Esperanza de Gloria - Radical

Esperanza de Gloria

El misterio de la Navidad no se encuentra principalmente en las circunstancias del nacimiento de Jesús, sino en la identidad del bebé en el pesebre. Debemos atrevernos a preguntar: “¿Quién es Jesús?” Jesús es el autor de la vida, la luz del mundo y la esperanza de gloria. Debemos decidir si rechazaremos o reverenciaremos a Jesús. En este mensaje sobre Filipenses 2:5–6, David Platt responde a la pregunta: “¿Quién es Jesús?”

  1. La pregunta que necesitamos hacer.
  2. El bebé que necesitamos ver.
  3. La decisión que necesitamos tomar.

Si tienen sus Biblias, y espero que sí, quisiera invitarles a que la abran conmigo en Filipenses 2. Es ahí donde vamos a acampar en las próximas semanas mientras pensamos en la realidades inmensas que están representadas en El Misterio de la Navidad.

El Misterio de la Navidad, La Encarnación. Esta es una palabra densa, quisiera que empezáramos a verla develada esta mañana. Espero y oro, de una manera fresca y poderosa.

La Navidad

Todos sabemos que la Navidad es un tiempo bastante confuso. Al parecer no concuerda para hacer sentido. Leemos acerca de la humildad y pobreza de un establo y un bebé que nació en medio de esa humildad y pobreza, y aún así no rodeamos de riqueza e indulgencia de dar regalos. Leemos acerca de una estrella en Belén, y en todos lados que vamos estamos rodeados por el parpadeo de las luces y de todo tipo de colores, formas y tamaños. Vemos la historia de un cuarto de hotel, oscuro y sucio. Pero cuando pensamos en Navidad, pensamos en casa cálidas, con fogatas y fiestas familiares en la mesa. Cantamos de pastores, y luego vemos muchos vendedores. Leemos sobre ángeles, y hablamos de renos, hasta de uno que tiene una grande y brillante nariz roja.

Y en alguna parte del camino existe una desconexión. No estoy tratando de ser Scrooge de “Un cuento de Navidad” escrito por Charles Dickens, pero existe una desconexión entre lo que vemos revelado en la historia de la Navidad y lo que vemos a nuestro alrededor. Ni siquiera estoy tratando de ser cliché diciéndonos que tenemos que mantener a Cristo en la Navidad. Hemos escuchado eso antes.

Lo que estoy diciendo es que aún en las iglesias, aquellos de nosotros que estamos enfocados en Cristo tenemos una tendencia de perder el punto, aún aquellos de nosotros que estamos en la iglesia que conocemos la historia y que nos enfocamos en la historia, María, José y los ángeles. Nos enfocamos en los hombres sabios y los pastores y nos enfocamos en todas las circunstancias que rodean la historia. Aún cuando tenemos la posibilidad de perder completamente el punto de la navidad.

La pregunta que tengo que hacer. Esta es una verdad fundamental que vamos a desempacar en las próximas semanas. El Misterio de la Navidad no se encuentra primariamente en las circunstancias del nacimiento de Jesús, sino con la identificación del bebé en el pesebre. Ese es el misterio del que trata toda la Navidad.

El misterio de que trata la Navidad

No está en todas las circunstancias y todos los adornos, sino en la identificación del hecho de que Dios, que inmensa realidad, se tornaría en bebé, llorando, gritando, mojando la cuna que tenía que ser enseñado, cambiado y alimentado, que era dependiente de Su propia creación para nutrirlo. Sentado ahí sin hacer nada más que estar recostado y mirando como cualquier pequeño bebe hace en la distancia y menearse de un lado para otro, y hacer todo tipo de sonido de los cuales no se tiene la mínima idea de qué están diciendo. Esta es la gran realidad de un Dios se encarne como Él lo hizo. Ese es el misterio de que trata la Navidad.

Es por esto que quiero sumergirnos en ese misterio y atreverme a hacer la pregunta, quién es Jesús, quién es ese bebé que nació en un pesebre.

Esta es una gran pregunta. Es una gran pregunta en una serie de diferentes niveles. Es una pregunta enorme, porque número uno, es una pregunta histórica. Todavía en la historia de la iglesia primitiva y desde entonces, tenemos personas debatiendo la identidad de este bebé que estaba en el pesebre, tienen personas como Apolo, Ateneo, Arias y Asturias todos estos hombres en la historia de la iglesia que estaban debatiendo y tuvieron debates mayores acerca de quién es Cristo. ¿Es Dios? ¿Es hombre? ¿Es ambos a la vez? ¿Es Él completamente Dios, completamente hombre, parte Dios y parte home? ¿Cómo funciona eso?

Y tenemos obviamente la división histórica, la cuña entre el Judaísmo y el Cristianismo. Basada en la identidad de quién Cristo es. Y no solamente entre el Judaísmo y el Cristianismo, tenemos también a los Testigos de Jehová, Los Unitarios, aún Musulmanes. Recuerdo numerosas conversaciones que tuve en las calles de la India con Musulmanes hablando acerca de la identidad de quién es Cristo. Esta es una pregunta histórica.

Segundo, es una pregunta importante. Es una pregunta muy importante. De hecho, pienso que puede ser la pregunta más importante en la Cristiandad. Porque si Jesús es Dios, si este bebé realmente es Dios, entonces eso hace sentido con todo el resto del Nuevo Testamento, y responde todas nuestras preguntas acerca de Jesús.

Piénselo. Es la afirmación más asombrosa. Si Jesús es Dios, entonces hace completamente sentido que Él camine sobre el agua, ¿no cree? Él hizo el agua. Pienso que Él pudiera caminar en ella. ¿Si Jesús es Dios, es una realmente tan impresionante que Él tomara cinco panes y dos peces y alimentara 5,000 personas? ¿Es esto impactante para nosotros? No. Él hizo los panes y los peces, e hizo los estómagos que están participando de este alimento.

¿Es realmente tan impactante cuando llegamos a resurrección?

¿Es realmente tan impactante cuando llegamos a resurrección? Piénselo. Cuando entendemos que Jesús es Dios, entonces el pensamiento asombroso no es que Él se levantó de la tumba, lo asombroso es que Él murió. Entonces hace sentido que se haya levantado de la tumba. Lo que nos deja atónitos es el hecho de que Dios en la carne haya muerto. Esta verdad cambia todo. Vuelca todo de cabeza.

Compartiré con ustedes una cita de C.S. Lewis. Solo para que estén al tanto, C.S. Lewis nos estará ayudando a predicar este sermón. Me referiré a él en varias ocasiones. Él dijo esto: “La doctrina de la divinidad de Cristo no parece a mí algo atascado que se puede despegar, sino algo que se asoma en cada punto de manera que habría que desentrañar toda la trama para deshacerse de él”. Es fundamental. De manera que es histórico y es importante.

Tercero, es una pregunta asombrosa. Es una pregunta asombrosa que creo que estamos muy lejos de dar por sentada en la iglesia hoy. Espero que nunca cesemos de estar asombrados por el hecho de que Dios se hizo hombre. Esta gigantesca realidad que no puede tornarse en un punto en común y que no puede ser ahogada en todo el oropel y mercantilismo que nos rodea durante las próximas semanas. Esta es una realidad enorme. Es increíble pensar en ello. Es histórico, es importante, es asombroso.

Cuarto, es un cuestionamiento personal. Y lo que quiero que escuchen hoy es que la verdad que estamos a puno de ver tiene ramificaciones para cada una de nuestras vidas. Cada una de nuestras vidas depende de la respuesta a esta pregunta: ¿Quién es Jesús?

La historia de la Navidad en toda la Escritura

Entonces, ustedes tienen a Filipenses 2 abierto. Me voy a adelantar dejándoles saber que este será el pasaje del cual vamos a estar estudiando las próximas semanas. Filipenses 2:5‐11. Es un pasaje increíble de las Escrituras. Entiendo que la más grande imagen de la historia de la Navidad en toda la Escritura. Lo único es no vamos a ver a los pastores en ningún lado, no van a ver a María, o a José, o a los ángeles por estos predios. No habrá una estrella, ni tampoco hombres sabios del oriente. No es eso en lo que nos vamos a enfocar.

Quiero que leamos este pasaje y luego empezar a desempacarlo. Miren al verso 5 de Filipenses 2, Pablo escribe: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús” quiero que sepan que esto es llamado por varias personas un himno a Cristo. Este es un himno a Cristo que exalta a Cristo por quien es. “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”. Todo eso fue dicho acerca de un bebecito en un establo.

Quiero que veamos cuatro verdades durante las próximas cuatro semanas que salen de esto, cuatro imágenes de quién es Cristo. Hoy estamos viendo a Jesús como Dios. Estoy llamando al inicio de este pasaje “La Esperanza de Gloria”, y bueno, veremos cómo esto se devela en algunos segundos.

Miren el verso 6: “El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse”. Esto obviamente pone a Jesús aparte de cualquier persona en toda la historia. Este no es un tipo normal. Este no es un bebé normal. Este es alguien siendo en forma de Dios. Las palabras en el lenguaje original del Nuevo Testamento realmente están hablando sobre Su esencia, lo esencial, Él está siendo, para lo que existe. Él existe en la naturaleza, en la forma de Dios. La palabra en el lenguaje original del Nuevo Testamento es “Morfo” de donde extraemos la

palabra “Forma”, Él es la forma de Dios. Eso no significa que Él es como Dios, o que es similar a Dios. Significa que Él es Su esencia, Él existe como Dios. Él toma la misma naturaleza de Dios.

Ser Dios encarnado

¿Qué significa eso? ¿Qué significa esto para Jesús, un pequeño bebe, ser Dios encarnado? Bueno, lo que quiero que hagamos es que quiero utilizar otro pasaje que nos ayudará a entender la primera parte de Filipenses 2.

Quiero que vayan a Juan 1. Quiero que vean cómo Juan inicia su Evangelio, cómo Juan cuenta la historia de la Navidad. Lo que vamos a leer, quiero que lo lean a través de la primera parte de Juan 1, y quiero que veamos algunos versos que preparan el escenario para todo lo demás que vemos acerca de Jesús a través del resto del libro de Juan. Realmente gira en torno a la identidad de quién es Él, en el hecho de que Él es la naturaleza misma de Dios. Miren a Juan 1:1; vamos a continuar leyendo el capítulo más o menos hasta la mitad de este. Quiero que vean quién fue Él.

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”. Estos versos ayudan a entender lo que Filipenses 2:6 nos acaba de decir.

¿Qué significa para Jesús se Dios? Aquí está la pregunta que necesitamos hacer. El bebé que tenemos que ver, y lo que quiero que vean es lo que Juan tiene que contarnos sobre el hecho de que Jesús es Dios. Primero, número uno, el bebé que tenemos que ver, Él es la Palabra de Dios. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”, ahora, ¿De qué se trata todo esto? ¿De qué habla esta palabra? ¿Quién es la Palabra?, vemos luego en el verso 14 que la palabra se hace carne, sabemos que eso se refiere a Jesús.

¿Por qué Juan llama a Jesús la Palabra?

Pero, ¿Por qué Juan llama a Jesús la Palabra? Eso se ve algo así como contemporáneo, algún tipo de nombre moderno para Jesús. Pero, por qué Juan dice todos estos nombres para introducir a Jesús, voy a referirme a Él como la Palabra. ¿Por qué diríamos eso? Piense en ello. “En el principio” él empieza, ¿Le recuerda algo esa frase? Sin lugar a dudas le recuerda a Génesis 1:1; En el principio

¿qué? En el principio Dios. Antes de todo estaba Dios. En el principio la Palabra.

En el principio Dios estaba allí, y en el principio la Palabra estaba allí, y tenemos la Palabra igualada con Dios. “El Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Vemos desde el principio, “Y dijo Dios: Sea la Luz” y Dios decía esto, y la creación sucedía ¿de acuerdo con el qué de Dios? De acuerdo con la Palabra de Dios. Toda la creación. En Génesis 1, 2,3 una y otra vez vemos la Palabra de Dios mencionada. Dios hablaba y había creación. El poder de Dios, el poder de Dios en la creación es revelado a través de la Palabra. De manera que Dios se revela a sí mismo a través de Su Palabra.

Luego, en Salmos 107:20, habla acerca de cómo Dios trajo salvación a Su pueblo, sanidad y rescate a Su pueblo por Su palabra. Una y otra vez a través del Viejo Testamento la Palabra es la imagen de cómo Dios se revela a Sí mismo, cómo Dios revela Su poder. Literalmente significa, Su propia expresión.

Quisiera que piense en eso por un momento. La Palabra de Dios es Su revelación, Su propia expresión, la expresión de Sí mismo. Así que, mientras comenzamos a pensar sobre la identidad de Cristo, lo que estamos viendo devela desde el principio en el libro de Juan es que Él es la expresión misma, ¿de quién? De Dios. Él es la propia expresión de Dios aquí mismo en el pesebre. “El Verbo era con Dios”. Obviamente Jesús tenía una relación con Dios y Él era Dios. Ahora, ¿cómo llegamos a esa conclusión? Es el misterio de la Trinidad. Lo que estamos viendo es que vemos a Jesús y al Padre en cooperación, en una relación al mismo tiempo, en esencia una persona en la misma naturaleza de Dios.

Ahora, veamos la pregunta que definitivamente podemos responder. Quiero que piense sobre algo conmigo. Porque si podemos responder esta pregunta, entonces, esto nos ayudará durante el trayecto de asumir el hecho de que Jesús es Dios. La pregunta que creo debemos responder es,

¿En algún momento Jesús dijo que era Dios?; ¿Dijo Jesús que era Dios? quiero mostrarles que si podemos responder esta pregunta, entonces pienso que nos dará un nuevo entendimiento de qué significa para Jesús ser Dios. ¿En algún momento Jesús dijo que era Dios?

“Yo soy Dios”

Le diré lo que voy a hacer. Tengo 100 dólares para la primer persona que me muestre en los Evangelios donde Jesús dice las palabras “Yo soy Dios”. Empiecen. Muéstreme en los Evangelios en donde Jesús diga, “Yo soy Dios”. Obviamente un predicador nunca ofrecería esa cantidad de dinero si no supiera que no tendría que darlo. El Nuevo Testamento, los Evangelios, nunca muestran a Jesús diciendo, “Yo soy Dios”.

De hecho, eso es lo que muchas personas, especialmente los Musulmanes. Ellos dirían, “Bueno, en el Nuevo Testamento, Jesús nunca dice que Él es Dios. ¿Por qué creen en eso?, Él habla sobre que Él es el Hijo de Dios, Él nunca dice que Él era Dios”. La próxima vez que alguien le pregunte eso, quiero que seamos personas que están preparados para mostrarle en las Escrituras que Jesús lo hizo, de hecho, reclamó ser Dios, pero nunca dijo directamente las palabras, “Yo soy Dios”

Permítanme mostrarles algunos lugares y quizás puedan escribir estos versos. Vaya conmigo a Juan 5. Juan 5:16‐47 es quizás uno de los más claros, más entendibles imágenes que tenemos de la deidad de Cristo. Y quiero que vean cómo Jesús, cuando habla acerca de ser Hijo de Dios, y Dios siendo Su padre, es igualándose con Dios.

Miren en Juan 5:16, el contexto es que Jesús acaba de sanar a alguien en el Sabbat y algunos líderes religiosos se enfurecieron con el hombre que había sido sanado porque estaba cargando su lecho en el Sabbat. ¿Puede imaginárselo? El hombre nunca había caminado en su vida. Levanta su lecho y empieza a caminar por primera vez en su vida, y los líderes religiosos se le acercan y diciéndole, “pon tu lecho en el piso, ¿en qué estabas pensando?”

Entonces, se acercan a Jesús. ¿Qué pasó aquí? Miren el verso 16. “Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.”

Él habla acerca de Dios como Su Padre

Por lo tanto, cuando Él habla acerca de Dios como Su Padre, no habla como tú y yo tenemos padre. No habla de esa forma. Él está hablando de cómo Dios el Padre y entonces Él ahí en la carne son igualados el uno al otro, haciéndose así mismo igual a Dios. Y eso es parte de lo que Él estaba haciendo trabajando en el Sabbat. Los Judíos sabían que aún en el Sabbat Dios no había completamente de trabajar. Él estaba sosteniendo toda la creación. Sin embargo ellos tenían reglas severas para asegurarse que ellos terminaran. De manera que para Jesús estar trabajando, y reclamar el derecho, la autoridad, la prerrogativa de trabajar en ese día, Él se estaba igualando a sí mismo con Dios en el Sabbat, el Señor del Sabbat.

En la medida en que profundizas en este capítulo, verán más adelante a Jesús hablando sobre cómo Él es el Juez de todos los hombres. En el pensamiento judío indiscutiblemente el juez de todos los hombres era Dios mismo. Y Él empieza a decirles a estas personas que un día todos los hombres se presentaran ante Él como Juez. Si quisieres que algún líder del Nuevo Testamento se enfade, dígale que un día tendrán que presentarse ante usted como juez. Él se está igualando a Dios.

Sigamos caminando y vayamos a Juan 8, al final del capítulo 8; Juan 8:54. Jesús teniendo una conversación con alguno de los líderes otra vez. Empecemos en el verso 54, ellos están hablando de cómo Él pudiera estar poseído por demonios, Él pudiera ser Samaritano. Jesús les responde en el verso 54, “Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios. Pero vosotros no le conocéis; mas yo le conozco, y si dijere que no le conozco, sería mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra. Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó” aquí fue donde los sacó de quicio, “Aún no tienes cincuenta años” le dijeron los judíos, “¿y has visto a Abraham?”

Verso 58: “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.”

¿Qué significa eso?

Paremos aquí por un segundo. Tenemos que entender el contexto aquí. En nuestros días, no es una gran cosas decir, “Yo era antes que Abraham naciera” si me acercara a ustedes y dijera “Yo soy” ustedes me mirarían y dirían, “Eres raro, ¿De qué estás hablando? ¿Qué significa eso?

Bueno, sabemos que en el Viejo Testamento cuando Dios revela Su nombre a Su pueblo, ellos preguntan, “Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?”dijo Moisés. “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros”. Este es un tema a través del libro de Juan. En Juan 6:35 Jesús dice “Yo soy el pan de vida”, Juan 8:12, “Yo soy la luz del mundo”. Juan 10:1 y Juan 10:11 hablan acerca de “Yo soy el buen pastor y Yo soy la puerta”. Capítulo 11 verso 25, “Yo soy la resurrección y la vida” Juan 14:6, “Yo soy el camino, la verdad y la vida” Juan 15, versos 1 y 5, “Yo soy la vid”. Una y otra vez Juan está mostrando intencionalmente cómo Jesús enseño que Él era el Yo Soy. Él dice, antes que Abraham naciera, ¿adivinen quién estaba? Yo. Yo Soy. Yo he estado y siempre estaré. Antes que Abraham naciera, Yo Soy.

Sí mismo con Dios

Solo para asegurarnos que no estamos leyendo en este texto algo que no está ahí; veamos qué hicieron después. En el verso 59 dice, “Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.” ¿Por qué querían apedrearlo? Se apedreaba a un blasfemo. Se apedreaba a alguien que se igualara, cuando alguien se igualaba a sí mismo con Dios. No se vivía mucho después de eso. Juan 8:58, me encanta el hecho de que Jesús se escondió, atravesando en medio de ellos. No estoy seguro cómo sucedió, pero Él se escapó. Él se estaba igualando a sí mismo con Dios.

Sigamos avanzando y llegamos a Juan 10, empezaremos en el verso 24 para entender la imagen Judía., los Judíos cuestionando a Jesús. “Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente”

“Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos”. Suena como si se estuviera igualando a Dios.

Miren lo que pasa después en el verso 31, “Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?

Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.”

Jesús estaba reclamando ser Dios

Había muchas personas algunos miles de años atrás que sabía de forma muy clara que Jesús estaba reclamando ser Dios, y ellos no estaban contentos con eso. Esto continúa.

Llegamos al final de Juan 20 con Jesús revelando Su divinidad en Sus palabras y Sus hechos, obviamente las cosas que Él hizo, ya sea levantar su mano y ordenar a los vientos y olas, o sea que estuviera alimentando a 5,000.00, haciendo estos milagros, o sanando personas, o volviendo

personas a la vida, Juan 11, obviamente mostraban que Jesús tenía el poder y la autoridad de Dios mismo.

Cuando llegamos a Juan 20, Jesús se ha levantado de la tumba, que es otra imagen bastante buena del hecho de que había algo distinto en Él. Cuando llegan a Juan 20:26, Jesús está pasando tiempo con sus discípulos. Miren lo que pasa. “Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!”.

Ahora, esta era la oportunidad. Tomás mira a Jesús y dice, “Señor mío, Dios mío”. Si Jesús no hubiese enseñado que Él es Dios, esta hubiese sido la oportunidad perfecta para decir “¿Cómo me llamaste?, Tomas tienes todo al revés. No entendiste adecuadamente. No soy Dios” eso no es lo que Él dice.

En el verso 29 Jesús le dijo: “Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.”

Él declara ser Dios en los evangelios

Por lo tanto, una y otra vez en el libro de Juan vemos a Jesús reclamando ser Dios, aunque no dice las palabras, “Yo soy Dios”. Vemos esto una y otra vez. Y esto es solo en uno de los evangelios. Tenemos a Mateo, Marcos y Lucas, así como Marcos 2:1‐11, volviendo a aquello que dijo C.S. Lewis, él habló acerca de ese pasaje, cuando Cristo sana al paralítico y luego hace notar su autoridad para perdonar sus pecados. Lewis dijo que ese fue la mayor declaración que Jesús hizo que le diferenció; fue una especie de interruptor para él en ver la divinidad de Cristo. El tu hacer algo malo, y para yo decir que has venido a mí porque tú me has ofendido, con todo el mal que haces, has pecado contra Mí. Una declaración desafiante, una y otra vez Jesús declaró ser Dios. De manera que Él declara ser Dios en los evangelios.

Ahora, ya que tenemos esto establecido, ya que vimos en los evangelios que Jesús se declara como Dios, por esa verdad, entonces tenemos cuatro opciones de preguntas acerca de quién es Jesús. Cuatro opciones.

La primera opción sería que Jesús es solo una leyenda. Sí, Jesús declaró ser Dios, pero es solo una historia. Es ficticia. Es mitológica. Algunas personas pudieran decir eso. No tenemos tiempo para ver la veracidad y autenticidad y la confiabilidad de las Escrituras, pero puedo asegurarles que no hay un documento antiguo en el mundo que se le acerque en la confiabilidad histórica de este documento, la arqueología, aún la secular respalda este Libro.

Una y otra vez a través de la historia por 2,000 años personas han dicho que este libro pasará. Pero aún no lo ha hecho porque es verdad. Una y otra vez. Esto es más que solo leyendas, más que solo historias inventadas. De manera que tenemos una opción de que sea leyenda. Que todo se una leyenda.

La segunda opción. Jesús reclamó ser Dios, entonces Él debió ser un mentiroso. ¿Es Él un mentiroso? Ahora, es en este punto que pensamos sobre la forma más común de ver a Jesús en

nuestra cultura hoy. Como expresó Tomás Jefferson, “Jesús es el más alto y grande de los maestros humanos. Él es un gran maestro, y un gran hombre que tenía cosas poderosas para decir, cosas que Su pueblo necesitaba escuchar y más. Tenía grandes enseñanzas. Él no era Dios. Él fue un gran maestro, un gran hombre”.

Ahora, en este punto, como hemos establecido el hecho de que Jesús se había declarado Dios, ese obviamente era el centro de Su enseñanza. Esto no era algo aislado, no era una tangente. “oh, por cierto Soy Dios” Esto era el centro. Sus enseñanzas giraban en torno a Él mismo.

Por lo que, si el centro de la enseñanza es Él diciendo que Él es Dios, y Él no es Dios, entonces esto lo haría a Él mentiroso. Y si Él es mentiroso, entonces lo último que pudiéramos decir es que Él es un gran maestro. ¿Llamaría usted gran hombre a alguien que intencionalmente engaña a las personas? ¿Llamarías gran hombre a alguien que se la pasa engañando intencionalmente durante todo su ministerio? Obviamente este no sería un gran hombre. Pero esa es una opción. Una leyenda, un mentiroso.

Él realmente creía que era Dios

Tercero, ¿Es Él un lunático?, ¿Habrá perdido la cabeza? Porque si esto es verdad que Él dijo estas cosas, no es una leyenda. Y si Él creyó que eran verdad, Él no estaba tratando de engañar. Él creyó que eran verdad. Pero si no eran verdad, entonces estaba loco. Aquí tenemos a un hombre que pensaba que era Dios. Él realmente creía que era Dios, sin embargo estaba muy distante de esto.

Ahora, si yo empiezo a declarar ser Dios, entonces ustedes saben que es tiempo de que deje el liderazgo, y es tiempo de que empiece a buscar ayuda en ciertas áreas. Ustedes saben eso. Pero si declaro que soy Dios, y empiezo a caminar sobre las aguas, alimentar 5,000 personas con 5 panes y dos peces, levantar personas de la tumba, y sanar personas de dolores y enfermedades, ustedes pueden pararse y decir: “Bueno, al menos voy a escuchar lo que dices”.

Pero esa es una opción. Jesús pensó que era Dios, tratando de ser lo más sincero posible, pero definitivamente perdió la razón. Así que quizás era una leyenda, quizás era un mentiroso, quizás estaba lunático. La cosa es que difícilmente alguien en nuestra cultura diría que Jesús estaba loco, o que había perdido la razón. Aún gente perdida tiene mucho respeto por Jesús como persona. NO dirían que Él es un lunático, o mentiroso.

Entonces, si despejamos esas opciones, y no es un lunático, o mentiroso, o leyenda, entonces la única posibilidad es que Jesús declarara ser Dios porque de hecho de que Él era el Señor.

Ustedes han escuchado esto, posiblemente de nuestro co‐predicador de hoy C.S. Lewis, Él dijo esto: Pueden callarle por tonto, pueden escupirle y matarlo como a un demonio, o pueden caer antes sus pies y llamarlo Señor y Dios. Sin embargo, Pero no vengamos con ninguna tontería de que El fue un gran maestro humano. Él no ha dejado abierta esa posibilidad, Él no tenía la intención de”.

La expresión misma de Dios

Todos nosotros llegamos a la conclusión de decir, Jesús es una de estas opciones. No es una opción llamar a Jesús gran hombre o gran maestro. Él tampoco es solo una leyenda del pasado, Él es un mentiroso, es un lunático, o Él es el Señor de toda la creación. Esa es la identidad de este bebé. Eso es lo que significa para Él ser la palabra. La expresión misma de Dios.

Desearía que tuviéramos tiempo para sumergirnos en Hebreos 1:3, que dice que es “el resplandor de su gloria”. Verso 8 dice, llama al Hijo, Dios es increíble a través de todo el libro de Hebreos, especialmente esos primeros capítulos tratando acerca de Jesús como Dios. Colosenses 2:9 “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” una y otra vez, en el principio de Apocalipsis Dios dice, “Yo soy el alfa y omega, el principio y el fin” Al final de Apocalipsis

¿adivine quién dice lo mismo? Jesús. Jesús se levanta y dice: “Yo soy el alfa y omega, el principio y el fin”. Jesús es Dios.

Una y otra vez vemos que Él es la Palabra de Dios. Tres verdades más que quiero que vean sobre la identidad de este bebé. Segundo, Él es el autor de la vida. Quiero que vean en este pasaje conmigo. Vayan a Colosenses 1 conmigo. Estos unos versos asombrosos que nos dan una imagen.

Ahora, Juan 1 dice, “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” Toda vida se resume en Él. Colosenses 1 devela eso para nosotros.

Miren en Colosenses 1:15, Estos increíbles versos. Quiero que piensen en todo el universo, todas las cosas en toda la creación, incluyendo a cada uno de nosotros. Colosenses 1:15 dice, “El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten”.

Él estaba la vida

¿Se da cuenta de la grandeza de esta verdad que acaba de leer? Que todo el universo, con sus billones y billones, millas y planetas, estrellas, sol; todo subsiste por Jesús, todo. Todas nuestras vidas, la forma en que funciona la vida. ¿Captó esto? El autor de la vida es ahora un bebé en un pesebre dependiendo de la creación que Él creó para sustentar Su vida. Si batalla con eso va a tener un fuerte dolor de cabeza rápido. Este bebé es el autor de toda la vida, y Él la sustenta. En Él estaba la vida. Esa vida era la luz de los hombres. Él es el Autor de vida.

Tercero, Él es la luz del mundo. Si vuelve a Juan, está hablando acerca de Juan el Bautista; él mismo no era la luz. Él solamente vino como testigo de la luz. La verdadera luz que da vida a cada hombre viene al mundo. Si usted hace un estudio de la luz a través del libro de Juan, verá riquezas develadas, esta idea de que Jesús es la luz del mundo. En un mundo que está oscuro, cuando Jesús entra en escena, la luz entra en escena. ¿Sabe usted qué le hace a las tinieblas? Penetra y ahoga las tinieblas. Las abruma completamente, y la atención ya no es guiada a la oscuridad. Aún en la habitación más oscura, una pequeña vela ilumina y toda la atención se torna hacia esa luz. Él es la luz del mundo en medio de las tinieblas. Él es el autor de la vida y es la luz del mundo.

Cuatro, Él es la Esperanza de Gloria. Juan 1:14 dice: “aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. En Juan 1:14 donde dice que el Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros, literalmente significa que se “tabernaculizó” entre nosotros; es la misma palabra que vemos en el Viejo Testamento para referirse al tabernáculo, o templo, o tienda de reunión, que fue básicamente el lugar en donde habitó la Gloria de Dios entre Su pueblo.

El templo era el lugar donde Dios habitó en medio de Su pueblo, adonde ellos vendrían a encontrarse con la gloria de Dios. Ellos vendrían al templo, lo mismo que si se acercasen al tabernáculo, donde la presencia de Dios habitaba, y así era como ellos se encontraban con Su gloria. De manera que cuando vemos esta imagen de este bebé viniendo a la tierra, Juan nos dice, que el Verbo se hizo carne y Él se hizo tabernáculo entre nosotros. Solías ir al templo a ver la gloria de Dios. Ahora acércate a este bebé y verás la gloria de Dios. Hemos visto Su gloria.

Él ha revelado la gloria de Dios

La gloria del único, literalmente significa Unigénito Hijo. El Unigénito Hijo está en el pesebre, el Unigénito Hijo de Dios. Si quieres ver la gloria de Dios, no vayas al tabernáculo de reunión, ya no tienes que ir al tabernáculo, y no tienes que ir al templo. Ve a Jesús. Él ha revelado la gloria de Dios.

Esto ha sido anticipado a través de todo el Viejo Testamento. Isaías 46:13, él habla acerca de esto, Dios dice voy a darle gloria para Israel. Ellos lo habían anticipado. Había sido profetizado. La gloria de Dios vendría a Israel. Y ahora la gloria de Dios, la anticipada gloria de Dios, esta revelada en el mismo Dios de gloria como un bebé en un pesebre. Es todo lo que ellos habían estado esperando. Ellos no se dieron cuenta, obviamente, muchos de ellos, pero estaba resumido en la autoexpresión de Dios.

Él es el Verbo de Dios

Esas son verdades teológicas gruesas. Él es el Verbo de Dios, Él es el autor de vida, Él es la luz del mundo, y Él es la esperanza de gloria. Sin embargo, no quisiera dejar eso sólo en la esfera teológica. Quisiera que estuviéramos seguros de entender cuán prácticas son estas verdades.

Anoche tuve la oportunidad de ir al Hospital Infantil donde Ella Grace Dorsey ha estado desde finales de Febrero. Hablamos de ella la semana pasada, y oramos por ella, y muchos de ustedes donaron sangre. Fueron tantos de ustedes que donaron sangre que ellos tuvieron que empezar a darles citas y decirles que vuelvan después porque había demasiadas personas de BrookHills al mismo tiempo. Entonces, ustedes respondieron, y han estado orando por esa familia por varios meses.

Bueno, su condición decreció bastante durante el resto de la semana. Fui el viernes o el sábado, y ellos tenían miedo hasta de moverla porque el más mínimo movimiento podía causarle la muerte. Ayer en la tarde se había vuelto muy sombrío, y ellos intentaron moverla para que Lonnie y Anita, sus padres, pudieran pasar algún tiempo abrazándola. De manera que por alrededor de 8 horas de la vida de Ella Grace, Lonnie y Anita tuvieron la oportunidad de abrazar a su bebita. Y no había suficiente oxigeno que llegara a su cuerpo, y a cuatro días de su cumpleaños Ella Grace falleció. Entonces, que esas verdades no se queden en la esfera teológica, quiero recordarles que esa pequeña de un año no solo estaba en los brazos de Lonnie y Anita. Estaba en brazos del Autor de la vida, el Dios que se hizo bebé igual que ella. Ella estaba en Sus manos, estaba en las manos de la Luz del mundo.

Las palabras no pueden expresar lo que significó caminar hacia esa habitación ayer en la noche y ver a Anita abrazando a su precioso bebé, y escuchando a Lonnie y Anita hablar sobre la esperanza que tenían en Cristo. No había oscuridad en esa habitación. Estaba lleno de luz, porque Jesús ha vencido al mundo y Él ha vencido el dolor, y Él ha vencido el sufrimiento, y Él ha vencido la enfermedad, Él las ha conquistado. La luz ha penetrado la oscuridad y la oscuridad no puede vencerla. Hubo luz en toda esa habitación.

Y la belleza de esto fue esto es que fue la imagen gloriosa de la esperanza de Cristo la esperanza de gloria, saber que hoy Ella Grace Dorsey es más feliz que la persona más feliz en la faz de la tierra, y que ella esta está mirándolo Su rostro tal como es, el Autor de su vida, la Luz del mundo y la Esperanza de Gloria para siempre, esta preciosa niña de un año. Estas son asombrosas noticias, que Dios se hizo hombre, y es el bebé que tenemos que ver.

Ahora, con esa verdad, con esa imagen, todos nosotros tenemos que tomar una decisión. Les hablé desde el principio de las ramificaciones de esta verdad, que penetrarían a cada uno de nosotros en nuestras vidas y corazones. Tenemos que tomar una decisión, y solo hay dos opciones. Que salen de Juan 1.

Opción número 1 es rechazarlo. Capítulo 1:10 “En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.”. Esa es una opción rechazarle. Es una opción que muchos tomaron en ese momento, y es una opción que muchos están tomando hoy. Básicamente rechazarlo es decir que no le reconocemos conforme a Juan 1:10‐11, no lo reconocemos, y no lo recibimos.

La luz de las verdades

Quiero que se den cuenta de que esto es algo aterrador, a la luz de las verdades que hemos visto, decir esto a Dios, “No te reconozco como el Verbo de Dios, como la Luz del mundo, no te reconozco como la Esperanza de gloria, no te reconozco como el Autor de la vida, por lo tanto no te recibo” Eso es pararse delante de Jesús y rechazarlo.

Y las únicas opciones que existen para tu decir esto Jesús es que eres una leyenda, es solo un mito, es solo ficción. Esa es una cosa que pudieras estar diciendo. La segunda cosa que pudieras decir es que eres un mentiroso. En esencia has mentido. Por lo tanto, no creo en ti, no te recibo por eres un mentiroso. O número tres, estás loco. Eres un lunático. Eso es lo que significa rechazar a Cristo, y es una opción conforme Juan 1.

La segunda opción es recibirle. Juan 1:12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” esa es la segunda opción, recibirle, que básicamente significa decir “yo creo en Él y le pertenezco”. Esa es la segunda opción.

Aquí el por qué esta verdad es tan importante. Por favor, no pierda esto. Si Jesús no es completamente Dios, entonces Él es completamente incapaz de tomar el pago por nuestros pecados sobre sí. ¿Quién puede aguantar la ira y la justicia infinita de Dios el Padre? ¿Un mero hombre que hizo buenas obras y enseñó cosas buenas? Absolutamente no. Si no tenemos la

divinidad de Cristo, si Jesús no es Dios, entonces no tenemos salvación, y no tenemos cristianismo. Todo esto depende de ello.

Sin embargo, cuando creemos en esta verdad, cuando vemos esta verdad, la reconocemos, la recibimos y la creemos, el resultado es que tenemos derecho a ser hijos de Dios, Sus hijos e hijas, Su pueblo. La única manera que podemos hacer eso es a través de creer en Él, creyendo estas verdades, diciendo en nuestras vidas, “Veo que eres el Verbo de Dios, eres la Luz del mundo, eres el Autor de mi vida, eres la Esperanza de Gloria, te acepto”

Cristo es igual a adorar a Dios

Entonces, adorar a Cristo es igual a adorar a Dios. Cuando cantamos santo, santo, santo, adorar al Señor, Aleluya, cantamos a Cristo, porque Él merece nuestra adoración, honor y gloria. La gran realidad de la Navidad es que este bebé es digno de toda nuestra adoración. Recházalo o recíbelo.

En los próximos minutos, esas son las dos opciones, quiero ponerlas delante de todos nosotros. Quiero retar a cada hombre, mujer, niño o niña, para que enfrente personalmente estas dos opciones.

Hoy si lo conoces, sin son Sus hijos e hijas, sin han creído en Él, y le pertenecen a Él, entonces este es momento de recibirle.

Si usted está aquí y no han llegado al punto de creer en Sus verdades, y recibir a Dios en la carne, en la forma de Jesús, entonces quiero invitarte por primera vez a decir, “Dios, creo que lo que Tú dices es verdad. Jesús no eres un mentiroso, leyenda o un lunático, eres el Señor de mi vida, y confío en Ti para ser mi esperanza de gloria.” Quiero invitarte a que si nunca has confiado en Él a hacerlo hoy. Si escoges rechazarlo, entonces solo observa mientras nosotros lo aceptamos.

Querido Dios, oramos que nos des un destello de Tu gloria aún en estos momentos; Dios, que las grandes realidades de lo que hemos visto en tu Palabra se ahonden en nuestros corazones en la medida en que reflejamos en cómo Tu Hijo murió, como Tu en la carne moriste para que seamos perdonados de nuestros pecados y podamos tener la Esperanza de Gloria. En el nombre de Jesús oramos. Amén.

David Platt

David Platt sirve como pastor en el área metropolitana de Washington, D.C. Es el fundador de Radical.

David recibió su doctorado del Seminario Teológico Bautista de New Orleans y es el autor de Don’t Hold Back [No te quedes donde estás], Radical, Sígueme, Contracultura, Algo tiene que cambiar, Before You Vote [Antes de votar], así como los varios volúmenes de la serie Christ-Centered Exposition Commentary [Comentario Expositivo centrado en Cristo]. 

Vive junto con su esposa e hijos en el área metropolitana de Washington, D.C.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TO UNREACHED PEOPLE AND PLACES.

That means that the people with the most urgent spiritual and physical needs on the planet are receiving the least amount of support. Together we can change that!