Sesión 3: El triunfo de la cruz - Radical

Iglesia Secreta 6: La Cruz de Cristo

Sesión 3: El triunfo de la cruz

La victoria tan esperada por toda la creación desde el mismo principio del tiempo se logró en la cruz. Cristo se convirtió en la propiciación misma por nuestros pecados, se completó el pago y se pagó el precio por nuestra maldad. En esta sesión de Iglesia Secreta 6, el pastor David Platt recuerda a los cristianos la victoria triunfante que tuvo lugar en la Cruz. La victoria se logró en la cruz cuando Jesús exclamó: “¡Consumado es!”, y la resurrección fue el anuncio de la victoria sobre la muerte que tanto se esperaba. En este mensaje, el pastor David Platt explica cómo el Mesías triunfó sobre lo que el enemigo pretendía para el mal. Desde que Cristo soportó nuestra condenación y se convirtió en la propiciación por nuestros pecados, hasta enfrentar la ira divina de Dios, reconciliarnos con Dios, brindarnos salvación y liberarnos del pecado, este mensaje explica cómo se cumplió y se cumplirá la redención a través del Salvador.

  1. El huerto de Getsemaní
  2. El clamor de desamparo
  3. La declaración de triunfo

Si usted tiene una Biblia, le invito a abrir conmigo en Mateo capítulo 26. Mateo 26. Lo que vamos a hacer es, vamos a tomar tres pasos más en la narrativa de la pasión. Hemos comenzado con la última cena y ahora habremos de ir al Jardín. Y luego iremos a la cruz y veremos dos visiones de la cruz. El clamor de abandono. “Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado?” Y el clamor o declaración de triunfo “Ya todo se ha cumplido”

Así que en Mateo Capítulo 26, versículo 36. Quiero que leamos esto juntos. Sinclair Ferguson dijo “El jardín de Getsemaní es una de las escenas más sagradas y solemnes de toda la Biblia” Una de las escenas más sagradas y solemnes en toda la Biblia. Mateo 26:36 “Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní y les dijo “Siéntense aquí mientras voy más allá a orar”. Se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo y comenzó a sentirse triste y angustiado. Es tal la angustia que me invade que me siento morir – les dijo – Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo.” Yendo un poco más allá

El dolor antes de la cruz

Se postró sobre su rostro y oró: “Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.” Luego volvió adonde estaban Sus discípulos y los encontró dormidos. «¿No pudieron mantenerse despiertos conmigo ni una hora? —le dijo a Pedro—. Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.» Por segunda vez se retiró y oró: «Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este trago amargo, hágase tu voluntad.» Cuando regresó, nuevamente les encontró durmiendo, porque se les cerraban los ojos de sueño.

Así que los dejó y se retiró a orar por tercera vez, diciendo lo mismo. Volvió de nuevo a los discípulos y les dijo: «¿Siguen durmiendo y descansando? Miren, se acerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. ¡Levántense! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!»

El tema que quiero que veamos esta noche en el Jardín de Getsemaní es un término teológico llamado Propiciación. Y más adelante en sus notas puede ver como se deletrea propiciación. Propiciación. Esta es una palabra que todo seguidor de Cristo necesita conocer. No muchos de nosotros la conocemos, necesitamos conocer la propiciación. La verdad aquí es que Jesús soportó nuestra condenación y lo que he puesto como texto clave son cuatro textos del Nuevo Testamento en donde vemos aquí esas figuras de la propiciación.

Y habremos de mostrar, le quiero mostrar a ustedes como el Jardín de Getsemaní resume esta vedad que Jesús sufrió condenación por nosotros y lo que la propiciación significa. Propiciaciones, Jesús soportó nuestra condenación. Usted recuerda, recuerda Romanos 3:25 cuando dice, cuando la Biblia dice, Pablo escribiendo dice “Dios lo ofreció [a Jesús] como un sacrificio de expiación” De hecho, vaya a allí rápidamente. Busque en su Biblia Romanos 3, y mire conmigo el versículo 25. Dios le presentó como un sacrificio de expiación. Ahora estoy pensando en que con todas las diferentes traducciones que probablemente hay en este salón, hay diferentes traducciones de este versículo.

Si usted tiene la Nueva Versión Internacional, las palabras son “Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación” y usted probablemente tiene una nota al pie de página y le da una descripción adicional de lo que es este término en el Nuevo Testamento. Note al pie, en mi Biblia dice “sacrificio de Expiación, como el que deja de lado su enojo y quita el pecado” Y esta es la frase aquí que quiero que usted guarde en su mente. Dios se presentó como el que apartó la ira, quitó el pecado Él es la verdad, y está en sus notas, el pecado provocó la furia, el enojo, y la ira de Dios. El pecado provocó la furia, el enojo, y la ira de Dios.

Pablo ha estado hablando acerca de esto, desde el capítulo 1, versículo 18, por todo el capítulo 3, versículo 19, la pecaminosidad del hombre y la ira de Dios hacia el pecado. El pecado provoca la furia, el enojo y la ira de Dios. Como pecadores, esto significa que merecemos llevar la ira de Dios contra el pecado. El pecado evoca la furia, el enojo y la ira de Dios. Nosotros somos pecadores así que tenemos que llevar esa furia. Así que Jesús como nuestro sustituto. Nuevamente, estamos tomando este diamante, la satisfacción a través de la sustitución. Estamos volviendo un poco más, puesto que nuestro sustituto Jesús se volvió el objeto de la furia de Dios y el enojo y la ira que no experimentaríamos. Y esto es lo que está ocurriendo, en la cruz y especialmente en el Jardín de Getsemaní. Jesús en la cruz está alejando la ira de Dios, quitando nuestro pecado.

Ahora hay de hecho dos términos teológicos aquí. Uno es expiación, el cual significa que nuestro pecado es removido, quitado es nuestro pecado, la segunda parte de esa frase. Jesús quitó nuestro pecado. El haber expiado el pecado significa que lo quitó, lo removió. La propiciación significa que la ira de Dios es satisfecha. Cuando cantamos al principio, “Solo en Jesús, en esa cruz está Cristo muerto, la ira de Dios fue satisfecha. Estábamos cantando acerca de la propiciación allí. No va bien con las canciones de adoración contemporánea. Usted no puede, como puede rimar con Propiciación. No funciona. Así que en lugar de eso vamos con esta frase la Ira de Dios fue satisfecha.

Así ¿qué es lo que esto significa y cómo está relacionado con el Jardín? Cuando vemos a Jesús ir al Jardín y tres veces orando, Padre, si fuera posible, que esta copa pase de mí, surge la pregunta ¿De qué copa está hablando Jesús? Cuando la respuesta puede sorprendernos a todos un poco. La copa de la cruz no es primariamente un sufrimiento físico. Cuando usted ve a Jesús sudando sangre, de sus poros, en intensa agonía, no es porque Él este pensando acerca del dolor físico asociado con la crucifixión. La copa de la cruz es predominantemente sufrimiento espiritual. Hay una realidad espiritual expresada en la oración “Padre si fuere posible pasa de mí esta copa”

El sufrimiento de Jesús antes de la cruz

Y esto es importante. Damas y caballeros, Jesús no es un cobarde en enfrentar a los soldados romanos. Si lo fuese, si estuviese acobardado en el Jardín acerca de lo que los Soldados estaban por hacerle, entonces ¿Qué podemos decirles a los incontables mártires que desde ese día que han ido a sus muertes cantando? El hombre de la India que fue desollado vivo, que miró a su torturador y le dijo “Quita mi atuendo exterior hoy, hoy me visto de un nuevo atuendo” Cristopher Love cuando es conducido a la horca y su esposa esta aplaudiéndole y diciéndole “Hoy te maltratarán de tu cabeza física, pero no pueden hacerlo de tu cabeza espiritual”

Y él va cantando a la cruz, ¿fueron ellos más valientes que Jesús el Salvador mismo? Absolutamente no. Lo que está causándole esta angustia no es el hecho de que Jesús sea un cobarde en cuanto a enfrentar los soldados Romanos. Es el hecho de que Jesús es el Salvador que está a punto de enfrentar la ira divina. Quiero que usted escuche conmigo las palabras del Antiguo Testamento de la descripción de la copa. Salmo 75: “En la mano del Señor hay una copa de espumante vino mezclado con especias; cuando él lo derrame, todos los impíos de la tierra habrán de beberlo hasta las heces.”

Escuche la intensidad en Isaías 51, “¡Despierta, Jerusalén, despierta! Levántate, tú, que de la mano del Señor has bebido la copa de su furia; tú, que has bebido hasta el fondo la copa que entorpece a los hombres. De todos los hijos que diste a luz, no hubo ninguno que te guiara; de todos los hijos que criaste, ninguno te tomó de la mano. Estos dos males han venido sobre ti: Ruina y destrucción, hambre y espada. ¿Quién se apiadará de ti? ¿Quién te consolará? Tus hijos han desfallecido; como antílopes atrapados en la red, han caído en las esquinas de las calles. Sobre ellos recae toda la furia del Señor, todo el reproche de su Dios. Por eso escucha esto, tú que estás afligida; que estás ebria, pero no de vino. Así dice tu Señor y Dios, tu Dios, que aboga por su pueblo: «Te he quitado de la mano la copa que te hacía tambalear. De esa copa, que es el cáliz de mi furia, jamás volverás a beber.”

Jeremías 25 «Toma de mi mano esta copa del vino de mi ira, y dásela a beber a todas las naciones a las que yo te envíe. Cuando ellas la beban, se tambalearán y perderán el juicio, a causa de la espada que voy a enviar contra ellos.» Ezequiel 23, “”Beberás la copa de tu hermana, una copa grande y profunda. Llena está de burla y escarnio, llena de embriaguez y dolor. Es la copa de ruina y desolación;” Habacuc 2 “Con esto te has cubierto de ignominia y no de gloria. ¡Pues bebe también tú, y muestra lo pagano que eres! ¡Que se vuelque sobre ti la copa de la diestra del Señor, y sobre tu gloria, la ignominia!”

En Apocalípsis 14, algunas de las distinciones más humillantes de la ira de Dios, Apocalipsis “beberá también el vino del furor de Dios, que en la copa de su ira está puro, no diluido. Será atormentado con fuego y azufre, en presencia de los santos ángeles y del Cordero.” Apocalipsis 18, “Páguenle con la misma moneda; denle el doble de lo que ha cometido, y en la misma copa en que ella preparó bebida mézclenle una doble porción.” Esta es la figura una y otra y otra vez, el Antiguo Testamento, Nuevo Testamento una copa llena con el vino de la ira de Dios.

Antiguo Testamento. Es allí por allí por donde vamos a pasar a vuelo de pájaro, pero tengo la imagen de la seriedad de la ira de Dios. Recuerde, disminuímos la ira, diluímos la ira de Dios, disminuimos la santidad de Dios. No queremos disminuir Su santidad. En el Antiguo Testamento, la ira de Dios es real. Hay más de 20 palabras diferentes que describen la ira de Dios en el Antiguo Testamento. Más de 20 palabras diferentes. Más de 580 referencias diferentes a la ira de Dios. Más de 580 referencias diferentes a la ira de Dios. Y he mencionado algunas de las figuras aquí y están diseminadas aquí.

“¡Que sufra el pecador su propia destrucción! ¡Que beba de la ira del Todopoderoso” “¡Miren! El nombre del Señor viene de lejos, con ardiente ira y densa humareda. Sus labios están llenos de furor; su lengua es como un fuego consumidor. Su aliento es cual torrente desbordado que llega hasta el cuello” Ezequiel 7. “Ya estoy por descargar sobre ti mi furor;” Vaya al medio “los voy a reunir en medio de Jerusalén. Así como la plata, el cobre, el hierro, el plomo y el estaño se juntan y se echan en el horno, y se atiza el fuego para fundirlos, así también yo, en mi ira, los juntaré a ustedes y los fundiré. Los amontonaré y atizaré contra ustedes el fuego de mi ira, y los fundiré en medio de la ciudad. Así como se funde la plata en medio del horno, así serán fundidos ustedes en medio de la ciudad, y sabrán que yo, el Señor, he derramado mi ira contra ustedes.”

Esto es real. La ira de Dios es personal. Es Dios hablando a Su pueblo. Exodo 32 termina “Tú no te metas. Yo voy a descargar mi ira sobre ellos, y los voy a destruir. Pero de ti haré una gran nación.” Deuteronomio 6 “pues el Señor tu Dios está contigo y es un Dios celoso; no vaya a ser que su ira se encienda contra ti y te borre de la faz de la tierra.” Este es Dios en medio de Su pueblo. La ira de Dios es personal. Es intenso. Es intenso, como si lo que hemos visto no fuera suficiente, escuche esto en Isaías 13 “Viene el Señor con las armas de su ira para destruir toda la tierra. ¡Giman, que el día del Señor está cerca!”

Llega de parte del Todopoderoso como una devastación. Por eso todas las manos desfallecen, todo el mundo pierde el ánimo. Quedan todos aterrados; dolores y angustias los atrapan: ¡se retuercen de dolor, como si estuvieran de parto! Espantados, se miran unos a otros; ¡tienen el rostro encendido! ¡Miren! ¡Ya viene el día del Señor —día cruel, de furor y ardiente ira—; convertirá en desolación la tierra y exterminará de ella a los pecadores!” Ezequiel 5 es lo mismo, la ira de Dios es intensa. Dios intensamente aborrece el pecado. No hagan estas cosas detestables las odio, dice Dios. Él odia intensamente el pecado y como hemos hablado, Dios en Su santa ira, intensamente odia a los pecadores.

Es lo que dice la Biblia, no lo podemos suavizar. No suavice esto. Tú odias a todo el que hace lo malo. El Señor examina a justos y a malvados, y aborrece a los que aman la violencia. Su ira es intensa, es soberana. Es autoritaria. Cuando el desastre viene a la ciudad, no lo ha causado el Señor. La ira de Dios es firme. La ira de Dios no es irracional, damas y caballeros. Es estable. Es consistente. Es predecible. El mal siempre provoca la ira de Dios. Dios es un juez justo quien expresa su ira cada día. La ira de Dios es firme, es pura. Sus ojos son demasiado puros para mirar la maldad. Tú no puedes tolerar el mal.

¿Por qué la ira de Dios?

Su ira fluye de Su pureza. La ira de Dios es amorosa. ¿Qué quieres decir con una ira amorosa? Piense en los que usted ama. Piense en sus hijos o en su esposa o su esposo o su mamá, o papá, o quien sea, piense acerca de su amor, cualquier cosa que amenace hacerles daño habrá de ser enfrentada por usted con suma resistencia. Amo a mi esposa, amo a mis niños. Y como resultado, lo que amenaza dañarles evoca una respuesta de mi parte, lo que no es bueno para ellos. Hay muchas cosas en esta cultura por las que hay una santa, espero en mi corazón, una ira santa. No quiero que ellos sean arrastrados por esto. Esta es una imagen de la ira de Dios, es amoroso, así que ese es el Antiguo Testamento.

El Nuevo Testamento, la ira de Dios es continua. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rechaza al Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino que permanecerá bajo el castigo de Dios. La ira de Dios es continuamente revelada, esta siendo continuamente revelada. La ira de Dios viene. Jesús dijo, «¡Camada de víboras! ¿Quién les dijo que podrán escapar del castigo que se acerca?” Pablo en Romanos dice “están almacenando ira par el día de la ira de Dios” Está viniendo, la ira está reservada. Habla acerca de la condenación en Romanos 3, es merecida, nosotros merecemos la condenación de parte de Dios. Es merecida, la ira eterna de Dios.

¿Por qué dice algo tan serio acerca del pecado? Jesús. Si tu mano o tu pie te hace pecar, córtatelo y arrójalo. Más te vale entrar en la vida manco o cojo que ser arrojado al fuego eterno con tus dos manos y tus dos pies. Y si tu ojo te hace pecar, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser arrojado con los dos ojos al infierno, donde “gusano no muere, y el fuego no se apaga”. Es eterno. La ira de Dios es final. Él castigará a quienes no conocen a Dios y no obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús. Ellos serán castigados con destrucción eterna y expulsados de la presencia del Señor y la majestad de su poder.

La ira de Dios es terrible. En Apocalipsis 6, pedirán a las montañas «¡Caigan sobre nosotros y escóndannos de la mirada del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero, porque ha llegado el gran día del castigo! ¿Quién podrá mantenerse en pie?» Y la ira de Dios, damas y caballeros es irreversible. La mitad de Apocalipsis 14:9-11 habla acerca del “humo de ese tormento sube por los siglos de los siglos.” Es el lenguaje del Nuevo Testamento, usted no puede, no puede llegar más lejos que eso, por los siglos de los siglos.

Apocalipsis 20 habla acerca de juicio, si el nombre de alguien no era hallado en el Libro de la vida, era arrojado al Lago de Fuego. Irreversible. Así que esta es la figura que tenemos en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento. Una ira verdadera, intensa, personal, continua, horrenda, irreversible, eterna; sobre la cruz descubrimos al único que aparta la ira de Dios. Propiciación, dependiente de la iniciativa de Dios, es la clave aquí. Que Dios se presentó Él como el único que podía quitar su ira.

La diferencia con el cristianismo

Hay religiones paganas en donde está el concepto de propiciación en donde un dios, los dioses están furiosos y necesitan hacer estas cosas para aplacarlos, para satisfacer la ira de los dioses. Esto no es enseñado aquí en el Nuevo Testamento. Porque la realidad es, no somos objetos de la ira y no hay nada que podamos hacer para satisfacerlo. No importa si son obras religiosas. No cuente con que las buenas acciones puedan cubrir el pecado que provoca la ira, la furia y el enojo de un Dios santo hacia nuestro pecado y nosotros en nuestro pecado y así que es la propiciación inicial. No nosotros tratando de calcular, ¿Qué podemos hacer para propiciar a un Dios enfadado?

Es Dios mismo diciendo, voy a iniciar la propiciación. La propiciación depende de la iniciativa de Dios. Es cumplida por el Hijo de Dios. Es una de esas palabras que vemos en Romanos 3, Jesucristo el justo, Él es el sacrificio por nuestros pecados. Esta es la figura, el sacrificio expiatorio. No tenemos tiempo de mirar Juan 3 y Números 21. Pero es una figura del pueblo pecador que merecen la ira de Dios. Vamos a pasar rápido sobre eso. No tenemos tiempo para hacerlo. Lo siento.

La importancia de la propiciación

La Propiciación es una demostración. Así que es cumplida por el Hijo de Dios, iniciada por el Padre, y es una demostración del amor de Dios. Ahora, aquí es en donde verdaderamente vemos toda la figura completa 1 Juan 4:9 “Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados.” Lo que nosotros necesitamos ver es que ustedes tengan a Dios, Trinidad Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas diferentes, un Dios, tres personas.

Lo que necesitamos ver en el Padre y en el Hijo, es el Padre y el Hijo trabajando al unísono aquí. La figura en la propiciación no es un hijo amoroso que está tratando de aplacar la ira del padre. Tenemos un padre amable en la figura. No tenemos el hijo y el Padre por caminos diferentes. Ellos están al unísono en esta figura. El hijo de Dios fue enviado, Jesús fue enviado por el amor del Padre. El Padre envió a Su hijo Jesús, por Su amor. Así que es el amor del Padre que hace la propiciación posible. Cuarenta veces en el evangélio de Juan usted tiene a Juan mencionando que el Padre envió al Hijo. Jesús habló acerca de cómo el Padre le envió. Está claramente resumido en Juan 3:16 “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.”

Así que lo que tenemos es el amor del Padre que envía al hijo y luego la ira de Dios es soportada por el amor del Hijo. El Hijo de Dios es enviado por el amor del Padre. La ira de Dios es soportada por el amor del Hijo. Usted no tiene al Hijo participando involuntariamente y diciendo “Bueno, si tengo que…” Esto no es simplemente un accidente, hermanos y hermanas. No es la imagen, se cuenta con frecuencia la historia del operador de trenes, el operador de puente, y el tren viene, algunos de ustedes han escuchado esta historia, el padre y su hijo, ellos están allí en el puente y viene el tren, y el niño estaba correteando por allí para jugar, él está con su padre en el trabajo durante todo el día.

Y el niño es sujetado y el tren se está acercando y el padre tiene que liberar la palanca para que baje el puente y de esa forma las personas en el tren no mueran. Y él está enfrentado por esta decisión. Salvo a mi hijo y que el resto de las personas mueran, o mato a mi hijo al poner esta palanca para abajo y dejar que la gente viva. Y así que esto es lo que por lo general, una historia, una ilustración que es utilizada para describir la cruz. Esto es exactamente, no lo que acontece en la Cruz. Esto no es un Hijo que está por ahí deambulando lejos del Padre, y se involucra en algo que no debía y ahora el está en un aprieto y el padre tiene que pensar en algo para hacer. Absolutamente no. El Padre envió al Hijo y el Hijo es obediente al Padre. Por eso es qu Él iba a la cruz.

Y la ira de Dios está siendo soportada por el amor del Hijo porque Cristo está siendo obediente al Padre. Aquí es donde necesitamos darnos cuenta, si nosotros pensamos en este Viernes Santo, necesitamos recordar que no somos salvos de nuestros pecados porque un grupo de soldados romanos prendieron a Jesús, le golpearon y se burlaron de Él en la cruz. No somos salvos de nuestros pecados por lo que estos perseguidores Romanos le hicieron a Jesús. Somos salvos de nuestros pecados porque el Padre y el Hijo al unísono fueron voluntariamente a la cruz y Cristo tomó la copa llena con la ira de Dios.

Un predicador dijo, es como que ustedes y yo estuvieramos justo en frente a una represa, 16 kilómetros de altura y de longitud para contener el agua. En un instante la presa se parte y toda el agua comienza a ir en contra de nosotros. De la misma forma, el torrente de la ira de Dios vino hacia nosotros. Ahora, usted imagine que el agua viene hacia usted, la tierra en frente a usted, justo antes de que esa agua llegue a usted, la tierra delante de usted se abre y se traga cada pedazo. De la misma forma, Cristo fue a la cruz. Él tomó la copa completa de la ira de Dios y la bebió hasta la última gota, se la acabó y luego clamó “Ha sido terminado”.

Esto fue lo que sucedió en la cruz. Él sobrellevó nuestra condenación. Él experimentó la ira que nosotros merecíamos. Levantado fue Jesús En la vergonzosa cruz Para darme la salud ¡Aleluya! ¡Gloria a Cristo! Soy indigno pecador, Él es justo salvador, Dio Su vida en mi favor ¡Aleluya! ¡Gloria a Cristo! Por mis culpas yo me vi En peligro de morir, Más Jesús murió por mí ¡Aleluya! ¡Gloria a Cristo!

Muy bien. Vamos a seguir adelante. Así que cuando vemos el Huerto de Getsemaní, Jesús no es un cobarde. Él es un Salvador, a punto de sobrellevar la ira divina. Tercera escena, giramos con el diamante, el clamor de abandono. Desde la hora sexta hasta la hora novena, vino sobre la tierra oscuridad. Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, “Elí, Elí, ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”). ¿Puede usted imaginar esa escena, en medio del día, cae la oscuridad sobre toda la tierra. Y durante tres horas está oscuro. Incluso desde la imagen que acabamos de ver, Jesús no está soportando la ira por un momento, sino por horas. Y la oscuridad viene sobre la tierra y Jesús clama, “Dios mio, Dios mio, ¿Por qué me has desamparado?” ¿Qué significa esto?

El resultado de Su obediencia

La clave, reconciliación. Reconciliación y la verdad aquí es que Jesús sufrió nuestra separación. Aquí está el sustituto que sufrió la separación por nosotros en lugar nuestro. Reconciliación, en nuestro pecado, estamos separados de Dios como sus enemigos. Enemistad hacia Dios, amigos del mundo, es lo que Santiago 4 dice. Así que ¿de parte de quién es la enemistad? ¿Es de parte de Dios? Y la respuesta está en la escritura, de ambos. El hombre es hostil con Dios. Romanos 1, al final, dice que somos aborrecedores de Dios. La mente pecadora, la mente pecadora es hostil a Dios, Romanos 8. Al mismo tiempo, Dios es hostil al hombre.

Como hemos visto en el sentido de que su ira está sobre los pecadores. Y así, en nuestro pecado, estamos separados de Dios como enemigos, a través de nuestro sustituto, debido a nuestra sustitución estamos reconciliados con Dios como sus amigos. Dos textos claves, 2 Corintios 5 y Romanos 5. Si alguno está en Cristo, es una nueva criatura, las cosas viejas pasaron. Todo lo nuevo vendrá. Todo esto es de Dios quien nos reconcilia consigo mismo a través de Cristo, sin contar los pecados de los hombres contra ellos. Luego él dice, “reconcíliense con Dios. Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios”.

Y luego Romanos 5 en verdad hasta el versículo 11. Porque si, cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, habiendo sido reconciliados, seremos salvados por su vida! Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, pues gracias a él ya hemos recibido la reconciliación. Esto es Romanos 5:9-11.

La imagen aquí es la de un sustituto que nos reconcilia con Dios como amigos de Dios, una vez enemigos, ahora amigos, la diferencia consiste en un sustituto. ¿Cómo funciona esto y qué hace esto relacionado a este clamor, “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado?” Piense en lo que sucederá en la cruz allí, cuando él dice esto, cuál es el significado de estas palabras. Primero lo que no son. Cuando Jesús clama “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado?” No es un clamor de incredulidad. Algunos han dicho, como que hemos visto a Jesús casi como un cobarde en el Huerto de Getsemaní, de alguna forma en este momento de supremo auto sacrificio, Jesús carece de fe o confianza en el Padre y esto no es en absoluto lo que está sucediendo aquí.

Jesús ha dicho, Él sabe a dónde se dirige. Yo me iré y regresaré a ustedes. Él confía, no es un grito de incredulidad. Tampoco es un grito de confusión. Jesús no está preguntando, ¿Por qué estoy muriendo, por qué está sucediendo esto? Él había dicho que esto sucedería. No es un grito de confusión. Tampoco es un grito de desesperación. ¿Qué dice Hebreos 12:2? “Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el” ¿por el qué? “por el gozo que le esperaba, soportó la cruz”.

Él le dijo a Sus discípulos a dónde estaba yendo, que estaba haciendo. En Mateo 27 allí, “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado?”, vea que está citando del Salmo 22:1. Y vemos, y estaremos mirando este Salmo, el salmista que ha clamado, “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado?”, llega a la conclusión de que Dios no lo ha despreciado a él. Ni ha ocultado Su rostro de él, sino que ha escuchado su grito de ayuda. Así que no es un grito de incredulidad, confusión, desperación. ¿De qué es entonces este grito?

Yo les animo a mirar este clamor desde la cruz a través de tres ópticas diferentes. Uno, un grito de angustia espiritual. Él cita del Antiguo Tetsamento, Salmos 22:1, usted lo ve en el manual allí. A la luz de lo que ya hemos visto, Cristo está experimentando la profundidad de la ira de Dios. Si usted piensa en esto, Él estuvo transpirando gotas de sangre en la anticipación de esto. Cómo habrá sido para el Dios santo del universo, en la carne experimentar todo el peso de la ira, la infinita ira por los pecados. Así que hay angustia espiritual abrumada por el juicio del pecado derramado sobre Él en ese momento. Segundo, un grito de alienación relacional. Hubo una separación real del Padre en un sentido, de la que hablaremos en un momento. Regresaremos a esto. Y es reflejado en la oscuridad, estas tres horas de oscuridad y no mal interprete esta imagen.

Algunos predicadores han dicho, bueno, Dios miró hacia abajo y no pudo soportar lo que los soldados le estaban haciendo a Su Hijo, así que se dio vuelta. Absolutamente no. Dios miró hacia abajo y no pudo soportar nuestro tu pecado y mi pecado sobre Su Hijo y debido a nuestro pecado Él se dio vuelta. Nuestro pecado se impuso sobre Su Hijo, un grito de alienación relacional. Alienado por el Padre y alienado por los hombres. Hay paralelismos entre el Salmo 22 y el relato del Evangelio de la muerte de Jesús. Usted ve en Salmo 22:6, “Pero yo, gusano soy y no hombre; la gente se burla de mí, el pueblo me desprecia. Cuantos me ven, se ríen de mí; lanzan insultos, meneando la cabeza: «Éste confía en el Señor, ¡pues que el Señor lo ponga a salvo! Ya que en él se deleita, ¡que sea él quien lo libre!». Y luego usted ve la imagen en Mateo 27, “Los que pasaban meneaban la cabeza y blasfemaban contra él: —Tú, que destruyes el templo y en tres días lo reconstruyes, ¡sálvate a ti mismo! ¡Si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz!” Usted ve estos paralelos, usted puede volver atrás y verlos.

Lo que nosotros tenemos es el relato de Jesús muriendo en la cruz reflejando los gritos del Salmista en el Salmo 22. Aliendo por aquellos que Él amaba. Pedro, los discípulos, una imagen de alienación, del Padre y los hombres de una manera muy real. Angustia espiritual, alienación relacional, y tercero, agonía física. Estamos hablando de los misterios teológicos y de las verdades, pero no podemos pasar por alto la imagen física. Yo pienso que nosotros tenemos una tendencia, una tendencia peligrosa, de hacer atractiva la imagen física. De esto hablamos todo el tiempo cuando hablamos de la cruz. Hablamos de todas las facetas físicas de sufrimiento, y pienso que podemos hacer demasiado llamativas algunas de estas cosas, pero aún así son realidades. Él fue clavado, Sus pies, Sus manos, a una cruz, con una corona de espinas clavada en su cabeza.

La muerte por crucifixión era básicamente era muerte por sofocación brutal. Porque para poder respirar tú tienes que presionar sobre tus pies y los clavos corren por ellos. Y presionar sobre los brazos que tienen clavos, las manos que tienen clavos en ellas y tú intentas enderzarte para respirar con dificultad y en el proceso, su espalda se daña por lo que se ha hecho antes, todo ese daño en la cruz, solo para respirar. Y esto fue lo que nuestro Salvador estaba experimentando. Así que todo fue angustia espiritual, una última angustia espiritual, pero la alienación relacional y la agonía física, esa fue la separación en la cruz.

Ahora, ¿Cómo esto provee la salvación? ¿Salvación de la maldición? Aquí está la imagen de reconciliación. Dios es el autor de la reconciliación. Dios es el autor de la reconciliación. Todo esto es de Dios, quien nos reconcilió con Él mismo a través de Cristo. Me gusta mucho lo que dice William Temple. Él dice, “Todo es de Dios; lo único que es de parte mía y con lo que yo contribuyo para mi redención es el pecado, del cual necesito ser redimido”. Dios es el dador del Evangelio. Él es quien hace la reconciliación. Donde sea que usted vea esta palabra reconciliar en el Nuevo Testamento, está hablando tanto de Dios como sujeto, Dios como reconciliador, o si está hablando de nosotros, se utiliza en forma pasiva. Nosotros estamos siendo reconciliados, hemos sido reconciliados. Dios es el sujeto.

Nosotros no nos reconciliamos a nosotros mismos con Dios. No vemos esto en las Escrituras. Sino que vemos a Dios reconciliándose a Él mismo con nosotros. Nos vemos a nosotros siendo reconciliados con Dios. Él es el dador del Evangelio. Segundo, Él es el regalo del Evangelio. Él nos está reconciliando con Él mismo. Es por esto que nosotros no podemos y nosotros hablamos acerca del evangelismo del Evangelio, hablamos acerca del bien, creer en Cristo y ustedes obtienen el perdón de sus pecados y obtienen vida eterna y usted obtiene su mejor vida y todas estas cosas. No, tú vienes a Cristo y obtienes a Dios y todas estas cosas vienen de Dios, pero nosotros hemos quitado a Dios mismo de cómo predicamos la cruz y el Evangelio y ofrecemos sus regalos en lugar de eso.

Él nos está reconciliando con Él mismo y Él es el supremo tesoro. No Su regalo. Dios es el tesoro que es adquirido por nosotros. Estamos siendo reconciliados a una persona, a Dios. Él es el regalo del Evangelio y Él es la meta del Evangelio. Dios lo diseñó de esta manera para que Quien entrega la gracia, tiene la gloria. Y si se le agrega algo a esta imagen, el crédito es para nosotros y ese no es el diseño de la cruz y no es el diseño del Evangelio. Dios es el autor de la reconciliación. Cristo es el agente de la reconciliación. Él es quien lo hace posible. Quien reconcilia al hombre con Dios. Y a esto es a lo que llega Gálatas 3. El texto clave. Gálatas 3:10 nos dice, que nosotros estábamos bajo la maldición de la ley de Dios, Gálatas 3:10, “Maldito sea quien no practique fielmente todo lo que está escrito en el libro de la ley.” Esta es una cita directamente de Deuteronomio 27 versículo 26. Y la imagen es, todo aquel que no obedece la ley de Dios está totalmente bajo maldición. La ley de Dios no es un tenedor libre religioso donde usted toma esto, esto y esto, y usted deja esto, esto y esto otro.

Y ustedes decidieron lo que es mejor para ustedes. Esta no es la forma en que funciona la ley de Dios. Ustedes desobedecen en un punto, desobedecen en todo el trato y están bajo maldición debido a eso. Cuando vamos a Deuteronomio 27 y 28, vemos las bendiciones y maldiciones, maldito el hombre que hace esto, maldito el hombre que hace aquello. Bendito es el hombre que hace esto o aquello. De esto se trata Deuteronomio 27 y 28. Cuando pensamos en esta imagen de bendición y maldición, siga conmigo ahora. Bendición y maldición, bendición, ser bendecido es experimentar la presencia favorable de Dios.

Ser bendecido es experimentar la presencia favorable de Dios. Números 6:24-26, un gran ejemplo de esto, “El Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz.” Esto es bendición. Esta es la hermosa visión del rostro de Dios, esta es la imagen, bendición. Y la bendición a lo largo de todo el Antiguo Testamento era la recompensa por la obediencia.

Deuternomio 28, “Si realmente escuchas al Señor tu Dios, y cumples fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno, el Señor tu Dios te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra. Si obedeces al Señor tu Dios, todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te acompañarán siempre”, la clave, “Si obedeces al Señor tu Dios”. Bendición, experimentar la presencia favorable de Dios, esta es la recompensa por la obediencia porque estamos caminando con Dios. Del otro lado, una maldición, maldición es ser eliminado de la presencia favorable de Dios. La maldición es lo opuesto a la bendición.

El favor de Dios y el significado de estar en su contra

Así que lo que significa ser maldecido, en vez de Dios dando vuelta Su rostro hacia ti, es Dios dando vuelta Su espalda hacia ti y apartando Su rostro de ti. Apartado de la luz de su presencia favorable. Esto es lo que Dios dice en Exodo 33. Él dice, a un pueblo en pecado, “Si voy con ustedes, los destruiré en el camino”. No tendrán Mi presencia favorable con ustedes. Es la imagen que vemos en 2 Reyes 23 y 24. Ahora la razón por la que estoy diciendo que la presencia favorable de Dios aquí es porque yo pienso que a veces nosotros tenemos un malentendido allí. La realidad es la mayor parte del tiempo cuando vemos en la Escritura la presencia de Dios, es una imagen de la bendición de Dios.

Es la imagen del favor de Su presencia. Y cuando hablamos de la presencia de Dios, hablamos de ella en un sentido favorable. Asociamos las dos cosas juntas. Sin embargo, necesitamos darnos cuenta, Dios es omnipresente, ¿cierto? Y cuando hablamos de ser apartados de Su presencia, ¿Cómo es esto posible? No lo es, Él está presente en todo momento. Así que cuando decimos que alguien ha sido apartado de Su presencia, de lo que estamos hablando es cómo ellos están experimentando la presencia no favorable de Dios, pero es una imagen de maldición, una presencia desfavorable. Y esa es la imagen que Dios le dice a Su pueblo en Exodo 33. Si mi presencia está con ustedes, yo los destruiré en el camino. Dios con nosotros no siempre es algo bueno.

Ahora, vea esto debido a Dios, piense en la condenación eterna, piense acerca del infierno, ¿Está Dios presente? Si respondemos no, entonces Él no es omnipresente. El infierno es una demostración divina de la ira de Dios y el juicio de Dios. Hay un sentido real de Su presencia. Ahora, es ser apartado de Su presencia en el sentido que ha sido maldecido, pero no completamente, es por eso que estamos hablando de presencia favorable. La imagen aquí es ser maldecido. Significa, no que la presencia de Dios se ha ido completamente, sino que nos ha dado la espalda y Su maldición está sobre nosotros.

Su maldición está sobre nosotros y esa es la recompensa por la desobediencia. Si ustedes no obedecen al Señor su Dios y no siguen fielmente todos Sus mandatos y decretos que les entrego hoy, todas estas maldiciones vendrán sobre ustedes. En otras palabras, ustedes verán Su presencia revelada en la oscuridad y ahora estamos llegando al corazón de lo que está sucediendo en la cruz. Nosotros estamos bajo la maldición de la ley de Dios. Merecemos la oscuridad de Su presencia, Su maldición sobre nosotros, apartados del favor de Su presencia y lo que sucedió en la cruz es que Cristo se puso bajo la cruz del juicio de Dios.

Cristo nos redimió de la maldición de la ley volviéndose una maldición para nosotros. Porque escrito está, “Maldito todo el que es colgado de un madero.” Citando aquí del Antiguo Testamento Deuteronomio 21. Escuche esto, lo que acaba de ocurrir, Cristo murió en un tiempo en que el pueblo judío estaba bajo la autoridad romana. Los romanos que habían inventado la crucifixión. Jesús no fue apedreado hasta morir, él murió en un madero por una razón. Para darnos una imagen de la maldición de Dios. Coloqué Hebreos 13 allí porque Jesús fue apartado de la presencia favorable de Dios. Hebreos 13 habla acerca de cómo Él murió fuera del campamento. Y miramos en Levítico y vemos que el afuera del campamento representa el pecado del pueblo y la impiedad del pueblo. Si una persona tenía una enfermedad, debía salir del campamento.

Si iban a apedrear a alguien por blasfemia, Levítico 24, debía ser afuera del campamento y allí es a donde fue Jesús. Y es una imagen de Él experimentando la maldición, apartado de la presencia favorable de Dios y Jesús recibiendo toda la recompensa de nuestra desobediencia. Sienta el peso de 2 Corintios 5, Dios hizo a quien no tenía pecado, tener pecado por nosotros. La maldición, nuestro pecado puesto sobre Su Hijo. Me gusta mucho lo que dice Lutero, “Nuestro Padre misericordioso, viéndonos oprimidos y abrumados con la maldición de la ley (y que) nosotros nunca podríamos ser liberados de ella por nuestras propias fuerzas, envió a Su Único Hijo al mundo y colocó sobre Él todos los pecados de todos los hombres, diciendo: Que sea Pedro el que niegue; Pablo el que persiga, blasfeme y cruel opresor; David que adultere; ese pecador que comió el fruto en el Paraíso; ese ladrón que estaba colgado en la cruz; en resumen, sé la persona al que se le encomiendan todos los pecados de todos los hombres; veamos por lo tanto que tú pagues por ellos”.

Esta es la imagen. Él tomó la maldición completamente por nosotros para que nosotros podamos convertirnos, ahora tenga cuidado, porque aquí es donde nosotros tenemos que defender en nuestro pensamiento sobre la salvación. Pensar en lo que hacemos para ser salvos. Porque la realidad es que está basada, la salvación está basada completamente en lo que Cristo ha hecho y nosotros somos simplemente los recepetores de la reconciliación. Él nos redimió de manera de que las bendiciones entregadas a Abraham puedan llegar a los gentiles a través de Cristo Jesús y por la fe podamos recibir la promesa del Espíritu. Aquí está la realidad, nosotros no podemos quitar la maldición.

Nosotros no podemos remover la maldición. No hay una caja que podamos verificar, no hay una isla en la que podamos caminar, no hay cosas que podamos hacer, ni una rutina que seguir para poder quitar la maldición de nosotros. Nosotros solo podemos recibir la cruz. Tenemos tres opciones aquí, cada uno de nosotros en este lugar, tres opciones. Número uno, nosotros podemos ignorar la maldición. Podemos pretender que no está allí. Podemos pretender que no somos malditos delante de Dios y podemos vivir en un mundo de fantasía que niega el castigo merecido por nuestro pecado. Segundo, y aquí es donde muchos de nosotros caemos. Y estoy convencido de que muchos en este lugar probablemente se encuentran aquí, segundo nosotros podemos trabajar para superar la maldición.

Nosotros podemos ir a la iglesia. Y podemos dar lo mejor de nosotros, podemos orar y leer la Biblia. Y podemos intentar verificar todas las cajas que sabemos deben verificarse y podemos hallarnos a nosotros mismos cayendo una y otra vez, e intentantando con más fuerza la próxima vez y con más fuerza aún y sientiéndonos condenados y sintiéndonos como que no podemos lograrlo, intentando cada vez con más ganas. Y podemos intentar vencer la maldición, si tú te encuentras en esta posición, mi exhortación es que tomes la tercera opción.

La tercera opción es no ignorar la maldición o intentar vencer la maldición, la tercera opción es estrechar la maldición. Aceptarla. Decir sí, yo estoy condenado delante de Dios y no hay nada que yo pueda hacer. Acepte la maldición y corra a la cruz. Y encuentre que Él ha tomado la maldición por usted. Y entonces tú no necesitas intentar con más fuerza la siguiente vez porque Él ya la ha tomado, ya no hay condenación para aquellos que están en Cristo porque la ley del Espíritu de vida nos ha hecho libres de la ley del pecado y la muerte. Él sufrió la separación para que podamos simplemente recibir la cruz. Seamos reconciliados con Dios. Reconciliémonos con Dios. Esa es la imagen. Dios covierte la oscuridad, la maldición, la recompensa por la desobediencia puesta sobre Él en lugar de nosotros, para que nosotros pudiésemos ser reconciliados con Dios, nosotros que una vez éramos enemigos, ahora somos amigos.

Última imagen de la cruz. Cuando Él recibió la bebida, Jesús dijo, “Consumado es”. Una palabra en el texto del Evangelio para decirnos, “Consumado es”. Aquí está la pregunta. Jesús había muerto, Él no se había levantado aún del sepulcro. ¿Estaba realmente consumado? Absolutamente, estaba consumado, estaba terminado. Nosotros veremos el significado, especialmente del Domingo aquí en Brookhills y la resurrección. La clave aquí es la redención. Redención. Jesús pagó nuestra deuda. Cuando Jesús gritó que estaba terminado, Él estaba declarando que Él había pagado la pena total por el pecado. Sin deuda, sin pena que faltara pagarse.

El pago por el pecado estaba completamente entregado. Me encanta lo que dice Anselm, él dijo, “La deuda era tan grande, que mientras solo el hombre la debía, solo Dios podía pagarla”. ¿Así que qué queremos decir cuando hablamos de redención? ¿Qué significa esta palabra? Tenemos el sacrificio de propiciación, reconciliación, redención. ¿Qué significa esta palabra? Significa, que Jesús pagó nuestra deuda, debido a nuestro pecado, vivimos en un estado de esclavitud. Debido a nuestro pecado vivimos en un estado de esclavitud. Somos esclavos de nosotros mismos. Esclavos del pecado, esclavos de nosotros mismos, de la naturaleza pecaminosa, de la carne, somos esclavos de Satanás.

Esclavos antes del triunfo de la cruz

Debemos tener cuidado aquí, hablaremos más acerca de esto, no para seguir con toda esa teoría de rescate donde Satanás es capaz de hacerle demandas a Dios, sino que la realidad es que nosotros estamos cegados por Satanás. Siguiendo los caminos de este mundo y al gobernador del reino de la tierra. Esclavos de la ley, encarcelados por la ley, Pablo dice en Gálatas 3 y esclavos de la muerte. Todos aquellos cuyas vidas están en esclavitud por su temor a la muerte. Así que estábamos en un estado de esclavitud en nuestro pecado. Debido al precio que nuestro sustituto pagó, somos librados de la esclavitud para vivir en libertad de la esclavitud a la libertad.

De esto se trata Marcos 10:45. Es acerca del hecho de que somos esclavos y necesitamos un salvador. Un redentor divino es necesario. El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar Su vida en rescate por muchos, la misma palabra que se utiliza en 1 Timoteo 2:5 y 6, un rescate por muchos. Esta es una gran palabra, leutron, rescate. Cuando uno toma clases de griego, la primera palabra que se aprende es leuo, poner en libertad, poner en libertad algo y esta es la idea, liberar, desatar. De esto se trata la cruz. Es acerca de poner en libertad. Es acerca de ser liberado. Porque por la cruz nosotros libres del pecado.

Quien ha muerto ha sido liberado del pecado. Ustedes han sido liberados del pecado. Somos libres de nosotros mismos. Cristo ha conquistado a la carne, la naturaleza pecaminosa. Somos libres de Satanás. Nuevamente, no en el sentido, la idea es cuando el precio de rescate es pagado, no hay un precio pagado para decir, ahora Satanás hace demandas a Dios. Aquí es donde la imaginación destruye a algunos. Así que no le suceda esto, sino que, en la salvación, somos liberados de la esclavitud espiritual de las fuerzas del mal. Liberados de Satanás. Somos libres de la ley.

Incluso aquí tenemos que tener cuidado. Porque cuando hablamos de ser liberados de la maldición de la ley, la ley es santa, justa y buena, Romanos 7. Y especialmente cuando se trata de la ley de Cristo. Somos libres por primera vez para obedecer la ley de Cristo. Por eso es que está profetizado en Jeremías 31 y Hebreos 10, dice que ha sido cumplido y que somos libres de la ley en el sentido de la maldición de la ley. Somos libres de la muerte. Ahora, de manera de ver esta imagen en la cruz, tenemos que establecer la historia redentora. La redención anticipada del Antiguo Testamento.

Isaías 43, no temas, que Yo te he redimido. Te he llamado por tu nombre. Tú eres mío. Tenemos toda clase de patrones en el Antiguo Tetsamento. Los hombres pagaban un precio para poder comprar una propiedad. Vean ustedes, les daré algunas ilustraciones de redención en el Antiguo Testamento, para comprar una propiedad, para liberar a un pariente. Una persona podía liberar a un pariente de alguna clase de esclavitud en la que estuviera, pagando un precio de redención. Para liberar a un esclavo, podían liberar a un esclavo pagando un precio de redención. Podían liberar exiliados, esta era la imagen, Dios liberando a Su pueblo del exilio. Note que en todos estos casos de redención, había algo decisivo, había un alto precio que pagar.

La redención involucra pagar un precio, redimir es pagar un precio. Dios pagó un precio para liberar a Su pueblo de la esclavitud en Egipto, cuando habla acerca de sacarlos de la esclavitud de la cual vimos en la Pascua. Éxodo 6 habla acerca de cómo Dios los redimió con brazo extendido. Él pagó un precio para liberar a Su pueblo, liberar a Su pueblo del cautiverio babilónico. Para rescatar a Su pueblo de las consecuencias de su pecado. Y la imagen dominante que tenemos de Dios en el Antiguo Testamento cuando llega a la redención, Dios como redentor, es realmente Su poder y Su gracia envueltos en este cuadro.

Dios demotró Su poder como redentor, si ustedes miran estos versículos, vayan y miren 2 Samuel 7, Salmos 77, y demás, y verána a Dios desplegando Su poder en redimir a Su pueblo. Es acerca de Dios separando el Mar Rojo en Exodo 14, redimiendo a Su pueblo y ellos sabrán que Yo soy Jehová cuando muestre Mi poder de esta manera. Y luego el pueblo de Dios ilustra Su gracia como quienes han sido redimidos. Así que, tenemos el poder y la gracia en esta imagen de redención. Dios tiene el poder para redimir y gracia que provoca que Él redima. Veremos rápidamente dos historias del Antiguo Testamento.

La historia de Rut y Booz

Esta es la parte romántica de nuestro encuentro, así que acérquese a la persona que tiene a su lado, solo si usted está cerca de alguna persona que lo quiera, de cualquier manera…. Dos historias, Antiguo Testamento, Booz, el pariente redentor. Esta es Rut. Rut era una Moabita, los Moabitas eran odiados por los israelitas. Rut es llevada a Israel luego de que su esposo muere. Ella ha sido una mujer estéril durante 10 años, no había tenido hijos. No tenía herededo para continuar la línea de su esposo. Ella es estéril, y marginada en la tierra de Israel, Belén. Así que qué sucedió en Rut 2, ella sale y casualmente se encuentra trabajando en el campo de Booz y Booz es un pariente redentor.

Si vamos a Levítico 25 vemos la provisión que Dios preparó para alguien, si algo sucedía como esta clase de situación, alguien cercano, un pariente redentor podía comprar, adquirir a esa persona, pagar un precio redentor para llevar a esa persona a su familia. Así que ella se encuentra en el campo de Booz. Y aquí está el retrato que tenemos del pariente redentor, aquí es donde se pone romántico. Booz le dice a Rut, “—Escucha, hija mía. No vayas a recoger espigas a otro campo, ni te alejes de aquí; quédate junto a mis criadas, fíjate bien en el campo donde se esté cosechando, y síguelas. Ya les ordené a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve adonde están las vasijas y bebe del agua que los criados hayan sacado.”

Booz está tomando la iniciativa aquí. Él está utilizando un término cariñoso. Asegurándose de que ella pueda quedarse en su campo. Él guarda al marginado del daño. Cuando ella iba a espigar, Booz dio órdenes a sus hombres, “—Aun cuando saque espigas de las gavillas mismas, no la hagan pasar vergüenza. Más bien, dejen caer algunas espigas de los manojos para que ella las recoja, ¡y no la reprendan!” Las mujeres en la posición de Rut, generalemente eran insultadas o maltratadas en esa clase de condición. Y Booz se está asegurando que esto no le suceda a Rut. Y finalmente, él sirve al marginado en su mesa. Él le dio el derecho a ella de tomar agua con sus hombres cuando ella lo necesitara. Y luego ella es invitada a la mesa para comer. En el momento de la comida Booz le dice a ella, “—Ven acá. Sírvete pan y moja tu bocado en el vinagre.” Ahora se está poniendo realemente romántico.

Cuando ella se sentó con los cosechadores, él le ofreció algunos granos. Ella comió todo lo que quiso y guardó algo. Así que esta es la imagen, Booz invitándola a su mesa. Y cuando llegamos al capítulo 3 en Rut y encontramos que allí hay alguien más cercano en parentesco a la familia de Rut y como resultado, Booz va a tener una conversación con este hombre. Y básicamente, de manera de que alguien redima, se tienen que tener diferentes cosas, número uno, tiene que tener el derecho de redimir. Y por eso es que Booz tiene que dirigirse a esta otra persona.

Segundo, él debía tener los recursos para redimir. Se tiene que tener un precio a pagar para adquirir el derecho a la herencia y luego se tiene que tener un acuerdo para redimir. Y es exactamente lo que vemos en Booz. Y esta es la imagen en el Antiguo Testamento de un pariente redentor pagando el precio para traer a este mujer a su línea y toda la imagen en Rut 4, nos da un panorama de cómo todo esto guiará hacia Cristo en Mateo 1.

La historia de Oseas y Gómer

Esta era la primera ilustración. Segundo, Oseas, el esposo fiel. Pasaré por esto realmente rápido. Oseas, esta historia se cuenta en dos líneas. Es una historia individual y es una historia nacional. El esposo fiel, Dios le dice a Oseas, ve y cásate con Gómer. Ahora, hay dos problemas con esto, número uno, su nombre es Gómer, este es el problema número uno ¿cierto? David ve y cásate con Heather, ah, sí. David ve y cásate con Gómer, hmmmm. Okay, así que tenemos a Gómer, y segundo problema es que Gómer era una prostituta. Nosotros no sabemos si Gómer era una prostituta, antes, luego de seguro. Hay algunos debates de los estudiosos sobre esto, pero la realidad es la imagen que se establece aquí es la imagen de una esposa infiel. Y así es como se muestra el pueblo de Dios como una novia infiel.

Y como cuenta la historia, lo que vemos son dos elementos. La historia de un pueblo infiel, reprende a tu madre, repréndela. Ella no es mi eposa y yo no soy su esposo. Pasaremos rápidamente por esto. Ella era adúltera. Ella, la Biblia habla de pecado en términos de adulterio espiritual. Cuando usted y yo salimos y encontramos satisfacción con las cosas de este mundo, en lugar de la grandeza de nuestro Dios, entonces estamos cometiendo adulterio espiritual. Así que la seriedad del pecado. Adulterio, idolatría, adoración a los dioses cananeos, a Baal. Hipocresía porque ella aún estaba participando en las fiestas religiosas, Israel lo hacía.

Esta es una imagen, una historia individual de Oseas y Gómer que representa la historia nacional. Hipócrita y olvidadiza. Yo la castigaré. Esto es para el punto cumbre aquí, Oseas 2:13. “La llamaré a cuentas por los días en que quemaba ofrendas a sus falsos dioses, cuando se adornaba con zarcillos y joyas, y olvidándose de mí, se iba tras sus amantes —afirma el Señor—.” Ahora mire aquí luego de leer Oseas 2:13, míreme aquí, no mire abajo aún. Okay, todos están mirando aquí. La acusación aquí es Dios diciendo de Su pueblo, adúltero, idólatra, hipócrita, y olvidadizo. Todos sigan conmigo completamente aquí adelante.

Yo continuaré para hacerles saber, no mire abajo, pero la siguiente palabra, Oseas 2:14, la siguiente palabra es por consiguiente. Yo quiero que usted piense en lo que está por venir. Mi novia ha sido adúltera, idólatra, hipócrita. Y ella me ha dado la espalda y me ha olvidado. Corrió hacia otro hombre. Este es Dios hablando acerca de Su pueblo. Por lo tanto ¿Qué esperamos nosotros? A la luz de todo lo que hemos visto, por consiguiente, juicio, por consiguiente ira, por consiguiente juicio. En lugar de eso Oseas 2:14, unas de las palabras más hermosas en todo el Antiguo Testamento, “Por eso, ahora voy a seducirla”. Wow.

La llevaré al desierto y le hablaré con ternura. Un pueblo infiel y una historia de un Dios irrazonable. Él dice, Yo la seduciré. La palabra es intencionalmente romántica. Es una palabra que solemos utilizar para describir cómo un muchacho quiere que una chica lo mire. Esta es una imagen de Dios diciendo, Yo la voy a seducir para Mí mismo. Yo la seduciré. Le hablaré cariñosamente. Yo la restauraré. Tú no me llamarás solo Señor. Me llamarás esposo. Yo la protegeré o me desposaré con ella o responderé por ella. Y la estableceré y luego llegamos a unos de los más hermosos capítulos del Antiguo Testamento, Oseas 3, Yo pagaré el precio por ella. Cuando Dios le dice a Oseas, ve y paga el precio para traer de regreso a Gómer. Ve y paga el precio de un esclavo para traerla de regreso a ti.

Esperando del triunfo de la cruz desde el antiguo testamento

Esta es la redención anticipada del Antiguo Testamento. El Nuevo Testamento, es redención alcanzada. Aquí está el trato, Cristo es nuestro redentor. Él es quien paga el precio. Su pago fue celebrado. Vea Zacarías aquí, la profetiza Ana, la imagen de cuando Cristo aparece. Esta es la redención de Dios, lo que hemos estado esperando. Su pago fue costoso. La palabra que se utiliza una y otra vez en el Nuevo Testamento para describir el pago de Cristo no es que Dios entregó Su vida, se entregó a Sí mismo. Sino que Él entregó Su sangre. La sangre es el precio que fue pagado. Su pago fue costoso y su pago fue completo.

Jesús ya no tiene que seguir haciendo pagos. El pago está completo y está pagado. Cristo es nuestro redentor y Cristo es nuestro vencedor. Sí, Él es el conquistador. Es la victoria prometida. Génesis 3, al comienzo, la entrada del pecado al mundo. Dios dice, Yo enviaré a uno, Diablo, que aplastará tu cabeza. La victoria prometida desde el comienzo. La victoria comenzó. La victoria comenzó. Mateo 12. Cuando aparece Jesús vemos Su poder sobre los demonios. Vemos Su poder sobre la naturaleza. Su autoridad sobre todas las cosas. Se consiguió la victoria, escuche esto, Colosenses 2, “Antes de recibir esa circuncisión, ustedes estaban muertos en sus pecados. Sin embargo, Dios nos dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados y anular la deuda que teníamos pendiente por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz.” Escuche esto, Él lo quitó todo estando clavado en la cruz y habiendo desarmado los poderes y autoridades, Él hizo un espectáculo público de ellos, triunfando sobre ellos, por la cruz.

Presten atención a esto, las personas pecadores son perdonadas en la cruz y los poderes espirituales son derrumbados. Personas pecadoras perdonadas, poderes espirituales derrumbados. Cristo los ha desarmado. Él los ha avergonzado. Él los ha derrotado. Pecadores perdonados. Nuestro redentor, Cristo, es nuestro dueño para siempre. Victoria alcanzada, victoria anunciada. Aquí es donde entra la resurrección. La resurrección es la estampa, la vindicación, sí, el pago está completo.

Profundizaremos en esto más adelante, pero la imagen es, Jesús en la cruz diciendo, “Consumado es”. Y lo quiere decir es, que está terminado. Está consumado, el precio ha sido pagado. La deuda ha sido cancelada, completamente cancelada. Y la resurrección es el anuncio de Dios de que sí, sí, el pago ha sido efectuado, ustedes no tienen nada que pagar, ni trabajar, ustedes no tienen nada que pagar. La victoria esperada. La victoria esperada. Esto no es para decir que la redención está completa.

Aún no estamos en casa. Aún no estamos en casa. Pero está garantizado. Iremos a casa. Y la redención de nuestros cuerpos sucederá.

LESS THAN 1% OF ALL MONEY GIVEN TO MISSIONS GOES TO UNREACHED PEOPLE AND PLACES.

That means that the people with the most urgent spiritual and physical needs on the planet are receiving the least amount of support. Together we can change that!