Capítulo 32: Cuestionando a Dios - Radical

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Capítulo 32: Cuestionando a Dios

Debido a la muerte de Cristo en la cruz y su resurrección de la tumba, sabemos que nuestro sufrimiento es temporal y nuestro Dios es digno de confianza. Dios utiliza experiencias dolorosas para cumplir sus propósitos soberanos y utiliza el sufrimiento de su Hijo para lograr la salvación de su pueblo. En este mensaje sobre Habacuc, David Platt nos enseña a mirar al Señor en el dolor y el sufrimiento.

  1. La dura realidad de Habacuc
  2. La realidad reconfortante de la cruz

Bueno, si tú tienes una biblia, y espero que así sea, déjame invitarte a abrirla en el libro de Habacuc, un pequeño libro de tres capítulos escondido justo después de Nahúm. Siéntete libre de usar el índice sí necesitas encontrar Habacuc. Estábamos inicialmente supuestos a haber leído a Habacuc la semana pasada, pero hubo unos ajustes menores en el plan de lectura de la biblia que de hecho movieron a Habacuc un par de semanas antes. Así que, estamos un poco fuera del orden en ese sentido, pero creo que es por la providencia de Dios que hemos llegado a este libro en esta noche.

Fue hace cinco años, una noche como hoy, que Heather y yo nos encontramos sentados en un asilo en el centro de Louisiana, viendo las noticias y observando nuestras vidas cambiar justo frente a nosotros, viendo las noticias y observando a nuestro vecindario bajo el agua en Nueva Orleans. Les mostraré una foto sólo para ayudarles a imaginar lo que nosotros vimos esa noche. Este es de hecho el edificio de la iglesia donde yo solía servir en el staff. Puedes ver el agua cerca del tope del edificio. Esta próxima foto les dará una mejor imagen. Sí miran arriba, hacía la izquierda, pueden ver esos techos y nuestra casa estaba justo ahí arriba, cerca de la parte superior de la foto.

Yo le había estado diciendo a Heather, cuando ya habíamos evacuado de Nueva Orleans, que estaba seguro que nuestro vecindario estaba bien, dándole esa seguridad conyugal que claramente ella necesitaba de mi. Así que, mientras veíamos las noticias y ellos hacían esos sobrevuelos con helicópteros, esta fue la escena que vimos. Hay una estación de gasolina justo fuera de esta foto, cerca de nuestra casa y vimos esta foto aquí, básicamente. Nos miramos y ella se pudo confirmar lo que ya sabía: que yo no tenía idea de que estaba hablando. Nuestras vidas habían sido puestas de cabeza.

La refleja la pérdida

Obviamente, una foto como esta refleja la pérdida de posesiones que sucede en una casa de un piso con diez pies de agua, pero, en un nivel mas profundo, la pérdida de relaciones. Estaba viendo esta mañana fotos del edificio de la iglesia, y ser parte de una familia de fe que era mucho más pequeña que Brooks Hills –probablemente 150 personas en un buen domingo- y un estar juntos un domingo y al siguiente, tener esas relaciones, en un sentido, rotas en una forma que muchos miembros de esa familia de fe no hemos visto desde entonces. Tener vidas y relaciones y empleos que amábamos y tener cada aspecto de nuestras vidas puestos de cabeza y sólo sentarse en silencio – ¿qué hacemos?- en esos momentos, y todos los hemos tenido. Si no los hemos tenido, los tendremos.

Cuando algo sucede que cambia todo –quizás es estar sentado en el consultorio de un doctor y recibir el pronóstico que temes. Quizás es la llamada de teléfono que recibiste diciéndote que algo ha pasado, algo que nunca imaginaste que pasaría. Me imagino que en este salón hay todo tipo de esos momentos representados en este salón. Aún en esta última semana, ver un precioso hijo en nuestra familia ser sometido a horas de cirugía cerebral. Estas cosas que pasan en nuestras vías, nos hacen sentarnos y nos preguntamos “¿que está pasando?, ¿Dónde está Dios en medio del dolor y el sufrimiento? Lo que quiero mostrarles esta noche es que no sólo está bien hacerse estas preguntas, sino que son buenas preguntas para preguntarse.

En Habacuc veremos una imagen totalmente diferente de las que hemos visto en cualquier otro profeta, por que todos esos otros profetas hablan a la gente de parte de Dios. Es lo que hacía el profeta: “tal dice el Señor”, hablando de parte de Dios al Pueblo. Pero en Habacuc vemos lo contrario, vemos a Habacuc hablando con Dios de parte del pueblo. Lo que vemos en el libro es un dialogo con Dios, donde Habacuc está luchando contra la injusticia y la maldad y el sufrimiento en todo su alrededor. Los babilonios, referidos como los caldeos aquí en Habacuc, están a punto de invadir Judá, el pueblo de Dios, en el medio del sufrimiento como resultado de su pecado, y Habacuc preguntándose “¿Dios, que estas haciendo?, ¿donde estas en el medio de todo esto?” y lo que vemos es la dura realidad de Habacuc: Dios usa las experiencias dolorosas para lograr Su propósito soberano. Esa es la dura realidad del libro de Habacuc: Dios usa las experiencias dolorosas para lograr Su propósito soberano.

Luchando con Dios en la misma manera que los hemos visto en Job

Lo que quiero que veamos es Habacuc luchando la lucha de fe, luchando con Dios en la misma manera que los hemos visto en Job, Moisés y hasta Jeremías. Habacuc viniendo a Dios con preguntas profundas y honestas que le llevan a profundas y honestas alabanzas. Quiero que veamos la relación entre las dos: lucha de fe a la canción de fe en el libro de Habacuc. Así que leeremos el  primer capítulo. Si sus biblias tienen encabezados, notarán que están justo sobre el verso 2. Dice “la queja de Habacuc”, es lo que dice en la misma. Lo mismo sobre el verso 12: “La segunda queja de Habacuc”. Esto es Habacuc viniendo a Dios con preguntas y quejas, y lo que veremos es la respuesta de Dios. El responde una primera vez y una segunda vez.

Así que, lean esto conmigo y sientan la emoción, osada emoción, ante Dios en las palabras de Habacuc: Ésta es la profecía que el profeta Habacuc recibió en visión. ¿Hasta cuándo, SEÑOR, he de pedirte ayuda  sin que tú me escuches? ¿Hasta cuándo he de quejarme de la violencia sin que tú nos salves? ¿Por qué me haces presenciar calamidades? ¿Por qué debo contemplar el sufrimiento? Veo ante mis ojos destrucción y violencia; surgen riñas y abundan las contiendas. Por lo tanto, se entorpece la ley y no se da curso a la justicia. El impío acosa al justo, y las sentencias que se dictan son injustas”. Esa es la primera queja luchando ante Dios.

Dios responde, verso 5 “« ¡Miren a las naciones! ¡Contémplenlas y quédense asombrados! Estoy por hacer en estos días cosas tan sorprendentes que no las creerán aunque alguien se las explique. Estoy incitando a los caldeos, ese pueblo despiadado e impetuoso, que recorre toda la tierra para apoderarse de territorios ajenos. Son un pueblo temible y espantoso, que impone su propia justicia y grandeza. Sus caballos son más veloces que leopardos, más feroces que lobos nocturnos. Su caballería se lanza a todo galope; sus jinetes vienen de muy lejos. ¡Caen como buitres sobre su presa! Vienen en son de violencia; avanzan sus hordas como el viento del desierto, hacen prisioneros como quien recoge arena. Ridiculizan a los reyes, se burlan de los gobernantes; se ríen de toda ciudad amurallada, pues construyen terraplenes y la toman. Son un viento que a su paso arrasa todo; su pecado es hacer de su fuerza un Dios”.

Existes desde la eternidad

Así que Habacuc dice en respuesta a Dios, ¡Tú, Señor, existes desde la eternidad! ¡Tú, mi santo Dios, eres inmortal! Tú, Señor, los has puesto para hacer justicia; tú, mi roca, los has puesto para ejecutar tu castigo. Son tan puros tus ojos que no puedes ver el mal; no te es posible contemplar el sufrimiento. ¿Por qué entonces toleras a los traidores? ¿Por qué guardas silencio mientras los impíos se tragan a los justos? Has hecho a los hombres como peces del mar, como reptiles que no tienen jefe. Babilonia los saca a todos con anzuelo, los arrastra con sus redes, los recoge entre sus mallas, y así se alegra y regocija. Por lo tanto, ofrece sacrificios a sus redes y quema incienso a sus mallas, pues gracias a sus redes su porción es sabrosa y su comida es suculenta.

¿Continuará vaciando sus redes y matando sin piedad a las naciones?  Me mantendré alerta, me apostaré en los terraplenes; no moriremos, estaré pendiente de lo que me diga, de su respuesta a mi reclamo.

¿Pueden ver la lucha aquí?, ¿la lucha de fe? Piensen en las preguntas que Habacuc está preguntando aquí y vean si pueden identificar estas preguntas, por que adivino que hemos preguntado esas mismas preguntas en este salón. ¿Nos escucha Dios?  “¿Hasta cuándo, SEÑOR, he de pedirte ayuda sin que tú me escuches?”. ¿Le has pedido a Dios algo en medio del dolor y has sentido que nada ha sucedido más que el silencio desde los Cielos? Estas son preguntas audaces. Hasta nos preguntamos, “? Es esto apropiado?”. Y yo quiero que veas al profeta presionando a Dios. El no está contento con la teología superficial, El está presionando profundamente. ¿Dios realmente escucha? ¿A Dios le importa? “¿Hasta cuándo he de quejarme de la violencia sin que tú nos salves?”

Habacuc está viviendo en el medio de la maldad y la injusticia y el sufrimiento, y al parecer Dios no está haciendo nada al respecto. “¿No ves todo lo que está pasando?, bueno, se que lo ves. ¿Es que no te importa?, ¿No libras a tu pueblo?, ¿Es Dios bueno?, es una de las preguntas principales del libro, y en realidad, una de las preguntas mas profundas de toda la vida: ¿Cómo puede Dios ser bueno y haber tanta maldad y sufrimiento en el mundo? Esa es la pregunta esencial: ¿Es Dios bueno y es Dios santo? “¿Por que me hacer ver iniquidad?

Dice luego en el verso 13, “Son tan puros tus ojos que no puedes ver el mal; no te es posible contemplar el sufrimiento. ¿Por qué entonces toleras a los traidores?  Dios, tu eres Santo –el está apelando a la naturaleza misma de Dios, aquí-. Tu eres santo, pero estas sentando sin ocuparte por todos los malos que andan libremente.  Lo que trae la pregunta: ¿Donde está tu poder? ¿Donde está el poder de Dios? La destrucción y la violencia están ante mi –dice el final del verso 3- disputas y contiendas se levantan. Dios, ¿Dónde está tu poder? ¿Protegerás a tu pueblo en medio de la contienda, la disputa, destrucción, violencia que se levanta siempre ante tu pueblo? ¿Dónde está tu poder y donde está la palabra de Dios? Verso 4 “La Ley está paralizada”, no tiene efecto, ¿De que sirve tu palabra?

Habacuc viene a Dios con preguntas y Dios las responde

Luego dice “La justicia nunca avanza. El malo rodea al justo. La justicia avanza pervertida”. ¿Mostrará Dios que es justo? ¿Mostrará Dios que Él es justo? Llegamos al final de este capítulo, el último verso, el verso 17 a la altura de la segunda queja. ¿Continuará Babilonia matando a las naciones inmisericordemente por siempre?”  ¿Mostrarás tu justicia?, lo que nos lleva a la pregunta que creo resume esta imagen completa: ¿Merece Dios mi confianza? Mira el contexto, lo que está pasando aquí. Habacuc viene a Dios con preguntas y Dios las responde.

Dice el verso 5: ¡Miren a las naciones! ¡Contémplenlas y quédense asombrados! ”Estoy por hacer en estos días cosas tan sorprendentes que no las creerán aunque alguien se las explique”.  He predicado en conferencias de misiones y otros eventos donde eso es como el versículo tema, “Observen a las naciones y miren. Asómbrense en lo que yo voy a hacer”.  Bueno, la realidad es que esas no eran buenas noticias para Habacuc, y el no quería ser parte de ninguna discusión que revolviera en torno a ese versículo. Por que Dios está diciendo que estaba a punto de levantar a los enemigos del pueblo de Dios y usarlos para asolar Su pueblo y destruirlo.

¿Alguna vez le has gritado a Dios en medio del sufrimiento?

¿Alguna vez le has gritado a Dios en medio del sufrimiento, sólo para encontrar que su respuesta sólo evoca más preguntas? Eso es exactamente lo que está pasando aquí. Dios responde y después Habacuc dice “¿Qué?”. Esto es la lucha de fe. Es una verdadera lucha conciliar el carácter de Dios con las circunstancias de nuestras vidas. Esto no es sólo ser feliz y seguir adelante.

Hay una profundidad aquí en la que Habacuc está presionando, y nos lleva a la segunda respuesta de Dios, y particularmente en los versos del 2 al 4, los tres versos más importantes de todo el libro. Escucha lo que Dios dice en respuesta la segunda vez; “El Señor me respondió” – capitulo 2, verso 2 – “Escribe la visión, y haz que resalte claramente en las tablillas, para que pueda leerse de corrido. Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá. El insolente no tiene el alma recta – Frase clave de todo el libro. subráyala – “el justo por la fe vivirá.”  De la lucha de fe a la vida de fe.

Dios le dice a Habacuc, a su pueblo, “Así es que se camina a través del sufrimiento. “Se camina por fe”. Bueno, ¿y cómo se hace eso? Primero, se escucha a la verdad de Dios. “Escribe esta visión” dice Dios, hazlo simple para que se pueda leer y correr con el. Escucha la verdad de Dios; “mi palabra es la roca en la que mi pueblo se apoya en medio del dolor y del sufrimiento”. En medio de la tribulación nunca te equivocarás escuchando la verdad de Dios.

Nuestras emociones nos llevaran a todo tipo de caminos diferentes, nuestras circunstancias nos llevarán en caminos diferentes, nuestros pensamientos nos llevarán en caminos diferentes, los consejos que recibimos de otros nos llevarán en caminos diferentes. La verdad de Dios es la roca, la brújula que nos lleva de vuelta al centro desde todos los puntos. Caminar durante las tribulaciones requiere que escuchemos la verdad, y la Palabra de Dios es la verdad. No siempre dirá lo que nosotros queremos oír, puede que no hable en la forma que queremos oír, pero podemos escuchar a su verdad y encontrar una base en la cual apoyarnos sin importar las circunstancias. Así que empieza aquí, escucha la verdad de Dios.

Segundo, descansa en los tiempos de Dios. Verso 3: “Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá”.  Ese es un verso grandioso. Queremos acción a corto plazo. Habacuc quiere ver la justicia de Dios ahora, y Dios le dice “espera. espera”. En su debido tiempo veras mi justicia a plenitud y veras bien mi justicia. “Sólo espera”. Este es el asunto: circunstancias a corto plazo proveen una pobre medida del carácter a largo plazo de Dios.

La vida de fe dice, “No lo veo ahora. Todo lo que veo es oscuridad alrededor de mi”. La vida de fe dice, “Yo voy a esperar. Yo voy a esperar”. Y Dios va a mostrarse a sí mismo como uno quien oye y le importa, y tiene todo el poder, y quien es bueno y es santo. El va a mostrar esto. Ahí es cuando entendemos que el sufrimiento en la Tierra solo puede ser entendido, las pruebas en la Tierra solo pueden ser entendidas en el tiempo del Cielo. Piensa sobre eso. Cualquier prueba por la que nosotros pasemos, cualquier prueba, no tenemos idea de todo lo que ha pasado que nos ha dirigido a ese punto; no solo en nuestra vida, también en la vida de las personas que nos rodean. Y no tenemos idea de que va a venir de eso en nuestras vidas y en la vida de quienes nos rodean.

El mensaje del libro de Job

Hay toda perspectiva aquí que nosotros no tenemos ninguna prueba, en medio de cualquier dolor o sufrimiento. Este es el mensaje del libro de Job, ¿verdad? Por lo menos uno de los puntos. Piensa en eso: Job tiene ganado, animales, bueyes le fueron quitados;  sus sirvientes le fueron quitados; sus hijos, todos sus hijos muertos.

El no tiene idea de qué precedió esto. El no tiene idea que Satanás se acercó al trono de Dios en los cielos, Dios rodeado por 100,000 ángeles. Y Satanás ha venido ante Dios y ha dicho, “Tú le pagas a las personas para que te adoren. La única razón por la que Job te adora es porque él tiene cosas. Le quitas sus cosas y él no te adorará”. Y todos en el cielo escuchaban en silencio, Dios dice, “Quítale todo lo que tiene”. Entonces, Satanás lo hace. El le quita todos sus animales y todos sus sirvientes y mata a sus hijos.  Fuera del conocimiento de Job, una audiencia de Satanás, 100,000 ángeles y Dios sobre él, y Job rompe sus vestiduras y cae sobre su rostro y dice, “El Señor me ha dado y el Señor me ha quitado. Bendito sea el nombre del Señor”. Sin Job saberlo, 200,000 brazos de ángeles vuelan al cielo y gritan “!Digno es el Dios de Job!” Y Satanás sale corriendo de la presencia de Dios. Pero Job no tiene idea de lo que sucede.

Yo no estoy diciendo que cada vez que pasamos por una prueba hay un drama divino sucediendo en los cielos que nos dirige a esa situación, pero yo estoy diciendo esto: Ustedes y yo no tenemos idea de que nos llevó a esto, y no tenemos idea de que saldrá de esta situación. Job no tenia idea sobre Job 1 donde  él estaría en Job 42, donde él diría, “Yo había escuchado de ti Dios, pero ahora te he visto, te conozco profundamente”. El no tenía idea. Hay una lucha entre el capítulo 1 y el capítulo 42. Esa es la situación aquí. Aquí hay un tiempo.

Y aquí es donde nos damos cuenta hasta cuando leemos estos profetas: ninguno de estos profetas nunca experimentó completamente, vieron la esperanza de lo que ellos profetizaban. Yo no puedo, basado en la Palabra de Dios, decir a ninguna persona en este día sobre la prueba en la que estás  en tu vida, que ella terminará en esta vida. La realidad es que nunca en esta vida veas el fin de esta prueba. Al mismo tiempo, puedes depender del tiempo de Dios. “¿Qué quieres  decir?” Bueno, vayamos un paso más profundo. Escuchen Su verdad. Dependan de Su tiempo. Entonces vivan con su confianza en Dios.

Verso 4: “El insolente no tiene el alma recta”. “El justo vivirá por la fe”. El contraste aquí, no lo olviden. El contraste en el verso 4: Puedes, en medio del sufrimiento, creer en ti mismo o creer en Dios. Puedes creer en tu persona o creer en Dios. Esas son las dos opciones. En medio de tu sufrimiento, ¿vas a creer en ti o vas a creer en Dios? Y Dios dice, “No creas en ti. Cree en mi”. Y aquí es que nos damos cuenta donde este verso hasta cabe en mí, con un nuevo enfoque de la Escritura, porque este verso está citado en diferentes momentos en el Nuevo Testamento, más notablemente par hablar sobre creer en Dios para tu salvación.

Romanos 1:16-17: Pablo dice, “A la verdad, no me avergüenzo del Evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen. De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito:«El justo vivirá por la fe.»”. Es una referencia de Habacuc 2:4. Lo mismo en Gálatas 3:11-12. Pablo dice, “No es basado en lo que nosotros hacemos, observando la ley, que nosotros somos salvos. Es basado en la fe.” Por la fe nosotros somos salvados”.

La salvación

Entonces, pensemos sobre la salvación. En el momento donde creíste en Dios para tu salvación, tú te confiaste a Dios, ¿verdad? Dijiste, “yo no puedo hacer esto. Solo Tú puedes salvarme. No tengo nada en mis manos. Este es tu trabajo. Solo Tú puedes salvarme, y pongo mi vida en tus manos para que tomes mis pecados y me salves en la justicia de Cristo”. Así fue que nosotros fuimos salvados, por fe.

Entonces, lo que Habacuc está diciendo, lo que Dios está diciendo a través de Habacuc, para Habacuc y para nosotros es que solo creyendo en Dios tenemos salvación, creer en Dios en medio de nuestro sufrimiento. Lo mismo. Es la fe, la cual  el autor de Hebreos la cita diez veces del libro de Habacuc 2:4, hablando a un pueblo quienes estaban en medio de una persecución y sus posesiones y propiedades habían sido saqueadas. El autor de hebreos dice “Los justos viven por la fe. Recuerden lo que dijo Habacuc”.

El momento de tu salvación te entregas a Dio

Entonces, esta es la situación. Justo como en el momento de tu salvación te entregas a Dios y dice, “Solo Tú puedes hacer esto. Esa es la única forma en la que puedo ser salvado”. La misma manera: Termina tu sufrimiento. Confíate a Dios. “yo no puedo hacer esto. Vengo con las manos vacías. No puedo hacer esto. Ayúdame. Fortaléceme”. Vive con tu fe en Dios en medio del sufrimiento, como has creído en Dios para tu salvación, y Dios se mostrará a sí mismo fiel en la misma manera en la que El te ha salvado de tus pecados por fe. El te sustentará en tu sufrimiento por fe. Vive tu fe en Dios. Y ahora vamos a volver al asunto del tiempo. Como vives con fe, busca el triunfo de Dios.

Lee los primeros cinco y el resto del capítulo 2 y lo que verás es a Dios trayendo Su juicio a los Caldeos, los Babilonios. Ellos recibirán su merecido. Pero justo en medio de eso hay dos versos que son como rayos de esperanza para Habacuc. Un verso es el 14. Leámoslo. Dios dice, “Habacuc, la Tierra será llena”. Capítulo 2, verso 14: “Habacuc, Porque así como las aguas cubren los mares, así también se llenará la tierra del conocimiento de la gloria del Señor”. Si. “Habacuc, viene un día cuando mostraré mi gloria”. Viene un día cuando Dios mostrará su gloria de una manera increíble.

Esto es tan grande. Si estás en medio de sufrimiento en este momento, si estás pasando por un tiempo de dificultad y de dolor, debes saber esto, agárrate de esto. Viene un día cuando el sufrimiento y el dolor serán desvanecidos y la gloria de Dios llenará toda la Tierra. Y será indiscutible: En verdad El es bueno, y en verdad El es santo, y en Verdad correcto y justo y merecedor de nuestra adoración. Busca el triunfo, oh, este es Pablo en 2da de Corintios 4:17, ““Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno”. Si. Si estás en medio de sufrimiento en tu vida, levanta tus ojos y fíjate en lo que no se ve. Dios va a mostrar su Gloria en una forma que causará que todo el sufrimiento, el dolor y las luchas desaparezcan. Dios mostrará su gloria y nosotros estaremos en victoria.

El otro verso es el verso 20 del capítulo 2: “En cambio, el Señor está en su santo templo; ¡guarde toda la tierra silencio en su presencia!”. Viene un día cuando todas nuestras preguntas y todas nuestras luchas tendrán que silenciarse, y nosotros veremos al Señor en Su gloria y nosotros nos pararemos en silencio.

La canción de la fe

Todo esto luego nos dirija a la canción de la fe. Este último capítulo de Habacuc es absolutamente maravilloso. Es literalmente una canción. Está pensada para ser utilizado como un salmo en la alabanza. Lo que Habacuc hace es admirar la grandeza de Dios y la historia de Su pueblo. Entonces, yo quiero que nosotros leamos. Me gustaría que pudiéramos cantarla. Sería grandioso. Vamos a leerlo.

Escuchen lo que dice. Esta es la conclusión de Habacuc después de todo esto. Preguntas profundas ahora son profundas alabanzas. “Señor, he sabido de tu fama; tus obras, Señor, te temo”. Pausa. Dios es maravilloso. Yo te temo, Dios. Yo he escuchado de ti. Es casi similar a Job en el capítulo 42: “Yo te había escuchado. Ahora te he visto”. Yo temo, te reverencio. “Realízalas de nuevo en nuestros días, dalas a conocer en nuestro tiempo; en tu ira, ten presente tu misericordia”. Habacuc dice Dios está lleno de ira.

Volvamos a arriba y leamos la parte que saltamos en el capítulo 2 y verán la aflicción que es pronunciada por Dios para los Caldeos, los Babilonios, se darán cuenta que en verdad El es santo y justo. Y Dios extenderá su ira al pecado y a los pecadores. El está lleno de ira. Al mismo tiempo Habacuc dice, que está lleno de misericordia. Ira y misericordia, ¿esa no es la situación que vemos cada semana en estos profetas? Ira. Misericordia. Nos ayuda a entender la profundidad de la cruz cuando la ira y la misericordia se juntan en una cosa. El está lleno de ira. El está lleno de misericordia.

Entonces, el verso 3: “De Temán viene Dios, del monte de Parán viene el Santo”. Dios está presente en toda la creación. Desearía tener el tiempo para girar a ese punto ahora. Pero Deuteronomio 33: cuando vemos los dos primeros versos en Deuteronomio 33 nos damos cuenta que esto es una referencia a cuando Dios bajo a Su pueblo en el Monte Sinaí, se reveló a Su pueblo, entre Su pueblo en el Sinaí, y estas son muy, muy, muy, muy buenas noticias.

A través de sufrimiento Dios no está distante de ti

Cuando camines a través de sufrimiento Dios no está distante de ti. Tienes a Dios quien está presente contigo. El está contigo en el valle. El nunca te deja solo. Nunca estás solo en el sufrimiento. Tu Dios está presente, y El es alabado por toda la creación. “Su esplendor cubrió los cielos, y la tierra se llenó de Su alabanza”. Pausa. Contemplen la gloria de Dios llenando la tierra.

Próximo, Dios tiene poder sobre todas las cosas. Escuchen los versos que siguen. Comenzando en el verso 4, nosotros vamos a leer muchos de ellos aquí, solo escuchen la situación aquí, el poder de Dios sobre todo. Solo piensen en la descripción. En la naturaleza, en naciones,

“Su brillantez es la del relámpago; rayos brotan de sus manos; ¡tras ellos se esconde su poder! Una plaga mortal lo precede, un fuego abrasador le sigue los pasos. Se detiene, y la tierra se estremece; lanza una mirada, y las naciones tiemblan. Se desmoronan las antiguas montañas y se desploman las viejas colinas, pero los caminos de Dios son eternos. He visto afligidos los campamentos de Cusán, y angustiadas las moradas de Madián. ¿Te enojaste, oh Señor, con los ríos? ¿Estuviste airado contra las corrientes? ¿Tan enfurecido estabas contra el mar que cabalgaste en tus caballos y montaste en tus carros victoriosos? Descubriste tu arco, llenaste de flechas tu aljaba. Tus ríos surcan la tierra; las montañas te ven y se retuercen. Pasan los torrentes de agua, y ruge el abismo, levantando sus manos. El sol y la luna se detienen en el cielo por el fulgor de tus veloces flechas, por el deslumbrante brillo de tu lanza.

Dios tiene poder sobre la naturaleza y naciones

Oh, Dios tiene poder sobre la naturaleza y naciones, sobre montañas y océanos, sobre enfermedades y sobre la muerte. El tiene poder sobre todas las cosas, y Dios es soberano sobre todas las cosas; toda la naturaleza, todas las naciones en la punta de Sus dedos para utilizarlas para Sus propósitos. No hay una onza de creación, ni siquiera un evento en la historia sobre el cual Dios no tenga soberanía. Cuando el huracán entró en Nueva Orleans y el agua comenzó a entrar, no había una gota de esa agua que no estuviera bajo la soberanía de Dios. De la misma forma que hemos visto inundaciones en Paquistán; la soberanía de Dios estaba sobre todo eso.

Cuando escuchas, o quizás un día cuando escuches ese diagnostico de parte del doctor que no esperabas, recuerda esto: en ese momento Dios está absolutamente en Su trono y El no está sorprendido. Cuando recibiste esa llamada, o cuando recibas esa llamada que cambie todo, debes saber esto, Dios estuvo, está y estará en Su trono, soberano sobre todo eso. Y esta es una muy, muy, muy buena y te das cuenta de lo siguiente, Dios es el protector de Su pueblo.

El verso 12 dice, “Indignado, marchas sobre la tierra; lleno de ira, trillas a las naciones. Saliste a liberar a tu pueblo, saliste a salvar a tu ungido. Aplastaste al rey de la perversa dinastía, ¡lo desnudaste de pies a cabeza!”. Es bueno tener a Dios de tu lado. Realmente quieres que Dios esté de tu lado. Permítanme parafrasear eso. Tú realmente querrás estar de Su lado. No es bueno saber que Dios, quien tiene poder sobre todas las cosas en el universo, Dios quien es soberano sobre todas las cosas del universo ¿es tu protector? No temas. Sea cualquier cosa que venga, no temas. Dios es nuestro protector y El libera a Su pueblo.

Los versos 14, 15 y 16, continúan hablando sobre cómo Dios liberó Su pueblo de las manos de Egipto. El verso 16 es una de esas oraciones, como los Salmos donde básicamente Habacuc está pidiendo por justicia para que sea aplicada a sus enemigos, un poco duro de interpretar y explicar. Pero esta es la cosa: Todo esto nos dirige a los tres últimos versos, tres versos hermosos.

Entonces, esta es la escena. Habacuc ha luchado con Dios. Las circunstancias al rededor de El son difíciles. Desolado no es suficiente, es difícil en todos sus aspectos; sufrimiento y dolor y no hay señal de que nada va a cambiar. Y esta es la conclusión de Habacuc: “Aunque la higuera no dé renuevos, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; aun así, yo me regocijaré en el Señor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador! El Señor omnipotente es mi fuerza; da a mis pies la ligereza de una gacela y me hace caminar por las alturas”.

Habacuc concluye que Dios es nuestra satisfacción

Wow, Habacuc concluye que Dios es nuestra satisfacción. No solo, “Yo creo en el Señor”, el dice, “Yo me regocijo en el Señor. Me alegraré en Dios, mi Libertador”. El no solo sostiene, él satisface. Esto no es un tipo de felicidad trillada que él solo dice, “Oh, estoy supuesto a ser feliz”. Esta es una verdadera felicidad, una felicidad profunda, un gozo, un regocijo que dice, “Todo me fue quitado y todavía tengo a Dios, por lo tanto todavía tengo gozo”. Entonces, satisfacción es nuestra fuerza.

“Dios, el Señor es mi fuerza;” Verso 19. El me sostiene, “da a mis pies la ligereza de una gacela, me hace caminar por lugares altos”. Lugares altos: En la batalla querrás estar en lugares altos. Los lugares altos son los lugares desde donde conquistas. Los lugares donde mandas y reinas, querrás estar en los lugares altos. Y por lo tanto, en medio del sufrimiento, Habacuc dijo, “Con su fuerza y Su satisfacción El me dirige a lugares altos, donde no importa lo que esté pasando a mi alrededor, no solo sobreviviré, prosperaré; Dios es nuestra victoria. El nos pone en el tope de la montaña, la victoria y conquista en medio del sufrimiento.

Dios podría utilizar experiencias dolorosas para hacer cumplir su soberano propósito

Eso parece extraño para nosotros, esta dura verdad de Habacuc, que Dios podría utilizar experiencias dolorosas para hacer cumplir su soberano propósito. Quiero que recordemos algo un poco mas extraño, algo más difícil de comprender, la confortante realidad de la cruz, que Dios usaría al sufrimiento de Su hijo para traernos paz. Dios el Padre en las alturas permite la muerte de Su hijo de manera cruel y tortuosa para traernos a la vida. Su dolor nos trae paz, su muerte nos  trae vida, y nosotros encontramos salvación en Su sufrimiento. Y porque Su sufrimiento por nuestros pecados en nuestro lugar, porque Su victoria sobre el pecado en nuestro nombre, porque la muerte de Cristo y su resurrección de la muerte nosotros podemos saber esto; pon tu fe, tu confianza en esto: Nuestro sufrimiento es temporal. El cáncer es temporal, los tumores son temporales, las pruebas son temporales, el dolor es temporal, las heridas son temporales, y las enfermedades, desastres hasta la muerte misma es temporal. Cristo es eterno.

Por lo tanto, confíen en El. Confíen en el eterno Dios quien reina soberanamente sobre todas las cosas, y dense cuenta que el sufrimiento es temporal y nuestro Dios es digno de creerle. El nos guiará. Gloria sea a Dios.

David Platt

David Platt sirve como pastor en el área metropolitana de Washington, D.C. Es el fundador de Radical.

David recibió su doctorado del Seminario Teológico Bautista de New Orleans y es el autor de Don’t Hold Back [No te quedes donde estás], Radical, Sígueme, Contracultura, Algo tiene que cambiar, Before You Vote [Antes de votar], así como los varios volúmenes de la serie Christ-Centered Exposition Commentary [Comentario Expositivo centrado en Cristo]. 

Vive junto con su esposa e hijos en el área metropolitana de Washington, D.C.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TO UNREACHED PEOPLE AND PLACES.

That means that the people with the most urgent spiritual and physical needs on the planet are receiving the least amount of support. Together we can change that!