el ministerio y el servicio al mínimo de personas posibles. El objetivo es tener tantas personas como sea posible en la iglesia local entregando sus vidas a servir con la Palabra de Dios. Esa es la imagen de la iglesia del Nuevo Testamento, y esa es la razón por la que cuando, en Hechos 6, aparece ese problema de crecimiento, esas necesidades, y esa desunión, los diáconos se ocupan de ello. Lo que ocurre es que, dice Hechos 6:7: “el número de los discípulos se multiplicaba”. No solo dice que estaba creciendo; dice que se incrementaban rápidamente. Literalmente, se multiplican cuando estos diáconos se levantan y asumen la responsabilidad de ese rol de liderazgo al servir a otros. Lo que sucedió es que, en Hechos 7 vemos a Esteban, que era uno de los diáconos, ante Sanedrín; estaba en problemas. En Hechos 8, vemos lo que pasa con Esteban, cuando comienza a liderar la iglesia para ir a todas las naciones. Así, el salto del evangelio desde Jerusalén en Judea y Samaria, hasta los confines de la tierra sucede cuando las personas comenzaron a tener la idea de que no eran solo unos pocos hombres los que estaban sirviendo en la iglesia, sino todos.
En el Nuevo Testamento se levantó un ejército de siervos, y comenzaron a cambiar al mundo por Cristo. Esa es mi oración, esa es la imagen que quiero imitar aquí en la iglesia, en esta iglesia. Dios, haznos un ejército de siervos, equipado con la Palabra de Cristo, apasionado por la gloria de Cristo, y comprometido con salir y dar a conocer esa gloria y la Palabra en esta ciudad y en todas las naciones. Esta es la imagen que vemos de la iglesia del Nuevo Testamento.
No hay espacio en esta visión para saltar de iglesia en iglesia, tratando de encontrar una que satisfaga mejor nuestras necesidades, o para ir de iglesia en iglesia tratando de promover la agenda que usted piensa que es más importante. No hay sitio en ella para ir y solo asistir y sentarse en la iglesia y no involucrarse y comprometerse realmente con una iglesia local; simplemente no es bíblico. Esta es la imagen de la iglesia. Cristo está mostrando Su gloria al mundo a través de este tipo de iglesias, y por eso estoy orando para que Dios nos convierta en una de ellas. Sé que eso involucra sacrificio y compromiso. Usted ya ha manifestado su voluntad de hacerlo.
Señoras y señores, mi objetivo en esta serie no ha sido enseñar que pertenecer a una iglesia sea lo más fácil del mundo. Mi objetivo ha sido mostrarles la belleza de Cristo, que es Su iglesia. Quiero mostrarles una iglesia con la que valga la pena comprometerse para dar a conocer la gloria de Cristo en todas las naciones. Es digna de sacrificio, y usted ha respondido a ello de muchas maneras. Solo quiero animarle. Continuemos avanzando para formar un ejército de siervos con la Palabra, una parte de esta gran y única misión.
Comprometámonos con la iglesia local. Si usted está aquí, y ha asistido por quién sabe cuánto tiempo, y ha dudado en comprometerse con la iglesia local, oro para que se nos una, si no es en esta iglesia local, en alguna otra y se comprometa a dar a conocer la gloria de Cristo a través de la iglesia. Si usted es miembro de la iglesia, revalorará lo que eso significa para usted y su familia, y juntos, nos uniremos y oraremos para que Dios abra las puertas de este lugar por Su gloria, para que nos envíe a hacer discípulos de todas las naciones y a experimentar una vida y una iglesia que cuente para Su reino.
¿Y ahora qué?
Así, le reto, al llegar al final de esta serie, primero que nada, a identificar un paso que pueda dar hoy para desarrollar más completamente el carácter de un siervo en la iglesia. Es importante que el liderazgo en la iglesia tenga integridad y refleje la gloria de Cristo. ¿Cómo puede usted desarrollar más efectivamente el carácter de la iglesia?
Segundo, a identificar un paso que pueda dar para obedecer más completamente la orden de ser un siervo en la iglesia. ¿Orará usted conmigo?